Pasar al contenido principal

Iglesia

Vie 17 Ago 2018

Se lanzó la Semana por la Paz

Más de 100 movimientos y organizaciones sociales, religiosas, comunidades e instituciones, constructores de paz y reconciliación, motivados por la reconciliación nacional y la justicia social, el miércoles 16 de agosto, bajo el lema “Hay vida, hay esperanza. Sigamos coloreando la paz”, dieron apertura a la trigésima primera Semana por la Paz, que este año se realizará del 2 al 9 de septiembre. Dentro del mensaje principal de esta Semana, se resalta el derecho a la vida el cual sigue siendo profundamente vulnerado por quienes alimentan los odios y la desesperanza. No ha cesado la estigmatización, la persecución, la criminalización, el asesinato de hombres y mujeres constructoras de paz y defensores de DDHH. INSCRIPCIONES La Semana tendrá más de 500 actividades programadas a nivel local y nacional. Dentro de las actividades principales se destacan el Campanazo por la paz que se realizará el 9 de septiembre en las parroquias del país, la Conferencia Inaugural con el Dr. Jhon Paul Lederach el 3 de septiembre en la Universidad Javeriana y el 7 de septiembre el Coloreatón por la vida: yo te cuido (jornada cultural, simbólica y de movilización frente al asesinado de los líderes sociales). La Semana es una movilización ciudadana conformada por más 100 organizaciones sociales, cuyo objetivo es visibilizar los esfuerzos de miles de personas que a diario trabajan en la construcción de la paz, y de iniciativas que dignifiquen la vida. Es impulsada en todo el pais por el Secretariado Nacional de Pastoral Social de la Conferencia Episcopal de Colombia, Redepaz, la Pontificia Universidad Javeriana y el CINEP. DESCARGA PROGRAMACIÓN En el marco de este lanzamiento de la Semana por la Paz, el presidente del Consejo Nacional de Paz, Reconciliación y Convivencia, Monseñor Héctor Fabio Henao Gaviria, leyó un pronunciamiento en el que se pide al Gobierno Nacional y al Ejercito Nacional de Liberación - ELN no detener las conversaciones, acuerden un cese al fuego bilateral y un mecanismo de participación de la sociedad para que las comunidades sean parte activa en la construcción de paz sin coacciones armadas. "Esta es una gran oportunidad para demostrar la voluntad política hacia el diálogo; una voluntad que debería estar animada, tanto por detener el sufrimiento del pueblo colombiano a lo largo de estos años de confrontación, como por su voluntad de una paz duradera y estable", señala el pronunciamiento. DESCARGA EL COMUNICADO Para recibir más información en: semanaporlapaz31@gmail.com [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar convocatoria completa[/icon] DESCARGA INSUMOS DE LA SEMANA POR LA PAZ

Jue 16 Ago 2018

La corrupción

Por: Mons. Ismael Rueda Sierra - No cabe duda que el tema de la corrupción está al orden del día, no sólo porque en todo círculo social o tertulia de amigos o vecinos es necesario tener algo de qué hablar, sino porque lo que se siente se comenta. Se siente, porque cada vez vemos más en los periódicos y medios de información las sorprendentes cifras que contabilizan en sumas astronómicas, las defraudaciones que se producen por estas conductas, que casi siempre afectan, al final de cuentas, a las clases o sectores menos favorecidos de la población, como por ejemplo en salud, en planes de vivienda, la educación, obras públicas, en general, etc. Podemos recordar que en la última contienda electoral, quien no planteara el tema, y ofreciera medidas para corregirla, corría el riesgo de no ser escuchado con atención o juzgado como cómplice de la misma: con razón se convirtió en tema político y social de primera línea, como en efecto lo es, no sólo en Colombia sino en la mayor parte del mundo. Se intentan y se proponen soluciones que pasan por la búsqueda, enjuiciamiento y castigo de los comprometidos y culpables; medidas y normas preventivas para salirle al paso a estas situaciones; revisión de los modos de contratación especialmente, entre otras, pero no siempre se asume a profundidad las raíces de la corrupción, que por tener que ver casi siempre, con modos de pensar, malos ejemplos o costumbres aprendidas en el entorno social, que pasan como “normales”, no se afrontan con suficiencia desde los procesos educativos y de construcción cultural cimentados en valores, llamados no sólo a generar comportamientos éticos ajustados a ellos y al bien común sino a construir como forma de ser, la honestidad personal y social. En el campo específico de lo político, la corrupción política es una de las más serias deformaciones del sistema democrático, pues “compromete el correcto funcionamiento del Estado, influyendo negativamente en la relación entre gobernantes y gobernados… La corrupción distorsiona de raíz el papel de las instituciones representativas, porque las usa como intercambio político entre peticiones clientelistas y prestaciones de los gobernantes… e impiden la realización del bien común de todos los ciudadanos”, como lo expresa el pensamiento social de la Iglesia (Cfr. Compendio, #411). Pero se da también una explicación “sistémica” de la corrupción. En efecto, no se puede ignorar la existencia de la inclinación al pecado propio de la naturaleza humana, cuyo reconocimiento debe llevar, no a evadir la responsabilidad para remitirla a otros, sino a buscar la salvación y redención ofrecida por Jesucristo. En efecto vemos como San Pablo, por ejemplo, nos presenta este camino al afirmar que “ésta humanidad… tiene la esperanza de que será liberada de la esclavitud de la corrupción para obtener la gloriosa libertad de los hijos de Dios” (Cfr. Rm 8,20-22). Y estamos hablando, por tanto, de la raíz más profunda que explica la corrupción, pero también el remedio más grande para su superación, que necesariamente debe incidir en las estructuras sociales, políticas y culturales. De modo que, para concluir, recordamos nuevamente del mensaje último de los obispos de Colombia en la pasada Asamblea Plenaria aquella recomendación: “Debemos conocer y acoger las iniciativas que se juzguen válidas en el país para combatir este flagelo, rechazar este tipo de prácticas corruptas y cultivar una cultura de la honestidad y la transparencia”. + Ismael Rueda Sierra Arzobispo de Bucaramanga

Jue 16 Ago 2018

Cucutá celebró el Foro Regional por la Educación Católica

Por estos días se realizó en la ciudad de Cúcuta el Foro Regional por la Educación Católica, con el lema:“Artífices y formadores de humanidad para dar vida”, el mismo estuvo bajo la coordinación del departamento de Educación y Culturasde la Conferencia Episcopal. Con la celebración de la Sagrada Eucaristía, presidida por el Obispo de Cúcuta, Monseñor Víctor Manuel Ochoa Cadavid, concelebrada por Monseñor Camilo Castrillón, Obispo de la Diócesis de Barrancabermeja y miembro de la Comisión Episcopal de Educación y Culturas, inició la jornada. Además de los Obispos de Cúcuta y Barrancabermeja, el Foro contó con las ponencias del padre Luis Carlos González Gómez, director del Departamento de Educación y Culturas de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC); el Licenciado Diego Cruz López, asesor teológico de la Comisión de Educación y Culturas de la CEC. El auditorio del colegio La Salle tuvo como público a sacerdotes delegados de las diferentes delegaciones de los Santanderes, religiosos, laicos y docentes. En este sexto Foro de Educación Regional, de una serie de ocho eventos, Monseñor Víctor Manuel Ochoa Cadavid, expuso la primera ponencia, destacando que en Cúcuta el programa pastoral se ejecuta “En la Escuela de Jesús”, es un don porque se quiere cumplir con la tarea del encuentro que el Papa Francisco ha venido sembrando en la Iglesia. “La escuela es uno de los dones preciosos de la comunidad humana y nosotros agregamos algo más, formamos niños y jóvenes con valores, principios éticos, con fe”, afirmó Monseñor, dando la bienvenida a este Foro donde “se quieren ofrecer elementos antropológicos, pedagógicos y teológicos para los docentes de educación religiosa escolar, pero también para todos los involucrados en la tarea educativa en favor de los niños y jóvenes”. Monseñor Ochoa hizo énfasis en los nuevos tiempos, sometidos a cambios profundos en orden cultural y sobre todo tecnológico, pero ante lo cual, el hombre y la Iglesia tiene el poder de formar al hombre del mañana. Un claro ejemplo de evangelización en los tiempos modernos, lo dio el Obispo de esta Iglesia particular de Cúcuta, al relatar lo sucedido en una de sus Eucaristías, el jueves santo de este año, 2.700 personas presenciaron la Santa Misa en la Catedral san José de Cúcuta, mientras en transmisión en vivo por la red social Facebook, estaban viendo en vivo 47.000 usuarios y otros 147.000 compartieron la publicación. Son cifras que ayudan a entender el plan de Dios y a “sentirnos privilegiados de hacer parte de esta transformación, de vivir la fe, vivir una experiencia religiosa; tenemos que llevar a los niños y jóvenes de hoy a que en medio de ese conocimiento puedan completar su vida con la fe en Jesucristo”. Concluyó Monseñor Víctor Manuel. Por otra parte, Monseñor Camilo Castrillón, dirigió la conferencia hacía tres temas que nunca deben perderse en el horizonte de los educadores: la religión, la ética y la catequesis mistagógica. “La realidad humana no se construye sobre modelos ideológicos, las relaciones humanas dependen en gran medida de las decisiones libres y responsables de los sujetos implicados en ella y esto tiene que ver directamente en la educación”. Explicó Monseñor Castrillón. Este Foro Regional por la Educación Católica, tiene como lema: “Artífices y formadores de humanidad para dar vida”, el cual es apoyado también por la Confederación Nacional Católica de Educación (Conaced) y Ediciones Santa María. Para finalizar la primera parte de la jornada, el padre Luis Carlos González Gómez, director de Educación y Culturas de la CEC, habló sobre la Identidad en la Escuela Católica. Según el padre, “ya no estamos en una época de cambios sino en un cambio de época, de transformaciones culturales, sociales, económicas, políticas y religiosas”. El padre González afirma que se debe ser asertivo en la propuesta educativa, porque esta época es sensible a ser corrupta donde “llamamos bueno lo que es malo, malo que es bueno”, esto no lleva al hombre a una vida plenamente humana.

Mié 15 Ago 2018

La Iglesia tiende puentes de solidaridad frente al fenómeno migratorio

Durante la primera jornada de trabajo, los asistentes al Encuentro Nacional de Directores de Pastoral Social, que se realizá en Bogotá, abordaron el tema de las migraciones, y en particular, la difícil realidad que están viviendo los migrantes venezolanos. Este tema fue tratado en el Conversatorio titulado: “Tendiendo puentes de solidaridad para la migración en Colombia”, que contó con los aportes de: Lina Peña Tabera, especialista en el trabajo con migrantes desde la Pastoral Social Nacional; la hermana Teresigna Monteiro, Secretaria Ejecutiva de la Fundación y Atención al Migrante en Bogotá; y Adriana Buchelli, Oficial del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para la Protección de los Refugiados (ACNUR). Este espacio fue moderado por el padre Enán Xavier Humánez, Subdirector del Secretariado Nacional de Pastoral Social. La especialista Lina Peña Tabera, recordó que se viene realizando un trabajo conjunto con las 76 jurisdicciones del país en la atención a esta población desplazada. “El desafío de la migración que nos ha planteado Venezuela nos ha cambiado la historia como país, por eso el primer ejercicio que estamos haciendo es ser conscientes de que no somos un país expulsor. Las cifras nos recuerdan que tenemos 4.800.000 colombianos fuera y 8 millones de víctimas desplazados internos en Colombia, por ello tenemos que desarrollar una conciencia como país de tránsito, de destino y de retorno”, explicó la especialista. Así mismo, durante su intervención la hermana Teresigna Monteiro, insistió en la importancia de acoger y evitar la xenofobia que se ha incrementado contra esta población. “Hago un llamado urgente para que acojamos a los migrantes venezolanos como hermanos. Pensar que años atrás estuvimos allá y sabemos que ellos nos acogieron (…) Hay mucha xenofobia, inclusive pensando que todos los venezolanos han venido a robar. El caso de niños que cuentan ser rechazados dentro de los colegios por ser venezolanos. Demos la mano, acojamos al migrante, no los discriminemos, son personas de bien”, expresó. La religiosa manifestó su preocupación frente al incremento de la población venezolana que sigue llegando a Colombia, indicó que en el 2017, en el centro de Atención de la Terminal se recibieron 3.225 migrantes y este año, hasta junio, ya se tenían 5.689. Aclaró, además que a julio se triplicaron estas cifras pues a diario están llegando entre 150 y 200 personas. Algunos de los desafíos planteados para el trabajo que adelanta la Fundación y Atención al Migrante de la comunidad de las religiosas Scalabrinianas, está el poder ayudar a los migrantes a conseguir la legalidad de su estadía en el país y apoyar a los niños que nacen en Colombia. “Se está organizando con el Gobierno para que por lo menos se legalice a los niños que nacen aquí en Colombia. Yo veo algo y es que debemos tocar el corazón del Estado para que nos ayude con este tema”, puntualizó. Durante su intervención la politóloga Adriana Buchelli, Oficial del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para la Protección de los Refugiados (ACNUR), resaltó el apoyo de la Iglesia, a través de la Pastoral Social, como aliada para atender a los refugiados y ahora de manera particular con el caso a los migrantes venezolanos. Tenemos que tener claro cuáles son las situaciones de desplazamiento forzado y crisis de DD.HH. que se está generando en el país, tanto en virtud del conflicto armado, la violencia y ahora la atención a los migrantes venezolanos, esto nos permitirá seguir respondiendo de manera asertiva a esta población”, afirmó. Frente al fenómeno migratorio de venezolanos a Colombia, aseguró que hay más de 800 mil personas con reconocimiento oficial por parte del Gobierno, alrededor de 150 mil colombianos que han retornado al país. Por esta razón se está fortaleciendo la presencia de ACNUR en ciudades como: Bogotá, Cúcuta, la Guajira, Medellín, Pasto y ahora en Barranquilla. Finalmente mencionó el trabajo que ACNUR está realizando a través de la campaña: “Somos Pana” para vencer la xenofobia hacia los venezolanos “se tratar de mandar mensajes a la sociedad del problema que sufren los migrantes sobre todo con el tema de la xenofobia”. En la primera jornada de este encuentro se reflexionó acerca de la labor social de la Iglesia como constructora de paz y las acciones que viene desarrollando para generar puentes de solidaridad frente al tema migratorio.

Mar 14 Ago 2018

La construcción de paz es un compromiso de la Iglesia

La labor social de la iglesia en la construcción de Paz fue uno de los temas centrales durante el primer día del Encuentro Nacional de Directores de Pastoral Social que inició con la participación de cerca de 80 directores y delegados de las jurisdicciones eclesiales del país. Para reflexionar sobre este tema, se realizó un conversatorio moderado por Monseñor Héctor Fabio Henao donde participaron, Thomas Bamat, experto y consultor en construcción de paz internacional-Catholic Relief Services; Rosa Inés Floriano, experta en procesos comunitarios de transformación social y construcción de paz del Secretariado Nacional de Pastoral Social; y Nelson Tapasco, representante de la iniciativa local de paz de las veredas Las Brisas, Doradas Altas y Caraño, del corregimiento El Caraño, en Florencia, Caquetá. En sus intervenciones se destacó la importancia del papel que cumple la Iglesia de cara al cumplimiento de los acuerdos de paz y diálogos con el ELN, “la Iglesia tiene que ser firme en ese sentido, hay que trabajar a nivel de base, de comunidades, de territorios, de abajo hacia arriba”, señaló Thomas Bamat, refiriéndose a los retos que se tienen en el postconflicto y ante el panorama de polarización que vive el país. Además puntualizó que “en el trabajo por la paz es necesario tomar en cuenta la justicia y la gobernanza. A nivel nacional es muy importante que la Iglesia mantenga su independencia”. Durante el conversatorio, se resaltó la necesidad de promover liderazgos de tipo circular en las comunidades de base. También se trajo a colación la necesidad de proteger a líderes y lideresas defensores de derechos humanos e identificar entornos protectores para estos roles comunitarios. Sobre esto, Rosa Inés Floriano comentó que es oportuno hacer un análisis crítico de la realidad, promover un liderazgo horizontal reduciendo los niveles de riesgo para la protección de líderes defensores de derechos, “por ello la Iglesia debe tener la capacidad de favorecer diálogos seguros, entornos protectores y relacionamiento con actores para movilizar respuestas”, advirtió. En su intervención, Bamat dijo que construir la paz lleva tiempo y por eso, el compromiso de la Iglesia es de largo alcance, aprovechando su capacidad de dialogar con todos los actores involucrados en la construcción de la paz y potenciando otras voces. “Hay personas que toman en serio esta vocación de ser hacedores de paz y que pueden liderar diálogos de entendimientos, esfuerzos con las instituciones para que haya cambios no solo en los corazones y las relaciones interpersonales, sino también en las instituciones y en las políticas.” indicó. Igualmente, los panelistas concluyeron que la construcción de las iniciativas de paz apoyadas por la Iglesia, constituyen una excusa para que la gente se congregue y trabaje por su comunidad. La construcción de paz se hace desde las bases, lo cotidiano, desde las oportunidades, no dependen de un proyecto. El cambio empieza reconociendo y resolviendo lo propio para que las comunidades logren solucionar sus problemáticas y con ello, se evite que agentes extraños lleguen a suplir esta labor que es responsabilidad de las comunidades. Finalmente, el líder Nelson Tapasco recordó que la reconciliación debe llevarnos al perdón. “Los ejes centrales de la paz deben pasar por encaminarnos hacia el perdón. Si esto no se logra será imposible la reconciliación y si no hay reconciliación no alcanzaremos la convivencia soñada”.

Lun 13 Ago 2018

15 Años de creación de la diócesis de Soacha

Por: Mons. José Daniel Falla Robles - Hace 15 años, por bondad de Dios y disposición de Su Santidad el Papa San Juan Pablo II, fue creada nuestra querida Diócesis de Soacha con el fin de atender pastoralmente de la mejor manera posible a la porción del pueblo de Dios que peregrina tanto en los municipios de Soacha y Sibaté, como en la localidad de Bosa y un sector de Ciudad Bolivar, pertenecientes al Distrito Especial de Bogotá. Han sido 15 años en los cuales ha sido posible experimentar la realidad que el Concilio Vaticano II nos enseñó en la Constitución Pastoral Gaudium et Spes: “Los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo. Nada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón” (G.S.1). En medio de estrecheces y dificultades, pero también de muchos logros y satisfacciones, tenemos el gozo de celebrar con júbilo estos 15 años de vida y proclamar con el Salmista que “el Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres” (Sal 125,3). Cómo no darle gracias al Señor por Monseñor Daniel Caro Borda, que como primer Obispo de la Diócesis tuvo el gran reto de darle una primera estructura y trabajar incansablemente por crear la identidad necesaria para que tanto el presbiterio como la feligresía en general reconocieran la riqueza de haber comenzado a ser considerada como una nueva porción del Pueblo de Dios. En medio de los desafíos que la violencia del país presentó a la naciente Diócesis, lideró los trabajos necesarios para estructurar el Plan de Pastoral que guió el caminar de la Diócesis en su etapa naciente. Cómo no agradecer también la entrega y el compromiso de todos y cada uno de los sacerdotes que han venido gastando sus mejores energías para sostener y acrecentar la fe de las distintas comunidades y delegaciones a ellos encomendadas. Son ellos, con la particularidad que a cada uno caracteriza y con la fe que cada uno ha cultivado desde su ordenación sacerdotal, un verdadero tesoro para seguir llevando a delante la misión que como Iglesia nos corresponde realizar. Un reconocimiento también agradecido a las diferentes comunidades religiosas que desde sus carismas específicos han enriquecido el caminar de nuestra Diócesis en el transcurso de estos 15 años. Pero el caminar de nuestra Iglesia y la entrega de todos nosotros los consagrados, tiene sentido en cuanto es un ministerio para apacentar el pueblo de Dios. Durante los dos años que llevo como segundo padre y pastor de esta querida Diócesis, mi oración agradecida también se dirige a Dios por todos los fieles de las diferentes comunidades parroquiales y de manera muy especial por quienes a través de los diferentes grupos parroquiales y movimientos eclesiales han asumido su compromiso sincero y desinteresado por la evangelización. Esta mirada retrospectiva y agradecida nos debe hacer dirigir nuestra mirada hacia qué debemos emprender en el presente y hacia el futuro para bien de esta porción del pueblo de Dios que peregrina en nuestra Diócesis de Soacha. En este momento bien cabe preguntarnos, y ¿Qué quiere decir ser «Pueblo de Dios»? El Papa Francisco, en una de sus catequesis en el Año de la Fe, nos recordó que, ante todo, “quiere decir que Dios no pertenece en modo propio a pueblo alguno; porque es Él quien nos llama, nos convoca, nos invita a formar parte de su pueblo, y esta invitación está dirigida a todos, sin distinción, porque la misericordia de Dios «quiere que todos se salven» (1 Tm 2, 4). Y que formamos parte de su pueblo santo a través del Bautismo, a través de la fe en Cristo, don de Dios que se debe alimentar y hacer crecer en toda nuestra vida”. Y nos recuerda también el Papa Francisco que nuestra misión como miembros de su pueblo santo “es la de llevar al mundo la esperanza y la salvación de Dios: ser signo del amor de Dios que llama a todos a la amistad con Él; ser levadura que hace fermentar toda la masa, sal que da sabor y preserva de la corrupción, ser una luz que ilumina. Y, nos ha insistido el Papa, en que la realidad a veces oscura, marcada por el mal, puede cambiar si nosotros, los primeros, llevamos a ella la luz del Evangelio sobre todo con nuestra vida. La finalidad del pueblo de Dios, nos ha recordado el Papa, es el Reino de Dios, iniciado en la tierra por Dios mismo y que debe ser ampliado hasta su realización, cuando venga Cristo, nuestra vida (cf. Lumen gentium, 9). El fin, entonces, es la comunión plena con el Señor, la familiaridad con el Señor, entrar en su misma vida divina, donde viviremos la alegría de su amor sin medida, un gozo pleno”. El reto pues que tenemos entre manos, no es distinto del que el Santo Padre nos ha señalado en dicha catequesis: “Que la Iglesia sea espacio de la misericordia y de la esperanza de Dios, donde cada uno se sienta acogido, amado, perdonado y alentado a vivir según la vida buena del Evangelio. Y para hacer sentir al otro acogido, amado, perdonado y alentado, la Iglesia debe tener las puertas abiertas para que todos puedan entrar. Y nosotros debemos salir por esas puertas y anunciar el Evangelio”. Para llevar a cabo no sólo la tarea de ir a predicar el Evangelio a todos los hombres, sino también de asumir el reto específico que el Santo Padre Francisco nos propone de hacer de la Iglesia espacio de la misericordia y de la esperanza de Dios, desde ya los invito a todos para que juntos trabajemos en la formulación del Plan de Pastoral que nos marcará el derrotero que nos identifique como Iglesia diocesana. Todos somos Iglesia y por eso debemos caminar juntos para juntos evangelizar. La Santísima Virgen María, Nuestra Señora de Fátima, Patrona de nuestra Diócesis, nos acompañe y proteja con su intercesión maternal en este hermoso caminar. + José Daniel Falla Robles Obispo de Soacha

Dom 12 Ago 2018

Arquidiócesis de Villavicencio lanza campaña: “PAZOS DOY”.

Con motivo del primer aniversario de la visita del Papa Francisco a Villavicencio, la arquidiócesis de esta ciudad lanzó la campaña “PAZOS DOY”. Una iniciativa que busca animar la preparación de los cristianos durante los 30 días que faltan para conmemorar con un evento principal y unas actividades semanales, el aniversario de la visita del Santo Padre a Colombia y de manera particular a esta ciudad. Según lo informa un boletín emitido por la oficina de prensa de la arquidiócesis de Villavicencio, cada día se propondrá una acción concreta para realizar personalmente y en familia; dedicando espacios para la oración, destinando días para realizar obras de misericordia, motivando al cuidado del medio ambiente y animando la visita a Jesús eucaristía. “La campaña “Demos el primer paso” que realizamos en su momento, como preparación para la visita del Papa Francisco dio resultados positivos y sirvió como fundamento para acoger esta iniciativa, en la que como Delegación de Comunicaciones nos propusimos invitar a los fieles a dar el primer paso para salir al encuentro del Papa Francisco, “Demos el primer paso” fue una serie de actividades que nos permitieron de una manera práctica prepararnos de la mano de Dios y acoger al Santo Padre, con total disposición como lo vivimos el 8 de septiembre del 2017”, reza el mensaje de esta jurisdicción. La Arquidiócesis junto con la Alcaldía de Villavicencio y la Gobernación del Meta, vienen trabajando conjuntamente para la realización de un evento especial que marcará el primer aniversario de la visita del Papá Francisco a esta ciudad.

Sáb 11 Ago 2018

Obispo de Yopal invita a vivir la caridad con damnificados por invierno

Tras los desastres que han dejado las lluvias en los departamentos de Guainía y Vichada, la Diócesis de Yopal, a través de su obispo, monseñor Edgar Aristizábal Quintero, invitó a los casanareños para que expresen su solidaridad a través de la oración, los aportes económicos y la donación de bienes no perecederos. “El llamado del Señor nos hace reflexionar sobre la situación que hoy están viviendo muchos hermanos de Colombia, en particular en los Vicariatos Apostólicos de Puerto Carreño e Inírida, por ello la invitación es a que vivamos la caridad con ellos”, expresó el prelado en un video mensaje. Monseñor Aristizábal Quintero, en sintonía con la permanente invitación del Papa Francisco en tener expresiones de caridad con nuestros hermanos, recordó que "si no tenemos obras concretas es inútil hablar del amor a Dios, porque sería vano y no tendría sentido (…) El amor a Dios lo vivimos en el amor al hermano, especialmente al más necesitado”, puntualizó. Para recaudar las ayudas económicas esta jurisdicción ha destinado a nombre de la Diócesis de Yopal, la cuenta de ahorros del Banco de Bogotá No. 646567198 (Nit: 891.855.518-5). Así mismo, están recibiendo los donativos en especie en la sede de la curia diocesana (Calle 8 No. 21 – 85 Yopal – Casanare).