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navidad

Sáb 24 Dic 2016

“En Navidad pasemos de la guerra a la paz”: Mons. Castro

El presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, monseñor Luis Augusto Castro Quiroga en su mensaje de Navidad invita a los colombianos a pedir y desear la paz a todos. El prelado reconoce la disponibilidad manifestada por muchos colombianos, quienes han tomado la valiente decisión de pasar de la guerra a la paz. “Gracias a Dios encontramos muchos hombres de buena voluntad que están dispuestos a pasar de ser hombres de guerra a ser hombres de paz”, dijo el también arzobispo de Tunja. Por último monseñor Castro Quiroga, invita para que en esta Navidad todo colombiano se una en oración y pida de manera particular por el proceso de paz que se adelanta en el país. Audio: Mons. Luis Augusto Castro Quiroga [icon class='fa fa-download fa-2x'] Visitar especial de Navidad[/icon]

Vie 23 Dic 2016

En Navidad reconciliémonos con Dios y con nuestros hermanos

En Navidad los colombianos estamos llamados a reconciliarnos con Dios y con nuestros hermanos, así lo manifestó el cardenal Rubén Salazar Gómez. El purpurado afirmó que Navidad es el tiempo para que el niño de Belén llene nuestro corazón, lo transforme y lo vivifique. También recordó que Navidad es la fiesta del amor misericordioso de Dios con nosotros, porque nos transforma, nos hace sus hijos y nos reconcilia. En ese marco invitó para que dejemos de lado la invasión del comercio y la publicidad y que Navidad sea el tiempo de oración, reflexión y conversión. Finalmente animó para que en Navidad no sólo nos reconciliemos con Dios, sino que también seamos agentes de reconciliación.

Jue 22 Dic 2016

En Navidad dejémonos impregnar por la atmósfera de esperanza

El Nuncio Apostólico en Colombia, Monseñor Ettore Balestrero, invitó a los colombianos para que nos dejemos contagiar de la atmósfera que nos ofrece la Navidad. El diplomático explicó que la Navidad es un tiempo en el que se vive un ambiente de realismo mágico y que nos permite acercarnos de manera particular a Dios. “Acerquémonos al pesebre, a nuestra parroquia y reconciliémonos con Dios y con nuestros hermanos”, afirmó. También animó para que miremos con ojos de fe al niños Jesús porque Él es el camino la verdad y la vida. Finalmente destacó la Navidad como un fiesta de esperanza que transforma nuestras vidas, nuestras familias y nuestras relaciones. “Para todos nuestros problemas hay una solución y esas solución se llama Jesús”, aseguró.

Mar 20 Dic 2016

“Navidad es un tiempo maravilloso para educar en la reconciliación”

Así lo expresó el arzobispo de Ibagué, monseñor Flavio Calle Zapata, quien resaltó además que la Navidad es un momento oportuno para dejarse reconciliar con Dios y con el hermano. El prelado resaltó que uno de los primeros escenarios donde se debe enseñar la cultura del perdón y la reconciliación es en el ámbito familiar. “El mejor servicio que puede prestar una familia viene de unos esposos, cuando antes de que llegue la noche se reconcilian y comienzan en paz un nuevo día”. “Cuando algo no estuvo bien, se estuvo descomponiendo, se dañó la relación, es necesario recomponerla, reconciliarnos. Y el mejor ambiente es sin duda la familia”, aseguró el arzobispo. También dijo que es importante reconciliarse con los pobres y olvidados “Navidad es el tiempo para que en familia acojamos a los pobres, compartamos con ellos y en familia con los niños vayamos a visitarlos”. Audio: Mons. Flavio Calle Zapata [icon class='fa fa-download fa-2x']Visitar: Especial de Navidad[/icon]

Lun 19 Dic 2016

Dios es espíritu de amor, fuerza y misericordia

[icon class='fa fa-youtube fa-2x' link='']Ir a lista de reproducción[/icon] Tweets by cardenalruben

Sáb 17 Dic 2016

Alegría de creer

Por: Mons. Libardo Ramírez Gómez - Hace 3 años (21-11-13), el Papa Francisco, ofrecía a la Iglesia y al mundo Uno de los primeros documentos de su pontificado, su Exhortación “La Alegría del Evangelio” fue eco al Sínodo de Obispos celebrando el año anterior, sobre una “Transmisión de la fe realizada en Nueva Evangelización”. En este mes de diciembre, anhelado por todos como “mes de alegría”, estimó oportuno destacar cual es la raíz más profunda de la alegría, y cuales los medios efectivos para cultivarla. Recientemente he cumplido, con grande gozo y satisfacción míos y de mis benévolos y selectos lectores, ir de la mano del Papa Francisco en confortante recorrido por los 9 capítulos de su Exhortación, que tituló “La Alegría del Amor”. Con íntima fruición hemos sido llevados a su cumbre cuando encontramos que una sencilla y vivificante espiritualidad del amor lleva a maravilloso sentir humano, en muy real contacto con la misma divinidad. He sentido, a la vez, nostalgia al echar mirada a mí alrededor, desde mis familiares y amigos, hasta los más lejanos seres humanos, al percibir que está ausente de ellos ese gozo íntimo e inefable esa exultante alegría que suscita la fe y el cultivo de los valores del espíritu, cuando sus vidas y actividades no están impregnadas de la fe y el amor. En ese ir y venir de sentimientos, me conforta, sí, palpar, en general, aprecio por las grandes verdades, “semillas del Verbo”, que ha colocado Dios en todo corazón humano. Pero de allí a vivir y disfrutar la fe, y las grandes satisfacciones que da la “Alegría del Evangelio” y del “Amor”, qué distancia tan grande. Es que sin ellas se va ubicando la vida en un desértico estar como si no tuvieran fe, así se perciban en ellos esas raíces íntimas de ella. Viene la misma celebración de la Navidad y del “mes de la alegría”, pero están lejos de un acercamiento al Niño del pesebre y a su vitalizante mensaje. Esto se refleja en que se ponen como medios de festejo tantas frivolidades, y hasta situaciones del todo opuestas a cuanto ese divino infante ha pregonado. No pide Jesús, Dios hecho hombre, salirse del vivir y quehaceres cotidianos, ni condena los regocijos y gozos honestos, pide sí que adquiramos la costumbre de que cada paso, cada actividad, cada proyecto esté dentro de las líneas de rectitud que El y su Evangelio, y su Iglesia, nos trazan como saludables. Cómo duele ver personas, por lo demás buenos católicos, en uniones conyugales fuera de la bendición sagrada del matrimonio y de la familia. Duele, también, esa manera de muchos que aspiraran ser auténticos creyentes pero con tan poco aprecio por el bello ideal de matrimonio y familia como el Señor lo quiere. Duele ver fácil aceptación de esos creyentes de tesis tan contrarias a la fe en cuanto a respeto a la vida, o a indicaciones morales, que, para bien general, se pregonan desde la doctrina cristiana. Otra expresión de poca fe, que no es en sí la fe pero sí manifestaciones de ella, es la no frecuente invocación a Dios en los momentos principales del día, como al principio y al final de el. Hay también, lamentable indiferencia para la participación, al menos los días festivos, a la Santa Misa. Con qué tranquilidad pasan semanas y semanas sin este tan saludable y necesario cultivo de la fe. Cuando ni en las costumbres ni en las práctica piadosas se manifiesta la fe, ¿cómo se va a sentir la alegría de ella?, ¿cómo se va a sentir la “Alegría del Evangelio”?, ¿cómo se va a sentir y vivir una alegre Navidad?. En la “Alegría de leer” adquirimos esa tan útil práctica para nuestra vida. En la Alegría de creer” estamos llamados a disfrutar, debidamente, la vida en la tierra, hasta llegar a la alegría sin fin cerca de Dios. Quienes, por bondad de Dios, disfrutamos de la “Alegría del Evangelio”, invitamos en Navidad, y, luego, permanentemente, a acompañarnos en ese inmenso gozo. + Libardo Ramírez Gómez Obispo Emérito de Garzón Email: monlibardoramirez@hotmail.com

Jue 15 Dic 2016

¿Ya no existe Adviento?

Escrito por: P. Raúl Ortiz Toro - El 27 de noviembre pasado inició el tiempo litúrgico de Adviento y en algunas parroquias y/o para algunos cristianos parece que no ha comenzado, o ya terminó. El cada vez más acelerado inicio de las llamadas “fiestas decembrinas” ha logrado que el primer tiempo del año litúrgico pase a un segundo plano casi imperceptible. Fijémonos en que tanto la Navidad como la Pascua están precedidas por tiempos de preparación que tienen como connotación especial la sobriedad y la penitencia, la caridad y la solidaridad cristianas. Pero lo que ahora estamos viendo es que Adviento ya parece ser un asunto del pasado: en muchos templos se prefiere el árbol de Navidad sobre la Corona de Adviento; los cantores siguen entonando los mosaicos de acompañar con palmas, los arreglos florales abundan y no faltan los templos que desde el mes de noviembre no les cabe una luz navideña más. Y ni qué decir de los hogares. El comercio, pasando la fiesta de amor y amistad en septiembre, saca las guirnaldas y las luces con su “madrúguele a diciembre”. Hay familias que en octubre ya tienen organizado el pesebre y a la casa no le falta un rincón para adornar con papás noeles y moños. Un exceso grande es la famosa alborada del primero de diciembre en la que algunas personas salen a la madrugada de este día, entre licor y pólvora, a recibir el último mes del año con los excesos propios de quien piensa que va a ser su último diciembre de la vida y, lamentablemente, resulta siendo así para algunos. Adviento, sin embargo, tiene su identidad propia: el color litúrgico morado en señal de austeridad y penitencia, la ausencia del canto del “Gloria”, la sobriedad en los arreglos florales y la moderación en los instrumentos musicales usados para acompañar el canto, además de la corona de Adviento que no es obligatoria pero sí es un signo recomendado, hacen parte de ese conjunto de características propias que no deben perderse; a ello se suma, más allá de lo litúrgico, el espíritu del tiempo: la espera profunda de que así como celebramos que el Hijo de Dios se hizo uno de nosotros en su primera venida, del mismo modo debemos esmerarnos porque nos encuentre dignos de Él en su segunda venida. Si el Adviento se vive litúrgica y espiritualmente con sobriedad y moderación, la Solemnidad de Navidad va a tener más impacto y trascendencia, se notará más el punto de quiebre y la unión misma entre el Antiguo y el Nuevo Testamento. No intento ser aguafiestas y decir que armemos el pesebre el 24 de diciembre en la mañana y que solo ese día pongamos adornos navideños. Lo que intento decir es que podemos hacer más esfuerzos para que el Adviento no pierda su identidad. En las parroquias y grupos apostólicos debemos incentivar ese ambiente a través de los retiros espirituales, de las conferencias de Adviento, del respeto a las normas litúrgicas, de la lectio divina con textos de la espera mesiánica, etc; no le sigamos el juego al consumismo que quiere hacernos perder este gran momento. P. Raúl Ortiz Toro Docente del Seminario Mayor San José de Popayán rotoro30@gmail.com

Mié 14 Dic 2016

Accede al Especial web de Navidad

La Conferencia Episcopal de Colombia pone a disposición de los fieles de todo el país el Especial Web de Navidad 2016. En esta aplicación se podrá acceder a reflexiones realizadas por los obispos del país, documentos acerca de la Navidad y contenidos multimedia de las solemnidades y fiestas que contempla este tiempo. Especial Web de Navidad 2016 es una herramienta es un itinerario interactivo con una navegación jerárquica y un formato de diapositivas. En este producto multimedia se ofrece al visitante información acerca de: - La solemnidad del Nacimiento del Señor - Los Santos Inocentes - La Sagrada Familia de Jesús, María y José - Santa María, Madre de Dios. - La Epifanía del Señor - El Bautismo del Señor. Además de estos contenidos litúrgicos, el usuario podrá acceder a información de podcast, mensajes e hipervínculos sobre la Jornada Mundial de la Paz 2017.