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navidad

Lun 15 Dic 2025

Adviento: María, La Virgen de la Espera

Por P. José Antonio Díaz Hernández - Continuamos en el tiempo de Adviento, un momento de gracia para revivir la esperanza que ha de permanecer en el corazón de cada uno de nosotros. En este tiempo necesitamos mirar a personas que vivieron de manera extraordinaria determinados aspectos de la vida cristiana, para fijarnos en ellos y poder imitarlos. Ellos son verdaderos y auténticos modelos de fe.Nuestra Madre María, es modelo de fe. En el Documento Conclusivo de Aparecida, en el apartado titulado: María, discípula y misionera (DA 266-272), se contempla el papel de la Virgen en la historia de la salvación, presentando de manera preeminente su misión como discípula. La madre de Jesús aparece como la primera creyente que escucha y acoge aquello que esperaba con tanta fe. Por esta razón, María es modelo perfecto de alguien que quiere vivir este tiempo de Adviento, de la espera del Salvador en toda su plenitud, y en quien hemos de fijar nuestros ojos y nuestro corazón para descubrir cómo hemos de vivirlo nosotros. Podemos decir, que el adviento es un tiempo para redescubrir la Centralidad de Cristo, y en este aspecto fundamental, María nos ayuda con su ejemplo.El papa Pablo VI, en la Exhortación Apostólica Marialis Cultus, lo expresa con toda autoridad en los numerales 3-4: “Los fieles que viven con la Liturgia el espíritu del Adviento, al considerar el inefable amor con que la Virgen Madre esperó al Hijo, se sentirán animados a tomarla como modelo y a prepararse, ‹‹vigilantes en la oración y jubilosos en la alabanza›› (Praefatio de Adventu, II), para salir al encuentro del Salvador que viene”.La Anunciación, en el Evangelio de San Lucas, dice el papa Benedicto XVI, es un acontecimiento “humilde, oculto, nadie lo vio, nadie lo conoció, salvo María, pero al mismo tiempo decisivo para la historia de la humanidad” (cf. Benedicto XVI, María Estrella de la Esperanza, 2014, pp. 13ss). Se trata del “SÍ” de María.El mismo papa Benedicto XVI, en su libro La infancia de Jesús, explica esta respuesta generosa de María, al citar una homilía de Adviento de Bernardo de Claraval. Después de la caída de nuestros primeros padres, todos quedamos sometidos bajo el dominio de la muerte. Sin embargo, Dios busca una nueva entrada en el mundo. Llama a la puerta de María. Con esto, se quiere indicar que Dios necesita la libertad humana, puesto que no puede redimir al hombre, creado libre, sin un “SÍ” libre de su voluntad. Por eso, la respuesta de María es esperada con expectación por el cielo y la tierra. Bernardo muestra como el “hágase en mí según tu Palabra” es el momento de la obediencia libre, humilde y magnánima a la vez, en la que se toma la decisión más alta de la libertad humana. Como podemos ver, María se convierte en madre por su “SÍ” generoso. A este respecto, también los Padres de la Iglesia han dicho lo mismo cuando afirman que “María habría concebido por el oído”, esto es, mediante su escucha. Por su obediencia libre la Palabra ha penetrado su vida, y ella se ha hecho fecunda (Cf. Ratzinger, La infancia de Jesús, pp. 42-43).Esta es la razón fundamental por la que María es modelo de este tiempo de Adviento. Por eso, la liturgia recupera plenamente este sentido con una serie de elementos marianos, que podemos sintetizar de la siguiente manera:1.Desde que iniciamos el tiempo de Adviento hemos visto elementos que recuerdan la espera y la acogida del misterio de Cristo por parte de la Virgen de Nazaret.2.Acabamos de celebrar la solemnidad de la Inmaculada Concepción como «preparación radical a la venida del Salvador y feliz principio de la Iglesia sin mancha ni arruga (Marialis Cultus 3). También, el 12 de diciembre celebramos la Fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe. Este día recuerda las apariciones de la Virgen a San Juan Diego, un acontecimiento que marcó la historia espiritual y cultural de México y el continente americano, y que dio un impulso decisivo a la evangelización.3.Los días que se acercan, del 17 a 24 de diciembre, el protagonismo litúrgico de la Virgen es muy característico en las lecturas bíblicas; en el II prefacio de Adviento que recuerda la espera de la Madre; en el IV prefacio de Adviento que habla de María, nueva Eva; en algunas oraciones, como la del día 20 de diciembre que nos trae un antiguo texto de Rótulo de Ravena o en la oración sobre las ofrendas del IV domingo que es una epíclesis significativa que une el misterio eucarístico con el misterio de Navidad en un paralelismo entre María y la Iglesia en la obra del único Espíritu.Vivamos este tiempo de espera y esperanza como ella lo vivió.Desde Santa Marta, me permito desearles con antelación una Feliz Navidad a todas las familias de Colombia.P. José Antonio Díaz HernándezSacerdote Diócesis de Santa Marta

Lun 15 Dic 2025

Encuentro personal con Jesús que nos salva

Por Mons. José Libardo Garcés Monsalve, Obispo de la Diócesis de Cúcuta - Dentro de poco comenzamos la novena de Navidad, un momento de gracia que nos prepara para la celebración del nacimiento de nuestro Señor Jesucristo, que viene a darnos la salvación, se trata de vivir un encuentro con Jesús que nos trae la paz, nos salva, nos purifica de nuestros pecados y nos muestra el camino para llegar al Padre celestial: “yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie puede llegar hasta el Padre, sino por mí” (Jn 14, 6), camino que nos da la luz para no tropezar en las tinieblas del mal y el pecado. Jesús se nos presenta como la estrella que guía nuestros pasos en el caminar de la vida para que lleguemos un día a tener la verdadera vida en la gloria de Dios.Las reflexiones navideñas tienen como tema principal el lema del trabajo pastoral para el año 2026 que nos dice: “vayan y hagan discípulos” (Mt 28, 19), que nos ayudará a tener un encuentro con Jesús desde la fe, la esperanza y la caridad como pilares importantes que debemos fortalecer en este tiempo de gracia que el Señor nos concede. Esto, nos lleva a consolidar los vínculos familiares, en ambiente de oración que nos pone en relación directa con nuestro Señor Jesucristo, que viene a nuestro encuentro a habitar en medio de nosotros, “y la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros; y hemos visto su gloria, la gloria propia del Hijo único del Padre, lleno de gracia y de verdad” (Jn 1, 14), hasta llevarnos un día a participar de esa gloria del Padre en la que con esperanza tenemos los ojos fijos, para gozar de la vida eterna.En el itinerario de vida cristiana de nuestras familias, tenemos el recurso de contemplar a Jesús que nace en la familia de Nazaret, para traernos la paz, dejándonos transformar por la gracia de Dios que sana nuestros corazones, nuestros hogares y con ánimo renovado y con la esperanza puesta en el Señor podamos recibir al salvador que viene en nuestra ayuda. Así lo expresa Aparecida cuando afirma: “en el seno de una familia, la persona descubre los motivos y el camino para pertenecer a la familia de Dios. De ella recibimos la vida, la primera experiencia del amor y de la fe. El gran tesoro de la educación de los hijos en la fe consiste en la experiencia de una vida familiar que recibe la fe, la conserva, la celebra, la transmite y testimonia” (DA 118). La Navidad constituye un espacio privilegiado en el que los padres de familia transmiten el acontecimiento central de la vida cristiana, que es el nacimiento de nuestro Señor Jesucristo que se ha hecho uno de nosotros para darnos la salvación.Al prepararnos para la Navidad tengamos presente la necesidad de crecer en la fe en el Señor Jesús, fortalecer la esperanza en Él y vivir la caridad personal y comunitariamente. Interioricemos durante este tiempo el mensaje concreto que el Señor nos ofrece en su Palabra, para recibir su perdón y crecer en la reconciliación y la paz que sostiene nuestra vida personal y familiar. Existe el peligro de convertir la Navidad en algo comercial con mucho ruido exterior y poca vida interior. En medio de la alegría que trae la Navidad, no perdamos de vista el acontecimiento salvador que celebramos y contemplemos a Jesús niño que está en el pesebre junto a la Santísima Virgen María y a su esposo San José.Los animo a valorar el hogar como lugar de encuentro con Dios y con los hermanos, haciendo de la reunión familiar para la novena de navidad, un espacio donde brille la gracia y la presencia de Dios, tal como nos lo enseña Aparecida cuando dice: “creemos que ‘la familia es imagen de Dios que, en su misterio más íntimo no es una soledad, sino una familia’. En la comunión de amor de las tres Personas divinas, nuestras familias tienen su origen, su modelo perfecto, su motivación más bella y su último destino” (DA 434); por eso, el encuentro familiar para la novena, ayuda a fortalecer la unidad y la comunión, para seguir adelante en medio de las dificultades diarias, resolviendo la vida desde lo que nos enseña Jesús que nace en un pesebre.Navidad es celebrar el encuentro con Jesús que viene a nosotros y se queda para iluminar nuestros pasos por el camino del perdón, la reconciliación y la paz, invitándonos a comunicar la Buena Nueva del Evangelio. Estamos viviendo tiempos de mucha confusión y división, a causa del odio, el resentimiento, el rencor y la venganza que están echando raíces en el corazón de muchas personas y en el seno de muchas familias. Que el gozo de la Navidad, en donde contemplamos a Jesús entre nosotros, nos mueva a reflexionar y a buscar nuevas maneras de ser solidarios, para continuar en el año venidero participando con entusiasmo en la construcción de una sociedad más fraterna, donde vivamos perdonados, reconciliados y en paz.A todos les auguro que el Niño Jesús los colme de bendiciones en esta Navidad que vamos a celebrar y les deseo un año nuevo 2026 lleno de muchas gracias y bendiciones del Señor, para que recibamos el perdón de Dios que viene a nuestros corazones, invitándonos a perdonar a los hermanos, para vivir reconciliados y en paz con todos. Que en nuestras familias abrazando y contemplando el Crucificado y fortalecidos por la gracia de Dios, podamos ser instrumentos de paz para muchos hermanos nuestros. Que la Santísima Virgen María, madre de la paz y el Glorioso Patriarca San José, custodio del niño Jesús, alcancen del Señor la gracia de vivir este tiempo en la espera gozosa del Señor. Que la paz del Señor esté con todos ustedes en esta Navidad y en el año venidero.En unión de oraciones,reciban mi bendición.+José Libardo Garcés MonsalveObispo de la Diócesis de Cúcuta

Lun 1 Dic 2025

Preparémonos para la celebración del nacimiento de Jesús

Por Mons. José Libardo Garcés Monsalve, Obispo de la Diócesis de Cúcuta - En este domingo comenzamos el tiempo de Adviento que tiene una doble característica: en primer lugar, es el tiempo de preparación para la celebración del nacimiento de Jesús, solemnidad que conmemora la primera venida del Hijo de Dios en la carne, cuando Jesús se hace uno de nosotros, “y la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros; y hemos visto su gloria, la gloria propia del hijo único del Padre, lleno de gracia y de verdad” (Jn 1, 14). Al mismo tiempo, nos hace que todos dirijamos la atención a esperar la segunda venida de Cristo, un tiempo de esperan¬za, que nos hace poner los ojos en el cielo, donde está nuestra meta, para que un día lleguemos al lugar donde participaremos de esa gloria del Padre, en el encuentro con el Señor cara a cara y lo hacemos recibiendo el mandato del Señor para este nuevo año pastoral, con el lema: vayan y hagan discípulos.La historia de la salvación que tiene el acontecimiento central en el nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo y que en el cumplimiento de su misión en esta tierra culmina con su regreso al Padre en la gloriosa Ascensión al cielo, nos deja un encargo misionero: “vayan y hagan discípulos a todos los pueblos, enseñándoles a poner por obra todo lo que les he mandado. Y sepan que yo estoy con ustedes todos los días hasta el final de los tiempos” (Mt 28, 19 - 20).Esta certeza ha acompañado a la Iglesia a lo largo de toda su historia y en cada celebración de la navidad vuelve a resonar en nuestro corazón, al prepararnos paso a paso para la segunda venida del Señor. De la presencia permanente del Señor debemos sacar un impulso renovado en la vida cristiana, con el deseo interior de caminar desde Cristo y con Cristo, en un proceso de conversión permanente que es transformación de la vida en Él.La evangelización que vamos a realizar a lo largo de este año pastoral que comenzamos, celebrando los 70 años de nuestra Diócesis, tiene como objetivo hacer que Jesús se quede en el corazón de muchas personas, para que, al celebrar el nacimiento de Jesús, cada creyente tenga un nuevo nacimiento para tener la vida eterna, porque “el que no nazca de nuevo no puede ver el Reino de Dios” (Jn 3, 3). De tal manera, que el proyecto pastoral tiene a Jesucristo como centro a quien “hay que conocer, amar e imitar, para vivir en Él la vida trinitaria y transformar con Él la historia hasta su perfeccionamiento en la Jerusalén celeste. Es un programa que no cambia al variar los tiempos y las culturas” (Novo Millennio Ineunte, 29); por eso, cada año nos preparamos en este tiempo de Adviento cantando con entusiasmo, “ven Señor Jesús” (1Cor 16, 22).El Hijo de Dios que se hizo hombre por amor al ser humano, sigue realizando su obra en nosotros, por eso tenemos que disponer el corazón para convertirnos en testigos de su gracia y también ser instrumentos de ese don para los demás. Prepararnos para celebrar el nacimiento de Jesús, es contemplar al Señor que nos invita una vez más a ser sus testigos: “ustedes recibirán la fuerza del Espíritu Santo; Él vendrá sobre ustedes para que sean mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaría y hasta los extremos de la tierra” (Hch 1, 8). De tal manera que tenemos la experiencia del nacimiento de Jesús en nuestra vida y lo transmitimos con gozo a los demás: “¡cuánto bien nos hace dejar que Él vuelva a tocar nuestra existencia y nos lance a comunicar su vida nueva! Entonces, lo que ocurre es que en definitiva, ‘lo que hemos visto y oído es lo que anunciamos’” (Evangelii Gaudium, 264). Esta es la gran noticia que transmitimos a los demás con fervor y pasión por el Evangelio, “para eso urge recobrar un espíritu contemplativo, que nos permita redescubrir cada día que somos depositarios de un bien que humaniza, que ayuda a llevar una vida nueva” (EG, 264).El mandato misionero nos introduce en el misterio mismo de la Encarnación, invitándonos a tener el fervor y el ardor para comunicar ese mensaje, así como lo hicieron los primeros cristianos. Para ello, tenemos la certeza que contamos con la fuerza del mismo Espíritu que fue enviado en Pentecostés y que nos entusiasma hoy a comunicar el mensaje de salvación, animados por la Esperanza en Jesucristo que no defrauda y que lo trasforma todo y hace nuevas todas las cosas. Contemplemos en cada una de estas semanas a Jesús que viene a salvarnos, abramos el corazón a Dios y dispongámonos con corazón limpio a celebrar este tiempo, como un momento de gracia para caminar con Cristo, siguiéndolo a Él que es camino, verdad y vida que nos lleva hasta el Padre (Cf. Jn 14, 6).Como creyentes en Cristo tenemos la misión de ser reflejo de la luz de Cristo, que iluminó la noche de Belén donde nació Jesús como “luz del mundo” (Jn 8, 12) y nos pidió que fuéramos luz para los pueblos, “ustedes son la luz del mundo. Brille su luz delante de los hombres de modo que, al ver sus buenas obras, den gloria a su Padre que está en los cielos” (Mt 5, 14). Cumpliendo así, el mandato misionero que será posible si nos abrimos a la gracia que nos trae este tiempo de Adviento y nos hace hombres nuevos en Jesucristo Nuestro Señor, quien está con nosotros todos los días hasta el final de los tiempos (Cf. Mt 28, 20), mientras que anhelamos su segunda venida. Que la Santísima Virgen María, madre de la Esperanza y el Glorioso Patriarca San José, custodio del niño Jesús, alcancen del Señor la gracia de vivir este tiempo en la espera gozosa del Señor.En unión de oraciones,reciban mi bendición.+José Libardo Garcés MonsalveObispo de la Diócesis de Cúcuta

Jue 27 Nov 2025

El adviento y navidad 2025: En la recta final del Jubileo de la Esperanza

Por Mons. Luis Fernando Rodríguez Velásquez - En la Bula de convocación del Jubileo ordinario del año 2025 con el título Spes non confundit, “la esperanza no defrauda” (Rom. 5,5), al final de la misma, el Papa Francisco dice “que el testimonio creyente pueda ser en el mundo levadura de genuina esperanza, anuncio de cielos nuevos y tierra nueva (cf. 2P 3,13), donde habite la justicia y la concordia entre los pueblos, orientados hacia el cumplimiento de la promesa del Señor” (SNC, 25).Estas palabras del Papa resuenan como uno de los grandes objetivos del Jubileo que vale la pena evaluar si fueron o no alcanzados. A primera vista se podría decir que no. El 2025 ha sido un año probado por las guerras, por los conflictos políticos, sociales y económicos en buena parte del mundo. Creció la percepción de inseguridad y miedo en muchos. El Papa no se cansó de hacer el llamado a la cordura de los líderes y gobernantes y al cese bilateral del uso de las armas. Los desplazamientos forzados y el creciente número de migrantes, ocuparon un lugar notable en las preocupaciones de muchos.Y en esta desafiante realidad, Colombia no estuvo ausente. También entre nosotros, en el Valle del Cauca y Cali, la ola de atentados y muertes selectivas fue grande. Y qué no decir de las numerosas personas que se han inscrito entre quienes no tienen comida ni un lugar donde vivir. También las tensiones y polarizaciones políticas, que están al orden del día, son ingredientes que tienden a recrudecerse.Retomando las palabras del Papa Francisco con las que inicio, nos podemos preguntar ¿hasta qué punto el testimonio de tantos que hemos participado en las celebraciones jubilares han sido “levadura de genuina esperanza” para el mundo?Sin embargo, una cosa sí es cierta, la participación masiva en los actos y celebraciones del jubileo, tanto en Roma como en nuestra arquidiócesis fue masiva. Por ello aprovecho para agradecer al Delegado y Coordinador del Jubileo en Cali y a todos y cada uno de los sacerdotes, diáconos, religiosos, religiosas y laicos, que con entusiasmo se vincularon a las convocatorias del Año Santo, dando testimonio de su fe y de la esperanza que no defrauda para reflexionar juntos en el lema del jubileo “peregrinos de esperanza”.Hay realidades que no están en nuestras manos solucionar. Solo nos toca apelar al sentido común, a la responsabilidad ética y moral en la toma de decisiones de los gobernantes y líderes del mundo y unirnos, como efectivamente se hizo, en una oración colmada de la fuerza que trae la fe para que un día pueda habitar “la justicia y la concordia entre los pueblos”.El tiempo litúrgico de Adviento que viviremos en estos días, hasta la gran solemnidad del nacimiento del Hijo de Dios en la Navidad, nos sirva para seguir anunciando los “cielos nuevos y tierra nueva” (cf. 2P 3,13) que inaugura Jesús en el portal de Belén, por lo que los ángeles cantan: “gloria a Dios en el cielo y en la tierra paz a los hombres que Dios ama” (Lc., 2, 14).Es sabido cómo Adviento es el tiempo de la esperanza. Que animados por los encuentros y celebraciones jubilares, seamos auténticos testigos de la esperanza, y más cuando muchos puedan pensar que no hay futuro. Ánimo, lo dice el Señor, no tengamos miedo, pues él “ha vencido al mundo” (Jn. 16, 33).Por otra parte, en estos tiempos de Adviento y Navidad la Virgen María ocupa un lugar especial. En efecto, ella es la Virgen Inmaculada de la dulce espera, que con su sí generoso acogió en su seno al Hijo de Dios. Ella no desesperó en la tribulación. Creyó y esperó confiada en la acción de Dios. Guardaba en su corazón lo que de su Hijo se decía y nos enseña a ser valientes para dar testimonio de la Buena nueva a todos, especialmente a los pobres y humildes de corazón.Termino, con un texto de la Bula del jubileo en una bella referencia a la Madre de Dios: “Confío en que todos, especialmente los que sufren y están atribulados, puedan experimentar la cercanía de la más afectuosa de las madres que nunca abandona a sus hijos: ella que para el santo Pueblo de Dios es “signo de esperanza cierta y de consuelo” (SNC, 24).Desde ya les deseo un tiempo de Adviento vivido en la oración familiar junto al pesebre; una Navidad en la que dispongan sus corazones para recibir al Hijo de Dios y el inicio de un año 2026 animados por la esperanza.A todos los bendigo, afectísimo en el Señor.+Luis Fernando Rodríguez VelásquezArzobispo de Cali

Lun 24 Nov 2025

Conferencia Episcopal de Colombia realizará ciclo de catequesis para ayudar a redescubrir el sentido bíblico, teológico y pastoral de la Navidad

Bajo el propósito de acompañar a fieles, comunidades y familias en un camino de profundización espiritual hacia la celebración del Nacimiento del Señor, el Departamento de Liturgia de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) liderará un ciclo de tres catequesis que se desarrollarán los miércoles 26 de noviembre, 3 de diciembre y 10 de diciembre, en modalidad virtual. Serán transmitidas a través del canal de Youtube y la página de Facebook de la CEC.Bajo el título “Catequesis de preparación para la celebración de la Navidad”, estos espacios formativos ofrecerán una ruta bíblica, teológica y pastoral para redescubrir el sentido auténtico del misterio de la Encarnación, iluminando la vivencia navideña para este 2025, en medio de un contexto, a menudo, marcado por el consumismo, la superficialidad y el desgaste emocional.Un camino para reencontrar el corazón del misterio cristianoLa propuesta formativa busca renovar la celebración personal, familiar y comunitaria de la Navidad, recuperando su núcleo teológico: Dios que se hace hombre para salvar y dignificar a la humanidad. Para ello, cada catequesis aborda un enfoque complementario —patrístico, bíblico y pastoral— que permitirá a los participantes ampliar su comprensión del misterio navideño y fortalecer su experiencia espiritual.Los objetivos específicos de estas catequesis incluyen:- Reconocer la visión de los Padres de la Iglesia sobre la Encarnación como acontecimiento de divinización y restauración de la creación.- Comprender la Navidad desde la Sagrada Escritura como cumplimiento de las promesas y revelación de Dios-con-nosotros.- Discernir los desafíos actuales que afectan la vivencia navideña e identificar caminos de purificación y renovación desde la liturgia.Primera Catequesis: La Navidad en la tradición patrísticaLa apertura del ciclo será el miércoles 26 de noviembre, a las 7:00 p.m., a cargo de José Fernando Rubio, historiador del cristianismo antiguo y experto en lingüística. Su intervención presentará la perspectiva patrística según la cual la Navidad no es un simple recuerdo emotivo, sino el acontecimiento histórico en el que Dios entra en el mundo para transformar al ser humano y renovar la creación.La reflexión se centrará en cuatro ejes:- El asombro ante el misterio.- La humildad de Dios que se hace pequeño.- María como tierra nueva donde inicia la renovación.- La Encarnación como pedagogía para la vida cristiana.Segunda Catequesis: La Navidad según la Sagrada EscrituraEl miércoles 3 de diciembre, a las 7:00 p.m., la biblista Ana Cristina Villa Betancourt, consagrada laica de la Fraternidad Mariana de la Reconciliación, ofrecerá una lectura bíblica de la Navidad como paso de la promesa al cumplimiento. Su exposición recorrerá la esperanza del Antiguo Testamento, los relatos de la infancia, el Prólogo del Evangelio de Juan y los signos que acompañan el nacimiento del Mesías.La catequesis buscará mostrar cómo la Navidad revela la presencia definitiva de Dios en medio de su pueblo y abre el camino de la misión del Salvador.Tercera Catequesis: La Navidad hoy — Liturgia, consumismo y familiaEl ciclo concluirá el miércoles 10 de diciembre, a las 7:00 p.m., con la reflexión de monseñor José Mauricio Vélez, obispo auxiliar de Medellín y presidente de la Comisión Episcopal de Doctrina, quien abordará los desafíos contemporáneos que afectan la vivencia navideña.El prelado enfatizará que, en un escenario marcado por el consumismo y el agotamiento emocional, la liturgia se convierte en el lugar de verdad que permite purificar y centrar nuevamente la celebración. Entre los ejes de su intervención se destacan:- El diagnóstico de la vivencia actual de la Navidad.- El papel de la liturgia como camino de renovación.- La familia como el “pesebre” donde Dios sigue queriendo nacer.- La necesidad de combatir el consumismo y recuperar la dimensión comunitaria de la fe.Invitación abierta a la Iglesia y a la comunidadEl Departamento de Liturgia invita a sacerdotes, religiosos, agentes de pastoral, familias y fieles en general a participar en este espacio formativo, pensado para fortalecer la vivencia espiritual en uno de los tiempos más significativos del año litúrgico.Con estas catequesis, la Conferencia Episcopal de Colombia busca acompañar a las comunidades en un proceso de profundización que permita celebrar la Navidad con mayor autenticidad, esperanza y sentido cristiano.

Mar 24 Dic 2024

Navidad 2024: Vicepresidente del Episcopado Colombiano pide a los fieles liberar la Navidad del consumismo y aportar en la construcción de la paz  

Al celebrar esta Navidad 2024, los obispos colombianos, a través del arzobispo de Tunja y vicepresidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Gabriel Ángel Villa Vahos, piden a los fieles asumir este tiempo desde el amor, mientras reflexionan sobre su papel en la construcción de un futuro mejor para el país, donde la paz, tan anhelada por todos, se pueda hacer realidad con el aporte de cada uno.En su mensaje, el prelado subraya que la paz no es solo un don divino, sino también una tarea que exige el esfuerzo de cada persona desde lo más profundo de su corazón. "Preguntémonos: ¿qué estoy dispuesto a aportar yo para la construcción de la paz?", expresa.En línea con las palabras del papa Francisco, el vicepresidente del episcopado colombiano también llama a liberar la Navidad de todo aquello que no refleja su verdadero sentido, como el consumismo, los odios, los rencores y las venganzas:"Que este tiempo sea también de unión familiar, de sacar de nuestro corazón todo asomo de rencor, de violencia, de venganza".Además, recuerda que el Santo Padre, al convocar el Jubileo de la Esperanza, que se inaugurará en Roma el 25 de diciembre y, en las diócesis colombianas, el 29 de diciembre, está invitando a todos los creyentes a renovar su confianza en el Señor y a caminar como "peregrinos de la esperanza"."Les estamos deseando a todos una muy Feliz Navidad 2024. Que Santa María, Nuestra Señora de la Esperanza, camine con nosotros en este peregrinar. Bendiciones", concluye monseñor Villa.Vea el mensaje a continuación:

Jue 7 Dic 2023

De la mano de la Virgen

Por Mons. Luis Fernando Rodríguez Velásquez - “En el sexto mes, Dios envió al ángel Gabriel a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen comprometida para casarse con un nombre llamado José, de la descendencia de David. El nombre de la virgen era María” (Lc. 1, 26 -27).Iniciamos el año litúrgico 2023 – 2024 con el adviento, el domingo 3 de diciembre. Como bien se sabe, este es un tiempo especial dedicado a la preparación de la gran fiesta de la navidad. Confiados en Dios, disponemos alma, vida, cuerpo y corazón, para recibir nuevamente al Niño Dios. El adviento es el tiempo de la gozosa espera, donde a través de actos de penitencia, oración y limosna, abrimos las puertas de nuestras vidas para acoger la nueva noticia que los ángeles anunciaron a los pastores en Belén.Pero es necesario tener presente que el adviento no debe limitarse a estos días previos a la navidad. La vida del cristiano es y debe ser asumida en constante adviento. Es necesario tomar conciencia de que estamos de paso por este mundo, de que somos peregrinos y que el adviento, en la espera de la segunda venida del Señor, debe animar toda nuestra existencia. Para ello la palabra “preparación” es una constante. Tenemos que estar todos preparados porque no sabemos ni el día ni la hora en que vendrá el Señor. Eso es también adviento. Podríamos decir, que la madurez del cristiano se manifiesta en lograr combinar el presente con el futuro; el ya pero todavía no que anima la fe a buscar en todo momento la verdad infinita del Hijo de Dios.El camino del adviento, de la mano de la Virgen, adquiere su pleno significado, pues ella, la llena de gracia, supo lo que era acoger en su corazón y en su seno al Hijo de Dios y vivir en carne propia la espera gozosa durante los nueve meses de su embarazo. De la mano de la Virgen María, los invito a recorrer el camino de sus vidas, en tónica de adviento.En el año 1223, en un pequeño poblado de Italia llamado Greccio, hace 800 años, San Francisco de Asís quiso escenificar el misterio del portal de Belén. San Francisco veía en esta escena la síntesis de todo el amor que Dios nos tiene. Ha sido esta una tradición que ha superado los tiempos y llega a nosotros con una invitación muy especial: la de que hagamos de nuestros corazones, de nuestras vidas, de nuestras familias, un nuevo pesebre, en donde nazca verdaderamente el Niño Dios. No puede ser el pesebre una simple decoración. Ha de ser también el testimonio de una fe que tenemos en que somos amados y salvados por el amor y la misericordia divinas.Como nos recuerda el Papa Francisco en la Carta Apostólica Admirabile signum del 2019, “el hermoso signo del pesebre, tan estimado, suscita siempre asombro y admiración”. Y también: “¡Cuánta emoción debería acompañarnos mientras colocamos en el belén las montañas, los riachuelos, las ovejas y los pastores! De esta manera recordamos, como lo habían anunciado los profetas, que toda la creación participa en la fiesta de la venida del Mesías. Los ángeles y las estrellas son la señal de que también nosotros estamos llamados a ponernos en camino para llegar a la gruta y adorar al Señor”.Aprovecho para motivar a todas las familias a que recen las novenas de adviento con fe, con esperanza, con recogimiento. Que los pesebres sean hechos con material no biológico, pensando en el cuidado de la casa común, y que, como dice el Papa, no pierdan nunca el asombro al reconocer que, de nuevo Dios Padre creador nos envía a su Hijo para salvarnos. Su nombre es Jesús.De la mano de la Virgen los invito a celebrar la Navidad, tiempo de gozo, tiempo de paz.De la mano de la Virgen María cumplo el primer año del inicio de mi arzobispado en Cali. La Virgen Inmaculada me acompañe hoy y siempre.A todos los lectores de la Voz Católica, a todos los fieles de la Arquidiócesis de Cali y a todos los hombres y mujeres que habitan estas hermosas tierras del Valle del Cauca, les deseo una feliz Navidad y un año 2024 lleno de las gracias y bendiciones del Altísimo. Reciban y vivan el nuevo año de la mano de la Virgen.

Sáb 7 Ene 2023

“Hoy es un día para renovar nuestro compromiso bautismal”: P. Over Gallego

La Iglesia anima la fiesta del Bautismo del Señor, que cierra el periodo de la Navidad y da inicio al tiempo ordinario que lleva a hacer un recorrido por la vida de nuestro Señor Jesucristo. En esta fecha tan especial, el padre José Over Gallego, delegado de comunicaciones de la Arquidiócesis de Cali, ofrece una reflexión donde recuerda el momento en que Juan el Bautista, celebró en el Río Jordán el rito del bautismo de Jesús y anima para que este día especial para los cristianos católicos, sea aprovechado para renovar el sacramento del bautismo. “Hoy es un día muy lindo para que usted renueve su bautismo, eres bautizado, eres consagrado al Señor, eres hijo de Dios, vive pues como consagrado, vive como hijo de Dios, vive como el que lleva a Cristo en su corazón” Observa que en estas situaciones de conflicto, de crisis, de violencia y de maldad que enfrenta hoy Colombia, renovar este sacramento del Bautismo en cada corazón, significa enderezar el camino, “eso es lo que nos pide Juan el Bautista, endereza el camino, pues es el momento para los colombianos, es el grito para Colombia”.