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Paz

Mié 16 Ene 2019

Entrevista al Cardenal Salazar sobre temas nacionales

El Cardenal Rubén Salazar Gómez, arzobispo de Bogotá y primado de Colombia, concedió recientemente una entrevista al periodista Gerardo Aristizabal para el programa 'Pregunta Yamid' de Canal 1, en la que tocó temas nacionales como el narcotráfico, la corrupción, la violencia y la pedofilia en la Iglesia, entre otros. Presentamos transcripción de la misma. Señor cardenal, ¿cuál es su mensaje en este nuevo año para los colombianos? Un nuevo año siempre abre la posibilidad de sentirnos un poco más esperanzados. El mensaje fundamental es de esperanza. Una esperanza que tiene que convertirse en un deseo sincero, por parte de cada uno de nosotros, de seguir colaborando desde donde estemos, en el trabajo, en familia, para que el país siga adelante, para que alcance la paz, la justicia, la igualdad, la fraternidad y la solidaridad. La construcción del país es tarea de todos y cada uno de nosotros. ¿Qué diagnóstico hace usted de la situación de la Colombia actual? Tenemos que situarnos, en primer lugar, en el panorama mundial, que no es que sea muy claro ni entregue mucha tranquilidad. Estamos viviendo una época de intranquilidad en todos los niveles, y en ese contexto se sitúa Colombia, que tiene una serie de problemas internos que son los más acuciantes y que son los que nos provocan la mayor incertidumbre y, por lo tanto, la mayor sensación de intranquilidad: el narcotráfico y la corrupción. El narcotráfico en el país se presenta como un agente perturbador y generador de violencia. Generador de todo tipo de crímenes porque, desafortunadamente, el narcotráfico no se reduce sólo al tráfico de drogas sino que con el tráfico de drogas va todo tipo de crímenes que uno se pueda imaginar, desde los más grandes crímenes hasta los mínimos. En el tema del narcotráfico, con la reinserción de las Farc han quedado muchas zonas a merced de los carteles de las drogas. Colombia ha tenido siempre un problema muy serio y es que el país, como geografía, es mucho más grande que el Estado. El Estado no llega a todas partes y eso significa que hay vastas zonas del país que no están sometidas al Estado de Derecho, ni al estado de represión legítima y castigo del crimen. Eso ha permitido que haya proliferado, en las periferias, una serie de bandas criminales que son las que tratan de imponer su ley y de someter a la población. Incluso con amenazas a religiosos, como lo denunció hace poco el obispo de Santa Rosa de Osos contra varios de sus párrocos… Eso no es nuevo, desafortunadamente, pero lo trágico es que siga presentándose, que siga habiendo este tipo de grupos criminales que intimidan a la población, que impiden el trabajo de la Iglesia, que tratan de controlar la vida de la gente. Ahí tenemos una de las fallas principales y fundamentales del país. Dijo usted, cardenal, que otro problema es el de la corrupción Ese es otro problema que tenemos en el país. Todos los días se destapan nuevos episodios de corrupción, y lo más grave es que no tenemos las armas jurídicas suficientes para castigar y hacer posible que se reprima la corrupción, que es rampante. De esa rampante corrupción la gente está asqueada… Sí, pero no pasa nada. No pasa nada. En Colombia como que hemos perdido la capacidad de protestar y de hacerlo de una manera efectiva. Permitimos que las cosas sigan y que la situación se prolongue. Por ejemplo, con las marchas de los estudiantes no creo que se haya logrado crear ese ambiente positivo de protesta. De vamos a protestar contra situaciones para logran que cambien sino que, generalmente, derivan estas marchas en actos de vandalismo, de violencia. Nos hemos acostumbrado a tener una serie de problemas serios y a soportarlos. Y seguimos adelante. Cada uno sigue en su pequeña tarea y no pensamos en el país como tal. No tenemos un sentido de responsabilidad y, por lo tanto, no tenemos un sentido de nuestra propia capacidad para ayudar a solucionar los problemas del país. ¿Somos una sociedad pasiva en lo colectivo? Me parece que sí. Criticamos todo lo que tú quieras. Hablamos todo lo que tú quieras, pero difícilmente pasamos a una protesta efectiva que lleve a la solución de los problemas. ¿Será porque existe incredulidad en las instituciones, incluida la Iglesia católica? Hoy se ve a diario cómo la población golpea a policías cuando llegan a atender denuncias, y así en todos los aspectos… La gente ha ido tergiversando la naturaleza del Estado. La gente no considera al Estado como algo positivo que busca el bien de la sociedad, sino que generalmente lo concibe como una fuerza represiva y explotadora. Hay un problema de credibilidad en las instituciones porque no hay confianza en el Estado. Y no hay confianza porque a lo largo de la historia, el Estado no ha llegado a todas partes, y cuando llega, no siempre llega de la debida forma porque a veces llega con medidas restrictivas, con medidas impositivas, e incluso, a causar violencia. Eso hace que las instituciones pierdan credibilidad y no sean miradas como aquellas que promueven el bien, sino como fuentes de corrupción, de represión y de intranquilidad para el país. Eso hace que no confiemos en las instituciones y ha venido pasando, en los últimos años, con la Iglesia, desafortunadamente. Usted hablaba de las marchas y protestas, qué piensa del plantón realizado contra el señor fiscal general Ese tipo de protestas es importante que se dé. Eso significa que la gente se expresa, que tengan razón o no la tengan es otra cosa, pero lo importante es que sean capaces de expresar sus puntos de vista y de manifestar lo que piensan. En el caso concreto este del plantón, pues que sean capaces de organizar un plantón indica qué hay mucha gente que no está contenta con la forma como el señor fiscal general está actuando en el caso específico de Odebrecht, así haya otro fiscal Ad Hoc. ¿Ante eso qué debería hacer el fiscal? Creo que él debe atender las razones que se le presentan permanentemente y que ponen en tela de juicio su capacidad para seguir siendo el fiscal general. Él debe mirarlas de frente y tratar de demostrar, si es el caso, que sí puede seguir siendo fiscal porque no hay algo que verdaderamente se lo impida. Usted es uno de los cardenales más cercanos al papa Francisco, ¿Qué opina del tema de la pedofilia, que es una de sus preocupaciones? Va a haber una reunión del 21 al 24 de febrero en Roma con los presidentes de todas las conferencias episcopales del mundo, precisamente, para tratar ese tema. En esa reunión voy a tener una conferencia en la que hablaré sobre la ‘Responsabilidad del Obispo’ en todo el tratamiento de abuso sexual que se presenta, se ha presentado y Dios quiera que no se vuelva a presentar en la Iglesia. Nosotros ya tenemos unas normativas claras de cómo proceder. Tal vez antes no las había con toda la precisión que en este momento existen. En el año 2011 la Congregación para la Doctrina de la Fe publicó una especie de guía para que cada Conferencia Episcopal hiciera una propia para el tratamiento de estos casos. Cada diócesis debe hacer su protocolo, tener una ruta de atención y estar alerta para que no se vuelvan a presentar estos casos. En el caso de que haya una denuncia poder tratarla y llegar a fondo en el castigo del culpable y también con la reparación de la Víctima. En este caso, creo que nosotros hemos avanzando y, con la ayuda del señor, esperamos que no se vuelva a presentar nunca jamás en la Iglesia un caso de abuso. ¿Qué medidas específicas ha implementado usted en Colombia para combatir la pedofilia en la Iglesia? Hay un plan integral: acompañamiento a la víctima que denuncia, acompañamiento en el proceso que se sigue para determinar la validez de la denuncia, también para determinar la pena que debe recibir el que ha abusado. Eso lógicamente tiene que ir también a Roma. Los protocolos y rutas están plenamente establecidos para que este proceso sea lo más rápido y efectivo posible. No solamente la Iglesia está empeñada en reprimir los abusos para evitar que se vuelvan a presentar. Tenemos toda una política del menor. El papa Francisco utilizó una frase que nosotros hemos asumido: la Iglesia tiene que ser un lugar seguro, de tal manera que en las parroquias, en los colegios, en las guarderías, en toda institución de Iglesia, nosotros podamos tener la certeza de que nadie va a correr peligro. El papa habló de que los católicos son unos en la Iglesia y otros fuera de ella, ¿En Colombia son los católicos camanduleros y de doble moral? Ese es un problema que se ha presentado en toda la existencia de la Iglesia y que se presenta en todos los ámbitos de la vida religiosa. No podemos garantizar que una persona, por el hecho de rezar, de ir a misa, de confesarse de vez en cuando, sea una persona coherente. La coherencia es uno de los problemas más graves que tenemos en todas partes. La gente hoy se ha acostumbrado a la incoherencia. Una cosa es lo que dicen, otra cosa es lo que hacen… una cosa es lo que piensan. La cultura en la que vivimos tiende a fragmentar la vida de las personas. La persona puede vivir con muchas personalidades, con muchas identidades al tiempo. Una cosa es la personalidad que muestra en Facebook, otra la que presenta en Instagram, y otra cosa es la que muestra en la oficina, en la casa y en la Iglesia. Esa fragmentación de la personalidad trae un peligro gravísimo por la dificultad de que alguien así guarde coherencia. ¿Cómo analiza el mandato del presidente Duque? Creo que tiene una excelente voluntad. Él es un hombre de bien: honesto, honrado que quiere hacer las cosas bien hechas. Otro problema es que se las dejen hacer. Tenemos un Congreso muy fragmentado, muy complejo, un país muy difícil porque los problemas nuestros son sumamente serios. Lo único que uno puede pedirle al Señor es que lo ilumine y lo fortalezca para que él pueda seguir adelante y ayude al país a avanzar en la solución de sus grandes problemas. ¿Quién estaría interesado en que al presidente Duque le vaya mal? Hay mucha gente, mucha gente. No voy a entrar a hacer un análisis de la política en Colombia porque ese es un análisis sumamente complejo y que pisaría muchos callos que no es necesario pisar. ¿Cómo ve el tema de la consolidación en implementación de la paz? Es un tema muy complejo porque todo lo pactado en La Habana no era tan fácil de implementar por muchos motivos, pero creo que el Gobierno está haciendo un esfuerzo serio por consolidar la paz. Pero el único problema no es la ex guerrilla de las Farc. Tenemos el ELN, tenemos el EPL, que ahora ha ido recobrando fuerzas nuevas, tenemos bandas criminales, paramilitares o, sencillamente, de narcotráfico, que hacen muy compleja la situación del país. La implementación de la paz requiere un esfuerzo de todo mundo pero que no es fácil, sobre todo teniendo el combustible del narcotráfico. Nosotros vamos a tener que luchar, durante mucho tiempo más, con toda la problemática de la violencia en Colombia. ¿Cuál es su futuro dentro de la Iglesia? El futuro dentro de la Iglesia a nadie le debe preocupar porque nosotros no hacemos carrera. Nosotros estamos para servir. Pero yo ya renuncié como Arzobispo de Bogotá. ¿Y qué le dijo el papa Francisco? Me dijo “quédate quieto. Mientras estés bien no hay problema”. Vamos a ver hasta cuándo estoy bien y por lo tanto hasta cuándo el papa quiere tenerme.

Lun 31 Dic 2018

Descarga el mensaje de la 52 Jornada Mundial de la Paz

Es el título del Mensaje para la 52° Jornada Mundial de la Paz, que se celebra el próximo 1 de enero de 2019, en el marco de la Solemnidad de Santa María Madre. En el texto publicado el 18 de diciembre, el Papa Francisco insiste en que “la política es un vehículo fundamental para edificar la ciudadanía y la actividad del hombre, pero cuando aquellos que se dedican a ella no la viven como un servicio a la comunidad humana, puede convertirse en un instrumento de opresión, marginación e incluso de destrucción”. En este sentido, el Santo Padre reitera la importancia del “compromiso por el bien común”, que “cuando está inspirado por la caridad, tiene una valencia superior al compromiso meramente secular y político”. La función y la responsabilidad política, agrega, “constituyen un desafío permanente para todos los que reciben el mandato de servir a su país, de proteger a cuantos viven en él y de trabajar a fin de crear las condiciones para un futuro digno y justo”. Finalmente, al enfatizar que la “buena política está al servicio de la paz”, señala que este es su deseo para el año nuevo: “Paz a esta casa”, que se traduce en la paz que debe germinar en las familias, las comunidades y en el cuidado del entorno, de nuestra Casa Común. Descarga el mensaje completo

Sáb 29 Dic 2018

Política y Paz

Por: Mons. Ismael Rueda Sierra - El tema de la jornada mundial de la paz 2019 dirigido por el papa Francisco, como es usual el 1.º de enero de cada año, aborda un tema que puede ser recurrente por lo esencial pero como ocurre en el pensamiento social de la Iglesia, busca provocar y conmover el discernimiento hacia la paciente y perseverante construcción de la paz y dar un paso adelante en el compromiso de construirla. Este año el papa, inspirado en el saludo misionero indicado por Jesús a sus enviados, “Paz a esta casa” (Lc 10,5) como modo apropiado de “abrir camino” en el anuncio del Evangelio, propone el tema de la profunda relación que existe entre la paz y el ejercicio de la buena política. La casa a la que llega este anuncio es en primer lugar, cada persona y toda persona, así como también cada familia, cada comunidad, cada país, cada continente y el mismo planeta que como lo ha mencionado en otras intervenciones, es nuestra “casa común”, con la propia historia y características de cada uno (Cfr. JM, 1). A sabiendas de que es tan frágil la construcción de la paz, advierte Francisco de entrada, que “la búsqueda de poder a cualquier precio lleva al abuso y a la injusticia” lo cual representa la antítesis de la política, diríamos con mayúscula, que busca el bien común lejos de toda corrupción o imperio del individualismo y los intereses personales. La buena política por tanto, como desafío permanente, entendida ésta como servicio, a ejemplo de Jesús, en cuanto forma sublime de realizar la caridad, luchará por defender la vida, la libertad y la dignidad de las personas en busca de un futuro también justo para todos.(Cfr.2) Pero sería difícil construir la paz desde la dimensión política y en favor de los derechos humanos si no está acompañada de otras virtudes que confluyen en la caridad como son “la justicia, la equidad, el respeto mutuo, la sinceridad, la honestidad, la fidelidad.”. Aquí menciona el papa las “bienaventuranzas del político”, citando al cardenal vietnamita Francois-Xavier Nuyen Van Thuan, añadiendo así otras virtudes como la credibilidad, interés por los demás, coherencia, unidad, búsqueda de cambio y capacidad de escuchar y no tener miedo (Cfr. #3). Lamentablemente existen también los vicios de la política, o sea la mala política, a veces por ineptitud de las personas que quieren ejercerla o por la deformación en los ambientes donde se aplica. La corrupción, en sus diversas expresiones y derivados es sin duda, la principal. La ilegalidad, el enriquecimiento ilícito, el poder mediante la fuerza, el racismo, xenofobia y la depredación del medio ambiente, entre otros, la completan. A los vicios se añade la preocupación por la amenaza constante de la guerra, con sus consecuencias de intimidación, miedo y la proliferación incontrolada del armamentismo que, como siempre, victimiza a los más vulnerables. (Cfr.4;6) El Santo Padre no omite su preocupación, por las nuevas generaciones que han de heredar una buena o mala política, a sabiendas que son los jóvenes y los niños los encargados de consolidar auténticos proyectos de paz para el futuro. Si son marginados, obviamente el futuro está en peligro, si ganan en confianza para participar y aplicar sus propios carismas y capacidades, hay una segura esperanza. (Cfr.5) Para construir la paz con responsabilidad política, que se ha de fundar en el derecho y el diálogo sincero entre sus actores, se necesita, por una parte, de un gran proyecto fundado en la “recíproca responsabilidad y la interdependencia de los seres humanos” pero también requiere una conversión del corazón que se expresa en tres dimensiones que no se pueden separar: la paz con nosotros mismos, la paz con el otro y la paz con la creación. Y la política de la paz se inspira también en María, Reina de la paz cuando en el Magníficat canta la misericordia de Dios que “llega a sus fieles de generación en generación” (Lc 1,50). (Cfr.7) Con mi fraterno saludo de paz. + Ismael Rueda Sierra Arzobispo de Bucaramanga

Lun 17 Dic 2018

El paso navideño

Por: Mons. Ismael Rueda Sierra - Las experiencias significativas no pueden olvidarse. Ya ha transcurrido un poco más de un año desde la visita apostólica del papa Francisco a Colombia. La invitación suya fue a “dar el primer paso”, necesario para abrir nuevos horizontes de paz y reconciliación. El tiempo de Adviento que peregrinamos y la Navidad que celebramos, son una ocasión propicia para evaluar el camino recorrido y verificar si hemos dado un paso adelante en la aplicación, no solamente de los acuerdos de negociación sino en las actitudes personales y colectivas favorables a una cultura de convivencia sana y pacífica. Para los creyentes, que somos invitados desde la fe a preparar la venida y el encuentro con el Señor, significa sin duda revisar nuestra conversión personal y comunitaria que es la garante de los cambios profundos en las conductas habituales y en las costumbres sociales cuyo fruto es aclimatar condiciones de paz y de justicia en solidaridad. Este sería un deseado paso navideño. No obstante, subsiste la amenaza de la repetición de conflictos aparentemente superados, el recrudecimiento de otros y el poco avance en los propósitos de superar sus causas como son entre otras, la corrupción, la inequidad y los difíciles avances en una reforma a fondo para la justa y recta aplicación de la justicia. Prueba de ello ha sido la enorme dificultad para avanzar en la aprobación de los proyectos legislativos que quieren salirle al paso a estos males sociales. Como se ha dejado ver en los últimos días, preocupa mucho no sólo la financiación sino la orientación de los proyectos educativos conforme a una construcción integral, incluyente y promisoria para el país, en el contexto de tantos condicionamientos ideológicos y presiones económicas y políticas a las que están obligadas las naciones. En todo esto también hay que dar el paso esperado. En nivel eclesial, las actuales dificultades que afrontamos como Pueblo de Dios, siguiendo la invitación del Papa a compartirlas solidariamente, nos conducen a asumir responsabilidades, prevenir con decisión y eficiencia las conductas y hechos que generan los escándalos y, con profunda confianza en el Señor, unirnos en oración por la Iglesia, suplicando el don de fortaleza y la sabiduría necesaria para consolidar desde la fe su tarea de nueva evangelización y la ininterrumpida misión que le compete, con humildad, espíritu de servicio a la humanidad especialmente en los escenarios de las periferias sociales, además con espíritu misionero, como el mismo Francisco permanentemente nos insiste. Actitud contraria, por el pesimismo o el desánimo, no estaría acorde con la virtud teologal de la esperanza ni con la certeza absoluta de la presencia del Señor Resucitado que conduce la historia y que, justamente a través de las duras pruebas en ella experimentadas, purifica, salva y suscita nuevos episodios de su amor y su misericordia en la conducción del Pueblo de Dios y su misión de servidor de toda la familia humana. En este ambiente, estamos invitados a vivir la alegría del Evangelio y a encontrarnos con Jesús del pesebre en esta pascua navideña que a su vez nos prepara para hacer camino con Él en el nuevo año. Fraternalmente. + Ismael Rueda Sierra Arzobispo de Bucaramanga

Mar 27 Nov 2018

CCN realiza en Buga taller de comunicación para la paz

Con el apoyo de la Fundación Konrad Adenauer en Colombia, la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) a través de la Comisión de Conciliación Nacional (CCN) se realizará el 29 y 30 de noviembre en Buga el Taller Regional de Comunicadores para la Reconciliación y la Paz. El taller tiene como objetivo capacitar a comunicadores y líderes sociales para que se conviertan en agentes y promotores de un lenguaje de reconciliación y paz. Estas jornadas pedagógicas teórico-prácticas incluyen un análisis de la situación a nivel regional; la reflexión sobre las necesidades de reconciliación en el país, reflexiones teóricas para el trabajo con medios y el uso de nuevas herramientas de comunicación para la memoria histórica y la construcción de paz.

Jue 8 Nov 2018

Agricultor colombiano que resiste a la violencia regala chocolate al Papa

Durante la Audiencia General de este miércoles 7 de noviembre el agricultor colombiano, Germán Graciano, obsequió al Papa Francisco una tableta de chocolate como producto de la resistencia de su comunidad a la violencia y la apuesta por la paz. Germán Graciano, representante legal de la Comunidad de Paz de San José de Apartadó, también entregó al Pontífice una carta en la que explica el proceso productivo de su comunidad y cómo han construido paz. "Fue una gran emoción, un momento muy importante para nuestra comunidad. Le conté sobre las amenazas que enfrentamos, sobre nuestra preocupación y compartí nuestra solicitud de protección con el Papa. El Papa ha escuchado muy atentamente; creo que leerá la carta que le dimos, junto con nuestro Chocolate", señaló el agricultor a la agencia de noticias SIR. La experiencia de la resistencia no violenta al conflicto armado de San José de Apartadó es apoyada por los voluntarios de la Operación Colomba, el cuerpo de paz noviolenta de la Comunidad Papa Juan XXIII. Graciano estuvo acompañado por Silvia De Murani, representante de la Operacion Colomba que apoya a esta comunidad de paz. "Él fue capaz de contar las 300 muertes que la comunidad ha sufrido y explicó que no intentan el odio ni la venganza, solo pide poder vivir en paz en su propia tierra. Una gran emoción. Es una esperanza que estos agricultores puedan seguir sembrando vida y dignidad", señaló. Germán Graciano visita Italia para recibir el "Premio a la Economía Profética 2018", que se le presentó en Castel Gandolfo el pasado 2 de noviembre. La adjudicación del premio fue motivada por el hecho de que la Comunidad logró, en medio del conflicto colombiano, construir una economía alternativa, una resistencia y un modelo ejemplar de consolidación de la paz. Texto y fotos: SIR

Mar 6 Nov 2018

Involucrémonos en el servicio de la paz

Es la invitación que hace el papa Francisco en su habitual video de cada mes. En esta oportunidad el Pontífice señala que con pequeños gestos podemos construir la paz. “Practiquemos esta paz en lo pequeño, con el diálogo guiando las relaciones personales y sociales. Con cero violencia y 100 por ciento ternura, construyamos la paz evangélica que no excluye a nadie, sino que integra a todos, especialmente a los jóvenes y los niños.” El papa recuerda que es inútil hablar la paz si ella no reside en nuestros corazones. “Podemos hablar con palabras espléndidas, hacer una gran conferencia, pero si en nuestro corazón no hay paz, no la habrá en el mundo.” El Papa invita a que recemos para que “el lenguaje del corazón y del diálogo prevalezca siempre sobre el lenguaje de las armas”.

Mié 19 Sep 2018

“Esclavos de la paz, para siempre”

Por: Mons. Luis Fernando Rodríguez Velásquez - Hace un año, estábamos de fiesta. Dispusimos de la mejor forma posible nuestra casa para recibir al Papa Francisco, quien nos visitaría del 6 al 11 de septiembre de 2017. Cómo es de necesario recordar y actualizar todas y cada una de sus palabras, sus mensajes, sus homilías, sus gestos y en general su testimonio de hombre creyente valiente, entusiasta y lleno de esperanza. Aparecen en la memoria las multitudes que en Bogotá, Villavicencio, Medellín y Cartagena, salieron alegres a saludar al Sucesor de Pedro, y a dejarse “tocar” por el haz de su presencia. Resuenan todavía los ecos de sus palabras prolongadas en el espacio por todos los medios de comunicación social, para que millones de personas, creyentes y no creyentes, en todo el territorio colombiano y más allá de nuestras fronteras, pudieran sentir cercano al Papa que vino a Colombia, siguiendo las huellas de Pablo VI y Juan Pablo II, para “compartir con mis hermanos Colombianos el don de la fe, que tan fuertemente arraigó en estas tierras y la esperanza que palpita en el corazón de todos”. ¿Para qué mas vino el Papa a Colombia? Lo dijo también en Roma, en la audiencia general del miércoles siguiente a su llegada: “Este viaje se hizo para llevar la bendición de Cristo, la bendición de la Iglesia, al deseo de vida y de paz que desborda en el corazón de esta nación”. Sin duda que el Papa quiso ayudarnos no solo a “dar el primer paso”, sino que nos estimuló para que siguiéramos dando nuevos pasos en orden a fortalecer el encuentro con Cristo, “en un país en el que las raíces cristianas son muy fuertes”, pero que requiere de un nuevo fervor que haga posible que el Evangelio permee la sociedad entera y dé los frutos de conversión esperados. Pero el Papa no solo quiso anunciar el Evangelio por sí solo. Quiso que este anuncio tocara nuestra realidad. ”Es evidente -dijo el Papa en Roma- que el maligno ha querido dividir al pueblo para destruir la obra de Dios, pero es también evidente que el amor de Cristo, su infinita misericordia es más fuerte que el pecado y que la muerte”. Así es, Francisco encontró un país divido, en la lucha de querer encontrar la paz, pero ante la subjetiva imposibilidad de perdonar, de reconciliarse, de mirar a los demás como hermanos. El Papa Francisco quiso, con su palabra y la palabra de Cristo, liberarnos del yugo del pecado, del rencor, de la iniquidad y la injusticia. Su sueño, su proyecto, que sigue vigente, es que nos hagamos esclavos en el amor, “esclavos de la paz, para siempre”, como fueron sus últimas palabras antes de subir al avión en Cartagena. Que la visita del Papa Francisco a Colombia hace un año, con los esfuerzos que implicaron esta inolvidable visita, no la hagamos inútil, como tantas cosas, que rápido son llevadas al rincón del olvido. La semilla de la esperanza ha sido sembrada, hagamos que produzca verdaderos frutos, y que el Papa, en su corazón, pueda decirse, “no perdí el tiempo en mi viaje a Colombia”. Vino el Papa Francisco y nos bendijo. A nosotros nos toca poner en práctica sus mensajes y orar por él, que tanto necesita de nuestra adhesión filial. + Luis Fernando Rodríguez Velásquez Obispo Auxiliar de Cali