Jue 23 Feb 2017
Centremos nuestra energía en los valores propuestos por Jesús
Hermanos y hermanas, bienvenidos a la celebración eucarística de este domingo, encuentro personal y comunitario con el Señor. Venimos a escuchar la Palabra y a compartir el alimento eucarístico, pan partido para la vida de todos. Como familia de Dios celebremos este misterio y acerquémonos con mucha confianza a recibir del Padre providente el regalo de su amor en su Hijo entregado por nosotros para nuestra salvación.
Lecturas
[icon class='fa fa-play' link=''] Primera lectura: Is 49,14-15[/icon]
[icon class='fa fa-play' link=''] Salmo: 62(61),2-3.6-7.8-9ab (R. 6a)[/icon]
[icon class='fa fa-play' link=''] Segunda lectura: 1Co 4,1-5[/icon]
[icon class='fa fa-play' link=''] Evangelio: Mt 6,24-34[/icon]
[icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO BÍBLICO[/icon]
La ternura de Dios. El mensaje central de esta liturgia de la Palabra está en la revelación del rostro de Dios, de nuestro Dios, del Dios de Jesucristo. Isaías lo compara con el amor de la madre, pero para decir que es mucho más y Jesús lo manifiesta como el Padre que se ocupa de todas sus creaturas, pero para dar énfasis en el amor a la persona humana que vale mucho más que las flores del campo y las aves del cielo.
Los discípulos misioneros de Jesús estamos llamados a profesar nuestra fe en un Dios que tiene rostro tierno, amable, cariñoso. Una de las preocupaciones centrales de la vida de Jesús es mostrarnos ese rostro “Si conocieran al Padre”. Toda su vida se desarrolla en la intimidad con su Padre. Nuestro Dios no es desconocido, no es una “especie de energía” etérea. Acerquémonos cada vez más a este rostro amable, bondadoso y misericordioso. Nuestra fe es en el Dios Padre revelado en la persona de Jesús y que siempre se manifiesta por la fuerza del Espíritu Santo.
La dignidad del ser humano. “Acaso no valen más ustedes que los lirios del campo y las aves del cielo”. Complementa el mensaje central esta referencia directa a la dignidad de la persona humana. Nos preocupamos más por las cosas materiales, por la comida, por el vestido, que por lo que es fundamental. Damos más valor a nuestras necesidades básicas que a la persona en sus valores, proyectos, posibilidades y búsquedas. En la lógica de la revelación cristiana podemos contemplar al Padre, con rostro de misericordia y ternura, pero también a los hijos con rostro de dignidad, de “misericordiados” y de amados intensamente.
La confianza en el Dios providente. “Pues, aunque ella (una madre) se olvide, yo no te olvidaré”. Otro mensaje que se desprende del central es la actitud que genera el Padre con rostro de ternura: la confianza. Esta actitud complementa el sentido de la dignidad humana, porque la confianza en Dios potencia el trabajo por la dignidad del ser humano que se siente interpelado a darle a su vida un sentido de trascendencia, superando el peligro de la supremacía de las cosas materiales.
[icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO SITUACIONAL[/icon]
Búsqueda de lo esencial: el reino de Dios. El ser humano avanza en la búsqueda de sentido. Siempre es inquieto y quiere encontrar respuestas definitivas. El Padre providente tiene una propuesta como respuesta a esa búsqueda y la plantea como esencial: el reino de Dios, su reino. La respuesta definitiva la encontrará el ser humano, cuando centre sus energías en los valores propuestos por Jesús y que son la esencia del reino de Dios.
Esta búsqueda no significa abandonar el compromiso de asumir responsablemente la tarea de transformar el mundo, por el contrario, es poner el acento en los valores fundamentales mediante los cuales se hace presente el reinado de Dios.
No se puede servir a Dios y al dinero. Pero buscar el reino de Dios como apuesta esencial, implica poner las demás cosas en su justo lugar. El Señor sabe que no es posible tener dos amos, luego es necesario hacer una opción: o lo uno o lo otro. Cristo nos invita a buscar lo esencial en esta vida y a poner cada cosa en su lugar, venciendo la tentación consumística. Las idolatrías del mundo de hoy tienen que ceder su paso a lo que realmente vale la pena, a lo que es trascendente y definitivo. Hoy es más actual que nunca este mensaje, porque se ha querido desplazar a Dios a un segundo o tercer lugar, mejor dicho, muchos ni siquiera lo consideran en el horizonte de su vida. Lo material es de aquí y se queda aquí, hay algo más, lo espiritual es del resorte del Padre providente y su destino es allá, en la trascendencia, en la plenitud.
[icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO CELEBRATIVO[/icon]
Sólo en Dios descansa mi alma, porque de él viene mi salvación. La celebración de la eucaristía es el don de la salvación, Dios comparte todo su ser con nosotros, asume la pobreza en los signos sacramentales del pan y del vino para hacernos ricos y así instaurar el reinado de Dios en el mundo. No levantemos altares al dinero, al placer, a la comida. Que el corazón y las manosqueden libres, para servir a Dios y a su Reino. Dios es el absoluto.
Administradores de los bienes de Dios. La eucaristía es un don de Dios a la comunidad eclesial y al mundo. Nosotros los presidentes de la asamblea litúrgica estamos llamados a ser buenos administradores de esta riqueza infinita para la comunidad. A un administrador se le pide fidelidad, manifestemos esta virtud con la buena preparación y una digna celebración de modo que el pueblo de Dios pueda recibir la abundancia del don de Dios, las riquezas y tesoros del reino de los cielos.
[icon class='fa fa-play' link='']Recomendaciones prácticas[/icon]
Se pueden resaltar en esta celebración dominical las siguientes expresiones: ternura de Dios, providencia divina, confianza, sólo Dios basta.
Explicar el sentido de la ofrenda como expresión de reconocimiento y de acción de gracias a Dios por los bienes que nos ha concedido para que los administremos. Compartir es una forma de reconocer a Dios como Señor.
Puede emplearse el Prefacio Dominical X: “El Día del Señor, p. 392 del Misal que resalta la convocación a su casa que Dios Padre nos hace en este día de fiesta.
Tener presente que: El próximo miércoles, 1° de marzo, es “Miércoles de Ceniza”, se inicia la cuaresma; es día de ayuno, abstinencia y obras de caridad; comienza la Campaña de la Comunicación Cristiana de Bienes. Liturgia de las Horas Tomo II, Salterio 4ª semana. Convendría hacer una adecuada catequesis que disponga al ayuno y a la abstinencia cuaresmales. No olvidar que la ceniza se debe hacer de los ramos bendecidos del año anterior o de ramas de árboles y se impone sobre la frente o sobre la cabeza, directamente con los dedos (no con sellos de corcho u otro material). Se debe corregir o evitar cualquier cosa que pueda llevar a la práctica supersticiosa de la imposición de la ceniza