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Lo mismo ustedes, estén preparados
Tags: predicación orante Iglesia homilética evangelio Liturgia conferencia episcopal

DECIMONOVENO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO
Agosto 7 de 2022
Primera Lectura: Sb 18, 6-9
Salmo: Sal 33(32), 1 y 12.18-19. 20 y 22 (R. cf. 12b)
Segunda Lectura: Hb 11, 1-2.8-19
Evangelio: Lc 12, 32-48
I. Orientaciones para la Predicación
Introducción
La palabra de Dios este domingo nos presenta tres aspectos desde los cuales se puede abordar la reflexión homilética:
• Pueblo de Dios, tanto la primera lectura del libro sapiencial de la sabiduría como el salmo presenta una misma unidad temática, recuerda la constitución del pueblo de Dios que empieza su conformación desde Abraham, pasando por los patriarcas Isaac, Jacob; Moisés donde salen de Egipto y vagan por el desierto cuarenta años, hasta cuando ingresan a la tierra prometida guiados por Josué.
• La fe, viene definida como la “seguridad de lo que se espera y la prueba de lo que no se ve”. La fe es un don de Dios a las personas para aprender a confiar no solamente en sus propias capacidades, sino a esperar en Dios contra todas las esperanzas humanas. Sirve de ejemplo la fe los patriarcas que en la historia de la salvación se destacan por confiar y esperar en Dios.
• Jesús instruye a sus discípulos. La perícopa del Evangelio compendia varias sentencias en la que Jesús enseña a los discípulos en temas relacionados con la administración de los bienes temporales, sobre la fidelidad en lo que se les ha confiado, sobre las actitudes que deben caracterizan al siervo como la honestidad, teniendo en cuenta que a quien más se le da, más se le exigirá.
1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura?
El libro de la sabiduría comienza recordando cómo Dios ha escogido al pueblo de Israel, como el pueblo de su heredad. Se invita al pueblo a tener ánimo y confiar en las promesas de las cuales se fían. Este pueblo que espera la salvación de sus hijos inocentes y piadosos. La identidad de pueblo de Dios sellado por la alianza los constituye en un pueblo justo, caracterizado por el cumplimiento de la ley sagrada; y la acción de ser el pueblo elegido por Dios, los conforma como un pueblo santo que se traducirá en la vivencia de la solidaridad, ante los peligros y en la repartición de los bienes entre ellos. Este testimonio celebra con himnos tradicionales el ser pueblo de Dios.
En esta misma línea temática de la categoría: pueblo de Dios y del libro de la sabiduría, el salmo 33 (32) profundiza algunos aspectos: la dicha de este pueblo es que Dios lo ha escogido para su heredad. Es un pueblo santo, cuya alabanza destaca por la bondad de sus integrantes. Destaca la felicidad que puede experimentar una nación cuando tiene a Dios como el Señor, porque sus fieles esperan siempre en su misericordia, la libra de la muerte, los sostiene en tiempos de dificultad y hambre. La característica principal de ese pueblo que tiene a Dios como heredad es la misericordia.
El eje temático de la carta a los Hebreos es la fe, y profundiza sobre los ejemplos patriarcales del primer testamento, destacando al padre la fe Abraham, pero igualmente resaltando la fe de Sara, Isaac, Jacob. El autor sagrado desarrolla el tema de la fe con unas palabras sinónimas: quien cree es obediente, espera contra toda esperanza, confía, se fía (fiat). Alrededor de Abraham se destacan aspectos de su llamado, la salida de su tierra, desconociendo hacia dónde se dirigía, pero confiando enteramente en Dios, a pesar de su edad, y por parte de su esposa el esperar una descendencia que se constituiría en la promesa que sería padre de muchas naciones y que sus hijos se multiplicarían como las estrellas del cielo y las arenas incontables de las playas. Lo particular de esta fe es que a pesar que ellos mueren sin ver cumplidas las promesas, confían y la observan desde la patria celestial, dado que Abraham pensó que Dios tiene poder hasta de resucitar a os muertos. Abraham también renuncia a su hijo y es capaz de ofrecerlo en sacrificio, a la vez que rompe con la tradición de los pueblos circundantes que practicaban los sacrificios humanos, estableciendo una nueva forma de relacionarse con Dios a través de la ofenda del cordero inocente.
En torno a las enseñanzas de Jesús a sus discípulos, hay una especie de recopilación de pequeñas pero profundas sentencias prácticas sobre cómo hacer la voluntad de Dios de cómo alcanzar la vida eterna. Lo primero que destaca es el pueblo de Dios, lo llama con la ternura propia de la misericordia. “no temas pequeño rebaño”, Dios Padre les ha dado el Reino. Sigue la enseñanza sobre acumular riquezas, e invita a sus discípulos a hacer generosos, dando limosna para acumular tesoros en el cielo y no en la tierra; indicando que el criterio más profundo es el corazón. Seguidamente, brinda una enseñanza sobre cómo estar preparados a la llegada del Señor, ante la incertidumbre de no saber ni le día ni la hora: ceñidas la cintura, las lámparas encendidas, actitudes de la persona que está vigilante y a la espera. Alimenta esta preparación la atención a la vigilancia, la figura del siervo que abre la puerta, pone la mesa, pero también la del ladrón que podría abrir un boquete; por todo ello, hay que estar preparados, es una vigilancia que no admite distracción ni descuido, ya que lo que está en juego no son los bienes terrenales sino la vida eterna. A continuación, introduce la figura del administrador que está al frente de una servidumbre, a quién el amor le confía su casa mientras está de viaje. ¿Cómo se comporta este administrador? Es fiel, solícito, maltrata a la servidumbre, descuidado, empieza derrochar los bienes de su amo; el panorama cambia cuando llega el amor, pues será castigado, despedido y recibirá azotes y cierra con la máxima del administrador, quienes han recibido mucho se les exigirá más ante quienes han recibido menos talentos o responsabilidades en la administración.
2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad?
Partiendo del evangelio para llegar a la primera lectura, se destaca la figura del administrador dentro de las diversas enseñanzas que nuestro Señor Jesucristo les viene haciendo a los discípulos. Toda persona que viene a este mundo ha recibido un ADN como herencia de su padres, con unos talentos naturales como los cinco sentidos, que poco a poco va desarrollando y multiplicado; esos talentos se van perfeccionando y multiplicando en la familia, la vida parroquial, el colegio, la universidad hasta llegar hacer una persona responsable que de acuerdo a la dedicación y el cultivo de esos talentos, se van asumiendo responsabilidades, y puede que la persona desarrolle actitudes de liderazgo que lo pongan al frente de una empresa, comunidad, de una nación, incluso de grandes responsabilidades empresariales trasnacionales.
La historia de la humanidad, de los pueblos va destacando por la fuerza, tenacidad, empeño, dedicación, responsabilidad de sus líderes, de sus administradores en la conformación de los pueblos en naciones. La historia de salvación del pueblo de Israel, se distingue en su conformación, por unos líderes que administraron y constituyeron al pueblo: patriarcas como Abraham, Isaac, Jacob, Moisés, Sara, rebeca, Rut, José; la época real: Saúl, David, Salomón; profetas: Elías, Samuel, Isaías, Jeremías, Ezequiel, Daniel, Habacuc, Sofonías entre muchos otros. ¿Qué es lo que hace al pueblo de Israel único, especial?: la revelación de Dios, que los conforma, configura y va soplando su Espíritu en sus administradores, les regala unos sueños, promesas que se van cumpliendo en el tiempo; les inspira la ley que los va fortalecer en la unidad, y protección a los más vulnerables, y todos los miembros de ese pueblo, serán santos porque serán solidarios frente a los peligros y en tiempos de bienestar se mantendrán unidos en la alianza que han establecido con el Señor su Dios.
La conformación de Israel como pueblo de Dios es el sello característico, que inspira la conformación y el desarrollo de muchas naciones de occidente que con criterios cristianos han constituido sus leyes y constituciones teniendo a Dios como su rey y su principal inspirador. El desarrollo de los pueblos por la fuerza, lealtad, generosidad de sus líderes permiten crear unas naciones sólidas con valores éticos y morales que permiten a las naciones aguantar las pruebas en los momentos críticos y superar con fe, las pruebas y contradicciones. La humanidad hoy por hoy se ve desafiada frente a los flagelos de la guerra, pandemias, desastres del ecosistema, para que brille por el liderazgo de sus presidentes, administradores fieles y solícitos que se requieren en tiempos de cambios, tribulación, donde los habitantes de sus pueblos sufren la inequidad, desigualdad, consecuencias de la corrupción, dinero fácil, y la desarticulación entre la individualidad y la unidad comunitaria. Las sociedades requieren administradores fieles, honestos, transparentes que unas sus talentos, sus esfuerzos para proteger a los más vulnerables. El peligro de ignorar a Dios, es que el hombre se autodestruye, pues la ausencia de Dios, trae como consecuencia que las personas pierdan la imagen y la semejanza de Dios y no se vean como hijos de un mismo padre, desde donde proviene la dignidad, sino como un rival al que hay que acabar.
3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo?
De la categoría pueblo de Dios habla la Constitución conciliar Gaudium et spes, a través de las realidades del pueblo y la cultura. “Pueblo” designa un sujeto social que se reconoce deudor de una experiencia histórica, comparte un conjunto de valores culturales y desea un proyecto de vida en común. Por cierto, esta categoría es abierta, puede ser ambigua, y ha sido manipulada por populismos y totalitarismos. En los últimos años hay nuevos debates acerca de esta noción, que proviene tanto de la tradición bíblica como de la cultura griega. Un concepto filosófico y teológico de pueblo, distinguible de otras nociones acerca de la sociabilidad humana -como sociedad, comunidad, nación y cultura- tiene un núcleo de sentido permanente que debe ser repensado. “La imagen de la Iglesia que más me gusta es la del santo Pueblo fiel de Dios. Es la definición que uso más y está tomada del número 12 de la Lumen Gentium. La pertenencia a un pueblo tiene un fuerte valor teológico. Dios, en la historia de la salvación, ha salvado un pueblo. No existe una identidad plena sin pertenencia a un pueblo… El pueblo es sujeto. Y la Iglesia es el Pueblo de Dios caminando en la historia, con alegrías y dolores…”[1]
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Recomendaciones prácticas:
• Jornada Nacional de la Pontificia Obra de San Pedro Apóstol (POSPA) para la Animación y Formación de los Sacerdotes Nativos.
• Fiesta Nacional Batalla del Puente de Boyacá.
• Posesión del nuevo Presidente de la República. Invitar a los fieles a orar por él.
II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles
Monición introductoria de la Misa
La alegría de celebrar la Eucaristía Dominical es congregarse como Pueblo de Dios, convocado para escuchar la palabra y alimentarse del cuerpo y de la Sangre que nos constituye en Iglesia, donde cada uno de sus miembros con los talentos y las responsabilidades recibidas construyen el Reino de Dios: amor, justicia y paz para todos. Bienvenidos a esta fiesta de la comunidad.
Monición a la Liturgia de la Palabra
La fe es la seguridad de lo que se espera, prueba de lo que no se ve; como administradores de los tesoros celestiales, preparemos nuestros oídos, corazones y nuestra mente para escuchar la Palabra que nos conforma como pueblo de Dios al servicio de la humanidad. Afinemos el oído, escuchemos la palabra que será proclamada.
Oración Universal o de los Fieles
Presidente: Al Padre celestial, que quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de su verdad; a Él dirijamos nuestras súplicas diciendo:
R. Aumenta, Señor nuestra fe.
1. Por el Papa, los obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas, laicos; miembros del pueblo de Dios, consagrado al servicio de la humanidad; para que conscientes de su vocación y de su misión, administren los bienes espirituales para llevarlos a la patria celestial. Roguemos al Señor.
2. Por los gobernantes de las naciones, especialmente por el nuevo presidente, para que, en el ejercicio de sus funciones, procuren leyes justas que protejan a los miembros más vulnerables de la nación. Roguemos al Señor.
3. Por las fuerzas civiles del Estado: ejército, policía y servidores públicos; para que protejan y custodien la seguridad de sus conciudadanos, brindando protección, confianza y honestidad en su administración y servicio. Roguemos al Señor.
4. Por quienes administran los recursos de la nación y empresarios del país; para que brinden a sus trabajadores las garantías dignas de contratación, y brinden a sus operadores condiciones dignas para el desarrollo integral de las personas. Roguemos al Señor.
5. Por los padres de familia, niños y jóvenes, para que cultiven los talentos y responsabilidades en sus hijos con honestidad y responsabilidad. Roguemos al señor.
Oración conclusiva
Dios Padre celestial, creador,
que en tu Santo Espíritu
has prodigado de dones y talentos a tus hijos,
permítenos servirte con justicia y paz
los regalos que has dado a tu pueblo,
por Jesucristo Nuestro Señor.
R. Amén.
[1] Galli, Carlos María, “El pueblo de Dios, el pueblo y los pueblos. El papa Francisco y la teología argentina”; en http://www.americalatina.va/content/americalatina/es/articulos/el-pueblo-de-dios--el-pueblo-y-los-pueblos--el-papa-francisco-y-.html. 07 febrero 2017.



Pascua y año litúrgico
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Vie 11 Abr 2025
Perdónales porque no saben lo que hacen
DOMINGO DE RAMOS - EN LA PASIÓN DEL SEÑORAbril 13 de 2025En la Pasión del Señor: Lucas 19,28-40Primera Lectura: Isaías 50,4-7Salmo: 22(21),8-9.17-18a.19-20.23-24 (R. 2a)Segunda Lectura: Filipenses: 2,6-11 Evangelio: Lucas 22,14 - 23,56I.Orientaciones para la PredicaciónIntroducciónEl domingo de Ramos es el pórtico que nos otorga la liturgia para la actualización del misterio de la redención humana: en la pasión muerte y resurrección de Nuestro Señor Jesucristo. Propongo tres líneas temáticas para la reflexión de la liturgia de la palabra en este domingo: •La entrada de Jesús a la ciudad santa genera un cambio que pervive hasta hoy.•El Mesianismo de Jesucristo se traza desde la perspectiva del servicio, del sacrificio de la donación.•La humildad del Señor no es un gesto externo, epidérmico, sino una opción radical de amor que lleva la Divinidad al abajamiento en el misterio sublime de la encarnación. 1.Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura?Los relatos de la pasión de Jesús nos resultan familiares desde la etapa de nuestra infancia. Sin embargo, en estos días de la Semana Santa adquieren una relevancia singular.En la celebración eucarística del Domingo de Ramos en la Pasión del Señor de este año 2025 leemos el texto de la pasión de Jesús según San Lucas. La narración coincide esencialmente con lo transmitido por los otros dos evangelios sinópticos, pero contiene algunos pasajes propios que presento en el siguiente decálogo:1. San Lucas nos transmite un relato de la institución de la eucaristía (Lc 22, 15) que guarda mucho parecido con el que San Pablo escribía a los fieles de la comunidad de Corinto (1 Cor 11, 23-25). Es evidente que la fuente debe de ser la misma, hay gran afinidad entre el enfoque Lucano y Paulino.2. Es sugestiva la predicción de las negaciones de Simón Pedro (Lc 22, 31-34) en la proximidad de la pasión (Lc 22, 35-38). Lucas es el único en anotar que, tras las negaciones del apóstol, el Señor se volvió y dirigió una mirada a Pedro (Lc 22, 61). Es un detalle que concuerda bien con el estilo Lucano de la gracia y la compasión.3. En el escenario del huerto de Getsemaní, Lucas recuerda la presencia de un ángel, al tiempo que constata el sudor de sangre de Jesús (Lc 22, 43-44). Es el único que transmite las palabras que Jesús dirige a Judas: “¿Con un beso entregas al hijo del hombre?” (Lc 22, 48) y también su comentario ante los que llegan a detenerlo: “Ésta es su hora y el poder de las tinieblas” (Lc 22,5 3), sin hacer referencia al cumplimiento de las Escrituras.4. En el proceso judicial de Jesús, las autoridades judías lo acusan ante Pilato, diciendo: “Hemos encontrado a este agitando a nuestro pueblo e impidiendo dar tributos al César y diciendo que él es el Cristo rey” (Lc 23,2). Se nos indican los motivos por los que había sido detenido Barrabás (Lc 23,19.24). Se insiste por tres veces en que Pilato no encuentra en Jesús una causa de muerte (Lc 23,20-22; 23,15; 23,4). Tampoco Herodes encuentra culpable a Jesús (Lc 23,6-12). Y curiosamente, Lucas omite las burlas a las que lo someten los soldados en el pretorio. Es como si el evangelista tratara de suavizar la responsabilidad y la culpa de los protagonistas de la pasión tendiendo un velo de comprensión, propio de la misericordia de este evangelio.5. Este evangelio, que había presentado a un grupo de mujeres entre los discípulos de Jesús en Galilea (Lc 8,1-3), es el único que describe, y con generosidad, el encuentro de Jesús con las mujeres de Jerusalén que lloran al verlo caminar cargado con la cruz camino del Calvario (Lc 23,26-32).6. El evangelio de San Lucas recoge la blasfemia de uno de los ladrones, condenado y ajusticiado junto a Jesús. Es el único que recoge también la súplica que le dirige el otro ladrón, así como la respuesta acogedora de Jesús que le promete su compañía inmediata en el paraíso (Lc 23,39-43).7. Este mismo evangelio, que tanta importancia ha concedido a la oración filial de Jesús, es el único que incluye su intercesión por los que lo condenan y escarnecen: “Padre, perdónales, pues no saben lo que hacen” (Lc 23,34). Nos ofrece también su oración final: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu” (Lc 23,46).8. La pasión de San Lucas no sólo se recogen las palabras del centurión, asombrado ante la figura de aquel hombre “justo”, sino también la reacción de la gente que ha asistido a la muerte de Jesús: “Toda la gente que estaba presente a este espectáculo, al observar las cosas que sucedían, se volvió golpeándose el pecho” (Lc 23,48).9. De José de Arimatea San Lucas no menciona que fuera un discípulo rico -como subraya Mateo (Mt 27,57)- sino que era un hombre bueno que no había estado de acuerdo con la decisión del Consejo de los judíos (Lc 23,50-51). Así pues, Jesús que había sido recibido de niño por un hombre “justo” como Simeón (Lc 2,25), recibe, ya muerto, el cuidado de otro hombre justo.10. Respecto a las mujeres que estuvieron al pie de la cruz, Lucas las reconoce como aquellas que habían seguido y acompañado a Jesús desde Galilea (Lc 23,55). Después de volver del Calvario, prepararon perfumes y ungüentos y según el precepto de la Ley, descansaron durante el sábado (Lc 23,56). Se insinúa que habían servido a Jesús durante su vida y lo sirven ya muerto. El seguimiento y el servicio las identifican como verdaderas discípulas del Señor.Estos sencillos pero significativos detalles nos revelan los sentimientos humanos y el dolor de la agonía del Maestro. Se vislumbran además a través de los anteriores rasgos algunas características que recorren todo el evangelio de Lucas: la importancia de la oración y de la misericordia de Dios, la presencia de las mujeres como seguidoras del Señor y la majestad e inocencia de Jesús.2.Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad?La entrada de Jesús en Jerusalén para asumir el cierre de su ministerio mesiánico genera un giro sublime en la perspectiva de la fe. El pueblo judío esperaba la entrada procesional de la torah para rendirle el respectivo homenaje, pero irrumpe Jesús en medio de la ciudad montado en un asno, imagen que con toda seguridad evocaba en el pueblo los momentos de paz. El caballo es la cabalgadura dispuesta para las batallas, el asno se utilizaba cuando se quería manifestar a un rey que proponía la paz o la percibía en el entorno. La entrada de Jesucristo en el asno reavivaba el cumplimiento de las promesas mesiánica (Zac 9,9) y colmaba de esperanza el corazón del pueblo de Dios. La propuesta mesiánica de Jesús es diversa, llena de amor, de comprensión de bondad, de cercanía especialmente con los más vulnerables, esto impacto profundamente un sector del pueblo que explotó en alegría y acogieron a Jesús con ¡vivas! y cánticos de júbilo. Cuando Jesús entró en Jerusalén la ciudad cambió y este cambio fue definitivo o es recordado y actualizado es misterio del ingreso victorioso del Señor. Cuando Jesús entra en nuestra vida y halla acogida nuestra vida cambia. Ingresa el Señor a la ciudad santa encarnando la figura el siervo sufriente descrito por Isaías en la primera lectura, no hace una aparición imponente, cargada de artilugios, sino todo lo contrario, silencioso consciente del enorme sacrificio que implica la salvación, y con una propuesta que rompe las lógicas de este mundo donde vence el más fuerte, el más poderoso, el que más se muestre, el enfoque de Cristo es paradójico se vence desde la pequeñez, desde la bondad desde le compromiso serio y profundo de amor. Finalmente, la auténtica humildad de Jesucristo se percibe en la segunda lectura con el himno del abajamiento, siendo Dios asume la condición de siervo. Es la ruptura de la soberbia inicial del hombre siendo creatura queríamos ser dioses la perspectiva de Cristo es otra. Muchos podrán quedarse reflexionando sobre la humildad de Jesús solo por la cabalgadura que utiliza “un asno”, sería reducir la humildad a algo meramente externo, la actitud de la decisión libre, amorosa, y comprometida de la segunda persona de la Santísima Trinidad al encarnarse, despojándose nos muestra que la humildad viene desde dentro, de las entrañas sublimes del misterio de Dios. Iniciar la semana santa implica despojo, vaciamiento de todo aquello que acumulamos y que definitivamente no viene del Señor y por el contrario abrirnos para tener en el alma los mismos sentimientos de Cristo.3.Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo?Padre Santo, te damos gracias por el testimonio de no-violencia dado y enseñado por tus profetas y, sobre todo, por tu Hijo Jesús. Te rogamos que vengas en nuestra ayuda, despierta en nosotros cada mañana el deseo de escuchar tu Palabra, enséñanos con tu Espíritu de paciencia. Que sepamos reconfortar a aquellos que no pueden sufrir más.Cristo Jesús, te adoramos y bendecimos: Tú, que eres de condición divina, te despojaste de ella y te hiciste servidor de todos. Padre, te glorificamos, porque a tu Hijo humillado hasta el extremo por la humanidad, lo elevaste por encima de todo. Te pedimos por nuestra humanidad que continúa sufriendo y haciendo sufrir: levántala y cúrala por tu Espíritu de resurrección. Que el descenso de Dios contribuya al ascenso de lo humano. Jesús, Hijo de Dios vivo, te bendecimos por esta revelación admirable que has hecho en el ladrón arrepentido, y por la cual fortaleces nuestra esperanza: “hoy mismo estarás conmigo en el paraíso”. En nombre de todos nuestros hermanos triturados por el dolor y por la infelicidad, te pedimos: “En tu Reino, acuérdate de nosotros, Señor.II.Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Hermanos, hemos sido congregados como comunidad de fe para iniciar la celebración de la Semana Santa recordando aquella entrada de Jesús a Jerusalén. Hoy, nosotros aclamaremos a Cristo, nuestro Rey y Redentor, igual que los hebreos, con palmas y ramos, símbolo de vida y de victoria; que nuestra alabanza sea una profesión de fe y un compromiso para seguir al Señor en su camino hacia la cruz a través de ella hacia el triunfo definitivo.Monición a la Liturgia de la Palabra La palabra de Dios contribuye de manera eficaz a la actualización del misterio salvífico, dispongamos el oído y el corazón para acoger el mensaje sagrado que será proclamado, que la voz de Dios se haga fecunda en nuestra realidad cotidiana. Oración Universal o de los Fieles Presidente: Adoremos a Cristo, que, al entrar en Jerusalén, fue aclamado por las multitudes como rey y mesías; acojámosle también nosotros con gozo, diciendo:R. Por tu pasión, escúchanos Señor.1.Padre Santo Tú que has hecho subir a Jesucristo a Jerusalén para sufrir la pasión y entrar así en la gloria, fortalece al papa Francisco a los obispos y conduce a tu Iglesia a la Pascua eterna.2.Señor Tú que has querido salvarnos desde una propuesta de humildad y amor extremo, ayuda a nuestros gobernantes a involucrarse en el dolor del pueblo y así actuar con pertinencia. 3.Salvador nuestro, que viniste a salvar a los pecadores, conduce a tu reino a los que en ti creen, esperan y te aman.4.Padre de bondad te pedimos por todos nosotros que iniciamos la celebración de semana santa que estos días de gracia contribuyan a la solidez de nuestra fe y nuestra conversión permanente.Oración conclusivaPadre, pon en nuestra alma sentimientos de misericordia para recorrer, cada uno, el camino de nuestra salvación. Por Jesucristo Nuestro Señor. R. Amén.

Vie 4 Abr 2025
Anda, y no peques más
QUINTO DOMINGO DE CUARESMAAbril 06 de 2025Primera lectura: Isaías 43,16-21Salmo: 126(125),1-2ab.2cd-3.4-5.6Segunda lectura: Filipenses 3,8-14Evangelio: Juan 8,1-11I.Orientaciones para la PredicaciónIntroducciónEste domingo nos apartamos del evangelio de Lucas para entrar, dentro del evangelio de Juan, en un bellísimo pasaje que de todas formas tiene sabor lucano y no pierde de vista la experiencia de la misericordia. Se trata del episodio de la mujer sorprendida en adulterio (Juan 8,1-11). Frente a ella y también frente a sus acusadores hoy vemos a Jesús como Señor de la misericordia y del perdón, que penetra en lo más íntimo del corazón del hombre. El contexto del pasaje es del conflicto. Como vimos el domingo pasado, la misericordia de Jesús escandalizó a los fariseos y escribas de su tiempo. Por eso desaprobaron la praxis de Jesús y buscaron la manera de demostrarle que solamente su comportamiento era el que correspondía a la voluntad de Dios. Para ellos el punto de referencia era estrictamente la Ley. Precisamente en este punto es que ahora ponen a prueba a Jesús y ésta será la ocasión para una magnífica enseñanza sobre el dinamismo del perdón: reconocer el pecado, ser perdonado y perdonar a los demás. Y viceversa, así como no está autorizado para juzgar quien tiene motivos para ser juzgado, igualmente sólo quien perdona puede ser perdonado por Dios .1.Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura?A Jesús le presentan una mujer sorprendida en adulterio, con ello buscaban algún motivo para hacerle caer. Según la ley de Moisés, la mujer adúltera debía ser lapidada. Si Jesús aceptaba la lapidación, la misericordia que él predicaba quedaría desvirtuada; si la rechazaba, estaría contrariando la Ley. La respuesta de Cristo es una lección de justicia y misericordia: “El que esté libre de pecado que tire la primera piedra”. Quienes pedían castigo por el pecado, estaban llenos también de culpa. A la mujer, quien ha quedado sola con Él, Jesús, le ofrece su misericordia diciéndole: “yo tampoco te condeno”, pero la invita a la conversión: “vete y no peques más”.2.Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad?1. Después de pasar la noche en el monte de los Olivos, Jesús madruga para ir al Templo y allí lo rodea una gran cantidad de gente que busca su enseñanza. El texto dice que el auditorio estaba compuesto por “todo el pueblo”. Pareciera exagerado, pero es la manera de ambientar la escena y preparar lo que viene: Jesús está ante la Ciudad Santa en calidad de “Maestro”, por eso dice “se sentó y se puso a enseñarles”. El reconocimiento de la autoridad de Jesús llega al máximo entre la gente. Puesto que “todo” el pueblo está allí, un fracaso ante los otros maestros podría desautorizarlo definitivamente. La situación es peligrosa. La situación será aprovechada por los enemigos de Jesús para emboscarlo en una trampa jurídica, desacreditarlo y llevarlo al patíbulo.2. En esa circunstancia, “los escribas y fariseos le llevan una mujer sorprendida en adulterio”. Parece ser que el hecho es indudable. Al respecto la Ley es muy clara: “Si un hombre comete adulterio con la mujer de su prójimo, será muerto tanto el adúltero como la adúltera” (Levítico 20,10).Jesús es abordado como Maestro que debe dar el veredicto. Los acusadores le presentan a Jesús el hecho; le recuerdan la norma de la Ley: “Moisés nos mandó en la Ley apedrear a estas mujeres”; le piden el veredicto: “¿Tú que dices?”.Jesús es colocado entre la espada y la pared, en principio no le queda más alternativa que asociarse a la praxis de sus adversarios y responder pidiendo la pena de muerte de la mujer. De no hacerlo daría suficientes motivos para ser señalado de actuar contra la Ley de Dios.El evangelista nos dice que “esto lo decían para tentarle, para tener de qué acusarle”. Oportuna precisión que saca a la luz la cuestión de fondo: Si Jesús aprueba el comportamiento de sus enemigos, también acepta su posición contra los pecadores; en consecuencia, tendría que ponerle fin a su praxis de misericordia y aparecer ante el pueblo como un falso maestro. Pero si Jesús no lo hace, resulta que termina desaprobando una Ley inequívoca ante un hecho inequívoco, e igualmente daría motivos para ser acusado de falso maestro que aparta a la gente de la Ley de Dios y, en consecuencia, debería ser quitado de en medio del Pueblo.Jesús responde con un gesto y con una frase. El gesto silencioso: “Inclinándose, se puso a escribir con el dedo en la tierra”. Jesús no se precipita para dar el veredicto, se toma un tiempo. Quizás esto sea lo más importante puesto que lo hace dos veces, enmarcando la única frase que pronuncia. Su primera respuesta es el silencio, un silencio que invita a todos a la reflexión. Jesús se comporta como si estuviera completamente solo, concentrado en su juego de hacer garabatos en la tierra.Este gesto podría ser interpretado como una indicación de la calma y la seguridad que Jesús tiene; como una manera de cansar e irritar a sus enemigos; como un gesto simbólico.Muchos han explorado la tercera posibilidad, una de las más interesantes es la que ve allí la referencia de Jeremías 17,13: “Los que se apartan de ti, en la tierra serán escritos, por haber abandonado el manantial de aguas vivas, Yahveh”. De ser así, ¿Jesús le estaría recordando a sus adversarios que son infieles a Dios y merecen ser escritos en el polvo y extinguidos? De cualquier forma, ellos pierden la paciencia y presionan a Jesús para que les dé una respuesta.Jesús se levanta y les dice la siguiente frase: “Aquel de vosotros que esté sin pecado, que le arroje la primera piedra”.Por fin Jesús los toma en cuenta y se dirige directamente a sus adversarios citando de forma adaptada la norma de Deuteronomio 17,7. Con sus palabras, les hace caer en cuenta de un tercer elemento que no han tenido en cuenta: ellos apuntaron el delito, lo confrontaron con la Ley; pero no han tenido en cuenta sus propios pecados. Ellos no pueden presentarse como si no tuvieran ninguna falta y por eso también necesitan de la paciencia, de la misericordia y del perdón de Dios. ¿Por qué tienen tanto afán en la condenación de la mujer adúltera?Los escribas y fariseos quieren tratar a la mujer como un caso más, fríamente, como si fuera un problema de aritmética. Jesús introduce una nueva consideración: la situación de los acusadores ante Dios. Los lleva a examinarse a sí mismos, ¿cómo quisieran ser tratados? Jesús deja un nuevo espacio de reflexión.Los adversarios son honestos y aceptan en su corazón la palabra de Jesús: “al oír estas palabras, se iban retirando uno tras otro”. Lo mismo hace todo el auditorio. ¡Qué increíble lección recibieron aquel día! Ninguno de los presentes afirmó que no tuviera ninguna culpa ni arrojó la primera piedra. Todos se fueron. Jesús y la mujer quedan solos.3. Jesús se levanta y se percata de que no quedan sino la mujer y él. Hasta el momento Jesús se ha dedicado a los acusadores, ahora se dirige a la mujer acusada. Este grandioso momento final gira en torno a un diálogo delicado y concreto entre los dos. Jesús hace dos preguntas y dos afirmaciones: Las dos preguntas aclaran la nueva situación: los acusadores ya no están y ninguno ha condenado a la mujer.En las dos afirmaciones Jesús plantea su propia posición: tampoco él la condena a la pena de muerte y la despide exhortándola a comenzar una nueva vida. En otras palabras: una absolución y el encargo de una nueva tarea. Interesante esta postura de Jesús: no le aprueba el pecado, pero tampoco se lo relativiza como si no hubiera pasado nada. Jesús le habla enérgicamente pidiéndole que se abstenga del comportamiento que la apartó de la voluntad de Dios y la expuso a la muerte.3.Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo?“Ayúdame Señor, a que mis ojos sean misericordiosos para que yo jamás sospeche o juzgue según las apariencias, sino que busque lo bello en el alma de mi prójimo y acuda a ayudarle. Ayúdame Señor, a que mis oídos sean misericordiosos para que tome en cuenta las necesidades de mi prójimo y no sea indiferente a sus penas y gemidos. Ayúdame Señor, a que mi lengua sea misericordiosa para que jamás critique a mi prójimo, sino que tenga una palabra de consuelo y de perdón para todos” (Sor Faustina Kowalska)_________________Recomendaciones prácticas:•Comienza la semana de dolor. Por tanto, una oportunidad privilegiada para convocar a una celebración comunitaria del Sacramento de la Penitencia.II.Moniciones y Oración Universal o de los FielesMonición introductoria de la MisaHermanos, en este domingo venimos como la mujer pecadora del Evangelio, a postrarnos ante Jesús, reconociendo en Él no un verdugo, sino un juez justo que dicta sentencia de amor, un médico que sana las heridas de nuestro corazón y un guía que nos indica el buen camino. Sintiéndonos acogidos por su amor fraternal, celebremos con alegría estos Sagrados Misterios.Monición a la Liturgia de la PalabraHermanos, Dios promete sanar la aridez de nuestra vida y transformar nuestro corazón. Como san Pablo estamos llamados a reconocer esas maravillas que Cristo realiza en nuestra vida, a darle a él el primer lugar. Aun cuando todos nos rechacen, el Señor estará a nuestro lado, perdonando, amando y cambiando lo malo que hay en nuestro interior.Oración Universal o de los FielesPresidente: Oremos al Padre del cielo por las necesidades e intenciones de todos los que se preparan para vivir la pascua de su Hijo, con un corazón contrito y humillado. Digamos con fe:R. Padre de amor y misericordia, escucha nuestra oración. 1.Pidamos al Señor por el Papa y todos los ministros de la Iglesia, para que, escuchado el mandato del Señor a seguirlo y negándose a sí mismos, permanezcan fieles al amor que profesaron en la respuesta que dieron a su vocación. 2.Supliquemos al Señor por la Iglesia y por todos los fieles que viven este tiempo de Cuaresma, para que caminen como compañeros, uno al lado del otro en el mismo camino.3.Imploremos al Señor por nuestros gobernantes, para que no dejen de atender las súplicas y necesidades del pueblo, promoviendo la justicia, la equidad y los valores del respeto a la dignidad humana y trabajen siempre por el bien común. 4.Roguemos al Señor por las necesidades particulares de nuestra comunidad, especialmente, por todos los hermanos que buscan ser cada vez más fieles a la misericordia de Dios y sufren en su cuerpo y alma, la persecución por causa de la predicación del evangelio. 5.Por todos aquellos, que por las contrariedades de la vida, llevan en sus corazones profundas heridas, para que desde la fe y la caridad fraterna, encuentren consuelo, esperanza y paz. Oremos.Oración conclusivaDios de infinita bondad,acoge nuestras súplicas y haz que también nosotros acojamos con un corazón dócil la gracia que este tiempo cuaresmal nos ofrece.Por Jesucristo nuestro Señor.R. Amén.

Vie 21 Mar 2025
Uno tenía una higuera plantada en su viña
TERCER DOMINGO DE CUARESMAMarzo 23 de 2025Primera lectura: Éxodo 3,1-8a.13-15Salmo: 103(102),1-2.3-4.6-7.8 y 11 (R. cf. 6)Segunda lectura: 1Corintios 10,1-6.10-12Evangelio: Lucas 13,1-9I. Orientaciones para la PredicaciónIntroducciónSiempre insistimos en que la conversión es “volverse a Dios” y esto es cierto, pero ¿sabemos a qué Dios nos estamos convirtiendo? Esta pregunta se hace fundamental en este tercer domingo de cuaresma, cuando la Sagrada Escritura nos da unos primeros apuntes sobre quién es Dios. Ciertamente toda la Escritura nos habla de quién es Dios, pero no en términos ontológicos, sino en formas históricas.No es una elucubración acerca de lo que es Dios, sino una narración de cómo se le ha experimentado. La historia de Israel, es la historia de Dios con su pueblo y el relato del que podemos llamar, el renacimiento del pueblo por medio de Moisés, no es otra cosa que aprender a descubrir quién es ese Dios de los antepasados que se ha hecho Dios contemporáneo. El bautismo es el nuevo éxodo, así lo cantaremos en la vigilia Pascual y Pablo en la primera carta a los Corintios nos recuerda que ese itinerario es figura para nosotros, para que deseemos lo bueno. La idolatría es una confianza en un dios que no puede actuar (está hecho de falsedad y está yerto).Y quien confía en un dios falso, queda como él, muerto e inerte. La confianza está puesta entonces en el Señor, Él es la esperanza verdadera de los creyentes. Contrario a Israel, el cristiano debe permanecer en la roca firme que es Cristo. Por su parte, Lucas nos habla de la paciencia de Dios. El pecador tiene una esperanza, y esa esperanza es la paciencia de Dios. Que Dios le aguarda, no gasta afán en destruir, sino que da tiempo. ¿Acaso la esperanza no implica una ganancia de tiempo? El afán se traduce en desespero, pero Dios es quien sabe dar largura para dar oportunidad. 1.Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura?Parece que Moisés tampoco conoce a Dios. Sus sentimientos iniciales lo han llevado a intentar hacer justicia con sus manos (Ex. 2,11-14). La salvación obrada en este caso, no viene de un conocimiento de Dios, sino de un sentimiento lastimero que ve sin los ojos de Dios. Es muy hermoso que Dios le manifieste a Moisés que él también ha visto el sufrimiento de su pueblo y es ahí donde Moisés debe entender que no es sólo lo que él ve, sino lo que Dios también puede observar. ¿Cómo te miras a ti mismo? ¿Cómo ve Dios tu vida? Es necesario que Dios te presente su visión de la realidad, que él también haga lectura; y en esto coinciden Dios y Moisés, pero en lo que tiene que ver con el actuar, Moisés debe contar con Dios, como Dios ha contado con él. El llamado de la zarza es la exposición de cómo Dios ve a su pueblo, Moisés ha sido avistado y aquel que “es” entra en diálogo. El pastor de Jetró no sabe quién es Dios, debe aprender a acercarse a él despojado de sandalias y permitirse conocerlo. No puede darse la liberación sin el conocimiento de Dios, mejor, el Señor se da a conocer liberando. Ha liberado a Moisés de sus sandalias, para que camine a pie limpio hacia aquel que se llama “yo soy el que seré”. Moisés encuentra un Dios desconocido y entra en relación con él preguntando su nombre.El nombre le revela una identidad increíble: es el Dios que siempre estaba, aunque no lo reconociera. Es interesante que Moisés, quien tendrá la misión de llevar a la fe a Israel por el desierto, tiene que ser el primero en reconocer que Dios está. El camino de la conversión tiene este maravilloso paso, reconocer que Dios siempre estaba y que ahora yo mismo tengo la oportunidad de saber quién es Él. La aceptación de esta realidad misteriosa y siempre presente lleva al corazón humano a darse cuenta de que hay una esperanza de liberación que no depende ya de sus propias fuerzas, sino de la compañía de la gracia divina. Ahora si puede comenzar el camino hacia la libertad, porque Dios ha dicho: “yo estoy contigo” (Ex 3,12) y los signos venideros lo demostrarán. La maldad de los hombres no son un signo de que no hay esperanza de salvación o de que las cosas no pueden cambiar; al contrario, son una muestra de que Dios aún espera en nosotros. Eso lo ratifica Jesús en el Evangelio. ¿Cómo miran los demás las desgracias del mundo? Seguramente como un castigo o tal vez como el destino ineludible de la vida. Pero la visión de Jesús frente a tales males, representados en la muerte de los galileos o en los aplastados por la torre de Siloé, son una manera de ver que Dios da oportunidad, no porque sean mejores los que no viven adversidades, sino porque a todos les tiene paciencia. La conversión es reconocer que Dios espera también algo de mí; que incluso en los problemas está presente para mostrar que ese mal es una señal de que Él no abandona. Dios se da a conocer también en medio del mal, observa con atención y verás que en el desierto hay una zarza ardiendo esperando que una persona se atreva a acercarse. La esperanza del cristiano es saber que su Dios siempre espera. 2.Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y qué me sugiere para decirle a la comunidad? Meditar esta palabra dominical genera siempre miles de interrogantes frente a Dios y su presencia. ¿Cómo descubrimos a Dios en medio del pecado o de las adversidades? El primer obstáculo es pensar que Dios aparece o debe presentarse como la solución a dichos problemas y no como el Dios que está, aunque el mal siga presente. Dios debe ser reconocido en primer lugar como aquel que acompaña sin importar que haya dificultades. De lo contrario, será un ser de usos y desusos, de que aparece y desaparece como un ser mágico que tiene como misión liberar de los líos y no como el que debe ser compañía. El acto del amor de Dios es como el amor de los esposos. Se ama a aquel que está conmigo, aunque no me solucione los problemas. Porque se cuenta con alguien que te sostiene en los momentos más significativos como en los más cotidianos. Es necesario que un convertido entienda que Dios está con él, que observa su vida porque le importa, pero que no siempre está deteniendo las malas decisiones como si no respetara la libertad que le ha dado al hombre. Que quiere que confíen siempre en Él para que la libertad sea usada para la felicidad y no como un capricho para el desenfreno. Si Dios está, muchas cosas habrá que desatar, muchas personas no estarán. 3.Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo?Necesitamos valorar más el atributo de la omnipresencia de Dios, pues lo limitamos a lo locativo y no a lo vivencial. Dios esta presente en todos los momentos de mi vida, conscientes o inconscientes. Necesitamos purificar este atributo, para dejar de pensar que su omnipresencia es sólo para ver nuestros pecados. Por eso muchos no creen o no confían en Dios. Lo ven como una sombra perseguidora y tóxica que impide la realización de la vida. La presencia total de Dios es discreta, amorosa, paciente. El que lo ve todo, también lo conoce todo y respeta todo. Pidamos la capacidad de la confianza en esta presencia de Dios que quiere llenar la vida, pues reconocer su “estar conmigo” llena de paz y tranquilidad. No crea una falsa expectativa de que no habrá problemas, sino una auténtica seguridad de que no permitirá que caiga cuando el peso quiere aplastar la existencia. Creer en el Dios omnipresente nos pone en actitud orante y le regala santidad a mi vida para estar presente en la vida de otros como medio salvífico y no para condenar. _______________________Recomendaciones prácticas:•25 de marzo. Solemnidad de la Anunciación del Señor. Motivar a los fieles para que participen de la Celebración Eucarística este día, aunque en Colombia no sea de precepto.•28 de marzo. 24 horas para el Señor•28 – 30 de marzo. Jubileo de los Misioneros de la MisericordiaII.Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la MisaEn este tercer domingo de nuestro desierto cuaresmal, el Señor nos llama, para que en nuestro camino de conversión prestemos atención a su presencia permanente. Celebramos que Dios nunca nos abandona y que espera con paciencia a que todas las realidades que vivimos sean una forma de ver que está con nosotros. La Eucaristía será siempre signo de que Jesucristo está presente todos los días hasta el fin del mundo. Monición a la Liturgia de la Palabra Escuchemos atentos la Palabra de hoy, como creyentes que buscamos renovar nuestra fe bautismal, que sea la apertura del oído la que haga que reconozcamos al Dios liberador y confiemos en su paciencia amorosa.Oración Universal o de los Fieles Presidente: Hermanos, Dios ve y escucha la opresión de su pueblo. Confiémosle entonces nuestras oraciones por los sufrimientos de la Iglesia y los de todos los hombres y digamos: R. Padre, atiende nuestras súplicas.1.Te suplicamos por nuestra Iglesia, extendida por el mundo entero, para que con su continua conversión manifieste al mundo la seguridad de tu presencia. Oremos.2.Te pedimos por los encargados de gobernar a los pueblos, para que estén atentos a las necesidades de los más vulnerables y construyan una sociedad más justa y equitativa. Oremos. 3.Te rogamos por aquellos que no creen en Dios, para que descubran tu presencia amorosa en el testimonio de los creyentes. Oremos.4.Te pedimos nosotros reunidos en Eucaristía, para que la escucha de tu palabra y la recepción del Cuerpo y la Sangre de Jesucristo nos asegure tu presencia permanente y nos aleje del pecado. Oremos.5.Te pedimos por todos los Misioneros de la Misericordia, para que sigan llevando el perdón a todos los rincones de la tierra. Oremos.Oración conclusivaPadre celestial, recibe con agrado estas súplicas de tus hijos en camino de conversión y concédenos tu gracia para comprender los dones que nos otorgas por medio de ellas. Por Jesucristo nuestro SeñorR. Amén.

Vie 14 Mar 2025
Este es mi Hijo, el Elegido, escuchadlo
SEGUNDO DOMINGO DE CUARESMAMarzo 16 de 2025Primera lectura: Génesis 15,5-12.17-18Salmo: 27(26),1.7-8.9abc.13-14 (R. 1a)Segunda lectura: Filipenses 3,17 - 4,1Evangelio: Lucas 9,28b-36I.Orientaciones para la PredicaciónIntroducciónEn el segundo domingo de Cuaresma celebramos la Transfiguración del Señor. Tengamos también en cuenta que la Cuaresma, a través de la primera lectura de cada domingo de este tiempo, nos propone una reflexión sobre las etapas principales de la historia de la salvación en el Antiguo Testamento, por eso:-Cada segundo domingo de Cuaresma el protagonista es Abrahán. En los años anteriores habíamos leído su vocación, la petición de la ofrenda de su hijo Isaac y este año se propone la narración de la Alianza. Y es un pacto donde, vaya sorpresa, es Dios quien se compromete a cumplir su palabra a Abraham.-En la segunda lectura San Pablo, haciendo eco de la promesa de Dios a Abrahán, afirma que Jesús es la plenitud de esta promesa. A Jesús lo esperamos como Salvador porque ahora “somos ciudadanos del cielo”. Ya no esperamos una tierra en este mundo, como Abraham, sino que se no ha prometido una patria celeste. Estamos seguros que Nuestro Señor Jesucristo “transformará nuestra condición humilde, según el modelo de su condición gloriosa”.- Desde su nacimiento hasta su regreso al Padre, el itinerario terrenal de Jesús es realmente un éxodo de la muerte a la vida, de la humillación a la exaltación en la luz divina. Y es en la oración que Jesús alimenta y renueva su fidelidad al Padre y su misión. Y ese debe ser el mismo camino que recorran sus discípulos hasta alcanzar la gloria de Dios.1.Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? v. 28a: “Cerca de ocho días después de estos discursos...”. Si bien este versículo no se lee en el Evangelio de este domingo, es importante retomarlo, porque Lucas abre su relato conectándolo con los discursos inmediatamente anteriores, casi como si quisiera decir que es la respuesta a las preguntas que Herodes, los discípulos y la gente se hacían sobre la identidad de Jesús. Y aquí Lucas comienza de inmediato con una precisión temporal. ¿Qué sentido tiene en el relato esta precisión temporal? ¿Por qué precisamente ocho días y no seis, como en Marcos o en Mateo?La respuesta nos la da el mismo Lucas en 24, 1 donde habla de la resurrección de Jesús: "El primer día después del sábado, muy de mañana..."; siendo el sábado el séptimo día de la semana judía, el día siguiente, en la sucesión de tiempo y números, es el "octavo día", queriendo así decir que la verdadera identidad de Jesús solo se puede encontrar en el octavo día, que es el de la resurrección.v. 28b: “Tomó consigo a Pedro, Santiago y Juan...”. Jesús "toma consigo" a estos discípulos suyos, queriendo con esto decir que los asocia a su proyecto de vida, ya que solo participando en él pueden calificarse como "discípulos" en cuanto comparten la opción hecha por el maestro.“Subió a un monte a orar”. El monte del que se habla, en realidad es un monte "teológico", que evoca realidades teológicas. En la antigüedad se entendía como el lugar de la morada de la divinidad. Subir al monte significa entrar en una dimensión divina. De hecho, Jesús sube "para orar", indicando así que la oración te eleva y te hace entrar en esta dimensión divina.Este subir al monte recuerda la historia de Israel en la vida de Jesús, revivida esta vez en fidelidad a Dios. Como Moisés, que subió al monte con tres personas en representación del pueblo (cf. Ex 24, 1-3), también Jesús aquí sube al monte de Dios con tres discípulos, representantes de la nueva comunidad mesiánica, constituida en fidelidad a Dios y en conformidad con sus exigencias.Y que este sea el contexto al que Lucas se refiere lo sugiere también la presencia de otras palabras que lo evocan: éxodo, Moisés, las tres tiendas, el monte al que suben. Lucas, por lo tanto, ve en Moisés una prefiguración de Jesús.v. 29: “Mientras oraba, su rostro cambió de aspecto y su vestidura se volvió blanca y resplandeciente”. La transfiguración es una anticipación de la Pascua y no solo por el aspecto resplandeciente de las vestiduras del Señor, sino también por la anticipación de todo el misterio pascual.El evangelista señala que Jesús no sube al monte para transfigurarse, sino para orar, y es precisamente durante la oración, en su íntima relación con el Padre, que Jesús es investido del resplandor de Dios hasta el punto de ser absorbido completamente por él. El símbolo de esta relación es el resplandor del rostro y de las vestiduras (las vestiduras reflejan la condición de la persona).El misterio del Tabor es un misterio de oración, en el que Jesús ora y enseña a orar, y en el que claramente nos dice que la oración permite un proceso de transfiguración en la persona.v. 30: “De repente dos hombres conversaban con él: eran Moisés y Elías… hablaban de su partida de este mundo, que iba a consumar en Jerusalén”. Es importante detenernos en estos versículos. El Evangelio dice que Moisés y Elías se dirigen a Jesús y hablan con él. El "hablar con" implica comunión y comunicación; indica que entre el Antiguo (Moisés y Elías) y el Nuevo Testamento (Jesús) no hay ruptura, sino continuidad dialógica. En otras palabras, la historia de la salvación, representada aquí simbólicamente, es un único acto salvífico de Dios, dividido en dos tiempos: la Ley (Moisés) y los Profetas (Elías) que encuentran su confluencia natural en Jesús. Jesús recordará esto en Mateo 5, 17: "No piensen que he venido para abolir la Ley o los Profetas; no he venido para abolir, sino para darles cumplimiento". Jesús, por lo tanto, se presenta como la clave de interpretación del Antiguo Testamento y el punto de confluencia de toda la historia de la salvación, que en Él encuentra su cumplimiento.Un elemento que destaca Lucas aquí es el “éxodo de Jesús”. Lucas es el único que nos dice de qué hablaron: hablaron de su partida (otros traducen de su muerte). “Partida” es la traducción del término éxodo, de su éxodo, de su salida “que llevaría a cabo en Jerusalén”. El “éxodo” es claramente la muerte, pero no solo eso: la muerte también es la resurrección; muerte, resurrección y ascensión, todo esto es el éxodo de Jesús, es la salida de Jesús. Eso indica que la muerte y la resurrección de Jesús no son casuales, sino que están anunciadas y profetizadas por todo el Antiguo Testamento.2.Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y qué me sugiere para decirle a la comunidad? En el primer domingo de Cuaresma habíamos reflexionado sobre Jesús que, ante las tentaciones del demonio, escoge el camino de Dios, es decir, opta por vivir de una manera correcta según su vocación. En este segundo domingo de Cuaresma contemplamos a Jesús que lleva a sus discípulos a la montaña porque son ellos los que ahora deben “hacer una opción” y Él quiere hacerlos parte de su proyecto de vida. La imagen de la Transfiguración es la que mejor nos ayuda a comprender el “camino cuaresmal”: Jesús sube a la montaña e invita a los discípulos a ir con Él, a elevar su nivel de vida, a subir a este lugar que nos recuerda las características ya mencionadas anteriormente. En la montaña Jesús invita a sus discípulos a “hacer una opción de vida” por Cristo Salvador, que cumple las promesas del Padre ya anunciadas desde el Antiguo Testamento. Este testimonio de Moisés y Elías dice que Jesús tiene razón, que la opción hecha por Él de cumplir la voluntad del Padre es el camino acertado. Incluso esto se confirma con la voz del Padre que llega desde lo alto, la misma voz que en el Jordán presentó a Jesús como Hijo amado, pero ahora se agrega algo: “escúchenlo”.¿Cuál es la mejor forma de escuchar hoy a Jesús?: la oración, que permite “elevar” nuestra mente hacia Dios y recibir una luz que nos transfigura. Es allí donde es posible hacer la misma opción que hace Jesús de cumplir la voluntad del Padre. También es en el encuentro personal con Dios en la oración donde se renueva la Alianza, de la que nos habla la primera lectura, y en donde hay un detalle que muy poco percibimos: es Dios quien se compromete pasando entre los miembros descuartizados de los animales que había preparado Abrahán. No es Abrahán el que pasa en medio de ellos. Ese gesto, según la antigua manera de hacer pactos en Israel, significaba honrar la palabra dada y, en práctica, pasando por en medio de los animales descuartizados se quería decir: “me suceda a mí como a estos animales sino cumplo el compromiso asumido”. De esa manera, es Dios quien toma la iniciativa de comprometerse con la Alianza que hizo con Abrahán, es decir, como dice el Papa Francisco: Dios nos “primerea” en el amor.El salmo responsorial puede hacer eco a lo que se viene meditando: “Oigo en mi corazón: “Busquen mi rostro. Tu rostro buscaré, Señor, no me escondas tu rostro… tú eres mi auxilio. Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida”.La segunda lectura hace resonancia a la promesa de Dios a Abrahán y garantiza que Jesús es la plenitud de esta promesa y lo esperamos como Salvador porque ahora nuestra ciudadanía está en el cielo. Ya no es la patria terrenal la que anhelamos como herencia sino la patria celestial y estamos seguros que el Señor “transfigurará” plenamente nuestra condición humilde según el modelo de su condición gloriosa.3.Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? La liturgia de este domingo es una gran motivación para descubrir, valorar o afianzar la oración como contemplación y camino de “transfiguración” en el Señor. Por eso considera seriamente la siguiente invitación:Estamos invitados a subir al monte de la Transfiguración para lograr vislumbrar algo de la gloria del Señor resucitado, para tener el valor y la fuerza de recorrer el camino cuaresmal con determinación, incluso en los momentos de tribulación y sufrimiento, cuando el camino conduce hacia el Calvario y la cruz. El camino de la Cuaresma que se nos propone es el camino del amor. Debemos aprender a transformar nuestra vida en obediencia a Dios o, lo que es lo mismo, debemos aprender a transformarla en amor. Por eso, entra en tu cuarto o en tu oratorio y, por lo menos en una hora, disponte para la oración. Imagínate en el monte de la Transfiguración y con la conciencia de que la oración es la posibilidad de vivir esta experiencia con Jesús. Luego pido lo que más deseo: escuchar a Jesús y que el Padre me regale la gracia de conocerlo, amarlo, seguirlo y optar como Él por hacer su voluntad.II.Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la MisaEl Evangelio de hoy nos habla de la Transfiguración de Jesucristo. Es un evento que ilumina este tiempo de Cuaresma y nos indica la finalidad de la práctica de la penitencia, el ayuno y la oración: la transfiguración de nuestro corazón para que, a ejemplo de Cristo, busquemos siempre la voluntad del Padre en nuestra vida. Que la Eucaristía nos permita transfigurarnos cada día a imagen de Cristo Jesús.Monición a la Liturgia de la Palabra Abrahán, padre en la fe, fue el primero en aprender a confiar en Dios tanto en las alegrías como en las tristezas de la vida. Dios le promete una descendencia numerosa como las estrellas del cielo, aludiendo al don de Isaac, pero también a la posesión de la tierra. La señal de las promesas divinas es la alianza que Dios hace con Abraham, expresada mediante el lenguaje del sacrificio (Primera Lectura). También para nosotros, como para Abraham, la salvación depende de la fe, que es adhesión al Hijo de Dios, Jesús, quien, en el Tabor, lugar de la revelación divina, frente a Pedro, Santiago y Juan, que serían sus compañeros en Getsemaní, se transfigura mientras ora, manifestando su identidad. Moisés y Elías, símbolo de la Ley y los profetas, hablan del éxodo del Mesías, es decir, de su bendita pasión. La subida al Tabor prepara la subida al Calvario, fortaleciendo la fe de los apóstoles ante la inminencia de la pasión de Jesús.En obediencia al Padre, escuchamos y seguimos a Jesús (Evangelio). Mientras esperamos como salvador a Jesucristo, quien transfigurará nuestro humilde cuerpo para conformarlo a su cuerpo glorioso, permanecemos firmes en él, haciéndonos sus imitadores (Segunda Lectura).Oración Universal o de los Fieles Presidente: Hermanos y hermanas: Iluminados por la Transfiguración de Jesús, supliquemos que suban hasta el Padre nuestras súplicas por la Iglesia, por el mundo y por nosotros, diciendo con humildad:R. Escúchanos, Señor1.Para que en la Iglesia se tenga confianza en el Señor, como Abrahán, y se comparta con las personas la fe que recibimos y así llevemos la esperanza al mundo. Oremos.2.Para que nuestro obispo N., los presbíteros y los diáconos, como los Apóstoles que vieron a Jesús Transfigurado, escuchen al Padre valorando cada día los momentos de oración y se renueven en la esperanza. Oremos.3.Para que los cristianos busquen el rostro de Dios en la vida activa, en la caridad y en la oración y no olviden que su patria es el cielo y sean peregrinos de la esperanza. Oremos.4.Para que las personas que sufren, están enfermas o tienen alguna otra dificultad descubran a Cristo, luz del mundo y Salvador, y se fortalezcan en su esperanza. Oremos.5.Para que quienes participamos de esta santa Eucaristía sepamos estar al lado de los más necesitados, para escucharlos y ayudarlos, y los animemos en la esperanza. Oremos.Oración conclusivaSeñor, Dios nuestro, que en el monte de la Transfiguración nos mandaste escuchar la voz de tu Hijo, dígnate escuchar nuestra súplica y concédenos los bienes que te pedimos, especialmente crecer cada día en la esperanza en Ti que no defrauda. Por Jesucristo, nuestro Señor.R. Amén.