SISTEMA INFORMATIVO
Rompamos las fronteras en el corazón
Tags: Plan de Predicación reflexión
El mensaje bíblico de este domingo es el de una mirada universal para fortalecer nuestra apertura a los otros, a los de las fronteras, a las gentes diferentes de todo tiempo y lugar, a ejemplo de Jesús.
Lecturas
[icon class='fa fa-play' link=''] Primera lectura: Is 56,1.6-7 [/icon]
[icon class='fa fa-play' link=''] Salmo: Sal 67(66),2-3.5.6+8 (R. cf. 4)[/icon]
[icon class='fa fa-play' link=''] Segunda lectura: Rm 11,13-15.29-32[/icon]
[icon class='fa fa-play' link=''] Evangelio: Mt 15,21-28[/icon]
[icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link=''] CONTEXTO BÍBLICO[/icon]
1. Contexto bíblico
1.1 ¿Qué dice la Sagrada Escritura?
Los textos bíblicos nos presentan el mensaje de la universalidad de su actuar. Cada texto muestra cómo la presencia y la acción de Dios es universal y cómo la misión del Señor Jesús es inclusiva y de vivencia e intercambio de fe y de misericordia.
El profeta Isaías presenta la principal razón para comprender la universalidad del culto y de la salvación: "porque mi casa será llamada casa de oración". Luego el Salmo invita a toda la tierra y a todos los pueblos a unirse para aclamar al Señor: "Que te alaben, oh Dios, todos los pueblos de la tierra”.
San Pablo, de otra parte, salta a la otra orilla, la de los cristianos convertidos del paganismo, para hacerles comprender que, si bien, el pueblo judío rechazó al Salvador, de ningún modo Dios los ha excluido para siempre. La promesa de Dios permanece irrevocable. La misericordia de Dios hará que, un día, también el pueblo elegido se convierta: “Dios nos encerró a todos en la desobediencia para tener misericordia de todos”.
Por su parte, el Evangelio nos recuerda tres realidades: la primera, (v. 21): que entre los Cananeos y los Judíos ha existido enemistad y conflictos. Que los habitantes de Tiro y Sidón, a donde Jesús sube, viven en una región cercana, pero tradicionalmente considerada 'pagana'; y como la mujer cananea viene de este territorio, es una extranjera e infiel. Una ‘pagana’ que reconoce a Jesús, lo identifica como Hijo de David, y que le suplica cure a su hija endemoniada. Salta a la vista el sentido teológico del pasaje, más que sus detalles de hecho histórico, en el intercambio entre la mujer siro fenicia y Jesús, manifiesta la misión universal inclusiva del Señor Jesús.
La segunda, (vv. 23-24): que los discípulos intervienen y piden a Jesús que obre. Es una actitud sarcástica, ya que el fastidio por los gritos de la mujer pagana, es utilizado por los varones, discípulos, para quitar de en medio a una mujer, la que va gritando su desdicha. Y la actitud de Jesús, quien, en un primer momento, la ignora ni la mira ni le dirige la palabra. Pero luego la atiende y de forma austera le dice: "No he sido enviado más que a las ovejas perdidas de la casa de Israel." Así se pone en boca del Señor Jesús un hecho de la Iglesia primitiva: los partidarios de cierta exclusividad 'judía' en la misión, eran influyentes, de por sí. Aquí las palabras de Jesús se cargan de significado teológico para poner en claro quiénes son los que están más allá, los de frontera, las ovejas perdidas, y a dónde dirige su ministerio; y por eso en el hecho se descubre que es contrario al ministerio de Jesús, quien mantuvo contacto frecuente con los galileos, con los gentiles, con los judíos y los paganos.
La tercera, (vv.25-28): que la mujer insiste, se postra ante Jesús y replica, pidiendo su socorro; y los discípulos desaparecen de la escena. Mientras que las palabras de Jesús, le dejan ver que está fuera de lo que le corresponde al pueblo escogido y para lo que es destinado. Ante lo que la mujer expone su sabio argumento: aún los perritos comen de las migajas que caen de la mesa. Insistencia sabia y persistente, que toca Jesús en su fuero íntimo de vida y misión y lo empuja a dar el paso y a elogiar la fe de la mujer, ahora sí reconocida, valorada, y atendida en lo que pide. De este modo, la fe de la mujer, en Jesús, y la compasión, de Jesús, por su hija, desencadena la misericordia y la sanación, la respuesta que prefigura la inclusión de los gentiles en la misión y obra salvadora de Jesús.
Y junto a la universalidad e inclusión de la misión de Jesús, conviene puntualizar las pruebas que soporta la mujer cananea: indiferencia de Jesús, v.23; rechazo de Jesús, con dureza (v.24); constancia ante las duras palabras de Jesús que la compara con los perritos, ante lo que suplica y replica, con insistencia, un paradigma y ejemplo de fe (v.v25, 26, 27).
1.2 ¿Qué me dice la Sagrada Escritura?
La Sagrada Escritura nos dice que Dios cumplió en Jesús, su designio, de forma sencilla y maravillosa. Jesús, el enviado, desarrolló la mayor parte de su vida pública en la tierra prometida por Dios a su pueblo: “Sólo me han enviado a las ovejas descarriadas de Israel”. Pero ahora pasa a tierra de gentiles, de extranjeros, y precisamente es una mujer pagana la que se acerca y le pide que cure a su hijita. Es una pagana, que con su fe inquebrantable y su gran humildad, obliga a Jesús a atender la curación pedida y a quedar admirado y elogiar la fe de aquella mujer.
De nuestra parte preguntémonos por el lugar de los “paganos”, los “gentiles”, los “infieles” o de los “otros,”, en nuestra vida y misión. Vemos cómo el Señor Jesús vino a redimir a toda la humanidad, al pueblo judío, a los paganos y a las personas de todos los tiempos y lugares. Es claro que comenzó sirviéndose del pueblo escogido, el de su heredad.
Dios por boca del profeta Isaías lo había prometido: que a los extranjeros cumplidores de la ley los traería a su monte santo, los alegraría y aceptaría sus ofrendas. Es lo que el pueblo de Dios proclama: “Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben”.
[icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link=''] CONTEXTO SITUACIONAL[/icon]
¿Qué me sugiere la Palabra que debo decir a la comunidad en su realidad concreta?
Toda comunidad quiere y busca la unidad. Sin embargo, surgen personas, grupos, sectas y movimientos que promueven la discriminación por intereses egoístas o motivos étnicos, religiosos, nacionalistas, políticos, morales, económicos, territoriales y demás. Y los cuestionamientos se multiplican: ¿Quiénes están adentro? ¿Quiénes quedan afuera? O desde el punto de vista teológico ¿qué es lo endemoniado y lo extranjero? Y desde lo cultural-religioso ¿qué es lo puro y lo impuro (vv. 10-20)? Y, los prejuicios y los criterios tradicionales ¿quiénes pertenecen y quienes han sido excluidos (de la promesa, de la gracia, de la bendición o de la salvación)?
En la Iglesia primitiva todo esto fue un tema de gran controversia, Jesús judío desarrolla su ministerio en las fronteras de Israel y, luego, va más allá y cura a personas paganas o extranjeras. Podemos decir que lo mismo sucede muchas veces con nuestras iglesias en la actualidad, en cuanto que existen criterios, así sean diferentes, para discriminar, diferenciar a quienes están dentro, de quienes están fuera.
Siempre que erigimos criterios de pureza y de pertenencia, estamos discriminando y practicando la exclusión y juzgando de impuros o excluidos a los demás. Así nos convertimos en la medida del resto de la humanidad, como si fuéramos seres perfectos que están más allá del bien y del mal; y así nos estamos haciendo dueños del querer y señorío de Jesucristo; Mientras que la pedagogía del mensaje evangélico sobre el Reino, deja de lado todo tipo de exclusivismos y abre las puertas a todos.
Nuevamente, Dios acoge a todos, no excluye. La persona está en primer lugar por sobre normas y tradiciones. Y la persona de fe auténtica, todo lo puede. Es nuestra mejor ayuda para quitar barreras y angustias. La confianza frente a las necesidades o pruebas, de cada día, se convierte en un acto de perseverancia en la fe y desata la ayuda de Dios.
En el momento que discriminemos, dejamos de ser Iglesia convocada por Cristo, y nos convertimos en secta o separatistas. Nada justifica ni nuestra historia ni nuestra etnicidad, nuestras normas morales o hasta nuestra propia teología pueden jugar el rol de criterio válido de 'pureza' que nos coloque en una situación de privilegio aparente.
Frente a todas las dificultades –como las de la mujer cananea– sólo nuestra oración con fe firme y confiada, y con actitud sincera, humilde y perseverante, motiva la atención de Dios y toca su corazón que se conduele y escucha nuestras plegarias. Es necesario que reconozcamos que Dios sigue siempre dispuesto a ayudarnos y que nos mira con ojos de misericordia, a pesar de nuestras miserias, nuestras infidelidades y nuestras realidades con las que solemos apartarnos de Él.
Como a sus discípulos el Señor, Jesús nos llama a cultivar la fe y la humildad, la sencillez y la esperanza, para oír como la mujer: ¡”qué grande es tu fe; hágase contigo como quieres!” Y desde aquella hora obtendremos también la bendición que necesitamos. Si sabemos confiar en la voluntad de Dios y pasar las pruebas, convencidos que Él nos escucha y puede darnos misericordiosamente la respuesta, nos dirá: “Hágase contigo como quieres”.
El compromiso que estamos llamados a asumir como Iglesia es: Dejémonos reconciliar por Dios (2Cor. 5,20). Promovamos la solidaridad, la unidad y el encuentro como Iglesia y como colombianos; vivamos el Perdón, la Reconciliación y la Paz, más allá de las víctimas de la violencia y los victimarios, del etnocentrismo y la discriminación racial hacia los afroamericanos y los indígenas, de la brecha divisoria entre muy pocos ricos y muchos pobres, entre jefes y políticos corruptos y el pueblo sufriente, entre grupos excluyentes y los líderes luchadores por un mañana mejor.
[icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link=''] CONTEXTO CELEBRATIVO[/icon]
¿Cómo el encuentro con Jesucristo me anima y me fortalece para la misión?
La celebración eucarística del domingo, vivida en un ambiente comunitario, incluso con los que no se conocen, es la mejor realización del universalismo en el bien actuar que hoy nos inculca la Iglesia. Son muchos los símbolos, ritos, mensajes y oraciones que nos invitan a esta apertura al otro, sin discriminación.
El celebrante saluda, deseando la bendición de Dios para todos sin distinción. Enseguida, todos nos declaramos pecadores y todos pedimos el perdón. La oración colecta expresa el deseo, de todos, que Dios “infunda su amor en nuestros corazones”.
El encuentro con el Señor Jesucristo nos anima a la apertura, al diálogo y al encuentro con Él y con los otros. A dejar que Él llene nuestro espíritu de su presencia y nos fortalezca para la misión. Todo en la celebración eucarística nos llama a la unidad y a la reconciliación. El Padrenuestro, unido a los momentos de perdón y paz, expresa nuestra disposición para el encuentro fraterno y para recibir la Santa Comunión.
[icon class='fa fa-play' link=''] Recomendaciones prácticas[/icon]
- Preparar y presentar un relato o episodio de reconciliación o de ayuda a las víctimas.
- Resaltar el significado del saludo inicial y el momento de la paz eucarística.
- Escenificar el pasaje de Jesús con la mujer siro fenicia. Elegir cantos apropiados a los textos del día.
- Para el acto penitencial de la Misa se puede seguir el Formulario 3, eligiendo una invocación para el Tiempo Ordinario, p.p. 344 -345 del Misal.
- Puede emplearse el Prefacio Dominical VIII: "La Iglesia congregada por la unidad de la Trinidad", p. 390 del Misal, por insistir en congregar de nuevo en la unidad, a los hijos disgregados por la culpa del pecado.
- Tener presente que:
- El miércoles 23, es la fiesta de Santa Rosa de Lima, virgen, Patrona de América Latina.
- El jueves 24, es la fiesta de san Bartolomé, apóstol.
- El sábado 26, es en Colombia la memoria libre de santa Teresa de Jesús Jornet e Ibars, virgen.
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El que quiera llegar a ser grande entre vosotros, será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros, será esclavo de todos
VIGÉSIMO NOVENO DOMINGODEL TIEMPO ORDINARIOOctubre 20 de 2024Primera lectura: Is 53,10-11Salmo: 33(32),4-5.18-19.20 y 22Segunda lectura: Hb 4,14-16Evangelio: Mc 10, 35-45 (forma larga) o Mc 10, 42-45 (forma breve)1.Orientaciones para la PredicaciónLa liturgia de la Palabra de este día llamado: “el domingo de las misiones”, nos proporciona las siguientes ideas temáticas:-El evangelio nos indica el modo adecuado como el discípulo debe entender lo que significa el servicio. La actitud de servicio del discípulo, es expresión de haber comprendido lo que el Señor exige a sus seguidores. El que quiera ser el primero, que se haga servidor de los demás, esta es la actitud que acompaña a todo hombre y mujer para la misión.-La misión de Jesús, esta descrita elocuentemente en el Cantico del Siervo Doliente, Jesús ha venido para liberarnos del pecado, dando su vida como expiación de los males de este mundo.-El Señor Jesús es el Sumo y Eterno Sacerdote, capaz de compadecerse de nosotros. Esta actitud de mediación la asumen tantos hombres y mujeres, que en lugares tan diversos anuncian la Buena Nueva del Evangelio. 1.Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura?La Palabra de Dios de este domingo, centra su atención en el tercer anuncio de la pasión del Señor, aunque no lo leemos, es el telón de fondo de la desafortunada escena donde Santiago y Juan, piden un puesto a lado del Señor. El diálogo se hace intenso y muy vivo a la hora de percibir a los discípulos duros de cabeza y de corazón, para entender la entrega de Jesús a la muerte. Dejémonos interpelar por la Palabra y descubramos lo que nos dice.El texto del profeta Isaías que se proclama hoy en la primera lectura, hace parte del cuarto cantico del “Siervo Doliente de Yahvé”, que leemos completo en la liturgia de la Palabra del Viernes Santo. Este texto, 700 años antes de Cristo, narra con detalle la pasión y muerte de nuestro Señor: “triturado por nuestros pecados”, “entrega su vida como expiación” para el perdón de los pecados y esto lo hace a favor de los demás, de toda la humanidad. La donación y entrega del siervo para el perdón de los pecados de la humanidad, trae para el siervo una consecuencia bellísima: “verá su descendencia”, “verá la luz”, “mi Siervo justificará a muchos” “porque cargó los crímenes de ellos” Al Salmo 32 hemos respondido: “que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti”, esta respuesta lleva en sí mismo un mensaje de esperanza ante la generosa misericordia de nuestro Dios: “Su misericordia llena la tierra” “los ojos del Señor están puestos en sus fieles para librar sus vidas de la muerte”.La Carta a los Hebreos, nos exhorta a la virtud de la fidelidad y la perseverancia, nos presenta la figura de Jesús como mediador. El creyente en Cristo puede pasar por situaciones muy difíciles, que intentan arrebatar la decidida opción por el Señor; son esos momentos de tentación, de dudas, de luchas internas, que nos hacen definir de qué lado estamos; el texto nos presenta al Sumo y Eterno Sacerdote que conoce todo esto, que sabe de nuestras debilidades y limitaciones, que ha sido probado en todo, puesto que participa de nuestra condición humana, es “capaz de compadecerse de nuestras debilidades, porque ha sido probado en todo como nosotros, menos en el pecado”. Esta comprensión y vivencia del Evangelio nos debe dar seguridad, alegría, confianza y la certeza de poder entrar en la presencia del Señor, de acercarnos al trono de su gracia.El Evangelio de Marcos en el capítulo 10 nos presenta la reacción de Santiago y de Juan ante el tercer anuncio de la pasión. Aunque no leemos explícitamente el tercer anuncio, sí podemos percibir en la escena de hoy la reacción inapropiada y opuesta al anuncio que el Señor hace por tercera vez de su pasión, muerte y resurrección. Los dos hermanos Santiago y Juan, que animados por todo lo que el Señor ha dicho y hecho, piden un puesto privilegiado cerca de Él, ellos saben que el Reinado de Dios ha llegado y quieren un lugar de gobierno en ese reinado. Los otros diez apóstoles se enfadan, ellos también querían un puesto junto a Jesús, en su Reino. La respuesta de Jesús es profunda y conmovedora, parte de una pregunta: “¿pueden beber el cáliz que yo he de beber, o de bautizarse con el bautismo con que yo me voy a bautizar?”, ambos términos el cáliz y el bautismo, son símbolos de la desgracia y de la muerte. La respuesta de los dos discípulos es sobrada, orgullosa, podemos, como quien dice: somos capaces de beber de esa copa y ser bautizados en la muerte, así como el Maestro. Luego el Señor da la lección definitiva y explica cómo hay que entender aquello de los primeros puestos: “el que quiera ser grande, sea su servidor, y el que quiera ser el primero, sea esclavo de todos”, Jesús se pone Él mismo como modelo “el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan sino para servir y dar su vida en rescate por todos”.2.Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y qué me sugiere para decirle a la comunidad?Dos ideas brotan a la luz de la Palabra de Dios de este domingo, una primera gira en torno al anuncia de la pasión, muerte y resurrección del Señor y una segunda idea presenta a Jesús, sirvo doliente y sacerdote de todos. Es una gracia al ir terminando el año litúrgico y después de hacer este bellísimo camino de encuentro con Cristo a través del Evangelio de Marcos, encontrarnos con estas páginas en las que recordamos el misterio central de nuestra fe, y que cada domingo celebramos con solemnidad, que Cristo subió a Jerusalén, en su camino de obediencia absoluta al Padre, Jesús anuncia por tercera vez su hora pascual, que Él iba a ser entregado, morir y resucitar al tercer día.Este tercer anuncio que queda oculto hoy a los oídos de los fieles, son el telón de fondo de la escena que hoy se nos narra en el evangelio. A lo largo de este recorrido que domingo tras domingo hemos hecho, el evangelista Marcos nos ha presentado los tres anuncios del Misterio Pascual, y en los tres nos narra la falta de comprensión de sus apóstoles: después del primer anuncio el apóstol Pedro se niega a aceptar ese fin para el maestro y se interpone en el camino, pensando como los hombres y no como Dios, a lo que Jesús responde con una expresión muy fuerte: “aléjate de mí satanás”; luego en el segundo anuncio, los discípulos van discutiendo quien es el más importante entre ellos, el Señor los interpela diciéndoles: “el servidor”, y finalmente en el tercer anuncio, Santiago y Juan hacen semejante petición, sentarse uno a la derecha y otro a la izquierda en su Reinado.Sin duda, los apóstoles no comprenden el destino del Señor, ni la visión que Él tiene de su misión, y se dejan llenar el corazón de ambición, de poder, rechazando el camino de la cruz. Hoy después de dos mil años de cristianismo, ¿seguimos pensando como los hombres? o ¿pensamos con criterios del Evangelio? ¿somos capaces de entender que para resucitar es necesario pasar por la cruz?, Para tener vida eterna, nos tenemos que hacer servidores de los demás.Finalmente, podemos afirmar que las tres lecturas que escuchamos nos presentan a la persona del Señor Jesús con imágenes profundamente pascuales. El profeta Isaías habla del “Siervo Doliente” que entrega su vida para la expiación de nuestras culpas cargando sobre si todas nuestras iniquidades. En el evangelio escuchamos que el Señor no ha venido a ser servido, sino a servir y dar su vida en rescate por todos, con la fuerza de estas palabras vivió el Señor su vida pública y así nos pide vivir nuestro servicio, con la misma radicalidad. La Carta a los Hebreos nos presenta a Jesús Sumo y Eterno Sacerdote, es decir al “mediador” entre Dios y los hombres. Esto es lo que litúrgicamente celebramos todos los domingos.3.Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo?Quienes hemos asumido en la vida el camino discipular, es decir nos hemos hecho seguidores de Cristo, sabemos que nuestro modelo no es otro más, que el mismo Señor. Es de vital importancia mantener nuestros ojos y el corazón fijos en Él; asumir esta primera condición del seguimiento y del servicio amoroso a los demás, sin ambiciones, fruto de una vida cristiana auténtica, sin buscar los primeros puestos, sin esperar que nos sirvan, pensando con criterios del Evangelio y gastando la vida por la causa de Jesús hasta dar la vida por Él.Cuando el Señor nos llama a un servicio en la Iglesia nos da “autoridad”, no para tiranizar, ni dominar, pues el mundo está cansado de tantos dominadores, que quitan la libertad, que someten a la persona a situaciones de desprecio, de anulación de la dignidad humana, de humillación, hay tanto dolor en el mundo por esta falta de humildad y de aprecio por la otra persona, a la que debemos servir, animados por el amor a los hermanos y con el deseo único de ayudarlos a cargar su propia cruz, gastando nuestra vida no como dominadores, sino como servidores a ejemplo de Jesús.Hoy me debo preguntar si estoy dispuesto a aceptar que, por mi condición de creyente en Cristo, de discípulo y misionero en la Iglesia, ¿soy capaz de una entrega al servicio a los hermanos hasta la muerte? Tal vez, así como lo hace una mamá o un papá por sus hijos, o un docente por sus estudiantes, o un médico por su paciente, o un sacerdote por su comunidad, cada uno gasta su vida de acuerdo a su vocación, para hacer de su propia vida la de otro Cristo, capaces de transformar este mundo egoísta y ambicioso en un mundo más fraterno y solidario.Venir el domingo a celebrar el misterio central de la fe, Cristo muerto y resucitado, nos debe animar a dejarnos impregnar de la Buena Noticia de Jesús, que nos llama a servir, a amar, a dar la vida, esto sin duda tendrá una cuota de cruz, no tan pesada como la que llevó el Señor, una cuota de muerte de nuestros egoísmos, de nuestro afán de figurar, con la seguridad que, si asumimos alegremente lo que celebramos en la Eucaristía dominical, ganaremos la vida eterna y participáremos de la resurrección del Señor. _______________________Recomendaciones prácticas:●Jornada Mundial de las Misiones.●21 de octubre. Fiesta de santa Laura Montoya.II. Moniciones y Oración Universal o de los FielesMonición introductoria de la Misa Nos hemos reunido este domingo vigésimo noveno del tiempo Ordinario, para escuchar la Palabra de Dios y participar de la fracción del pan. En esta Eucaristía la Iglesia nos invita a estar cerca del Señor y descubrir en Él, nuestra vocación de servicio, dejando a un lado nuestros egoísmos y ambiciones, tantas veces contrarias al mensaje del Evangelio, hoy también celebramos la Jornada Mundial de las Misiones, dejémonos impregnar hoy de la presencia del Señor para dar lo mejor de nuestro corazón a su Iglesia. Participemos con alegría.Monición a la liturgia de la Palabra La liturgia de la Palabra de este domingo nos invita a meditar en lo que significa la entrega y el servicio, hasta dar la vida por los demás, sabemos que estas exigencias evangélicas no son fáciles de asumir, implican sacrificios, cruz y hasta la muerte, pero el Señor nos fortalece con su ejemplo y su gracia, nos instruye para poder cumplir la misión que nos encomienda. Dejémonos interpelar hoy por su mensaje de amor, escuchemos atentamente.Oración Universal o de los Fieles Presidente: Oremos hermanos a Dios Padre, siguiendo la enseñanza de nuestro Señor Jesucristo que no ha venido a ser servido, sino a servir y digamos:R/. Señor Jesús, enséñanos a servir.1.Te pedimos por el Papa N., los obispos, presbíteros y diáconos, para que su presencia en el mundo sea reflejo de Cristo servidor de los hermanos. Oremos. 2.Te pedimos por los gobernantes del mundo entero, especialmente de nuestro país, para que no busquen ocupar los primeros puestos por el afán de poder, sino para servir a los pueblos. Oremos.3.Te pedimos por nuestra patria Colombia, para que cada uno de sus habitantes encuentre el camino de la reconciliación, en el servicio humilde a los hermanos, especialmente con los más pobres y desamparados. Oremos.4.Te pedimos Señor por los más necesitados, para que siempre haya servidores fieles a ti, que, actuando en tu nombre, les lleven tu auxilio. Oremos.5.Por toda la Iglesia, para que, en esta Jornada Mundial de las Misiones, no tema salir de sí misma y lleve el mensaje de salvación a todos los hombres de buena voluntad. Oremos.Oración conclusivaAcepta, Padre, estas plegariasque hoy te dirigimos ydígnate aceptarlas connuestro deseo de servir alos hermanos.Por Jesucristo, nuestro Señor.R/. Amén.
Vie 11 Oct 2024
Luego, ven y sígueme
VIGÉSIMO ÓCTAVO DOMINGODEL TIEMPO ORDINARIOOctubre 13 de 2024Primera lectura: Sb 7, 7-11Salmo: 90(89),12-13.14-15.16-17Segunda lectura: Hb 4,12-13Evangelio: Mc 10,17-30 (forma larga) o Mc 10, 17-27 (forma breve)I. Orientaciones para la PredicaciónIntroducción●Cristo, el Señor, ofrece a todos una vida plena, invitándonos a tomar la decisión de seguirlo como sus verdaderos discípulos. En este seguimiento del Maestro, hoy se destaca la necesidad de poner a un lado los bienes materiales, de desprenderse totalmente de ellos, para poder emprender el camino con Jesús. ●¿Cuál es la verdadera riqueza? La primera lectura nos presenta a un hombre que ha preferido la sabiduría por encima de los tesoros materiales, los cuales quedan en nada ante el valor de esta sabiduría que proviene de Dios. En ese sentido, el salmo le suplica al Señor un corazón sensato. ●La palabra de Dios es viva y eficaz, afirma la Carta a los Hebreos. Solo esta palabra puede llegar a lo más profundo de cada persona. 1.Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura?Al rey Salomón se le atribuyen las palabras del libro de la Sabiduría. Dicha atribución se ha fundamentado en aquel momento en el que Dios le ofrece lo que quiera para su reino y él simplemente pide sabiduría: “concede a tu siervo un corazón atento para juzgar…”; por eso, Dios le concede “un corazón sabio e inteligente” (cf. 1R 3, 9-12). En este contexto se comprende mejor la perícopa que se nos anuncia en la primera lectura. En la Biblia de Jerusalén el v. 7 está antecedido por un título: “Aprecio de Salomón por la Sabiduría”. Lo que sucede es que el escritor de estas palabras, quien se ha presentado antes como un sencillo hombre mortal (cf. Sb 7,1-6), ahora relata su testimonio, su experiencia con la Sabiduría: él la ha preferido por encima de cualquier otro bien o privilegio. De manera poética este hombre va citando aquellas realidades que ha decidido dejar en segundo plano para anteponer su deseo de recibir de Dios la Sabiduría. Además, este pasaje evoca el otro beneficio de Dios: “También te concedo lo que no has pedido, riquezas y gloria” (1R 3,13). De eso también da testimonio el sabio: “Con ella a la vez me vinieron todos los bienes e incalculables riquezas en sus manos” (Sb 7,11).Desde el capítulo 3, el autor de la Carta a los Hebreos ha venido realizando una meditación sobre el Salmo 95 (94), refiriéndose a la incredulidad del pueblo de Israel en el desierto (cf. Sal 95, 7-11; Nm 13-14). Concretamente en el comienzo del c. 4, el autor de la carta alude a la actitud de los israelitas quienes recibieron la Palabra, pero no la aprovecharon (cf. Hb 4, 2). De esta manera, la Carta a los Hebreos se propone advertir a sus destinatarios acerca de las consecuencias de ser duros de corazón, concretamente la de poder quedar sin el descanso que promete el Señor. (cf. Hb 4, 3). De ahí la exhortación: “Esforcémonos, pues, por entrar en ese descanso, para que nadie caiga imitando aquella desobediencia (Hb 4,11)”. Precisamente este es el versículo que conecta con los dos versículos escogidos para la segunda lectura del domingo. La conclusión es el llamado a creer y obedecer a la Palabra de Dios que es viva y eficaz. Llama la atención la imagen de la espada (cf. Sb 18,15-16) que pretende significar la decisión y la contundencia con la que Dios pronuncia su Palabra y la establece como un decreto irrevocable. Como espada afilada esta Palabra puede penetrar y transformar el corazón de quien la escucha y la acepta como lo que es, como verdadera Palabra de Dios (cf. 1Ts 2,13).Alguien corrió a encontrarse con Jesús. Si se arrodilló ante Él es porque reconoció que viene de Dios, que es digno de ser adorado y que puede responder a sus preguntas ya que lo llama “Maestro”. En su cuestionamiento refleja una preocupación por la vida eterna. Parece que no tiene muy claro en qué consiste esta vida, pero quiere alcanzarla y por eso desea escuchar la enseñanza del Maestro. Cómo es clásico en algunos otros pasajes, Jesús responde con otra pregunta orientada hacia el tema de la bondad de Dios. No obstante, Jesús retoma el tema de la conversación y supone que este hombre es conocedor de los mandamientos. De manera ágil, como queriendo dar entender que merece una recompensa, el hombre responde que los ha cumplido desde su juventud. Esta respuesta es la oportunidad que aprovecha el Maestro para llevarlo hacia su principal instrucción, la cual se estructura en tres verbos: vender, dar y seguir. Vender implica una primera renuncia que consiste en deshacerse de bienes que quizá son de uso básico o que tienen un valor material y sentimental para quedar sin ningún elemento, pero sí con el dinero. Luego debe dar otro paso y en esto el hombre ya debe despojarse completamente de los beneficios materiales, aunque es con el fin de practicar la caridad con los más necesitados, acto de amor por sus hermanos realmente loable y elocuente. Es aquí cuando el hombre queda libre para seguir a Cristo y entrar a la comunidad de sus discípulos. Seguir a Cristo es el camino que lleva a la vida eterna y quien lo hace debe estar libre de todo afecto hacia lo material. Al final, este hombre se marcha triste y este desenlace contrasta con otros encuentros con Cristo en los que las personas realmente se han dejado transformar. La decisión de esta persona se convierte en la motivación para instruir a los discípulos acerca del peligro al apego a los bienes materiales.2.Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y qué me sugiere para decirle a la comunidad?Hoy Jesús, el Señor, nos presenta su discipulado vivido a plenitud en la libertad como el camino hacia la verdadera meta de la existencia humana. Claro está que la vida eterna no es solo un objetivo por alcanzar, sino que también es un don del que se comienza a gozar desde aquí, cuando participamos de la gracia que el Señor nos comunica en los sacramentos, en coherencia con nuestra fe y nuestras obras en favor de los demás. La vida eterna es permanecer en Jesucristo, es unir la existencia al Maestro de manera radical para participar de la vida del mismo Dios. Vale la pena recordar esta enseñanza del papa Juan Pablo II en su carta Veritatis Splendor de 1993, en la que nos explica cómo el camino del seguimiento de Cristo le permite al ser humano encontrar su vocación y su dignidad: “Es necesario que el hombre de hoy se dirija nuevamente a Cristo para obtener de Él la respuesta sobre lo que es bueno y lo que es malo. Él es el Maestro, el Resucitado que tiene en sí mismo la vida y que está siempre presente en su Iglesia y en el mundo. Es Él quien desvela a los fieles el libro de las Escrituras y, revelando plenamente la voluntad del Padre, enseña la verdad sobre el obrar moral. Fuente y culmen de la economía de la salvación, Alfa y Omega de la historia humana (cf. Ap 1, 8; 21, 6; 22, 13), Cristo revela la condición del hombre y su vocación integral. Por esto, ‘el hombre que quiere comprenderse hasta el fondo a sí mismo —y no solo según pautas y medidas de su propio ser, que son inmediatas, parciales, a veces superficiales e incluso aparentes—, debe, con su inquietud, incertidumbre e incluso con su debilidad y pecaminosidad, con su vida y con su muerte, acercarse a Cristo. Debe, por decirlo así, entrar en Él con todo su ser, debe apropiarse y asimilar toda la realidad de la Encarnación y de la Redención para encontrarse a sí mismo. Si se realiza en Él este hondo proceso, entonces da frutos no solo de adoración a Dios, sino también de profunda maravilla de sí mismo” (VS 8). Además, en relación con la vida eterna, son muy propicias las palabras del papa Benedicto a los jóvenes en 2010: “¿qué es la ‘vida eterna’ de la que habla el joven rico? Nos contesta Jesús cuando, dirigiéndose a sus discípulos, afirma: ‘volveré a velos y se alegrará su corazón y nadie les quitará su alegría’ (Jn 16,22). Son palabras que indican una propuesta rebosante de felicidad sin fin, del gozo de ser colmados por el amor divino para siempre”.3.Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo?En el Prefacio de la Plegaria III para diversas circunstancias, expresamos nuestra fe en Jesucristo quien nos llama a seguirlo y nos colma de la vida plena que es la vida eterna. Al mismo tiempo, estas palabras se pueden convertir en un proyecto de vida para todo discípulo que responde a su vocación cristiana y se une vitalmente a Cristo: Porque creaste el mundo por medio de tu Palabray lo gobiernas todo con justicia.Nos diste como mediador a tu Hijo, hecho carne,que nos comunicó tus palabrasy nos llamó para que lo siguiéramos;Él es el camino que nos conduce a ti,la verdad que nos hace libres,la vida que nos colma de alegría.Por medio de tu Hijoreúnes en una sola familia a los hombres,creados para gloria de tu nombre,redimidos por su sangre en la cruzy marcados con el sello del Espíritu.II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Queridos hermanos y hermanas: Nuestra verdadera riqueza es Cristo resucitado, a quien alabamos y adoramos en este día de luz, día de vida, día de la comunidad. Con el propósito de desprendernos de todo lo mundano, para seguir libremente al Señor, celebremos con gozo esta Eucaristía. Monición a la liturgia de la Palabra Permitamos que la Palabra del Señor hoy cumpla su cometido al hacerse vida en nuestros corazones. Que descubrimos que en ella se encuentra la Sabiduría que guía nuestros pasos y que se hace para nosotros sacramento de salvación en la Eucaristía. Escuchemos con fe.Oración Universal o de los Fieles Presidente: Queridos hermanos, desprendidos de todo y siendo dueños de nada, nos dirigimos a Dios Padre, con la seguridad de ser escuchados por Él y obtener su Sabiduría, diciendo:R/. A ti, Señor, lo pedimos con fe.1.Por el pueblo de Dios, conformado por el Papa, los obispos, presbíteros, diáconos, los religiosos y los laicos, para que actúen sin esperar más recompensa que la de obtener la vida eterna. Oremos.2.Por nuestros gobernantes, para que nunca pongan su corazón en los bienes materiales, sino que sepan distribuir mejor las riquezas y cuidar de cuanto se les confía para bien de sus ciudadanos. Oremos.3.Por los jóvenes y niños que se encuentran alejados y son indiferentes a los bienes de Dios, para que el testimonio de otros los atraiga y los conduzca al deseo de poseer, en definitiva, la vida eterna. Oremos.4.Por los pobres y marginados, para que la generosidad de otros los ayude a saciar sus necesidades espirituales y materiales. Oremos.5.Por cuantos conformamos esta asamblea litúrgica, para que la Sabiduría de Dios inunde nuestra vida y así podamos seguir fielmente a Jesús, quien nos hace libres frente a nuestras propiedades y pertenencias. Oremos.Oración conclusivaSeñor Dios, vuélvete sobre nosotrosy escucha las súplicasque te presentamos con fe y esperanza. Por Jesucristo, nuestro Señor.R/. Amén.
Vie 4 Oct 2024
Lo que Dios unió, no lo separe el hombre
VIGÉSIMO SÉPTIMO DOMINGODEL TIEMPO ORDINARIOOctubre 6 de 2024Primera lectura: Gn 2,18-24Salmo: 126(127),1-2.3.4-5a.5b-6 (R. cf. 5)Segunda lectura: Hb 2, 9-11Evangelio: Mc 10, 2-16 (forma larga) o Mc 10, 2-12 (forma breve)I.Orientaciones para la PredicaciónIntroducciónEl hombre y la mujer que se entregan mutuamente en el sacramento del matrimonio llegan a ser una sola carne. Este ha sido el deseo de Dios, designio de amor que él mismo ha revelado desde el principio al crear al ser humano. ●Jesús les pide a los apóstoles que dejen que los niños se acerquen a él para bendecirlos. Al mismo tiempo, Jesús aprovecha para darnos una clave en nuestra búsqueda del Reino de Dios: hay que ser como niños. ●Aquel que ha padecido la muerte para bien de todos lo vemos ahora coronado de gloria y honor por su pasión y muerte. Él mismo que ha sido crucificado también ha sido glorificado. Él está en medio de nosotros en la celebración de la Eucaristía dominical. 1.Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura?La lectura del libro del Génesis nos revela al Dios creador que moldea y le da vida a la mujer a partir de la costilla del varón. El querer de Dios consiste en darle al hombre una verdadera ayuda. Al ver el resultado de la obra amorosa del Creador, el varón se maravilla y se emociona ya que, en la mujer, encuentra a alguien con quien entablar una relación realmente personal. Él la experimenta con parte de sí (precisamente ella ha salido de él) y por eso puede identificarse con ella y unirse a ella. Al final de esta perícopa, el hagiógrafo nos explica cuál deberá ser el destino del hombre y la mujer, presentados como la obra más perfecta de la Creación: se separarán de su familia de origen y llegarán a unirse (no solo en la relación sexual, sino en la construcción de un proyecto de vida juntos). Así, como meta definitiva del propósito divino, el hombre y la mujer llegarán a convertirse en una sola carne. Como respuesta a esta lectura se nos presenta el Salmo 127. Estamos ante una promesa para el hombre que teme a Dios y sigue sus caminos: su casa, él y su mujer, recibirán la bendición del Señor.A partir de hoy y durante varios domingos escucharemos algunos fragmentos de la Carta a los Hebreos. Particularmente en el segundo capítulo se comienzan a sentar las bases para fundamentar el discurso sobre el sacerdocio de Cristo. Desde el v. 5 el autor ha tomado como fuente de inspiración el Salmo 8 para aplicarlo al Hijo de Dios. En Él se cumple esta palabra: “lo hiciste poco inferior a los ángeles… todo lo sometiste bajo sus pies” (cf. Hb 2, 7; cf. Sal 8, 5-7). Esta última frase no aparece en el texto litúrgico de la segunda lectura de hoy, pero es la que conecta con los tres versículos escogidos para que ser proclamados en este domingo: Jesús ha sido coronado de gloria y todo ha sido puesto bajo su dominio, por haber padecido la muerte por nosotros. A partir de esta afirmación, queda manifestado y trazado el camino que deberán seguir los seres humanos para que puedan alcanzar la salvación (ser guiados a ella): muchos hijos serán santificados y llevados a la gloria, pero deberán pasar por la misma prueba de Cristo, el santificador, y deberán ser perfeccionados por el sufrimiento. Ante las preguntas maliciosas de los fariseos, Jesús reacciona con sabiduría y autoridad. Para responder a la cuestión Jesús contrapone la Ley de Moisés con el proyecto original de Dios (cf. primera lectura). La voluntad de Dios acerca del matrimonio está contenida en el Génesis, desde el comienzo de la Creación; y si la ley había permitido el divorcio es por la dureza del corazón, una actitud del pueblo de Israel que aparece cuando no es capaz de comprender ni aceptar los designios de Yahvé. Jesús afirma, sin dar lugar a otras interpretaciones que la unión del hombre y la mujer ha de ser indisoluble ya que ha sido Dios quien los ha unido. Además, el Maestro insiste en que ya no son dos y por eso repite: “una sola carne”. El proyecto original de Dios busca la igualdad de los cónyuges, la entrega total y duradera que unifica. La palabra “cónyuges” da lugar a una preciosa imagen: el hombre y la mujer se unen bajo el mismo yugo para avanzar juntos con un mismo objetivo: permanecer en el amor y fundar una familia.2.Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y qué me sugiere para decirle a la comunidad?El sacramento del matrimonio encuentra su fundamento en el comienzo de la Creación como nos lo muestra Jesús en el evangelio. La palabra amorosa del Creador resonó en el principio del mundo para establecer que el hombre y la mujer han de unirse y entregarse el uno al otro de tal manera que los dos serán una sola carne, unión que no podrá ser separada por nadie ya que Dios, como autor de la Creación, es también autor de esta sagrada unión. Este es el fundamento del valor y de la belleza del matrimonio y de la familia según el querer de Dios. Sea esta la oportunidad para agradecer al Señor por tantas familias que, no sin dificultades, se esfuerzan día a día por mantenerse fieles a este designio divino de amor. Y sea también está la oportunidad para que resuene hoy en nuestra Iglesia colombiana y universal la Buena Noticia de la familia, para que muchos escuchen el llamado a vivir el amor según el plan de salvación, establecido por nuestro Padre y Creador.No podemos olvidar la valiosa enseñanza del papa san Juan Pablo II al proponer a toda la Iglesia la teología del cuerpo y por eso vale la pena que recordemos un poco de su doctrina, como ayuda para nuestra meditación. En la audiencia general del 13 de febrero de 1980 afirmaba el Santo Padre: “En el misterio de la creación, el hombre y la mujer han sido ‘dados’ por el Creador, de modo particular, el uno al otro, y esto no solo en la dimensión de la primera pareja humana y de la primera comunión de personas, sino en toda la perspectiva de la existencia del género humano y de la familia humana. El hecho fundamental de esta existencia del hombre en cada una de las etapas de su historia es que Dios ‘los creó varón y mujer’; efectivamente, siempre los crea de este modo y siempre son así. El Génesis 2, 24 constata que los dos, varón y mujer, han sido creados para el matrimonio: ‘Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y vendrán a ser los dos una sola carne’. De este modo se abre una gran perspectiva creadora: que es precisamente la perspectiva de la existencia del hombre, que se renueva continuamente por medio de la ‘procreación’ (se podría decir de la ‘autorreproducción’). Esta perspectiva está profundamente arraigada en la conciencia de la humanidad (cf. Gn 2, 23) y también en la conciencia particular del significado esponsalicio del cuerpo (cf. Gn 2, 25). El varón y la mujer, antes de convertirse en marido y esposa (en concreto hablará de ello a continuación el Gn 4, 1), surgen del misterio de la creación ante todo como hermano y hermana en la misma humanidad. La comprensión del significado esponsalicio del cuerpo en su masculinidad y feminidad revela lo íntimo de su libertad, que es libertad de don”. El ser humano de hoy necesita abrirse al plan de Dios a la hora de construir una familia, como ejercicio de su vocación natural al amor, inscrita precisamente por el Creador. Todo comienza a tener sentido cuando se comprende que el hombre y la mujer han sido creados el uno para el otro, tanto a nivel corporal como a nivel espiritual. Particularmente Juan Pablo II insiste en el significado esponsalicio del cuerpo: El cuerpo del varón está orientado para amar a la mujer y el cuerpo de la mujer está orientado para amar al varón.3.Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo?En la oración de bendición nupcial la Iglesia manifiesta su fe en el designio de amor del Dios Creador. Y es que desde el principio el Señor concedió a la unión del hombre y la mujer una bendición que no ha sido abolida, sino que se ha mantenido para aquellos que quieren vivir según la vocación matrimonial que, por medio del sacramento, los lleva a fundar una Iglesia doméstica: Oh Dios, que con tu podercreaste todas las cosas sacándolas de la nada,y que, desde el principio, todo lo ordenaste:Tú hiciste al hombre a tu imagen y semejanzay le diste por ayuda inseparable a la mujer,para que ya no fueran dos, sino una sola carne,enseñándonos así que nunca será lícito separarlo que tú mismo has querido unir.Oh Dios, que por medio de misterio tan excelso consagraste la unión conyugalde manera que en la alianza nupcialfuese prefigurado el sacramentode la unión de Cristo con la Iglesia.Oh Dios, por quien la mujer se une al varón,que concedes a esta unión,establecida desde el principio,la única bendición que no fue abolidani por la pena del pecado original,ni por el castigo del diluvio. II.Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Queridos hermanos: bienvenidos a esta fiesta de fe. Celebrar la Eucaristía dominical es festejar el amor divino manifestado en Jesucristo. Él ha elevado el vínculo matrimonial del varón y la mujer a la dignidad de sacramento y de esta manera, unidos en una sola carne, la familia cristiana se hace signo concreto de que es posible amar según Dios. Agradezcamos al Padre por todas nuestras familias y pidamos especialmente por ellas, en este día del Señor. Monición a la liturgia de la Palabra La Palabra de Dios en este domingo nos anuncia la Buena Noticia de la Familia, es decir, el proyecto que el Creador ha pensado para que se realice en la unión del hombre y la mujer. Escuchemos con atención para que nuestras familias descubran el querer de Dios y puedan vivir a plenitud el amor. Oración Universal o de los Fieles Presidente: Agradecidos con Dios, que nos ha llamado a la vida y desde el principio ha querido la unión del varón y la mujer en una sola carne, presentemos nuestras súplicas por medio de Cristo, quien nos revela la plenitud del amor, y digamos:R/. Tú que eres nuestra vida, escúchanos, Señor.1.Por la Iglesia, sacramento del amor divino, para que el Espíritu Santo impulse cada día la tarea evangelizadora y, especialmente, la acción pastoral en favor de los laicos, las familias y las vocaciones. Oremos. 2.Por quienes tienen la responsabilidad de buscar el bien común desde sus respectivos campos de gobierno, para que promuevan valores que animen la formación de familias estables en el amor. Oremos.3.Por todos los que sufren, especialmente por las familias que experimentan la pobreza, la marginación, la violencia o la enfermedad. Que mantengan su mirada y confianza en el amor de Dios que permanece para siempre. Oremos.4.Por todos los desempleados, para que encuentren un lugar propicio donde desempeñarse y puedan llevar el sustento necesario a sus hogares. Oremos.5.Por nuestras familias, por todos los bautizados y por nosotros, participantes de esta liturgia, llamados a vivir en el amor. Que, escuchando hoy la Buena Noticia de la familia, seamos instrumentos de unidad, perdón y reconciliación en medio de nuestros hogares. Oremos.Oración conclusivaConcede, Señor, generosidad y fidelidad a los que llamas a ser tus testigospara que todos, al responder al amor de tu gracia,colaboremos para que venga y crezca tu Reino. Por Jesucristo, nuestro Señor.R/. Amén.
Vie 27 Sep 2024
Todo aquel que os dé de beber un vaso de agua por el hecho de que sois de Cristo, os aseguro que no perderá su recompensa
VIGÉSIMO SEXTO DOMINGODEL TIEMPO ORDINARIOSeptiembre 29 de 2024Primera lectura: Nm 11, 25-29 Salmo: 19(18),8.10.12-13.14 (R. cf. Sb 1,7) Segunda lectura: St 5,1-6Evangelio: Mc 9, 38-43.45.47-48I.Orientaciones para la PredicaciónIntroducciónEl seguimiento de Jesús implica para los discípulos conocer al Maestro y hacer un cambio radical en el que se asuman los valores del Reino. Dos ideas aparecen como clave en este seguimiento: La universalidad de los misioneros y no ser motivo de escándalo.El Espíritu Santo es el protagonista de la misión. Es Él quien elige a hombres y mujeres para darles los dones y gracias que se requieren para anunciar la Buena Noticia. Y quien es elegido ha de crecer en la disposición de acogida de los dones divinos y en el reconocimiento de los dones que Dios, también da a los demás. Motivo de escándalo es creer que la llamada es exclusiva.1.Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura?El pasaje bíblico de la primera lectura, está enmarcado dentro de un conjunto de quejas del pueblo contra Dios (11,1- 12,16). Moisés había conformado un grupo de setenta ancianos que le ayudaban a atender al pueblo, a orientarlo y a impartir justicia (v.17). Para iniciar la misión Moisés comunica el Espíritu a los setenta ancianos, en el que no se encuentran Eldad y Medad, sirve para señalar que no se puede monopolizar el espíritu, pues es un don de Dios que no se reduce a un derecho adquirido o a un esquema prestablecido. La queja presentada por Josué, lo introduce dentro de la historia sagrada. La afirmación central (v. 29), en labios de Moisés, expresa que el protagonista es el espíritu, quien tiene un alcance universal y, por ello profetizar significa la apertura para recibirlo y ponerse al servicio de todos a fin de llevar a cabo la voluntad de Dios. El salmo, que es respuesta a la primera lectura, celebra la excelencia de la Ley revelada por el Señor a su pueblo (vv. 8-11) y termina con una súplica humilde y confiada en la que el salmista pide la protección y el perdón divino (vv. 12-15). En el trasfondo de este salmo resuena la universalidad del Espíritu que llena todo el universo, como aparece en Sabiduría 1, 7.La Carta de Santiago pone énfasis en la dimensión social del mensaje cristiano. En este contexto este discurso fuerte, con una serie de advertencias, al modo como lo hacían los profetas del Antiguo Testamento, denuncia la situación injusta creada por los ricos que explotan y extorsionan a los pobres.El Evangelio de Marcos, después del segundo anuncio de la pasión, muestra cómo a los discípulos se les dificulta el seguimiento de Jesús. Tres causas están al origen: la búsqueda y la ambición del poder, los celos con un extraño y ser causa de escándalo. La perícopa de hoy nos presenta las últimas dos.La escena presenta a Juan, quien toma la iniciativa en nombre de los discípulos. Su disgusto es a causa de un extraño que no hace parte de la comunidad, pero que realiza milagros en nombre de Jesús. Lo han persuadido de no hacerlo, pero Él no se ha detenido. Los celos misioneros de Juan son rechazados por Jesús, pues pertenecer a la comunidad más cercana a Jesús, no los hace depositarios exclusivos del anuncio del Reino. Los motivos por los que rechaza la actitud de los discípulos son: (v. 39) No habla mal de Jesús. Su acción no impide su predicación.(v. 40) Ya hace parte de los que propagan el Evangelio.(v. 41) Dios recompensará a quien realiza hasta el mínimo servicio en favor de la predicación.La última causa que dificultad a los discípulos el seguimiento de Jesús es ser motivo de escándalo. Una serie de advertencias pone de manifiesto que, como primeros, son llamados a dar testimonio.2.Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y qué me sugiere para decirle a la comunidad?La vocación y misión de la Iglesia, como pueblo de Dios, es el anuncio y predicación del Reino de Dios. Esta tarea misionera es posible gracias a la acción del Espíritu Santo quien con sus dones acompaña a todos a cumplir su misión. Y Dios que lo abarca todo derrama estos dones donde Él considere y no tiene fronteras, ni límites. No se restringe a ningún grupo social, ni académico. Precisamente, el Espíritu es el protagonista de la misión, pues es Él quien obra en nosotros y en todos los que hacen el bien. Esto implica en todos cultivar la actitud de escucha y diálogo que permita valorar los aportes que las demás personas, sean de la Iglesia o no, realizan en favor del Reino de Dios. Es fundamental reconocer que muchas personas buscan a Dios con sincero corazón practicando la verdad, el bien, la justicia y el amor. Reconocerlos y acogerlos ha de ser un motivo de alegría.En esta línea, se enmarca también todo el diálogo ecuménico como nos lo ha indicado el Catecismo de la Iglesia Católica: “El deseo de volver a encontrar la unidad de todos los cristianos es un don de Cristo y un llamamiento del Espíritu Santo” (CEC 820).En la segunda parte del Evangelio, Jesús advierte sobre los escándalos. El discípulo de Jesús está llamado a vivir una vida nueva. En la amistad con Jesús ha recibido dones y gracias para vivir su vocación y misión. Por ello ha de custodiar su corazón y vivir esta renovación de modo constante.Son varias las situaciones en las que el discípulo de Jesús se ve tentado y puede caer en el escándalo. La severidad con la que Jesús se refiere a estas situaciones radica en que el mal no solo queda en la persona que lo realiza, sino que pone en peligro la salvación de otro.Una de estas situaciones es la división y los celos, sea dentro de la misma comunidad o con personas ajenas a la misma, pero que están obran buscando el bien. Otra situación de escándalo, es precisamente, la que advierte la Carta de Santiago: el apego a las riquezas. Es una llamada de atención para cuantos piensan que la vida es solo tener y acaparar; sobre todo, si este bienestar nace de la injusticia, del fraude o de la propia seguridad, sin atender a las necesidades de quienes están alrededor.3.Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo?Señor Jesús, servidor fiel de los hombres, enviado del Padre, te damos gracias por los dones que nos das y te pedimos nos ilumines en la búsqueda sincera del camino bueno que tienes para cada uno de nosotros. Derrama sobre nosotros tu Espíritu, que nos dé sabiduría para ver el camino y la generosidad para seguir tu voz.Danos la gracia de poder reconocer y admirarnos de los dones que das a los demás y ayúdanos a caminar juntos, sin celos, ni resentimientos hacia tu Reino.Haznos sensibles a las aspiraciones de los hombres; haznos críticos ante la opresión de los poderosos; Haznos justos y solidarios al servicio de tu Reino de la paz, la justicia y el amor. Amén.______________________Recomendaciones prácticas:●Día Mundial del Turismo.II.Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la MisaLa Eucaristía es sacramento de comunión y unidad en torno a Jesús, enviado del Padre. Todos, como comunidad de fe y caridad, somos congregados por la gracia del Espíritu Santo. Pidámosle al Señor en esta Eucaristía que nos permita abrir nuestra mente y corazón a todos, y que nos dé la gracia de reconocer la acción de su Espíritu en todos los que, en cualquier parte, busquen lo que es justo, bello y bueno. Participemos con fe de esta celebración.Monición a la liturgia de la PalabraLa Palabra de Dios nos instruye en cada momento para obrar conforme a la voluntad de Dios y nos previene de considerarnos el centro de la misión. El Espíritu que suscitó los textos que vamos a escuchar, inspire nuestra vida para que acogiendo su enseñanza estemos abiertos a apreciar el bien hecho por los otros, sean quienes sean, y a no escandalizar nunca. Escuchemos con atención.Oración Universal o de los Fieles Presidente: Confiando en el amor misericordioso del Padre, que abre sus brazos para acoger a todos los hombres, pidamos por nosotros y por el mundo entero, diciendo:R/. Escúchanos, Padre.1. Por la santa Iglesia para que presente ante el mundo el rostro acogedor del Padre para con los pobres, los que sufren, los que dudan, los que se equivocan. Oremos.2. Por nuestros gobernantes y políticos para que busquen el bien de todos los ciudadanos, y especialmente de los que tienen menos posibilidades. Oremos.3. Por las familias que se encuentran en graves dificultades económicas, por los matrimonios que está en peligro de romperse, por las madres que tienen miedo de recibir un nuevo hijo. Que encuentren ayuda y amor en los que les rodean. Oremos.4. Por quienes viajan de un sitio a otro con el deseo de conocer nuevos lugares, para que puedan gozar de la creación y lleguen a sus destinos sin ninguna dificultad o peligro. Oremos.5. Por todos los miembros de nuestra parroquia para que trabajemos por fortalecer los lazos de unión mutua y nos ayudemos a ser fieles al camino que Jesús nos enseña. Oremos.Oración conclusivaPadre de bondad sin límites,escucha las peticiones de tu puebloy ayúdanos a vivir y a realizar,en todo lo que nos sea posible,aquello mismo que te hemos pedido.Por Jesucristo, nuestro Señor.R/. Amén.