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¡Llego a Santa Marta con un corazón alegre! ¡Lleno de la alegría del Evangelio!
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Esta fue la expresión del nuevo obispo de la Diócesis de Santa Marta, José Mario Bacci Trespalacios, cjm, quien el pasado 25 de enero, en una eucaristía que se celebró en la Catedral Basílica Menor de esta ciudad, asumió este encargo episcopal, inspirado en el lema “Cristo sea formado en ustedes”.
“¡Llego a Santa Marta con un corazón alegre! ¡Lleno de la alegría del Evangelio! y, al mismo tiempo, soy consciente de que me esperan grandes desafíos. No sé qué me espera, en concreto, pero -como Abrahán- me pongo en camino, sé que el Señor me conduce y sé que Él me ha traído hasta esta tierra”.
Durante la eucaristía que fue presidida por monseñor Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal, el nuevo prelado se dirigió al pueblo que peregrina en esta bella ciudad samaria, animándolos a caminar juntos.
“Llego con el compromiso de reconocer los pasos dados, de determinar el estado actual de los procesos evangelizadores, y de enriquecer el camino pastoral de esta Iglesia diocesana. Todo esto en el gran contexto de la propuesta del Papa: “Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión””.
El prelado centró su intervención en tres aspectos, que indicó, serán su ruta de navegación: Enseñar el evangelio, Santificar por los sacramentos y Gobernar o guiar la porción del pueblo de Dios que le ha sido confiada en espíritu de comunión, participación y misión.
Al referirse al Plan Pastoral que sigue la diócesis y que caduca en el 2025, dijo que, si bien no es una “camisa de fuerza” ni tampoco “una sugerencia piadosa”, es importante que todos de manera sinodal lo integren en los procesos de evangelización que adelantan. “Las condiciones de nuestro tiempo nos imponen coordinar acciones, vivir la misión en comunión y participación, juntar fuerzas en un mismo propósito evangelizador y misionero, aprender a ser comunidad de discípulos misioneros”.
Así también, al dirigirse al clero diocesano y contextualizar aspectos de la realidad social que se vive en esta región del país, les dijo: “Santa Marta y los pueblos del Magdalena, ¡¡¡nos necesitan!!! La Iglesia tiene un lugar en el corazón de los samarios y los dramas que enfrentan los hombres y mujeres en estos tiempos nos interpelan. No podemos hacernos los de los oídos sordos. Los índices de pobreza y violencia; la polarización política; la desigualdad insoportable con la que convivimos; los efectos dolorosos de la pandemia; el poco compromiso público de los creyentes son clamores de Dios que cuestionan la autenticidad de nuestra fe y, en cierto modo, que nos obligan a probar la pertinencia de la presencia de la Iglesia en el territorio”.
Por otra parte, observó que Santa Marta por ser una Iglesia Primada en la historia de Colombia, debe recuperar el lugar protagónico en la evangelización, “que lo seamos también por comunión, participación y misión”. En este contexto, trajo a la memoria el papel destacado que cumplió Mons. Joaquín García Benítez, quien fuera hace 100 años obispo de esta diócesis. “Aquí enseñó el evangelio, santificó al pueblo de Dios por los sacramentos y vivió la misión”.
Durante la ceremonia monseñor José Mario Bacci, asumió el báculo que monseñor Joaquín García Benítez, hace 100 años había utilizado para su posesión como obispo de Santa Mata. “Este báculo que hoy recibí de manos de Mons. Luis José Rueda, fue suyo, lo utilizó hace 100 años en estas tierras para pastorearlas en nombre de Jesucristo… lo utilizo en esta celebración para que veamos que nuestra Iglesia está viva y que mantiene fielmente la tarea evangelizadora en la historia…”.
Arzobispo ordenante propone tres caminos para la misión episcopal a emprender
Por su parte monseñor Luis José Rueda Aparicio, quien presidió la eucaristía de ordenación y posesión del nuevo obispo de Santa Marta, guio su reflexión tomando las lecturas del día y expuso tres aspectos, que a su consideración ayudarán a iluminar el caminar pastoral de este nuevo jerarca de la Iglesia Católica.
El obispo y el encuentro con Cristo Jesús
Sobre este primer punto, el prelado aseguró que el encuentro personal del Obispo con el Señor se alimenta de la eucaristía diaria y con momentos de adoración eucarística durante su jornada. “La Palabra de Dios orada y meditada con asiduidad hace del obispo un oyente de Jesús maestro, su encuentro con Cristo en la Sagrada Escritura, va moldeado su vida y lo hace anunciador de la buena nueva, primero con el testimonio y luego con la predicación”.
Por eso, dijo “es tarea del obispo, encontrarse con los sacerdotes, con la vida consagrada y con los fieles laicos, y agregó “esto, llenará su vida de rostros concretos que son epifanía permanente de Jesús de Nazaret”.
El obispo servidor de la comunión misionera de la iglesia
Observó que Colombia y el mundo está experimentando heridas graves por cuenta de las divisiones y polarizaciones, esto, advirtió, está llevando a la humanidad por caminos de división, muerte, indiferencia y rencor. Al respecto llamó la atención del obispo recordándole que, frente a este panorama, es importante que la Iglesia se mantenga en el oficio de ser promotora de la comunión y la unión, disponiendo con humildad su tarea evangelizadora al servicio de la historia y de la humanidad.
"Monseñor José Mario, el espíritu santo obrará como ha obrado en usted, pero con la gracia del ministerio episcopal, el espíritu que es principio de diversidad será a través de su misión principio de unidad y lo convertirá a usted en signo de esa comunión y de esa unidad salvadora y necesaria dentro de la Iglesia y dentro de la sociedad".
El Obispo es buscador y servidor de la santidad con todo el Pueblo de Dios
El prelado evocó al papa Francisco, cuando afirma que para un cristiano no es posible pensar en la propia misión en la tierra sin concebirla como un camino de santidad, doloroso, exigente y de combate, pero en definitiva un camino de santidad. “La conversión nos abre la puerta para que lleguemos a la santidad como personas y como pueblo de Dios”.
“Esa misión, tiene su sentido pleno en Cristo solo si se entiende la santidad desde el encuentro con él, en el fondo la santidad es vivir en unión con él, los misterios de su vida, estos misterios harán parte del seguimiento suyo monseñor José Mario y de su pueblo, buscando la santidad y usted será promotor de ello”
Monseñor Rueda concluyó su homilía proponiéndole al nuevo obispo algunos elementos que le ayudarán a llegar a la santidad. Son ellos: Aguante, alegría, audacia, vigilancia, oración y discernimiento.



Pascua y año litúrgico
Lun 7 Abr 2025

Proteger y defender la familia
Jue 27 Mar 2025


Dom 20 Abr 2025
Pascua 2025: Obispos colombianos llaman a vivir y transmitir la esperanza cristiana
Evocando la victoria de Cristo sobre la muerte, los obispos hacen un llamado a los fieles en Colombia para que vivan plenamente y transmitan la esperanza cristiana en medio de los desafíos que vive el país. En su mensaje con motivo de la Pascua 2025, los pastores recuerdan que de Cristo es de quien proviene la luz que vence las tinieblas, que la Iglesia está llamada a seguir siendo constructora de esperanza, y que es necesario no dejarse vencer por las divisiones, el cansancio o el pesimismo.1. La luz de Cristo en medio de las tinieblasLos obispos subrayan que la Resurrección de Jesús es un triunfo sobre el pecado y la muerte, e invitan a los creyentes a ser "reflejos de su luz en el mundo". Recuerdan que, a lo largo de la historia, hombres y mujeres han sostenido a la humanidad con obras de amor y servicio, especialmente hacia los más vulnerables, siguiendo el ejemplo de Cristo, "Dios de vivos" (Mateo 22, 32).2. Comunidades de fe como signos de esperanzaAdemás, los obispos destacan el papel de las comunidades cristianas en la construcción de un mundo más justo y pacífico. Exhortan a trabajar contra la violencia, la indiferencia y las amenazas a la dignidad humana, así como a proteger la creación y servir a los más necesitados. Hacen especial énfasis en llevar esperanza a los jóvenes y niños mediante gestos concretos de solidaridad.3. Fortaleza para obrar el bien y unidad en la IglesiaEn medio de los desafíos sociales y eclesiales, los prelados piden oración para que los fieles no se dejen vencer por "las divisiones, el cansancio o el pesimismo". Destacan que, en esteJubileo de la Esperanza(2025), la coincidencia de la celebración pascual en las distintas tradiciones cristianas es un signo de fraternidad que puede ayudar a sanar las heridas en la unidad de la Iglesia.Vea la lectura del mensaje por parte del Secretario General de la Conferencia Episcopal de Colombia:

Vie 18 Abr 2025
En la Cruz, la Esperanza florece: Obispos colombianos profundizan en los desafíos del país desde las Siete Últimas Palabras de Cristo
En el contexto de este Viernes Santo 2025 y desde el ‘Sermón de las Siete Palabras’, siete obispos colombianos comparten reflexiones que conectan el dolor de Cristo Redentor con las heridas del país. Desde el pacífico hasta El Catatumbo, vinculan las últimas frases de Cristo en la Cruz con realidades latentes en los territorios que pastorean: la violencia persistente, la inequidad, la corrupción, el papel de la familia y la sed espiritual de una nación en la que urge la reconstrucción.Además, inspirados en el Jubileo de la Esperanza que vive este año la Iglesia, los prelados proponen caminos concretos de reconciliación, justicia y fraternidad para una Colombia aún con heridas, necesita seguir luchando contra la violencia, la desigualdad y la polarización.1. "Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen": El perdón como camino.MonseñorWiston Mosquera,obispo de Quibdó, recuerda que Jesús,"el inocente condenado a muerte", intercede por sus verdugos. Citando al Papa Francisco, pide"recuperar el sentido de la fraternidad nacional"y examinar la conciencia:"Si creemos en Él, ¿cómo le hacemos daño a otros?".El prelado reconoce la crudeza del momento: “el Chocó, el Catatumbo y el Cauca siguen regados de sangre (..) ¿De qué sirve rezar el Viernes Santo si no cambiamos los hábitos que matan?". Invita a guerrilleros, políticos y ciudadanos a"deponer el odio", recordando que"nadie gana con la violencia; todos perdemos hasta el último pedazo de humanidad".2. "Hoy estarás conmigo en el Paraíso": La vida eterna, la esperanza más allá de la materialidad.Monseñor Rodrigo Gallego Trujillo, obispo de Palmira, contrasta la"cultura del descarte"con la promesa de eternidad:"En un país obsesionado con el poder y el dinero —raíz de nuestra corrupción—, Cristo nos recuerda que la vida plena no cabe en una cuenta bancaria".El prelado afirma que el egoísmo"nos encierra en nosotros mismos", mientras que la Eucaristía es"la montaña para contemplar a Dios". Invita a vivir comoluz, sal y fermentoen un mundo fugaz y recuerda que “la Eucaristía es el Paraíso en la tierra; allí Cristo sacia nuestra sed de infinito".3. "Mujer, ahí tienes a tu hijo": Las madres, creadoras de esperanza.Monseñor Juan Manuel Toro, obispo de Girardota, eleva a María como"madre de los nuevos hijos de Dios"y modelo para las mujeres colombianas.En el Año Santo, monseñor Toro afirma que acoger a María es aprender a decir ‘hágase’ frente a la desesperanza. Subraya su papel en la Anunciación, la Cruz y Pentecostés, y desafía a los fieles:"¿Cómo vivir hoy como hijos de María? Haciendo lo que Él nos diga".4. "Dios mío, ¿por qué me has abandonado?": El grito de los sufrientes y de las regiones olvidadas.Monseñor Orlando Olave, obispo de Ocaña, vincula el clamor de Jesús en la Cruz con el tantas personas que sufren a causa de la violencia, el abandono, el desplazamiento y la corrupción en Norte de Santander, como en otras regiones del país:"Miles en el Catatumbo claman como Jesús: ante el abandono estatal, los cultivos ilícitos y la violencia que no cesa…Es un grito que confía en Dios, no de desespero", afirma, citando el Salmo 22.Ese grito de dolor de Jesús es también el grito de los hombres y las mujeres en la historia. También hoy, comoA propósito del Jubileo, el prelado recuerda que "Dios no abandona: la Iglesia en Ocaña es ‘peregrina de esperanza’, llevando alimentos y acompañamiento espiritual". Al tiempo, llama a ser"peregrinos de la esperanza"que escuchen"el lamento de quienes se sienten abandonados".5. "Tengo sed": Los que claman la esperanza y la justicia, desde la “Colombia profunda”.Monseñor Dimas Acuña, obispo de El Banco, es contundente:"La sed de Cristo es la de los niños wayúu sin agua, los campesinos sin tierra y los jóvenes sin oportunidades".El prelado explica que la sed de Cristo simboliza"su amor por la salvación de la humanidad". Se refiere a la pobreza y el abandono en su diócesis, y recordó que la Iglesia debe ser"un oasis de esperanza"."Responder a esta sed implica compromiso con los más vulnerables", enfatiza, citando Mt 5,6:"Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia", particularmente en este Año Jubilar que convoca a vivir con mayor profundidad la misericordia.6. "Todo está cumplido": El creyente, portador de esperanza en Colombia.Monseñor Edgar Mejía, obispo auxiliar de Barranquilla,aclara que esta frase de Jesús en la Cruz no es de derrota, sino deltriunfo de la luz sobre la oscuridad. Desafía:"Cristo no murió en vano; nos legó una tarea: ser ‘fermento’ en una sociedad corroída".Además de referirse a la crudeza y el dolor que producen realidades como el narcotráfico y la corrupción, monseñor Mejía anima a los fieles aser por sí signos de esperanza con acciones concretas:"¿Podemos decir al final del día: ‘hice el bien’?".7. "En tus manos encomiendo mi espíritu": La esperanza radical en Cristo.Finalmente, monseñor Edwin Vanegas, obispo auxiliar de Bogotá, afirma que Jesús no clama en derrota, sino que"manifiesta el sentido profundo de la esperanza...Puesta en la mano misericordiosa del Padre", subraya. Este acto de entrega total, explica, es"el último y definitivo sí"de Cristo a la voluntad del Padre, y a la vez"la puerta que abre la resurrección".En su reflexión, y desde la realidad de los distintos sectores de la capital colombiana, espejo de las múltiples realidades del país, el Obispo evoca dos clamores concretos y urgentes para que Colombia experimente la esperanza: la reconciliación ante la fragmentación que tanto hiere yla solidaridad fraterna con los más necesitados, como profecía en medio un mundo individualista.“Ser fraternos y solidarios es una señal de esperanza que podemos ofrecer a nuestro mundo, por medio de la acogida del migrante que ha dejado su tierra y busca un mejor futuro; ser fraternos y solidarios es una señal de esperanza cuando asistimos con caridad a quienes sufren hambre, habitan las calles o están en las cárceles; ser fraternos y solidarios es una señal de esperanza cuando podemos ver al otro a la cara libres de los prejuicios y la superioridad; ser fraternos y solidarios es una señal de esperanza cuando acompañamos a nuestros adultos mayores para que no vivan esta etapa de sus existencias en soledad; ser fraternos y solidarios es una señal de esperanza cuando cuidamos de nuestros niños y niñas para que no sufran heridas irreparables y puedan soñar con un mundo nuevo y armonioso”.Vea las palabras a continuación:Para descargar las palabras en formato escrito, haga clic aquí.

Jue 10 Abr 2025
Obispos colombianos exhortan a los sacerdotes a promover la confesión durante esta Semana Santa 2025
A tres días de dar inicio a la Semana Santa 2025 con el Domingo de Ramos, los obispos de Colombia dirigen una carta a todos los sacerdotes del país, invitándolos a intensificar su disponibilidad para el sacramento de la confesión, con el fin de que los fieles experimenten "la gracia y el poder de la misericordia divina" en estos Días Santos y para que, en el contexto del Jubileo de la Esperanza, tengan la oportunidad de ganar la indulgencia plenaria.En el mensaje, firmado por los integrantes de la Comunidad de Presidencia de la Conferencia Episcopal, se resalta el confesionario como un espacio sagrado donde nace "un hombre reconciliado, un mundo reconciliado", citando las palabras de San Juan Pablo II. Además, los prelados hacen un llamado a practicar la "pastoral del oído", siguiendo el llamado del papa Francisco: "Se necesita escuchar a la gente, de modo que cada hermano tenga la posibilidad de experimentar la ternura de Dios".Reconciliación e indulgencia plenariaEn el contexto del Jubileo de la Esperanza que vive la Iglesia Universal en este 2025, los obispos recuerdan que la confesión es una vía para que los fieles obtengan la indulgencia plenaria, un "don inmenso para su vida espiritual". Los exhortaron a invitar a los creyentes "a tiempo y a destiempo" (2Tim 4,2) y a acogerlos con generosidad, reflejando así "el rostro misericordioso del Padre".El documento también incluye un mensaje personal para los sacerdotes, animándolos a acercarse ellos mismos al sacramento "con sincero deseo de conversión", reconociéndolo como uno de los "dones más hermosos de la gracia".Gratitud y llamado a la misiónLa carta concluye con palabras de agradecimiento por la labor pastoral de los sacerdotes, a quienes definen como "faros que iluminan el camino de muchos". Los obispos piden que continúen con "generosidad y pasión pastoral", siendo "ese eco de la voz de Dios que llama a la conversión".Vea a continuación el mensaje leído por el presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, monseñor Francisco Múnera:También le puede interesar:Para conocer cómo ganar la indulgencia durante este Jubileo 2025, haga clic aquí.

Jue 10 Abr 2025
El papa Francisco designa a monseñor Luis Albeiro Maldonado Monsalve como nuevo obispo de la Diócesis de Santa Rosa de Osos
Este jueves, 10 de abril, la Santa Sede dio a conocer el nombramiento de monseñor Luis Albeiro Maldonado Monsalve como nuevo obispo de la Diócesis de Santa Rosa de Osos, por parte del papa Francisco. El prelado, nacido en Fredonia (Antioquia), venía pastoreando la Diócesis de Mocoa-Sibundoy desde diciembre de 2015. Desde el 8 de julio de 2023, tras la inesperada partida de monseñor Elkin Fernando Álvarez Botero, esta jurisdicción eclesiástica, que comprende 29 municipios del departamento de Antioquia, es sede vacante. El presbítero Luis Alfonso Urrego Monsalve ha venido ejerciendo como administrador diocesano, por designación de sus hermanos sacerdotes a través del Colegio de Consultores.Biografía:Monseñor Luis Albeiro Maldonado Monsalve nació en Fredonia (Antioquia), el 20 de enero de 1958, en el hogar conformado por Luis Carlos Maldonado y Mercedes Monsalve. Tiene nueve hermanos.Después de realizar los estudios de primaria y secundaria en su pueblo natal, ingresó al Seminario Mayor de Medellín. Frecuentó los cursos de Filosofía y Teología en la Universidad Pontifica Bolivariana en Medellín. Después de su ordenación sacerdotal obtuvo la licenciatura en Teología Espiritual en la Pontificia Universidad Gregoriana.Fue ordenado sacerdote el 5 de julio de 1986 por San Juan Pablo II y se incardinó en la misma Arquidiócesis de Medellín.En el ejercicio del ministerio sacerdotal ha desempeñado los siguientes oficios:- Formador en el Seminario Mayor de Medellín (1988 y 1990-1991).- Administrador Parroquial de la Parroquia San Simón Apóstol - Medellín (1991).- Párroco en San Rafael - Envigado (1992-1994).- Director espiritual en el Seminario Mayor, Profesor y Capellán en la Universidad Pontificia Bolivariana, Colaborador en la Parroquia Nuestra Señora de los Dolores - Medellín (1996).- Párroco en la Parroquia La Sagrada Familia - Medellín (1998).- Párroco en Santa Ana - Sabaneta (1999-2010).- Miembro del equipo de pastoral sacerdotal (2005-2015).- Administrador General de la Fundación Autónoma Sacerdotal Padre Arcila (2007).- Párroco en Nuestra Señora del Rosario - Bello (2011-2015).- Vicario Episcopal de la Zona Norte (2011-2015).- Miembro del Consejo presbiteral, del Colegio de Consultores y del Consejo de Gobierno de la Arquidiócesis de Medellín (2011-2015).El 15 de octubre de 2015 el Papa Francisco lo nombró Obispo de la Diócesis de Mocoa–Sibundoy. El 3 de diciembre de 2015 recibió la Ordenación Episcopal y el 15 de diciembre del mismo año tomó posesión canónica.El 10 de abril de 2025 el Papa Francisco lo nombró Obispo de Santa Rosa de Osos.