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Fundación Populorum Progressio avanza con ayudas para América Latina y el Caribe
Tags: fundación populorum progressio papa francisco monseñor oscar urbina Iglesia ayuda humanitaria
La difícil crisis generada por la pandemia del COVID-19 no fue obstáculo para que el Consejo de Administración de la Fundación Populorum Progressio celebrara su reunión anual, por supuesto, de manera virtual, en la que, además de analizar la situación de Latinoamérica y el Caribe frente a la pandemia del coronavirus, de entre un número significativo de solicitudes, aprobó 138 proyectos de desarrollo social, haciendo énfasis en aquellos que tienen por objeto contribuir a mitigar a corto y mediano plazo los efectos de la crisis y que provienen de comunidades y lugares muy necesitados.
A estos proyectos hay que sumarle otros 30 de ayuda alimentaria, que están en ejecución, los cuales fueron aprobados de manera extraordinaria por el Consejo de Administración en el mes de junio, en respuesta a una solicitud del Papa Francisco y en cuanto la Fundación hace parte de la Comisión Vaticana COVID-19 que el Papa pidió al Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, crear en colaboración con otros Dicasterios de la Curia Romana y otros organismos, para expresar la preocupación y el amor de la Iglesia por la entera familia humana ante dicha pandemia. En total son 168 proyectos provenientes de 23 países de Latinoamérica y el Caribe.
La reunión que se realizó del 29 al 31 de julio fue presidida por Mons. Javier Del Río Alba, Arzobispo de Arequipa (Perú) Presidente del Consejo de Administración. Participaron el Vicepresidente del mismo Consejo Mons. Óscar Urbina Ortega, Arzobispo de Villavicencio (Colombia) y demás miembros, Mons. Murilo Sebastiao Ramos Krieger, Arzobispo-E de San Salvador de Bahía (Brasil), Mons. José Luis Azuaje Ayala, Arzobispo de Maracaibo (Venezuela), Mons. Eduardo María Taussig, Obispo de San Rafael (Argentina) y Mons. Segundo Tejado Muñoz, Representante del Dicasterio. También miembro del Consejo y, aunque no pudo participar directamente en la reunión, el Cardenal Chibly Langlois, Obispo de Les Cayes, Haití evaluó y envió el reporte de los proyectos provenientes de Centro América y el Caribe. De igual manera participó el equipo operativo del Secretariado de la Fundación.
Por su parte el Cardenal Peter K.A. Turkson, Prefecto del Dicasterio y como Presidente de la Fundación, también se unió a la reunión, dando un mensaje de agradecimiento e invitando a todos a continuar trabajando con entusiasmo y dedicación en favor de tantas personas que requieren de nuestra ayuda en estos momentos difíciles. Muy significativa fue también la participación del Secretario del Dicasterio Mons. Bruno-Marie Duffè, quien en su mensaje insistió en que “no se trata de prepararnos para el futuro, sino de preparar el futuro”, citando al Papa Francisco y que “la caridad de la Iglesia tiene que ser un testimonio de fe y de esperanza, y la solidaridad nos tiene que ayudar a pasar del miedo a esa esperanza”.
Como es costumbre en esta reunión anual, activamente participarón representantes del Comité para las Intervenciones Caritativas a favor del Tercer Mundo de la Conferencia Episcopal Italiana, el cual financia la mayor parte de estos proyectos. De igual manera, hubo representantes de Cross Catholic Outreach que desde el 2018 financia un número significativo de etas iniciativas. Una especial acogida se le brindó al coordinador de proyectos para América Latina de Manos Unidas quien por primera vez hace parte de esta reunión con miras a establecer un trabjo conjunto entre la Fundación y está institución que es orientada por laicos y que tanto bien hace en todo el mundo. No menos significativa fue la presencia del Pbro. Paulo César Barajas, de la Arquidiócesis de Guadalajara, México quien por muchos años ha trabajado en el Dicasterio y colaborará con la Fundación.
Ante la magnitud de la crisis que vivimos, estos proyectos pretenden ser un signo de la caridad del Papa, a la vez que un llamado a todos los cristianos y personas de buena voluntad a incrementar la práctica efectiva de la caridad y la solidaridad, buscando que en esta pandemia “nadie se quede atrás”, según nos invita con insistencia el Santo Padre.
La Fundación Populorum Progressio
Fue creada por el Santo Padre Juan Pablo II el 13 de febrero de 1992, empeño asumido en vísperas de la conmemoración del V Centenario del inicio de la Evangelización del Continente Americano. Se trata de la continuación, bajo una nueva forma, de un fondo que el Papa Pablo VI había instituido en el año 1968 en su visita a Colombia. Al crear la Fundación, el Santo Padre invitaba a la Comunidad Internacional, a las instituciones y a las personas de buena voluntad a duplicar los esfuerzos en favor del desarrollo integral de las poblaciones indígenas, campesinas y afrodescendientes de América Latina.
Esta Fundación financia cada año el mayor número posible de proyectos mediante los cuales favorece el desarrollo integral de las comunidades más pobres. Las ayudas se reciben gracias a la generosidad sobre todo de los católicos italianos, canalizada a través de la Conferencia Episcopal de ese país, así como de donativos recibidos de otras personas y organismos eclesiales.
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Visita del cardenal Luis José Rueda fortalece la fe de un Gramalote que resurge tras la destrucción
En medio de una jornada cargada de espiritualidad y alegría, el cardenal Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y primado de Colombia, visitó este 25 de noviembre el nuevo municipio de Gramalote, donde celebró la Eucaristía en el templo San Rafael Arcángel. Su presencia allí animó el fortalecimiento de la fe de una comunidad que ha demostrado una fe inquebrantable tras la tragedia que hace quince años destruyó su pueblo original.Esta encuentro del Cardenal con los gramaloteros se enmarcó dentro de su visita pastoral a la Diócesis de Cúcuta, donde también se sumó a la celebración de los 70 años de la Diócesis de Cúcuta y los 40 años del Seminario Mayor San José. Fue recibido por el obispo anfitrión, monseñor José Libardo Garcés Monsalve, y estuvo acompañado por arzobispo de Nueva Pamplona, Jorge Alberto Ossa Soto, y por el obispo emérito de Villavicencio, monseñor Óscar Urbina Ortega .El padre Martín Sepúlveda Mora, director de comunicaciones de la Conferencia Episcopal de Colombia, oriundo de Gramalote y promotor de la visita, también estuvo presente.Gramalote: un pueblo que renace entre las ruinasEl recibimiento al cardenal Rueda inició en la casa de la cultura de la nueva Gramalote, donde fue nombrado ‘Hijo Adoptivo del municipio’ mediante decreto por el alcalde Álvaro Cardozo Riaño, quien en su discurso describió a Gramalote como "la tierra que renació entre la ruina, pero nunca perdió su fe" y como "un pueblo que ha llorado y que se ha levantado".Entre el 16 y 17 de diciembre de 2010, el casco urbano original de Gramalote dejó de existir producto de un deslizamiento de tierra originado durante el fenómeno de La Niña de ese año. El desastre, que se desarrolló en cámara lenta durante dos días, no cobró vidas humanas entre sus aproximadamente 6.000 habitantes, pero destruyó por completo el pueblo, dejando en pie solo una de las torres de la iglesia de San Rafael, agrietada y a punto de colapsar.El Fondo Adaptación adelantó un macroproyecto de reconstrucción que contempló el reasentamiento del municipio en un sitio seguro, con la construcción de 984 viviendas. La obra, descrita como "el caso de reasentamiento más importante de América Latina" , incluyó la edificación del núcleo institucional con el Centro Administrativo Municipal, plaza de mercado, plaza principal, colegio y hospital . Sin embargo, este esfuerzo gubernamental no contempló el templo parroquial, una necesidad espiritual que la comunidad ha asumido con determinación.Fe y confirmación en el nuevo temploAnte esta realidad, durante su visita el cardenal Luis José Rueda invitó a la comunidad a "poner en el altar del nuevo templo en construcción, el sentir de todo un pueblo" y a expresarle al Señor "que Él es el fundamento y la base que sostiene la vida de Gramalote y todos sus habitantes".Durante la Eucaristía en honor a la celebración patronal de Nuestra Señora del Rosario de Monguí, el purpurado administró el sacramento de la Confirmación a jóvenes gramaloteros, a quienes invitó a "fijar la mirada y el corazón en Cristo, quien no defrauda" y a "dar el sí, como lo hizo la Virgen María".En su homilía, el Cardenal extendió su mensaje a todos los fieles, animándolos a "dejarse amar por Dios en cualquier etapa de la vida, y ante cualquier dificultad".Una obra que nace de la fe del puebloEl párroco de Gramalote, el padre Samuel García Botello, recordó cómo "los acontecimientos del día 17 de diciembre del año 2010 pusieron a prueba nuestra fe", pero también demostraron que "la misericordia de Dios frente a nosotros es infinita". Destacó que la construcción del nuevo templo "ha sido fruto del amor de Dios que inspira y anima a vivir la caridad, la generosidad", reconociendo el esfuerzo de "todos los gramaloteros y todas las personas que, sin ser de aquí, iluminados y guiados por Dios, nos han colaborado como benefactores de este lugar sagrado".Con emoción, el padre García Botello constató una verdad que ha guiado a esta comunidad: "Se destruyó el pueblo, el templo, pero nunca la fe, ni mucho menos la Iglesia".Visita más amplia a la Diócesis de CúcutaLa visita del purpurado a Gramalote formó parte de una agenda más amplia en Norte de Santander donde también acompañó la celebración del aniversario diocesano número 70.Durante su estancia, el cardenal Rueda Aparicio visitó instituciones diocesanas de caridad que trabajan con niños, jóvenes y adolescentes en condición vulnerable, conociendo de primera mano el plan de acción del banco de alimentos y la Fundación Pía Autónoma Asilo Andressen.Monseñor José Libardo Garcés destacó la presencia del Cardenal Rueda como "una bendición y gracia de Dios para todo el pueblo cucuteño" , mientras que el propio purpurado resaltó "la fraternidad del pueblo cucuteño, la hospitalidad y amabilidad" que encontró en la región .Vea a continuación los momentos más emotivos de la visita:Ver esta publicación en InstagramUna publicación compartida por Conf. Episcopal de Colombia (@episcopadocol)
Jue 20 Nov 2025
Arquidiócesis de Medellín albergará la XI Copa de la Fe del 7 al 11 de septiembre de 2026: un encuentro de fe, fútbol y fraternidad sacerdotal
La Copa de la Fe, el torneo de fútbol más representativo del clero católico colombiano, ya tiene fecha y sede para su undécima edición: se jugará en la Arquidiócesis de Medellín del 7 al 11 de septiembre de 2026. La designación, ampliamente esperada entre los participantes, posiciona a la jurisdicción antioqueña como el escenario ideal de un encuentro que trasciende lo deportivo para integrarse profundamente en la vida de la comunidad.Lo que distingue este evento no son solo los goles, sino las acciones de fe que lo acompañan. Durante versiones anteriores, los sacerdotes han intercalado sus partidos con una importante labor pastoral que incluye jornadas de confesión masivas, visitas a enfermos, bendición de los hogares y encuentros de evangelización con diferentes actores sociales. Se espera que en Medellín, gracias a su vasta comunidad católica, esta tradición se fortalezca, llevando el mensaje de la Iglesia directamente a los hogares.Una sede estratégica para una Copa de la Fe en crecimientoLa ubicación central y conectividad de este territorio arquidiocesano facilitarán la llegada de numerosas delegaciones, incluyendo las de países como Ecuador, Venezuela y México, que han participado activamente en ediciones recientes. Además, la capital de Antioquia cuenta con una significativa infraestructura parroquial y deportiva, ideal para albergar a los más de 600 sacerdotes que suele convocar anualmente el torneo.La numerosa comunidad de fieles de la Arquidiócesis de Medellín no solo podrá apoyar el evento desde las gradas, sino que será la principal beneficiaria de las actividades de evangelización, fortaleciendo así el vínculo entre el clero y la comunidad.Antecedentes de campeones destacadosEn ediciones recientes, la Copa de la Fe ha visto surgir equipos fuertes a nivel deportivo. La Diócesis de Garzón ha demostrado una racha imponente al coronarse campeona en 2016, 2023 y 2024. Por su parte, la Arquidiócesis de Guadalajara (México) ha dejado clara su calidad al ganar los títulos de 2018 y 2022. La Arquidiócesis de Popayán es la actual campeona, tras alzarse con la victoria en la edición 2025, celebrada en Armenia. En diversas ocasiones, el equipo de la Arquidiócesis de Medellín también ha resultado finalista del torneo.Con todos estos elementos, la XI Copa de la Fe se perfila no solo como una actividad deportiva de gran impacto en la Iglesia, sino como un hito de fraternidad y evangelización que aprovechará el dinamismo de la jurisdicción antioqueña para celebrar la fe.
Mié 12 Nov 2025
El Belenismo: un arte que siembra fe y renueva el sentido de la Navidad en la Diócesis de Pasto
A pocas semanas del inicio del Adviento, la Diócesis de Pasto se prepara para vivir la Navidad con una profundidad especial, gracias a la culminación de su primerCurso de Pesebrismo que ha formado a 14 personas en el arte del Belenismo. Esta iniciativa, que une arte, fe y tradición, forma parte de una estrategia pastoral que, desde hace tres años, lidera monseñor Juan Carlos Cárdenas Toro para rescatar el sentido auténtico del nacimiento del Señor.San Juan de Pasto es terreno fértil para promover una cultura enfocada en el pesebre, pues se trata de una ciudad reconocida por su fervor religioso y su riqueza cultural. Como lo explica elpadre James Adrián Bravo Díaz, rector de la Catedral Sagrado Corazón de Jesús de Pasto, “es una ciudad llena de fe, pero también es una ciudad en la que el Espíritu se ha expresado en forma de arte”.Una estrategia pastoral con historiaEste proceso de evangelización a través del arte no es espontáneo, sino el resultado de una planificación pastoral concreta.“Por iniciativa de nuestro Obispo (…) hemos querido iniciar un proceso para promover una cultura de artistas que se enfoquen también específicamente en el tema del pesebre”, detalla el padre Bravo. La estrategia se desarrolló en varias etapas:- La realización de un primer pesebre con características belenistasen la Catedral hace dos años, marcando el punto de partida.- Un concurso diocesano de pesebresabierto a toda la comunidad, celebrando los 800 años del primer pesebre de San Francisco de Asís.- Una Exposición de Dioramas Navideños en 2024, que con 30 escenas de la infancia de Jesús, fruto de la alianza con la Asociación“Amigos del Pesebre”de Medellín, capturó el corazón de la comunidad.Fue el impacto de esta última exposición lo que cristalizó el siguiente paso.“A partir de esa exposición… surgió la idea de iniciar aquí en nuestra catedral, aquí en nuestra diócesis, un primer curso taller”, afirma el Padre Bravo.El curso: donde las manos crean, la fe se profundiza y la comunidad se fortaleceDurante cuatro meses, los participantes guiados por expertos de “Amigos del Pesebre” se sumergieron en el arte del Belenismo.Claudia Arboleda, instructora de la asociación, califica la experiencia como“maravillosa”y destaca la dedicación de los alumnos:“Estas personas llevan aproximadamente 200 horas, que es un éxito de verdad”.Sin embargo, el fruto más significativo trasciende lo artístico. Claudia describe un“ambiente muy especial porque nos acerca a Dios, al Niño Jesús”, caracterizado por la generosidad:“no hay nada de egoísmo”y los participantes“se ayudan”y“comparten el conocimiento y materiales”. Con esperanza, ve en este curso“una semillita”sembrada en Pasto para que“produzca frutos y se multiplique”.Los participantes corroboran esta vivencia. ParaLuis Armando Santanderfue“una experiencia de vida, una experiencia de arte, una experiencia de fe y también espiritual. Hacer los pesebres es realmente transportarse uno en la vida de Jesús”.Nuria Paredes Gordilloencontró en el belenismo un camino para acercarse al Misterio:“Adentrarme en todo el contexto social (…) en la que vivió Cristo Jesús, pues me hace acercarme mucho más a toda esa vivencia”.Mientras queDarío Fernando de Córdobasubraya cómo la iniciativa fortalece la fe desde la investigación y el arte:“La fe se enriquece ya que uno con esos trabajos va investigando mucho más”.Un camino de evangelización a través del arteEl padre James Bravo explica el profundo sustrato evangelizador de esta disciplina:“El belenismo (…) nos acerca precisamente a esa realidad. Para conocer los detalles de la cultura, la geografía (…) que nos ayudan también a acercarnos espiritualmente a ese misterio tan bello como es el misterio de la Encarnación”.Esta visión es compartida por los formados.Jorge Alberto Cárdenas, participante, lo identifica como una poderosa forma de predicación:“Para aquellos que a veces nos cuesta evangelizar con palabras, de pronto yo pienso que es otra forma muy fuerte y muy bonita de hacer el Evangelio. Arte visible a través de las manos”.Proyección: un semillero para el futuroLa clausura del de este primer curso, prevista para el30 de noviembrecon la apertura del Adviento y la bendición de los dioramas en la Catedral, no es el final, sino el inicio de una iniciativa permanente. La Diócesis de Pasto ha garantizado su continuidad; este mismo año abrirá inscripciones para el siguiente espacio formativo.“Es ya un primer semillero de lo que será un trabajo permanente”, confirma el padre Bravo, haciendo una extensiva invitación a la comunidad:“Invitarlos a todos así a continuar (…) a través del arte. Porque el arte también es una expresión del Espíritu y a partir del arte también se puede comunicar la profundidad de la fe”.Vea a continuación el informe audiovisual:
Jue 30 Oct 2025
Las diócesis de Ocaña y Tibú llevan un mensaje de esperanza al Catatumbo con la Virgen de Torcoroma
Entre el 15 y el 19 de octubre, las diócesis de Tibú y Ocaña unieron esfuerzos para realizar la peregrinación de Nuestra Señora de las Gracias de Torcoroma por el Catatumbo. Esta iniciativa, que da continuidad a una tradición de más de 40 años de la Diócesis de Ocaña, tuvo como propósito acompañar espiritual y pastoralmente a las comunidades de esta región marcada por la violencia, llevando un mensaje de fe, consuelo y esperanza.La peregrinación atravesó el corazón del Catatumbo, visitando comunidades profundamente devotas a la Virgen María. Pasó por los municipios de Convención, Teorama y El Tarra; y por los corregimientos de Filo El Gringo, Orú, Versalles y Pacelli, hasta llegar al municipio de Tibú. En cada lugar, la presencia de la imagen fue acogida con fervor, convirtiéndose en signo de la cercanía maternal de María con su pueblo.“Desde el corazón episcopal de monseñor Orlando y monseñor Israel, nace el deseo de que la Virgen venga a peregrinar por estas tierras del Catatumbo”, expresó Luis David Ramírez, secretario de la Oficina de Pastoral de la Diócesis de Ocaña.Este año, la peregrinación tuvo como objetivo renovar la esperanza, fortalecer los lazos de paz y reavivar la fe de una población que ha vivido meses de intensos enfrentamientos entre grupos armados. “Se ha bañado de sangre el territorio por todo lo que ha correspondido a estos diez meses de guerra, pero pudimos ver esa bandera de la paz que se ondeaba y que no era solamente una ayuda, sino que fue poder ver la fe y la esperanza protegidas por la Virgen Santa”, afirmó el padre Miguel Durán Sánchez, vicario general de la Diócesis de Ocaña.La devoción a la Virgen de Torcoroma, conocida también como “la Morenita”, tiene su origen hace 314 años, cuando en la montaña Torcoroma —al sur de Ocaña— unos jóvenes campesinos encontraron en la astilla de un árbol la imagen de la Virgen María. Desde entonces, millones de fieles han acudido a su intercesión, y por cuatro décadas su imagen ha recorrido los territorios de la región como signo de fe y unidad.“El paso de la Virgen fue totalmente trascendental. Las comunidades, por un instante, salieron de su casa, pudieron compartir de nuevo la fe y vivir la experiencia del Señor alrededor de este milagro de la aparición de la Santísima Virgen María”, destacó el padre Durán.Durante la peregrinación también se reconoció la realidad social del Catatumbo, una región que continúa enfrentando situaciones de violencia, riesgos humanitarios y limitaciones económicas. El padre Miguel Durán, vicario general de la Diócesis de Ocaña, señaló que, a pesar de estas dificultades, las comunidades mantienen una profunda fe y un fuerte deseo de paz. Destacó que la Iglesia permanece cercana a las familias del territorio, acompañándolas espiritual y humanamente y animando los esfuerzos comunitarios por la reconciliación y la convivencia.Vea a continuación el informe audiovisual: