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conferencia episcopal de colombia

Vie 24 Oct 2025

Libertad religiosa en Colombia: entre los avances legales y los desafíos en la práctica

Por Pbro. Carlos Guillermo Arias - La existencia de diversas religiones, que se hacen presentes en una sociedad, pretendiendo no perder la identidad propia de cada una, y exigiendo el derecho de poder manifestar sus propias prácticas, da paso al concepto y al derecho de libertad religiosa. La Asamblea General de las Naciones Unidas, reunida en París, el 10 de diciembre de 1948, en su promulgación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, establecía en el artículo 18: Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de creencia, así como la libertad de manifestar su religión o su creencia, individual y colectivamente, tanto en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia.Este artículo 18 establece tres libertades, la de pensamiento, libertad de cada persona para formar sus propias ideas y opiniones sobre la realidad y la vida, la de conciencia, libertad para a actuar o no actuar de acuerdo con los propios principios morales, sin ser forzado por otros y la de religión, que podríamos llamar también de creencia, es la libertad de profesar una religión, que a su vez, el articulo la extiende bien sea a cambiar de religión, o de expresarla de manera individual o colectiva, y en público o privado, pero también aparece los elementos de la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia.En el posterior desarrollo del derecho de libertad religiosa es importante el aporte de la Iglesia Católica Romana, el cual ayudara a la aplicación del mimo en el ordenamiento jurídico de muchos países.En la Declaración DIGNITATIS HUMANAE, del Concilio Vaticano II, sobre la libertad religiosa, que fue aprobado el 7 de diciembre del año 1965 (pronto cumplirá 60 años), se dice que la persona humana tiene derecho a la libertad religiosa. Esta libertad consiste en que todos los hombres han de estar inmunes de coacción, tanto por parte de individuos como de grupos sociales y de cualquier potestad humana, y esto de tal manera que, en materia religiosa, ni se obligue a nadie a obrar contra su conciencia, ni se le impida que actúe conforme a ella en privado y en público, sólo o asociado con otros, dentro de los límites debidos.Declara, además, que el derecho a la libertad religiosa está realmente fundado en la dignidad misma de la persona humana, tal como se la conoce por la palabra revelada de Dios y por la misma razón natural. Este derecho de la persona humana a la libertad religiosa ha de ser reconocido en el ordenamiento jurídico de la sociedad, de tal manera que llegue a convertirse en un derecho civil. Estas palabras del Concilio son un fundamento claro, para que muchos países en su legislación incluyeran el derecho a la libertad religiosa.Un punto que me parece muy importante en esta declaración es el de la promoción de la libertad religiosa. La protección del derecho a la libertad religiosa concierne a los ciudadanos, a las autoridades civiles, a la Iglesia y demás comunidades religiosas, según la índole peculiar de cada una de ellas, teniendo en cuenta su respectiva obligación para con el bien común.Por eso es obligación de la autoridad civil:•Tomar eficazmente a su cargo la tutela de la libertad religiosa de todos los ciudadanos con leyes justas y otros medios aptos.•Facilitar las condiciones propicias que favorezcan la vida religiosa, para que los ciudadanos puedan ejercer efectivamente los derechos de la religión y cumplir sus deberes,•Proveer a que la igualdad jurídica de los ciudadanos, que pertenece también al bien común de la sociedad, jamás, ni abierta ni ocultamente, sea lesionada por motivos religiosos, y a que no se haga discriminación entre ellos.•No imponer a los ciudadanos, por la fuerza, o por miedo, o por otros recursos, la profesión o el abandono de cualquier religión, ni impedir que alguien ingrese en una comunidad religiosa o la abandone.Así mismo es importante tener en cuenta, que el derecho a la libertad religiosa, como los demás derechos, no es absoluto y por eso tiene sus límites y debe ser regulado, y esa es una de las obligaciones de la autoridad civil. El derecho a la libertad religiosa se ejerce en la sociedad humana y, por ello, su uso está sujeto a normas que lo regulan.Se debe observar el principio moral de la responsabilidad personal y social: en el ejercicio de sus derechos, cada uno de los hombres y grupos sociales están obligados por la ley moral a tener en cuenta los derechos de los otros, los propios deberes para con los demás y el bien común de todos. Con todos hay que obrar según justicia y humanidad.En la legislación colombiana, el termino de libertad religiosa será introducido por la Constitución Política de Colombia, que en su Título II, Capítulo 1, enumerando los derechos fundamentales, dice en su artículo 19: Se garantiza la libertad de cultos. Toda persona tiene derecho a profesar libremente su religión y a difundirla en forma individual o colectiva. La redacción de este articulo habla de libertad de cultos. El culto se entiende como manifestación externa a la divinidad, sin embargo, la constitución comprende dentro de esta libertad, el derecho de toda persona a profesar libremente su religión y a difundirla de manera individual o colectiva. A mi parecer, cuando se redactó este artículo, la asamblea constituyente estaba recordando lo que ya la Asamblea General de las Naciones Unidas, había dicho en su promulgación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.Si nos fijamos en ambas redacciones, encontramos elementos comunes, pero como la Declaración Universal de los Derechos Humanos, es anterior a la Constitución Política de Colombia, por eso reafirmo, que, a mi manera de ver, el articulo 18 fue un elemento inspirador para la redacción del artículo 19 de nuestra Constitución.Me llama la atención un detalle, aunque la Constitución del 91 establece la libertad de cultos, ya el 12 de julio de 1973, cuando se firmó el Concordato entre Colombia y la Santa Sede, y que luego el 18 de diciembre de 1974 fue aprobado por el Congreso de la Republica como Ley, se hablaba ya de una libertad religiosa, el texto dice: El Estado garantiza a la Iglesia Católica y a quienes a ella pertenecen el pleno goce de sus derechos religiosos, sin perjuicio de justa libertad religiosa de las demás confesiones y de sus miembros lo mismo que de todo ciudadano. De alguna manera este texto nos deja entrever que el termino de libertad religiosa no es una novedad cuando aparece en la Constitución, aunque si debemos tener claro el hecho de que sea reconocido oficialmente como un derecho fundamental. Posterior a la Constitución del 91 y como una forma de garantizar el derecho fundamental a la libertad religiosa y de cultos, se crea la ley 133 de 1994 que se conoce como Ley Marco de Libertad Religiosa y de Cultos. Esta ley busca garantizar el ejercicio de este derecho de forma igualitaria para todas las religiones y confesiones, así como establecer las bases para su reconocimiento y protección por parte del Estado.Resalto en esta ley el artículo 2 que dice: Ninguna Iglesia o Confesión religiosa es ni será oficial o estatal. Sin embargo, el Estado no es ateo, agnóstico, o indiferente ante los sentimientos religiosos de los colombianos. El Poder Público protegerá a las personas en sus creencias, así como a las Iglesias y confesiones religiosas y facilitará la participación de éstas y aquellas en la consecución del bien común. De igual manera, mantendrá relaciones armónicas y de común entendimiento con las Iglesias y confesiones religiosas existentes en la sociedad colombiana.Otro punto de especial relevancia en esta ley es el encargo que se le hace al Ministerio de Gobierno, hoy Ministerio de Interior, de reconocer personería jurídica a las Iglesias, confesiones y denominaciones religiosas, sus federaciones, y, confederaciones y asociaciones de ministros, que lo soliciten. De igual manera, en dicho Ministerio funcionará el Registro Público de entidades religiosas. Esta ley es un gran avance en el establecimiento, de manera práctica, del derecho de libertad religiosa y de cultos.En este orden de ideas, llegamos al Decreto 437 de 2018, que conocemos como la Política Pública Integral de Libertad Religiosa y de Cultos. Esta es una estrategia del gobierno para garantizar el derecho a la libertad de religión y de culto en Colombia, promoviendo el respeto a la diversidad religiosa y la participación de las comunidades religiosas en la sociedad.El objetivo de la política es brindar garantías para el ejercicio del derecho de libertad religiosa y de cultos en Colombia. Con esta política pública se busca asegurar que todas las personas puedan profesar libremente su religión o creencia, o no profesar ninguna, y difundirla individual o colectivamente, sin discriminación. Se reconoce y valora la pluralidad de creencias religiosas presentes en el territorio, promoviendo la convivencia y el diálogo entre diferentes confesiones.En la aplicación del Decreto sobre PPILRC, desde 2018 hasta hoy, se ha hecho evidente en la creación de algunos entes, mecanismos y procesos como:•La Dirección de Asuntos Religiosos del Ministerio del Interior•El registro publico de entidades religiosas, en la cual, ya se han entregado alrededor de 11.000 personerías jurídicas a entidades religiosas.•Mesa Nacional del Sector Religioso•Comités (o Mesas) del Sector Religioso a nivel nacional, departamental, distrital y municipal•Comité Nacional (y subcomités) de participación y diálogo social e intersectorial de Libertad Religiosa•Mapeo y caracterización del sector religioso•Banco de iniciativas interreligiosas•Observatorio contra la discriminación y estigmatización por motivos religiosos•Celebración de convenios de derecho público interno con entidades religiosas•Mesa Interinstitucional para el análisis de la conexidad entre el derecho a la educación y la libertad religiosa y de cultos•Mesa para el reconocimiento y fortalecimiento del aporte a la paz, el perdón y la reconciliación, de las entidades religiosas y sus organizaciones•Mesa de Diálogo entre la Iglesia Católica y el Ministerio del Interior, reconociendo el status de la Iglesia por la existencia del Concordato.La situación actualCuando observamos lo que han sido los avances en el tema de libertad religiosa en la legislación colombiana, a diferencia de muchos otros países, podemos decir que en Colombia existen las garantías necesarias para la expresión religiosa, tanto a nivel individual como colectivo y tanto en público como en privado.Pero, no podemos desconocer que la realidad de la libertad religiosa en Colombia, como también en la vivencia de las demás libertadas, hay hechos que, de alguna manera afectan, no tanto la libre expresión de esta realidad, como sí la vida misma de sus ministros o de sus adeptos o fieles en concreto.Me refiero a que no es desconocido que, la grave situación de violencia y de inseguridad que vivimos en el país y que, por supuesto como personas nos toca a todos, afecta también a las distintas entidades religiosas. Hemos conocido en este sentido las agresiones o inclusive muerte de lideres religiosos, que no obedecen necesariamente a persecución religiosa, sino a motivos conexos con la inseguridad y la violencia, como una muerte por un intento de robo, o por extorsión o por denuncia de delitos, incluso por motivos meramente personales. Si bien es cierto que es posible que en los detalles del caso haya sido por su liderazgo religioso no es una percusión como tal a la denominación o a la entidad religiosa. Pero también es cierto que han existido hechos relacionados tal vez con la intolerancia, como fue el caso el año pasado de la destrucción de imágenes religiosas en el nordeste y el bajo cauca antioqueño, o también las quejas que se conocen por diferencias e intolerancias entre las mismas entidades religiosas por la utilización de apelativos o términos que pueden sonar como discriminatorios, como cura falso o iglesia falsa, etc…Todos estos fenómenos se dan en una realidad compleja, en la que a veces los intereses personales, pero también el corazón del nombre que se deja permear por la ilegalidad y hasta la deshonestidad, se imponen sobre los intereses colectivos, inclusive dentro de las mismas entidades religiosas, haciendo que problemas particulares se generalicen, promoviendo la intolerancia y la violencia que termina afectando la misma libertad religiosa.Pbro. Carlos Guillermo Arias JiménezDirector del Departamento de Promoción de la Unidad y el DiálogoConferencia Episcopal de Colombia

Vie 24 Oct 2025

La Voz del Pastor | 26 de octubre de 2025

Reflexión del cardenal Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y primado de Colombia: Lectura del Santo Evangelio según San Lucas 18, 9-14

Jue 23 Oct 2025

El Valle del Cauca acogió la última etapa del proyecto pedagógico enfocado en prevención de abusos en las provincias eclesiásticas de Colombia

Con la participación de más de 1.600 personas, entre sacerdotes, seminaristas, religiosos y laicos, finalizaron las jornadas de formación del proyecto pedagógico impulsado por la Conferencia Episcopal de Colombia en las provincias eclesiásticas del país.Con un llamado a la transparencia, la prevención y la construcción de una cultura del cuidado, la provincia eclesiástica de Cali fue sede de las jornadas formativas finales sobre atención y prevención de abusos y violencias, realizadas en el marco del proyecto ‘Iglesias particulares seguras y protectoras’ de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), apoyado por la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos.Las capacitaciones, dictadas por miembros del Consejo Nacional para la Cultura del Cuidado de la CEC, se desarrollaron en dos bloques. El primero, entre el 7 y el 9 de octubre, congregó a más de 900 representantes de la Arquidiócesis de Cali y la Diócesis de Buenaventura. El segundo, del 14 al 17 de octubre, reunió a cerca de 700 participantes de las diócesis de Palmira, Buga y Cartago. Los obispos de cada jurisdicción acompañaron activamente las sesiones.La doctora Ilva Myriam Hoyos, presidenta del Consejo, explicó el objetivo central de este recorrido nacional de tres años:"Expresar el dolor de la Iglesia, hablar con claridad, con transparencia de lo que significa el tema de los abusos, pedir perdón a las víctimas, pero también mirar con esperanza que entre todos podemos cambiar. Se trata de generar una cultura del cuidado y la transparencia".Formación rigurosa y mirada integralLos talleres y charlas abordaron temas cruciales como la conceptualización de la violencia sexual, el abuso espiritual y de conciencia, y los riesgos en el entorno digital. También se profundizó en los protocolos canónicos, la s líneas guía emitidas por la Conferencia Episcopal de Colombia, las rutas de denuncia ante autoridades civiles y el análisis de sentencias emitidas por la Corte Constitucional."Hemos explicado (…) El deber de denuncia por parte de las autoridades eclesiásticas que tengan conocimiento de actos de abuso", recalcó la doctora Hoyos, subrayando las implicaciones de los fallos judiciales para la Iglesia en Colombia.Para monseñor Luis Fernando Velásquez, arzobispo de Cali, estas jornadas representan una reflexión profunda sobre el llamado a la santidad. "Debemos hacer de nuestras iglesias particulares lugares seguros, lugares protectores, lugares donde anunciemos en todo momento el amor del Señor, un amor que es acogida, respeto y cuidado a los demás", afirmó.Testimonios: un llamado a la acción corresponsableLos participantes destacaron el valor práctico de la formación. Para Paula Andrea Bedoya, docente del Colegio Llano Verde, el espacio permitió "cuestionarnos sobre qué es un entorno seguro, cómo tener nuestras aulas seguras, cómo tener nuestra Iglesia segura...Y conocer los riesgos a los que se enfrentan los niños".Desde la perspectiva sacerdotal, el padre Jesse Marmolejo, capellán de la cárcel de Villa Hermosa de Cali, resaltó que la capacitación fue "supremamente importante porque nos hace entender cómo la figura del sacerdote en una comunidad no solamente es de evangelizar, sino que también tiene esa figura de poder transparentar la vida de Dios en las personas…De saber que no solamente es cuidar la vida de la otra persona, sino que también es cuidar nuestra vida".Monseñor Rubén Jaramillo, obispo de Buenaventura, enfatizó el fundamento evangélico de esta misión: "Cuidar al otro es una tarea que desde Dios, desde la Palabra de Dios, nos viene en lo más profundo. Porque Dios nos ha cuidado a nosotros y Él quiere que también nosotros nos volvamos cuidadores de los demás".En Palmira, el padre Blas Pardey hizo un llamado a la replicabilidad del conocimiento: "Todos están invitados a que cada sacerdote proyecte en su parroquia (…) Que las personas que hayan venido a ser portadoras de todo este conocimiento también lo hagan saber en sus grupos apostólicos".Con la conclusión de estas jornadas en el Valle del Cauca, la Iglesia católica en Colombia avanza en un proceso de formación masiva que busca, como lo sintetizó el padre Leonardo Cárdenas Téllez, "prevenir, pero también ayudar a que tengamos las herramientas suficientes para detectar y para poder reaccionar". Ahora, las Iglesias particulares serán las encargadas de replicar los procesos formativos para hacer de sus espacios, ambientes cada vez más seguros y protectores para todos.Vea a continuación el informe audiovisual de las jornadas:

Jue 23 Oct 2025

El Papa León XIV nombra nuevo obispo para Tumaco: Pbro. Franklin Misael Betancourt

El Santo Padre León XIV designó al padre Franklin Misael Betancourt como nuevo Obispo de la Diócesis de Tumaco, en el departamento de Nariño. El sacerdote es originario de la Diócesis de Ipiales.Esta designación pone fin al periodo de sede vacante iniciado en septiembre de 2024, luego de que monseñor Orlando Olave Villanoba se posesionara como obispo de la Diócesis de Ocaña, tras el nombramiento del Papa Francisco. Desde entonces, esta jurisdicción del pacífico nariñense estaba bajo el liderazgo del padre José Ricardo Cruel Angulo, quien había sido elegido como administrador diocesano por sus hermanos sacerdotes, miembros del Colegio de Consultores.Pastor, teólogo y formador: pilares de su trayectoriaEl padre Franklin Misael Betancourt nació en el municipio de Guaitarilla, Nariño, el 30 de octubre de 1967. Fue ordenado sacerdote el 1 de noviembre de 1996 para la Diócesis de Ipiales.Su formación académica incluye estudios de Filosofía en el Seminario Mayor Los Sagrados Corazones de Pasto, y de Teología en el mismo seminario y en la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá, donde obtuvo el bachillerato en Teología en 1995.Posteriormente, se licenció en Teología Moral en la Pontificia Universidad Gregoriana y realizó una especialización en Pedagogía y Ética en la Universidad Juan de Castellanos de Tunja en 2013.Su trayectoria pastoral es extensa y variada. Ha desempeñado roles como Delegado Diocesano de Pastoral Juvenil, párroco en varias parroquias de Ipiales –incluyendo el emblemático Santuario de Nuestra Señora del Rosario de las Lajas (2008-2016)–, Vicario para la Vida Consagrada y Ecónomo Diocesano. En los años más recientes, se ha dedicado a la formación de nuevos sacerdotes, en el Seminario Binacional Nuestra Señora de la Paz en Tulcán, Ecuador, y, desde 2020, en el Seminario Mayor Los Sagrados Corazones de Jesús y María de la Diócesis de Pasto.En contextoLa Diócesis de Tumaco, sufragánea de la Arquidiócesis de Popayán, abarca una región estratégica en el suroccidente colombiano. Comprende los municipios de Barbacoas, El Charco, Francisco Pizarro, La Tola, Magui, Mosquera, Olaya Herrera, Roberto Payán y Tumaco, limitando con el Océano Pacífico y la República de Ecuador.Su historia eclesial se remonta a 1927, cuando fue erigida como Prefectura Apostólica. Fue elevada a Vicariato Apostólico en 1961 y finalmente a Diócesis en 1999. Entre sus pastores anteriores se encuentran monseñor Gustavo Girón Higuita, quien lideró la transición a diócesis, y más recientemente, monseñor Orlando Olave Villanoba, quien estuvo allí por siete años.

Lun 20 Oct 2025

Obispos colombianos celebran la canonización de la Madre Carmen Rendiles y exaltan su legado educativo y de servicio

La Conferencia Episcopal de Colombia expresó su júbilo y admiración por la canonización de la Madre Carmen Rendiles Martínez, fundadora de la Congregación Siervas de Jesús, proclamada santa este domingo, 19 de octubre, en medio de una multitudinaria Misa celebrada por el Papa León XIV en la Plaza de San Pedro del Vaticano.En un comunicado firmado por monseñor Francisco Javier Múnera Correa, monseñor Gabriel Ángel Villa Vahos y monseñor Germán Medina Acosta, integrantes de la Comunidad de Presidencia, los obispos manifestaron su unión “a la alegría de la Iglesia Universal y del pueblo venezolano” por este importante acontecimiento.El mensaje, dirigido a la reverenda madre María Eugenia Noreña, superiora general de la Congregación, destaca la vida ejemplar de la nueva santa, reconocida por el papa León XIV como una “carismática fundadora”. Los prelados rindieron homenaje a su vida íntegra, virtudes heroicas, y a su incansable compromiso con la educación y el servicio a los más necesitados.“El legado de fortaleza y caridad en la educación fue una de las prioridades de la Santa Madre Carmen Rendiles a lo largo de su vida...Buscó que su Congregación sirviera a los más necesitados en las aulas y, en general, que estuviera al servicio de la Iglesia, madre y maestra”, subraya el comunicado.La Conferencia Episcopal de Colombia resaltó que el testimonio de la Madre Rendiles representa, para América Latina, un ejemplo de entrega y esperanza en tiempos de desafíos sociales y espirituales. “Su vivo ejemplo —añaden los obispos— es un aliciente que nos mueve a seguir trabajando en la promoción integral de la niñez y la juventud de nuestros pueblos”.Finalmente, los prelados pidieron hacer extensiva su felicitación a toda la Congregación Siervas de Jesús, confiando en que “serán muchos los buenos frutos que la nueva Santa traerá para su Instituto, sus obras y carisma”.

Vie 17 Oct 2025

La Voz del Pastor | 19 de octubre de 2025

Reflexión del cardenal Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y primado de Colombia: Lectura del Santo Evangelio según San Lucas 18, 1-8

Vie 17 Oct 2025

Obispo de Buenaventura alerta: el bloqueo de la vía tiene "secuestrado" al puerto y sacrifica a toda su gente

Monseñor Rubén Darío Jaramillo Montoya, obispo de Buenaventura, se refirió a la crítica situación que vive el puerto debido al bloqueo de la única vía terrestre que lo conecta con el interior del país. Sin desconocer la legitimidad del reclamo social, el prelado llama la atención sobre la vulneración masiva de los derechos básicos de toda la comunidad.A través de un contundente mensaje en video, monseñor Jaramillo no dudó en definir la situación con una cruda metáfora: “Buenaventura, un pueblo secuestrado”. Afirmó que esta medida podría sacrificar a toda una comunidad por intereses particulares, pues según reportes de medio locales, la paralización, iniciada el pasado martes, ya genera desabastecimiento de gas y alimentos, y pone en riesgo la salud y la economía de cientos de miles de personas.El Obispo de Buenaventura explicó que el “secuestro” que vive la ciudad no solo es obra de los grupos armados, sino también de “todos aquellos que han tomado la única salida que tenemos para reclamar sus pretensiones, pero sacrificando vidas, seres humanos, sacrificando personas, familias, deseos, sueños, empresas, economías”.La protesta y el llamado al bien comúnSegún lo han anunciado los manifestantes, estas actividades se enmarcan en la 'Movilización Nacional por la Vida, la Dignidad y la Permanencia en el Territorio', que busca el cumplimiento de acuerdos anteriores con el Gobierno Nacional y la solución a la crisis humanitaria que enfrentan. Sin embargo, frente al colapso generado en el puerto, el Obispo hizo un enérgico llamado a recordar un principio fundamental de la convivencia social.“No es posible que el bien particular esté por encima del bien general”, afirmó de manera categórica. Recalcando esta idea, añadió: “Siempre se ha dicho como principio que el bien de todos está por encima del bien de dos o tres, o unos cuantos. Ahora parece que se cambian los papeles”.Un llamado propositivo a las autoridadesMás allá de la denuncia, el mensaje del prelado fue también es llamado directo a las instancias de poder para encontrar una salida urgente. Solicitó una acción decidida del Estado para destrabar la crisis y garantizar los derechos de la población. “El Gobierno nacional tiene que garantizar que el bienestar general esté por encima del bienestar de unos cuantos”, enfatizó.Finalmente, con un tono de fe, el obispo expresó: “Ojalá que Dios ilumine, bendiga a nuestros gobernantes, que tomen las decisiones firmes que deben tomar para que no sigamos estando secuestrados en nuestra propia casa”.Vea el mensaje del Obispo a continuación:

Jue 16 Oct 2025

Con una 'sinfonía operativa', Iglesia colombiana define cuatro regiones focales para su trabajo por el perdón, la reconciliación y la paz

En medio de un momento crítico para Colombia, marcado por la profundización del conflicto armado, la Iglesia Católica buscará implementar una nueva estrategia de articulación y "sinfonía operativa" para concentrar sus esfuerzos por la reconciliación y la paz, inicialmente, en territorios prioritarios: Buenaventura, Chocó, San Vicente del Caguán y el sur de Bolívar junto a Barrancabermeja.Esto fue definido durante el segundo encuentro del Servicio Episcopal para el Perdón, la Reconciliación y la Paz (SEPRP), celebrado los días 7 y 8 de octubre en Bogotá. La reunión se desarrolló bajo una metodología que combinó discernimiento espiritual con planeación estratégica, estructurada bajo la “sinfonicidad”, la metáfora musical de una orquesta sinfónica, conectada con la sinodalidad inspirada por el Papa Francisco.Monseñor Gabriel Ángel Villa Vahos, arzobispo de Tunja y vicepresidente de la Conferencia Episcopal, explicó el enfoque: "Hemos pensado que focalizar en los territorios es lo mejor, porque cada territorio tiene sus propios énfasis. Entonces ya seleccionamos cuatro territorios para focalizar allí el servicio de acuerdo a las necesidades propias de ese sector".Ensamblaje colaborativo para la armonizaciónEl trabajo de este encuentro inició con un ejercicio de disposición e inspiración donde cada participante, mediante la dinámica "Soy instrumento de paz y mi nota es...", reflexionó sobre su aporte específico al SEPRP.El proceso incluyó una "afinación de ejes" donde se validaron seis ejes estratégicos de este Servicio Episcopal. Posteriormente, se implementó un "ensamble operativo" mediante metodología de mapeo donde cada componente definió "qué hace, qué no hace y qué necesita de los otros".Posteriormente, en la fase 2, denominada cruce de sinergias, se confrontaron los resultados para identificar puntos de articulación y duplicidades. María Victoria Llorente Sardi, integrante del Grupo Asesor, explicó cómo "ha ido emergiendo una estrategia de conversación y diálogo con los distintos obispos que hacen parte del servicio para entender cuáles son las realidades complejas que ellos están enfrentando".El segundo día profundizó en la articulación territorial mediante un "Diálogo comunitario" que utilizó la metodología "World Café Eclesial" adaptado. Los participantes rotaron por mesas de trabajo centradas en las tres Provincias/Regiones Eclesiásticas priorizadas.Prototipos de acción y compromiso simbólicoLa fase más innovadora llegó con la co-construcción de prototipos de acción usando planeación inversa-pensando desde la "paz lograda"-. Los equipos diseñaron fichas de acción para 6 meses que activarán los ejes priorizados en las regiones seleccionadas.Monseñor William Prieto Daza, Obispo de San Vicente del Caguán, destacó el avance: "El principal fruto es habernos encontrado y hacer un ensamble entre los tres componentes del Servicio, y ya dejar en concreto un marco ético para la paz desde la Iglesia".El padre Camilo Bernal Hadad, también miembro del Grupo Asesor del Servicio, destacó el cambio radical en el enfoque: "La Iglesia tiene este ministerio de reconciliar a los colombianos y quizás no hay tarea más importante para la Iglesia y para Colombia que encontrar un camino de reconciliación que nos lleve a la paz. Eso implica escucharnos a todos y eso implica atender a unos y otros, saber que pensamos diferente, pero que todos tenemos un destino común y es nuestra patria Colombia".El encuentro culminó con "El cordón del compromiso", un acto simbólico donde cada miembro selló su compromiso escrito con la Misión del SEPRP, representando la armonía lograda entre los tres componentes del servicio (obispos de territorios afectados por el conflicto, grupo asesor y secretaría técnica).Monseñor Rubén Darío Jaramillo, obispo de Buenaventura, uno de los territorios priorizados resumió el alcance "Así como funciona una orquesta sinfónica donde todos los instrumentos están en armonía, también nosotros utilizamos este modelo para que la Iglesia, los liderazgos sociales y las mismas comunidades podamos armonizar un papel. No cada uno por su lado, sino armonizados en función de la paz".‘Incidencia social’: Estrategia complementaria con comunidadesParalelamente al encuentro del SEPRP, también en la sede del Episcopado se desarrolló el 'Encuentro de Estrategias de Incidencia Social' convocado por Pastoral Social-Cáritas Colombiana, que reunió a más de 46 organizaciones comunitarias de base que trabajan en la construcción de paz en territorios afectados por el conflicto.Este encuentro complementario buscó definir rutas de articulación para que las iniciativas locales de paz puedan acceder a recursos y espacios de incidencia política. Las organizaciones participantes -representantes de comunidades afrodescendientes, indígenas, mujeres, jóvenes y campesinos- compartieron sus experiencias en reintegración de excombatientes, protección comunitaria y defensa jurídica del territorio.La coordinación entre ambos eventos marca un punto de inflexión en la misión por la paz de la Iglesia colombiana, combinando por primera vez el trabajo institucional del SEPRP con el impulso a las iniciativas comunitarias que ya construyen paz desde los territorios, bajo un marco ético común que guiará con un rombo aún más claro la acción pastoral en las regiones más afectadas por la violencia.Vea a continuación el informe audiovisual con los testimonios y momentos más destacados:Sobre este tema, le puede interesar también: Obispos colombianos crean un Servicio para el Perdón, la Reconciliación y la Paz ante profundización de la violencia en el país