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iglesia colombiana

Mié 12 Nov 2025

El Belenismo: un arte que siembra fe y renueva el sentido de la Navidad en la Diócesis de Pasto

A pocas semanas del inicio del Adviento, la Diócesis de Pasto se prepara para vivir la Navidad con una profundidad especial, gracias a la culminación de su primerCurso de Pesebrismo que ha formado a 14 personas en el arte del Belenismo. Esta iniciativa, que une arte, fe y tradición, forma parte de una estrategia pastoral que, desde hace tres años, lidera monseñor Juan Carlos Cárdenas Toro para rescatar el sentido auténtico del nacimiento del Señor.San Juan de Pasto es terreno fértil para promover una cultura enfocada en el pesebre, pues se trata de una ciudad reconocida por su fervor religioso y su riqueza cultural. Como lo explica elpadre James Adrián Bravo Díaz, rector de la Catedral Sagrado Corazón de Jesús de Pasto, “es una ciudad llena de fe, pero también es una ciudad en la que el Espíritu se ha expresado en forma de arte”.Una estrategia pastoral con historiaEste proceso de evangelización a través del arte no es espontáneo, sino el resultado de una planificación pastoral concreta.“Por iniciativa de nuestro Obispo (…) hemos querido iniciar un proceso para promover una cultura de artistas que se enfoquen también específicamente en el tema del pesebre”, detalla el padre Bravo. La estrategia se desarrolló en varias etapas:- La realización de un primer pesebre con características belenistasen la Catedral hace dos años, marcando el punto de partida.- Un concurso diocesano de pesebresabierto a toda la comunidad, celebrando los 800 años del primer pesebre de San Francisco de Asís.- Una Exposición de Dioramas Navideños en 2024, que con 30 escenas de la infancia de Jesús, fruto de la alianza con la Asociación“Amigos del Pesebre”de Medellín, capturó el corazón de la comunidad.Fue el impacto de esta última exposición lo que cristalizó el siguiente paso.“A partir de esa exposición… surgió la idea de iniciar aquí en nuestra catedral, aquí en nuestra diócesis, un primer curso taller”, afirma el Padre Bravo.El curso: donde las manos crean, la fe se profundiza y la comunidad se fortaleceDurante cuatro meses, los participantes guiados por expertos de “Amigos del Pesebre” se sumergieron en el arte del Belenismo.Claudia Arboleda, instructora de la asociación, califica la experiencia como“maravillosa”y destaca la dedicación de los alumnos:“Estas personas llevan aproximadamente 200 horas, que es un éxito de verdad”.Sin embargo, el fruto más significativo trasciende lo artístico. Claudia describe un“ambiente muy especial porque nos acerca a Dios, al Niño Jesús”, caracterizado por la generosidad:“no hay nada de egoísmo”y los participantes“se ayudan”y“comparten el conocimiento y materiales”. Con esperanza, ve en este curso“una semillita”sembrada en Pasto para que“produzca frutos y se multiplique”.Los participantes corroboran esta vivencia. ParaLuis Armando Santanderfue“una experiencia de vida, una experiencia de arte, una experiencia de fe y también espiritual. Hacer los pesebres es realmente transportarse uno en la vida de Jesús”.Nuria Paredes Gordilloencontró en el belenismo un camino para acercarse al Misterio:“Adentrarme en todo el contexto social (…) en la que vivió Cristo Jesús, pues me hace acercarme mucho más a toda esa vivencia”.Mientras queDarío Fernando de Córdobasubraya cómo la iniciativa fortalece la fe desde la investigación y el arte:“La fe se enriquece ya que uno con esos trabajos va investigando mucho más”.Un camino de evangelización a través del arteEl padre James Bravo explica el profundo sustrato evangelizador de esta disciplina:“El belenismo (…) nos acerca precisamente a esa realidad. Para conocer los detalles de la cultura, la geografía (…) que nos ayudan también a acercarnos espiritualmente a ese misterio tan bello como es el misterio de la Encarnación”.Esta visión es compartida por los formados.Jorge Alberto Cárdenas, participante, lo identifica como una poderosa forma de predicación:“Para aquellos que a veces nos cuesta evangelizar con palabras, de pronto yo pienso que es otra forma muy fuerte y muy bonita de hacer el Evangelio. Arte visible a través de las manos”.Proyección: un semillero para el futuroLa clausura del de este primer curso, prevista para el30 de noviembrecon la apertura del Adviento y la bendición de los dioramas en la Catedral, no es el final, sino el inicio de una iniciativa permanente. La Diócesis de Pasto ha garantizado su continuidad; este mismo año abrirá inscripciones para el siguiente espacio formativo.“Es ya un primer semillero de lo que será un trabajo permanente”, confirma el padre Bravo, haciendo una extensiva invitación a la comunidad:“Invitarlos a todos así a continuar (…) a través del arte. Porque el arte también es una expresión del Espíritu y a partir del arte también se puede comunicar la profundidad de la fe”.Vea a continuación el informe audiovisual:

Mar 11 Nov 2025

Libertad, tejido social y dignidad: los focos de la Arquidiócesis de Cartagena para proyectar su acción pastoral

Mientras la capital de Bolívar se prepara para conmemorar sus 214 años de Independencia, la Arquidiócesis de Cartagena está lista para vivir la XXII Asamblea Arquidiocesana de Pastoral durante la cual 500 agentes pastorales, entre sacerdotes, religiosas y laicos, analizarán los desafíos sociales urgentes de la ciudad y el departamento, para proyectar acciones eclesiales que puedan responder a ellos.El evento se realizará los días 13, 14 y 15 de noviembre en el auditorio de la Universidad de San Buenaventura. Según la agenda prevista por la Arquidiócesis, los participantes pondrán el foco en temas como:1. Nuevas formas de esclavitud: análisis sobre problemáticas como la explotación laboral, la pobreza extrema, la corrupción y el flagelo de la trata de personas siguen afectando la dignidad de los habitantes de “La Heroica” y el Caribe.2. Reconstrucción del tejido social: se buscará trazar un camino para fortalecer la convivencia y la cohesión social, clave para la superación de la desigualdad en una ciudad de grandes contrastes.3. Conversión integral y sinodalidad: el llamado a la acción y al trabajo conjunto por la proyección de una Iglesia que se acerca hacia su quincentenario de evangelización.Caminando hacia los 500 años de evangelizaciónBajo el lema “Somos discípulos misioneros de Jesús” y en el contexto del Jubileo, esta Asamblea buscará trazar el camino para que los miembros de esa Iglesia particular continúen su peregrinaje de esperanza, llevando el mensaje del Padre a los rincones más apartados, allí donde las periferias existenciales requieren mayor consuelo y acogida.El trabajo de estos tres días planteará la hoja de ruta para la estructura del Plan de Pastoral 2027- 2037, una propuesta estratégica para todas las parroquias y organizaciones de la jurisdicción eclesiástica.Apertura al novenario: cuenta regresiva hacia los 500 Años de EvangelizaciónEste encuentro abrirá la cuenta regresiva hacia los 500 Años de Evangelización en Cartagena con un novenario de preparación hacia este acontecimiento en el 2034, animado en la inspiración evangélica y eclesial del Plan Arquidiocesano de Pastoral en constante renovación y apertura, desde la motivación de “los nueve Rostros Eclesiales” que animarán el modo de ser Iglesia con la siguiente proyección:2026: Rostros de la Iglesia Discípula y de la Iglesia Misionera2027 : Rostro de la Iglesia Comunión2028 : Rostro de la Iglesia Ministerial2029: Rostro de la Iglesia Solidaria2030: Rostro de la Iglesia Movilidad Humana2031: Rostro de la Iglesia Mariana2032: Rostro de la Iglesia Laudato si2033 : Rostro de la Iglesia Pluricultural – Jubileo Extraordinario de los 2000 años de la Redención.2034 : Año Jubilar de los 500 años de Fe, Evangelización, Cultura y Promoción Humana de la Arquidiócesis de Cartagena.Esta celebración llegará un año después del quinto centenario de La Heroica, lo que refleja el acompañamiento continuo de la Iglesia a las realidades sociales y políticas de la ciudad a lo largo de su historia.La Arquidiócesis de Cartagena reitera que, en medio del ambiente de fiesta y conmemoración de la Independencia, su rol es garantizar que la discusión de la libertad y la dignidad humana como el centro de la mirada y del sentido del Evangelio, se mantenga en el foco de lo público.

Lun 10 Nov 2025

Comunidad Marista renueva su compromiso con una educación que transforma vidas desde la espiritualidad

Con un llamado a encarnar la fuerza transformadora del Espíritu Santo en las aulas y en la sociedad, concluyó el IV Encuentro Nacional de Educación Religiosa Escolar (ERE) Marista, un evento que reunió entre el 27 y el 28 de octubre a cerca de 60 estudiantes y 15 docentes en el Colegio Bicentenario de la Independencia de Bogotá.Una de las conferencias centrales, a cargo de monseñor Juan Carlos Barreto Barreto, obispo de Soacha y presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, marcó el tono del evento. Bajo el título “La necesidad del Espíritu en el contexto colombiano actual”, el prelado inspiró a los presentes a ser agentes de cambio y a pensar el papel de la espiritualidad como luz para los desafíos del país.Bajo el lema “Espiritualidad, clase y vida”, este encuentro, liderado por el hermano Marista Francisco Ruiz, FMS, y el equipo nacional de ERE, buscó generar una experiencia profunda de diálogo y comunión. El principal fruto fue la reafirmación del compromiso de integrar la vivencia espiritual en el proyecto educativo como un pilar para la formación de jóvenes conscientes, compasivos y constructores de paz.La riqueza del evento se desarrolló en diversos espacios. Tras la ponencia de monseñor Barreto, se realizaron mesas de trabajo para reflexionar sobre la espiritualidad en el ámbito académico.En el segundo día, el conversatorio “La identidad personal en la vida en sociedad”, con panelistas de distintas comunidades religiosas, y los grupos focales permitieron profundizar en tres líneas de acción: la espiritualidad para la reconciliación, la pastoral juvenil y la gestión personal e institucional.Dos décadas sembrando semillas de fe y pedagogíaEste IV Encuentro se inscribe en una trayectoria de dos décadas de la Educación Religiosa Escolar Marista en Colombia, que desde 2005 ha fortalecido su trabajo colegiado. A lo largo de estos años, y mediante encuentros nacionales como el impulsado en 2019 en Manizales, se ha consolidado como un espacio fundamental de reflexión, acompañamiento y formación espiritual, promoviendo el diálogo entre la fe, la cultura y la educación.La Comunidad de los Hermanos Maristas de la Enseñanza (Provincia Norandina) ratifica así su misión evangelizadora en las 13 instituciones que dirige en el país, donde Hermanos y laicos trabajan conjuntamente para formar buenos cristianos y virtuosos ciudadanos, inspirados en el legado de San Marcelino Champagnat.

Lun 10 Nov 2025

La espiritualidad del cuidado inspira el compromiso renovado de la Iglesia en Colombia con las víctimas de abuso

Con un llamado a poner a las víctimas en el centro de toda acción y a fortalecer una espiritualidad del cuidado en la Iglesia colombiana, concluyó el segundo Encuentro Nacional de Delegados para la Cultura del Cuidado, convocado por la Conferencia Episcopal entre el 27 y el 30 de octubre.En el espacio de reflexión, formación y proyección, organizado por la Oficina Nacional para la Cultura del Cuidado, participaron cerca de 140 delegados de jurisdicciones eclesiásticas y comunidades religiosas del país. Contó con la presencia activa de representantes de los tres órganos que conforman el Sistema Nacional para la Cultura del Cuidado: la Comisión Episcopal, el Consejo Nacional y la Oficina Nacional.Este segundo encuentro buscaba, especialmente, unificar criterios para prevenir y atender situaciones asociadas a abusos y violencias en ambientes eclesiales, actualizar protocolos y reflexionar sobre la centralidad de las víctimas en la respuesta eclesial.Espiritualidad del cuidado: “una vuelta al Evangelio”Una de las intervenciones más destacadas fue la de monseñor José Mario Bacci Trespalacios, obispo de Santa Marta y miembro de la Comisión Episcopal para la Cultura del Cuidado, quien subrayó que la respuesta de la Iglesia debe ser, ante todo, un proceso profundo de purificación y vuelta a sus raíces."Los abusos en la Iglesia son un síntoma de extravío, de pérdida del camino", afirmó monseñor Bacci al cierre del encuentro. Para el prelado, el punto de partida es "necesariamente una vuelta al Evangelio y una vuelta a Jesucristo", contemplando "el rostro misericordioso de Dios que se acerca a la humanidad sufriente".Sobre las implicaciones prácticas de esta espiritualidad, el prelado explicó que se trata de una "búsqueda sincera de la voluntad de Dios" que debe traducirse en la escucha de las víctimas y en articular modos concretos para que todas las iniciativas "broten, no de estrategias funcionales o de momento, sino de un verdadero compromiso de fe".Su planteamiento propuso, en esencia, que la “espiritualidad del cuidado” sea el principio unificador de toda la estructura pastoral y normativa.Las víctimas, en el centro del camino de conversión eclesialEl tema de la centralidad de las víctimas fue transversal a toda la agenda, que incluyó paneles, talleres prácticos y espacios de oración.“Queremos abrir nuestros oídos, nuestros ojos y nuestro corazón para acoger, entender y restituir la justicia ante las víctimas”, afirmó monseñor Nelson Jair Cardona Ramírez, obispo de Pereira y presidente de esta Comisión Espicopal.Para Ximena Ferreira Romero, responsable de la Oficina de Acogida, Escucha y Acompañamiento de la Diócesis de Socorro y San Gil, el encuentro deja un mensaje claro:“Nos queda el desafío de ver siempre a los menores, a los adolescentes y a los adultos vulnerables desde esa mirada evangélica del cuidado en el centro. La Iglesia ha dado pasos muy importantes, pero debemos seguir actualizando nuestras normas y manuales de conducta”.Un trabajo de comunión y esperanzaLos participantes coincidieron en que el encuentro consolidó una visión más unificada del trabajo pastoral y preventivo.“Llevamos mecanismos y una ruta configuradora para consolidar este trabajo que nos humaniza y nos permite reparar el dolor de las víctimas”, señaló Esperanza López Rodríguez, de la Diócesis de Ocaña.Por su parte, el padre Mario Eduardo Rivas, de la Diócesis de Pasto, destacó el llamado del cardenal Luis José Rueda Aparicio a ser “apóstoles del cuidado”, durante una celebración jubilar vivida en el marco del encuentro, en el Santuario del Divino Niño Jesús:“No se trata solo de una oficina o un protocolo, sino de una misión dentro de la Iglesia: cuidar al sobreviviente, al victimario, a las familias y a toda la comunidad eclesial”.Una Iglesia en conversión permanenteEn sintonía con el espíritu del Año Jubilar, el encuentro se vivió como un ejercicio de conversión y esperanza. Para la hermana Sara Patiño, de las Hijas de los Sagrados Corazones, “colocar a la persona en el centro es recuperar su dignidad y aplicar, como decía Don Bosco, un sistema preventivo que acompañe el crecimiento integral de niños y adolescentes”.El religioso Sebastián Felipe Arias, de los Hermanos de La Salle, resaltó que este proceso invita a “actualizar los protocolos y hacerlos vida, de modo que la persona sea el centro de la acción evangélica”.Al cierre, los delegados reafirmaron su compromiso con la creación de ambientes eclesiales seguros, la formación permanente y la espiritualidad del cuidado como eje transversal de toda acción pastoral.“El cuidado nace de un verdadero compromiso de fe”, concluyó monseñor Bacci. “Solo una Iglesia que cuida desde el Evangelio puede ser creíble y fiel a su misión”.Una mirada desde RomaEn el encuentro también se destacó la intervención virtual desde Roma de la psiquiatra Patricia Espinosa, miembro de la Comisión Pontificia para la Protección de Menores, quien presentó las ‘Reflexiones sobre los hallazgos del Reporte Anual’ de dicha comisión, valorando, particularmente, los pasos datos por la Iglesia colombiana, como referente, en materia de prevención y formación.Vea a continuación el informe audiovisual del evento:

Lun 10 Nov 2025

Arquidiócesis de Tunja condena hechos violentos y hace un llamado a la unidad y la cordura

En un comunicado oficial, la Arquidiócesis de Tunja, a través de su arzobispo, monseñor Gabriel Ángel Villa Vahos, expresó su enérgico rechazo y lamentó profundamente los hechos violentos ocurridos en la ciudad de Tunja el pasado 8 de noviembre, que han quebrantado la tranquilidad de la capital boyacense.El mensaje inicia señalando que la Iglesia "lamenta y rechaza estos actos, que atemorizan y desestabilizan la tranquilidad de esta querida ciudad capital, caracterizada por ser un remanso de paz".Como promotora de "el diálogo, la reconciliación y la paz", el también vicepresidente de la Conferencia episcopal de Colombia hizo un llamado a la sensatez, advirtiendo: lo "construido con esfuerzo y trabajo durante mucho tiempo, no sea destruido por quienes, desde su oscura creatividad, quieren hacer daño y lacerar el tejido social".El comunicado identifica este suceso como un síntoma del "lamentable deterioro de nuestra sociedad" y lo plantea como una oportunidad para que la comunidad se comprometa con "el cuidado de la vida, la familia, [y] las instituciones legítimamente constituidas". De manera enfática, sentencia que "la violencia solo engendra violencia" y que "el terror y la guerra, son el mayor fracaso de la humanidad", instando a todos a aportar para avanzar hacia un proyecto común.Frente a la coyuntura, monseñor Villa Vahos pidió prudencia a la ciudadanía, exhortando a "evitar que se promuevan hipótesis, acusaciones y señalamientos sin fundamento que sólo crean zozobra". Asimismo, manifestó su esperanza en que "las autoridades, a través de una exhaustiva investigación, puedan llegar a esclarecer los hechos y sus responsables".El mensaje concluye con una sencilla, pero poderosa consigna, dirigida a todos los habitantes: "Tunja nos pertenece a todos. ¡Cuidemos a Tunja!", un recordatorio final de la responsabilidad compartida en la preservación de la paz y la armonía social.

Vie 7 Nov 2025

"La historia es un libro abierto": Obispos colombianos claman por verdad y memoria a 40 años del holocausto del Palacio de Justicia

Con un llamado pastoral a hacer "un alto en el camino", la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) se unió este viernes, 7 de noviembre, al duelo nacional que marca los 40 años de la toma y retoma del Palacio de Justicia. Durante una Eucaristía presidida en la Catedral Primada de Colombia por el cardenal Luis José Rueda Aparicio, el secretario general de la CEC, monseñor Germán Medina Acosta, dio a conocer un comunicado que sitúa la verdad, la justicia y la memoria como pilares fundamentales para la paz del país.En el mensaje, el Episcopado colombiano hace un llamado a revisar la respuesta dada a las víctimas y a la sociedad durante estas cuatro décadas, en lo concerniente a "la verdad de los acontecimientos, sus causas y consecuencias, la justicia, la reparación y la no repetición".Memoria, verdad y justicia: el camino pastoral hacia la pazLos obispos afirman que "no podemos pretender construir la nación borrando su memoria". Subrayan que el país requiere de "buena memoria". Recuerdan que "la paz que tanto anhelamos en el país se construye sobre la verdad y conlleva, tanto acciones de justicia como de reparación".En el comunicado, los prelados expresan que "la impunidad siempre será incompatible con el orden moral y el Estado de derecho", y enfatizan que "las víctimas siguen esperando estas acciones".Escribir nuevas páginas: un llamado a la educación y al respeto institucionalEl mensaje de los obispos insta a asumir la responsabilidad colectiva en la educación de las nuevas generaciones, "cultivando la conciencia crítica, la memoria histórica, la solución pacífica de los conflictos y la convivencia fraterna". Esta formación debe estar fundada, según el texto, en "el valor de la vida, la dignidad de toda persona humana y el respeto a las instituciones democráticas".Un llamado a la reconciliación desde las palabrasCitando al Papa Leon XIV, el mensaje episcopal hace un llamado a transformar la comunicación: "debemos decir 'no' a la guerra de las palabras y de las imágenes, debemos rechazar el paradigma de la guerra".Concluyen con un mensaje de esperanza en Cristo, "nuestra paz", para "derribar los odios que nos separan", e invita a orar por "los afectados, los desaparecidos, los sobrevivientes y sus familias", encomendando el futuro de Colombia a la Virgen del Rosario de Chiquinquirá.En la Eucaristía participaron como concelebrantes, el Nuncio Apostólico, monseñor Paolo Rudelli, el cardenal Rubén Salazar Gómez, arzobispo emérito de Bogotá, los miembros de la Comunidad de Presidencia de la Coferencia Episcopal de Colombia y los demás arzobispos colombianos, quienes estuvieron reunidos durante esta semana en Bogotá, para celebrar su reunión de Comisión Permanente.A la ceremonia, acudieron familiares de las víctimas, magistrados de la Corte Suprema de Justicia, del Consejo de Estado, de la Corte Constitucional, del Consejo Superior de la Judicatura, de la Comisión Nacional de la Disciplina Judicial. Además, jueces, fiscales y otros servidores del poder judicial. El Alcalde Mayor de Bogotá también estuvo presente.

Mié 5 Nov 2025

Mater Populi Fides: claves para entender la nueva nota doctrinal del Vaticano sobre la Virgen María

El pasado 4 de noviembre, el Dicasterio para la Doctrina de la Fe publicó una nota doctrinal titulada Mater Populi Fides, sobre ciertos títulos marianos referidos a la cooperación de María en la obra de la salvación. Según el cardenal Víctor Fernández, Prefecto de este Dicasterio, el documento tiene como objetivo clarificar en qué sentido son aceptables, o no, algunos de los títulos y expresiones atribuidos a la Virgen María. Por ello, el texto busca profundizar en los fundamentos de la devoción mariana, señalando su lugar en relación con los creyentes a la luz del Misterio de Cristo, el único Mediador y Redentor.A lo largo de los siglos de la fe cristiana, la Santísima Virgen María ha sido objeto de innumerables escritos. Estos parten desde la misma Palabra de Dios, pasan por los Padres de la Iglesia, los Concilios y los Pontífices, y llegan hasta la literatura particular de autores que han ofrecido sus reflexiones o meditaciones sobre el papel de la Virgen María en la vida cristiana.En el caso de esta nota doctrinal, el Dicasterio reconoce que la devoción a María es un tesoro para la vida de la Iglesia y, por lo tanto, debe ser valorada, admirada y alentada. La maternidad de María y su relación con los creyentes constituyen el núcleo de este texto, el cual se ilumina con las Escrituras y se apoya en la rica tradición de los Padres y Doctores de la Iglesia y de los últimos Pontífices.El texto señala que algunos títulos otorgados a María, incluso aquellos que ya aparecen en los Santos Padres de la Iglesia, no siempre se utilizan con precisión, y a veces su significado puede ser alterado o malinterpretado. El problema central en la interpretación de estos títulos es cómo se entiende la asociación de María en la obra redentora de Cristo, es decir, «¿cuál es el significado de esa singular cooperación de María en el plan de la salvación?». Por consiguiente, es fundamental dejar muy clara la única mediación de Cristo y la cooperación subordinada de María en la obra de la salvación.El documento analiza títulos específicos referidos a la cooperación de María en la obra de la salvación para aclarar su conveniencia o inconveniencia. Entre ellos están:CorredentoraEl texto se refiere a lo polémico que ha sido este término y cómo ha servido para malas interpretaciones sobre el papel de la Virgen María en la historia de la salvación. En el número 22, dice literalmente:"Cuando una expresión requiere muchas y constantes explicaciones, para evitar que se desvíe de un significado correcto, no presta un servicio a la fe del Pueblo de Dios y se vuelve inconveniente. En este caso, no ayuda a ensalzar a María como la primera y máxima colaboradora en la obra de la Redención y de la gracia, porque el peligro de oscurecer el lugar exclusivo de Jesucristo, Hijo de Dios hecho hombre por nuestra salvación, único capaz de ofrecer al Padre un sacrificio de valor infinito, no sería un verdadero honor a la Madre. En efecto, ella, como «esclava del Señor» (Lc 1,38), nos señala a Cristo y nos pide hacer «lo que Él os diga» (Jn 2,5)."MediadoraEl documento enfatiza que Cristo es el único Mediador, citando a San Pablo: «pues Dios es uno, y único también el mediador entre Dios y los hombres: el hombre Cristo Jesús, que se entregó en rescate por todos» (1 Tim 2, 5-6). Sin embargo, también se reconoce la mediación de María al hacer posible la Encarnación del Hijo de Dios. En este sentido, el Concilio Vaticano II, al hablar de la mediación de María, lo hace de manera subordinada a la de Cristo (Lumen gentium, 55-62). Por eso, no se puede hablar de otra mediación en la gracia que no sea la del Hijo de Dios encarnado.Madre de los creyentesEste título reconoce la maternidad espiritual de María. El documento recuerda un texto de la exhortación apostólica Marialis Cultus (n. 22), destacando que "la participación de la Virgen María, como Madre, en la vida de su Hijo, desde la Encarnación hasta la cruz y la Resurrección, da un carácter único y singular a su cooperación en la obra redentora de Cristo, de manera especial para la Iglesia, «cuando considera la Maternidad espiritual de María para con todos los miembros del Cuerpo místico; en confiada invocación, cuando experimenta la intercesión de su Abogada y Auxiliadora”."Madre de la graciaRespecto a este título, la nota aclara que no debe entenderse en el sentido de que María posea un depósito de gracia separado de Dios. Más bien, se percibe que el Señor, en su generosa y libre omnipotencia, ha querido asociarla a la comunicación de la vida divina que brota de un único centro: el Corazón de Cristo, no de María (Lumen gentium, 8). Nuestra salvación es obra de la gracia salvadora de Cristo y de ningún otro. El texto clarifica en su número 53, en qué sentido podemos llamarla Madre de la gracia:"Ninguna persona humana, ni siquiera los apóstoles o la Santísima Virgen, puede actuar como dispensadora universal de la gracia. Solo Dios puede regalar la gracia (Summa Theologiae, I-II, q. 112, a. 1, co) y lo hace por medio de la Humanidad de Cristo (Summa Theologiae, I-II, q. 112, a. 1, ad 1), ya que «la plenitud de gracia de Cristo hombre la tiene como unigénito del Padre». Aunque la Santísima Virgen María es preeminentemente “llena de gracia” y “Madre de Dios”, ella, como nosotros, es hija adoptiva del Padre."María, por tanto, nos ayuda a disponernos para la acción de Dios y, como dice el Evangelio de San Juan, ella quiere que nosotros hagamos «lo que Él os diga» (Jn 2,5).Mediadora de todas las graciasEl texto afirma que este título tiene límites, pues no facilita la correcta comprensión del lugar único de María. Corre el peligro de ver la gracia divina como si María se convirtiera en una distribuidora de bienes o energías espirituales desconectada de nuestra relación personal con Jesucristo (n. 68). No obstante, la expresión “gracias”, referida a la materna ayuda de María en distintos momentos de la vida, puede tener un sentido aceptable, expresando todos los auxilios (incluso materiales) que el Señor puede regalarnos escuchando la intercesión de la Madre; auxilios que, a su vez, disponen los corazones para abrirse al amor de Dios. María nos ayuda a abrir nuestro corazón para recibir la gracia que el Señor nos otorga a través de su hijo Jesucristo.Madre del Pueblo fielNuestra fe cristiana reconoce que María es «la primera que “ha creído”, y precisamente con esta fe suya de esposa y de madre quiere actuar sobre todos los que se entregan a ella como hijos» (Redemptoris Mater n. 46). Recordando las palabras del Papa Francisco en la Jornada Mundial de la Juventud de 2022, el documento alude a este título, Madre del Pueblo fiel, que camina en medio de su pueblo, movida por una ternura amorosa, y asume sus angustias y vicisitudes.De esta manera, la nota, aprobada por el Sumo Pontífice y publicada por el Dicasterio de la Doctrina de la Fe, se presenta como un documento iluminador que aclara el papel de la Santísima Virgen María en la fe de la Iglesia y despeja las dudas o confusiones que esta devoción había generado, especialmente en el seno de algunos movimientos al interior de la Iglesia, respecto al papel de María en la historia de la salvación.Artículo escrito por el Pbro. Carlos Guillermo Arias Jiménez, Director del Departamento de Doctrina de la Conferencia Episcopal de Colombia.

Vie 31 Oct 2025

Jubileo de la Esperanza en la recta final

Por Mons. Luis Fernando Rodríguez Velásquez - En el mes de noviembre tenemos varias celebraciones litúrgicas que vale la pena tener presentes:El 1º es la solemnidad de todos los santos. Poner la mirada en quienes nos han antecedido en la tierra, presentados por la Iglesia como modelos de vida cristiana, es una magnífica oportunidad para animarnos en la búsqueda de la santidad. Así como ellos pudieron ser santos, también nosotros lo podemos ser, si somos humildes, valientes y perseverantes en el cumplimiento de los mandatos divinos.El 2 celebramos la conmemoración de los fieles difuntos. Tenemos el deber de orar por los difuntos. Recordamos a nuestros familiares que han vivido la pascua. Oramos por quienes han perdido la vida a causa de la violencia, la enfermedad, por catástrofes naturales o accidentes. Invocamos para todos del Señor el perdón de sus pecados y le decimos desde lo profundo del alma: “Señor no les tengas en cuenta sus pecados”. Es una ocasión también muy especial para pensar en nuestra propia muerte y prepararnos debidamente para cuando llegue este momento definitivo.El 16 de noviembre, penúltimo domingo del tiempo ordinario, por iniciativa del Papa Francisco, se lleva a cabo la Jornada Mundial de los Pobres. Se nos invita a poner la mirada en quienes lo han perdido todo, pero no solo en lo material, sino también en quienes viven en las periferias existenciales, es decir, en los pobres en el espíritu. La cultura de la indiferencia debe desaparecer, para fomentar la cultura de la solidaridad.El 23 la solemnidad de Nuestro Señor Rey del Universo. Con esta celebración se concluye el año litúrgico 2024 – 2025 y se reconoce la centralidad de Jesús como Rey del Universo. Estamos invitados a hacer profesión de fe en quien es el centro de nuestra existencia, y a quien le debemos la vida nueva. Todo el año litúrgico tiene como fin principal ayudarnos a profundizar en nuestra historia de salvación de la mano de Jesús, el Hijo de Dios, de su Madre Santísima y de todos los santos y santas.El 30 damos inicio al nuevo año litúrgico 2025 – 2026. El año litúrgico en la Iglesia está distribuido en las 52 semanas de año civil en los tiempos de adviento, navidad, cuaresma, pascua y 34 semanas del tiempo ordinario. En medio de este calendario, se encuentran las solemnidades de cristológicas, marianas y de los santos.A manera de recordación, traigo aquí uno de los objetivos del eje 2 de las líneas pastorales 2025 – 2027, que trata el año litúrgico:Objetivo: Formar a la comunidad eclesial sobre el itinerario evangelizador y celebrativo que propone la Iglesia como proyecto de vida discipular.Estrategia: Implementar una campaña informativa y formativa que lleve a los fieles que peregrinan en los territorios de la Arquidiócesis de Cali a descubrir el año litúrgico como el recuerdo, presencia y espera de un Jesús que hace presencia en nuestra vida diaria, en cada tiempo y en cada celebración.El jubileo. Como colofón de este mes de noviembre y su significado para nosotros, está la proximidad del cierre del jubileo 2025, que tiene como lema: “peregrinos de la esperanza”. En nuestra Iglesia particular fueron numerosas las actividades realizadas, por las cuales doy gracias a Dios, a los organizadores y a los fieles por su entusiasmo y participación.De verdad que se ha sentido cómo este año jubilar ha sido un auténtico tiempo de Dios, un kairós. Pero lo más importante es que es debemos recoger lo vivido y tener muy presentes los compromisos asumidos como personas, como familias, como grupos, como comunidad.Debe haber un antes y un después del jubileo. Tenemos que sentir que en cada uno ha obrado la gracia de Dios, que con el don de la indulgencia sanó las cicatrices dejadas por el pecado y nos mostró el camino a seguir en los tiempos venideros.El llamado a la esperanza que sentimos en repetidas ocasiones, debe ser acogido con fe. Todos sabemos que, en los tiempos actuales, las virtudes teologales de la fe, la esperanza y la caridad están siendo puestas a prueba. Pidámosle al Señor que el jubileo que vamos a culminar, nos aliente a seguir siendo testigos y peregrinos de la esperanza. Para ello, oremos siempre y sin desfallecer.+Luis Fernando Rodríguez VelásquezArzobispo de Cali