Pasar al contenido principal

iglesia colombiana

Jue 25 Sep 2025

Animación Bíblica de la Pastoral

Por Pbro. Francisco León Oquendo Góez - La Animación Bíblica de la Pastoral (ABP) es un servicio eclesial que tiene como objetivo hacer de la Palabra de Dios el alma de toda la actividad pastoral de la Iglesia. Consiste en animar, a través de la Palabra de Dios, a todas las personas e instancias pastorales para que experimenten un encuentro con Jesucristo vivo, leyendo, meditando, orando y viviendo la Palabra de Dios, en comunión, participación y misión, y así renueven su compromiso con el anuncio del evangelio.Elementos clave de la ABP son la centralidad de la Palabra, entendida como “fuente de vida para la Iglesia, alma de su acción evangelizadora” (Aparecida 247) (CELAM, 2007); el encuentro personal con Cristo que se comunica en su Palabra (Benedicto XVI, 2010) (VD 73); el conocimiento de la Biblia según la fe de la Iglesia, en el marco de su Tradición viva (VD 73); la integración o transversalidad, pues no se trata de una pastoral bíblica en yuxtaposición con otras formas de pastoral, sino de que todas las pastorales tengan como alma a la Palabra de Dios (VD 73).Las Orientaciones de Animación Bíblica de la Pastoral para América Latina y El Caribe (OABP) indican como objetivo fundamental de la ABP “procurar que la Palabra de Dios sea el alma de la pastoral, la savia que nutre de vitalidad salvífica la actividad evangelizadora de la Iglesia, el corazón de toda actividad eclesial” (FEBIC LAC - CELAM, 2016, p. 55). La ABP busca que todos sinodalmente acojan la Palabra de Dios y aprendan a comprenderla, la comprendan para vivirla, la vivan para anunciarla (VD 75), de manera que personas y comunidades alcancen gran familiaridad personal y comunitaria con la Palabra de Dios (VD 80.84).Las OABP presentan las tres dimensiones de la ABP y sugieren las iniciativas que podrían emprenderse respecto a cada una de ellas.La primera es la dimensión de interpretación. La ABP enseña a interpretar la Sagrada Escritura en la fe de la Iglesia, promoviendo una lectura creyente que favorezca el encuentro con Cristo vivo mediado por la Palabra. Esta dimensión se concreta en actividades como: promover la traducción de la Biblia y su respectiva difusión, enseñar a distinguir las características de las diversas traducciones, publicar y enseñar métodos sencillos para interpretar los textos bíblicos, realizar cursos de interpretación bíblica presenciales o virtuales, promover la publicación de textos para la preparación de homilías, organizar escuelas bíblicas que incluyan la difusión e implementación de la ABP (FEBIC LAC - CELAM, 2016, p. 58), fomentar la lectura de la Escritura en el marco de la Tradición viva de la Iglesia, teniendo como referentes a los Padres de la Iglesia, el Catecismo de la Iglesia Católica y el Magisterio de la Iglesia.La segunda es la dimensión de comunión. La ABP promueve la oración inspirada en la Palabra. Método privilegiado para ello es la lectio divina. Se proponen como iniciativas: acompañar la celebración del mes, semana o día de la Biblia; promover la práctica de la lectio divina en todos los ámbitos pastorales y en la vida personal; instalar la práctica de la lectio divina en todos los centros de formación, ofrecer programas para la formación de monitores de la lectio divina, fomentar encuentros semanales de lectio divina como preparación para la Misa dominical, proponer la Palabra de Dios como mediación que favorece procesos de fraternidad ecuménica (FEBIC LAC - CELAM, 2016, p. 62).La tercera es la dimensión de evangelización. La ABP promueve una lectura creyente para anunciar a Cristo y discernir la vida cristiana. Se proponen como iniciativas: Promover la creación de equipos que implementen la ABP en diócesis, parroquias y comunidades, buscando que la Palabra de Dios sea el corazón de toda actividad Eclesial; desarrollar, en los discípulos misioneros, una relación de familiaridad y cercanía con la Sagrada Escritura, fomentando la lectura diaria del Evangelio, según el calendario litúrgico; promover la formación de servidores de la Palabra de Dios que puedan acompañar la formación bíblica de las comunidades; acompañar a las pequeñas comunidades, para que alimenten su vida con la Palabra de Dios; capacitar a los profesores de religión para que incluyan la Sagrada Escritura en sus clases; publicar subsidios para fomentar la lectura de la Biblia; promover la fundamentación de planes, proyectos y orientaciones pastorales en un texto bíblico (FEBIC LAC - CELAM, 2016, p. 66).“Todo está llamado a servir a la Palabra” (VD 9). Al servicio de la Palabra han de ponerse personas, estructuras, procesos, recursos, etc. Lo primero es garantizar una comunidad o equipo, a nivel comunitario, parroquial o diocesano que sinodalmente asuma el servicio de la ABP. Personas que sean como san Jerónimo, “apasionados por la Palabra de Dios, transmitida a la Iglesia en la Sagrada Escritura”, de la cual “sacaba su fuego interior que se convertía en palabra impetuosa y explosiva”, servidores de la Palabra “completamente consagrados a favorecer en sus hermanos de fe una comprensión más adecuada del «depósito» sagrado que les ha sido confiado” (Scripturae Sacrae Affectus) (Francisco, 2020).Ni conocimiento sin apasionamiento, ni apasionamiento sin conocimiento. Personas con amor ardoroso y ardor amoroso a la Palabra de Dios, con “actitud de humilde y asombrada veneración a la Palabra” (EG 146), con familiaridad personal con la Palabra de Dios y la mentalidad nueva que engendra la Palabra acogida (EG 149), con el arte del acompañamiento (EG 166).“Es condición indispensable que los miembros del equipo de ABP, ya sea sacerdotes, religiosos/as o laicos/as, sean personas enamoradas de la Palabra y de Dios, que la tienen como fundamento de sus vidas y viven una relación de familiaridad con ella” (FEBIC LAC - CELAM, 2016, p. 77) ¿Existe en tu comunidad, parroquia, diócesis, una comunidad dedicada a servir en la Animación Bíblica de la Pastoral?  ReferenciasBenedicto XVI. (2010). Verbum Domini. Tipografía vaticana.CELAM. (2007). Aparecida. V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe. San Pablo.FEBIC LAC - CELAM. (2016). Orientaciones de Animación Bíblica de la Pastoral para América Latina y El Caribe. CELAM.Francisco. (2020). Scripturae sacrae affectus.Pbro. Francisco León Oquendo GóezDirector Departamento de Catequesis y Animación BíblicaConferencia Episcopal de Colombia

Mié 24 Sep 2025

De ‘Patio del Olvido’ a ‘Patio de la Memoria’: en el Cementerio de Palmira se han entrelazado fe, justicia y solidaridad para ayudar a sanar heridas del conflicto

En el patio 2 del cementerio Central de Palmira, un lugar que durante años fue conocido como "el patio del olvido", donde yacen cientos de personas no identificadas, hoy emerge una poderosa historia de reconciliación y búsqueda, que ha acompañado la Iglesia Católica. Este espacio se ha transformado en el primer escenario de justicia restaurativa ordenado por la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) para la búsqueda, identificación y entrega digna de personas dadas por desaparecidas en el conflicto armado.La iniciativa, gestada por excombatientes de las FARC, exmiembros de la Fuerza Pública y familiares de desaparecidos, con el apoyo de la Unidad de Búsqueda de Personas Desaparecidas (UBPD), se convierte un sitio asociado a la muerte y el abandono en un símbolo de vida, memoria y esperanza. Un mural ubicado en la entrada del camposanto con la frase "Nos juntamos para encontrarlos" da la bienvenida a este proceso que busca sanar heridas profundas.La construcción de osarios: un acto concreto de dignificaciónEn el corazón de este esfuerzo se encuentra la construcción de 600 nuevos osarios, una tarea técnica y profundamente humana en la que hombres y mujeres, incluyendo a los mismos excombatientes y comparecientes, trabajaron bajo el sol y la lluvia para dar forma a estas estructuras destinadas a albergar, de manera digna y organizada, los restos de las personas que sean identificadas.Luz Janeth Forero, directora de la UBPD, resaltó el valor moral, institucional y social de la experiencia de Palmira, demostrando que la búsqueda "no es únicamente una tarea técnica o legal, sino un acto de dignidad y compromiso ético". Destacó además la colaboración entre entidades del Sistema Integral de Paz, el Estado, la cooperación internacional y actores sociales.La decisión de la JEP y el rol de la DiócesisLa reciente sentencia de la JEP contra el último secretariado de las FARC-EP priorizó el cementerio de Palmira para un proyecto de sanción restaurativa, validando y fortaleciendo así este esfuerzo. Esta decisión histórica reconoce el valor simbólico y reparador de un trabajo que, desde hace tiempo, venía siendo acompañado por la Pastoral Social de la Diócesis de Palmira.El padre Arturo Arrieta Aguas, director de esta pastoral, destacó la importancia del fallo: “La reciente sentencia de la JEP (…) reconoce el valor simbólico y reparador de un espacio que, durante años, ha sido acompañado por la Pastoral Social de Palmira, junto a familias buscadoras, comparecientes, instituciones y organizaciones sociales. Para la comunidad y la diócesis, esta noticia es motivo de esperanza”. El padre Arrieta añadió que el objetivo es resignificar el espacio: “Tener esas expresiones simbólicas… Buscar resignificar este espacio a través de ese mural, darle vida. Pero sobre todo el decir que como iglesia, como sociedad, no podemos olvidar”.Por su parte, monseñor Rodrigo Gallego Trujillo, Obispo de Palmira, explicó el vínculo de la Diócesis desde su vocación evangelizadora y de reconciliación. “La diócesis se ha vinculado de una manera efectiva, a partir de la vocación de la Iglesia de evangelizar, de ser presencia profética de Jesucristo (…) Que se encuentren personajes antagónicos y que se llegue a una realidad de conciliación, eso sólo es posible con la mirada de Dios”, afirmó. El prelado subrayó el mensaje de esperanza: “La diócesis quiere seguir acompañando (…) queremos ser una voz profética que anuncie la esperanza. No podemos ser profetas de desesperanza”.Lo que ocurre en el cementerio de Palmira es un ejemplo tangible de cómo, incluso en los lugares que simbolizan el final, puede comenzar un nuevo capítulo para las víctimas del conflicto colombiano; uno donde la verdad, la reparación y el perdón se construyen, ladrillo a ladrillo, desde el encuentro improbable entre quienes antes fueron adversarios, unidos ahora por una misma causa: encontrar a los desaparecidos y honrar su memoria para que nadie sea olvidado.Vea a continuación el video oficial elaborado por la Diócesis de Palmira:Vea el reel informativo a continuación:

Mié 24 Sep 2025

“Huellitas de la Niña María”: el nuevo centro de la Diócesis de Cúcuta que atenderá a niños y niñas migrantes

La Fundación Pía Autónoma Asilo Andresen, institución de origen centenario administrada desde 2017 por la Diócesis de Cúcuta, amplió su misión caritativa con la inauguración del centro “Huellitas de la Niña María”. La iniciativa está dirigida específicamente a atender a niños, niñas y adolescentes migrantes, reforzando el compromiso de la Iglesia con las comunidades en situación de vulnerabilidad.Mientras que el Centro de Caridad Infantil "La Niña María", ubicado en el centro de la capital de Norte de Santander, brinda servicio a niños y niñas de 4 a 10 años, el nuevo espacio "Huellitas de la Niña María" se ha establecido estratégicamente en el barrio La Fortaleza para responder ha llamado del papa Francisco de construir una Iglesia en salida hacia las periferias geográficas y existenciales, y al fenómeno migratorio que tiene en Cúcuta uno de sus principales puntos de entrada en Colombia.Atención integral con un equipo interdisciplinarioEl enfoque de "Huellitas de la Niña María" es la atención integral a menores de edad migrantes, que será realizada mediante un equipo interdisciplinario conformado por psicólogas, catequistas y las hermanas de La Nueva Vida. Al respecto, monseñor José Libardo Garcés, Obispo de Cúcuta, explicó la motivación del proyecto: “Hemos traído hasta aquí 'Las huellitas de la niña María' para atender en este sector a estos niños, a estas madres de familia, a estas familias y llevarles primero el Evangelio”.Formación para padres: un pilar complementarioLa fundación complementa la atención directa a la niñez con un programa de desarrollo para las familias. El proyecto de medios de vida "Las Delicias de la Niña María" está dirigido a padres y madres de los niños atendidos, con el objetivo de formarlos en panadería, repostería, comidas rápidas y atención al cliente, buscando mejorar sus oportunidades de emprendimiento o empleabilidad.Cifras que respaldan la urgencia de la laborEsta expansión de la obra social se enmarca en un contexto de alta necesidad. De acuerdo con el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), con corte al 31 de diciembre de 2024, se estima que en Colombia hay 796.286 niñas, niños y adolescentes migrantes, lo que representa el 28% del total de la población migrante venezolana en el país. El 16% de este grupo se encuentra en el rango de 0 a 4 años, y el 84% restante entre los 5 y 17 años.Un legado centenario que se renuevaLa historia de la fundación se remonta a 1907, cuando Teresa y Christian Andresen, junto con la Hermana Natividad de la comunidad Dominica de la Presentación, construyeron el primer asilo para niños en situación de abandono. Un siglo después, la Diócesis de Cúcuta mantiene vivo aquel legado, adaptando su labor a las necesidades actuales y reafirmando así su compromiso con la construcción de un futuro mejor para la juventud más vulnerable de la región.Vea a continuación el informe audiovisual:Ver esta publicación en InstagramUna publicación compartida por Conf. Episcopal de Colombia (@episcopadocol)

Mar 23 Sep 2025

Obispo de Buenaventura reclama acción estatal ante hechos violentos: "Un pueblo se está muriendo en baños de sangre"

En medio de la ola de violencia que ha encendido nuevamente las alarmas en el Distrito Especial, el obispo de Buenaventura, monseñor Rubén Darío Jaramillo Montoya, envió un contundente mensaje en el que pide al Gobierno Nacional cumplir sus promesas de seguridad con los bonaverenses, para que no se sigan “muriendo en baños de sangre”.El pronunciamiento del prelado se da en un contexto crítico para la ciudad portuaria. De acuerdo con la Personería Distrital, en lo que va del 2025 se han registrado más de 100 homicidios, atribuidos principalmente a la acción de grupos armados, bandas criminales, disidencias de las Farc y carteles mexicanos. Este clima de terror se evidenció claramente con el asesinato de Alan Josué Valencia Cuero, un estudiante y líder social de 17 años de edad, abatido la tarde del 11 de septiembre en el barrio Los Pinos.La situación ha generado tal zozobra que instituciones públicas como la Universidad del Valle y la Universidad del Pacífico suspendieron las clases presenciales nocturnas durante la semana del 22 al 27 de septiembre, una medida que refleja el temor instaurado también por amenazas circulantes en redes sociales contra quienes transiten por las calles en la noche.Un mensaje de fe y una exigencia firmeFrente a este panorama, el pronunciamiento de monseñor Jaramillo Montoya recuerda que, aunque “construir la Iglesia es construir esperanza”, ante las circunstancias actuales, especialmente con la pérdida de tantos jóvenes, hay un reclamo social y político que no se puede dejar pasar:“Es el momento para unirnos y poner la esperanza en Dios, pero también la exigencia en un gobierno nacional que no cumple sus promesas y que no acude a salvar a un pueblo que se está muriendo en los baños de sangre de nuestros jóvenes”, afirmó el obispo con enfática gravedad, dando voz al sentir de una comunidad que clama por décadas contra la indiferencia y la impunidad.Un llamado a la paz en medio del temorEl prelado concluyó su mensaje pidiendo a Dios “fortaleza y luz en estos momentos difíciles”. En su mensaje, recurrió a las palabras del Salmo 23: “Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú vas conmigo”. Agregó una plegaria: “Para que el Señor pare los corazones violentos, cese tanta violencia y nos dé su paz”.Vea el pronunciamiento a continuación:

Lun 22 Sep 2025

Colombia, ¡Rumbo a Seúl 2027! El Papa León XIV convoca a los jóvenes a ser testigos con coraje en la próxima JMJ

El camino hacia Seúl 2027 ya comenzó, y la juventud colombiana está llamada a ser protagonista. Tras el anuncio oficial del Papa León XIV de las fechas de la próxima Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), del 3 al 8 de agosto de 2027, la Conferencia Episcopal de Colombia, a través del Departamento de Estado Laical de la Conferencia Episcopal, extiende una invitación especial a los jóvenes del país para que se animen a ser parte de este importante momento que reunirá a millones de jóvenes de todo el mundo con el Sucesor de Pedro.“Renuevo la invitación que el Papa Francisco hizo en Lisboa hace dos años: los jóvenes de todos los rincones del mundo se reunirán con el Sucesor de Pedro para celebrar la Jornada Mundial de la Juventud en Seúl, Corea, del 3 al 8 de agosto de 2027”, afirmó el Pontífice antes del rezo del Ángelus del pasado 3 de agosto, en el marco del Jubileo de los Jóvenes.Un camino de fe hacia Corea: del testimonio al corajeEl anuncio del Papa fue acogido por el Cardenal Kevin Farrell, Prefecto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, quien lanzó una invitación directa a formadores, responsables de pastoral juvenil y obispos de todo el mundo para que acompañen a los jóvenes, guiados por el lema "¡Tengan valor, yo he vencido al mundo!".El Purpurado conectó este camino directamente con el Jubileo 2025, afirmando que “la esperanza será clave” para animar a todos a anunciar el Evangelio. Y dirigió un mensaje contundente a la juventud: “Corresponde a los jóvenes convertirse en peregrinos de la esperanza para curar la soledad y la pobreza, y para convertirse en testigos de la paz en este mundo desgarrado por divisiones, conflictos y guerras”.El lema elegido para esta JMJ es tomado del Evangelio de San Juan, hace parte del mensaje de despedida de Jesús, donde prepara a sus discípulos para los momentos difíciles, infundiéndoles la certeza de su victoria pascual. Este viaje de fe se centra, por tanto, en la vocación al testimonio y en el coraje que nace de la fe en Cristo resucitado.Una invitación directa a la juventud colombianaEn este contexto, el Departamento de Estado Laical de la Conferencia Episcopal de Colombia, a través de su sección de Juventud anima a todos los jóvenes colombianos, diócesis, movimientos, asociaciones y comunidades a comenzar a prepararse para esta gran peregrinación de fe; una oportunidad única para vivir la universalidad de la Iglesia y llevar el gozo y la esperanza de Colombia al corazón de Asia.El talento musical colombiano puede se himno de la JMJ 2027El Comité Organizador Local de Seúl 2027 ha lanzado un concurso para crear el Himno Oficial de la JMJ 2027. Esta también puede ser una importante oportunidad para que los jóvenes compositores y músicos colombianos pongan su talento al servicio de la Iglesia.La fecha límite para enviar las propuestas es el 30 de noviembre de 2025. Los requisitos y el formulario de inscripción están disponibles en el siguiente enlace: https://wydseoul.org/en/participation/wydthemesongContestEn contextoDurante la pasada Jornada Mundial de la Juventud, que se desarrolló en Lisboa (Portugal) del 1 al 6 de agosto de 2023 con el Papa Francisco, la delegación de Colombia estuvo integrada por más de 2.000 jóvenes.

Vie 19 Sep 2025

El Arzobispo de Cali condena con “profundo dolor” la ola de violencia que enluta la ciudad

A través de un contundente mensaje, monseñor Luis Fernando Rodríguez Velásquez, arzobispo de Cali, expresa su repudio ante los asesinatos de nueve personas y los graves disturbios ocurridos este 17 de septiembre en la capital del Valle del Cauca. Hace un llamado a los actores armados a deponer la violencia y, a las autoridades, a esclarecer los hechos y buscar la paz.Además de estos homicidios que “aún están por esclarecer”, el Arzobispo de Cali hace referencia a disturbios en varios sectores de la ciudad, la quema de dos tractomulas y el lanzamiento de una granada en las puertas de la cárcel de Villahermosa.En su mensaje, monseñor Rodríguez Velásquez se identifica con el dolor de la comunidad: “Como Pastor de esta Iglesia Particular de Cali y en nombre de las familias y las comunidades que sufren los estragos de la violencia, expreso con profundo dolor nuestro repudio ante el deseo y la materialización de la maldad humana que pretende acabar con la dignidad y la vida de los más frágiles”.Dirigiéndose a los responsables de estos hechos violentos, el prelado hace un enérgico llamado: “Invito a quienes empuñan las armas a detener la violencia y promover una cultura de paz y cumplir plenamente el quinto mandamiento que nos ha dejado el Señor ‘no matarás’”. Añadió que este mandamiento debe entenderse como “una llamada al amor y a la misericordia y a vivir plenamente respetando la dignidad humana”.En el comunicado, monseñor Luis Fernando Rodríguez también se refiere a las víctimas y a sus familias, a quienes la Iglesia “abraza en la fe y la esperanza”. Asimismo, insta a las autoridades a “esclarecer los hechos y buscar estrategias viables para la defensa de la vida y la convivencia pacífica en nuestra ciudad”.

Jue 18 Sep 2025

Iglesia movilizó a cerca de 70 seminaristas y sacerdotes para ser "Mensajeros de Paz" en la Diócesis de Barrancabermeja

Entre el 6 y el 13 de septiembre, en el marco de la Semana por la Paz 2025, la Diócesis de Barrancabermeja vivió una intensa jornada de evangelización con la misión “Mensajeros de Paz”. Guiados por el versículo “Mira que estoy a la puerta y llamo” (Ap 3,20), seis sacerdotes y 61 seminaristas del Seminario Nacional Cristo Sacerdote de La Ceja (Antioquia) visitaron quince parroquias, llevando un mensaje de fe y cercanía a las familias y comunidades.La misión, impulsada por monseñor Ovidio Giraldo Velázquez, Obispo de la Diócesis, buscó ser el reflejo de la “Iglesia en salida”, que proponía el Papa Francisco, especialmente, para llegar a las periferias existenciales. El objetivo central de esta misión fue la creación de “casas de reunión”, espacios destinados a fortalecer la fe, compartir la Palabra y tejer lazos fraternos que perduren en el tiempo.Esta iniciativa pastoral adquiere una importancia crucial en el contexto actual de Barrancabermeja. Esta región del Magdalena Medio continúa enfrentando complejos desafíos de violencia, presencia de grupos armados ilegales y afectaciones a la población civil. En este escenario, iniciativas que promueven la paz, la reconciliación y la reconstrucción del tejido social desde la base, como la llevada a cabo por la Diócesis, no son solo actos de fe, sino también una respuesta concreta a la necesidad de espacios de protección, dignidad y esperanza para las comunidades.Un trabajo de visita y encuentro“Hemos tenido una experiencia muy bonita, de visiteo, el encuentro con las personas, con las familias, encuentros comunitarios... celebraciones piadosas y la Santa Eucaristía”, compartió monseñor Giraldo, reflejando el espíritu de cercanía que caracterizó la iniciativa.Esta misión se enmarca dentro del Plan de Misión y Pastoral Integral de la Diócesis, que promueve la formación de pequeñas comunidades eclesiales como núcleos vivos de fe, esperanza y caridad; un caminar pastoral que se articula con el lema de esta 38ª Semana por la Paz: “Arropamos la vida con dignidad y esperanza”, reflejando la necesidad de ser Iglesia samaritana en medio de un pueblo que anhela reconciliación, justicia y paz.El diácono Brayan Mayorga explicó otro una de las grandes metas: “El Sistema Integral de Evangelización tiene como propuesta fortalecer la comunidad para lograr algún día tener una comunidad más fraterna”.La post-misión: el trabajo continúaEl éxito de la misión se medirá por su continuidad. Carlos Patiño, seminarista de la diócesis, destacó el siguiente paso: “De aquí en adelante simplemente es coordinar muy bien la post misión, donde nuestros laicos, en estos grupos y casas de reunión, seguirán con esa labor de kerigma, conformando más en la fe a nuestros fieles”.La misión “Mensajeros de Paz” dejó una semilla de esperanza en las comunidades visitadas. Con la oración compartida y el testimonio de los misioneros, la diócesis renueva su propósito de ser fermento de paz y faro de luz en la región.Vea el informe audiovisual a continuación:

Mar 16 Sep 2025

Nueve décadas de una promesa: el Divino Niño sigue congregando multitudes en Bogotá

Con la participación de más de diez mil personas, el Santuario del Divino Niño Jesús en el barrio Veinte de Julio en Bogotá fue el epicentro de una celebración histórica: los 90 años de una de las devociones más arraigadas y queridas en Colombia. La fiesta central, que se llevó a cabo el domingo 7 de septiembre, no fue solo una efeméride religiosa, sino una vibrante muestra de fe popular que refleja el significado profundo de este símbolo para la identidad nacional.Una celebración de nueve días y noventa añosLos actos conmemorativos iniciaron con el tradicional rezo de la novena. El sábado 6 de septiembre, se ofreció un almuerzo solidario para mil niños de las casas salesianas y se celebró una Eucaristía presidida por monseñor Alejandro Díaz García, obispo auxiliar de Bogotá.Al día siguiente, desde primeras horas de la mañana, miles de peregrinos llegaron al santuario para recibir el sacramento de la Reconciliación, participar en las eucaristías y elevar sus plegarias frente a la imagen original del Divino Niño, custodiada en una capilla lateral del templo.La misa central del mediodía, celebrada por el padre Rubén Darío Jaramillo, superior salesiano, fue precedida por la emblemática procesión. A pesar de la lluvia, la imagen recorrió las calles del barrio Veinte de Julio sobre los hombros de un grupo de peregrinos mexicanos—testimonio de la internacionalización de la devoción—, acompañada por el rezo del rosario, cantos y los niños de la pastoral salesiana vestidos a semejanza del Niño Jesús. El retorno de la imagen al santuario, recibida con repique de campanas y aplausos, fue uno de los momentos más emotivos.El significado de una devoción nacionalEn su homilía, el padre Jaramillo profundizó en el significado de la devoción, preguntándose “¿Quién es el Niño Jesús?” y definiéndolo como “Aquel que crecía en gracia, sabiduría y santidad”. Hizo un llamado a los fieles a seguir su ejemplo para “construir un país con gracia, sabiduría y santidad”. “Solamente así venceremos la mentira, el engaño, la falsedad, la corrupción; solamente así seremos la humanidad colombiana que el Señor quiere”, afirmó, conectando la fe con un mensaje de esperanza y regeneración social para el país.Para millones de colombianos, el Divino Niño es mucho más que una imagen religiosa, es un símbolo de consuelo, esperanza y resiliencia. En un país que ha enfrentado décadas de conflicto e incertidumbre, la promesa atribuida a Jesucristo en 1636 a la venerable Margarita del Santísimo Sacramento —“Todo lo que quieras pedir, pídelo por los méritos de mi infancia, y tu oración será escuchada”— resuena con fuerza. El santuario se erige así como un faro de fe donde convergen ciudadanos de todas las clases sociales para pedir, agradecer y encontrar paz.Raíces históricas en Colombia y devoción globalEsta devoción nació hace nueve décadas de la mano del sacerdote salesiano italiano Juan del Rizzo, quien llegó al entonces marginado barrio Veinte de Julio con un mensaje sencillo y poderoso: “Jesús quiere ser honrado en el misterio de su niñez y a Él le agrada mucho cuanto se haga en favor de los niños pobres y de las gentes más necesitadas”.La necesidad de albergar a la creciente comunidad de devotos llevó a la construcción del santuario. Su primera piedra se bendijo el 19 de marzo de 1937, según planos de los coadjutores salesianos Juan Buscaglione y Constantino de Castro. El templo se inauguró solemnemente en 1942, erigido ya como parroquia por monseñor Ismael Perdomo, arzobispo de Bogotá entre 1928 y 1950, hoy Venerable sobre el que avanza su proceso de beatificación.Lo que comenzó en el sur de Bogotá hoy es un fenómeno global. La devoción se ha extendido con fuerza a países como México, Perú, Ecuador y República Dominicana, llevando consigo un pedazo de la cultura y la fe colombiana.La ceremonia concluyó con la bendición de las miles de imágenes que los fieles llevaron consigo, un ritual que simboliza la perpetuación de una fe que, 90 años después, sigue más viva y vigente que nunca, reinando en el corazón de Colombia.Vea el video sobre la celebración a continuación:Ver esta publicación en InstagramUna publicación compartida por Conf. Episcopal de Colombia (@episcopadocol)