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iglesia colombiana

Lun 25 Ago 2025

Obispos de la CEAMA ratifican su compromiso con los pueblos originarios y territorios de la Panamazonía

En el marco de su primer encuentro, los Obispos de la Amazonía reafirmaron el compromiso de la Iglesia con los pueblos originarios y los territorios del bioma. El evento proyectó el fortalecimiento de la Conferencia Eclesial de la Amazonía (CEAMA), organismo encargado de promover una fe intercultural, la ecología integral, el cuidado de la casa común y nuevos caminos para la misión evangelizadora.Un primer encuentro lleno de memoria y reflexiónEl evento, desarrollado en la sede del CELAM en Bogotá entre el 17 y el 20 de agosto, congregó a cerca de 200 personas, entre ellas 95 obispos. Acompañaron en la reflexión sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos provenientes de 76 jurisdicciones de los países de la región panamazónica: los andino-amazónicos (Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia), las Guayanas (Guyana, Surinam y la Guayana Francesa) y Brasil.Por Colombia estuvieron presentes diez obispos. Monseñor Omar de Jesús Mejía Giraldo, arzobispo de Florencia, destacó la alegría de tener al país como sede del encuentro: “Es la gran oportunidad para reimpulsar y revitalizar. Como Iglesia colombiana le demos vida realmente a esos cuatro sueños del Papa Francisco: el sueño social, el sueño eclesial, el sueño cultural y el sueño ecológico”.Estos sueños, evocados por el Papa Francisco en su exhortación apostólica “Querida Amazonía”, son la defensa de los más pobres; el cuidado de la riqueza cultural; la protección de la naturaleza y la vida de la Amazonía; y una Iglesia con rostro amazónico que internalice la realidad de la región.Esta misión recibió el respaldo del Papa León XIV, quien, a través de un telegrama enviado por el cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado del Vaticano, pidió a los participantes considerar “tres dimensiones interconectadas en la labor pastoral en la Amazonía: la misión de la Iglesia de proclamar el Evangelio a todos, el trato equitativo a los pueblos que la habitan y el cuidado de nuestra casa común”.El mensaje tomó mayor fuerza con la declaración del cardenal Michael Czerny, Prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, durante la rueda de prensa de cierre: “La diplomacia vaticana va a seguir apoyando a las iglesias locales y dando voz a estas realidades en los ámbitos internacionales en los que estamos presentes”.Objetivos y dificultades a superarLos objetivos del evento incluían resaltar la labor de los obispos como primeros responsables de la sinodalidad, identificar avances en la implementación de una Amazonía sinodal, compartir experiencias y proyectar propuestas para perfeccionar los objetivos de la CEAMA.Obispos, sacerdotes y religiosas compartieron sus experiencias pastorales y relataron las dificultades que afrontan sus territorios. La violencia, la contaminación, el extractivismo, el cambio climático y el desplazamiento fueron las principales preocupaciones expresadas en el espacio conducido mediante ponencias, conversatorios y mesas de diálogo con la metodología de “conversación en el Espíritu”.La Iglesia al servicio de la AmazoníaDurante el encuentro también se compartieron experiencias positivas del trabajo eclesial, como la del Vicariato Apostólico de Inírida. Monseñor Joselito Carreño Quiñones presentó un video que narra su labor en pro de la comunidad: “El servicio que ofrecemos nosotros es principalmente de educación, pero también trabajamos con el servicio de la Pastoral Social y lo hacemos en clave de la defensa de los derechos humanos y también de acogida y acompañamiento de las comunidades migrantes venezolanas”.Otras jurisdicciones relataron iniciativas como procesos educativos y la “pastoral del agua” en Iquitos (Perú), donde la Iglesia promueve la defensa del agua como derecho fundamental. También se destacó la conservación de la cultura indígena. “La Iglesia es una aliada muy importante, muchos somos católicos y el mensaje que dan repercute dentro de la gente”, expresó Patricia Gualinga, vicepresidenta de la CEAMA, originaria de la etnia kichwa, quien afirmó que fue acompañada por la Iglesia cuando más lo necesitaba, facilitando la adjudicación de títulos de propiedad para su pueblo.La Doctrina Social de la Iglesia, que enmarca este trabajo, “no es una simple teoría, somos peregrinos de esperanza para transformar los problemas en oportunidades para trabajar juntos”, concluyó el cardenal Pedro Barreto, presidente de la CEAMA, durante la rueda de prensa final. Evocó a San Juan Pablo II, refiriéndose al clamor de los pueblos originarios como un clamor de la propia Iglesia.Mensaje finalLos compromisos del encuentro se consolidaron en un mensaje final titulado “CEAMA, un signo de esperanza”. En él se destaca el fortalecimiento de los vínculos entre las iglesias que conforman la CEAMA como uno de los frutos centrales. Asimismo, se asumió el compromiso de que cada jurisdicción consolide la sinodalidad, incentive la colaboración mutua y busque recursos económicos comunes para programas de formación. El objetivo es que seminaristas, religiosos, sacerdotes y agentes de pastoral se formen en la sinodalidad y los sueños del Papa Francisco para la Amazonía.Vea a continuación el informe audiovisual:

Vie 22 Ago 2025

La puerta estrecha, puerta hacia la vida

VIGÉSIMO PRIMER DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIOAGOSTO 24 DE 2025Primera lectura: Is 66,18-21Salmo: 117(116),1.2 (R. cf. Rm 15,16)Segunda lectura: Hb 12,5-7.11-13Evangelio: Lc 13,22-30.I.Orientaciones para la PredicaciónIntroducción1.La liturgia de la Palabra insiste hoy en la salvación universal, una llamada de Dios a todos los hombres de todas las naciones y de todas las razas a participar del Reino de Dios.2.La escena del Evangelio de hoy nos ofrece una intervención de Jesús en la que nos señala el camino de la salvación, con la exigencia de entrar por la puerta estrecha.3.Hacer la voluntad del Padre del cielo tiene una cuota de sacrificio, el buen manejo de la libertad que Dios nos otorga; cuando abusamos de esa libertad Dios nos corrige y reprende como un Padre amoroso que nos invita a fortalecer nuestras manos en la caridad y nuestras rodillas vacilantes para caminar con otros hacia la vida eterna.1.Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura?El profeta Isaías en el capítulo 66 expresa con claridad como Dios quiere la salvación de todos, es decir, como Dios ofrece una salvación universal. La división entre los hombres en lenguas, naciones y razas fue consecuencia del pecado, ahora un signo del poder de Dios y de la salvación que actúa en el mundo es la reunión de todos los hombres. Isaías anuncia que Dios se hará presente “para reunir a las naciones de toda lengua: vendrán para ver mi Gloria” de todos los países traerán ofrendas al “monte santo de Jerusalén” traerán ofrendas “al templo del Señor”. De entre todos los presentes Dios escogerá “sacerdotes y levitas” ningún hombre se quedará excluido y Dios será el punto de convergencia de todos los pueblos y naciones, garantizando que no haya ninguna división. El libro de Isaías concluye con la llamada universal de Dios a todas las naciones, es así como el salmista hace resonar su plegaria en una invitación universal a alabar a Dios y a predicar su Evangelio. Este canto de alabanza que reúne a todos los pueblos de la tierra en uno solo es el “pueblo de Dios” escogido y enviado como lo repetimos hoy en la aclamación inspirada en el mandato del Señor Jesús “Id al mundo entero y predicad el Evangelio”.La carta a los Hebreos 12, 4-7.11-13 tiene como intención animar a los cristianos que han encontrado dificultades en su camino de fe, Dios actúa como un padre que corrige a su hijo, no por capricho, sino por su bien, para conducirlo por el buen camino, el camino de la santidad. Dios permite que sus hijos actúen con libertad, que en ocasiones es mal utilizada, es en estas circunstancias que Dios actúa como un padre de familia reprendiendo y castigando a los hijos que ama y prefiere. El autor de la carta a los Hebreos nos ofrece la imagen de un Dios que corrige a quien ama, esta corrección luego produce justicia, salud, paz. Comprender la acción de Dios que actúa como un Padre amoroso, exige del cristiano un esfuerzo particular en la carrera hacia la vida eterna “fortaleced las manos débiles, robusteced las rodillas vacilantes”.San Lucas en el capítulo 13, 22-30 presenta al Señor Jesús ante la pregunta casual de un oyente ¿serán pocos los que se salven? A lo que el Señor va a decir que muchos que no son judíos, procedentes de los cuatro puntos cardinales, vendrán a la mesa del Reino. Sin embargo, la salvación requiere un esfuerzo especial “entrar por la puerta estrecha” y añade que “muchos intentarán entrar y no podrán”. El entrar en la presencia de Dios, sentarse en la mesa del Reino, ganar la salvación no es privilegio solo del pueblo escogido; Jesús hace un giro en el modo de pensar de los judíos, para salvarse hay que vivir coherentemente como pueblo de Dios, con un estilo de vida acorde a la voluntad de Dios, quien no viva de esta manera se expone a una angustiosa sentencia “No sé quiénes sois”.2.Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad?La Palabra de Dios de este Domingo tiene una especial insistencia en la voluntad de Dios de querer salvar a todos. La pregunta casual que le hacen a Jesús en el Evangelio sigue siendo actual, ¿son pocos los que se salvan? Esta pregunta nos abre a muchas reflexiones que hoy nos hacemos sobre la vida eterna, el más allá, la propia salvación y la salvación de todos los hombres. Seguramente el que hizo la pregunta tenía en su entendimiento que sólo se iban a salvar los judíos. Ahora bien, también nosotros podemos pensar del mismo modo, que solo se salvan los que creen en Cristo, o simplemente porque vamos a misa o rezamos el rosario. Por una parte, la respuesta de Jesús es consoladora al descubrirnos que la salvación es para todos los hombres que creen en el único y verdadero Dios, como lo expresa el profeta Isaías y nos lo recuerda hoy san Lucas en el Evangelio, toda la humanidad está destinada a sentarse en la mesa del Reino de Dios, a entrar en su presencia. Este privilegio tiene también una obligación hacer que todas las naciones de la tierra conozcan y sigan a Dios.La puerta estrecha se convierte en la condición que ha de asumir el creyente para participar del banquete de la eternidad, Dios quiere salvarnos y esa salvación tiene un precio, que el cristiano tenga una fe viva, madura, clara, fuerte, capaz de acoger la verdad del Evangelio y encontrar en ella el camino estrecho de una vida austera, humilde y sencilla, de bondad y misericordia, de servicio y entrega generosa a los demás. El creyente sabe que lo que vale la pena cuesta, que el camino a la vida eterna tiene cruz y que el primero que recorrió ese camino fue el Señor Jesús. Evitar encontrar la puerta cerrada y oír el angustioso mensaje de no los conozco, implica estar siempre abiertos al Evangelio, anunciarlo con la vida, sentirnos siempre necesitados de la ayuda de Dios, abajarnos y servir a la causa de Jesús, estas actitudes evangélicas no nos deben hacer sentir seguros de la salvación, ni son fórmulas para tener vida eterna, son simplemente algunas pistas evangélicas que el cristiano debe asumir con radicalidad, sabemos que esto exige una fuerte cuota de humildad y sacrificio que en ocasiones no es fácil asumir, cuando estamos en un mundo que quiere la vía fácil, para deshacerse de los problemas y conflictos humanos en los que nos sumergimos hoy. 3.Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo?El Señor Jesús nos ha sorprendido hoy al decirle al pueblo de la Alianza que no basta con pertenecer a ese pueblo para ganar la vida eterna, para salvarse, hay otros que, viniendo de otras latitudes del mundo, si tienen fe y viven conforme a la Buena Noticia predicada en el Evangelio, son llamados al banquete del Reino.A nosotros los que creemos en Cristo, también se nos puede aplicar el mismo mensaje, no basta con decir que pertenecemos a la Iglesia; la salvación además de implicar esa pertenencia nos exige vivir y asumir con radicalidad, los valores del Evangelio. El seguimiento de Cristo, hacer la voluntad del Padre, servir a los hermanos, es exigente, es decir que este camino tiene cruz, es el camino estrecho del que nos habla el Evangelio por el que debe pasar todo creyente. El camino que el mundo no ofrece pareciera fácil, ligero, deshacernos de una vida, engañar, ser deshonesto, la guerra, etc., este es el camino ancho, la puerta amplia por la que pasan muchas personas, pero detrás de esas facilidades hay dolor, angustia, temor, vergüenza, humillación y pecado. Con este modo de ser se oscurece la mente, el corazón, la vida de las personas y de la sociedad. Este camino hace que perdamos identidad delante de Dios hasta el punto de escuchar “no los conozco” este no es el camino del Evangelio.La carta a los Hebreos nos ofrece una opción clara frente a las pruebas de la vida, esos momentos que nos confrontan y nos hacen cambiar la manera de pensar, que debemos entender como correcciones de Dios, pruebas del amor que Él nos tiene, así como un padre corrige a sus hijos. Ante las dificultades el Señor nos exhorta a “fortalecer las manos débiles” en la práctica de la caridad y el servicio a los hermanos, especialmente los más necesitados y también, “robusteced las rodillas vacilantes” para caminar con los otros, para ir con otros al encuentro de Dios, para transitar por el camino estrecho, llevando la Buena Noticia al corazón y la vida de muchos, a las distintas latitudes del mundo.II. Moniciones y Oración Universal o de los FielesMonición introductoria de la MisaNos hemos reunido este domingo, veintiuno del tiempo ordinario para escuchar la Palabra de Dios y participar de la fracción del pan. En esta Eucaristía estamos llamados a reconocer como la Iglesia nos acoge a todos por igual, nos convoca a celebrar un banquete universal en el que Cristo se ofrece como alimento que da vida eterna. Con alegría y dispuestos a orar por las necesidades de todos los hombres de toda raza y cultura, participemos con fe y esperanza en esta celebración.Monición a la Liturgia de la PalabraEl profeta Isaías, el salmista y san Lucas en el Evangelio, insisten en que la salvación es una oferta universal, desde luego esta salvación tiene sus exigencias, el esfuerzo por vivir según la voluntad de Dios. Atentos, escuchemos este mensaje e integremos a nuestra vida los valores de esta Buena Noticia.Oración Universal o de los FielesPresidente: Pidamos al Señor que venga en nuestro auxilio y con su gracia encontremos el modo de llegar a Él. A cada intención nos unimos diciendo:R. Señor, ayúdanos a conocerte.1.Por la Iglesia, para que continúe su misión de llevar la “Buena Nueva” de la salvación a todos los rincones de la tierra. Oremos.2.Por el Papa Francisco, nuestro Obispo Monseñor N.N. presbíteros, diáconos y consagrados, para que anuncien con valentía la Palabra de Dios a todos los pueblos de la tierra. Oremos.3.Por nuestros gobernantes, para que siembren esperanza en nuestros pueblos e impulsen proyectos que ayuden a superar la pobreza y la injusticia. Oremos.4.Por los más necesitados, para que se encuentren con nuestras manos generosas y les ayudemos a transitar por el camino estrecho de la salvación. Oremos.5.Por nosotros aquí reunidos, para que la semilla sembrada hoy en nuestros corazones nos lleve a la verdadera conversión y al servicio de todos los hermanos, sin importar raza y condición social. Oremos. Oración conclusivaSeñor, tú que nos invitas a entrar por la puerta estrecha al gozo del banquete de tu Reino, escucha nuestras oraciones y concédenos la fuerza de tu Espíritu en el seguimiento del camino que nos señalas. Por Jesucristo nuestro Señor.R. Amén.

Vie 22 Ago 2025

La Voz del Pastor | 24 de agosto de 2025

Reflexión del cardenal Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y primado de Colombia: Lectura del Santo Evangelio según San Lucas 13, 22-30

Vie 22 Ago 2025

Obispos colombianos condenan con vehemencia atentados terroristas en Cali y en Amalfi, piden justicia y llaman a la paz

Frente a la ola de violencia que sacudió al país este 21 de agosto, con brutales atentados terroristas en el municipio de Amalfi, Antioquia, y en la ciudad de Cali, la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) y la Arquidiócesis de Cali emitieron contundentes comunicados en los que condenan los actos, claman por justicia y hacen un llamado urgente a la paz.Los ataques, que han dejado al menos 18 personas fallecidas, entre miembros de la Fuerza Pública y civiles, así como 76 personas heridas, han sido atribuidos por las autoridades a grupos armados ilegales que operan en las regiones, generando una profunda alarma nacional por el recrudecimiento de la violencia.Un duelo que comparte la naciónLa Conferencia Episcopal de Colombia, en un mensaje firmado por la Comunidad de Presidencia, condenó con vehemencia los atentados terroristas y extendió sus “sentimientos de solidaridad” a las familias de las víctimas “en estos momentos en los que la violencia sigue tocando a las puertas de los hogares colombianos sembrando dolor y desesperanza”.Los obispos también hacen un llamado directo a todos los actores del conflicto para que abandonen “el sendero de la muerte y recorrer el camino del respeto a la vida que dignifica y hace posible el verdadero desarrollo humano”.Además, piden a las autoridades del Estado intensificar la seguridad y el cuidado integral de la población civil, situando la protección de los ciudadanos como una prioridad ineludible.El grito de Cali: un llamado contra la impunidadPor su parte, en la noche del jueves 21 de agosto, el arzobispo de Cali, monseñor Luis Fernando Rodríguez Velásquez, emitió un comunicado donde detalló el impacto de la violencia en su ciudad. El prelado recogió el clamor de una ciudad que “nuevamente sienten el atronador ruido de las explosiones de bombas que acaban vidas humanas”.En su mensaje, citado literalmente por la CEC, el arzobispo expresó el dolor compartido: “Nos duele la pérdida de vidas humanas…Nos duele el sentimiento de incertidumbre y miedo…Nos duele la descomposición social y ética”. Hizo hincapié en que este es el cuarto atentado terrorista en Cali este año, una situación que se agrava con el flagelo del secuestro en el Valle del Cauca.Monseñor Luis Fernando fue contundente al exigir justicia: “La impunidad no puede volverse un paisaje. Pedimos que actúe con vehemencia la justicia para que quienes planean, deciden y realizan estos actos criminales sean sometidos a ella”.Un llamado universal a la oración y el ayunoAmbas declaraciones eclesiales se alinean con el llamado del Papa León XIV, quien convocó para este 22 de agosto a una jornada mundial de “ayuno y oración para suplicar al Señor que nos conceda paz y justicia, y la capacidad de enjugar las lágrimas de los que sufren”.En sintonía con este pedido, el Arzobispo de Cali celebró una Eucaristía por la paz al medio día de este viernes en la Catedral Metropolitana San Pedro Apóstol. También instó a “implorar la paz del Resucitado” en todas las parroquias de su arquidiócesis.El pedido final de la Conferencia Episcopal es un mensaje de esperanza; confián “a la intercesión de María, Reina de la Paz, el difícil momento que atravesamos como nación y la búsqueda conjunta de salidas que hagan posible reavivar la esperanza por los caminos del perdón, la reconciliación y la paz”.

Jue 21 Ago 2025

Iglesia en Colombia se une a la ‘Jornada mundial de oración y ayuno por la paz’ convocada por el Papa León XIV

El cardenal Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y primado de Colombia, junto con los obispos auxiliares, hace un ferviente llamado a toda la Iglesia para unirse activamente a la ‘Jornada de oración y ayuno por la paz’ convocada por el Papa León XIV para este viernes 22 de agosto.En un mensaje dirigido a todos los fieles, los prelados subran la urgencia de esta iniciativa en el contexto nacional, invitando a no permanecer indiferentes ante la realidad que vive Colombia. “Las condiciones adversas de nuestro tiempo nos deben mover a aportar en la consolidación de una sociedad más justa, fraterna y en paz”, señalaron, añadiendo de manera contundente: “No podemos acostumbrarnos al imperio de la muerte y la violencia, esto es contrario al anuncio gozoso de la Pascua”.El comunicado enfatiza que la oración y el ayuno no son actos pasivos, sino herramientas espirituales poderosas que reflejan la confianza en Dios y la responsabilidad humana:“La oración y el ayuno son acciones valiosas que expresan nuestra confianza en la presencia de Dios y la corresponsabilidad que tenemos como seres humanos en la construcción de una sociedad justa y en paz para todos”.Por la importancia de este signo y la compleja situación que atraviesan comunidades en diversos territorios del país, este llamado se hace extensivo a todas las jurisdicciones, comunidades religiosas y fieles laicos de Colombia. También es una invitación para en todos los ambientes eclesiales, se faciliten espacios para participar en esta jornada, uniéndose espiritualmente a la intención del Santo Padre de pedir “el don inestimable de la paz en todos los rincones de la tierra y para que todos los afligidos por la violencia y la guerra alcancen el consuelo”.La jornada se encomienda a la intercesión de la Bienaventurada Virgen María Reina, “a quien confiamos los derroteros de la paz y el consuelo para tantos hermanos y hermanas de nuestro país que sufren por el recrudecimiento de la violencia”.Con este llamado, la Arquidiócesis de Bogotá y, por extensión, toda la Iglesia en Colombia, busca responder con fe y esperanza al clamor por la paz, demostrando que, desde la espiritualidad, se puede contribuir a la transformación social del país.

Mié 20 Ago 2025

Cúcuta, epicentro de la reflexión Catequética de Colombia: II Congreso Nacional de Evangelización reúne a más de 2700 agentes pastorales

Con la participación de 2740 personas, entre ellas, 22 obispos, 456 sacerdotes, 118 seminaristas y 2038 laicos, se desarrolla en la ciudad de Cúcuta (Norte de Santander) el II Congreso Nacional de Evangelización – PEIP (Proceso Evangelizador de la Iglesia Particular), un evento de gran impacto para la Iglesia colombiana que, en esta oportunidad, buscará revitalizar la acción catequética en el marco del proceso evangelizador que se adelanta en cada una de las jurisdicciones eclesiásticas del país.El PEIP: un Camino para una Iglesia en salida misioneraEl congreso no es un evento aislado, sino la segunda etapa de un camino iniciado en 2024 en Barranquilla. Durante el acto inaugural, monseñor Gabriel Ángel Villa Vahos, arzobispo de Tunja y vicepresidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, enfatizó la naturaleza misionera de todo bautizado: “Todos por el Bautismo, discípulos, misioneros... Nos convoca el interés por compartir nuestros sueños y los deseos que tenemos de avanzar en nuestros procesos evangelizadores”.El prelado subrayó que el PEIP no es un plan pastoral prefabricado, sino que “ofrece criterios comunes y propone un diseño integral útil para implementar procesos de evangelización vigorosos y llenos de auténtico espíritu misionero”, siempre con el kerigma (el primer anuncio de Cristo) como eje transversal.Un diagnóstico nacional: entre la Esperanza y la urgencia de cambioLa primera ponencia magistral del congreso estuvo a cargo del padre Francisco León Oquendo Góez, director de los departamentos de Catequesis y Animación Bíblica de la Conferencia Episcopal. Ofreció un panorama detallado y auto-crítico del estado de la catequesis en Colombia, basado en un ejercicio de escucha sinodal a las jurisdicciones eclesiásticas.Con una metáfora contundente, el sacerdote alertó sobre el riesgo de una catequesis desconectada: “Una catequesis como rueda suelta del proceso de evangelización no nos llevará muy lejos”. Su diagnóstico se articuló en torno a la identificación de "signos de esperanza" y "signos de los tiempos" que exigen una conversión:Signos de esperanza:El padre Oquendo destacó la emergencia de "nuevos enfoques metodológicos" donde la catequesis despliega dimensiones kerigmáticas y comunitarias. Resaltó el fortalecimiento de "estructuras diocesanas estables" como escuelas de formación y delegaciones catequéticas, y una mayor "articulación con otras dimensiones pastorales" como la liturgia y el compromiso social. “La catequesis está ayudando a consolidar las comunidades eclesiales misioneras...Incrementando el compromiso laical”, afirmó, citando como ejemplo experiencias significativas de inculturación en contextos indígenas.Signos de los tiempos (aspectos críticos):El diagnóstico alertó sobre un modelo que podría ser obsoleto. Señaló como la principal debilidad “una acción catequética todavía entendida y vivida como preparación para recibir los sacramentos, cuya consecuencia es la deserción post sacramental”. A esto se suman la "formación deficiente y fragmentada de los catequistas", la "falta de procesos para adultos", la "baja participación de las familias" y la "poca articulación con los planes pastorales".El sacerdote fue enfático al señalar la solución: “La receta para nuestra catequesis hoy nos la da el Directorio para la Catequesis. Fuera de él estamos cocinando con la receta equivocada”. Su llamado más urgente fue a recuperar el arte del primer anuncio: “El gran reto que tenemos como iglesia colombiana es volver a hacer escuela kerigmática... Hemos perdido la memoria procedimental. Ya no sabemos cómo entregar el kerigma... que era la fuerza, la especialidad, el talento y el talante de los primeros cristianos”.El Kerigma: Corazón de la EvangelizaciónProfundizando en este punto, el padre Oquendo explicó, citando el Directorio, que “el anuncio ya no puede considerarse simplemente como la primera etapa de la fe previa a la catequesis, sino más bien como la dimensión constitutiva de cada momento de catequesis”. Esto implica que todo proceso formativo debe ser, ante todo, una profundización de ese encuentro inicial y gozoso con Cristo.Homilía del Presidente del Episcopado Colombiano: un llamado a la confianza en la misiónLa Eucaristía inicial, presidida por monseñor Francisco Javier Múnera Correa, Arzobispo de Cartagena y Presidente de la Conferencia Episcopal, fue el signo visible de la comunión que une a la Iglesia en esta tarea. En su homilía, tomando como base la vocación de Gedeón (Jueces 6), monseñor Múnera ofreció una profunda reflexión espiritual sobre el estado de ánimo del evangelizador.El prelado comenzó identificándose con el desaliento que a veces afecta a la comunidad creyente: “Sus reclamos denotan desconfianza ante la precariedad del momento presente... Denota igualmente una desconexión con la historia de salvación. ¿Ha perdido la esperanza?”. Reflejó el sentir de muchos al preguntar: “¿Si el Señor está con nosotros, por qué nos ha sucedido esto? ¿Dónde están todos los prodigios que nos han narrado nuestros padres?”.Frente a este escenario de "desazón" y "desesperanza", monseñor Múnera señaló la respuesta de Dios: “Dios siempre nos sorprende ante el reclamo...Le devuelve el reclamo en un llamado y una vocación, le da una misión. Dios no lo desafía. Dios no nos da desafíos. Lo envía y lo compromete: ‘Ve con esa fuerza tuya y salva a Israel’”.Dirigiéndose directamente a los congregados, dibujó el perfil del misionero hoy: “Podemos simplemente seguir en la pobre rutina de la sobrevivencia. Gedeón estaba sencillamente desgranando trigo para esconderlo y sobrevivir en un tiempo durísimo de opresión. El Señor está siempre a la espera, está siempre con una iniciativa suya”.La homilía culminó con un mensaje de fortaleza y confianza en la gracia divina: “El Señor acepta hoy nuestra ofrenda. Esa ofrenda somos nosotros mismos. Y el Señor enciende en nuestros corazones el fuego de su Espíritu. La pasión por evangelizar...Y le donó la paz. El Señor es Paz”. Monseñor múnera conectó este mensaje con el Salmo 84, subrayando que la obra de Dios es donde “la misericordia y la fidelidad se encuentran, la justicia y la paz se besan”, e invitó a todos a “comprometerse con ella”.La digitalización: un tema ineludibleEl congreso, que reúne a 25 jurisdicciones del país, también aborda desafíos contemporáneos. La evangelización digital se perfila como un ámbito prioritario, aunque el diagnóstico presentado por el padre Oquendo muestra una presencia aún incipiente y desigual a nivel de las jurisdicciones eclesiásticas. De allí que otra de las charlas destacadas del Congreso será la de monseñor Lucio Adrián Ruiz, secretario del Dicasterio para la Comunicación. En el último día, llamará la atención sobre la necesidad imperiosa de adaptar los lenguajes y los métodos para llegar a niños y jóvenes en sus propios códigos, enfatizando que comunicación de la fe no puede quedar rezagada frente a las nuevas formas de interacción y expresión que marcan la realidad actual.Un compromiso renovadoAl finalizar estos días de intenso trabajo, los más de 2700 “peregrinos de la esperanza” regresarán a sus comunidades no solo con diagnósticos y estrategias, sino con un llamado espiritual a superar el desaliento. Con la convicción de que la fuerza para la misión no nace de su capacidad, sino de la promesa de Cristo —“Yo estaré contigo”—, su objetivo es claro: impulsar una catequesis que sea verdadero motor de discípulos misioneros, listos para sembrar el Evangelio con una fe renovada en la Colombia actual.Para seguir cada una de las ponencias, momentos y datos claves del congreso que están siendo transmitidos en tiempo real, hagla clic aquí.Vea a continuación el informativo del congreso:

Mar 19 Ago 2025

Monseñor Nel Beltrán: ¡Audaz y temerario!

Por Pbro. Rafael Castillo - La ciudad de Sincelejo, la provincia eclesiástica de Cartagena, la Región Caribe y Colombia, dan gracias por la vida y el testimonio de monseñor Nel Beltrán Santamaría, recientemente fallecido en la ciudad de Bucaramanga y llevado a Sincelejo donde descansa en la Catedral San Francisco de Asís.Cuando monseñor Nel llegó a Sincelejo, corría el año 1992 y casi toda la acción pastoral de la Iglesia estaba centrada en la celebración del V centenario de la Evangelización. Las Iglesias del Caribe, dábamos gracias a Dios por el don de la fe recibida; nos deteníamos con mirada pastoral sobre el mundo que debíamos evangelizar y emprendíamos, escuchando a San Juan Pablo II, el llamado a un nuevo impulso evangelizador, que fuera novedoso en sus métodos, en sus expresiones y en su ardor.De monseñor Nel solo sabíamos que era santandereano; que había sido director nacional de la Pastoral Social y que era un hombre de Iglesia que generaba confianza, tanto para el Gobierno como para la coordinadora guerrillera Simón Bolívar, en la mesa de diálogos de Tlaxcala. Entrar a Sincelejo con un sombrero vueltiao significó un buen comienzo. ¿De su servicio pastoral en Sincelejo y la Región Caribe, qué podemos reconocer y debemos preservar con memoria agradecida?Su solicitud por su diócesis de Sincelejo, por la provincia eclesiástica de Cartagena y por la Región Caribe. Era un obispo con tino y con tacto, pero sobre todo con olfato pastoral. Un signo de ello fue el acompañamiento que daba a las distintas áreas de la pastoral; el dinamismo que le imprimía a las asambleas provinciales de pastoral; su voz profética y sus pronunciamientos frente al sufrimiento y el dolor de las comunidades y víctimas de la confrontación armada, su paciencia, que fue perseverancia, a la hora de acompañar esos diálogos, no fáciles, que propiciaran mejores tiempos de convivencia y de paz. Igualmente, su acierto para crear instancias y mecanismos que respondieran a los grandes desafíos de la provincia y la región. Todo ello gracias a su capacidad para articular la institucionalidad y la academia; el sector privado y la sociedad civil, la Iglesia y la cooperación internacional en función del Bien Común y la Vida Digna.Pero monseñor Nel no solo fue un hombre de provincia eclesiástica y de Región Caribe. También fue un hombre de Nación en su servicio a la reconciliación. Siempre abordó la reconciliación desde una perspectiva centrada en el perdón, la justicia social y la transformación de las personas. Siempre supo poner el énfasis en el reconocimiento del daño causado, tanto a nivel individual como colectivo, sin dejar de invitar a trabajar en la sanación de las heridas a través de la misericordia y la aceptación de unos y de otros. Como pastor no tuvo miedo a correr riesgos, a ser incomprendido y difamado. Fue audaz para iniciar y temerario al avanzar.La pesada cruz que le tocó cargar no logró paralizarlo. Su pastoreo fue un pastoreo consciente de que había que correr riesgos y de que había que actuar con audacia si se quería una renovación creativa y unos cambios que generaran nuevos relacionamientos. Como hombre del concilio vaticano II, nunca tuvo miedo a la novedad. Precisamente porque el Concilio Vaticano II afirmó, de manera rotunda, que en la Iglesia tenía que haber una constante reforma, porque, como institución humana, la necesita permanentemente.Por eso fueron muy bien acogidas sus palabras aquel 18 de octubre de 2012 cuando la provincia eclesiástica de Cartagena celebró los 50 años del Concilio: “Un legado del Vaticano II ha sido el valor del dialogo en una sociedad polarizada, pluralista y con miedo, así como la debida valoración de las riquezas culturales para humanizar el mundo. El seguimiento a Cristo en nuestra Provincia Eclesiástica lo haremos no solo con los que son hermanos y compañeros de camino, sino con todos, valorando y recuperando nuestras identidades y tradiciones e incorporando nuestros lenguajes en la liturgia. Este será el camino para garantizar la vigencia de una fe que, en el mandato misionero del Señor, está pensada para llegar ‘hasta los confines de la tierra’” (Hechos 1,8).La complejidad de su diócesis, como la exigencia de los encargos pastorales y su interés por la evangelización de las relaciones sociales y políticas, lo llevaron a asumir las tensiones y conflictos que son propios de la fidelidad al evangelio. En su sala de juntas cabía todo el mapa de actores de la diócesis; de Montes de María; actores desmovilizados; la institucionalidad publica y esa permanente mesa humanitaria con todas las agencias de cooperación presentes en el territorio y que tanto bien hizo. Esa mesa humanitaria, en casa del obispo, hoy, bien podría llamarse el buen signo de una muy buena praxis sinodal. También su tiempo y dedicación a la red montemariana como a las distintas organizaciones de la sociedad civil marcaron un hito de su actitud de escucha y acogida frente a aquellas voces que gritaban y tocaban las puertas del obispo.Estos espacios, transformadores de relaciones y que hicieron de la confianza un valor social, fueron los que le permitieron a monseñor Nel, en su trabajo por la paz y en su facilitación de muchos diálogos, no callar porque era necesario hablar; no cohibirse, porque era necesario intervenir sin perder la prudencia; no rehuir a los debates sobre cuestiones complicadas, para evitar planteamientos que pudieran inquietar; y a no preferir, ni la adhesión rutinaria, ni las complacencias, para no tener problemas ni disgustos.Fue un pastor que supo anteponer la misericordia por encima de todo, consciente de que la Iglesia no ha recibido el ministerio del juicio y la condena, sino el ministerio de la reconciliación. Por eso en su casa y en la curia de Sincelejo cabían todos. Por eso no faltó quien también dijera de monseñor Nel, al ver que excombatientes de uno y otro bando lo buscaban, que el obispo de Sincelejo andaba en malas compañías, cuando solo buscaba restaurar vidas y relaciones.Retomo las palabras que me dijo Manuel Medrano, hombre de radio y cultura, veterano periodista sucreño: “de monseñor Nel también hay que decir que era un hombre profundamente espiritual. Quienes pudimos encontrarnos con Dios, allí en Corozal, en el seminario, bajo el liderazgo y orientación de nuestro obispo, sabemos que es lo mejor que nos ha pasado en la vida”.Pbro. Rafael Castillo Torres Sacerdote Arquidiócesis de Cartagena - Rector de la Catedral Basílica Menor Santa Catalina de Alejandría.

Vie 15 Ago 2025

Esperanza, sinodalidad y memoria en la vida cristiana: reflexiones de la primera edición de 'Actualidad Teológica' de la Conferencia Episcopal de Colombia

Aunque desde febrero de este año 2025, la Comisión y el Departamento de Doctrina de la Conferencia Episcopal de Colombia estaban ofreciendo algunos textos de reflexión sobre diversos temas asociados a la vida de la Iglesia y del país, a partir de este mes de agosto, ponen a disposición de todos los fieles del país una publicación especial denominada "Actualidad Teológica".A través de esta revista digital, se estarán planteando diversos tópicos con profundidad teológica y doctrinal, que puedan servir de guía para los fieles. Para ello, contarán con la colaboración de académicos, teólogos y miembros de la vida de la Iglesia, de diferentes territorios e instituciones del país, animando así la construcción colectiva de pensamiento en la Iglesia colombiana.Esta primera edición propone una reflexión profunda sobre la esperanza, la sinodalidad y la memoria en la vida cristiana. Lo hace a través de tres artículos:1. El Obispo como profeta, testigo y servidor de la esperanza, escrito por el padre Guillermo Leon Zuleta Salas, sacerdote de la arquidiócesis de Medellín, doctor en Teología y profesor de la Universidad Pontificia Bolivariana.Explora el papel del obispo en la sociedad actual. Basado en las reflexiones de la CXIX Asamblea Ordinaria del Episcopado Colombiano, el texto destaca cómo los obispos están llamados a ser guías espirituales que inspiren esperanza en medio de desafíos como la secularización y la injusticia social. Citando a san Juan Pablo II, se subraya que el obispo debe ser "profeta, testigo y servidor de la esperanza" en un mundo que margina la trascendencia.2. Mística, Espiritualidad y Sinodalidad, escrito por el teólogo Luis Fernando González Gaviria, profesor de la Fundación Universidad Católica del Norte, de la Diócesis de Santa Rosa de Osos y de la Universidad San Buenaventura de Medellín.Analiza la relación entre la vida interior y la comunidad. El autor propone que la sinodalidad no es solo una estructura eclesial, sino una "disposición espiritual" que debe impregnar la vida cotidiana de los creyentes. Resalta la importancia del diálogo, la escucha y la reconciliación como pilares de una Iglesia que camina junta.3. Una Teología de la memoria al servicio del Jubileo de la Esperanza, escrito por fray Jorge Ferdinando Rodríguez Ruiz, O.P., doctor en teología y en educación.Aborda cómo la memoria puede ser un instrumento de sanación y esperanza. Invita a reflexionar sobre preguntas como: ¿Dónde está Dios en el sufrimiento humano? Y propone que la memoria, lejos de ser un lastre, es una fuerza que impulsa hacia el futuro, especialmente en contextos de violencia y desigualdad.Esta primera edición de 'Actualidad Teológica' no solo ofrece un análisis teológico, sino también herramientas prácticas para la vida pastoral. Por ejemplo, sugiere acciones concretas como la recuperación de la memoria histórica en las parroquias y la escucha intergeneracional. Además, resuena con los llamados del Papa Francisco a una Iglesia sinodal y comprometida con los más vulnerables. Descárguela haciendo clic en el botón: