Pasar al contenido principal

Iglesia

Lun 8 Mar 2021

A un gran amigo y misionero, nuestra eterna gratitud

La pandemia no fue impedimento para que el padre Constantino Gutiérrez (q.e.p.d) continuara cumpliendo con la misión encomendada por Dios en la tierra: servir y acompañar a los más necesitados, de manera particular a los indígenas y comunidades afro. De esto dan fe muchas personas que tuvieron la oportunidad y el privilegio de compartir con él como amigo, compañero de trabajo o con algún vínculo por su trabajo pastoral. A un mes de su partida, compartimos apartes de algunos mensajes que expresan la tristeza propia de la muerte y, a la vez, la certeza de saber que el padre Constantino ya se encuentra descansando en el Reino de los Cielos. Monseñor Medardo Henao, vicario apostólico de Mitú y presidente de la Comisión Episcopal de Etnias “La luz del Señor, que en la Pascua ha triunfado por encima de la muerte, ha brillado para el padre Constantino. Durante 36 años de ministerio dedicó sus esfuerzos en forma incondicional al servicio de las comunidades que tuvieron la bendición de compartir con él y de evidenciar el profundo amor que sintió hacia el pueblo indígena, afro, mestizo, en cuyo corazón encontró a Jesucristo y al cual se enfocó, especialmente, por medio de la búsqueda de su formación y promoción a través del Instituto Misionero de Antropología (IMA) y en el Departamento de Etnias de la Conferencia Episcopal, catequizando por medio de ellos el evangelio a estas tierras misioneras de nuestra nación”. Monseñor Joselito Carreño, vicario apostólico de Puerto Inírida “Querido hermano Constantino, ve con todos los frutos que cosechaste en esa gran labor misionera que realizaste, en especial en pro de los pueblos indígenas del Vaupés y del Guainía. Descansa por siempre en la casa del Padre Dios tú que fuiste un infatigable operario del Señor Jesucristo aquí en la tierra”. Mons. Carlos Correa, vicario apostólico de Guapi “Nuevamente somos testigos de cómo la enfermedad y este virus nos ha ido quitando personas muy cercanas. La Iglesia colombiana ha ofrecido la vida de muchos sacerdotes, religiosas y un obispo, hoy damos gracias porque hablamos de un sacerdote que ya no nos acompaña, con una fe muy sencilla; un hombre silencioso, pero con una gran capacidad de escucha; no le asustaba nada, porque su personalidad y su fe se conjugaba en una absoluta confianza en Dios. El hombre del equilibrio y la armonía… A él le debemos agradecer su interés por la formación académica, intelectual, cultural de muchos jóvenes de nuestros territorios olvidados de Colombia”. Padre Ramiro López, director del Departamento de Animación Misionera de la CEC “Se distinguió por su generosidad en el trabajo con la misión, realizó un trabajo abnegado, silencioso, siempre buscando la defensa de los indígenas y afrodescendientes, sirvió con alegría al anuncio del Evangelio”. Luz Marina Peña, coordinadora del Departamento de Etnias de la CEC “Su sabiduría, prudencia, silencio, sencillez, pasión por la misión, servicio, amor desinteresado por los menos favorecidos, marcaron mi vocación misionera. Sus enseñanzas perdurarán por siempre en mi vida y bregaré a continuar su obra misionera que amaba desde sus entrañas”. Casa Provincial Misioneros Javerianos de Yarumal “El padre Constantino se caracterizó por ser un misionero a carta cabal, que amó profundamente las comunidades indígenas y afrodescendientes a quienes servía generosamente en los dos trabajos que realizaba con pasión y dedicación”. Ilda Rosa Sánchez Quintana, docente en Inírida “Siempre se destacó por la promoción de los pueblos indígenas y afros de la mano de los pueblos campesinos. Podía ver a Dios en el que sufría y esto le permitió ser un sacerdote muy cercano a su gente a quien se entregaba con amor”. Doctor Carlos Martínez, director de la Maestría de Paz, Desarrollo y Ciudadanía en Uniminuto “El padre Constantino fue un hombre entregado a los demás, convencido de que la paz de este país pasa por integrar y dar oportunidad a las personas que están protegiendo la vida en los territorios, por eso nos contactó para desarrollar la maestría de paz, desarrollo y ciudadanía, durante dos años aprendimos de él, de la gente con que él trabajaba y aún seguimos aprendiendo. Esperamos que desde donde esté, nos ayude a seguir vinculando a más personas a conocer sus historias, a fortalecer sus esperanzas”. Padre Harold Castilla, rector general de Uniminuto “Recuerdo mucho su permanente venida a la universidad, buscando mucho que sus comunidades y líderes indígenas pudieran estudiar. Tuve la oportunidad de apoyarlo en este sueño y estoy seguro que cada uno de esos hombres y mujeres están desarrollando su proyecto curricular a través de lo que estudian en la Universidad Minuto de Dios, ellos estarán hoy también muy agradecidos con el padre Constantino”. Familia Giraldo Villegas “El padre Constantino fue un hombre del hacer, del servir, siempre con la otra persona a flor de piel; un ser del que aprendimos cómo se evangeliza con profundo respeto por el otro, aprendiendo y creciendo con el otro. Un hombre sabio”.

Lun 8 Mar 2021

Las mujeres desde Fratelli Tutti

Por: Mons. Fernando Chica Arellano - Aprovechando la ocasión que nos brinda el Día Internacional de la Mujer, vamos a acercarnos en estas páginas a algunas reflexiones que, al respecto, realiza la encíclica Fratelli Tutti. Se inscribe así en la consistente aportación de la Iglesia, que siempre ha afirmado, en su doctrina, la dignidad inviolable de la mujer y siempre ha apostado, en su práctica, por la promoción de las mujeres. Efectivamente, el Papa Francisco recuerda que “así como es inaceptable que alguien tenga menos derechos por ser mujer, es igualmente inaceptable que el lugar de nacimiento o de residencia ya de por sí determine menores posibilidades de vida digna y de desarrollo” (FT 121). Por eso, “si toda persona tiene una dignidad inalienable, si todo ser humano es mi hermano o mi hermana, y si en realidad el mundo es de todos, no importa si alguien ha nacido aquí o si vive fuera de los límites del propio país” (FT 125). El análisis de la realidad nos muestra que “la organización de las sociedades en todo el mundo todavía está lejos de reflejar con claridad que las mujeres tienen exactamente la misma dignidad e idénticos derechos que los varones. Se afirma algo con las palabras, pero las decisiones y la realidad gritan otro mensaje. Es un hecho que doblemente pobres son las mujeres que sufren situaciones de exclusión, maltrato y violencia, porque frecuentemente se encuentran con menores posibilidades de defender sus derechos” (FT 23). En ese sentido, destaca de manera particular la situación de las mujeres rurales, que tantísimo sufrimiento acumulan en sus quehaceres, y que, al mismo tiempo, tantísima energía, esfuerzo, creatividad y audacia encarnan en sus vidas. Logran, de esta manera, abatir el pesimismo, hacer germinar por doquier la fraternidad y abrir horizontes de novedad en nuestros pueblos. Sobre sus hombros de jóvenes, madres, esposas, viudas o abuelas, alentadas por el entusiasmo o revestidas de sabiduría y experiencia, consiguen derrotar el egoísmo, no arredrarse ante las contrariedades y sostener a quienes vacilan, beneficiando de ese modo a sus comunidades, sacando adelante a sus familias e infundiendo en las nuevas generaciones la esperanza en un futuro mejor. Junto a ellas camina y a ellas sirve la Iglesia, la mayoría de las veces de una manera tan silenciosa como eficiente. Como señala la encíclica, “la afirmación de que todos los seres humanos somos hermanos y hermanas, si no es solo una abstracción, sino que toma carne y se vuelve concreta, nos plantea una serie de retos que nos descolocan, nos obligan a asumir nuevas perspectivas y a desarrollar nuevas reacciones” (FT 128). Porque, lamentablemente, “mientras muchas veces nos enfrascamos en discusiones semánticas o ideológicas, permitimos que todavía hoy haya hermanas y hermanos que mueran de hambre o de sed, sin un techo o sin acceso al cuidado de su salud” (FT 189). Para evitar la abstracción necesitamos acercarnos a las personas concretas, con sus historias y sus sufrimientos. “Preguntemos a las víctimas. Prestemos atención […] a las mujeres que perdieron sus hijos, a los niños mutilados o privados de su infancia. Prestemos atención a la verdad de esas víctimas de la violencia, miremos la realidad desde sus ojos y escuchemos sus relatos con el corazón abierto” (FT 261). Esta actitud nos abrirá a la verdad, de la mano de la justicia y la misericordia. “Verdad es contar a las familias desgarradas por el dolor lo que ha ocurrido con sus parientes desaparecidos. Verdad es confesar qué pasó con los menores de edad reclutados por los actores violentos. Verdad es reconocer el dolor de las mujeres víctimas de violencia y de abusos” (FT 227). En esa verdad encontramos no solo sufrimiento y desgarro, sino también espíritu de superación y un creativo anhelo por la vida, que en numerosas ocasiones y de mil formas diversas logran plasmar tantas mujeres en el mundo, y muy especialmente las que se encuentran en contextos de pobreza y marginación. Muchas de ellas simbolizan la actitud y las acciones del Buen Samaritano; en medio del dolor y de la herida “la parábola nos muestra con qué iniciativas se puede rehacer una comunidad a partir de hombres y mujeres que hacen propia la fragilidad de los demás, que no dejan que se erija una sociedad de exclusión, sino que se hacen prójimos y levantan y rehabilitan al caído, para que el bien sea común” (FT 128). Así pues, “cuidemos la fragilidad de cada hombre, de cada mujer, de cada niño y de cada anciano, con esa actitud solidaria y atenta, la actitud de proximidad del buen samaritano” (FT 79). Por ello los cristianos necesitamos volver una y otra vez a “la música del Evangelio” y permitir que suene “en nuestras casas, en nuestras plazas, en los trabajos, en la política y en la economía”. De lo contrario, “habremos apagado la melodía que nos desafiaba a luchar por la dignidad de todo hombre y mujer” (FT 277). Esta música del Evangelio renueva “la convicción de que cada mujer, cada hombre y cada generación encierran en sí mismos una promesa que puede liberar nuevas energías relacionales, intelectuales, culturales y espirituales” (FT 196). Al comienzo de su encíclica, el Papa recuerda que la expresión “Fratelli Tutti” fue empleada por San Francisco de Asís “para dirigirse a todos los hermanos y las hermanas, y proponerles una forma de vida con sabor a Evangelio” (FT 1). Con esa música y ese sabor a Evangelio la verdadera caridad cristiana se expresa “en el encuentro persona a persona” y, a la vez, “es capaz de llegar a una hermana o a un hermano lejano e incluso ignorado, a través de los diversos recursos que las instituciones de una sociedad organizada, libre y creativa son capaces de generar” (FT 165). “Reconocer a cada ser humano como un hermano o una hermana y buscar una amistad social que integre a todos no son meras utopías. Exigen la decisión y la capacidad para encontrar los caminos eficaces que las hagan realmente posibles. Cualquier empeño en esta línea se convierte en un ejercicio supremo de la caridad” (FT 180). También en esto son modélicas muchas mujeres empobrecidas, que saben combinar la ternura y la política, la cercanía y la firmeza, con una imaginación y tenacidad admirables. “Es el amor que se hace cercano y concreto. Es un movimiento que procede del corazón y llega a los ojos, a los oídos, a las manos. […] La ternura es el camino que han recorrido los hombres y las mujeres más valientes y fuertes” (FT 194). Que el Señor nos conceda avanzar en esta dirección. Y que la Virgen María, Mujer fuerte y Consuelo de los afligidos, interceda por nosotros. Fernando Chica Arellano Observador Permanente de la Santa Sede ante la FAO, El FIDA y el PMA

Lun 8 Mar 2021

El Presidente del CELAM reconoce la labor de las mujeres

Este 8 de marzo, en el marco del Día Internacional de la Mujer, el presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), monseñor Miguel Cabrejos Vidarte, ha expresado su reconocimiento y gratitud “a todas las mujeres de nuestros pueblos latinoamericanos y caribeños, especialmente por su singular don de ser fuente de vida y su coraje para defenderla”. No es solo un día, es toda una existencia “En la Iglesia consideramos que este homenaje no es solo de un día, sino de toda una existencia”, ha dicho Cabrejos Vidarte, sin ahorrar elogios para agradecer a Dios por cada una de las mujeres del continente, “por ser mujeres que tejen una Iglesia sinodal y en salida misionera en los más variados escenarios donde ‘primerean’ llevando la buena nueva del Evangelio”. Ya desde la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y Caribeño, en Aparecida, los obispos del continente han manifestado que “urge que todas las mujeres puedan participar plenamente en la vida eclesial, familiar, cultural, social y económica, creando espacios y estructuras que favorezcan una mayor inclusión”, como recuerda el Presidente del CELAM en su mensaje. El liderazgo de la mujer en la Iglesia En este sentido, siguiendo el ejemplo del Papa Francisco, que en múltiples oportunidades ha subrayado el papel fundamental de la mujer en la Iglesia, el CELAM, en su actual proceso de renovación y reestructuración, está dando “pasos decisivos para reconocer y promover el liderazgo de la mujer en la Iglesia”. Así lo expresan las instancias de participación del camino sinodal de la reforma del CELAM, lo mismo que el logo de la próxima Asamblea General en el cual, como asevera Mons. Cabrejos, “sobresale la presencia de la mujer en nuestro propósito de continuar tejiendo sueños, renovando compromisos”. El agradecimiento de los obispos “Queridas hermanas, los obispos de este continente les agradecemos su entrega y compromiso con las comunidades. Ustedes también son el rostro materno de Dios en la Iglesia, que es Madre y Maestra”, destaca el Presidente del CELAM, al final de su mensaje, alentándolas a continuar caminando bajo la inspiración de Santa María, “mujer llena de sabiduría” y “Estrella de la evangelización”. “Imploramos la bendición de Dios sobre sus vidas y la intercesión de Santa María de Guadalupe, patrona de nuestro continente, para que sigan siendo fieles a su vocación de tejer sinodalidad, en salida misionera”, concluye Mons. Cabrejos, con una cálida felicitación en el Día de la Mujer. Fuente: Departamento de Comunicaciones del CELAM [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar comunicado[/icon]

Vie 5 Mar 2021

Conviértete y cree en el Evangelio

Por: Monseñor José Libardo Garcés Monsalve - Durante el tiempo de gracia ini­ciado el Miércoles de Ceniza, que conocemos como la Cua­resma, es muy oportuno, sobre todo para reafirmar la fe en Nuestro Señor Jesucristo, fortalecer la gracia de Dios y reafirmar nuestra vocación cristiana a la santidad. Con los medios espiritua­les y las prácticas cuaresmales, apo­yados por la Palabra de Dios, la Euca­ristía, la oración y la caridad, podemos profundizar en la respuesta al llamado que Dios nos hace a ser santos como Él, tal como lo meditamos en la Pala­bra de Dios: “Ustedes sean perfectos, como su Padre celestial es perfecto” (Mt 5, 48; Cfr. 1Pe 1, 16), el primer paso es volver a Dios mediante una auténtica y sincera conversión. Al recibir la Ceniza hemos escuchado las palabras: “Conviértete y cree en el Evangelio” (Mc 1, 15), somos invita­dos a reorientar la vida hacia Dios y renovar la fe en la Buena Noticia del Reino de Dios. Se nos recuerda la ne­cesidad de conversión y penitencia que en el Tiempo de Cuaresma tenemos que reforzar para purificar nuestra con­ciencia del mal y el pecado, así puri­ficados, podamos recibir la gracia de Dios, que nos sostiene y alienta en el combate espiritual de cada día. La conversión es ir hacia adelante en el seguimiento de Jesús, sabiendo que, en un primer momento, estamos llamados a dejar un pecado, un vicio dominan­te que va arruinando nuestra vida, pero en un nivel superior es transfor­mar la vida en Cristo, para decir con san Pablo: “Ya no vivo yo, sino que es Cristo quien vive en mí” (Gál 2, 20). De tal manera, que todo nuestro actuar, sentir y vivir es en Cristo, como lo ex­presaba San Pablo en su experiencia espiritual: “Para mí la vida es Cristo” (Fil 1, 21). El momento actual está marcado por la CO­VID-19, pandemia que ha golpeado a toda la hu­manidad y ha dejado por tierra muchos proyectos políticos, económicos, sociales y también per­sonales. Sin embargo, en Jesucristo Nuestro Señor, tenemos la espe­ranza puesta y estamos seguros que es esperanza que no defrauda porque: “sabemos, además, que todo contribuye al bien de los que aman a Dios, de los que Él ha llamado según sus planes” (Rom 8, 28). Este momento también es un tiempo de purificación. Así como después del diluvio universal, Dios comenzó algo nuevo con la humanidad, así comenza­rá en este presente histórico, algo reno­vado, cuando decidamos renovar nues­tro corazón con la gracia de Dios, que se ofrece gratuitamente en este tiempo de salvación y de gracia que estamos viviendo con la Cuaresma, en camino de auténtica y sincera conversión. Conversión y fe en el Evangelio de Jesucristo, significa arrodillarnos frente al Santísimo Sacramento y con humildad pedir perdón a Dios por nuestros pecados y Él, con su amor misericordioso desde la Cruz nos per­dona, para que volvamos a Dios. Pero también, es tiempo para perdonar a nuestros hermanos por las ofensas que nos han hecho, “perdónanos nuestras ofensas, como también nosotros per­donamos a los que nos ofenden”, re­petimos con frecuencia en la oración del Padre Nuestro, sabiendo que el perdón es un beneficio para quien lo recibe, pero es sobre todo una gracia para quien lo ofrece. El perdón nos pu­rifica de odios, resentimientos, renco­res y venganzas, que son veneno para nuestra alma, siendo el perdón, la me­jor medicina, gracia de Dios y paz para nosotros. De esta manera, podemos aspirar a vivir en este tiempo de reflexión y de gracia en familias perdo­nadas, reconciliadas y en paz, porque la gracia de Dios llega a cada cora­zón que se deja renovar por el regalo del perdón. Ofreciéndolo también al prójimo, empezando por el núcleo familiar, como una oportu­nidad para volver a Dios en esta hora de incertidumbre y de cruz por la que pasamos todos, pero que nos ayudará a sanar y purificar nuestro corazón y vivir renovados por la fuerza que viene de lo alto. Conviértete y cree en el Evangelio, es también hacer presente la caridad de Cristo en los hermanos, que es un mandamiento para todos nosotros, sa­biendo que la puerta de entrada al cielo es la caridad, tuve hambre y me dieron de comer, tuve sed y me dieron de be­ber, estuve necesitado y me auxiliaron, vengan benditos de mi padre a poseer el Reino eterno, la gloria del cielo, (Cfr. Mt 25, 31 - 46). Como cristianos, como Iglesia Católica actuamos en el nombre del Señor y lo hacemos con la misma fuerza de su amor para con nosotros, que hace que todos nos sintamos her­manos, hijos de un mismo Padre. En la Diócesis de Cúcuta, este año queremos hacer presente la caridad de Cristo para con los más pobres, mediante la Campaña de Comu­nicación Cristiana de Bienes, que promueve darle de comer a más de cinco mil familias, como lo hizo Jesús cuando sintió compasión de la multi­tud. Los cristianos católicos de Cúcuta queremos a través de la Diócesis y del Banco de Alimentos, dar de comer a familias necesitadas. Por eso, la meta son cinco mil mercados para compar­tir con los más pobres de un sector de la ciudad. Ponemos en las manos de Dios esta misión y animo a todos los fieles de las parroquias a compartir desde lo poco o mucho que tengan, con otros más pobres, haciendo reali­dad en la vida personal y familiar esas palabras del tiempo cuaresmal: Con­viértete y cree en el Evangelio. Que esta Cuaresma que hemos iniciado sea un tiempo de gracia para reafir­mar nuestra respuesta de fe, espe­ranza y caridad a la llamada que Dios nos hace a la conversión y a la santi­dad, escuchando y leyendo el mensaje del Señor, meditándolo y creyendo en su Palabra y con ello convertir nuestra vida, siguiendo las palabras del Evan­gelio y comunicando esa buena noticia a los hermanos, transmitiendo su men­saje con nuestras palabras y obras de caridad. En este proceso contamos con la pro­tección maternal de la Santísima Vir­gen María y del Glorioso Patriarca San José, nuestro patrono, quienes escucharon la Palabra de Dios y entre­garon su vida para hacer su voluntad. Con María y San José queremos reno­var nuestro deseo de conversión para transformar nuestra vida en Cristo. Para todos, mi oración y bendición. + José Libardo Garcés Monsalve Administrador Apostólico de la diócesis de Cúcuta

Vie 5 Mar 2021

“Narrando paz, tejiendo esperanza desde el departamento de Sucre”

Este es el nombre de la campaña bajo la cual, este jueves 4 de marzo, la Comisión de Conciliación Nacional (CCN), acompañó a la diócesis de Sincelejo en el desarrollo del segundo módulo del taller regional de comunicaciones para la reconciliación y la paz. Durante la jornada, que contó con la presencia de monseñor José Clavijo Méndez, obispo de esta jurisdicción eclesiástica, se desarrollaron diferentes espacios prácticos de reflexión grupal, análisis sobre lenguajes y narrativas audiovisuales, que sirvieron para que los asistentes expresaran algunas propuestas de cómo comunicar la paz. Fruto de este ejercicio, los participantes elaboraron productos comunicativos en formato de video, donde hacían narraciones sobre reconciliación y construcción de paz en sus territorios. Al taller asistieron cerca de 20 periodistas, comunicadores, sacerdotes, religiosas y agentes de pastoral de la ciudad de Sincelejo y municipios aledaños, esta vez, en modalidad presencial y guardando los cuidado de bioseguridad. Fuente: Of. comunicaciones CCN

Vie 5 Mar 2021

La voz del Pastor | 07 de marzo de 2021

Reflexión de monseñor Luis José Rueda Aparicio, Arzobispo de Bogotá y primado de Colombia Lectura del Santo Evangelio según San Marcos 2,13-25 .

Vie 5 Mar 2021

«Destruyan este templo, y en tres días lo levantaré»

TERCER DOMINGO DE CUARESMA Marzo 7 de 2021 Primera Lectura: Éx 20,1-17 (forma larga) o Éx 20,1-3. 7-8.12-17 (forma breve) Salmo: 19(18),8. 9.10.11 (R. Jn 6,68c) Segunda Lectura: 1Co 1,22-25 Evangelio: Jn 2,13-25 I. Orientaciones para la Predicación Introducción Los textos bíblicos a nuestra consideración, en este domingo, nos invitan a considerar con fe para discernir con esperanza: • Los mandamientos de la ley de Dios, dados por Moisés, a los hijos de Israel, nos coloca en relación armoniosa con Dios y con los hermanos, por ello son una ley perfecta. • A Jesús no se le predica ni con signos ni con los razonamientos del mundo, sino con la sabiduría de la cruz. • Jesús, es celoso en cumplir la voluntad del Padre en Él, como única víctima, verdadera ofrenda y único templo. 1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? Al enunciar en el libro del Éxodo los diez mandamientos, hay tres que están en relación perfecta con Dios y los otro siete en relación con los semejantes; todo ello para enseñarnos a caminar en armonía con Dios y con los hermanos. Esos mandatos son perfectos y alegran el alma del creyente, le proporcionan descanso, le iluminan los ojos, y son de gran valor como el oro y la miel. El apóstol no predica a Jesús ni con signos para los judíos, ni con razonamientos filosóficos para los griegos; a Jesús lo anuncia con la sabiduría de la cruz, que es necedad y escandalo para unos, pero salvación para los creyentes. En la proximidad de la pascua judía, Jesús se proclama como verdadera víctima que no se compra y ofrenda al Padre insustituible, por ello desaloja del templo a los vendedores, también expulsa a bueyes y palomas, al igual que a cambistas de monedas. Enseñándonos, así, que Él es el nuevo y verdadero templo por la resurrección; de esta misma manera lo comprendieron sus discípulos cuando Él resucitó de entre los muertos. 2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? Hoy en la presencia de Dios entendemos que cada vez es más urgente valorar el decálogo, el cual iluminado por el mandamiento nuevo (Cfr. Jn 13, 34), nos hace posible vivir en la armonía y la paz cristiana que Jesús nos ha enseñado durante su ministerio público, comprendiendo así que estas leyes son palabras de vida eterna que hacen dulce y amable la existencia de todos los que creemos (Cfr. Sl 18, 11). La cruz continúa siendo hoy un signo de contrariedad y disgusto para el pensamiento racionalista. Es una locura que no se admite, por lo que se han creado leyes que piden quitar los crucifijos en los lugares públicos, pues a muchos hoy les “traumatiza” ver el Crucificado, y por ello hay campañas en su contra; pero para los que creemos en la Cruz, encontramos en ella sabiduría y fuerza de Dios que nos salva. Jesucristo crucificado es la verdadera víctima, ya no hay cordero ni bueyes ni palomas, Él es la verdadera ofrenda al Padre, Él es el verdadero templo que por la resurrección se convierte en el único punto de referencia válido para el encuentro de Dios con los hombres, y de los hombres con Dios. Nosotros también somos templos donde no se puede ya tener ninguna clase de negocio. Al respecto nos decía el Papa Francisco: “Es muy feo cuando la iglesia se “resbala” en este comportamiento y hace de la casa de Dios un mercado, estas palabras nos ayudan a rechazar el peligro de hacer de nuestra alma, que es la morada de Dios, un lugar de mercado, viviendo en la búsqueda continua del propio beneficio, en lugar de buscar un amor generoso y solidario. Esta enseñanza de Jesús es siempre actual, no solo para las comunidades eclesiales, sino también para los individuos, las comunidades civiles y toda la sociedad” (Ángelus, domingo III de cuaresma 2018). 3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? Jesús, ven ahora a nuestro corazón, haznos comprender la gracia de tu ley en esta cuaresma, ven a nuestras comunidades y danos la humildad, la comprensión y la capacidad de sacrificio de unos por otros. Junto contigo somos el templo del Padre Celestial, que debemos cuidar y nadie puede destruir, porque tu Padre es un Dios celoso que cuida de nosotros (Cfr. 1Cor 3, 17) por ello hemos de cuidar este templo, y no alejarnos del Padre, porque si él nos deja, de inmediato se nos acercará el engañador. Padre, tú nos has hecho tu templo y habitas en nosotros, no permitas que hagamos de este un lugar de negocio, permítenos realizar siempre tu voluntad por la gracia de nuestro bautismo (Cfr. Cesareo de Arles, discurso 229, 2: CCL 109, 905-907). II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Avanzamos en el camino cuaresmal y no estamos solos, Jesús es la cabeza de este templo al cual pertenecemos y nos acompaña al hacerse presente en la mesa de la Palabra y de la Eucaristía. Que en nuestros ayunos y penitencias vivamos el mandamiento del amor, y que esta celebración nos ilumine en el desierto espiritual de nuestra vida. Dispongámonos a participar con ánimo confiado. Monición a la Liturgia de la Palabra La Palabra de Dios sigue siendo hoy la que nos ilumina, la cruz la que nos fortalece en el verdadero templo de nuestra fe. Escuchemos con atención y recogimiento. Oración Universal o de los Fieles Presidente: Confiando en tu palabra que nos fortalece, en tu cruz que nos redime, ofrezcamos fervientemente a Dios nuestras súplicas y digámosle: R. Fortalece nuestra fe, Señor de la vida 1. Para que la iglesia, en su tarea evangelizadora, sea signo de Dios y no comercialice con la fe, roguemos al Señor. 2. Para que los gobernantes, en su tarea de legislar, defiendan los derechos humanos, busquen el bien común y acompañen a los más débiles, roguemos al Señor. 3. Para que los que sufren persecuciones a causa de la cruz, víctimas de las injusticias humanas, encuentren en la Iglesia un apoyo para sus tristezas y angustias, roguemos al Señor. 4. Para que en nuestro caminar en esta Cuaresma hacia la Pascua del Señor, descubramos en los mandamientos el sentido del amor, teniendo como eje central la cruz y siendo conscientes que somos templo del Espíritu, roguemos al señor. En silencio pueden hacerse otras intenciones personales Oración conclusiva Padre de amor, que nos entregaste en tu Hijo al verdadero templo y que desde Él elevamos nuestras súplicas, atiende nuestras oraciones que presentamos con fe. Por Jesucristo Nuestro Señor. R. Amén

Vie 5 Mar 2021

Papa al clero en Irak: "La religión debe servir a la causa de la paz y la unidad"

Este 5 de marzo, el Papa Francisco inició su viaje apostólico a Irak, el número 33° de su Pontificado, bajo el lema “Todos vosotros sois hermanos” (Mt 23,8). El Pontíficie celebró un encuentro con los obispos, sacerdotes, religiosos, seminaristas y catequistas del país, en la catedral siro-católica de Sayidat Al-Nejat (Nuestra Señora de la Salvación), ubicada en Bagdad y que ha sido objetivo de dos ataques terroristas, al dirigirse a este público les recordó que la religión debe servir para construir la paz y los animó a "ser servidores del pueblo y no administradores públicos", siempre con el pueblo de Dios, "nunca separados como si fueran una clase privilegiada". En su discurso, el Santo Padre agradeció al Patriarca Ignace Youssif Younan y al Cardenal Louis Sako por las palabras de bienvenida, a la vez que dedicó un pensamiento especial a los "hermanos y hermanas que aquí han pagado el precio extremo de su fidelidad al Señor y a su Iglesia". El Papa recuerda a las víctimas del ataque terrorista "Que el recuerdo de su sacrificio nos inspire para renovar nuestra confianza en la fuerza de la Cruz y de su mensaje salvífico de perdón, reconciliación y resurrección", dijo Francisco, subrayando que, en efecto, "el cristiano está llamado a testimoniar el amor de Cristo en todas partes y en cualquier momento". Teniendo en cuenta las dificultades que ha originado la actual pandemia, así como los "arduos desafíos pastorales" que afronta la Iglesia en Irak, el Pontífice alentó a los obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas, catequistas y responsables laicos, a seguir adelante sin perder la esperanza cristiana y sin detener "nuestro celo apostólico", que en estas tierras proviene de raíces muy antiguas. “Sabemos qué fácil es contagiarnos del virus del desaliento que a menudo parece difundirse a nuestro alrededor. Sin embargo, el Señor nos ha dado una vacuna eficaz contra este terrible virus, que es la esperanza que nace de la oración perseverante y de la fidelidad cotidiana a nuestro apostolado. Con esta vacuna podemos seguir adelante con energía siempre nueva, para compartir la alegría del Evangelio” Cristo se anuncia con el testimonio de vidas transformadas Asimismo, el Papa exhortó a los presentes a "no olvidar que Cristo se anuncia sobre todo con el testimonio de vidas transformadas por la alegría del Evangelio". Haciendo alusión a las dificultades que forman parte de la experiencia cotidiana del pueblo iraquí, como la guerra, las persecuciones, la fragilidad de las infraestructuras básicas y la lucha continua por la seguridad económica y personal; el Sucesor de Pedro agradeció de modo especial, a los hermanos obispos y sacerdotes, "por haber permanecido cercanos a su pueblo, sosteniéndolo, esforzándose por satisfacer las necesidades de la gente", contribuyendo al servicio del bien común: “El apostolado educativo y el caritativo de sus Iglesias particulares representan un valioso recurso para la vida tanto de la comunidad eclesial como de la sociedad en su conjunto. Los animo a perseverar en este compromiso, para garantizar que la Comunidad católica en Iraq, aunque sea pequeña como un grano de mostaza (cf. Mt 13,31-32), siga enriqueciendo el camino de todo el país” "Dejar de lado todo tipo de egocentrismo" Continuando con su alocución, Francisco hizo hincapié en que el amor de Cristo nos pide "dejar de lado todo tipo de egocentrismo y rivalidad", ya que "nos impulsa a la comunión universal". Para reforzar el valor de sus palabras, el Papa puso como ejemplo práctico, la imagen de una alfombra, un elemento muy familiar en esta región del mundo: “Las diferentes Iglesias presentes en Iraq, cada una con su ancestral patrimonio histórico, litúrgico y espiritual, son como muchos hilos particulares de colores que, trenzados juntos, componen una alfombra única y bellísima, que no sólo atestigua nuestra fraternidad, sino que remite también a su fuente. Porque Dios mismo es el artista que ha ideado esta alfombra, que la teje con paciencia y la remienda con cuidado, queriendo que estemos entre nosotros siempre bien unidos, como sus hijos e hijas” En este sentido, el Santo Padre señaló que pastores y fieles, sacerdotes, religiosos y catequistas comparten, "si bien de diversas maneras", la responsabilidad de llevar adelante la misión de la Iglesia. Desatar los nudos del tejido de la fraternidad En cuanto a las incomprensiones y las tensiones que a veces pueden surgir en la convivencia pastoral; el Papa afirmó que estos son los nudos que dificultan el tejido de la fraternidad: "Son nudos que llevamos dentro de nosotros; pero estos nudos pueden ser desatados por la Gracia, por un amor más grande; se pueden soltar por el perdón y el diálogo fraterno, fortaleciéndose mutuamente en los momentos de prueba y dificultad". Por otra parte, el Obispo de Roma dirigió unas palabras especiales a sus "hermanos obispos": “Sean particularmente cercanos a sus sacerdotes. Que no los vean como administradores o directores, sino como padres, preocupados por el bien de sus hijos, dispuestos a ofrecerles apoyo y ánimo con el corazón abierto. Acompáñenlos con su oración, con su tiempo, con su paciencia, valorando su trabajo e impulsando su crecimiento. De este modo serán para sus sacerdotes signo visible de Jesús, el Buen Pastor que conoce sus ovejas y da la vida por ellas (cf. Jn 10,14-15)” El Papa, también animó a los sacerdotes, religiosos y religiosas, catequistas y seminaristas que se preparan a su futuro ministerio, a renovar siempre el «Aquí estoy» con el que cada uno ha respondido a la llamada de Dios, como lo hizo en su momento el joven Samuel (1 S 3,4). “No se alejen del santo pueblo de Dios, en el que nacieron. No se olviden de sus madres y de sus abuelas, que los han «amamantado» en la fe, como diría san Pablo (cf. 2 Tm 1,5). Sean pastores, servidores del pueblo y no administradores públicos. Siempre con el pueblo de Dios, nunca separados como si fueran una clase privilegiada” Guerra y religión no son compatibles Conmemorando nuevamente a los hermanos y hermanas que murieron en el atentado terrorista en esta Catedral hace diez años y cuya beatificación está en proceso, Francisco señaló que su muerte "nos recuerda con fuerza que la incitación a la guerra, las actitudes de odio, la violencia y el derramamiento de sangre son incompatibles con las enseñanzas religiosas". Igualmente, el Pontífice no quiso olvidar a todas las víctimas de la violencia y las persecuciones, pertenecientes a cualquier comunidad religiosa: "Mañana, en Ur, encontraré a los líderes de las tradiciones religiosas presentes en este país, para proclamar una vez más nuestra convicción de que la religión debe servir a la causa de la paz y de la unidad entre todos los hijos de Dios", aseveró. Jóvenes y ancianos: punta del diamante de Irak Antes de concluir, Francisco agradeció a todos por su compromiso de "ser constructores de paz", en el seno de sus comunidades y con los creyentes de otras tradiciones religiosas, "esparciendo semillas de reconciliación y de convivencia fraterna que pueden llevar a un renacer de la esperanza para todos". El Papa tampoco olvidó destacar el inmenso valor que aportan los jóvenes y los ancianos en toda sociedad: “Los jóvenes son vuestro tesoro y hay que cuidarlo, alimentando sus sueños, acompañándolos en el camino y reforzando su esperanza. Ellos- junto con los ancianos- son la punta del diamante del país, los mejores frutos del árbol. Depende de nosotros cultivarlos para el bien e infundirles esperanza”, concluyó. Fuente: Vatican News Fotos: Internet