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Iglesia

Sáb 26 Dic 2020

Navidad entre la incertidumbre y la esperanza

Por: Mons. Luis Fernando Rodríguez Velásquez - María y José, asombrados por el anuncio del Ángel de que serían padres del Hijo de Dios, del Salvador, obedecen el edicto de César Augusto y dirigieron sus pasos a Belén de Judá para realizar el censo. De seguro que fue un camino lleno de incertidumbres, de preguntas, de noches sin días, pues María estaba en embarazo… Al final, una noche se iluminaría con el resplandor de las estrellas, pero sobre todo, por el nacimiento de Jesús, que reposará en un pesebre. Todos estamos llamados a hacer el camino hacia el encuentro con el Salvador. Así lo hicieron María y José para acogerlo y presentarlo a la humanidad, representada en los pastores y los reyes magos, que también hicieron el camino con la incertidumbre de lo que habrían de encontrar. Todos estamos llamados a hacer en el mundo el camino de la esperanza. En el contexto de pandemia en el que nos toca vivir el nacimiento del Hijo de Dios, tratemos de aprovechar cada uno de estos momentos pasando de la incertidumbre a la esperanza. María y José, con temor, buscaban dónde alojarse en Belén, y encontraron el mejor lugar que podrían haber imaginado… “Y María le acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en el albergue” (Lc. 2, 7). Los pastores “fueron a toda prisa y encontraron a María y a José y al niño acostado en un pesebre … y se volvieron glorificando y alabando a Dios (Lc. 2, 16). Y los Reyes preguntaban ansiosos a Herodes “dónde está el rey de los judíos que ha nacido, pues hemos venido a adorarlo” (Mt. 2, 2). Para todos la noche oscura les condujo al encuentro de la Luz. ¿Acaso ese no ha de ser el camino que estamos llamados a experimentar en la noche de la pandemia del COVID 19, de las masacres, del desempleo creciente, del hambre, de los desplazamientos, de los asesinatos de líderes, de los desastres de la naturaleza? Nuestro llamado es simple: que todos los hombres y mujeres de buena voluntad acojan el mensaje de los ángeles en la noche de navidad: “Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres en quienes él se complace” (Lc. 2, 14). Es la paz que debemos seguir buscando y construyendo a través de la fraternidad y amistad universales; de la solidaridad, especialmente con los más necesitados; de la creatividad para superar de la mejor manera la coyuntura social que atravesamos; del regreso a Dios, de manera que con su ayuda podamos perseverar en el camino de la reconciliación, el desarrollo y el amor mutuos. No podemos negar que las incertidumbres, sobre todo entorno del COVID 19 y la esperada vacuna, marcan mucho de nuestro devenir. Los invito a dirigir la mirada a las demás realidades que nos circundan. No todo es COVID. No todo es noche ni desolación. Movidos por la esperanza, recuperemos todo lo que de bueno, de sano, de noble, de puro, hay en el corazón de cada uno. Eso, con la fe en quien todo lo puede, serán los ingredientes que requerimos para dar inicio al año 2021, el cual deberá ser vivido mejor, aprendiendo las enseñanzas que nos deja el 2020. Como Obispo auxiliar, que tuve la enorme responsabilidad de acompañarlos en este difícil año que termina, quiero decirles gracias. Gracias a los presbíteros, diáconos, religiosos, religiosas y laicos en general por su trabajo y testimonio de fe. Gracias a nuestros gobernantes. Gracias a todos los que en el sector de la salud dieron lo mejor de sí. Gracias a todos lo que hicieron gala de solidaridad y servicio sin límites. Gracias a todos los que en medio de la pandemia, acompañaron a la Iglesia y a sus sacerdotes con su oración y ayudas. Gracias por la manera tan resiliente como en la mayoría de los casos, supieron hacer frente a estos meses de confinamiento y restricciones. La noche lleva a la luz. No pierdan la esperanza. Hacemos oración por los que han padecido y padecen la enfermedad del COVID - 19. Elevamos al Padre de la misericordia nuestra plegaria de sufragio por las almas de los difuntos del COVID y demás causas. Oramos para que el Señor nos conceda la gracia de un nuevo año en el que la paz y la fraternidad sean su distintivo. A todos los bendigo con afecto y gratitud. ¡Feliz Navidad y próspero año 2021! +Luis Fernando Rodríguez Velásquez Obispo Auxiliar de Cali

Vie 25 Dic 2020

La voz del Pastor | 27 de diciembre de 2020

Reflexión de monseñor Luis José Rueda Aparicio, Arzobispo de Bogotá y primado de Colombia Lectura del Santo Evangelio según San Lucas 2,22-40

Jue 24 Dic 2020

¡Coraje para vivir! ¡Coraje para la paz!

Por: Mons. Darío de Jesús Monsalve Mejía - Son muy posibles los sentimientos negativos en este tiempo: soledad, oscuridad, miedo, impotencia, fatiga, desgano. La amenaza de la depresión puede asediar la salud de muchos y las realidades colectivas de todos. Tantas cosas siguen entre paréntesis, que el futuro inmediato podría parecer más una ruleta rusa que un camino cierto. Vivimos “entre corchetes”, con la incertidumbre a cuestas. Y no solo por la pandemia del COVID-19, sino por patinar y patinar en lo mismo: entre la voracidad de las pasiones exacerbadas y de las violencias desatadas. Una “historia” tan absurda y repetida como “el mito de Sísifo” (cfr. Google). ¿Qué sentido darle este año a la Navidad y al Año Nuevo? Una PRESENCIA acompaña nuestras vidas y nuestra historia. Es una lucecita encendida en el seno de la noche, con el brillo de las estrellas y la esperanza del sol. “Un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado”, clama el profeta (Is.9,5). Con él nace la esperanza de una humanidad diversa pero unida, que tendrá el coraje de vivir, el coraje de la paz. “Un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre” (Lucas 2,11). “Sobre esta pobreza del portal, se despliega el mundo del Espíritu. Mientras nosotros estamos complicados en dramas de consciencia, porque nos tienta seguir principios de fuerza, de poder y violencia, el Niño de Belén nos dice que el milagro de la paz de la Navidad es posible para quienes acogen sus dones”. Navidad no es sólo una fecha para conmemorar, sino el evento de una PRESENCIA siempre actual, capaz de contagiar de coraje para vivir y de fuerza para transformar en paz y perdón nuestros conflictos. Extiendo, con el Obispo Auxiliar y el Emérito, con todos los presbíteros y diáconos, LA BENDICIÓN DE NAVIDAD para cada persona y familia, grupo y comunidad, que acojan este mensaje: “Gloria a Dios en las alturas y en la tierra PAZ a las personas en quienes Él se complace” (Lc.2,14). + Darío de Jesús Monsalve Mejía Arzobispo de Cali

Mié 23 Dic 2020

Obispo de Santa Marta, positivo para Covid-19

A través de un comunicado de prensa la diócesis de Santa Marta ha informado que, tras haberse sometido a la prueba del Covid-19, el obispo Luis Adriano Piedrahita Sandoval ha resultado positivo. El mensaje señala que el obispo se encuentra hospitalizado en la clínica Avidanti, su estado de salud es estable y permanecerá allí para estar más atentos a su estado de salud. La misiva, suscrita por monseñor Dairo Navarro Escobar, vicario general, y el padre José Díaz Hernández, recomienda a aquellas personas que durante los últimos 14 días tuvieron algún contacto con el obispo, practicarse por seguridad la prueba pertinente. Finalmente, pidieron orar por monseñor Piedrahita y por todas aquellas personas que se encuentran en estos momentos pasando por esta difícil enfermedad, así como por sus familiares.

Mié 23 Dic 2020

Obispo de Zipaquirá: “El Señor vino, el Señor volverá, el Señor está con nosotros”

“El nacimiento del Niño es el hecho que recuerda que Dios mismo viene y permanece con nosotros. Nació de la Santísima Virgen esa noche de la Navidad en Belén”,así nos lo comenta monseñor Héctor Cubillos Peña, obispo de Zipaquirá, quien anima a celebrar esta fiesta con alegría y esperanza. “La oración fundamental de todos estos días del Adviento y la Navidad siempre será el Señor Jesús. Dios prometió a su pueblo que lo visitaría para salvarlo y lo realizó enviando a su Hijo Jesucristo. Nosotros estamos beneficiándonos de ese acontecimiento del nacimiento, muerte y resurrección del Señor”,afirmó. El prelado agregó que el nacimiento de Jesús debe ser el tiempo para un encuentro profundo con Dios. Un Jesús triunfante y glorioso que, a pesar de las tinieblas del pecado, el sufrimiento, las dificultades que se experimenten, siempre está ahí presente. “Estamos viviendo esta fiesta en un contexto de pandemia, de angustia, de limitación y de tantas dificultades; pero esto nos debe animar a todos a esa convicción de estar unidos y afianzarnos a él. El Señor vino, el Señor volverá, el Señor está con nosotros, él no nos ha abandonado, el Señor quiere nuestro bien”,asintió el obispo. Recordó que, ante esta realidad de la pandemia, que sigue causando tanto dolor en las familias, es una ocasión donde Dios, a través de su Hijo, se hace presente para infundirnos su luz, su fortaleza, su confianza y, así, mantenernos atentos y cuidándonos unos a otros para salir adelante. Finalizó deseando al pueblo colombiano unas felices Pascuas e insistió que Dios está siempre con nosotros.

Mié 23 Dic 2020

“Santa Navidad: Presencia de Dios en su vida y en su hogar”

Estos son los deseos de Navidad para el pueblo colombiano, expresados por el arzobispo de Bogotá y primado de Colombia, monseñor Luis José Rueda Aparicio, quien también invitó a vivir una santa Navidad llena de la presencia de la Virgen María y de San José. El prelado explicó tres momentos para que las personas celebren este momento de gracia: espiritual, eclesial y familiar. Espiritual. Afirmó que si bien este es un tiempo donde brilla el color y las luces, también ha de ser un momento para renovar y fortalecer la espiritualidad. “Es el encuentro del Salvador, el encuentro del Emanuel, del Dios con nosotros, eso produce un impacto positivo en usted y en mí”. “Cuando estamos diciendo que se debe renovar la espiritualidad, estamos diciendo que la Navidad trae un regalo para su vida, va a renovar su vida espiritual, usted será más fraterno, más cercano y más humano, porque Dios quiso tomar la condición humana”, manifestó. Eclesial. Explicó que la Navidad es una celebración profundamente eclesial. Es la palabra de Dios, son los sacramentos, es el año litúrgico que va llevando al ser humano a contemplar cada momento de la vida del Salvador. “La Navidad nos permite recibir con corazón abierto, con puertas del hogar abiertas, quitando toda tranca, todo miedo, abriendo el corazón para que el Salvador viva con nosotros”. Familiar. Animó para que en esta Navidad estén presentes como nuestra familia las personas más vulnerables, refiriéndose de manera particular a los enfermos, los ancianos, los privados de la libertad, los secuestrados y los que sufren la soledad. “La celebración de la Navidad nos pone una tarea misionera, de ser fraternos con el que sufre, con las actitudes en el mundo y en la sociedad. Ellos deben hacer parte de nuestra Navidad, de nuestro corazón, de nuestra fraternidad y si recibimos al Salvador y en él nos sentimos hijos del mismo Padre, hermanos en Cristo, miembros de la única familia humana que busca al Dios con nosotros, entonces el dolor del otro debe ser el dolor suyo, el dolor mío. La alegría del otro debe ser alegría suya y alegría mía”, aseveró. Finalmente, dijo que la Navidad es un tiempo para que “la sociedad se impregne de la presencia de Dios y del plan salvador de Dios, que llena de luz y esperanza la vida”.

Mié 23 Dic 2020

Pesebre a tu casa. Ingeniosa iniciativa pastoral en medio de la Pandemia

La pandemia causada por el COVID-19 ha hecho que nuestros hábitos de vida, costumbres y tradiciones dieran un giro inesperado. Todos los sectores de la sociedad se han visto afectados por la invisible amenaza de un virus que ha dejado dolor y sufrimiento a muchas familias. La Iglesia no ha sido la excepción puesto que, a muchos obispos, sacerdotes, laicos y agentes de pastoral, le ha correspondido jugársela por la misión y evangelización, especialmente incursionando en el mundo de la virtualidad. Bien sabemos que esto ha sido un beneficio para el sostenimiento de la fe y la esperanza de los creyentes. Frente a este panorama, el Padre Carlos Alberto Guerra Manjarrez, párroco del Divino Niño Jesús en el Municipio de Maicao - La Guajira, preocupado por la situación de pandemia y sabiendo que sería un obstáculo para que muchos, especialmente los niños, pudieran vivir el tiempo de novenas y Navidad como tradicionalmente lo hacen, tuvo la ingeniosa idea del “Pesebre a tu casa”. Se trata de un pesebre o nacimiento en vivo que se va movilizando por los distintos sectores de su parroquia. Apoyado por los jóvenes de la comunidad parroquial “Talita – Kum”, quienes tienen la misión de representar a los personajes del nacimiento y algunos servidores de otras comunidades, el padre Carlos recorre cada noche con villancicos, oraciones y demás cantos al ritmo de la navidad las calles de su parroquia, llevando alegría y el espíritu propio del misterio de la Encarnación de nuestro Señor Jesucristo. “La acogida del pesebre móvil ha sido recibida con gozo y, además ha sido una gran sorpresa para las familias de los distintos sectores, que han expresado su agradecimiento por tenerlos en cuenta en estos tiempos tan inciertos de pandemia” puntualizó el sacerdote. Cabe anotar que la actividad se realiza con total responsabilidad manejando las medidas de bioseguridad para evitar la propagación y contagio del coronavirus, especialmente observando el distanciamiento preventivo obligatorio. Al cierre de la nota, el Padre Carlos Guerra envía un mensaje a las familias en este tiempo: “Vivan la navidad en familia, cuidándose unos a otros para evitar ser alcanzados por el virus. Celebren con la esperanza, el gozo y la fe puesta en el Niño de Belén que viene a salvarnos”. Fuente: Equipo pastoral de comunicaciones – Diócesis de Riohacha

Mar 22 Dic 2020

'Y la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros'

NACIMIENTO DEL SEÑOR Diciembre 25 de 2020 (Misa del día) Primera Lectura: Is 52,7-10 Salmo: 98(97),1.2-3ab.3cd-4. 5-6 (R. cf. 3c) Segunda Lectura: Hb 1,1-6 Evangelio: Jn 1,1-18 (forma larga) o Jn 1,1-5.9-14 (forma breve) I. Orientaciones para la Predicación Introducción Desde las lecturas que se nos ofrecen, en esta solemnidad del nacimiento del Señor, se puede resaltar: • Isaías lleno de alegría anuncia la llegada del mensajero que trae la buena noticia de la paz y la salvación para Israel. • Dios nos ha hablado por medio de su Hijo, la Palabra hecha carne y nosotros somos testigos de este acontecimiento salvador. • La Palabra trae la vida y la luz nueva para toda la humanidad. 1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? El pasaje del profeta Isaías que escuchamos en este día hace parte del llamado libro de la consolación que comprende los capítulos 40 al 55, y es necesario que comprendamos el significado de la consolación que nos habla el profeta, ya que para nosotros el consuelo es un alivio o una ayuda momentánea o pasajera en un momento determinado ante una situación de duelo o de sufrimiento, en cambio, en la mentalidad hebrea, la consolación es la curación definitiva y la restauración total que Dios le da a su pueblo que ha experimentado el sufrimiento y ha pasado por diversidad de pruebas. Isaías anuncia la llegada de una buena noticia traída por un mensajero que viene como pregonero de la paz y la salvación, esa noticia es salvación y consolación para el pueblo. En la antigüedad era muy común que a la entrada de los pueblos se construyeran las torres de vigilancia o atalayas desde donde los pregoneros anunciaban noticias para todo el pueblo; aquí, en el texto de Isaías escrito en la mitad del siglo VI antes de Cristo, el profeta contempla al mensajero que viene para traer la buena noticia de la consolación y salvación definitiva para el pueblo de Israel, ese mensajero es Cristo que viene para quedarse con nosotros y Él mismo es la Palabra que consuela y salva a la humanidad. El autor de la carta a los Hebreos, nos habla de revelación o manifestación de Dios al hombre para darse a conocer; dicha revelación se da por etapas, en la antigüedad Dios se fue mostrando a su pueblo a través de diferentes signos y acontecimientos que iban mostrando al Dios creador y dueño de la historia que se hace cercano al hombre. El autor de la carta nos hace caer en cuenta que la revelación ya ha terminado y se da definitivamente en Cristo que en las etapas anteriores había sido anunciado y esperado con anhelo por parte del pueblo. Ahora Cristo se ha dado a conocer definitivamente como la Palabra definitiva que salva a los hombres y les trae la buena nueva. Nosotros somos afortunados de vivir en esta etapa final de la historia para ser testigos de la presencia de Cristo en medio de la humanidad. El evangelista san Juan inicia su Evangelio sintetizando toda la historia desde los orígenes hasta nuestra época y lo hace de modo sencillo pero profundo, y por eso describe a Cristo como la Palabra que tiene poder para crear y dar vida de modo que puede destruir la oscuridad y las tinieblas. Si nos remontamos al libro del Génesis podemos ver que Dios crea por medio de su Palabra, “y dijo Dios” (Gn 1,3), e inmediatamente a la orden de su Palabra se crean las cosas. En los orígenes de la humanidad, la tierra era caos, tinieblas y confusión, pero Dios por medio de su Palabra cambió esa situación para poner orden, dar luz y traer armonía a todo lo que iba creando. San Juan nos remite a los inicios para decir que la Palabra ya existía desde el principio y esa misma Palabra que ha permanecido desde siempre, ahora, en esta etapa se ha hecho carne y ha puesto su morada entre nosotros, ha venido para traernos la vida del mismo Dios y se ha quedado con nosotros en la persona de Cristo que se ha hecho hombre y ha nacido de María y de José en el pesebre de Belén. 2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? Cristo es el mensajero que viene para pregonar la buena noticia de la salvación, esa noticia es la salvación definitiva de Dios, es la consolación para restaurar al pueblo que ha caminado en medio de dificultades y de pruebas. La humanidad está sufriendo las consecuencias de la pandemia ocasionada por el covid19, el hombre se siente débil y frágil y necesita la restauración, la consolación definitiva y la salud que solo Dios le puede otorgar, es el momento para recibir la presencia de Cristo que consuela a sus hijos que experimentan la enfermedad y la fragilidad. Los sistemas de salud muestran su vulnerabilidad, los sistemas económicos muestran su incapacidad de solucionar todas las situaciones del hombre, los programas de gobierno son insuficientes para remediar las necesidades más apremiantes de la población, pero Cristo llega para traer la Palabra que consuela, una Palabra que levanta al hombre caído y le da la curación en medio de las situaciones de enfermedad, es una Palabra que se compromete y hace alianza con la humanidad. Hoy la humanidad recibe la mejor de las noticias, por eso cada vez que felicitamos a alguien al decirle feliz navidad, feliz nacimiento, manifestamos la alegría por la llegada de la buena noticia de la salvación que se ha hecho presente en medio de nosotros. Los hombres y mujeres que vivimos en esta etapa de la historia tenemos un privilegio que no lo tuvieron las generaciones anteriores, ellos esperaban la llegada de la salvación, nosotros podemos contemplarla y ser testigos de ella. La humanidad está atravesando momentos difíciles, pero en Cristo tenemos la esperanza de vivir un nuevo tiempo, por eso durante estos días estamos invitados a contemplarlo hecho carne en el pesebre, dejemos que entre a nuestra vida y comparta nuestra historia personal, ya que Él no es ajeno a los sufrimientos y dificultades que vive la humanidad. El experimentó la pobreza, el desprecio y el dolor y se solidarizó con nosotros, por eso debemos poner en él nuestra confianza sabiendo que su presencia se ha quedado de modo definitivo con nosotros. La humanidad ha vivido momentos de oscuridad y de muerte, la pandemia que estamos atravesando nos ha dejado en medio de situaciones difíciles que manifiestan la impotencia del hombre frente a la enfermedad, el dolor y la muerte. Cristo con su Palabra nos trae la vida definitiva, pues el mismo es capaz de darla y ofrecerla a la humanidad, es lo que necesitamos en estos momentos, es una Palabra que no falla y que posee la capacidad de sacarnos de las situaciones de oscuridad que causan muerte al hombre. Necesitamos salir de tantas tinieblas y sombras de muerte y solo Cristo puede darnos la luz que necesita la humanidad, pero depende de nosotros acoger o rechazar a Cristo, la Palabra que se ha hecho carne. El hombre en el uso de su libertad tiene esa opción, hoy nosotros podemos preguntarnos, ¿Cuál ha sido mi respuesta a la presencia de Cristo en esta navidad? ¿He aceptado a Cristo y lo recibo con alegría dejándome transformar por su Palabra o, por el contrario, soy de aquellos que lo siguen rechazando y no acogen la buena noticia que él nos trae? Es el momento para recordar que la presencia de Cristo nos saca de las situaciones de muerte y nos eleva a la verdadera vida que reside en el seno del Padre. Aquí hacemos eco de las palabras de san Ambrosio a propósito de la navidad: “¡OH Maravilloso intercambio! Él, niño de pecho, para que tú puedas ser un hombre perfecto; Él, envuelto en pañales, para que tú quedes libre del lazo de la muerte; Él, en el pesebre, para que tú puedas estar cerca del altar; en la tierra para que tú puedas vivir sobre las estrellas. Él, un esclavo, para que nosotros seamos hijos de Dios. ¡Qué increíble valor debe tener nuestra vida para que Dios venga a vivirla de tal manera! Pero ¡qué increíble amor para quererlo hacer! Hoy, cerca de la cueva de Belén, no es día de decir: «Dios mío, te quiero» Es el día de asombrarse diciendo: Dios mío, ¡cómo me quieres Tú, a mí!»” Hoy al celebrar la navidad, acerquémonos al pesebre con una actitud de humildad para dejar que la vida que nos ha sido dada por la Palabra de Dios sea acogida en nuestro corazón y nos saque de las oscuridades y situaciones de muerte que vive la humanidad. 3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? Padre de Bondad, en un designio de tu amor a la humanidad nos has enviado a tu Hijo Jesucristo, Palabra hecha carne, que ha puesto su morada en nosotros. Te agradecemos por hacerte presente en medio de nosotros y te pedimos que nos concedas capacidad de asombrarnos frente a este misterio sublime para acogerlo con alegría y apertura de corazón, queremos que él se quede con nosotros como el Dios hecho hombre que ha venido para sacarnos de las situaciones de muerte y de oscuridad y devolvernos la vida con una luz nueva que transforma nuestro momento presente y nos ayuda a seguir caminando firmes en la esperanza y solícitos en la caridad. II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Con el corazón lleno de esperanza hemos caminado durante el adviento en la espera del día feliz de la navidad, hoy nos acercamos al altar para contemplar al Dios hecho carne que se ha hecho presente en medio de nosotros y en la eucaristía se nos da como alimento de vida nueva. Participemos con gozo de esta celebración. Monición a la Liturgia de la Palabra La liturgia de la palabra de este día de navidad nos anuncia con gozo la llegada del Mesías Salvador al que el profeta Isaías nos presenta como el mensajero que trae la paz y la buena noticia de la Salvación, en la segunda lectura de la carta a los Hebreos se nos recuerda que en esta última etapa de la historia, Dios nos ha hablado por medio de su Hijo Jesucristo, el cual es presentado por el Evangelio de san Juan como la Palabra hecha carne, que ha venido para traer la luz y la vida definitiva para toda la humanidad. Escuchemos con atención. Oración Universal o de los Fieles Presidente: Al Padre de Bondad, que en su gran amor a la humanidad nos ha dado a su Hijo Jesucristo nacido de María Virgen para nuestra salvación, elevemos pues nuestra súplica confiada diciendo: R. Dios de Amor, escúchanos 1. Oremos por el Papa y por todos los ministros ordenados, para que con fidelidad y entrega anuncien a Cristo que es la Palabra hecha carne. Roguemos al Señor. 2. Oremos por los gobernantes, para que con su trabajo busquen la justicia y el bien común para todos los pueblos. Roguemos al Señor. 3. Oremos por los enfermos y los que en este tiempo se encuentran en dificultades, para que en Cristo encuentren la salud y el consuelo que nos trae su nacimiento. Roguemos al Señor. 4. Oremos por los más pobres y desfavorecidos, para que el nacimiento de Cristo les conceda fortaleza y a nosotros nos mueva a la caridad fraterna. Roguemos al Señor. 5. Oremos por las familias, para que la celebración de la navidad las mueva a la unidad y el respeto. Roguemos al Señor. En un momento de silencio presentemos al Padre nuestras intenciones personales Oración conclusiva Padre Bueno, por el misterio de tu Hijo nacido en el pesebre, acoge todas las súplicas que te presentamos con fe. Por Jesucristo nuestro Señor. R. Amén.