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Iglesia

Lun 28 Dic 2020

Diócesis de Armenia organiza ayudas para los pobres

En el marco del'Día del amor por los pobres', la diócesis Armenia activó la “Ruta de la Solidaridad”, que busca en esta época de Navidad y de pandemia apoyar a la población más vulnerable del Quindío. El obispo de la diócesis, monseñor Carlos Arturo Quintero, en una entrevista concedida a Telecafé Noticias de Armenia, informó que a través de la “Ruta de la Solidaridad” se ha logrado poner en marcha un corredor humanitario, que vincula a las parroquias y algunas organizaciones.“Hoy estamos dándole un impulso a esta casa, seguimos trabajando desde el banco de alimentos y con todas las acciones de evangelización, mirando hacia los pobres y necesitados en esta época de pandemia”,aseguró. Según lo indicó el prelado, desde la Pastoral Social – Caritas y el banco de alimentos de la diócesis, se apoya a fundaciones, hogares que atienden ancianos e instituciones similares con quienes se comparte lo que almacenes de cadena y supermercados donan, especialmente productos no perecederos con los cuales ayudan a calmar las necesidades básicas de los más pobres. “Vamos a tener la mesa de la fraternidad, el kit del viajero, almacén de ropa de segunda, oratorio, un centro de escucha, tres cooperativas, entre otras. Para no caer en el asistencialismo con las personas que reciben estas ayudas, se les pedirá una contraprestación”,advirtió. Finalmente, monseñor Quintero dijo que se espera para el año 2021 realizar un trabajo conjunto entre la diócesis y la comunidad ‘Sarepta’, con el fin de seguir aumentando el plan de ayuda a las comunidades más vulnerables. Video de Telecafé Noticias

Dom 27 Dic 2020

Los santos inocentes tienen hoy nuevos Herodes

Al referirse al acontecimiento de los ‘Santos Inocentes Mártires’, que la Iglesia católica conmemora el 28 de diciembre y que recuerda a tantos niños que el cruel Herodes mandó matar, monseñor Gabriel Ángel Villa Vahos, arzobispo de Tunja, recordó que esta es una celebración en la que se brinda un homenaje a tantos niños no nacidos, así como a jóvenes y adultos que a diario padecen el flagelo de la violencia y la guerra. “Lo ocurrido a los Santos Inocentes es una trágica historia que se ha repetido y se sigue repitiendo a lo largo del tiempo, con distintos y variados escenarios, con nuevos personajes: nuevas víctimas, nuevos “Herodes”, que determinan la muerte, no sólo de niños cuando aún están en el vientre materno, sino también de jóvenes y adultos en masacres, mutilaciones, con la eutanasia, los atropellos a la dignidad de las personas, los bloqueos sicológicos”, asintió el arzobispo. Observó que esta fiesta litúrgica, con el correr de los tiempos, se ha ido desdibujando y ridiculizando “por causa del mundo que pregona ser “laico” y por causa del secularismo y, en ocasiones, por la falta de respeto por lo religioso”. Monseñor Villa, al referirse a la pandemia que invade y acorrala a la humanidad, dijo que así como este virus ha permitido descubrir en muchos el ser noble, en otros ha mostrado ese lado oscuro de la persona. Igualmente, recordó que esta emergencia sanitaria ha dejado evidenciar que hay muy pocas cosas sobre las que el ser humano puede decidir o tener el control. “Un virus invisible nos acuarteló, nos distanció y nos hizo notar que somos frágiles y no nos la sabemos todas”. En este contexto evocó las palabras del papa Francisco: “Ha salido a la luz la fragilidad, la vulnerabilidad y la pequeñez humana, ante lo cual no nos queda otra opción que reconocer que dependemos del otro, incluso del que considerábamos más pequeño, para poder sobrevivir”. Frente a este escenario, que a veces pareciera sombrío, el prelado rescató que este es un tiempo para la esperanza y la solidaridad. “Que los Santos Inocentes Mártires nos ayuden a sacar lo mejor, las mejores lecciones de vida, para que una vez superada esta contingencia estemos precisamente del lado de la vida, de la familia, del lado de la solidaridad, la justicia, la equidad, el servicio, del amor distintivo del discípulo de Cristo”.

Sáb 26 Dic 2020

'Ahora, Señor, puedes dejar que tu servidor muera en paz'

LA SAGRADA FAMILIA DE JESÚS, MARÍA Y JOSÉ Diciembre 27 de 2020 Primera Lectura: Sir 3,2-6.12-14 Salmo: 128(127),1-2.3.4-5 (R. cf. 84[83], 5a) Segunda Lectura: Col 3,12-21 Evangelio: Lc 2,22-40 (forma larga) o Lc 2,22.39-40 (forma breve) I.Orientaciones para la Predicación Introducción De nuestro encuentro con la Palabra podemos resaltar algunas ideas centrales: • El amor a Dios pasa por el amor y el respeto vivido en la familia. • El amor de Dios vivido en la familia es vínculo de perfección y de progreso. • Cristo en medio de la familia trae la bendición y la salvación para la humanidad. 1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? El libro del Eclesiástico nos recuerda que el amor a Dios pasa a través del respeto y el amor que los hijos dan a sus padres, ya que para el judío el buen trato para los padres y la sumisión a ellos, redunda en beneficio de los hijos, así se va explicando el sentido del cuarto mandamiento que asegura la vivencia de la piedad y el respeto dentro del clan familiar, por eso hay tres beneficios importantes para el hijo que respeta la autoridad de sus padres: el perdón de los pecados, la escucha de las plegarias y la bendición divina manifestada en la prolongación de la vida sobre la tierra. Igualmente, en el libro del Eclesiástico se habla de varias formas de obtener el perdón de los pecados y una de ellas es la manifestación del amor y el respeto hacia los padres, en 1 Pe 4, 8 se dice que el amor cubre la multitud de los pecados y el primer lugar donde se aprende a vivir ese amor es en la familia, de ahí la importancia de manifestar el respeto hacia los padres para que el amor hacia ellos nos ayude a obtener el perdón de los pecados. El segundo beneficio es, la certeza de que Dios escucha las plegarias, ya que a Dios le agrada más el amor al prójimo que muchos sacrificios y ofrendas, pues según 1 Sm 15, 22 la obediencia vale mucho más que el sacrificio; y el tercer beneficio es prolongar los días sobre la tierra, vivir una larga vida, sabiendo que se tiene la bendición de Dios, así se afirmaba desde el Ex 20,12. El apóstol san Pablo en su carta a los Colosenses nos exhorta a vivir el amor en medio de la familia, ya que el amor es un vínculo de perfección. Ese amor es el que debe primar en todas las relaciones familiares, ya que el vínculo conyugal solo se entiende desde el amor que los esposos se manifiestan al vivir el uno para el otro, y como prolongación del amor vienen los hijos, por eso el apóstol después de enumerar varias virtudes que deben estar presentes en cada cristiano, se detiene a señalar que el amor es la mayor de todas y este amor empieza vivirse en la familia, de ahí se desprende el sometimiento de las mujeres a sus maridos, que no significa esclavitud sino más bien el reconocer que la mujer y el hombre son una sola carne y este vínculo los lleva a estar el uno para el otro, de modo que el respeto es la primera consecuencia de ese amor, y este se extiende hacia los hijos, por eso el apóstol le recuerda a los padres, la importancia de tratar bien a sus hijos demostrando el amor que se les tiene. El Evangelio de san Lucas nos presenta la presencia de Jesús en medio de una familia humana cumpliendo con todos los deberes propios de la época, pero sabiendo que la persona de Jesús es motivo de gozo y bendición para todos aquellos que se encuentran con Él. La sagrada familia se presenta cumpliendo con el amor a Dios manifestado en la obediencia a la ley mosaica y por eso, según Lv 12, 28, después de los cuarenta días del nacimiento del hijo la madre debía presentarse al templo para ofrecer un ritual de purificación de acuerdo a lo que establecía la ley. En el capítulo 13 del libro del Éxodo se mandaba que todo primogénito debía consagrarse al Señor, por eso encontramos a María y a José que van a templo para cumplir con la ley y de este modo demuestran el amor a Dios y el deseo de agradarle en todo, con la conciencia de que el hijo que ha nacido es un don que Dios le ha concedido. La presencia de Jesús es motivo de esperanza y de consuelo para el pueblo de Israel y por eso, la sagrada familia es la primera en acoger con alegría esta bendición de parte de Dios, de ahí que no importa la pobreza, el sufrimiento o el dolor, porque con Jesús presente en la familia todo puede sobrellevarse desde la unión profunda con Dios. 2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? La familia nace y se gesta a partir del amor de la pareja humana y este amor que proviene de Dios se prolonga en los hijos, por ello, el libro del Eclesiástico nos recuerda el deber de los hijos para honrar y respetar a los padres, esta es una consecuencia lógica del amor y el buen trato que los hijos han recibido de los padres, de modo que los respetan y permanecen sumisos a ellos, así reciben de parte de Dios sus bendiciones manifestadas en el perdón de los pecados, pues el que ama a Dios y al prójimo, lo busca en todo momento y recibe el perdón por sus faltas, de igual modo, los hijos que viven el cuarto mandamiento son bendecidos por Dios con largos días sobre la tierra, fruto del amor, el cariño y el respeto tributado a los padres. De otra parte, el buen hijo tiene la certeza de que Dios lo escucha siempre, pues “amor se paga con amor”, Dios como Padre bueno que ama sabe dar cosas buenas a sus hijos que se acercan con fe y por eso los trata con amor. Hoy debemos preguntarnos: ¿Cómo está la educación de los hijos?, cuando en nuestra sociedad se está perdiendo la educación cristiana, necesitamos recuperar la vivencia de los valores fundamentales en el seno de la familia. La segunda lectura nos recuerda la importancia de la vivencia del amor en medio de la familia, pues la primera manifestación se concreta en el florecimiento de los valores en la comunidad familiar, de ahí que el apóstol destaca que por encima de todo está el amor. En nuestro tiempo debemos reconocer la necesidad de vivir el amor a Dios, recordemos las palabras del Concilio en Gaudium et Spes 52 “La familia es escuela del más rico humanismo. Para que pueda lograr la plenitud de su vida y misión se requieren un clima de benévola comunicación y unión de propósitos entre los cónyuges y una cuidadosa cooperación de los padres en la educación de los hijos. La activa presencia del padre contribuye sobremanera a la formación de los hijos; pero también debe asegurarse el cuidado de la madre en el hogar, que necesitan principalmente los niños menores, sin dejar por eso a un lado la legítima promoción social de la mujer. La educación de los hijos ha de ser tal, que al llegar a la edad adulta puedan, con pleno sentido de la responsabilidad, seguir la vocación, aun la sagrada, y escoger estado de vida; y si éste es el matrimonio, puedan fundar una familia propia en condiciones morales, sociales y económicas adecuadas. Es propio de los padres o de los tutores guiar a los jóvenes con prudentes consejos, que ellos deben oír con gusto, al tratar de fundar una familia, evitando, sin embargo, toda coacción directa o indirecta que los lleve a casarse o a elegir determinada persona”. Hoy más que nunca necesitamos recuperar el sentido del amor en la familia, la crisis generada por el covid19 es la oportunidad para volver a vivir en el seno de la familia y recuperar lo fundamental del amor alimentado desde el encuentro con Cristo que le da sentido y plenitud a la vida de la familia. 3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? En esta solemnidad de la Sagrada Familia de Nazareth volvemos nuestra mirada al seno del pesebre para implorar de Dios la necesidad de acoger la presencia de Cristo en medio de nuestras familias, pues solo Él puede dar sentido a todo que viven las familias en este tiempo; las pruebas, el sufrimiento, la enfermedad, la pobreza, el rechazo, el dolor y todas las situaciones humanas que experimentan nuestros seres queridos en el hogar no son ajenas a Cristo, ya que con su Encarnación viene para dar plenitud a nuestra vida. Es la oportunidad para unirnos en familia en torno al pesebre y repensar la misión de familia como base fundamental de la sociedad, ya que nada ni nadie puede sustituir la educación en los valores humanos y cristianos que es propia de cada una de las familias. En este sentido, el Papa Francisco en el Ángelus del 29 de diciembre de 2019 recordó que “la familia es un tesoro precioso. Hay que sostenerla y protegerla siempre”, que esta sea la ocasión para recuperar ese tesoro que Dios ha puesto en nuestras manos: la familia. II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Hoy volvemos nuestra mirada al pesebre para contemplar a la Sagrada Familia como modelo de todas las familias, en ella contemplamos la escuela del más rico humanismo, por eso, en la Eucaristía damos gracias por cada una de nuestras familias, con el deseo de que Cristo sea el centro y el sentido de cada una de las vivencias de nuestra familia: el dolor, la prueba o la alegría son recibidos por Cristo que, con su Encarnación, nació y vivió en la familia de Nazaret. Monición a la Liturgia de la Palabra La Palabra de Dios nos hace poner nuestra mirada en el amor que debe vivir nuestras familias: la lectura del libro del Eclesiástico nos recuerda que el primer deber de los hijos es el respeto y la sumisión a los padres, y Dios los premiará con su bendición; en la segunda lectura, san Pablo nos recuerda que el amor debe estar por encima de todo lo que vive la familia y el Evangelio de san Lucas nos presenta a la Sagrada Familia que permanece unida para cumplir con el amor a Dios y al hermano, manifestados en el respeto por los mandatos de Dios. Escuchemos con atención. Oración Universal o de los Fieles Presidente: Al Padre lleno de amor que nos ha entregado a su Hijo Jesús nacido en el seno de una familia, elevemos nuestra plegaria confiada diciendo: R. Por medio de la Sagrada Familia, escúchanos Padre 1. Oremos por el papa Francisco y por toda la Iglesia, para que con su predicación ilumine y oriente la vida espiritual de todas nuestras familias. Roguemos al Señor 2. Oremos por los gobernantes de las naciones para que trabajen por la defensa de la vida y la familia. Roguemos al Señor 3. Oremos por las familias que en medio de la pandemia sufren por la pérdida o la enfermedad de sus seres queridos. Roguemos al Señor 4. Oremos por las familias donde hay conflictos o se ha perdido el amor y el respeto, para que renueven el amor desde el encuentro con Cristo. Roguemos al Señor 5. Oremos por todas las familias que viven sin esperanza, para que descubran la presencia de Cristo que da sentido y plenitud a la vida del hombre, roguemos al Señor Presentemos al Padre nuestras intenciones personales Oración conclusiva Escucha oh Dios, la oración de pueblo reunido en asamblea litúrgica para celebrar el misterio de la navidad. Por Jesucristo nuestro Señor. R. Amén.

Sáb 26 Dic 2020

Navidad entre la incertidumbre y la esperanza

Por: Mons. Luis Fernando Rodríguez Velásquez - María y José, asombrados por el anuncio del Ángel de que serían padres del Hijo de Dios, del Salvador, obedecen el edicto de César Augusto y dirigieron sus pasos a Belén de Judá para realizar el censo. De seguro que fue un camino lleno de incertidumbres, de preguntas, de noches sin días, pues María estaba en embarazo… Al final, una noche se iluminaría con el resplandor de las estrellas, pero sobre todo, por el nacimiento de Jesús, que reposará en un pesebre. Todos estamos llamados a hacer el camino hacia el encuentro con el Salvador. Así lo hicieron María y José para acogerlo y presentarlo a la humanidad, representada en los pastores y los reyes magos, que también hicieron el camino con la incertidumbre de lo que habrían de encontrar. Todos estamos llamados a hacer en el mundo el camino de la esperanza. En el contexto de pandemia en el que nos toca vivir el nacimiento del Hijo de Dios, tratemos de aprovechar cada uno de estos momentos pasando de la incertidumbre a la esperanza. María y José, con temor, buscaban dónde alojarse en Belén, y encontraron el mejor lugar que podrían haber imaginado… “Y María le acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en el albergue” (Lc. 2, 7). Los pastores “fueron a toda prisa y encontraron a María y a José y al niño acostado en un pesebre … y se volvieron glorificando y alabando a Dios (Lc. 2, 16). Y los Reyes preguntaban ansiosos a Herodes “dónde está el rey de los judíos que ha nacido, pues hemos venido a adorarlo” (Mt. 2, 2). Para todos la noche oscura les condujo al encuentro de la Luz. ¿Acaso ese no ha de ser el camino que estamos llamados a experimentar en la noche de la pandemia del COVID 19, de las masacres, del desempleo creciente, del hambre, de los desplazamientos, de los asesinatos de líderes, de los desastres de la naturaleza? Nuestro llamado es simple: que todos los hombres y mujeres de buena voluntad acojan el mensaje de los ángeles en la noche de navidad: “Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres en quienes él se complace” (Lc. 2, 14). Es la paz que debemos seguir buscando y construyendo a través de la fraternidad y amistad universales; de la solidaridad, especialmente con los más necesitados; de la creatividad para superar de la mejor manera la coyuntura social que atravesamos; del regreso a Dios, de manera que con su ayuda podamos perseverar en el camino de la reconciliación, el desarrollo y el amor mutuos. No podemos negar que las incertidumbres, sobre todo entorno del COVID 19 y la esperada vacuna, marcan mucho de nuestro devenir. Los invito a dirigir la mirada a las demás realidades que nos circundan. No todo es COVID. No todo es noche ni desolación. Movidos por la esperanza, recuperemos todo lo que de bueno, de sano, de noble, de puro, hay en el corazón de cada uno. Eso, con la fe en quien todo lo puede, serán los ingredientes que requerimos para dar inicio al año 2021, el cual deberá ser vivido mejor, aprendiendo las enseñanzas que nos deja el 2020. Como Obispo auxiliar, que tuve la enorme responsabilidad de acompañarlos en este difícil año que termina, quiero decirles gracias. Gracias a los presbíteros, diáconos, religiosos, religiosas y laicos en general por su trabajo y testimonio de fe. Gracias a nuestros gobernantes. Gracias a todos los que en el sector de la salud dieron lo mejor de sí. Gracias a todos lo que hicieron gala de solidaridad y servicio sin límites. Gracias a todos los que en medio de la pandemia, acompañaron a la Iglesia y a sus sacerdotes con su oración y ayudas. Gracias por la manera tan resiliente como en la mayoría de los casos, supieron hacer frente a estos meses de confinamiento y restricciones. La noche lleva a la luz. No pierdan la esperanza. Hacemos oración por los que han padecido y padecen la enfermedad del COVID - 19. Elevamos al Padre de la misericordia nuestra plegaria de sufragio por las almas de los difuntos del COVID y demás causas. Oramos para que el Señor nos conceda la gracia de un nuevo año en el que la paz y la fraternidad sean su distintivo. A todos los bendigo con afecto y gratitud. ¡Feliz Navidad y próspero año 2021! +Luis Fernando Rodríguez Velásquez Obispo Auxiliar de Cali

Vie 25 Dic 2020

La voz del Pastor | 27 de diciembre de 2020

Reflexión de monseñor Luis José Rueda Aparicio, Arzobispo de Bogotá y primado de Colombia Lectura del Santo Evangelio según San Lucas 2,22-40

Jue 24 Dic 2020

¡Coraje para vivir! ¡Coraje para la paz!

Por: Mons. Darío de Jesús Monsalve Mejía - Son muy posibles los sentimientos negativos en este tiempo: soledad, oscuridad, miedo, impotencia, fatiga, desgano. La amenaza de la depresión puede asediar la salud de muchos y las realidades colectivas de todos. Tantas cosas siguen entre paréntesis, que el futuro inmediato podría parecer más una ruleta rusa que un camino cierto. Vivimos “entre corchetes”, con la incertidumbre a cuestas. Y no solo por la pandemia del COVID-19, sino por patinar y patinar en lo mismo: entre la voracidad de las pasiones exacerbadas y de las violencias desatadas. Una “historia” tan absurda y repetida como “el mito de Sísifo” (cfr. Google). ¿Qué sentido darle este año a la Navidad y al Año Nuevo? Una PRESENCIA acompaña nuestras vidas y nuestra historia. Es una lucecita encendida en el seno de la noche, con el brillo de las estrellas y la esperanza del sol. “Un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado”, clama el profeta (Is.9,5). Con él nace la esperanza de una humanidad diversa pero unida, que tendrá el coraje de vivir, el coraje de la paz. “Un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre” (Lucas 2,11). “Sobre esta pobreza del portal, se despliega el mundo del Espíritu. Mientras nosotros estamos complicados en dramas de consciencia, porque nos tienta seguir principios de fuerza, de poder y violencia, el Niño de Belén nos dice que el milagro de la paz de la Navidad es posible para quienes acogen sus dones”. Navidad no es sólo una fecha para conmemorar, sino el evento de una PRESENCIA siempre actual, capaz de contagiar de coraje para vivir y de fuerza para transformar en paz y perdón nuestros conflictos. Extiendo, con el Obispo Auxiliar y el Emérito, con todos los presbíteros y diáconos, LA BENDICIÓN DE NAVIDAD para cada persona y familia, grupo y comunidad, que acojan este mensaje: “Gloria a Dios en las alturas y en la tierra PAZ a las personas en quienes Él se complace” (Lc.2,14). + Darío de Jesús Monsalve Mejía Arzobispo de Cali

Mié 23 Dic 2020

Obispo de Santa Marta, positivo para Covid-19

A través de un comunicado de prensa la diócesis de Santa Marta ha informado que, tras haberse sometido a la prueba del Covid-19, el obispo Luis Adriano Piedrahita Sandoval ha resultado positivo. El mensaje señala que el obispo se encuentra hospitalizado en la clínica Avidanti, su estado de salud es estable y permanecerá allí para estar más atentos a su estado de salud. La misiva, suscrita por monseñor Dairo Navarro Escobar, vicario general, y el padre José Díaz Hernández, recomienda a aquellas personas que durante los últimos 14 días tuvieron algún contacto con el obispo, practicarse por seguridad la prueba pertinente. Finalmente, pidieron orar por monseñor Piedrahita y por todas aquellas personas que se encuentran en estos momentos pasando por esta difícil enfermedad, así como por sus familiares.

Mié 23 Dic 2020

Obispo de Zipaquirá: “El Señor vino, el Señor volverá, el Señor está con nosotros”

“El nacimiento del Niño es el hecho que recuerda que Dios mismo viene y permanece con nosotros. Nació de la Santísima Virgen esa noche de la Navidad en Belén”,así nos lo comenta monseñor Héctor Cubillos Peña, obispo de Zipaquirá, quien anima a celebrar esta fiesta con alegría y esperanza. “La oración fundamental de todos estos días del Adviento y la Navidad siempre será el Señor Jesús. Dios prometió a su pueblo que lo visitaría para salvarlo y lo realizó enviando a su Hijo Jesucristo. Nosotros estamos beneficiándonos de ese acontecimiento del nacimiento, muerte y resurrección del Señor”,afirmó. El prelado agregó que el nacimiento de Jesús debe ser el tiempo para un encuentro profundo con Dios. Un Jesús triunfante y glorioso que, a pesar de las tinieblas del pecado, el sufrimiento, las dificultades que se experimenten, siempre está ahí presente. “Estamos viviendo esta fiesta en un contexto de pandemia, de angustia, de limitación y de tantas dificultades; pero esto nos debe animar a todos a esa convicción de estar unidos y afianzarnos a él. El Señor vino, el Señor volverá, el Señor está con nosotros, él no nos ha abandonado, el Señor quiere nuestro bien”,asintió el obispo. Recordó que, ante esta realidad de la pandemia, que sigue causando tanto dolor en las familias, es una ocasión donde Dios, a través de su Hijo, se hace presente para infundirnos su luz, su fortaleza, su confianza y, así, mantenernos atentos y cuidándonos unos a otros para salir adelante. Finalizó deseando al pueblo colombiano unas felices Pascuas e insistió que Dios está siempre con nosotros.