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Iglesia

Jue 17 Dic 2020

No ceso de dar gracias por ustedes, mencionándolos en mis oraciones”: Efesios 1, 16

Por: Monseñor Víctor Manuel Ochoa Cadavid - El día 7 de diciembre de 2020, en la fiesta del gran Obispo San Ambrosio, se ha publicado el nombramiento que el Papa FRANCISCO ha tenido a bien hacer, al nombrarme como Obispo Castrense de Colombia, quien atiende pastoralmente en nombre de la Iglesia a las Fuerzas Militares y de Policía, que sirven a la Patria. Con este nombramiento concluye mi servicio pastoral como Obispo de la Diócesis de Cúcuta, para la cual fui designado en el mes de julio del año 2015. Quiero manifestarles mi agradecimiento y mi gratitud por todas las bondades que han tenido los sacerdotes, religiosas y religiosos, laicos de esta Iglesia particular durante estos años de servicio en las distintas comunidades en la animación de la evangelización. He procurado ponerme al servicio de la Evangelización, buscando anunciar con fuerza el nombre de Jesucristo, su Evangelio, su mensaje y llamada a la vida según la voluntad de Dios para cada uno de ustedes. Desde el primer momento, en la noche del 14 de agosto 2015, vi cómo Dios quería que se anunciara a Cristo como el CAMINO, para ir al Padre, para vivir según la voluntad de Dios. Estos años han sido años de evangelización en los distintos frentes de la acción pastoral: el Sínodo Diocesano, los distintos programas de formación y Asambleas Diocesanas que nos han permitido encontrarnos y caminar juntos para encontrar el camino de Dios en nuestras vidas. Tengo que dar gracias a Dios por la riqueza y todos los dones espirituales que se dan como frutos maduros en la Diócesis de Cúcuta. Son muchos los laicos, hombres y mujeres que están insertos en programas de evangelización promovidos desde nuestro plan diocesano de evangelización. Son muchos los jóvenes y niños, los adultos, familias, ancianos, que de una u otra manera están vinculados a la Iglesia en sus distintos frentes. Tengo que reconocer la gran riqueza de estas comunidades y su proceso maduro y ordenado que ha llevado a fortalecer el anuncio de la Iglesia, presentando a Jesucristo como Redentor y Salvador. He encontrado grandes riquezas en esta Iglesia particular, una de ellas el gran compromiso con la catequesis, con la formación constante de niños, jóvenes, adultos en la fe, para conocer más y amar a Jesús. Procesos liderados por sacerdotes y, especialmente por los párrocos que, con gran celo apostólico y pastoral, se dan a la tarea de formar a los católicos. Es necesario agradecer profundamente a Dios por el don de los sacerdotes, empeñados, trabajadores y comprometidos con los distintos frentes de la pastoral, para dar razón de Cristo en el mundo. Es una gran riqueza ver la abnegación y el celo de un presbiterio que se esfuerza por evangelizar y vivir los sacramentos, especialmente con la celebración digna del Sacramento de la Eucaristía, el Santo Sacrificio de Cristo en el altar que es vivido por todos con profunda veneración y cuidado. Tengo que dar gracias a Dios por el don de la vida religiosa, que entre nosotros florece en muchas comunidades, con carismas y llamados muy concretos, que sirven estos religiosos y religiosas en medio de nosotros, para ser fermento en la masa, para dar testimonio de Cristo en el mundo. También es necesario agradecer a Dios por el compromiso y empeño de tantos laicos, que, en cada parroquia, en las distintas comisiones, en los frentes de trabajo pastoral, se empeñan en los grupos pastorales, en los movimientos, en la acción misionera de la Diócesis. No puedo dejar de lado la vida y el empeño de tantos jóvenes y niños que con generosidad anuncian al Señor en los grupos parroquiales, en los grupos de animación misionera; y que con fuerza viven su fe y su entrega al Señor. Tengo un particular sentimiento de gratitud hacia el Seminario Mayor Diocesano San José de Cúcuta, a sus formadores sacerdotes de la Compañía de San Sulpicio y de los sacerdotes diocesanos que allí trabajan, a los seminaristas que, con empeño, en el silencio, con generosidad se aplican en la “Escuela de Jesús” para configurarse con Él para ser un día como el Buen Pastor. Años de intensa compañía, mutuo conocimiento, trabajo para vivir en profundidad a experiencia de encuentro con Jesucristo vivo en su Palabra y en la Eucaristía. Gran esfuerzo formativo para cuidar las vides que deben dar mucho fruto, y así lo harán con la ayuda de Dios. Me alegra mucho, al final de mis servicios, ver una Iglesia consolidada y serena, que camina siguiendo a Jesús, fortalecida y decidida a dar lo mejor de sí, en el camino, cada uno según el carisma y la llamada que el señor le ha regalado. Profunda gratitud a los colaboradores, empezando por el Vicario General Monseñor Israel Bravo Cortés, y todos los colaboradores de la Curia Diocesana, a los Vicarios Territoriales y a los Decanos, a los párrocos, a todos que Dios les ayude. Gracias a los que han sido responsables de los medios de comunicación de la Diócesis, de la Emisora VOX DEI, el Periódico LA VERDAD, a todos sus colaboradores gracias por ayudarme al anuncio de Jesucristo en estos medios de comunicación social. Durante estos años el Señor nos ha hecho el regalo de la caridad y del servicio de los pobres en Colombia y con los emigrantes. Hemos todos, especialmente sacerdotes y laicos, vivido el don de ser la mano que cuida, acoge, ayuda y protege a los que sufren. Nuestra Iglesia se ha consolidado en la vivencia de la caridad. Que no se pierda esta dimensión de la caridad y del servicio a los hermanos. Un gran sentimiento de gratitud a la Santísima Virgen María, Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, a su esposo San José. Ellos con su manto y su protección nos han mantenido firmes en el trabajo y en la acción evangelizadora. A todos, mis sentimientos de gratitud y reconocimiento por su generosa ayuda y paciencia, les aseguro mi oración y pido que oren por mí. Me pongo al servicio de todos ustedes en mis nuevas responsabilidades que la Iglesia me entrega. + Víctor Manuel Ochoa Cadavid Obispo de la Diócesis de Cúcuta

Jue 17 Dic 2020

"Quiero ser, con ustedes, testimonio de la posibilidad y plenitud de volver a Dios"

Estas palabras expresadas por el nuevo obispo de Santa Rosa de Osos, monseñor Elkin Fernando Álvarez Botero, durante el acto de posesión canónica, marcan su sentir al iniciar este caminar en la Iglesia que peregrina por estas tierras antioqueñas. “El Señor me ha enviado a una Iglesia que peregrina en una región hermosa por su riqueza natural, donde por doquier se percibe la grandeza del Creador; pero más bella aún por sus gentes: generosas, acogedoras, emprendedoras, solidarias, valientes frente a las dificultades; es una comunidad grande, no sólo por su extensión geográfica, sino, y ante todo, por su patrimonio espiritual cimentado sobre la arraigada fe católica de este pueblo”, anotó. Siguiendo la reflexión propuesta por el evangelista Lucas, que devela tres momentos: una recapitulación y conclusión de la misión de Juan el Bautista; la autorrevelación de Cristo como el Mesías esperado y la invitación a acoger en él los signos de la salvación, advirtió que este pasaje es una invitación a renovar la fe en Cristo. “Ir al encuentro de Cristo y ser sus discípulos es la clave para que podamos experimentar también hoy los signos salvíficos de la presencia viva y actuante del Señor”. Así también, evocando las palabras del papa emérito Benedicto XVI:“un humilde trabajador en la viña del Señor”,se reconoció como discípulo y sucesor de los apóstoles para pastorear esta iglesia particular que hoy Dios le ha encomendado. Resaltó de manera especial la trayectoria centenaria que ha marcado el camino de evangelización de esta Jurisdicción y los frutos de santidad, mostrados en la persona del beato padre Marianito. Igualmente, reconoció la labor de quienes a su paso han dirigido los destinos pastorales de esta iglesia.“He sido enviado para proseguir la tarea pastoral que con generosidad sin límites y respondiendo a los desafíos de cada época desplegaron quienes han estado al frente de los destinos pastorales de esta iglesia diocesana: los obispos Maximiliano Crespo Rivera, Miguel Ángel Builes Gómez, Félix María Torres Parra, Joaquín García Ordoñez, Jairo Jaramillo Monsalve y Jorge Alberto Ossa Soto”. Al reconocer humildemente su fragilidad, se puso en manos de Dios, para con total docilidad y al ejemplo de Cristo, Pastor y Obispo, guiar las almas confiadasy actuar dentro de la comunidad como maestro, sacerdote y pastor. “Pido la gracia de seguir realizando la misión del Bautista: disponer los caminos y allanar los senderos; guiar, para que todos vayamos al encuentro de Cristo, así como tantos otros lo han hecho a lo largo de la historia en esta Iglesia”. Igualmente, expresó el deseo de trabajar de la mano con el clero, favoreciendo siempre a las comunidades más vulnerables y acercándose en un diálogo respetuoso con quienes piensan diferente o se han alejado de Dios. “Deseo y pido con todo mi corazón que el Señor me dé la gracia de saberme poner adelante, al lado y detrás de los sacerdotes, mis inmediatos colaboradores en la misión pastoral; de los más pobres, necesitados y excluidos; de los enfermos y ancianos; de las familias, de los jóvenes y de los niños.También quiero acercarme a quienes, por diversos motivos, se han distanciado de Dios o de la Iglesia; quiero abrir horizontes de diálogo con otras realidades de fe y con las diversas instituciones sociales”. Tras reconocer los retos y desafíos que plantea el trabajo pastoral en estos territorios, consecuencia no solo de la pandemia, sino de factores sociales como la pobreza, la violencia, el narcotráfico, desastres naturales, la falta de empleo, entre otros, el prelado dijo que para enfrentar estos obstáculos, se hace necesario “volver a Dios y caminar juntos”. En este contexto, monseñor Álvarez Botero propuso algunos puntos que podrán marcar el paso para ir avanzando en un caminar conjunto: Hacia el encuentro permanente con Cristo, Camino, Verdad y Vida, que nos hace experimentar en nuestra existencia personal y comunitaria los signos de su salvación. Hacia comunidades cristianas vivas y dinámicas, que manifiesten la alegría del seguimiento de Jesús. Hacia una Iglesia viva y organizada, con comunidades cristianas unidas y dinámicas, que sea casa de fe para todos. Hacia una Iglesia diocesana en la que sigan germinando y en la que puedan crecer las vocaciones a la vida sacerdotal y religiosa, así como las vocaciones laicales. Hacia la madurez de la fe, que nos impulsa a vivir decididamente el Evangelio y a ser testigos valientes de los valores del Reino, aunque debamos hacerlo en contracorriente. Hacia la reconciliación y la paz, que Cristo nos consiguió con su sacrificio en la cruz, en la que derrumbó los muros que nos dividen; necesitamos entre todos forjar una cultura de paz.Así como lo hemos proclamado en el Salmo, esperamos que en los pueblos de toda la diócesis la misericordia y la fidelidad se encuentren, la justicia y la paz se besen. Hacia el compromiso efectivo de caridad con los más pobres y frágiles en la sociedad. Hacia la verdadera fraternidad entre todos, que se cultiva en la unidad de las familias, y que es capaz de vencer los odios, rencores y venganzas, y se expresa en el compromiso solidario con los más pobres y necesitados. Hacia los que esperan el anuncio y testimonio de la Buena Nueva.Como nota característica de toda comunidad eclesial, Santa Rosa de Osos ha sido y ha de seguir siendo una diócesis marcadamente misionera, que vive en permanente estado de misión y está continuamente en salida. Finalmente, encomendó su ministerio y el pastoreo de esta Iglesia de Santa Rosa de Osos a los pies de Nuestra Señora de las Misericordias.“Ella, como lo hizo, con la comunidad apostólica en el cenáculo, ore con todos nosotros para que vivamos un nuevo Pentecostés, y salgamos a anunciar por todos lados las maravillas de Dios”. Al acto de posesión asistieron el Nuncio Apostólico, Mons. Luis Mariano Montemayor, a quien le expresó su agradecimiento y comunión hacia el papa Francisco, un grupo de arzobispos, obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas, la familia y un grupo de laicos.

Jue 17 Dic 2020

Material didáctico para niños en la novena de navidad

Próximos a iniciar la novena de Navidad, la pastoral infantil de la Diócesis de Zipaquirá, junto con el Departamento de Estado Laical de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) y Obras Misionales Pontificias (OMP), han elaborado un material didáctico que contiene 9 recursos que podrán ser utilizados para cada día. Según lo han indicado sus autores, este material de la novena fue diseñado con el objetivo de “que los niños sean ‘fans’ (seguidores) de Jesús, lo conozcan, lo imiten y caminen a la santidad”. El gran reto propuesto será que niños, niñas y adolescentes, con la ayuda de sus familias, cuenten a través de dibujos, audios, escritos o videos, cómo se imaginan la vida de Jesús, desde su nacimiento hasta los 12 años. Se trata entonces de un material intuitivo y fácil de usar, quienes ingresen podrán interactuar con juegos en línea, retos a cumplir, videos, dinámicas para los niños y, además, los relatos de cada día de la Novena. Este trabajo fue creado para que los más pequeños, en compañía de su familia, en casa disfruten por completo esos días de novena. Para conocer y descargar este material lo podrá hacer ingresando al sitio webhttps://www.infantilzipaquira.org/novena

Mié 16 Dic 2020

La voz del Pastor | 20 de diciembre de 2020

Reflexión de monseñor Luis José Rueda Aparicio, Arzobispo de Bogotá y primado de Colombia Lectura del Santo Evangelio según San Lucas 1,26-38.

Mié 16 Dic 2020

Historia de la Novena de Navidad

El autor de la Novena de Navidad fue el místico y lingüista ecuatoriano Fernando de Jesús Larrea, OFM. Nacido en Quito (Ecuador), en 1700 y fallecido en Cali (Colombia), el 3 de noviembre 1773. Fary Fernando de Jesús vistió el hábito franciscano a los 16 años de edad en el convento de la Recolección de San Diego de Quito. Una vez ordenado sacerdote, en 1725, se dedicó a la enseñanza de la filosofía y de la teología. Inauguró su carrera de predicador de misiones populares en 1732, con ocasión de las fiestas de Quito en honor de la Virgen del Quinche. En 1742, se dedicó a predicar en misiones populares en el Valle del Cauca, Cundinamarca, Boyacá, Santander y Tolima; pero su obra más importante, en Colombia, fue la fundación del Colegio de Misiones de San Joaquín de Cali, en 1757. Además de la célebre novena, el padre Larrea es señalado como el autor del vocabulario de la lengua general de los indios del Putumayo y Caquetá. María Clemencia, la mujer que acoge la novena para la juventud Junto con el carisma de misionero y predicador ejercitado por muchas regiones de Colombia, fray Fernando de Jesús tuvo el de la dirección espiritual, y aquí comienza la trama de nuestra historia acerca de la novena, pues una de sus dirigidas fue doña María Clemencia Gertrudis de Jesús Cayzedo Vélez Ladrón de Guevara de Aróstegui y Escota, con quien el fraile mantuvo una constante comunicación escrita desde 1762. Esta mujer advirtió la urgente necesidad de educación que tenía la juventud femenina en Bogotá y la falta de maestras capacitadas para tal oficio. Así, solicitó la asesoría de la Compañía de María, fundada por Santa Juana de Lestonnac en 1607. Después de superar las dificultades propias de una nueva idea social de la educación, y mediante cédula real de Carlos III, se aprobó la fundación del Monasterio-Colegio de La Enseñanza, realizada el 23 de abril de 1783. A doña María Clemencia obsequió fray Fernando el texto de la novena para el aguinaldo. Se ignora la fecha de tal obsequio, porque el documento original se encuentra aún extraviado. Como referencia más antigua se tiene el primer texto impreso en Lima, en 1788. Esta edición se conoció en Bogotá gracias a la edición preparada por la Imprenta Patriótica, en 1807. Por el contacto con el padre Larrea y por su relación con el Colegio de La Enseñanza, siempre se ha supuesto que esta práctica piadosa fuera conocida en Bogotá como devoción, primero de doña María Clemencia, luego de las monjas y sus alumnas hasta llegar a la madre María Ignacia. Aporte de la Madre María Ignacia La novena del aguinaldo fue conocida por una de las figuras más importantes de la literatura femenina colombiana: Bertilda Samper Acosta, quien había nacido en Bogotá el 31 de Julio de 1856. Era hija del humanista, periodista, y político José María Samper y de la reconocida humanista y escritora Soledad Acosta de Samper. Desde muy niña, Bertilda viajó por Europa y América, y juntamente con el castellano aprendió el inglés y el francés. Además de los talentos académicos heredados de sus padres, esta poetisa pertenecía a una familia de próceres, pues su abuelo, el historiador Joaquín Acosta y Pérez de Guzmán había participado en el movimiento intelectual de las gestas patriotas de la independencia nacional. Desde muy niña mostró una ardiente piedad religiosa que la llevó, en 1886, a vestir el hábito de La Enseñanza, muy a pesar de su madre, quien había criticado la vida de clausura en “La Monja en el Mosaico”, escrito de 1866. Una vez en religión en la vida religiosa, Bertilda -nombre que doña Soledad había empleado para varias de sus obras literarias-, se llamó María Ignacia. Su actividad literaria continuó y se convirtió en la cronista de su orden. Falleció el 21 de julio de 1910. La Madre María Ignacia recibió en La Enseñanza la novena de fray Fernando de Jesús y la retocó de manera considerable. La edición más célebre es la publicada y aprobada por el Arzobispo de Bogotá, Bernardo Herrera Restrepo, en noviembre de1910, bajo el título “Novena del Niño Dios”. Desde entonces, este ejercicio de piedad popular se acrecentó en sinónimo de la preparación para la celebración de la Navidad. Con los años se le han hecho adiciones y transformaciones, pero el texto de 1910 permanece aprendido casi de memoria, como señal de tradición espiritual. (Fuente: Novena de Navidad “Ven, Señor, danos tu luz”. Conferencia Episcopal de Colombia. 2020) [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar NOVENA DE NAVIDAD[/icon]

Mié 16 Dic 2020

Diócesis de Cúcuta, más de dos décadas llevando fe y esperanza a través de la novena de Navidad

La diócesis de Cúcuta invita a toda la comunidad a acercarse a las parroquias y adquirir la novena de Navidad, para vivir este tiempo difícil en compañía de la familia, en torno al pesebre, acatando todas las recomendaciones de bioseguridad, para que, en el calor de hogar, crezca la fe en Dios y preparen el corazón para el nacimiento del Salvador. Esta Iglesia particular de Cúcuta, como guía espiritual de esta porción del pueblo de Dios, ha realizado por más de 25 años la novena de Navidad, asumiendo el reto de entrar en cada uno de los hogares para fortalecer la fe y llevar un mensaje de esperanza y paz, suscitado por la encarnación del Hijo de Dios. Esta iniciativa se ha materializado cada año, gracias al apoyo de empresas generosas de la región nortesantandereana, instituciones públicas y privadas, y personas de buena voluntad, se imprimen 110.000 novenas, las cuales son distribuidas a los fieles del área metropolitana de Cúcuta y municipios que pertenecen a este territorio eclesial. Este material es cuidadosamente elaborado por la diócesis de esta ciudad, tanto en su contenido, como en diseño y presentación, ya que hace parte importantísima de la tradición cristiana. En la novena de Navidad se plasman las oraciones tradicionales de esta celebración, pero además se incluyen cada año: lemas, signos, símbolos y consideraciones concretas para cada día, correspondientes a las realidades actuales, con el fin de promover valores cristianos, éticos y humanos, que fomenten la sana convivencia con el prójimo. En esta Iglesia diocesana se ha querido rescatar el sentido verdadero en la celebración del nacimiento del Niño Dios y animar a los creyentes a través de la oración y la reflexión a vivir el amor y la caridad de Jesús. Por medio de la novena de Navidad, se promueve la construcción de paz y reconciliación que esta zona de frontera necesita. Fuente: Centro de Comunicaciones de la diócesis de Cúcuta

Mar 15 Dic 2020

Mensaje pastoral de los Obispos de las Diócesis de Antioquia y Chocó

A pocos días del inicio de la Navidad y ante la compleja realidad que aqueja a los pueblos de los departamentos de Antioquia y Chocó, por causa no solo de la emergencia sanitaria, sino por diferentes factores sociales enraizados en estos territorios, los obispos presentes en estas zonas del país han emitido un comunicado para visibilizar una vez más estas problemáticas y solidarizarse con las comunidades que las habitan. “Como pastores del pueblo de Dios, nos siguen preocupando las problemáticas que afectan a esta región del país. Constatamos que crece la destrucción ambiental causada por la minería irresponsable, se multiplica la presencia de actores armados y se incrementa la nefasta cadena del narcotráfico. Nos duelen las vidas que se pierden por la violencia. Lamentamos que la extorsión y otras formas de criminalidad se sigan convirtiendo en graves amenazas para la vida y el desarrollo de las comunidades”, señala el escrito. Igualmente, en su mensaje destacan la valentía de las comunidades al estar enfrentando esta pandemia, resaltando de ellas la fortaleza y solidaridad para asumirla; así también, hacen notar la riqueza de estos territorios en materia de recursos naturales, permitiéndoles con ello enfrentar en su momento múltiples problemáticas. Al recordar y expresar su cercanía con las víctimas de los incendios y de los diferentes desastres naturales, hacen un llamado a la solidaridad del pueblo colombiano y a las instituciones estatales para que se sigan desplegando las ayudas a quienes han padecido con estos hechos. Así mismo, en cuatro puntos, los jerarcas marcan la pauta invitando a vivir esta Navidad con fe y esperanza, siguiendo la invitación que hizo el papa Francisco en su última encíclica, Fratelli Tutti, “seamos capaces de reaccionar con un nuevo sueño de fraternidad y de amistad social que no se quede en las palabras”: Como un momento propicio para reflexionar en el sentido de nuestra vida y en el rumbo que le queremos dar; para hacer compromisos de cambio para el bien propio y de los demás. Como una oportunidad sin igual para fortalecer la vida de familia, porque en ella experimentamos la fuerza del amor, de la unidad, del perdón, de la ayuda mutua, de la comprensión, del diálogo, del cuidado de unos hacia otros. Como una fiesta de encuentro y fraternidad; no de bullicio, excesos y despilfarro. Pensemos en los hermanos que carecen de lo necesario para vivir, y acudamos a ellos con obras concretas de solidaridad. Esta es la vía correcta si queremos lograr que Colombia deje de ser uno de los países más desiguales del mundo. Como un momento privilegiado para asegurar la construcción de la paz en la justicia social. Este tiempo nos pide hacer una opción valiente y decidida para acabar con toda forma de violencia, de corrupción, de deshonestidad y de crimen. Finalmente, evocaron la intercesión de la Sagrada Familia de Nazaret, para que en este tiempo de Navidad la oración de tantos colombianos sea escuchada “que la celebración del nacimiento de Cristo sea luz para los pueblos del Chocó y de Antioquia, y abra horizontes de esperanza para sus comunidades indígenas, afrodescendientes y mestizas”. El mensaje fue suscrito por: Monseñor Ricardo Tobón Restrepo, arzobispo de Medellín; mons. José Mauricio Vélez García, obispo auxiliar de Medellín; mons. Orlando Corrales García, arzobispo de Santa Fe Antioquia; mons. Hugo Alberto Torres Marín, obispo de Apartadó; mons. César Alcides Balbín Tamayo, obispo de Caldas; mons. Juan Carlos Barreto Barreto, obispo de Quibdó; mons. Fidel León Cadavid Marín, obispo de Sonsón – Rionegro; mons. Mario de Jesús Álvarez Gómez, obispo de Istmina – Tadó; mons. Guillermo Orozco Montoya, obispo de Girardota; mons. Elkin Fernando Álvarez Botero, obispo electo de Santa Rosa de Osos, y mons. Noel Londoño Buitrago, obispo de Jericó. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar mensaje de los obispos[/icon]

Mar 15 Dic 2020

Profanación de la Eucaristía y atentado contra la libertad religiosa

Ante la profanación eucarística en el templo de Nuestra Señora de Valvanera, en Pitalito, departamento del Huila, el obispo de Garzón, monseñor Fabio Duque Jaramillo, emitió un comunicado en el que repudió el hecho y anunció la excomunión de quienes lo realizaron. Según explica el mensaje, desconocidos ingresaron al templo en la madrugada del 13 de diciembre, forzando la puerta del sagrario para sustraer el copón y el viril, pero antes arrojaron al suelo, en los tapetes de desinfección, las hostias que contenía el copón, para robarse luego estos objetos religiosos. “En nombre de la Iglesia Católica levanto esta voz de protesta y de condena al acto de profanación al templo y al sagrario, acto que hiere los sentimientos del pueblo católico de la Diócesis de Garzón y de la Iglesia universal, pues todos vemos atacado el misterio central de la fe cristiana: la Eucaristía, presencia de Dios entre nosotros y prolongación del misterio de la redención del hombre”, asintió el obispo. Monseñor Duque observó que estos hechos ya están en conocimiento de las autoridades competentes y les instó a investigar lo sucedido. Advirtió que esto es “una violación gravísima de los derechos religiosos de los ciudadanos (…) Cuando los derechos de Dios son pisoteados impunemente, los derechos del hombre corren peligro”. Excomunión a los autores Ante estos hechos, el canon 1367 del Código de Derecho Canónico, establece que “quien arroja por tierra las especies consagradas, o las lleva o retiene con una finalidad sacrílega, incurre en excomunión latae sententiae [automática] reservada a la Sede Apostólica”; por tanto el obispo impartió la excomunión a la persona o personas que realizaron este hecho. El prelado precisó que esta disposición de la Iglesia “es una ocasión para que el delincuente considere la gravedad de su falta. Es importante saber que, por la gravedad de la falta, esta excomunión sólo podrá ser levantada por el Santo Padre”. Ceremonia de desagravio Según se indicó en el comunicado la iglesia permanecerá cerrada durante 15 días, hasta el 28 de diciembre, día de los Santos Inocentes, fecha en la que el obispo presidirá una misa de desagravio a las 3:00 p.m. y que podrá seguirse en las redes sociales de la Diócesis de Garzón. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar comunicado[/icon]