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Iglesia

Vie 4 Dic 2020

“Queridas y queridos enfermos, ¡ánimo!”: Monseñor Óscar Urbina

Al cierre de la jornada de oración por los enfermos programada para este viernes 04 de diciembre por el Secretariado Permanente del Episcopado Colombiano (SPEC), monseñor Óscar Urbina Ortega, presidente de la Conferencia Episcopal, envió un mensaje uniéndose a esta iniciativa que buscaba orar por los afectados del Covid-19 y enfermos en general. “Me uno a la jornada nacional de oración por todos los enfermos del país y del mundo en este tiempo de pandemia. No solo me uno con la oración por ellos, sino también junto con ellos y desde ellos, pues comparto los mismos sufrimientos de la enfermedad y el dolor, así como la preocupación de familiares y amigos por nuestra salud”. El también arzobispo de Villavicencio, quien se encuentra internado en una clínica a causa de un cuadro respiratorio por contagio del Covid-19, recuerda en su mensaje las palabras de Jesús: “Cuando dos o tres nos reunimos a orar, allí está el Señor”, y agregó “Él ha cargado con todas nuestras enfermedades y su primera preocupación fueron los enfermos, a quiénes acogió, consoló, acompañó y liberó, no solo de su enfermedad, sino de la muerte eterna. Por eso, queridas y queridos enfermos, ¡ánimo!” Anota también monseñor Urbina que Jesús siempre acoge a los enfermos con ternura y se hace presente a través del corazón y las manos del personal de la salud, familiares y todos los que oran por quienes lo necesitan. “No estamos solos, el Señor nos acompaña y, al pedirlo todos, nos concede los dones de su Espíritu que hoy más necesitemos”. En el texto también resalta, con especial gratitud, a niños, jóvenes y familias del campo y las ciudades que oran por todos los enfermos. “Ustedes hacen cercana la presencia de Dios”. A la jornada nacional “#OremosJuntos por los enfermos” se unieron los medios de comunicación católicos del país, así como las oficinas de comunicaciones de las 77 jurisdicciones de la Iglesia en Colombia (arquidiócesis, diócesis y vicariatos apostólicos), promoviendo durante todo este día, 4 de diciembre, oración por los enfermos en los lugares y horarios que cada quien dispusiera. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar mensaje[/icon]

Vie 4 Dic 2020

La voz del Pastor | 06 de diciembre de 2020

Reflexión de monseñor Luis José Rueda Aparicio, Arzobispo de Bogotá y primado de Colombia Lectura del Santo Evangelio según San Marcos 1, 1-8

Vie 4 Dic 2020

‘La oración es esencial para la misión de la Iglesia’: Papa Francisco

En el mensaje de intención que ofrece cada mes el papa Francisco, pide en esta ocasión que hagamos de la oración la llave para poder entrar en diálogo con el Padre. El Santo Padre ha dicho que el corazón de la misión de la Iglesia es la oración, por tanto recordó que una manera de conversar con Dios es estar leyendo pasajes del Evangelio, allí “conversamos con Jesús, escuchamos a Jesús y respondemos. Y esto es la oración”. En un año marcado por tanto sufrimiento en el mundo por causa de la pandemia del Covid-19, el Pontífice ha dicho que una forma de cambiar la realidad y los corazones es con la oración. “Podemos hacer muchas cosas, pero sin oración no funciona”. “La oración es esencial para la misión de la Iglesia. Recemos para que nuestra relación personal con Jesús se alimente siempre de la Palabra de Dios y de una vida de oración”, concluyó. Video de intenciones del Papa Francisco El Video del Papa es una iniciativa oficial de alcance global que tiene como objetivo difundir las intenciones de oración mensuales del Santo Padre. Es desarrollada por la Red Mundial de Oración del Papa (anteriormente conocida como Apostolado de la Oración) y la productora La Machi.

Jue 3 Dic 2020

Predicación Orante de la Palabra / Adviento – Navidad 2020 - 2011

Predicación Orante de la Palabra Tiempo de Adviento – Navidad 2020 - 2011 [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar predicación orante[/icon]

Jue 3 Dic 2020

En honor a los “héroes de bata blanca”

Al conmemorarse el día panamericano del médico, el obispo de Riohacha, monseñor Francisco Antonio Ceballos Escobar, celebró una eucaristía en homenaje a los héroes de la ‘bata blanca’, asegurando que ellos “lucharon sin descanso para salvar la vida de quienes llegaban a los centros médicos u hospitales buscando ayuda para derrotar al enemigo imperceptible y silencioso, que a su paso va dejando desolación y tristeza”. Durante su homilía acertó en decir el recuerdo y agradecimiento que se tendrá de todos aquellos héroes que en función de su labor entregaron su vida. “En nuestro corazón quedan sus gestos y palabras. Los encomendamos en nuestras plegarias pidiendo para ellos lo que el cielo les aguarda. Y ponemos en su memoria las flores que no se marchitan cuando las riegan nuestro afecto y la esperanza cristiana”. Igualmente, expresó su gratitud por el profesionalismo y la entrega de todo el personal de la salud que sigue arriesgando su vida en el servicio a los enfermos que se encuentran en clínicas y hospitales, ayudándoles a superar esta enfermedad. “En esta pandemia, ustedes, médicos, se han convertido en los héroes del mundo. Hoy son la primera línea de batalla. Son el polo a tierra de una sociedad que tardó mucho en tomar conciencia”. Por último, compartió cuatro lecciones que, en su punto de vista, deja este momento que la humanidad vive por cuenta de la pandemia. - Los seres humanos somos limitados físicamente por nuestra naturaleza, y moralmente por el deterioro social que producen nuestros propios actos. Un insignificante virus ha sido capaz de parar el mundo con mayor poder que nuestras ilimitadas aspiraciones. Pero es importante saber que todo el poder reside no en nuestras propias fuerzas, sino en Aquél que nos ha amado. Sabemos que nuestra vida está siempre en las manos de Dios. En la vida y en la muerte somos de Dios, nos asegura san Pablo. Y de este modo, si vivimos, vivimos para Dios, y si morimos, morimos para Dios; en la vida y en la muerte somos de Dios. Que para esto Cristo murió y resucitó. - En segundo lugar, esta prueba nos ha ayudado a crecer como personas y como comunidad de hermanos. Hemos aprendido que no estamos solos, que somos una familia, vivimos en familia y nos necesitamos mutuamente. La ausencia de nuestros difuntos nos lleva a pensar cuán fugaz es nuestra existencia y cómo no es posible vivirla si no es compartiéndola con los demás, particularmente en tiempo de escasez. - En tercer lugar, nosotros caminamos en este mundo como peregrinos, con humidad, con fe en el Dios misericordioso y con amor a los hermanos, formando una familia de fe, amor y con esperanza firme en la vida eterna. - Y, finalmente, el Señor nos ha dejado una tarea en este mundo. Nuestros difuntos a quienes hoy lloramos, con su vida y su muerte han puesto su granito de arena y ahora han sido llamados a la vida gloriosa con Cristo. Nosotros tenemos la hermosa tarea de hacer presente el Reino de Dios en esta tierra, a través del servicio a nuestros hermanos. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar homilía[/icon]

Mié 2 Dic 2020

Campaña diócesis de Quibdó: “Tiende tu mano al pobre" (Si 7,32)

Ante las fuertes lluvias que siguen azotado el territorio chocoano, dejando a su paso un gran número de familias damnificadas y más de 10 municipios en estado de emergencia, la diócesis de Quibdó presidida por su obispo, Juan Carlos Barreto Barreto, ha prendido las alarmas para solicitar el apoyo de las personas de buen corazón. Para ello se está emprendiendo la campaña: “Tiende tu mano al pobre" (Si 7,32), que busca recolectar ayudas en especie y económicas en favor de las personas que lo han perdido todo y que viven en condición de vulnerabilidad. Según lo han manifestado, se requiere en donación: Alimentos no perecederos (arroz, granos, pastas, azúcar, panela, aceite, harina, atún, entre otros); ropa en buen estado, colchones, productos de aseo personal, elementos de bioseguridad (tapabocas, alcohol y gel antibacterial). Las personas podrán hacer llegar estas ayudas al Centro de acopio dispuesto para ello en el edificio El Convento (Cra. 1 No. 26-91, Barrio Roma, en la ciudad de Quibdó. Igualmente se podrán realizar aportes económicos a través de Bancolombia Cuenta de ahorros No. 53600002300 a nombre de Pastoral Social - Diócesis de Quibdó Nit: 900242658 Las donaciones serán destinadas a personas y familias damnificadas en el área de influencia de la diócesis de Quibdó. Para mayor información pueden comunicarse al número de celular 323 2292452

Mar 1 Dic 2020

Un gran amigo, sacerdote y comunicador llegó al cielo

Con esta sonrisa marcada en su rostro, durante el encuentro de delegados de comunicación que se celebró en el mes de septiembre de 2019 en la sede de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), donde participó como conferencista el padre Camilo Castellanos Cárdenas, es como deseamos recordar a este gran amigo, sacerdote y comunicador, quien hoy intempestivamente fue llamado a la casa del Padre Eterno. Con la conferencia: ¿Cómo hacer presencia de Iglesia en el mundo de la opinión pública?, el padre Castellanos mantuvo en vilo en esta ocasión a quienes le escucharon, mostrando una vez más su sabiduría y sencillez frente a estos temas que le apasionaban abordar y compartir sin reserva alguna. “El Departamento de Comunicaciones y Tecnología de la CEC despide con profundo dolor a este gran amigo, gran servidor de Dios y de la Iglesia desde su sacerdocio y profesión de comunicador social. Sin duda alguna, el padre Camilo hizo un significativo aporte a la pastoral de las comunicaciones en la arquidiócesis de Tuja, del que también alcanzamos a beneficiarnos a nivel nacional. Nos consuela saber que contamos en el cielo con ese gran amigo sacerdote y comunicador”, así lo expresó el padre Jaime Marenco Martínez, director del departamento. La Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) y, de manera especial, la Comisión Episcopal de Comunicaciones, presidida por monseñor Francisco Nieto Súa, obispo de Engativá, se unen en oración de acción de gracias por la vida y ministerio del padre Camilo Castellanos durante su paso en la tierra. Asimismo, expresan su cercanía al arzobispo de Tunja, monseñor Gabriel Villa Vahos, al clero arquidiocesano, y a sus familiares y amigos, a quienes extienden un saludo de condolencia pidiendo de Dios el consuelo y la fortaleza por la partida de este ser tan querido por todos. El cuerpo del padre Castellanos estará siendo velado en la funeraria San Francisco, de la ciudad de Tunja y sus exequias se realizarán este jueves 03 de diciembre a las 10:00 a.m. en laCatedral Basílica Santiago Apóstol en una ceremonia eucarística presidida por monseñor Gabriel Villa Vahos, que podrá verse a través del canal católico TeleSantiago de Tunja o por el canal de facebook de la arquidiócesis: https://www.facebook.com/telesantiago.tunja Padre CAMILO CASTELLANOS CÁRDENAS Nació en Samacá (Boyacá), en 1973. Realizó estudios en el Colegio Nacionalizado de Samacá. Estudios de Filosofía y teología en el Seminario Conciliar de Tunja, donde se ordenó como Sacerdote. Fue profesional en comunicación social de la Universidad de Boyacá, especialista en producción de televisión de la Universidad Javeriana, especialista en ética y pedagogía de la Fundación Universitaria Juan de Castellanos, doctor en ciencias de la comunicación de la Universidad Pontificia Salesiana de Roma. Igualmente, realizó un posdoctorado en comunicación y conflicto en la Université de Paris. Trabajó en el área de comunicaciones en la arquidiócesis de Tunja, desempeñándose como director de la pastoral de la comunicación, jefe de prensa y relaciones públicas, y como director de la Escuela de Humanidades. A lo largo de su trabajo en el campo de la comunicación, tuvo la oportunidad de realizar los proyectos de: creación del canal de televisión local sin ánimo de lucro, Telesantiago de Tunja, del Semanario Puente Boyacense, la emisora comunitaria Radio Milagro, del estudio de producción radiofónica Creator, de la página web de la Arquidiócesis de Tunja y de la emisora de interés público Juan de Castellanos FM Estéreo. En canal católico Telesantiago de Tunja, fue productor general y director; en el periódico Puente Boyacense, fue director editorial. En los últimos años se desempeñó como decano de educación en la Fundación Universitaria Juan de Castellanos, director de la unidad editorial, jefe de la unidad asesora de comunicaciones y mercadeo, y director de la emisora Juan de Castellanos FM estéreo. Se desempeñaba como párroco de la comunidad parroquial de San Juan María Vianney de Tunja. Así mismo, fue el autor del libro: "La opinión pública en los medios de comunicación digital".

Mar 1 Dic 2020

Preparad los caminos del Señor, el ADVIENTO

Por: Mons. Víctor Manuel Ochoa Cadavid - Vivimos tiempos difíciles, y en medio de la crisis de salud que ha provocado la COVID-19, la terrible situación invernal que ha hecho sufrir a mu­chos, nos disponemos a iniciar un nuevo Año Litúrgico, ya que el ca­lendario de las celebraciones de la Iglesia se rige, no por la sucesión de días y meses que se registran en el almanaque, sino por una forma muy especial de contar el tiempo, el cual se basa en la fecha de la Pascua y que ordena todas las cele­braciones en un ciclo colmado de signos y celebraciones que cons­tituyen el Año Litúrgico, en este caso ya el 2021. Hemos concluido el Año Litúrgico con la Solemni­dad de Cristo Rey del Universo y comenzaremos este domingo, el santo Tiempo del Adviento. La Iglesia del Señor está llamada a dar gloria a su Dios. Su misión es anunciar con la Palabra, la vida y el culto, la presencia de Dios en la historia, manifestar a Cristo glo­rioso en medio de las realidades del mundo, celebrando visible­mente su triunfo sobre la muerte. Ya lo decimos en nuestras celebra­ciones: Anunciamos tu muerte, proclamamos tu Resurrección, ven Señor Jesús. Este es el centro de nuestra fe y, hacia este anuncio gozoso corre y trabaja todo nues­tro plan pastoral, queremos poner a Jesús en el corazón y en la vida de todos los hijos de la Iglesia. Iniciamos el Año Litúrgico con el tiempo del ADVIENTO, esta vi­vencia de la liturgia, nos pone de frente a las celebraciones con cua­tro semanas que preceden la santa Navidad, que siempre tiene fecha fija: el 25 de diciembre. La pre­paramos con un Tiempo de gracia que va permitiéndonos escuchar en la Palabra y celebrar en la li­turgia diaria, un camino recorrido por los profetas, animado por los consejos sabios de los Apóstoles, e ilustrado con la narración his­tórica de dos acontecimientos: el primero, el nacimiento de Jesús en la historia; el segundo, la segunda venida del Señor, la que espera­mos como consumación de la his­toria humana y victoria definitiva de Dios. El tiempo preparatorio se lla­ma Adviento, se usan vestiduras moradas, se leen los profetas que anuncian a Cristo, se prepara su venida con oraciones que le di­cen al Señor que ven­ga nuevamente: “Ven, Señor Jesús”. Se des­taca en este Tiempo, la Virgen María, que nos enseña a esperar con fe la segunda venida del Señor. Son cuatro domingos de Adviento. En ellos se celebra la esperan­za y la alegría de saber que el Señor llega con su poder y con su paz a inundar los corazones de los que ama con la luz de la vida, con la fuerza renovadora de su amor. El Adviento se celebra en las cua­tro semanas anteriores al 25 de diciembre, comenzando, precisa­mente en esta última semana de noviembre. Nuestro ADVIENTO hemos de vivirlo en la realidad concreta de una sociedad que ne­cesita reavivar la esperanza, pro­mover una experiencia de caridad con tantos signos de dolor como los que vive el mundo, vivir estos días en la promoción de la frater­nidad que, a la luz del Evangelio se llama: caridad. Hay signos muy especiales para este Tiempo: En primer lugar, el mismo tiempo ya es un signo. Cuatro domingos y cuatro semanas que nos recuerdan la preparación del pueblo de Is­rael para la llegada del Mesías, la voz de los profetas que anuncian la presencia del Señor y Salvador, la figura protagónica de San Juan Bautista que va disponiendo el resto de Israel, es decir, los pocos que aún esperaban la salvación, y que quiere advertir sobre la inmi­nencia del inicio de la misión de Jesús. Es central en el adviento la figura de María, la Virgen fiel, la Madre de la esperanza, que se convierte en sigo de fidelidad y en mo­delo de fe para todos nosotros. Nuestro Adviento debe ser una escuela de caridad, iluminada por la fe y la esperan­za, nos debe renovar en el deseo de ser pre­sencia del Señor en el corazón de tantos que sufren, ser signo del amor de Dios en la vida de quienes nos muestran en su ros­tro doliente la llamada del Señor, a vivir más fraternalmente, a es­tar cerca de los enfermos, de los niños, de los ancianos, de tantas realidades en las que este tiempo de celebración y de alegría se ve ensombrecido por el flagelo de la enfermedad y la pandemia. Es tiempo de anuncio de la Palabra en una predicación esperanzadora, en una promoción de muchos y muy significativos momentos de evangelización: la Fiesta de la In­maculada, fiesta de luz y de espe­ranza; la Novena de Navidad, que entre nosotros es “madrugarle a la esperanza” para abrir con el cla­rear del día unas jornadas de anun­cio del Evangelio y de gozosa pro­clamación de una fe que reconoce en Jesús el que nos libra “de la cárcel triste que labró el pecado” y el que quiere ser “consuelo del triste y luz del desterrado”. Desde ahora, los invito a usar con gran alegría, todos, la Novena de Navi­dad que ha preparado el Centro de Comunicaciones de la Diócesis de Cúcuta y que pueden encontrar en sus parroquias. Adviento es entonces una escuela de esperanza, una escuela de con­fianza, unas jornadas en las que adornamos el corazón con la luz de la fe y llenamos nuestras vidas con la certeza del amor de Dios que nunca abandona a sus hijos amados. En este tiempo nos llenamos de luces, de signos externos, que nos tienen que llevar a Jesucristo, que es la “luz de las gentes”, que alum­bra la tiniebla del pecado y del mal en el mundo. Él pone su luz dónde hay tristeza, muerte, desesperan­za. Que vivamos con respeto y si­lencio, con esperanza este tiempo que nos prepara a un encuentro con el Evangelio viviente del Pa­dre, Jesucristo mismo. Miremos al pesebre con espe­ranza, con los ojos puestos en la Santa Virgen y en San José, que se dedican a servir a Dios, esperan­do al Salvador y Redentor. Buen ADVIENTO para todos, para sus familias. + Víctor Manuel Ochoa Cadavid Obispo de la Diócesis de Cúcuta