Pasar al contenido principal

Iglesia

Lun 20 Abr 2020

La caridad de la Iglesia Católica en tiempos de pandemia

La Iglesia Católica en Cúcuta, durante este tiempo de prueba, ocasionado por la pandemia del virus COVID-19 (SARCS-CO-2), ha querido permanecer en oración y cuidado de los pobres y necesitados con sus estructuras de caridad. Gracias a la Divina Providencia y a muchos benefactores, entre ellos el Santo Padre Francisco, hemos podido permanecer cerca de los fieles, en este confinamiento, para alentar al pueblo de Dios en la fe y la esperanza. Siempre hemos querido estar cerca de los más pobres y necesitados para asistirlos en la caridad de Cristo. La Diócesis de Cúcuta, con la ayuda de benefactores y de sus propios recursos, ha entregado más de 20.800 mercados completos (14.000 del BDA, 6.500 COSPAS, 300 Fundación Asilo Andresen) y 5.000 provisiones con elementos de aseo. Así mismo, con la tarea del Banco Diocesano de Alimentos y con la ayuda de la Orden de Malta, se ha logrado entregar 30 toneladas de arroz vitaminizado en zonas muy pobres de la ciudad; y con la ayuda de empresas de Norte de Santander, otras 30 toneladas de arroz y alimentos perecederos como papa, verduras y pollo. Los alimentos entregados superan las 250 toneladas. Esto ha comportado un ingente trabajo de laicos, sacerdotes, religiosos y religiosas. Estos alimentos han sido entregados en las parroquias de Cúcuta y su Área Metropolitana y en la zona rural de la misma. Se ha buscado atender también a los colombianos retornados, como a los emigrantes de Venezuela presentes en la zona. Monseñor Víctor Manuel Ochoa Cadavid, Obispo de Cúcuta, expresa su gratitud con quienes han hecho posible mitigar las necesidades de cientos de familias: “Gracias a quienes desde la Corporación de Pastoral Social, el Banco Diocesano de Alimentos, la Fundación Asilo Andresen, las capellanías de los hospitales y clínicas, y desde las distintas parroquias e iniciativas, viven la caridad con los necesitados. Dios les pague a todas las instituciones, comerciantes, personas que nos han donado elementos y bienes para atender esta emergencia”. Es importante dar a conocer que la entrega de alimentos cuenta con las medidas preventivas establecidas por el Instituto Nacional de Salud. Por tal motivo, en todas las estructuras de caridad de la Diócesis de Cúcuta se han tomado las medidas de seguridad sanitaria para el personal y voluntarios. Se ha recibido una valiosa ayuda de la Policía Nacional y del Ejército de Colombia y de otras instituciones. En esta línea de acciones de caridad, La Fundación Pía Autónoma Asilo Andresen, institución bajo la responsabilidad del obispo de la Diócesis, que debió suspender la asistencia de los niños a sus instalaciones desde el 16 de marzo, continúa contribuyendo con su alimentación, otorgando cada 15 días a las familias de 300 menores, mercados y confecciones con elementos de aseo, para que permanezcan seguros en el aislamiento preventivo y de igual forma, nos les falte la comida. Por su parte, la Corporación de Servicio Pastoral Social (COSPAS), como institución con una larga historia de caridad, ha continuado liderando los programas Multipropósito y de Integración Local, dentro de ellos se activaron planes de contingencia en alianza con el Programa Mundial de Alimentos (PMA), ACNUR y GIZ de Alemania, para beneficiar a población necesitada en Cúcuta, El Zulia, Sardinata y Bucarasica. Entre marzo y abril se han otorgado 6.500 provisiones de alimentos, beneficiando aproximadamente a 15.000 personas. Las entregas se realizaron después de una identificación de la población más necesitada, con el apoyo de los presbíteros y de los agentes pastorales de las distintas parroquias de la Diócesis. Además de los beneficios alimenticios, también se han entregado elementos de aseo y de bioseguridad en los sectores de mayor necesidad. Durante este tiempo ha continuado con su tarea el Centro de Migraciones de la Diócesis de Cúcuta bajo el cuidado de los padres Scalabrinianos, atendiendo unas 140 personas entre niños y enfermos. Con ingenio y creatividad los sacerdotes de la Diócesis de Cúcuta, la Emisora VOX DEI (1.120 AM), el Periódico LA VERDAD y la presencia en las distintas redes sociales, gracias a las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación se ha mantenido el contacto con los fieles de un modo virtual y constante, celebrando con ellos la Semana Santa; ofreciendo diariamente la Santa Misa, el rezo del Santo Rosario fortaleciendo la oración y entregando profundas reflexiones espirituales. La Iglesia de Cúcuta fiel al mandamiento del amor, busca acompañar esta difícil situación, sembrando esperanza y tratando de no abandonar a sus hermanos y fortaleciendo en la fe, anunciando siempre que “Cristo es nuestra esperanza” (Col 1, 27).

Lun 20 Abr 2020

“Mi familia y yo, serviremos al Señor”

Por: Mons. Luis José Rueda Aparicio- Carta a las familias en la Pascua. Querida familia: La vida nos está poniendo a prueba a todos, con esta cuarentena. Vemos con más claridad que, tener familia es tener un verdadero regalo de Dios. Redescubrimos que el hogar es un lugar de encuentro, de oración, de sonrisa, de diálogo, de sanación, de trabajo. En el hogar nace, crece y da frutos la familia. La cuarentena nos ha llevado a estar más tiempo juntos en casa, a vivir las cosas cotidianas con calma, sin carreras, a valorar los trabajos del hogar, a recordar los años de infancia. Nos preguntamos sobre el sentido de la vida. Valoramos más la salud. Nos miramos hacia dentro, y así, poco a poco vamos caminando hacia una conciencia renovada. Recordemos la enseñanza de la Iglesia, en el Concilio Vaticano II, cuando nos dice que: “La conciencia es el núcleo más secreto y el sagrario del hombre, en el que éste se siente a solas con Dios.” (G.S 16). En la conciencia el ser humano dialoga con Dios. De esta manera, cuando la persona ora en silencio, está allí en el sagrario de su conciencia, en comunicación amorosa con el Dios altísimo y omnipotente. Miremos el ejemplo de Jesús nuestro Señor: “Muy de madrugada se levantó, salió y se dirigió a un lugar despoblado, donde estuvo orando” (Mc 1,35). El creador dialoga con la creatura, esto sólo sucede con el ser humano, porque fue creado a imagen y semejanza de Dios. Dialogar con Él nos permite escuchar su voz en los acontecimientos grandes o pequeños de la vida, esta actitud de escucha nos renueva desde dentro. Escuchar la voz de Dios nos enseña a detenernos y escuchar a las demás personas. A todos nos conviene ejercitarnos en el silencio y la oración: “Oh, si escuchan hoy su voz. No endurezcan su corazón” (Salmo 94, 7 – 8). Cuando dialogamos con Dios en nuestra conciencia, sentimos su cercanía y superamos la soledad. El diálogo con Dios nos permite experimentar su amor, quita los miedos, aunque no quita los problemas, y nos lanza a buscar a las demás personas como hermanos nuestros, a esforzarnos por servirles con vitalidad renovada, así superamos el egoísmo y la indiferencia para construir fraternidad, ayuda mutua y una cercanía sanadora, capaz de darle vida al que está tirado en el camino. El diálogo con Dios nos hace misioneros de la vida. (Lc 10, 25 – 37). El éxodo humano que estamos viviendo, debido a la emergencia sanitaria, nos está cambiando la forma de trabajar, de pensar, de relacionarnos. Por favor no tengan miedo. Ciertamente debemos adaptarnos a las situaciones nuevas, redescubrir los valores que los abuelos nos enseñaron. Vendrán nuevos desafíos, vendrán pruebas más duras, pero recordemos que cada familia es lugar de la presencia del Señor. Este es tiempo para confirmar nuestra alianza con el único Dios vivo, fiel y misericordioso, es tiempo para proclamar: “Mi familia y yo, serviremos al Señor”. (Jos 24,15). Querida familia: En este camino de Pascua mantengamos viva nuestra esperanza, cuidemos la salud de todos, aprendamos y apliquemos todas las medidas preventivas, estemos muy atentos a las necesidades de los familiares, especialmente de los ancianos, de los que no tienen empleo o vivienda, de los que están enfermos. Seamos muy agradecidos con los médicos, enfermeras y personal sanitario. Les ruego que estén muy unidos con su párroco, con las religiosas, con quienes hacen parte de la Iglesia parroquial en barrios y veredas. Que podamos poner en práctica las obras de misericordia. Cuando la prudencia y las normas civiles lo indiquen, volveremos a encontrarnos para celebrar la Eucaristía y los demás sacramentos en el templo, porque sentimos la necesidad del encuentro entre nosotros como parroquia y de nosotros con Cristo: “Que alegría cuando me dijeron: ¡vamos a la casa del Señor!”. (Salmo 121). Oremos sin desanimarnos, pidamos permanentemente la presencia del Espíritu Santo: Ven espíritu Santo, ayúdanos en nuestra fragilidad, porque la creación toda, gime con dolores de parto. Ven Espíritu Santo, a la vida de nuestra familia y de la humanidad entera. Ven Espíritu Santo, Señor y dador de vida, renueva nuestra conciencia, la política y la economía, que todo lo orientemos al Reino de Dios. Ven Espíritu Santo, renueva en la Iglesia la santidad y el fervor misionero. Ven Espíritu Santo, quita el pánico y la tristeza, condúcenos a la verdad plena y renueva nuestra alegría. Ven Espíritu Santo, libéranos del pecado y de la muerte. Ven Espíritu Santo, guía al mundo entero, para que seamos servidores del bien común, de la vida y de la paz, no esclavos de los bajos instintos. Ven Espíritu Santo, haz que sintamos el amor de Dios nuestro Padre, para que seamos hermanos en Cristo el redentor de la humanidad. Ven Espíritu Santo, danos sabiduría, humildad y creatividad. Ven Espíritu Santo, llena de gracia la vida de las familias como llenaste la vida de María, para cantar con ella, proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi salvador. Amén. + Luis José Rueda Aparicio Arzobispo de Popayán Octava de Pascua de 2.020

Sáb 18 Abr 2020

'Coronilla de la Misericordia' en casa

Este segundo domingo de Pascua la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) invita al rezo de la "Coronilla de la Divina Misericordia'. Para ello, el padre Ramiro Antonio López Montoya, director del departamento de animación misionera de la CEC, nos da los pasos a seguir para hacer esta oración. Compartamos este video-mensaje con familiares y amigos. Recordemos que esta es una invitación que hace el Papa Francisco para encomendarnos a Jesús Misericordioso en este tiempo de pandemia. Por ello, los obispos de Colombia reiteran el llamado para que este domingo 19 de abril, a las 3:00 p.m., los fieles católicos se unan en oración con el rezo de la coronilla. En este contexto, la Conferencia Episcopal de Colombia ha elaborado un insumo pastoral que ayudará a vivir en familia esta celebración del segundo domingo de Pascua, también llamado ‘Domingo de la Misericordia’. El documento se puede descargar de la página www.iglesiantecoronavirus.cec.org.co [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar insumo pastoral[/icon]

Sáb 18 Abr 2020

Pandemia

Por: Mons. César Alcides Balbín Tamayo - Al momento de escribir este editorial, la situación de la pandemia de coronavirus en nuestro medio apenas comienza a presentarse. Los casos todavía se enmarcan con tendencia al alza, y si las cosas siguen como van, pronto estaremos hablando de cuatro y hasta de cinco dígitos, o sea contados por miles. ¡Y quién dijo miedo! La primera y normal reacción es el pánico. Digamos como un miedo súbito y extraordinario, que es hasta paralizante. Sin embargo, y es contradictorio: lo primero que se nos puede ocurrir es huir. Y son varias las formas de hacerlo: ignorando las recomendaciones, haciendo lo que a mí me parece, desafiando las autoridades y minimizando los riesgos. Las pandemias, que a lo largo de la historia siempre han aparecido, confrontan los avances científicos y médicos. Afortunadamente a medida que avanzan las pandemias o epidemias, avanzan también los descubrimientos de la cura. Cuando las pandemias iban de manera lenta, como en la antigüedad, la cura era lenta. Hoy cuando los virus viajan, no por caminos de herradura, sino cómodos, en primera clase, también la cura, y esa es la esperanza, llega en poco tiempo; pero después de que se ha cobrado un número significativo de vidas. Si antes las epidemias, virus y demás, tardaban años y hasta decenios para llegar, hoy llegan en horas, en lo que se demora un vuelo de Asia a Europa y de Europa a América. Otro es el tema de la expansión: de ello nos podrían hablar hoy muy bien nuestros hermanos italianos y españoles. Pero como nadie experimenta por cabeza ajena, en nuestro medio todavía pensamos que eso no nos puede pasar a nosotros, que somos inmunes, que eso pasa es «por allá». Tal vez eso pensaban «por allá» (los europeos) cuando apenas comenzaba en la China. Con todo, esto que está sucediendo nos dejará muchas lecciones de vida, porque a muchos desinstalará, nos sacudirá de nuestra comodidad y nos enseñará a diferenciar lo importante y lo necesario de lo superfluo; nos enseñará a valorar lo sencillo, los momentos en familia, la vida de los demás, especialmente de nuestros mayores, a quienes debemos cuidar y proteger, siempre, pero de manera especial en esta pandemia. Nos enseñará que todos somos frágiles y que las seguridades que nos hemos construido, a la hora de la verdad, para poco sirven. Todos: políticos, empresarios, industriales, señores el mundo, dueños de los aparatos productivos, y de ahí para abajo, todos, tendremos que pensar en común, en categorías de comunidad. Y no creamos que los que menos tienen serán los mas vulnerables, pues el virus ha atacado primero a los que viajan en avión, que a los van en jumentos. A estos les puede llegar, pero con la seguridad de que será más tarde. Esperamos recoger abundantes lecciones de vida, duras tal vez, pero lecciones al fin y al cabo. Todos nos sentimos vulnerables, y en realidad que lo somos. Es en estos momentos en donde debe aflorar la generosidad, la grandeza y la nobleza. No la mezquindad, que es lo que parece cuando vemos a no pocas personas cargando gran cantidad de insumos, como si eso diera la seguridad. Al contrario, eso lo que muestra es una profunda inseguridad. Parodiando al Señor en una de sus enseñanzas, tendremos que decir: necio, esta noche te pedirán el alma, y ¿todo lo que has comprado para quién será? Que este tiempo, como un tiempo de pasión prolongado, nos una más al Señor y a nuestros hermanos, y que las enseñanzas que nos deje perduren en nosotros, en nuestras familias y en nuestra sociedad, para que logremos con ello el cambio de paradigmas, para beneficio de muchos. + César Alcides Balbín Tamayo Obispo de Caldas - Antioquia

Sáb 18 Abr 2020

Participa del Congreso de la Divina Misericordia

En el marco de la fiesta de la Divina Misericordia, la parroquia de Santa Laura Montoya en la ciudad de Bogotá, invita este próximo domingo 19 de abril a participar del Congreso Virtual de la Misericordia, que se realizará de 8:00 a.m. a 6:00 p.m. Según lo ha indicado su párroco el padre Arnoby Álvarez este será un espacio para “Cultivar la fe, la esperanza en Dios, pues tenemos la certeza, como lo indica Sor Faustina que «La humanidad no conseguirá la paz hasta que no se dirija con confianza a Mi misericordia» (Diario, 300). “Invitamos a todos los feligreses de la Parroquia y los amigos de las diversas Redes Sociales a vivir esta fiesta con el fin de cultivar la esperanza en Dios Misericordioso, en estos tiempos que deseamos que su presencia cubra con poder la tierra entera”, expuso el sacerdote. El evento podrá ser seguido de manera gratuita a través de las redes sociales: Facebook: parroquiasantalauramontoya.org o por Youtube: Padre Arnoby. Para tener el ID de ingreso a la Sala de ZOOM del evento, los interesados podrán acceder en el formulario de registro que encontrarán en el siguiente enlace. https://forms.gle/M2vLQ5MzaD4txucu9

Vie 17 Abr 2020

En tiempo de pandemia Iglesia colombiana invita a rezar la coronilla de la Divina Misericordia

Luego de la recomendación insistente del Papa Francisco de realizar prácticas piadosas a través de los medios de comunicación y atendiendo su invitación a encomendarse a Jesús Misericordioso orando “por toda la Iglesia y por toda la humanidad que sufre la pandemia causada por el coronavirus”, la Iglesia católica colombiana anima a todos los fieles para que este domingo 19 de abril, a las 3:00 p.m., nos unamos al rezo de la Coronilla de la Divina Misericordia. En este contexto, la Conferencia Episcopal de Colombia ha elaborado un insumo pastoral que ayudará a vivir en familia esta celebración del segundo domingo de Pascua, también llamado ‘Domingo de la Misericordia’. El documento se puede descargar de la página www.iglesiantecoronavirus.cec.org.co Por su parte, el Papa Francisco, este año en el que se celebra el vigésimo aniversario de la canonización de sor Faustina Kowalska y de la institución del Domingo de la Divina Misericordia, presidirá este domingo la Santa Misa en la Iglesia Santo Spirito in Sassia, un lugar de especial devoción a la Divina Misericordia. Seguidamente, dirigirá el rezo del Regina Coeli (Reina del cielo), una oración que los fieles rezan a la Virgen María en lugar de la oración del Ángelus durante el tiempo pascual. La Santa Sede decreta día de la Divina Misericordia La Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos publicó el 23 de mayo del 2000 un decreto en el que estableció, por indicación de san Juan Pablo II, la fiesta de la Divina Misericordia. La denominación oficial de este día litúrgico es «segundo domingo de Pascua o de la Divina Misericordia». Revelaciones de Santa Faustina sobre la Divina Misericordia Santa Faustina, que es conocida como la mensajera de la Divina Misericordia, recibió revelaciones místicas en las que Jesús le mostró su corazón, fuente de misericordia, y le expresó su deseo de que se estableciera esta fiesta. El Papa san Juan Pablo II le dedicó una de sus encíclicas a la Divina Misericordia «Dives in misericordia». [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar insumo pastoral[/icon]

Vie 17 Abr 2020

La confianza en el Señor resucitado disipa las tinieblas del aislamiento y la duda

Primera Lectura: Hch 2,42-47 Salmo: Sal 118(117),2-4.13-15ab.22-24 (R. cf. 1) Segunda Lectura: 1P 1,3-9 Evangelio: Jn 20,19-31 Introducción Al celebrar el domingo de la misericordia, evocamos la memoria de san Juan Pablo II que, con su testimonio de fe le enseñó a la Iglesia a mantener los ojos fijos en la misericordia de Jesús resucitado. Mirarnos en la misericordia de Dios es aprender a ser misericordiosos como el Padre “la humanidad no encontrará ni tranquilidad ni paz hasta que se vuelva con plena confianza a mi Misericordia...” (Jesús a Santa María Faustina, vidente y apóstol de la Divina Misericordia). Iluminados por la Palabra fijamos nuestra atención en tres ideas • La paz es un regalo que nos da Cristo resucitado. • La confianza en el Señor resucitado disipa las tinieblas del aislamiento y la duda. La confianza es la esperanza firme que se tiene en una persona, la capacidad para soportar las dudas. La confianza sólo puede depositarse en la relación interpersonal, no puede confiarse en el azar. • La misericordia es tema privilegiado del magisterio del Papa Francisco que nos enseña: “La misericordia de Dios es tan grande, tan grande. Recordemos la historia de la pobre viuda que fue a confesarse con el cura de Ars (su marido se había suicidado; había saltado del puente al río. Y lloraba. Y dijo: “Yo soy una pecadora, pobrecilla. ¡Pero, pobre mi marido! ¡Está en el infierno! Se suicidó y el suicidio es un pecado mortal. Está en el infierno”. Y el cura de Ars dijo: “Deténgase, señora, porque entre el puente y el río está la misericordia de Dios”. Hasta el final, hasta el final, está la misericordia de Dios” (Homilía 18.03.2019). 1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? El evangelista narra que la presencia del Señor Resucitado les trajo la paz y una paz que tiene el valor del sacrificio que, lo evidencia al mostrarles las llagas y el costado (Cfr. 20,19-20). Esta acción de Jesús permitió que los presentes tuvieran la certeza de la presencia real del resucitado y se alejaran llenos de confianza de la posibilidad de pensar que, la resurrección era una invención humana, les mostró sus llagas. Así, ellos se dieron cuenta que no era una visión, era Él, el Señor, y se llenaron de alegría. El Papa Francisco reflexionando este enseña “Ocho días después, Jesús entró de nuevo en el Cenáculo y mostró las llagas a Tomás, para que las tocase como él quería, para que creyese y se convirtiese en testigo de la Resurrección. También a nosotros, hoy, en este domingo que san Juan Pablo II quiso dedicar a la Divina Misericordia, el Señor nos muestra, por medio del Evangelio, sus llagas. Son llagas de misericordia. Es verdad: las llagas de Jesús son llagas de misericordia”. 2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? Jesús nos invita a contemplar sus llagas, a estar cerca de ellas, es el Señor que desea, en medio de nuestra sociedad ensombrecida, sanar nuestras llagas de injusticia, de guerra, indiferencia, odio, venganza, polarización. Para lograrlo hay que encontrarse con el resucitado, experimentar gozo y alegría, sentirnos misericordiados; en otras palabras: sin reconciliación es muy difícil ser misericordiosos El Papa Francisco citando a San Bernardo, en su comentario al Cantar de los Cantares (Disc. 61,3-5; Opera omnia 2,150-151), sostiene que el santo se detiene justamente en el misterio de las llagas del Señor, usando expresiones fuertes, atrevidas, que nos hace bien recordar hoy. Dice él que «las heridas que su cuerpo recibió nos dejan ver los secretos de su corazón; nos dejan ver el gran misterio de piedad, nos dejan ver la entrañable misericordia de nuestro Dios». Lo cruento de la tarde del calvario se transformó por gracia de Dios en paz, confianza, misericordia. Este es el camino que debemos transitar para superar los momentos de extremismos que nos agobian, sumergirnos en la misericordia de Dios dejarnos transformar en signos creíbles de su Cruz y Resurrección. 3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromi- so la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? Debemos pedirle al Señor que nos dé un corazón misericordioso como el suyo. Capaz de perdonar, incansable en la búsqueda de la reconciliación. La síntesis de la liturgia de este domingo de la misericordia es que “Jesucristo es el rostro de la misericordia del Padre. El misterio de la fe cristiana parece encontrar su síntesis en esta palabra. Ella se ha vuelto viva, visible y ha alcanzado su culmen en Jesús de Nazaret. El Padre, «rico de misericordia» (Ef 2,4), después de haber revelado su nombre a Moisés como «Dios compasivo y misericordioso, lento a la ira, y pródigo en amor y fidelidad» (Ex34,6) no ha cesado de dar a conocer en varios modos y en tantos momentos de la historia su naturaleza divina. En la «plenitud del tiempo» (Gal 4,4), cuando todo estaba dispuesto según su plan de salvación, Él envió a su Hijo nacido de la Virgen María para revelarnos de manera definitiva su amor. Quien lo ve a Él ve al Padre (cfr. Jn 14,9). “Jesús de Nazaret con su palabra, con sus gestos y con toda su persona revela la misericordia de Dios” (MV 1). RECOMENDACIONES PRÁCTICAS: 1. Se sugiere llevar en alto el Evangeliario y Leccionario, en la procesión de entrada, como la Palabra Escrita que testifica la Acción del Espíritu Santo y de los Apóstoles que pusieron por escrito la experiencia de la Resurrección. 2. Conviene hacer un momento de sagrado silencio en el acto penitencial y después de la invitación a orar: “Oremos” (Cfr. OGMR 45). 3. Sería oportuno hacer hoy el Rito para la bendición y la aspersión del agua en memoria del Bautismo, que ocuparía el lugar del acto penitencial, al comienzo de la Misa, siguiendo lo indicado en el Apéndice I, propio para la cincuentena pascual, Misal, p. 1058. 4. Tener presente que el Prefacio es el de Pascua I: «El Misterio Pascual», con la parte propia: «en este día». Convendría seguir el Canon Romano o Plegaria Eucarística I, con las partes propias que contiene. 5. Para la bendición final de la Misa se puede usar la fórmula solemne de la Vigilia Pascual, Misal, p. 219. Para despedir al pueblo se agrega el doble Aleluya. 6. Con las segundas Vísperas de este domingo termina la Octava de pascua. 7. Por ser un día en el que se privilegia la Misericordia, en la tarde de este día, se podría invitar a la comunidad a una hora santa y rezar la coronilla de la misericordia. 8. Promover con antelación una acción caritativa 9. Invitar a los niños y jóvenes a visitar los hogares del adulto mayor. 10. Recordar que esta semana, el sábado 25 de abril, es la fiesta de San Marcos Evangelista.

Jue 16 Abr 2020

Diócesis de Armenia, siguiendo las enseñanzas de Jesús en tiempos de crisis

La Iglesia Católica sigue trabajando por brindar asistencia humanitaria a las poblaciones y familias más vulnerables de las diferentes regiones del país. Por medio de Arquidiócesis, Diócesis y Vicariatos, se sigue trabajando por atender a las personas que más lo necesitan en este momento de dificultad por el que atraviesa el mundo. “La Diócesis, mediante la Pastoral Social, siempre está preocupada y presente en todas las acciones sociales que le competen, entre esas está el Banco de Alimentos que todo lo que recibe en alimentos o productos de consumo humano los entrega a las comunidades vulnerables, fundaciones y hogares que albergan adultos mayores”, asegura el Diácono Permanente Carlos Ariel Rojas, director de la Pastoral Social Diocesana de Armenia. En este momento se ha incrementado la búsqueda de ayudas para suplir necesidades básicas de los más necesitados. En cabeza de Monseñor Carlos Arturo Quintero Gómez, obispo de la Diócesis de Armenia, en la primera semana de cuarentena se repartieron 400 mercados entre las diferentes parroquias, de acuerdo a sus necesidades y, por otro lado, se han entregado mercados puerta a puerta a grupos de venezolanos distribuidos en la ciudad. El Diácono Carlos Ariel ha dicho que “el principal objetivo es cumplir el principio del Evangelio, siguiendo las enseñanzas de Jesús: darle de comer al pobre y necesitado y siguiendo el principio bíblico, ‘si hay junto a ti algún pobre de entre tus hermanos, en alguna de las ciudades de tu tierra que Yahveh tu Dios te da, da, no endurecerás tu corazón ni cerraras tu mano a tu hermano pobre’ (Dt. 15,7-8) DSI”. De estas actividades participan los colaboradores de la Pastoral Social, quienes realizan la labor de acopio, selección y entrega de productos, asimismo, fundaciones, personas y entidades que hacen sus donaciones, entre ellas, diversas cadenas de supermercados. En momentos de crisis como la que se vive actualmente por cuenta del coronavirus, la esperanza y la solidaridad deben mantenerse en pie para así trabajar unidos por superar la situación, pero también, abrir el corazón a Dios. “No perdamos la confianza en Dios, siempre adheridos a su misericordia y Providencia Divina” es el mensaje que el Diácono Permanente Carlos Ariel Rojas, director de la Pastoral Social en esta ciudad deja a los colombianos. Fuente: Of. de comunicaciones SNPS