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Iglesia

Jue 6 Oct 2016

CCN invita a buscar una pronta solución que lleve a superar crisis en el país

Tras los resultados del Plebiscito realizado el pasado 2 de octubre en Colombia, la Comisión de Conciliación Nacional (CCN) hizo un llamado a las diferentes instancias a superar la crisis y a mantener un diálogo abierto. "Hace un llamado al Gobierno Nacional, a todas las organizaciones políticas, sociales y económicas y a las FARC-EP, a alcanzar una solución a la mayor brevedad posible, sin dejar de lado los logros ya obtenidos, y con base en una agenda realista que permita la superación de la crisis". En un comunicado, los miembros de esta Comisión exhortaron al grupo de las FARC-EP a reflexionar sobre todo lo acontecido y les pidieron "tender puentes con la realidad nacional, con el fin de ayudar a encontrar una salida a la coyuntura actual". Hicieron un llamado al Estado para que se mantenga el cese bilateral del fuego y de las hostilidades, con el fin garantizar de esta forma la seguridad nacional de toda la población colombiana. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar comunicado[/icon] Con el fin de persistir en la construcción de una paz duradera en el país, los miembros de la Comisión de Conciliación invitaron a la Comunidad Internacional a mantener el apoyo político y económico que siempre han ofrecido, hasta la implementación de los acuerdos finales entre el Gobierno y las Farc. Por otra parte hicieron un llamado al Gobierno Nacional y al grupo insurgente del ELN para que cuanto antes se formalice una mesa de diálogo. La Comisión de Conciliación Nacional, fue creada y convocada por la Conferencia Episcopal de Colombia desde 1995, pretende buscar soluciones políticas a las diversas situaciones sociales de nuestro país; en esta oportunidad se encuentra brindando su acompañamiento y orientación frente a los acuerdos de paz en Colombia como tema transcendental en la vida nacional.

Jue 6 Oct 2016

La Iglesia y el plebiscito

Por Pbro. José Elver Rojas - En un país polarizado, cada grupo compite por contar con el mayor respaldo, eso lo hace más fuerte y superior a su adversario. Es muy notorio que en Colombia los grupos políticos busquen el apoyo de las instituciones religiosas, quienes ceden cada vez más a las propuestas de sus pretendientes. De ahí que movimientos religiosos libres se proclamen abiertamente seguidores de un partido o líder político. Los resultados del plebiscito, donde los medios de comunicación resaltan la imagen entre vencedores y vencidos, enerva los ánimos de los ciudadanos quienes, al no aceptar los resultados, se desahogan buscando culpables para agredir con palabras ofensivas e información engañosa a través de las redes sociales. Los del No, acusan a la Iglesia que estaba a favor del Sí. Los del Sí señalan que la Iglesia por temas que solapadamente estaban en los acuerdos y atentaban contra la familia, hizo campaña a favor del No. La Iglesia Católica por su tradición y experiencia en la vida política del país, ha aprendido que matricularse con un partido es profundizar más la división de las comunidades y perder el papel de madre y maestra que le permite “velar con maternal solicitud por la vida de los individuos y de los pueblos”. (Mater et Magistra N° 1) Como maestra, la Iglesia debe apoyarse en el Evangelio de donde puede sacar las enseñanzas para “resolver por completo el conflicto, o, limando sus asperezas, hacerlo más soportable; ella es la que trata no sólo de instruir la inteligencia, sino también de encauzar la vida y las costumbres de cada uno con sus preceptos”. (R N, n. 16) La Iglesia existe para evangelizar, es decir, anunciar a Jesucristo, ser dispensadora de la gracia de la reconciliación para todos y ser “misericordiosa como el Padre”, (Lc 6,36). Ella no asume identidad partidista, es respetuosa de la conciencia y libertad de las personas, en consecuencia, quienes buscan el aval de la Iglesia católica para propuestas políticas, se olvidan o desconocen que la Iglesia como madre y maestra debe estar al servicio de todos porque “los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo. Nada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón… La Iglesia por ello se siente íntima y realmente solidaria del género humano y de su historia”, (GS 1). Ahora que en el país la incertidumbre y la desconfianza arrecian y un manto de soberbio delirio de omnipotencia se posa en los hombros de algunos líderes políticos; la Iglesia Católica como madre, ha de acoger y escuchar a sus hijos para enseñarles que más allá de nuestras diversas y distintas maneras de pensar, somos hermanos y nos une un mismo Dios, una misma patria y el mismo deseo: vivir reconciliados y en paz. Padre José Elver Rojas Herrera Director del Departamento de Comunicaciones Conferencia Episcopal de Colombia

Lun 3 Oct 2016

Pansexualismo

Por Pbro Raúl Ortiz Toro - La sexualidad es un don de Dios; es una bendición que hace de nosotros seres dinámicos y reales, ubicados en una identidad propia. La sexualidad va más allá de la genitalidad, la integra y la supera al mismo tiempo, puesto que la primera es un conjunto de condiciones anatómicas, fisiológicas, relacionales, morales y espirituales mediante las cuales nos ponemos en situación frente a los demás, mientras que la mera genitalidad se reduce a ese aspecto más corporal de la sexualidad que se centra en lo anatómico. Ni la práctica del sexo ni la sexualidad son pecados en sí mismos; en otra época se pensó que sí pues hasta los esposos se confesaban de haber sostenido una relación sexual. Ahora es más claro saber que lo que configura un pecado en este caso es cómo se administra la sexualidad, cómo se ejerce el don, de acuerdo al plan que Dios tiene para cada uno de nosotros desde la creación. El sacerdote en su ordenación prometió celibato, el religioso hizo voto de castidad, el casado prometió fidelidad, el soltero hace un propósito de continencia. No es un absurdo; no es un trastorno; es un modo posible de vida que solo el que no lo vive puede señalarlo de antinatural. Le indilgan a Freud la responsabilidad de haber pansexualizado la sociedad con sus teorías del psicoanálisis, a finales del siglo XIX; digamos que logró evidenciar unas fuerzas que mueven el comportamiento humano pero la sociedad ya estaba en ese horizonte mucho antes de las novelas de amor cortés del siglo XII y los hermosos cantos erotizados del Cantar de los Cantares. La sexualidad hace parte integral de la persona humana, desde que se apercibe como creatura: “se dieron cuenta de que estaban desnudos” (Gn. 3, 7b); esa conciencia de desnudez a la que llegan Adán y Eva, más allá de las hermenéuticas bíblicas y las interpretaciones teológicas, es una evidencia de su realidad, de su identidad: cuando conocen el pecado (y el texto no indica que haya sido sexual) conocen la integridad de su fragilidad y su diferencia, de su ser creatural. Como don de Dios, la sexualidad no se aprende en la escuela sino que es un tema privilegiado de casa. Las intenciones de ciertas políticas públicas de salud sexual en los gobiernos de turno del mundo parecen tener un buen motivo: evitar cualquier tipo de discriminación, erradicar la plaga de la pedofilia, propiciar la responsabilidad del cuidado del cuerpo, entre otros. Pero les han fallado los métodos y por ello han fracasado en sus alcances. Esto ha evidenciado también que hemos hecho poco por la educación integral de los niños en el seno de los hogares; aún hoy en día, a ciertos padres de familia les cuesta trabajo responder una pregunta con este carácter y muchos prefieren delegar esto a la escuela, razón por la cual los gobiernos se apropian esta misión. El silencio del tema en los hogares ha sido cómplice: “el arma más poderosa de los que abusan de los niños es el silencio de quienes serían incapaces de abusar de ellos” (M. Pistorino), pero la excesiva información de la escuela ha sido desastrosa: “El equipo que en 2 minutos dibuje el mayor número de objetos similares al pene y a la vagina, gana un premio (Kit educación sexual Mavex S.A.S. Revista Semana virtual 23.09.16). Dos extremos aterradores que como Iglesia estamos llamados a enfrentar a través de la invitación a las familias para que ofrezcan una verdadera educación sexual. Serviría de mucho leer los numerales 280-286 de Amoris Laetitia donde el Papa Francisco nos recuerda que “la sexualidad solo podría entenderse en el marco de una educación para el amor, para la donación mutua”. Todos los agentes de pastoral tenemos un momento privilegiado para saber enfrentar este tema y es en las reuniones con padres de familia de niños y jóvenes que se preparan para recibir los sacramentos de la primera comunión y la confirmación, y con los mismos muchachos. Si no está hecha, deberíamos realizar una verdadera propuesta para contrarrestar lo que nos quieren imponer. P. Raúl Ortiz Toro Docente del Seminario Mayor San José de Popayán rotoro30@gmail.com

Dom 2 Oct 2016

“Los invito para que voten como buenos ciudadanos, voten a consciencia”: Mons. Castro

El presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, monseñor Luis Augusto Castro Quiroga hizo hoy un llamado a los ciudadanos a salir a las urnas para que con un voto consciente decidan lo que es mejor para el país. “Los invito para que voten como buenos ciudadanos, voten a consciencia, es decir hacer un discernimiento para ver cuáles son los puntos positivos y cuáles los negativos y después tomar una decisión, la que cada uno sin dejarse manipular considere que sea la mejor”. “Esperamos que toda Colombia sienta el deseo de expresar su sentido ciudadano a través de la participación democrática en este momento especial para el país”, aseveró el jerarca. El también arzobispo de Tunja, dijo que respeta la decisión de aquellas personas que no han pensado en acercarse a las urnas, los exhortó a reflexionar y analizar el momento histórico que el país está viviendo. “Las personas que no van a votar, sus razones tendrán de no hacerlo ojalá reflexionen en la posibilidad de cambiar su decisión para que participen como buenos ciudadanos, en un evento que no tienen que ser forzados en una dirección u otra, pero sí a participar con miras a prestar un servicio al país”, dijo. Monseñor Castro Quiroga indicó que sin importar cuál sea el resultado de la consulta popular, los colombianos deben seguir trabajando por la construcción de un país en paz. “Tenemos que seguir trabajando por la paz ya sea de una manera u otra, no podemos resignarnos ni a volver a la guerra, ni a quedarnos siempre en el limbo, debemos construir una nación de hermanos que se apoyan y se aman y no de lobos que se despedazan”, afirmó.

Dom 2 Oct 2016

Del miedo a la esperanza transformadora

Por: Mons. Edgar de Jesús García Gil - Ahora se abre para Colombia una oportunidad de construir propuestas de paz cuando uno de los actores, entre tantos conflictos, ha decidido con el gobierno de turno terminar su escalada terrorista y guerrera que tanto daño le ha hecho a Colombia. Se comienza a desatar uno de los nudos del conflicto. Y todos los colombianos como artesanos de la paz tenemos la obligación moral de colaborar desde nuestros propios ámbitos a esta construcción. Pienso que es una oportunidad que no debemos dejar pasar. No le estamos apostando a ningún político y a ninguna organización guerrerista como lamentablemente las redes lo están haciendo. Por lo menos mucha gente se ha pellizcado para saber con mayor objetividad que es lo que está pasando. Le apostamos solo a Colombia para que no se siga desangrando entre hermanos. Le apostamos a recuperar conciencia de humanidad más sensible a la grandeza de la dignidad de la persona, de sus derechos y deberes, que por tantos años de guerra se ha revestido de un caparazón que nos ha vuelto más guerreros que personas. En la construcción de una nueva Colombia escuchamos la exhortación del salmista: “Ojalá escuchen la voz del Señor, no endurezcan su corazón” Como discípulos misioneros de Jesús renovamos nuestro compromiso de seguir trabajando por la paz de Colombia. Seguimos con mayor énfasis construyendo procesos de evangelización para que Jesucristo sea conocido y amado. “él es nuestra paz y ha derribado el muro que nos separaba, el odio. (Efesios 2,4). No permitimos que nos siembren miedos apocalípticos porque nos encerramos en nosotros mismos y el mundo se sigue dividiendo. Somos seguidores de Jesús que nos invita a ser hombres y mujeres de esperanza transformadora, trabajadores por la justicia y la equidad, abiertos e incluyentes a las nuevas culturas, capaces de amar, perdonar y tener misericordia con los que han sido enemigos, tejedores de fraternidad y respetuoso de las personas aunque piensen distinto. En este momento nos caen muy bien las palabras de Pablo a 2Timoteo 1, 7 “Porque no nos dio el Señor a nosotros un espíritu de timidez, sino de fortaleza, de caridad y de templanza” para ayudar a nuestro querido pueblo Colombiano al perdón, la reconciliación y la solidaridad. Finalmente no podemos ser ingenuos para desconocer los riesgos de toda negociación entre personas. Sabemos que los acuerdos no son perfectos. Pero que se acabe la guerra fratricida con uno de los principales actores del conflicto en Colombia es ganancia para todos. Por eso nosotros seguidores de Jesús, príncipe de la paz, oramos para que el Espíritu Santo nos ilumine a todos y podamos, tomados de las manos, sacar adelante este ejercicio de reconstrucción de un país que no quiere de ninguna manera repetir la absurda historia de guerras en el pasado. + Edgar de Jesús García Gil Obispo de Palmira

Mié 28 Sep 2016

Iglesia anima a informarse para un voto consciente en el plebiscito

La Iglesia católica presentó hoy la campaña "Acciones Conscientes. Tu compromiso con el futuro”, la misma busca informar a los colombianos sobre los acuerdos firmados, para que tengan una visión objetiva al momento de votar en la consulta popular el 2 de octubre. El presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, monseñor Luis Augusto Castro Quiroga, invitó una vez más a los colombianos a asumir una actitud consciente al momento de votar en el plebiscito, sin importar si es por el SÍ o por el NO. “Yo creo que se puede estar de un lado o de otro sin necesidad de odio y sin necesidad de un espíritu negativo, el objetivo final de todos los colombianos es la paz (…) Es muy importante que se tome consciencia de lo que se está haciendo (…) Hay que escoger los medios para llegar a la paz y no es el odio el camino para este fin”, señaló el Prelado. Auido: Intervención Mons. Luis Augusto Castro El también arzobispo de Tunja mostró su satisfacción por los avances en el proceso de paz entre el Gobierno y las Farc e indicó que la Iglesia estará atenta a dar seguimiento en la implementación de los acuerdos. “Haremos seguimiento de la implementación de los acuerdos. Por eso, es muy importante que esta campaña sea visible para todos, ya que ofrece un espacio de reflexión e información sobre el plebiscito”, aseveró. El prelado al referirse al tema de los diálogos que el Gobierno iniciaría la próxima semana con el ELN, se mostró optimista y explicó que la Iglesia a petición de este grupo guerrillero y con el aval del Gobierno estará atenta a facilitar los acercamientos para este fin. “Ha habido signos positivos que indican que quieren sentarse en la mesa de negociación. Y nosotros como Iglesia católica buscaremos apoyar las conversaciones. Lo hacemos por petición del ELN, no sin antes haberle pedido permiso al presidente Santos, quien se mostró muy positivo con la noticia”, añadió. La campaña pedagógica 'Acciones Conscientes. Tu compromiso con el futuro', es una iniciativa de la Conferencia Episcopal de Colombia, a través Comisión de Conciliación Nacional que busca generar una comprensión práctica sobre los puntos contemplados en los acuerdos y motivar la participación responsable, informada y a conciencia de los colombianos en el plebiscito por la paz. En Twitter: @aconscientes En Facebook: /AccionesConscientes En Youtube: Acciones Conscientes #AccionesConscientes En Internet: http://www.comisiondeconciliacion.co/accionesconscientes

Jue 22 Sep 2016

Organización española premia la labor del Banco de Alimentos de Bogotá

El Comité Técnico de los premios por la calidad de la información reportada, organización española que se dedica a exaltar las buenas prácticas empresariales en América Latina, reconoció la labor social que realiza el Banco de Alimentos de la Arquidiócesis de Bogotá. En esta séptima edición se recibieron 432 iniciativas, de las que finalmente 20 fueron valoradas por el Comité Técnico en la categoría de entidades sin ánimo de lucro. “Juntos contra el hambre mediante un desarrollo sostenible”, fue el nombre con el cual el Banco de Alimentos dio a conocer la labor que durante 15 años ha venido desarrollando en la capital colombiana. En este tiempo esta entidad ha logrado entregar más de 140.000 toneladas de alimentos y bienes, beneficiando a más de 258.000 personas a través de más de 2.500 organizaciones sociales de base; con el apoyo de más de 11.000 voluntarios, 7.000 estudiantes universitarios y 1.600 donantes entre empresas y personas naturales.

Mar 20 Sep 2016

La paz es un arte

Por Mons Omar de Jesús Mejía Giraldo - El hoy de nuestra existencia, es trabajar por la paz. La paz si es posible, pero cuando la asumimos como tarea de todos, cuando la construimos paso a paso, cuando somos conscientes que necesitamos que todos, todos, todos… nos sintamos artesanos y no simples receptores o espectadores pasivos y sobre todo, cuando como personas de fe somos conscientes que éste don preciado es un regalo que debemos pedir a Dios con esperanza y confianza. 1.La iglesia diocesana, constructora de paz Desde siempre el ser humano ha necesitado construir una sociedad en paz. Basta sólo observar la historia bíblica y comprobamos que la paz es necesario armarla entre todos y no es responsabilidad, deber o derecho, solo de unos cuantos, no. La paz es tarea de todos. En el paraíso el hombre es desobediente a Dios y pierde su armonía…, Caín asesina a su hermano Abel, es condenado a estar vagabundo purgando su pena… El pueblo de Israel es infiel a Dios y termina siendo esclavo de Egipto y de las grandes potencias del momento… Los profetas tienen la tarea de anunciar al “mensajero de la paz”, al Mesías, al Señor. Miremos lo que anuncia Miqueas 5,5: “Y Él será nuestra paz”. Cuando Jesús, el Señor, mensajero de la Paz, artífice de la Paz, hace su morada entre nosotros, estaba en pleno apogeo el proyecto de “Pax romana”, iniciado por Augusto Cesar (Lc 3,1-6). Con esto, quisiera, desde luego, valorar enormemente el esfuerzo que hacen los gobiernos y la sociedad civil por construir la paz. Todos queremos la paz. La paz es posible. Pero es necesario que entre todos la armemos, que entre todos la construyamos. El Papa Francisco utiliza una expresión oportuna: “Artesanos de la Paz”. De esto se trata, de una paz que se edifique sobre el cimiento de la ética y la moralidad, de la honestidad y el respeto, del perdón y la reconciliación, del amor y la fraternidad. Con mucha frecuencia nos preguntan: ¿Para la iglesia cuál es el proyecto de paz? ¿La iglesia qué opina del proceso de paz? ¿Qué le va a aportar la iglesia a Colombia para la construcción de la paz? Estas y muchas otras preguntas surgen de los periodistas y de la comunidad. Por favor, no se nos olvide que todos los bautizados somos iglesia y por lo tanto, cuando hablamos de iglesia, estamos hablando de una responsabilidad de todos. Además, para la iglesia, es bien claro que con el concilio Vaticano II, se insertó en su corazón, el ecumenismo y el diálogo interreligioso, donde la iglesia como “Instrumento Universal de Salvación” (LG 1), se quiso poner acorde con las circunstancias de la época, optó por ser más dialógica y así poder convocar a toda la sociedad a un diálogo más abierto, buscando construir una sociedad fraterna y en paz. Es necesario retomar la constitución dogmática “Gaudium et Spes”. El concilio además, con el objetivo que se propicie una mayor fraternidad entre todos, nos invita a abrir las ventanas de la fraternidad y construir entre todos: Católicos, hermanos separados, las grandes religiones, ateos, agnósticos y personas de buena voluntad un ambiente de paz y fraternidad. De igual manera es necesario valorar enormemente todos los aportes de los Pontífices: Juan XXIII, Pacem in Terris; Pablo VI, Evangelii Nuntiandi, sus mensajes de paz…; Juan Pablo II, todas sus encíclicas sociales, los mensajes de paz de cada año (enero 1), populorum progressio, en fin… De igual manera Benedicto XVI, su primera encíclica, “Deus Caritas est”, es toda una encíclica, donde el Papa, propone la construcción de la Paz, como ejercicio fundamental de la iglesia en la vivencia de la caridad cristiana. El Papa Francisco, con su carisma y entrega es el gran mensajero de la paz en el mundo actual. Durante su pontificado, siempre nos ha hablado e insistido sobre la necesidad de construir un mundo donde reine la paz. Algunos apuntes del Papa sobre la paz: "Es el diálogo el que hace la paz. No se puede tener paz sin diálogo". "El perdón, el diálogo y la reconciliación son las palabras de la paz. A las guerras en enfrentamientos armados se suman guerras menos visibles, pero no menos crueles, que se combaten en el campo económico y financiero con medios también destructivos de la vida, de las familias y de las empresas” (Dic. 12 2013. Primer mensaje de paz). "Hay que derribar los muros de la desconfianza y del odio promoviendo una cultura de reconciliación y solidaridad". "Quien habla de paz y no la hace está en una contradicción. Y quien habla de paz y favorece la guerra con la venta de armas es un hipócrita". 2. El acuerdo paz Se ha firmado un acuerdo de paz entre el gobierno nacional y las farc., ¿se firma realmente la paz? Seguramente que el acuerdo va a significar muchísimo para éste momento histórico de Colombia y en mundo; desde luego que la firma cuenta, pero, ¿será éste el fin del conflicto? Tengamos en cuanta lo siguiente: La paz no depende solo de la voluntad de dos partes... La paz es construcción de todos. La paz es un proyecto a largo plazo. “La paz es un arte”. La paz es un camino. La paz desde la fe es un don de Dios. Todos, todos…, debemos trabajar por la paz… ¿Cuál debe ser entonces el aporte de la iglesia? Evangelizar, anunciar a Jesucristo, el mensajero de la paz. La iglesia posee la enorme tarea de hacer bien lo que le ha encomendado el Señor: “Vayan por todo el mundo, anunciando el evangelio”; es decir, la iglesia debe anunciar buenas noticias, la iglesia tiene que ser constructora de comunidades fraternas y en paz. La iglesia debe preocuparse en todo tiempo y lugar por hacer bien lo que siempre ha hecho y lo que debe saber hacer: “ser fraterna y acogedora…” La iglesia tiene que ser instrumento universal de salvación” (LG 1). La iglesia no puede olvidar la tarea de ser mensajera e instrumento del Señor para ejercer la misericordia, la compasión y la solidaridad. La iglesia es hogar de perdón y reconciliación. Todo lo que la iglesia realiza en bien de la persona humana es y tiene que ser construcción de paz. La iglesia no se puede dar el lujo de ser indiferente frente a la paz, pero tampoco puede enredarse en situaciones políticas y quedarse anclada en proyectos meramente humanos. La iglesia no puede olvidarse que su vocación es eterna, trascendental. La iglesia debe recordar continuamente que su alianza es con el Señor y con Él, la alianza es estable y permanente; desde esa alianza eterna, la iglesia sabe que el compromiso por construir la paz, lo asume porque es su vocación, porque es un mandato, porque es un compromiso con Dios y por lo tanto con el ser humano, con la persona, con el hombre, la creatura que Dios ha amado en sí misma, porque es su “imagen y semejanza”. Por eso, la iglesia sabe que evangelizando está construyendo sociedad y en la medida que edifica comunidades justas y fraternas, le está aportando a la “dignidad de vida” de las personas y por lo tanto, una persona, que siente que su vida es digna vive en paz. La iglesia vive del amor de Dios y desde el amor de Dios ama y sirve a los hermanos. La Madre Teresa de Calcuta solía decir: “El fruto del amor es el servicio y el fruto del servicio es la paz”. La iglesia es servidora de la verdad y por eso es servidora y constructora de paz. La iglesia sabe que su trabajo por la paz es un proyecto de su vocación a lo eterno; por eso, la iglesia para trabajar por la paz, no puede esperar que sea un “mandato del político de turno”, no. La misión implícita de la iglesia es anunciar a Jesucristo “el Príncipe de la Paz”. 3. En Colombia todos tenemos la tarea de ser “Artesanos de la paz” Ésta expresión del Papa Francisco le ha dado la vuelta al mundo. Es un término que debemos acuñar con todo su imperativo categórico en el Caquetá y en Colombia. Todos conocemos ya sea por información o por vivencia propia lo que ha significado la situación de violencia en nuestra región. Sin embargo, tenemos que decir que éste es un país y un departamento que cuenta con innumerables riquezas, no sólo naturales, sino humanas y culturales. ¡Cómo no valorar el esfuerzo Magno que muchísimas personas a lo largo y ancho de la geografía de nuestra querida Colombia y nuestro querido Caquetá han realizado, para con ello contribuir al desarrollo armónico de ésta bella región del continente americano. “La Paz en el en Colombia, en el Caquetá”. Quisiera sobre todo insistir en que La Paz la construimos entre todos y a través de los pequeños detalles de cada día. Aprovechó la Palabra de Dios para decir algo al respecto, dice Jesús en el evangelio: “El que les dé a beber un vaso de agua, porque siguen al Mesías, les aseguro que no se quedará sin recompensa” ( Mc 9, 41). Ésta tiene que ser nuestra convicción, todo aquel que aporte desde su vocación, profesional o misión algo por construir La Paz no se quedará sin recompensa. ¿Y cuál será la recompensa final de todo aporte en función de construir La Paz? La respuesta está dada, el resultado del aporte generoso de cada día, a través de los pequeños detalles será la misma Paz. Pero bueno ¿y qué es La Paz? Desde la convicción de fe, La Paz es un don, lo dice Jesús en el evangelio: “Mi paz les doy y mi paz les dejo” (Jn 20,19-21), “no la doy como la da el mundo”. La Paz recibida como don termina en una “decisión y convicción ética” que implica responsabilidad social y comunitaria. Por eso, desde la fe, debemos también y con mayor razón aportar en la construcción de paz. Desde la humanidad misma, La Paz es una construcción entre todos, por eso, debemos insistir que aunque, en Colombia y en el Caquetá puedan existir convicciones religiosas diversas, pensamientos diferentes, no podemos estar divididos en la lucha por construir La Paz. Otro elemento fundamental a tener en cuenta es saber también qué La Paz es mucho más que ausencia de guerra. La Paz no es simplemente un fin, La Paz es un camino, que tenemos que recorrer todos unidos, unos y otros pensando y construyendo un mismo ideal: la fraternidad y la hermandad. ¿Y cómo construir La Paz? ¿Qué aportes podemos dar cada uno para vivir en paz? Lo primero, primero..., es creer que La Paz es posible. Aunque La Paz, desde luego, cuenta con las circunstancias de cada momento, por ejemplo, el “instante vital” de hoy: los acuerdos del gobierno y las FARC; es necesario comprender que La Paz va muchísimo más allá que los meros acuerdos. Los acuerdos son insumos necesarios para La Paz, si. Pero es urgente comprender que para construir una nación y un departamento en paz, todos debemos sumar en función del bien común y no restar. Todos debemos trabajar por ser justos y honestos… Todos debemos luchar con atrevimiento por erradicar la corrupción… Vamos todos a aportar herramientas para La Paz, con humildad propongo lo siguiente: Conversión de corazón: Desarmemos los espíritus. Conversión en el lenguaje bíblico es volver a la originalidad con la cual salimos del corazón de Dios: “Desde el principio Dios nos creó hombre y mujer, con el fin de constituir una sola carne” (Cfr Mc 10, 2-16). Conversión es entonces respetar la unidad y la unicidad de cada ser humano y aún más, la unidad y la unicidad de cada criatura. En este sentido podemos entender entonces que para construir La Paz es necesario volver a valorar enormemente, como dice el Papa Francisco, ésta casa común, la creación, la que todos debemos amar y respetar como amamos a nuestras propia madre y hermanos (Cfr Laudato si, 1,2). Para armar la paz es necesario respetar los derechos de los demás y vivir con responsabilidad los deberes de cada ciudadano. Perdonar: Perdonar no es decir borrón y cuenta nueva, ni pensar, aquí no ha pasado nada, no. Perdonar es reconocer la situación que nos ha llevado a herirnos mutuamente. Perdonar es superar la conflictividad entre tú y yo. Perdonar es superar las pequeñas dificultades de cada día. Por ejemplo: el perdón se vive en cada instante y circunstancia de la vida, se logra cuando una pareja de esposos, van a su lecho de descanso en la noche, después de haberse perdonado y reconciliado, por las pequeñas fallas dadas mutuamente durante el día. ¿Y cómo se da cuenta alguien que ya está empezando a perdonar? Cuando ya no se le desea el mal a la otra persona; cuando se tiene la capacidad de hacerle el bien a la persona que causó la herida; cuando la persona herida es capaz de orar por la persona que le causó el mal. El perdón es sobre todo un don de Dios. Decía alguien: “Perdonar es muy difícil”, cierto, aún más, humanamente, perdonar es imposible. Para perdonar se necesita la gracia de Dios. De ahí la gran importancia de la fe. “Porque para Dios nada es imposible” (Lc 1,37). Todo es posible para quien vive desde la fe. Mario Benedetti, poeta uruguayo, decía: “El perdón es un puñado de sentimientos que a veces nos acaricia cuando el alma llora”. Fe y esperanza: La fe, decía el Papa Francisco, es “mirar la vida con los ojos de Dios”. En la Sagrada Escritura, Dios siempre, siempre..., manifiesta la esperanza en el hombre. La fe y la esperanza, junto con la caridad, son las tres virtudes teologales que no pueden faltar en la construcción de La Paz. Debemos creer en el otro, tenemos que creer que el hermano quiere y puede cambiar. Es necesaria la esperanza, porque sin ésta virtud no tiene sentido la vida, el ser humano tiene que vivir esperanzado en que un mundo mejor y más fraterno siempre será posible. Sin caridad, no hay operatividad de la fe y la esperanza, porque es la caridad la virtud que finalmente engloba todas las virtudes humanas y sociales. Es la caridad, la virtud que hace creíble las demás virtudes humanas, sociales y religiosas. Unidad: Uno de los mayores retos que tenemos en Colombia y en el Caquetá, si queremos vivir en paz es el de creer en el otro y en los otros, creer en todas las instituciones y organizaciones que queremos aportar en la construcción de región. La unidad no es simplemente la suma de esfuerzos, es un inicio, pero no es suficiente. Unidad es capacidad de apostar todos por un mismo ideal. Unidad es interesarnos todos, por un proyecto común. El gran reto que tienen nuestro líderes y gobernantes es precisamente el de luchar por la unidad, para que entre todos construyamos un Caquetá en paz. Inversión social de contexto. Somos Amazonia. No podemos olvidar que la Amazonia es el gran pulmón del mundo y por bondad de Dios, por circunstancias mil y sobre todo por amor e identidad regional estamos en el Caquetá, puerta de entrada a la gran Amazonia, constituida por nueve países. Tenemos una gran responsabilidad histórica, estamos en el norte de la Amazonia y todo lo bueno o malo que hagamos los del norte, repercutirá en los del sur. La responsabilidad es inmensa y desafiante. Tenemos que respetar, amar y trabajar todos unidos por preservar este paraíso Amazónico, así le sumamos todos a La Paz. Oración. “Pidan y se les dará, llamen y se les abrirá, busquen y encontraran”, con ésta sentencia Jesús el Señor, invita a sus discípulos que tengan confianza en el Padre celestial, quien como ser bueno, dará el Espíritu Santo a quienes se lo pidan. Sin oración no hay vida cristiana auténtica. La oración es para la persona de fe como el aire que respira. La oración es el medio a través del cual hacemos contacto con el Padre misericordioso. Por eso, una de las mayores convicciones que hemos de profesar siempre, siempre…, es la de la oración. Dice la novena de navidad: “Todo lo que quieras pedir, pídelo por los méritos de mi infancia y nada te será negado”. Pedir con fe, pedir confiando, pedir con insistencia, pedir con esperanza, esto es lo propio de nosotros. Tenemos que creer en el poder de la oración. Tenemos múltiples caminos pedagógicos para la oración, pensemos por ejemplo: En la Santa Misa, centro y culmen de nuestra vida cristiana. La oración con la Palabra de Dios, la Sagrada Escritura, debe ser nuestro texto de cabecera, allí contemplamos al príncipe de la paz. Si vivimos realmente desde la Palabra y para la Palabra de Dios, construimos paz. Es la Palabra de Dios la mejor herramienta para construir el edificio de la paz. Pensemos simplemente en las bienaventuranzas (Mt 5), “bienaventurados los que trabajan por la paz”. El santo rosario, la historia de amor y devoción a la Santísima Virgen María, es una herramienta maravillosa que muchas personas y culturas han tenido en cuenta en la lucha por la paz. Se trata de un instrumento sumamente sencillo y eficaz. En el santo rosario contemplamos el misterio de la muerte y resurrección del Señor, “príncipe de la paz”. En el santo rosario contemplamos la misión de María, proclama las maravillas que Dios ha hecho en ella. Oremos, oremos con el santo rosario, veremos cuanto bien nos hace y cómo a través de ésta preciosa oración construimos paz y fraternidad. Sanación interior. Si algo se convierte en una exigencia fundamental en éste momento histórico es el trabajo mancomunado por la paz interior o sanación de corazón. En Colombia y específicamente en el Caquetá existe mucho dolor y mucho es mucho. La violencia que se ha sembrado en nuestra región ha hecho que incluso por generaciones se viva sumidos en el dolor. Hay dolor por la desaparición forzada de seres queridos, por desplazamientos forzados, por abusos generalizados de las fuerzas que se han diputado y se siguen disputando el territorio… Con mucho dolor nos encontramos al compartir con las gentes del Caquetá: padres asesinados, madres asesinadas, hijos asesinados y desaparecidos, abusos sexuales, violencia intrafamiliar, violencia entre amigos y vecinos… Discernimiento y diálogo. Ninguno nació aprendido, nadie está hecho. El ser humano es un ser en continua evolución. “Es la vida la que lo forma a uno”. Nadie puede decir que posee un dominio absoluto del mundo, ni siquiera del mundo más próximo. ¡Cuantas veces, un simple mugre en el ojo, nos genera molestia y nos quita la paz!. Discernimiento y diálogo quiere decir, que debemos estar continuamente abiertos a las circunstancias de cada momento histórico, de cada “instante vital” del mundo, de la iglesia, de las comunidades y sobre todo de cada persona. El mejor acompañamiento es el que se hace “cuerpo a cuerpo”. “Nadie es perfecto, pero quien quiere ser nadie”. Absolutamente todos estamos en construcción… Todos aprendemos de todos. Discernimiento y diálogo para leer los signos de los tiempos, para saber cuál es el camino a seguir. Discernimiento y diálogo para descubrir el querer de Dios en el hoy de la existencia. Realmente, realmente, sólo se cuenta con el momento presente. Por eso, debemos vivir el presente con esperanza y optimismo. No podemos ser aves de mal agüero. No podemos ser profetas del pesimismo. Somos agentes evangelizadores y evangelizar es dar buenas noticias. No se nos olvide lo que decía el Papa Pablo VI: “La iglesia existe para evangelizar”. Tenemos que ser constructores de una nueva civilización, la civilización del amor, de la paz, de la cultura ciudadana, de la cultura de la vida. Monseñor Omar de Jesús Mejía Giraldo Obispo de Florencia