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Paz

Mié 21 Dic 2022

Ni el aislamiento detuvo los pasos del Nuncio Apostólico por los caminos del Chocó

Entre el 16 y 19 de diciembre de 2022 las diócesis de Quibdó e Istmina-Tadó, contaron con la visita de Mons. Luis Mariano Montemayor, Nuncio Apostólico acreditado en Colombia, en compañía de monseñor Héctor Fabio Henao, Delegado de la CEC ante el Gobierno Nacional para todo lo relacionado con los diálogos con el ELN y el sacerdote Rafael Castillo, director del Secretariado Nacional de Pastoral Social - Cáritas Colombia SNPS-CC de la Conferencia Episcopal. El desarrollo de la visita fue de intensa actividad y aunque, por razones del paro armado establecido por el ELN para la zona del medio y bajo San Juan, bloqueó las posibilidades de un encuentro con las comunidades tan necesitadas y esperanzadas del Medio San Juan, Bajo Calima, Litoral del San Juan, Bajo Baudó y costas del Pacífico colombiano, para ser escuchadas y visibilizadas en su realidad, y quedaron en el aislamiento muchos rostros marcados por la violencia, la exclusión, las faltas de oportunidad para el desarrollo, la libertad para el desplazamiento y la decisión de sus proyectos de vida, no se privó la posibilidad de hacer llegar voces y testimonios de la sociedad civil, la administración pública y la acción pastoral de la Iglesia en estas poblaciones. El Señor Nuncio no desaprovechó ni un solo instante para entablar diálogo con administradores públicos, con animadores pastorales y con líderes y lideresas que con sentimientos de dolor y la respiración agotada por el impacto físico y emocional que llevan en sus corazones, fueron desgranando una realidad que requiere ser atendida con el encuentro y el diálogo, así como con acciones concretas que devuelvan la esperanza, la libre movilidad, la participación en las decisiones territoriales y no se desista de estar en pie, con identidad cultural y eclesial. El testimonio de lo vivido dejó un reto de confianza en el futuro, una decisión clara y precisa de apostarle a la paz, una rotunda claridad de trabajo inter institucional por el bienestar de las comunidades. La misma situación de aislamiento e imposibilidad de movilidad fue un claro hecho de que esta es una región que requiere unos decididos pasos por la paz, unos espacios de diálogo y concertación que transformen las “armas en arados”, unos territorios de violencia en modelos de paz, unas realidades amenazantes en oportunidades, unas debilidades en fortalezas. Los mismos pasos del Señor Nuncio por en medio de calles atiborradas de gente y vehículos en una ciudad que desborda las capacidades por desplazamiento y condiciones justas y equitativas, son la prueba y la oportunidad de decidirnos a abrir caminos de paz, de diálogo, de honestidad, de respeto por la vida y de infraestructuras que favorezcan el trabajo, la economía, la convivencia fraterna y la inclusión. La Iglesia y todas las instituciones fueron motivadas a trabajar de la mano, con un espíritu de verdadera comunión y participación que lleve a una misión transformadora de la realidad como modelo de cambio para todo el país. Este encuentro no pasó inadvertido, no nos dejó insensibles, no nos dejó iguales, nos sedujo por los caminos de valoración de la casa común, de la fraternidad universal, del sueño de una realidad querida por Dios que se expresa y se vivencia en la instauración y acogida de una presencia salvífica en la persona de Cristo, asumiendo nuestra naturaleza humana que nos lanza a lo divino y trascendente en el misterio del Plan de Salvación. Fuente: Of. comunicaciones Diócesis de Istmina - Chocó

Dom 18 Dic 2022

Iglesia en Chocó pide a grupos armados un cese unilateral al fuego

En un comunicado titulado “Ni un muerto más”, la Iglesia católica en el Chocó, hace una llamado urgente a los diferentes grupos armados presentes en estos territorios, para que manifiesten su compromiso con la paz y con hechos concretos para esta Navidad y fin de año hagan un cese unilateral al fuego. “Un signo claro de sincera voluntad de paz debe manifestarse en el respeto a la vida, el cese a las extorsiones, la desaparición de las fronteras o barreras invisibles, el reclutamiento e instrumentalización de niños y niñas, adolescentes y jóvenes”. En un comunicado, el obispo de Ismina-Tadó, monseñor Mario Álvarez Gómez, en nombre de toda la Iglesia Chocoana, presenta un panorama sombrío de los padecimientos de la población durante el año 2022, en materia de violencia (180 asesinatos), en orden social, pobreza y sufrimiento por cuenta de los desastres naturales (incendio). Sumado a ello, señala la misiva, el control de los distintos actores armados sobre los chocoanos y la insistencia de los gobiernos del orden local, departamental y nacional de seguir “insistiendo en atender una crisis humanitaria, social y ambiental con medidas militaristas, en lugar de atacar las verdaderas causas de la problemática chocoana, que tiene sus génesis, en la histórica indiferencia del gobierno nacional”. Se resalta además, otros factores que se considera han hecho del Chocó territorios de pobreza, son ellos: “la ausencia de políticas públicas, la corrupción y la falta de medios y oportunidades para transformar, de manera sostenible, los inmensos recursos naturales que poseemos, en bienestar”. Por todo esto, señala la misiva “Alentamos, con inmensa esperanza, la disposición del Gobierno Nacional y del ELN de iniciar en nuestro territorio, los alivios humanitarios, que nos traigan sosiego y ánimo para seguir la lucha por la paz”. Igualmente, convocan a los excombatientes de las FARC y a las tres ramas del poder del Estado colombiano a ser fieles al cumplimiento e implementación del "Acuerdo Final de la Terminación del Conflicto y la Construcción de Paz Estable y Duradera". Finalmente, hacen un llamado al pueblo chocoano a no desfallecer y a seguir aportando entre todos para la construcción de un nuevo Departamento, “teniendo en cuenta el respeto a la diferencia, el rescate de valores, la equidad, la reconciliación, el perdón y la paz para que todos podamos vivir con dignidad en nuestros territorios”.

Sáb 17 Dic 2022

PAPA FRANCISCO: Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 2023

Este viernes 16 de diciembre la Santa Sede, presentó durante una rueda de prensa, el mensaje para la 56ª Jornada Mundial de la Paz, que se celebra el próximo 1 de enero, titulado: "Nadie puede salvarse solo. Empezar de nuevo desde Covid-19 para trazar juntos caminos de paz". El mensaje escrito por el Papa Francisco, plantea la necesidad de responder a retos sociales, tras la pandemia de Covid y el flagelo de la guerra que se libra en Ucrania, que no solo ha traído víctimas a los directamente afectados, sino que a nivel mundial está dejando efectos colaterales para la humanidad. Frente a esta realidad el Pontífice invita a reflexionar sobre las lecciones aprendidas y señala que “Es hora de parar un rato para cuestionarnos, aprender, crecer y dejarnos transformar”, así también sugiere pasos que pueden ser el camino hacia la paz: “Juntos, en fraternidad y solidaridad, construimos la paz, garantizamos justicia, superamos los hechos más dolorosos”. También agrega que, "aunque los acontecimientos de nuestra existencia parezcan tan trágicos y nos sintamos empujados al túnel oscuro y difícil de la injusticia y el sufrimiento, estamos llamados a mantener el corazón abierto a la esperanza, confiando en Dios". Por lo que hace una invitación "a mantenerse alerta, a no encerrarnos en el miedo, el dolor o la resignación, a no ceder a la distracción, a no desanimarnos, sino a ser como centinelas capaces de velar y distinguir las primeras luces del alba, especialmente en las horas más oscuras". ¿Qué se nos pide, entonces, que hagamos? A partir de este contexto doloroso, el Papa se interroga: “¿Qué se nos pide, entonces, que hagamos?”. Enseguida, exige compromiso de todos con la sanación de nuestra sociedad y nuestro planeta, “creando las bases para un mundo más justo y pacífico, que se involucre con seriedad en la búsqueda de un bien que sea verdaderamente común”. El Santo Padre enumera una serie de acciones: retomar la cuestión de garantizar la sanidad pública para todos; promover acciones de paz para poner fin a los conflictos y guerras que siguen generando víctimas y pobreza; cuidar de forma conjunta nuestra casa común y aplicar medidas claras y eficaces para hacer frente al cambio climático; luchar contra el virus de la desigualdad y garantizar la alimentación y un trabajo digno para todos, apoyando a quienes ni siquiera tienen un salario mínimo y atraviesan grandes dificultades. “El escándalo de los pueblos hambrientos nos duele. Hemos de desarrollar, con políticas adecuadas, la acogida y la integración, especialmente de los migrantes y de los que viven como descartados en nuestras sociedades”, agrega Francisco. Su mensaje concluye invitando a caminar juntos, aprendiendo de las lecciones que deja la historia. Así también, al ofrecer un saludo de feliz año a los jefes de Estado y de gobierno, a los directores de las organizaciones internacionales, a los líderes de las diferentes religiones y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, les exhorta a que puedan construir, día a día, como artesanos, la paz. DESCARGAR MENSAJE 56ª Jornada Mundial de la Paz

Lun 12 Dic 2022

Vivir sin haber nacido

Por: Mons. Darío de Jesús Monsalve Mejía - Alrededor de ocho mil millones de seres humanos poblamos el planeta en estos tiempos. La vida humana, que conquista altos niveles de desarrollo científico y tecnológico, traducidos en sorprendentes muestras de calidad y de longevidad, enfrenta, no obstante, graves riesgos de extinción como especie. Si bien los hechos nos han acercado al nivel del tiempo real y del rompimiento de barreras y de fronteras, aún vivimos el desafío de la coexistencia respetuosa y de la convivencia entre pluralidades, diversidades y contrariedades. Más agudo aún, es el reto de superar las graves desigualdades y de transformar los conflictos en respuestas civilizadas y racionales, en caminos de integración y de fraternidad global. Aún alegorías tan colectivizantes como el deporte olímpico o el mundial de fútbol, entre otras expresiones, se dan en contextos dramáticos de contrastes, injusticias, violencias y dictaduras fabulosas y deslumbrantes del dinero, como Qatar. La vida humana, entre estos parámetros socio globales, se ve en calzas prietas ante la amenaza de guerra nuclear y de luchas por el control absoluto de sociedades, economías, territorios, subsuelo y espacio sideral, así como del espectro electromagnético y digital, que controla personas y sistemas de gobierno y que acumula y concentra poderes. Como si fuese poco, la humanidad, esta de la que hacemos parte, se ve urgida por el calentamiento global y sus dramáticos efectos, por el tránsito rápido a nuevas fuentes de energía, por controlar las relaciones entre los seres humanos y el equilibrio ambiental, por ponerle freno a la voracidad consumista que arriesga el futuro humano, en fin, por regular la transmisión de virosis entre animales y humanos, entre muchos otros pendientes. La vida humana, que hace la parte decisoria del rumbo que le demos a lo que está a nuestro conocimiento y alcance, requiere volver sobre su conservación, más allá del instinto y del conflicto, y sobre la restauración del ecosistema o biosfera. En nuestro pequeño mundo local y nacional, todos podríamos describir los fenómenos que amenazan este don maravilloso del vivir humano y de nuestro hábitat propio. Son muy dolorosas las cifras de asesinatos, desapariciones, desplazados, damnificados por la ola invernal, víctimas de accidentes y hasta de suicidios. Las imágenes de “volquetadas de muertos” en Putumayo, o de masacres por doquiera, dejan una mezcla entre el luto, el desconcierto y la expectativa de cambio, de paz y de una nueva oportunidad para toda vida humana, desde su inicio hasta su fin temporal. En medio de tanta violencia, conflicto armado y tragedias, entre las expectativas de la población más sufrida y las calculadas maniobras de quienes luchan por su poder y hegemonía, nos llega la Navidad 2022. Llega con toda la carga decembrina de vivir de otro modo la tragedia, de maquillar con ferias, luces, encuentros y regalos la resbalosa cotidianidad. Con el panorama anterior, no pretendo desconocer todo el esfuerzo humano para que la vida de todos sea mejor. Por fortuna, hay mucha reserva y capacidad de bondad, de amor y de servicio denodado para que la humanidad y el mundo encontremos cómo avanzar unidos en favor de la vida, del bienestar, del conocimiento y de la paz. En medio de todo, ustedes y yo nos movemos como personas en el mundo y en esta historia de cada vida y de nuestros entornos, con algo más que lo meramente humano: Dios se hizo hombre, El Verbo se hizo carne, habitando entre nosotros, y su Espíritu de Amor habita hoy en nuestros corazones, ilumina nuestras mentes, sostiene el vivir humano sobre el ser de Dios, sobre los hombros de Cristo Jesús y de su Iglesia. Navidad es decir que, dentro de nuestro mundo y universo, dentro de nuestra naturaleza y condición humana, hay una semilla en gestación, una cosecha de personas que no solo vivimos, sino que somos vividos por Dios en Jesús, vividos hasta desvivirse en la cruz con cada quien, para que todos tengamos vida y la tengamos en abundancia. Navidad es más que recordar y que celebrar un nuevo aniversario de Jesús: es vivir porque nacemos de nuevo y como nuevos, penetrados completamente por la Luz, el Amor y la respetuosa Solidaridad de Jesús, de Dios, de María y José, de este glorioso intercambio de Dios hecho hombre para hacer de cada ser humano un “hijo adoptivo” de Dios, un “hermano universal” como Jesús, una familia en la Casa Común que es el Amor de Dios, la Casa del Padre, la Nueva Creación. Belén, Nazaret, Palestina, Jerusalén, más de dos mil años después de Cristo, tantas generaciones de creyentes y de santos y santas de Dios, la Iglesia que busca su unidad de Cuerpo Místico y de comunidad sinodal y ecuménica en medio de la humanidad: todo ello revive con la Navidad. Hoy somos nosotros. Hoy nos toca a nosotros. Hoy nosotros pregonamos la Navidad y la Pascua, pregonamos la Cruz y la Resurrección, proclamamos y aclamamos al Emmanuel de los profetas, al “Dios-con-nosotros”. Para vivir, ahora tenemos que haber nacido como La Palabra hecha carne, “luz verdadera que ilumina a todo hombre que viene a este mundo”, “la cual no nació de sangre, ni deseo de carne, ni de deseo de hombre, sino que nació de Dios”, “y a todos los que la recibieron les dió poder de hacerse hijos de Dios” (del Prólogo del Evangelio de San Juan). La Navidad no es ya solo que “nació Jesús”. Esta podría ser una celebración que no requiere la fe en Él. Un reconocimiento universal e histórico, cultural y de festejo. Ahora, Navidad es para todo creyente y bautizado mi nacimiento en Jesús, que también hoy nos dice como a Nicodemo: “el que no nazca de agua y de Espíritu, no puede entrar en el Reino de Dios. Lo nacido de la carne, es carne; lo nacido del Espíritu, es espíritu. No te asombres de que te haya dicho: tienen qué nacer de lo alto” (Jn 3,3-7). La Navidad 2022 nos llega entre las grandezas y ambigüedades de la humanidad que somos hoy estos ocho mil millones de habitantes. Quizás nunca antes como hoy estemos más cerca de acoger y recibir a Cristo Jesús, cuando estamos más lejos de sentirnos seguros en nuestras falsas trincheras. Para vivir es necesario nacer, sí. Pero hoy, más que nacer, vivir, morir, necesitamos volver a nacer, “nacer siendo ya viejo”, como pregunta Nicodemo en su diálogo con Jesús. Navidad 2022 nos convoca a esta era de renacimiento humano en Jesús. Veamos a Jesús, Evangelio de Vida y de la Soberanía del Amor o Reino de Dios, muy cercano a nuestro tiempo, muy luminoso en nuestras noches e incertezas, muy pleno de Amor y de Paz en medio de nuestros miedos. Animemos a la humanidad desde esta Colombia, esquina prodigiosa de América y para el mundo, desde este “encanto” y tragedia que somos a la vez, a abrirle las conciencias de cada individuo y hogar, de cada nación y continente, de la humanidad de estas épocas, a “la Gran Alegría que lo será para todo el pueblo: les ha nacido hoy, en la ciudad de David, un salvador, que es el Cristo Señor”. Así lo anuncia el Ángel de Navidad, dando como señal: “encontrarán un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre” (Lucas 2, 10ss). Mi abrazo más fraterno, más estrecho y lleno de amor, de gratitud, de paz y esperanza. Mi bendición que sea la que les da con su manita el Niño Jesús. Nacer para que vivamos y la vida tenga siempre un mañana. + Darío de Jesús Monsalve Mejía Arzobispo de Cali

Lun 5 Dic 2022

Buenaventura vivirá jornadas por la paz y la reconciliación

El obispo de Buenaventura, Rubén Darío Jaramillo Montoya, informó que dando continuidad a los procesos de diálogo de la fase exploratoria, que iniciara hace ya algunos meses en esta ciudad portuaria, se desarrollará del 5 al 7 de diciembre una serie de eventos encaminados a blindar estos pasos. “De forma mancomunada con las comunidades locales, el gobierno local, regional y nacional y las organizaciones sociales, estaremos realizado unas jornadas de reflexión, de diálogo, deporte y arte para escuchar el clamor de paz y justicia social de nuestro pueblo y establecer compromisos a fin de hacer de Buenaventura un faro de cultura y paz”, señaló el prelado en un comunicado. Se trata de una serie de eventos que llevarán a proteger este proceso con las bandas delincuenciales. Se espera la llegada de unas dos mil personas desde distintos rincones de Colombia quienes compartirán sus experiencias exitosas de cultura de paz con los habitantes de los barrios. El prelado observó que una de las tareas de la Iglesia ha sido la de tender puentes “como lo hizo Jesús en la cruz con sus brazos extendidos”, por lo que dijo que espera que estas jornadas permitan llegar a acuerdos “orientados a la convivencia pacífica, como fruto de las transformaciones sociales que requieren las comunidades urbanas y rurales de este Distrito”. Monseñor Jaramillo, agregó que gracias a estos acercamientos entre los líderes de las bandas los Espartanos y los Shotas, el número de homicidios en el último mes y medio está en ceros, cuando antes solían registrarse entre 20 y 25 homicidios mensuales. Esta jornada terminará con un gran concierto por la paz total. “Aquí se va a lanzar un modelo para todo el país, que el laboratorio de paz sea Buenaventura, por toda la experiencia de este tiempo que llevamos de diálogo”, aseveró

Jue 1 Dic 2022

VIVENCIA: IX Congreso Nacional de Reconciliación

En su novena versión, la Conferencia Episcopal de Colombia, a través del Secretariado Nacional de Pastoral Social (SNPS) y de la Comisión de Conciliación Nacional (CCN), realizó del 22 al 24 de noviembre el Congreso de Reconciliación, bajo el lema: “Abriendo Caminos de Diálogo y Esperanza”. Un espacio que ayudó a la reflexión acerca de los aportes que realiza la Iglesia Católica, los retos y desafíos en términos de reconciliación y construcción de paz, a la luz del evangelio y la doctrina social de la Iglesia. Conozca algunas de las conclusiones que directivas de la CEC y participantes reflejaron a través de su participación en en estos espacios.

Lun 28 Nov 2022

Diócesis de Riohacha inaugura oficina de Derechos Humanos

Como una necesidad urgente de blindar la promoción, defensa y protección de los Derechos Humanos de los habitantes en el Departamento de la Guajira, el obispo de Riohacha, Francisco Antonio Ceballos Escobar, creo la oficina de Derechos Humanos. Durante el acto inaugural, el prelado expuso que esta es una iniciativa que surge en atención al momento actual de conflicto que toca estos territorios y agregó que será un organismo eclesial inspirado en el Evangelio y la Doctrina Social de la Iglesia, que se encargará de “promover, defender y proteger los Derechos Humanos en la Guajira, aun sabiendo de la existencia de varias organizaciones en la región que tienen como fin la salvaguarda de los derechos humanos”. “En este momento de tanta sensibilización por los Derechos Humanos y, a la vez, de tanto irrespeto a los mismos, estoy convencido de que la evangelización es integral, por lo cual, en el anuncio del Evangelio jamás puede faltar la proclamación y defensa de los Derechos Humanos, pues el anuncio es integral; así podemos hacer realidad el axioma teológico: “lo que no es asumido, no es redimido”; verdad que debe empujar nuestra acción pastoral”, apuntó. Así mismo, expresó su agradecimiento a las agencias internacionales de Adveniat y Helpage, quienes desde un principio de conocer esta iniciativa, extendieron generosamente sus campos de ayuda. También mostró gratitud a la Pastoral Social, Banco de Alimentos, oficina de la Educación Contratada, oficina de la Mujer, a las parroquias, al Centro de Comunicaciones e Instituciones Educativas de la Diócesis de Riohacha, a la Abogada Pamela Natalia Loaiza Barrios y demás organizaciones defensoras de derechos humanos. Al acto inaugural que se realizó el pasado 17 de noviembre, asistieron representantes de entidades e instituciones tales como: Defensoría del Pueblo, Fiscalía General de la Nación, Comando de Policía de la Guajira, oficina de la Mujer, Fundación Restaurar, Instituto Educativo Eusebio Séptimo Mari, Instituto Educativo Divina Pastora, sede Vila Fátima, Pastoral Social, JCI, Educación Contratada, Nodo Ambiental de Riohacha y Migración Colombia. DESCARGAR PALABRAS DE MONS. FRANCISCO CEBALLOS

Vie 25 Nov 2022

Con envío misionero concluye IX Congreso Nacional de Reconciliación

Al concluir la novena versión del Congreso Nacional de Reconciliación, monseñor Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, les dijo a los más de 450 participantes, que este cierre era un signo de envío misionero, donde cada uno se iba con el compromiso de llevar a las distintas regiones que representan un mensaje de reconciliación, de paz y esperanza. Siguiendo las lecturas del domingo de Adviento, que ya se aproxima, el prelado observó que este es un tiempo que nos lleva a la esperanza y esta, debe estar en un constante fortalecimiento. “Esa misión de reconciliación que queremos asumir y renovar todos nosotros, debe ir acompañada por una alta dosis de esperanza y esta nos falta a nosotros, como servidores de nuestras comunidades, pero que también le falta a nuestras comunidades”. Durante su homilía, advirtió que fácilmente se puede perder la esperanza porque no se ven los frutos rápido, “se puede perder la esperanza porque a veces vemos más lo negativo que lo positivo, lo que está creciendo, lo que está empezando, lo que empieza a germinar y algunos podemos mirar hacia atrás y decir este es el noveno congreso, llevamos muchos años reflexionando, orando, trabajando, comprometiéndonos en el tema de la paz y de la reconciliación y como dice el salmista, cuando decimos paz, los demás gritan guerra. Pareciera que terminamos una fase de la guerra y empezáramos otra y no solo a nivel regional y nacional, sino internacional”. El directivo en tres puntos describió lo que significa el compromiso de un envío misionero. Primero. Una celebración de envío, es una celebración misionera que nos debe fortalecer, que debe enviarnos a nuestros territorios pensando en que hay un Adviento, en que hay una esperanza social de transformación. Segundo. A la luz de la segunda lectura, nosotros pensemos que hay un Adviento y hay una esperanza personal, cada uno de nosotros también va a ser revestido de Cristo y se va a poner a caminar con dignidad en el amanecer de nuestra vida personal. Tercero. Como iglesia debemos estar muy atentos, no sabemos cuándo será, no podemos atrevernos, ni aventurarnos a decir ni con catástrofe, ni con demasiado optimismo, llegará el Señor tal día, pero que eso haga parte de nuestro caminar diario. Que nada quebrante esa esperanza que debemos comunicar y cultivar en nuestras comunidades. «La higiene de la esperanza» Por su parte, el padre Rafael Castillo, director del Secretariado Nacional de Pastoral Social, al cierre del Congreso se refirió al tema de la «higiene de la esperanza», señalando que la esperanza no es una simple decisión de la voluntad personal, ni es tampoco un puro don de Dios ajeno enteramente a la responsabilidad personal, dijo que, es más bien una combinación de ambos aspectos. “Muchas veces lo que más influye en el tono de nuestra esperanza es el manejo adecuado o desacertado que demos a los factores que diariamente acosan nuestra esperanza. No basta decidir tener esperanza (voluntarismo) ni basta poner la confianza en Dios (espiritualismo). Es necesaria también la «higiene de la esperanza»”. Enumeró varios factores que amenazan hoy a los pobres: la recesión económica, la violencia, el desempleo, el creciente número de jóvenes que dejan las universidades, estos y otros aspectos agregó, son los que hacen que las personas pierdan las ‘utopías de referencia’ y disminuyan el sentido de sus vidas, haciendo con ello que muchos entren en crisis personales, como depresiones psicológicas y síntomas psicosomáticos. Frente a esta realidad, el directivo observó que es cuando más se requiere llevar una adecuada «higiene de la esperanza», por lo que formulo cuatro caminos para prevenirla. En primer lugar, no se debe echar más leña al fuego cultivando pensamientos negativos y cayendo en la polarización que ya es fragmentación. “Hoy se nos urge mirar y hacer un balance de lo positivo y bueno que ha sucedido y de las conquistas que se han logrado (…) El recorrido hecho hasta ahora es un llamado a subir al siguiente escalón. No son pocos los escalones que faltan”. En segundo lugar, es importante aprovechar cuanto la historia enseña. “Lo que nos está pasando es duro y no es poco. Es una de las tantas “horas bajas” en 200 años de Republica. No creo que sea la más baja pero sí, muy probablemente, la más esperanzadora. En Colombia cuando las cosas no han estado bien siempre hemos contado con hombres y mujeres en condición de componerlas. Hay huellas en el barro de nuestra historia como Nación”. En tercer lugar, "es importante fortalecerse con el recuerdo del testimonio de todos aquellos, gente del común como nosotros, que en situaciones semejantes a las que hoy vivimos, supieron aguardar con paciencia el paso de las inundaciones del invierno, sin renunciar a sus convicciones ni hurtarse al oprobio que por ellas tuvieron que soportar”. En cuarto lugar, "debemos tener y recordar el propio proyecto de Nación que los jóvenes nos están mostrando con los diferentes sectores sociales. “Si los motivos siguen ahí, intactos, o incluso incrementados, no hay razón válida para desistir. Al contrario: hoy tenemos nuevos motivos. No perdamos el ánimo, que ya empiezan a despuntar los signos de un nuevo amanecer”. Símbolo del envío misionero Al cierre de este Congreso que se celebró en la ciudad de Bogotá, del 22 al 24 de noviembre, sus organizadores: la Conferencia Episcopal de Colombia, a través del Secretariado Nacional de Pastoral Social (SNPS) y la Comisión de Conciliación Nacional, hicieron entrega a cada participantes de una manilla: “Los Artesanos de la Paz”, esta como signo del envío misionero. Con este signo se quiso exaltar la memoria de monseñor Luis Augusto Castro Quiroga, arzobispo emérito de Tunja y quien dedicó su servicio y entrega pastoral en favor de la paz y la reconciliación.