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Este es mi Hijo, el Elegido, escuchadlo
Tags: predicación orante domingo 16 de marzo de 2025 Predicación Orante de la Palabra Liturgia conferencia episcopal de colombia

SEGUNDO DOMINGO DE CUARESMA
Marzo 16 de 2025
Primera lectura: Génesis 15,5-12.17-18
Salmo: 27(26),1.7-8.9abc.13-14 (R. 1a)
Segunda lectura: Filipenses 3,17 - 4,1
Evangelio: Lucas 9,28b-36
I. Orientaciones para la Predicación
Introducción
En el segundo domingo de Cuaresma celebramos la Transfiguración del Señor. Tengamos también en cuenta que la Cuaresma, a través de la primera lectura de cada domingo de este tiempo, nos propone una reflexión sobre las etapas principales de la historia de la salvación en el Antiguo Testamento, por eso:
-Cada segundo domingo de Cuaresma el protagonista es Abrahán. En los años anteriores habíamos leído su vocación, la petición de la ofrenda de su hijo Isaac y este año se propone la narración de la Alianza. Y es un pacto donde, vaya sorpresa, es Dios quien se compromete a cumplir su palabra a Abraham.
-En la segunda lectura San Pablo, haciendo eco de la promesa de Dios a Abrahán, afirma que Jesús es la plenitud de esta promesa. A Jesús lo esperamos como Salvador porque ahora “somos ciudadanos del cielo”. Ya no esperamos una tierra en este mundo, como Abraham, sino que se no ha prometido una patria celeste. Estamos seguros que Nuestro Señor Jesucristo “transformará nuestra condición humilde, según el modelo de su condición gloriosa”.
- Desde su nacimiento hasta su regreso al Padre, el itinerario terrenal de Jesús es realmente un éxodo de la muerte a la vida, de la humillación a la exaltación en la luz divina. Y es en la oración que Jesús alimenta y renueva su fidelidad al Padre y su misión. Y ese debe ser el mismo camino que recorran sus discípulos hasta alcanzar la gloria de Dios.
1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura?
v. 28a: “Cerca de ocho días después de estos discursos...”. Si bien este versículo no se lee en el Evangelio de este domingo, es importante retomarlo, porque Lucas abre su relato conectándolo con los discursos inmediatamente anteriores, casi como si quisiera decir que es la respuesta a las preguntas que Herodes, los discípulos y la gente se hacían sobre la identidad de Jesús. Y aquí Lucas comienza de inmediato con una precisión temporal. ¿Qué sentido tiene en el relato esta precisión temporal? ¿Por qué precisamente ocho días y no seis, como en Marcos o en Mateo?
La respuesta nos la da el mismo Lucas en 24, 1 donde habla de la resurrección de Jesús: "El primer día después del sábado, muy de mañana..."; siendo el sábado el séptimo día de la semana judía, el día siguiente, en la sucesión de tiempo y números, es el "octavo día", queriendo así decir que la verdadera identidad de Jesús solo se puede encontrar en el octavo día, que es el de la resurrección.
v. 28b: “Tomó consigo a Pedro, Santiago y Juan...”. Jesús "toma consigo" a estos discípulos suyos, queriendo con esto decir que los asocia a su proyecto de vida, ya que solo participando en él pueden calificarse como "discípulos" en cuanto comparten la opción hecha por el maestro.
“Subió a un monte a orar”. El monte del que se habla, en realidad es un monte "teológico", que evoca realidades teológicas. En la antigüedad se entendía como el lugar de la morada de la divinidad. Subir al monte significa entrar en una dimensión divina. De hecho, Jesús sube "para orar", indicando así que la oración te eleva y te hace entrar en esta dimensión divina.
Este subir al monte recuerda la historia de Israel en la vida de Jesús, revivida esta vez en fidelidad a Dios. Como Moisés, que subió al monte con tres personas en representación del pueblo (cf. Ex 24, 1-3), también Jesús aquí sube al monte de Dios con tres discípulos, representantes de la nueva comunidad mesiánica, constituida en fidelidad a Dios y en conformidad con sus exigencias.
Y que este sea el contexto al que Lucas se refiere lo sugiere también la presencia de otras palabras que lo evocan: éxodo, Moisés, las tres tiendas, el monte al que suben. Lucas, por lo tanto, ve en Moisés una prefiguración de Jesús.
v. 29: “Mientras oraba, su rostro cambió de aspecto y su vestidura se volvió blanca y resplandeciente”. La transfiguración es una anticipación de la Pascua y no solo por el aspecto resplandeciente de las vestiduras del Señor, sino también por la anticipación de todo el misterio pascual.
El evangelista señala que Jesús no sube al monte para transfigurarse, sino para orar, y es precisamente durante la oración, en su íntima relación con el Padre, que Jesús es investido del resplandor de Dios hasta el punto de ser absorbido completamente por él. El símbolo de esta relación es el resplandor del rostro y de las vestiduras (las vestiduras reflejan la condición de la persona).
El misterio del Tabor es un misterio de oración, en el que Jesús ora y enseña a orar, y en el que claramente nos dice que la oración permite un proceso de transfiguración en la persona.
v. 30: “De repente dos hombres conversaban con él: eran Moisés y Elías… hablaban de su partida de este mundo, que iba a consumar en Jerusalén”. Es importante detenernos en estos versículos. El Evangelio dice que Moisés y Elías se dirigen a Jesús y hablan con él. El "hablar con" implica comunión y comunicación; indica que entre el Antiguo (Moisés y Elías) y el Nuevo Testamento (Jesús) no hay ruptura, sino continuidad dialógica. En otras palabras, la historia de la salvación, representada aquí simbólicamente, es un único acto salvífico de Dios, dividido en dos tiempos: la Ley (Moisés) y los Profetas (Elías) que encuentran su confluencia natural en Jesús. Jesús recordará esto en Mateo 5, 17: "No piensen que he venido para abolir la Ley o los Profetas; no he venido para abolir, sino para darles cumplimiento". Jesús, por lo tanto, se presenta como la clave de interpretación del Antiguo Testamento y el punto de confluencia de toda la historia de la salvación, que en Él encuentra su cumplimiento.
Un elemento que destaca Lucas aquí es el “éxodo de Jesús”. Lucas es el único que nos dice de qué hablaron: hablaron de su partida (otros traducen de su muerte). “Partida” es la traducción del término éxodo, de su éxodo, de su salida “que llevaría a cabo en Jerusalén”. El “éxodo” es claramente la muerte, pero no solo eso: la muerte también es la resurrección; muerte, resurrección y ascensión, todo esto es el éxodo de Jesús, es la salida de Jesús. Eso indica que la muerte y la resurrección de Jesús no son casuales, sino que están anunciadas y profetizadas por todo el Antiguo Testamento.
2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y qué me sugiere para decirle a la comunidad?
En el primer domingo de Cuaresma habíamos reflexionado sobre Jesús que, ante las tentaciones del demonio, escoge el camino de Dios, es decir, opta por vivir de una manera correcta según su vocación. En este segundo domingo de Cuaresma contemplamos a Jesús que lleva a sus discípulos a la montaña porque son ellos los que ahora deben “hacer una opción” y Él quiere hacerlos parte de su proyecto de vida.
La imagen de la Transfiguración es la que mejor nos ayuda a comprender el “camino cuaresmal”: Jesús sube a la montaña e invita a los discípulos a ir con Él, a elevar su nivel de vida, a subir a este lugar que nos recuerda las características ya mencionadas anteriormente. En la montaña Jesús invita a sus discípulos a “hacer una opción de vida” por Cristo Salvador, que cumple las promesas del Padre ya anunciadas desde el Antiguo Testamento. Este testimonio de Moisés y Elías dice que Jesús tiene razón, que la opción hecha por Él de cumplir la voluntad del Padre es el camino acertado. Incluso esto se confirma con la voz del Padre que llega desde lo alto, la misma voz que en el Jordán presentó a Jesús como Hijo amado, pero ahora se agrega algo: “escúchenlo”.
¿Cuál es la mejor forma de escuchar hoy a Jesús?: la oración, que permite “elevar” nuestra mente hacia Dios y recibir una luz que nos transfigura. Es allí donde es posible hacer la misma opción que hace Jesús de cumplir la voluntad del Padre. También es en el encuentro personal con Dios en la oración donde se renueva la Alianza, de la que nos habla la primera lectura, y en donde hay un detalle que muy poco percibimos: es Dios quien se compromete pasando entre los miembros descuartizados de los animales que había preparado Abrahán. No es Abrahán el que pasa en medio de ellos. Ese gesto, según la antigua manera de hacer pactos en Israel, significaba honrar la palabra dada y, en práctica, pasando por en medio de los animales descuartizados se quería decir: “me suceda a mí como a estos animales sino cumplo el compromiso asumido”. De esa manera, es Dios quien toma la iniciativa de comprometerse con la Alianza que hizo con Abrahán, es decir, como dice el Papa Francisco: Dios nos “primerea” en el amor.
El salmo responsorial puede hacer eco a lo que se viene meditando: “Oigo en mi corazón: “Busquen mi rostro. Tu rostro buscaré, Señor, no me escondas tu rostro… tú eres mi auxilio. Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida”.
La segunda lectura hace resonancia a la promesa de Dios a Abrahán y garantiza que Jesús es la plenitud de esta promesa y lo esperamos como Salvador porque ahora nuestra ciudadanía está en el cielo. Ya no es la patria terrenal la que anhelamos como herencia sino la patria celestial y estamos seguros que el Señor “transfigurará” plenamente nuestra condición humilde según el modelo de su condición gloriosa.
3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo?
La liturgia de este domingo es una gran motivación para descubrir, valorar o afianzar la oración como contemplación y camino de “transfiguración” en el Señor. Por eso considera seriamente la siguiente invitación:
Estamos invitados a subir al monte de la Transfiguración para lograr vislumbrar algo de la gloria del Señor resucitado, para tener el valor y la fuerza de recorrer el camino cuaresmal con determinación, incluso en los momentos de tribulación y sufrimiento, cuando el camino conduce hacia el Calvario y la cruz. El camino de la Cuaresma que se nos propone es el camino del amor. Debemos aprender a transformar nuestra vida en obediencia a Dios o, lo que es lo mismo, debemos aprender a transformarla en amor.
Por eso, entra en tu cuarto o en tu oratorio y, por lo menos en una hora, disponte para la oración. Imagínate en el monte de la Transfiguración y con la conciencia de que la oración es la posibilidad de vivir esta experiencia con Jesús. Luego pido lo que más deseo: escuchar a Jesús y que el Padre me regale la gracia de conocerlo, amarlo, seguirlo y optar como Él por hacer su voluntad.
II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles
Monición introductoria de la Misa
El Evangelio de hoy nos habla de la Transfiguración de Jesucristo. Es un evento que ilumina este tiempo de Cuaresma y nos indica la finalidad de la práctica de la penitencia, el ayuno y la oración: la transfiguración de nuestro corazón para que, a ejemplo de Cristo, busquemos siempre la voluntad del Padre en nuestra vida. Que la Eucaristía nos permita transfigurarnos cada día a imagen de Cristo Jesús.
Monición a la Liturgia de la Palabra
Abrahán, padre en la fe, fue el primero en aprender a confiar en Dios tanto en las alegrías como en las tristezas de la vida. Dios le promete una descendencia numerosa como las estrellas del cielo, aludiendo al don de Isaac, pero también a la posesión de la tierra. La señal de las promesas divinas es la alianza que Dios hace con Abraham, expresada mediante el lenguaje del sacrificio (Primera Lectura). También para nosotros, como para Abraham, la salvación depende de la fe, que es adhesión al Hijo de Dios, Jesús, quien, en el Tabor, lugar de la revelación divina, frente a Pedro, Santiago y Juan, que serían sus compañeros en Getsemaní, se transfigura mientras ora, manifestando su identidad. Moisés y Elías, símbolo de la Ley y los profetas, hablan del éxodo del Mesías, es decir, de su bendita pasión. La subida al Tabor prepara la subida al Calvario, fortaleciendo la fe de los apóstoles ante la inminencia de la pasión de Jesús.
En obediencia al Padre, escuchamos y seguimos a Jesús (Evangelio). Mientras esperamos como salvador a Jesucristo, quien transfigurará nuestro humilde cuerpo para conformarlo a su cuerpo glorioso, permanecemos firmes en él, haciéndonos sus imitadores (Segunda Lectura).
Oración Universal o de los Fieles
Presidente: Hermanos y hermanas: Iluminados por la Transfiguración de Jesús, supliquemos que suban hasta el Padre nuestras súplicas por la Iglesia, por el mundo y por nosotros, diciendo con humildad:
R. Escúchanos, Señor
1. Para que en la Iglesia se tenga confianza en el Señor, como Abrahán, y se comparta con las personas la fe que recibimos y así llevemos la esperanza al mundo. Oremos.
2. Para que nuestro obispo N., los presbíteros y los diáconos, como los Apóstoles que vieron a Jesús Transfigurado, escuchen al Padre valorando cada día los momentos de oración y se renueven en la esperanza. Oremos.
3. Para que los cristianos busquen el rostro de Dios en la vida activa, en la caridad y en la oración y no olviden que su patria es el cielo y sean peregrinos de la esperanza. Oremos.
4. Para que las personas que sufren, están enfermas o tienen alguna otra dificultad descubran a Cristo, luz del mundo y Salvador, y se fortalezcan en su esperanza. Oremos.
5. Para que quienes participamos de esta santa Eucaristía sepamos estar al lado de los más necesitados, para escucharlos y ayudarlos, y los animemos en la esperanza. Oremos.
Oración conclusiva
Señor, Dios nuestro, que en el monte de la Transfiguración nos mandaste escuchar la voz de tu Hijo, dígnate escuchar nuestra súplica y concédenos los bienes que te pedimos, especialmente crecer cada día en la esperanza en Ti que no defrauda. Por Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amén.



Proteger y defender la familia
Jue 27 Mar 2025


Vie 7 Mar 2025
No tentarás al Señor, tu Dios
PRIMER DOMINGO DE CUARESMAMarzo 09 de 2025Primera lectura: Deuteronomio 26,4-10Salmo: 91(90),1-2.10-11.12-13.14-15Segunda lectura: Romanos 10,8-13Evangelio: Lucas 4,1-13I.Orientaciones para la PredicaciónIntroducciónEl texto del libro del Deuteronomio está enmarcado en lo referente a la ley del santuario. Recoge las oraciones que con motivo de la ofrenda de las primicias debían recitarse en dicho santuario. El ofrecimiento de las primicias de la tierra era un modo adecuado de manifestar el agradecimiento de Israel por las hazañas de Dios, por los prodigios con los que había librado de la esclavitud a Egipto y establecido en la tierra prometida. La oración que se recita se constituye en un credo, histórico-teológico del israelita, de singular importancia, que encierra los rasgos fundamentales de la fe del Antiguo Testamento. Es un resumen de la historia de Israel, centrado en la liberación de Egipto y en su establecimiento en la tierra prometida.En la segunda lectura, el apóstol Pablo nos expresa cómo los judíos no tienen excusa para invocar a Cristo como Señor, ya que si no creen el Él no es porque la predicación evangélica no les haya llegado, sino por su falta de comprensión y de correspondencia a la llamada de Dios. Además, nos enseña San Pablo que, si la ley dada a Moisés manifestaba la voluntad divina y hacía más accesible su cumplimiento, la fe en Cristo ha abierto un camino más fácil para llegar a Dios. Jesucristo, al descender del cielo en la Encarnación y al resucitar de entre los muertos y subir al cielo, ha cumplido la profecía de Moisés que anunciaba cercanía de la Palabra de Dios (Cf. Dt 30,12-14): tras llevar su obra redentora, Cristo se encuentra cerca de los que creen en Él.Por su parte, San Lucas nos ofrece hoy el relato de las tentaciones de Jesús en el desierto. En efecto, en el inicio de su misión salvadora el Señor ayuna y sufre las tentaciones de satanás. Los tres evangelios sinópticos recuerdan que el episodio tiene lugar en el desierto. Con esa palabra se designa probablemente la depresión que hay junto al Jordán, al norte del mar muerto. Sin embargo, también tiene un sentido teológico: en el desierto fueron tentados, y vencidos, Moisés e Israel; en el desierto es tentado Jesús, que vence donde otros cayeron: el diablo quiere apartar a Jesús de su misión, pero Jesús le vence. Ya que en el tercer evangelio la genealogía del Señor llega hasta Adán, la tradición cristiana vio en este relato una victoria de Jesús como anticipo de Adán; donde Adán fue vencido, Jesús venció, inaugurando así la nueva humanidad. “Es conveniente recordar cómo el primer Adán fue expulsado del paraíso al desierto, para que adviertas cómo el segundo Adán viene del desierto al paraíso” (San Ambrosio, Expositio Evangelo secundum Lucam, ad loc.). 1.Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura?Reflexionar sobre las tentaciones a las que es sometido Jesús en el desierto es una invitación a cada uno de nosotros para responder a una pregunta fundamental: ¿qué cuenta de verdad en mi vida? En la primera tentación el diablo propone a Jesús que cambie una piedra en pan para satisfacer el hambre. Jesús rebate que el hombre vive también de pan, pero no sólo de pan: sin una respuesta al hambre de verdad, al hambre de Dios, el hombre no se puede salvar. En la segunda tentación, el diablo propone a Jesús el camino del poder: le conduce a lo alto y le ofrece el dominio del mundo; pero no es éste el camino de Dios: Jesús tiene bien claro que no es el poder mundano lo que salva al mundo, sino el poder de la cruz, de la humildad, del amor. En la tercera tentación, el diablo propone a Jesús que se arroje del alero del templo de Jerusalén y que haga que le salve Dios mediante sus ángeles, o sea, que realice algo sensacional para poner a prueba a Dios mismo; pero la respuesta es que Dios no es un objeto al que imponer nuestras condiciones: es el Señor de todo. ¿Cuál es el núcleo de las tres tentaciones que sufre Jesús? Es la propuesta de instrumentalizar a Dios, de utilizarle para los propios intereses, para la propia gloria y el propio éxito. Y, por lo tanto, en sustancia, de ponerse uno mismo en el lugar de Dios, suprimiéndole de la propia existencia y haciéndole parecer superfluo. 2.Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad?No tengamos miedo de afrontar, también nosotros, el combate contra el espíritu del mal: lo importante es que lo hagamos con Él, con Cristo, el Vencedor. Cada uno debería preguntarse: ¿qué puesto tiene Dios en mi vida? ¿Es Él el Señor o lo soy yo?Al recordar que el pasado miércoles con el tradicional Rito de las Cenizas, hemos entrado en la Cuaresma, tiempo de conversión y de penitencia en preparación a la Pascua, la Iglesia, que es madre y maestra, llama a todos sus miembros a renovarse en el espíritu, orientándose decididamente hacia Dios, renegando el orgullo y el egoísmo para vivir en el amor.3.Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo?“En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Porque Cristo nuestro Señor, al abstenerse durante cuarenta días de tomar alimento, inauguró la práctica de nuestra penitencia cuaresmal y, al rechazar las tentaciones del enemigo, nos enseñó a sofocar la fuerza del pecado; de este modo, celebrando con sinceridad el misterio de Pascua, podremos pasar un día a la Pascua que no acaba” (Del prefacio de este Domingo)._________________Recomendaciones prácticas:•Leer Instrucción General del Leccionario de la Misa, números 97-102, para comprender el sentido de la serie de lecturas propuestas durante el tiempo cuaresmal.•Motivar a los fieles a la recepción del Sacramento de la Reconciliación.II. Moniciones y Oración Universal o de los FielesMonición introductoria de la MisaQueridos hermanos este caminar cuaresmal nos entrega las características marcadas por el encuentro personal y comunitario con Jesucristo. En un ambiente penitencial y en oración, recibamos la fuerza que viene de lo alto que Dios nos comunica en su Hijo Jesús.Monición a la Liturgia de la PalabraLa Palabra de Dios para este primer Domingo de Cuaresma nos muestra la misericordia de Dios para con el hombre y la fuerza del Espíritu que nos lleva al desierto para vencer toda tentación a ejemplo del Señor Jesús. Continuemos nuestra celebración como hermanos juntos en la fe.Oración Universal o de los Fieles.Presidente: Alabemos y glorifiquemos a Cristo, a quien Dios Padre constituyó fundamento de nuestra esperanza y primicia de la humanidad resucitada, aclamémosle diciendo: R. Rey de la Gloria, escúchanos.1.Por el Papa, los obispos, presbíteros, diáconos, religiosos y laicos, para que dejándose llenar de la gracia del Espíritu Santo, asuman con decisión el compromiso de la conversión. 2.Por los gobernantes de las naciones, para que dispongan sus conocimientos y acciones al cuidado y atención a las comunidades más necesitadas, especialmente para que puedan satisfacer sus necesidades básicas.3.Por todas las familias del mundo, para que sean espacios de encuentro fraterno en los que se viva la fe, la esperanza y el amor.4.Por los enfermos, privados de la libertad y excluidos de la sociedad, para que descubran el rostro misericordioso de Cristo en sus momentos de angustia y soledad.5.Por nosotros para que al caminar juntos nos formemos como discípulos de Cristo, como familias, como comunidades y como seres humanos, a través de nuestra experiencia de este camino Sinodal.Oración conclusivaPadre, que nos ofreces este tiempo de gracia para reconciliarnos contigo y con los hermanos, haz que todos nosotros, caminemos hacia la pascua y no nos cansemos de buscar el Pan vivo bajado del cielo, tu Hijo Jesucristo nuestro Señor.R. Amén.

Mié 5 Mar 2025
Ora a tu Padre, que está en lo secreto
MIÉRCOLES DE CENIZAMarzo 05 de 2025Primera lectura: Joel 2,12-18Salmo: 51(50),3-4.5-6a.12-13.14 y 17 (R. cf. 3a)Segunda lectura: 2Corintios 5,20 - 6,2Evangelio: Mateo 6,1-6.16-18I. Orientaciones para la PredicaciónIntroducciónComenzamos hoy un tiempo especialmente dedicado a la escucha de la palabra del Señor, a la oración intensa y al ayuno, que nos ayudan a tener un encuentro más intenso con Dios. Por ello, para los padres de la Iglesia, la cuaresma es un entrenamiento que capacita al cristiano para el combate diario contra los tres enemigos del alma: Demonio, mundo y carne. En este orden de ideas, las lecturas que hoy proclamaremos son un llamado muy serio a la conversión, entendida esta en la Escritura como la transformación real que el Espíritu santo opera en lo profundo de nosotros; y así ora el Salmista en este día: <<Oh Dios, crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro con Espíritu firme>> (cfr. Sal 50/51, 12). En otras palabras, la conversión, más que ser fruto de nuestros esfuerzos y de nuestros puños, es la transformación del corazón que Dios realiza en lo íntimo de nosotros si nos abrimos a Su gracia. 1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura?· Rasguen sus corazones y no sus vestiduras (Cfr. Joel 2, 12-18). La primera lectura de este día es un llamado de Dios a volver a Él. Para el semita que escribe el Antiguo testamento, este volver a Dios es un retornar, dar media vuelta, cambiar de camino. En hebreo. šubû שֻׁ֥בוּ . Se trata de un imperativo; << vuelvan a mí con todo el corazón, con ayuno, con llanto, con lamentos>>. · Reconcíliense con Dios (Cfr. 2 Cor 5, 20 – 6,2). Escribiendo a los cristianos de la comunidad de Corinto, Pablo nos exhorta a reconciliarnos con Dios porque este es el momento favorable. Es interesantísimo notar que Pablo usa, hablando de la reconciliación, un verbo especial en griego para indicar la reconciliación entre dos esposos después de una infidelidad o una traición (καταλλάγητε τῷ θεῷ). Se trata de un verbo que el autor sagrado usa para hablar adrede no de una relación emperador – esclavo, sino de una relación de enamorados. Pablo está hablando no de una religión de miedo, sino de una relación de amor entre Cristo y el creyente.· Tu Padre que ve en lo secreto, te recompensará (Cfr. Mt 6, 1-6. 16-18). Al interno del gran sermón de la montaña (Mt 5-7), el Evangelio de este día marca un pequeño programa de vida cuaresmal en torno a tres temas: limosna, oración y ayuno. Estos tres elementos tienen algo en común y es la lucha del cristiano contra la hipocresía, la ostentación y el ritualismo exterior. Entre otras cosas es interesante notar, que la hipocresía (ὑποκριτής en griego) era la máscara que usaban los actores en el teatro para mostrar diferentes caras. El cristiano sabe que toda su praxis espiritual y litúrgica tiene que incidir en lo interior de su corazón, en donde ve su Padre que está en lo secreto, y ese Padre que ve en lo secreto le recompensará. 2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad?· Las Escrituras de este día nos ponen en movimiento y en modo combate. El cristiano es uno que combate y que toma todos los días la decisión de dejarse transformar por Dios. Como Israel en el desierto que cada mañana recogía su maná cuotidiano, el cristiano sabe que la conversión de ayer no sirve para hoy, y que la conversión de hoy no sirve para mañana. Todos los días se pone en actitud de conversión recogiendo el maná de su vida que es Jesucristo y volviendo a Dios de todo corazón en este HOY… <<si hoy escuchas la voz de Dios, no escurezcas tu corazón >> (Cfr. salmo 95/94)· A la luz del evangelio de este día, estamos llamados a intensificar la oración, el ayuno y la limosna; pero es condición sine qua non, que estas praxis cuaresmales sean en lo secreto de la vida del cristiano, allí donde sólo Dios ve. Más que la práctica exterior de un rito como la ceniza, lo que Dios ve es la actitud del corazón. · El salmo de este día nos da claves preciosas para entender la conversión cuaresmal. Más que el ejercicio ascético del cristiano por dejar el pecado con sus esfuerzos y su voluntarismo sin la ayuda de la gracia (pelagianismo); el orante salmista entiende la conversión como la transformación que opera en lo profundo del creyente el mismo Dios. De ahí que no somos nosotros los que nos convertimos con nuestros esfuerzos, sino que es Dios el que nos convierte a nosotros si nos abrimos a su gracia. 3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro?· Pedimos al Señor la gracia de convertirnos, de volver a Él sin mirar atrás. El discípulo misionero como san Pablo, olvidando lo que queda atrás, se lanza a lo Dios tiene por delante para él. (Cfr. Fil 3,13)· Reflejo este encuentro en mi vida poniéndome en movimiento, volviéndolo a intentar, porque en palabras de Escrivá de Balaguer, un santo es un pecador que lo sigue intentando. _______________________Recomendaciones prácticas:· Comienza la Campaña de la Comunicación Cristiana de BienesII. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Bienvenidos hermanos a esta celebración con la que hoy inauguramos la Cuaresma. Comenzamos un tiempo especialmente dedicado a la escucha de la palabra de Dios, a la oración intensa y al ayuno, que nos ayudan a tener un encuentro más intenso con Dios. Por ello, para los padres de la Iglesia, la cuaresma es un entrenamiento que capacita al cristiano para el combate diario contra los tres enemigos del alma: Demonio, mundo y carne.Pongámonos de pies, y recibamos a Jesucristo en la persona del presbítero. Monición a la Liturgia de la Palabra Vamos ahora a escuchar las Escrituras. Las lecturas que hoy proclamaremos son un llamado muy serio a la conversión, entendida esta en la Escritura como la transformación real que el Espíritu santo opera en lo profundo de nosotros; y así ora el Salmista en este día: <<Oh Dios, crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro con Espíritu firme>> (cfr. Sal 50/51, 12).Escuchemos atentamente y dejemos que esta palabra toque nuestro corazón.Oración Universal o de los Fieles Presidente: Oremos queridos Hermanos al Padre por medio de su Hijo Jesucristo diciendo R. Haz que volvamos a ti, Señor.1. Por la Iglesia y por cada uno de nuestros Pastores; que puedan entender en estos días de gracia, que el ministerio es para servir a los demás y no para ser servidos por los demás. Oremos.2. Por nuestros gobernantes, para que cada día tengan luz y acierto desde el cielo, en las decisiones que deben tomar a favor de los pueblos a ellos encomendados. Oremos3. Por todas las personas que sufren y especialmente por los que hoy no han comido nada; de tal manera, que podamos compartir con ellos el pan, porque este es el ayuno que Dios quiere. Oremos4. Por nosotros que hoy hemos escuchado la Palabra de Dios, para que podamos entrar en este combate de la cuaresma escuchando más las Escrituras, ayunando de nuestros vicios y haciéndonos más generosos. Oremos5. Por la Campaña de la Comunicación Cristiana de Bienes, para que no busquemos nuestras comodidades superfluas, sino que con nuestra generosidad podamos proveer a las necesidades de nuestros hermanos. Oremos.6. Por el Jubileo del Mundo del Voluntariado, para que todos aquellos que participen puedan, a través de su trabajo apostólico, mostrar a los hombres la presencia de Dios en el mundo.Oración conclusivaPadre Santo, haz que volvamos a Ti y volveremos.Conviértenos y nos convertiremos, por Jesucristo Nuestro Señor.R. Amén.

Vie 21 Feb 2025
Amad a vuestros enemigos
SÉPTIMO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIOFebrero 23 de 2025Primera lectura: 1S 26, 2.7-9.12-13.22-23Salmo: Sal 103(102), 1-2.3-4.8 y 10.12-13 (R. 8a)Segunda lectura: 1Corintios 15,45-49Evangelio: Lucas 6,27-38I.Orientaciones para la PredicaciónIntroducciónEn el Evangelio del domingo pasado se proclamaba dichosos, alegres y ¡ay de vosotros! Este domingo, el evangelista Lucas invita a dar un paso más en el acercamiento a Dios, y para ello propone llenar el corazón de verdadera misericordia y mostrarla por medio del perdón a todos aquellos que entren en relación, tanto personal, como comunitaria con nosotros. Nos recuerda la Palabra, que el auténtico perdón no deja lugar ni a la venganza, ni al rencor; implica además un alma noble donde habite la verdadera misericordia. Tres ideas temáticas que presentan las lecturas:•Primera lectura (1S 26, 2.7-9.12-13.22-23): 1 Sm 26 es una segunda versión del tema de 1 Sm 24. Cambia la forma, pero el fondo es el mismo. En ambos casos Saúl está al alcance de David, pero éste le perdona la vida sin causarle ningún daño. En ambos casos aparece la magnanimidad de David y el mismo respeto hacia el ungido del Señor. En uno y otro caso Saúl reconoce su mal proceder, y, por último, en ambos casos, Saúl augura a David la bendición de Dios y el éxito en sus empresas (1 Sm 26,25). •Segunda lectura (1 Co15,45-49): Este texto hace parte de la disertación paulina sobre el misterio de la vida, sobre la resurrección de los muertos (1 Co 15). No hemos nacido para quedarnos en la tierra, sino para ser seres espirituales, donde la muerte no nos lleve a la nada. Es eso lo que se propone bajo la imagen de los dos Adanes: el de la tierra y el del cielo. Pablo se funda en la Escritura en una fórmula habitual en el judaísmo: “Así está escrito”. Sigue un texto de Gn 2,7 para sacar unas consecuencias entre el hombre natural, biológico, genético si cabe, y el hombre espiritual (el de la resurrección). La comparación entre el primer hombre Adán y el último Adán evoca la que se había establecido en 15,21 (22) entre Adán y Cristo; el último Adán de 15,45b es lógicamente Cristo; tal correspondencia la confirma la consideración del último Adán como espíritu vivificante de 15,22.•Evangelio (Lc 6,27-38): Se nos propone el amor al prójimo; reflexionemos con atención en este aspecto importante que nos presenta el Evangelio. 1.Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura?Al bajar de la montaña junto con Jesús, los discípulos escuchan el Sermón de la llanura (Lc 6,20-49). Lucas introduce en su relato uno de los discursos de Jesús, orientado concretamente a sus discípulos: “Y Él, alzando los ojos hacia sus discípulos, decía…” (Lc 6,20); para él, este discurso compendia las instrucciones que Jesús impartió a aquellos que serían sus testigos en Galilea. El “discurso de la llanura”, calificación con la que se le conoce usualmente (cf. Lc 6,12.17), es paralelo al “discurso del monte” en el Evangelio Según Mateo (cf. Mt 5,1-7,27). Este último se dirige a la “multitud” y a sus “discípulos” (cf. Mt 5,1) y el de Lucas se dirige, desde sus inicios, solamente a “los discípulos”, como lo hemos dicho antes.El amor al prójimo ocupa buena parte del discurso programático de Jesús. Se dirige a cuantos escuchan. Este amor, debe extenderse a los enemigos. En esto insisten los dichos iniciales, en cuyo centro se encuentra la regla de oro: “Traten a los demás, como quieren que ellos los traten a ustedes (6,31). Concretamente, amar a los enemigos significa hacerles bien, desearles bien, esto es, bendecir, orar por ellos, renunciar a toda retorsión (es decir, presentar la otra mejilla), ser condescendientes (es decir, ceder la túnica o el manto), dar prestado de manera desinteresada. De aquí sigue, una serie de preguntas retóricas “Si aman a los que los aman…” mostrando la diferencia entre la conducta del verdadero discípulo y la de los “pecadores”; de esta manera, el discípulo de Jesús está llamado a imitar el amor generoso del Padre celestial, que da sus beneficios a los ingratos y a los malos (6,35). De la misma forma, la imitación de Dios se retoma en el dicho “Sean misericordiosos, como es misericordioso su Padre” (6,36). Jesús aplica este principio en las relaciones con el hermano, advirtiendo que no seamos severos con ellos, porque “con la medida con que se mide, Dios los meditará a ustedes”. La exhortación a la generosidad: “Den, y Dios les dará” se dilata en una descripción de la recompensa divina (cf. 6,38)2.Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y qué me sugiere para decirle a la comunidad?Hemos escuchado en el Evangelio algunas de las frases más fuertes y exigentes del mensaje de Jesús: “amen a sus enemigos, hagan el bien a los que los odian, bendigan a los que los maldicen, oren por los que los injurian”. Todas estas enseñanzas del Maestro, fuera de su contexto, aisladas, pueden parecer para muchos, exageradas, utópicas, absurdas, Pero ¿cuál es su contexto?: Es la posición del hombre con respecto a Dios. Es decir, aquellos que aparecen como dichosos en las bienaventuranzas, se encuentran en una nueva relación con Dios (son sus hijos: Lc 6,36). Y esta nueva relación pide un nuevo comportamiento con los demás. Lucas viene a decir que los cristianos han sido transformados en la totalidad de su persona; ¿De qué manera? En sus sentimientos, el amor sustituye al odio; en sus palabras, la bendición a la maldición; en sus acciones, la no violencia a la violencia. Jesús une estrechamente el precepto del amor a los enemigos con el del amor al prójimo, que, en el Antiguo Testamento, no era del todo claro. Hay, por tanto, que ignorar las barreras creadas por las afinidades y simpatías naturales (cf. Lc 14,12). Se trata, en definitiva, de adoptar el comportamiento misericordioso de Dios (Lc 6,35-36) para recrear una humanidad nueva: “Sean misericordiosos, como es misericordioso su Padre” (v. 36). El Papa Francisco, en la Audiencia General del 1 de septiembre de 2016, se preguntaba: “¿Las palabras de Jesús son realistas? ¿Es verdaderamente posible amar como ama Dios y ser misericordiosos como Él?” responde el Santo Padre “Si observamos la historia de la salvación, vemos que toda la revelación de Dios es un incesante e incansable amor por los hombres: Dios es como un padre o como una madre que ama con amor infinito y lo derrama con generosidad sobre cada criatura. La muerte de Jesús en la cruz es la culminación de la historia de amor de Dios con el hombre. Un amor tan grande que sólo Dios puede realizarlo. Es evidente que, comparado con este amor que no tiene medidas, nuestro amor siempre será insuficiente. Pero, cuando Jesús nos pide que seamos misericordiosos como el Padre, ¡no piensa en la cantidad! Él pide a sus discípulos convertirse en signo, canales, testigos de su misericordia”. Por esta razón, el amor del discípulo de Jesús, que siempre es comprendido en el Nuevo Testamento no como un sentimiento sino como una acción y una tarea, debe alcanzar incluso a aquellos que aparentemente no lo merecen: los enemigos, los que te odian, los que te golpean y los que te roban. La afirmación que encontramos en el texto del Evangelio, concretamente en Lc 6,31 dice: “Traten a los demás, como quieren que ellos los traten”, es una regla revolucionaria, que también se encuentra en otras religiones, señal de que aquí se expresa una intuición o un deseo universal que nace del fondo del corazón humano.En su enseñanza, Jesús, muchas veces, afirma el deseo más profundo y universal del corazón humano, el deseo de fraternidad, nacido de la voluntad de querer bien a los demás con total gratuidad. Es en la fraternidad sincera, bien vivida, donde se revela el rostro de Dios. Esta expresión, que suele llamarse “la regla de oro” de la caridad cristiana, nos indica que el amor no se limita a excluir el mal, sino que implica un compromiso operativo para hacer el bien al prójimo. 3.Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo?Señor Jesús, tú conoces por experiencia la fragilidad, la debilidad y también la dureza de la naturaleza humana; sin embargo, desde lo alto de la cruz tuviste expresiones de compasión y de perdón incluso por los que te estaban crucificando. Derrama en nuestros corazones tu Espíritu de amor, para que nos dé la fuerza de poner en práctica tu Palabra incluso cuando nos parece demasiado exigente. Infunde tú mismo en nosotros una infinita capacidad de paciencia y de perdón, a fin de que el Padre celestial pueda reconocernos como sus verdaderos hijos. Amén Las palabras dirigidas por Jesús a quienes le escuchaban se orientan a que el discípulo sea un imitador de Dios Padre. La concreción más clara de la misericordia es la que se manifiesta en las parábolas del Buen Samaritano (Lc 10,25-37) o del Hijo pródigo (15,11-31), que revelan la forma de vida de Jesús. Se trata de un llamado a la conversión. Él quiere que sus seguidores tengan una forma de comportarse contraria a las formas habituales del mundo. Aquí radica la verdadera novedad del Evangelio, que se funda en una nueva experiencia de Dios, Padre de amor. No olvidemos que el amor de Dios por nosotros es totalmente gratuito. El verdadero amor quiere el bien del otro independientemente de lo que han hecho por mí; de esta manera, imitamos la misericordia de Dios Padre que es bueno con los ingratos y con los malvados. Por eso, ¿Será que nosotros miramos la vida y a las personas con la misma mirada de Jesús? ¿Cómo aplicar en mi vida las palabras de Jesús: “Sean misericordiosos, como es misericordioso su Padre”? II.Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la MisaQueridos hermanos, con mucha alegría y gozo nos reunimos nuevamente en este lugar santo, donde Dios nos seguirá instruyendo con su Palabra de vida. El «mandamiento» que Jesús da a sus discípulos sobre el amor a los enemigos es lo que más caracteriza la Palabra de Dios de este día. Hoy, en la liturgia, Cristo nos llama a una radical revisión de vida. El cristiano debe bendecir a los que le odian y perdonar a los que le ofenden. Celebremos con gozo y fe esta fiesta dominical.Monición a la Liturgia de la Palabra Hermanos, la Palabra de Dios resalta hoy el mandamiento del amor y el perdón mutuo. En la primera lectura, tomada del libro de Samuel, nos encontramos hoy con la heroicidad de David, capaz de amar a su enemigo hasta el punto de perdonarle la vida. Por su parte, la segunda lectura, tomada del apóstol San Pablo en la Carta a los Corintios, continúa hoy su razonamiento sobre la resurrección de los muertos. En el Evangelio meditamos sobre el «mandamiento» que Jesús da a sus discípulos sobre el amor a los enemigos. Nos recuerda que Dios siente compasión para con los pecadores, y nos invita a imitar esa conducta generosa de nuestro Padre. Cuando lo hacemos, obtenemos el gran premio de asemejarnos a Él. Jesús nos trae la regla de oro de la verdadera caridad: tratar a los demás como queremos que los demás nos traten a nosotros. Escuchemos con atención. Oración Universal o de los Fieles Presidente: Hermanos, Dios nos invita a vivir en el amor sin poner condiciones, a vivir como Él vivió. Unámonos diciendoR. Señor, enséñanos a amar1.Por los que han sido ungidos por el Señor, para que sean testigos de su amor y promuevan la justicia, la paz y la libertad, en la Iglesia y en el mundo. Oremos.2.Por nuestros gobernantes y los del mundo entero para que trabajen por la paz del mundo, para que se frenen las ambiciones, desaparezcan las enemistades y brote el amor y la concordia en el corazón de todos los hombres. Oremos.3.Por nosotros, para que que imitando a Jesús sigamos sus huellas, y para que viviendo la santidad a la que Él nos llama, tengamos sus mismos sentimientos de compasión, perdón y bondad. Oremos.4.Por los emigrantes, los prisioneros, los desempleados y los que están lejos de sus hogares, para que se sientan hijos de la gran familia de Dios y encuentren consuelo en sus penas. Oremos.5.Por todos los que estamos aquí reunidos en el Señor, para que Dios nos conceda perseverar en la fe y crecer siempre en la caridad. Oremos.Oración conclusivaEscucha, Padre, la oración que te hemos presentado, y haz que caminemos unidos los que profesamos una misma fe y un mismo amor. Por Jesucristo nuestro Señor.R. Amén.

Jue 13 Feb 2025
Bienaventurados
SEXTO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIOFebrero 16 de 2025Primera lectura: Jeremías 17, 5-8Salmo: Sal 1, 1-2.3.4 y 6 (R. cf. 39, 5a)Segunda lectura: 1Corintios 15, 12.16-20Evangelio: Lucas 6, 17.20-26I.Orientaciones para la PredicaciónIntroducciónEn este sexto domingo del tiempo ordinario se nos invita, no solo a oír la Palabra de Dios, si no escucharla con el corazón para que ella produzca frutos en nosotros. La palabra de Dios hoy, por medio del profeta Jeremías nos recuerda que quien opta por Dios, quien aprende a escuchar su voz y la pone en práctica experimentará la bendición, será “bendito quien se fía de Yahvé, pues no defraudará Yahvé su confianza (Jr. 17,7), pero quien se hace el sordo a la palabra de Dios, no deja que ella produzca frutos abundantes, quien pone su confianza en las cosas humanas no será maldito. El apóstol san Pablo con fuerza le habla a la comunidad de los corintios y les hace saber que el mensaje que les está predicando tiene como centro la resurrección de Cristo y por ende la esperanza que todos por le fe en Él resucitarán, pues si Cristo no resucito vacía es la predicación y vana nuestra fe,” somos los hombres más dignos de compasión” (1 Cor. 15,19).El evangelio de San Lucas, en el pasaje de las Bienaventuranzas, nos recuerda que la verdadera felicidad no está en las cosas que posemos o ambicionamos, la verdadera felicidad no está en tener muchas personas a nuestro alrededor, la verdadera felicidad está en abandonarnos en Él, poner a Dios en el centro de nuestra vida y hacer de Él nuestro mayor tesoro, nuestro alimento, buscar agradarle primero a Él y no a los demás. No podemos olvidar que es bienaventurado, feliz, bendecido y lleno de vida verdadera quien confían en Dios y solo en ÉL.1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? De una manera maravillosa la Palabra de Dios, por medio del apóstol San Pablo nos vuelve a poner en el contexto de la pascua, nos invita a volver la mirada al día de Pascua a no olvidar cual el centro, razón y fuerza de nuestra fe, Cristo Resucitado. San Pablo dedica su vida al anuncio de Jesús, pero lo anuncia muerto y resucitado, lo anuncia como el vencedor de la muerte, aunque sabe que para muchos será incomoda su predicación, él con valentía manifiesta que si no creemos en la resurrección seremos los más desdichados de todos. Por ello la Iglesia desde sus inicios ha predicado a Jesucristo que padece, muere en la cruz y al tercer día resucita de entre los muertos para romper las cadenas de la muerte y así conceder a quienes crean en Él la esperanza de una vida nueva. por ello Pablo no solo anuncia que Cristo Resucito, sino que también los creyentes resucitarán por la fe en Él, la muerte no es el final de la vida, es Pascua, es el paso de esta vida a la eterna por la confesión del nombre de Jesús, por la fe en Jesús.2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? Al acercarnos a la Palabra de Dios en este domingo, Dios quiere hablarnos al corazón para llenar de alegría nuestro corazón y darle sentido y fortaleza a nuestra vida. Hoy Jesús me dice y te dice que Él es la fuente de la vida verdadera, que ha muerto para ofrecernos la posibilidad de vivir una vida verdaderamente feliz en esta tierra con la esperanza de disfrutar de la vida que no se acaba en el cielo. Pero esto no se puede quedar en un simple discurso, tiene convertirse en nosotros en una convicción que surja desde lo profundo de nuestro corazón y desde allí se convierta en una fuerza que nos lleve a ser cristianos que demos testimonio de Jesús en nuestra vida concreta. En una sociedad que pareciera que se fuera alejando cada día más de Dios, en un mundo donde aparentemente el mal, la muerte y la “oscuridad” se han fortalecido, nosotros los discípulos de Jesús, usted y yo, todos debemos como Pablo, los apóstoles y tantos hombres y mujeres a los lardo de más de 2.000 años, anunciar a Jesús que ha resucitado, proclamar que la vida ha triunfado sobre la muerte, que el mal, el diablo no tienen la última palabra y con nuestra manera de vivir, de hablar y pensar podemos hacer presente a Cristo, vencedor de la muerte. Como Iglesia, como creyentes, estamos llamados a ser Luz y anunciar con palabras y obras, a tiempo y destiempo el evangelio de la vida.3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo?La Palabra de Dios busca producir frutos en aquellos que se disponen como tierra buena para recibirla, pedimos a Dios que nos de la gracia de abrir el corazón a su palabra en este domingo, acoger con un corazón limpio este llamado que nos hace a alejarnos del pecado, pedimos a Dios que nos de la fuerza para “solo confiar en Él”, te pedimos que no permitas que coloquemos nuestra esperanza en las cosas o las personas, pues solo tú tienes Palabras de Vida eterna, danos la sabiduría necesaria para comprender que solo en ti podemos ser realmente “bienaventurados.Pedimos a Dios la gracia de poder transmitir con nuestras palabras y nuestra manera de vivir la alegría de la fe, el gozo de que sentimos por ser hijos de Dios y poder experimentar su amor, pidamos a Dios que podamos contagiar a muchos de la alegría de ser cristianos, recordándoles, mostrándoles que si tenemos a Jesús en nuestro corazón el llena de sentido, de alegría y paz la existencia. Pidámosle a Jesús que nos de la gracia de ser motivo de verdadera a alegría para los que están a nuestro lado._______________________Recomendaciones prácticas: •21 – 23 de febrero. Jubileo de los DiáconosII.Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Al reunirnos como comunidad en este domingo, la Iglesia nos invita hacernos consientes que en medio de nosotros esta Jesús, el Señor, que nos llama a seguirle para llenar nuestra vida de su presencia y alcanzar la bienaventuranza y compartirla con los demás.Unidos, participemos de la mesa de la Palabra y compartamos el pan Eucarístico. Con profunda fe iniciemos nuestra celebraciónMonición a la Liturgia de la Palabra La Palabra de Dios nos va a recordar que tenemos delante de nosotros dos caminos, el camino del bien y del mal, la posibilidad de optar por Dios y acercarnos a Él o por le contraria alejarnos. Escuchemos con atención esta Palabra, alimentémonos de ella y comprometámonos a ponerla en práctica siempre.Oración Universal o de los FielesPresidente: Elevemos al Dios nuestras suplicas y con la confianza de saber que siempre nos escucha, digamos:R. Padre Bueno, escúchanos.1.Por la Iglesia, para que sea obediente a la voluntad del Padre Eterno y ayude a todos a acercarse a Él como única fuente de vida verdadera. Oremos.2.Por los gobernantes para que cada día, iluminados por el Espíritu Santo trabajen por la justicia y el progreso de los todos. Oremos.3.Por aquellos que se han alejado de Dios, para abriendo su corazón a Él pueden llenar su vida de sentido y verdadera alegría. Oremos.4.Por nosotros, para que, al participar de la Eucaristía, experimentemos el gozo de sabernos amados por Dios y así podamos también vivir en la verdadera caridad. Oremos.5.Por el Jubileo de los Diáconos, para que su ministerio se enriquezca y desempeñen dignamente su servicio en el altar y en todos los lugares donde son enviados. Oremos.Oración conclusivaPadre bueno, Tú conoces mejor que nosotros las necesidades del mundo, acoge nuestras oraciones y concédenos los auxilios que con fe te hemos pedido. Por Jesucristo nuestro Señor.R. Amén.