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Itinerario espiritual de Cuaresma y Semana Santa
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Por: P. Jairo de Jesús Ramírez Ramírez - La Oración Colecta del primer Domingo de Cuaresma subraya el objetivo del Ciclo Pascual: “Avanzar en la inteligencia del Misterio de Cristo, para vivirlo en su plenitud” . Para lograrlo, la Iglesia nos da en abundancia la Palabra de Dios, las celebraciones litúrgicas y los ejercicios de piedad, sugeridos para la Cuaresma, el Sacro Triduo y la Pascual. En este escrito quiero esbozar la riqueza celebrativa de la Cuaresma y la Semana Santa, a partir de los textos litúrgicos y algunos documentos del Magisterio. Puede ser una guía útil para la catequesis y para la vivencia espiritual de aquellos fieles que deseen profundizar en este itinerario hacia la Pascua.
I. LA CUARESMA
En primer lugar, la Cuaresma que, “con su doble carácter, prepara a los catecúmenos como a los fieles en orden a la celebración del Misterio Pascual” . En este sentido, el leccionario ha sido confeccionado. El ciclo A, subraya “el camino bautismal de la iglesia”; el ciclo B, “la glorificación de Cristo”; y el ciclo C, “llamada a la conversión y al perdón”.
Enseguida les propongo las Etapas de la Iniciación Cristiana de Adultos, según el Ritual de la Iniciación Cristiana de Adultos (RICA):
1. Precatecumenado, es el periodo del primer anuncio, en el que la persona se siente atraída por la persona de Cristo, gracias al testimonio del discípulo misionero.
• Entrada en el catecumenado (RICA 73-97), es el rito celebrativo que marca el inicio de la etapa catequética de quien ha optado por ser cristiano. La celebración se estructura en los siguientes ritos: dialogo entre el ministro y el candidato, signación en la frente, introducción en el templo, celebración de la Palabra, entrega de los evangelios, súplicas por los catecúmenos, despedida.
2. El catecumenado. Es el periodo de la catequesis. Dura el tiempo que sea necesario. En este periodo los catecúmenos son acompañados por la Iglesia mediante celebraciones de la Palabra de Dios (n, 100), exorcismos (n. 101), bendiciones (n. 102), unción con el óleo de los catecúmenos (n.130).
• Elección o inscripción del nombre (RICA 133), se celebra el Primer Domingo de cuaresma, con los siguientes ritos: presentación de los candidatos (n. 143), admisión o elección (n. 147), súplicas por los elegidos (n. 148), despedida.
3. Purificación o iluminación, es un periodo de formación inmediata para la celebración de los Sacramentos de Iniciación cristiana que tiene ligar entre III y V Domingo de Cuaresma. En este periodo tiene lugar los siguientes ritos: los escrutinios, que son tres: tercer domingo, cuarto domingo y quinto domingo de Cuaresma; las entregas (símbolo y oración dominical); rito del Effetá. El leccionario del Ciclo A ha sido pensado para este proceso de formación. Este periodo es, prácticamente, el retiro espiritual para recibir estos sacramentos.
• Celebración de los Sacramentos de la Iniciación Cristina, se reciben en la Vigilia Pascual. Son tres sacramentos que el elegido recibe esta solemnísima noche: Bautismo, confirmación, Eucaristía.
4. El Tiempo de la Mistagogía, recibidos los sacramentos de la Iniciación cristina, prosigue la etapa de la mistagogía, en la octava de pascual y en el Tiempo pascual. Es la introducción a los misterios de la salvación. Se trata de un tiempo en el que los recién bautizados reciben la catequesis sobre el sentido de los signos que han estado presentes en la celebración los sacramentos.
Miércoles de Ceniza
Es un día penitencial obligatorio para toda la Iglesia y que comporta la abstinencia y el ayuno . La imposición de la ceniza (sacramental) significa la condición del hombre que confiesa externamente su culpa ante el Señor y expresa su voluntad interior de conversión, confiando en que el Señor se muestre compasivo con él, el signo debe culminar con la celebración del sacramento de la reconciliación.
Domingos de Cuaresma
Leccionario
Ciclo A: el camino bautismal de la iglesia
Primer domingo: Ayuno y tentación del Señor (Mt 4, 1-11)
Segundo Domingo: La glorificación del señor (Mt 17, 1-9)
Tercer Domingo: La Samaritana (Jn 4, 5-42).
Cuarto Domingo: El ciego de Nacimiento (9, 1-41).
Quinto Domingo: La Resurrección de Lázaro (Jn 11, 1-45).
Ciclo B: la glorificación de Cristo
Primer domingo: Ayuno y tentación del Señor (1, 12-25).
Segundo Domingo: La glorificación del señor (Mc 9, 1-9).
Tercer Domingo: Purificación del templo (Jn 2, 13-25).
Cuarto Domingo: Dios mando a su hijo para salvar al mundo (Jn 3, 14.21).
Quinto Domingo: El grano de trigo… (Jn 12, 20-33).
Ciclo C: llamada a la conversión y al perdón
Primer domingo: Ayuno y tentación del Señor (Lc 4, 1-13).
Segundo Domingo: La glorificación del señor (Lc 9, 28b-36).
Tercer Domingo: Llamad a la conversión (Mc 13, 1-9).
Cuarto Domingo: El Hijo pródigo (Lc 15, 1-3.11-32).
Quinto Domingo: La adúltera perdonada (Jn 8, 1-11).
Celebraciones litúrgicas para este tiempo:
Las ferias privilegiadas, desplazan cualquier memoria o fiesta, excepto, San José (19 de marzo); la Anunciación (25 de marzo).
• La Eucaristía y la Liturgia de las Horas.
• Lectura de la Pasión del Señor
• Lectio Divina.
• Celebraciones penitenciales.
• Viacrucis : palabra, silencio, canto, movimiento procesional y parada meditativa.
• Veneración al Cristo Crucificado.
Espiritualidad cuaresmal: acercarse a las fuentes que poseemos a mano: los leccionarios (los títulos de las lecturas y del evangelio, los salmos y sus respuestas; el Misal (oraciones, anáfora, las antífonas), la liturgia de la Horas (antífonas, salmos, cántico evangélico, preces, títulos, sentencias, colectas sálmicas , etc.,), las prácticas penitenciales sugeridas por la Iglesia (ayuno, oración y limosna); la Lectio Divina.
II. LA SEMANA SANTA
“La cuaresma continúa hasta el jueves. A partir de la misa vespertina, “en la Cena del Señor”, comienza el Triduo pascual, que continúa durante el Viernes de la Pasión y el Sábado Santo, y tiene su centro en la Vigilia pascual y acaba con las Vísperas del Domingo de Resurrección”.
EL DOMINGO DE RAMOS EN LA PASIÓN DEL SEÑOR (ABC)
Comprende a la vez el presagio del triunfo real de Cristo y el anuncio de la Pasión. Se hace procesión con ramos desde un lugar adecuado; esta procesión goza de una especial solemnidad; se proclama el Relato de la Pasión del Señor completa (no se saluda al pueblo como de costumbre, no se signa el evangelio, no se llevan cirios, ni con incienso); se hace homilía.
EL TRIDUO PASCUAL
Es sagrado el ayuno de los dos primeros días del Triduo, en los cuales, según una antigua tradición, la Iglesia ayuna “porque su esposo ha sido arrebatado” (Tertuliano). El viernes santo de la Pasión del Señor hay que observar en todas partes el ayuno y la abstinencia, y se recomienda que observe también durante el Sábado Santo, a fin de que la Iglesia pueda llegar con espíritu ligero y abierto a la alegría del Domingo. Se encarece vivamente la celebración en común del Oficio y Laudes de la Mañana del Viernes de la Pasión del Señor y también del Sábado.
Jueves Santo
En la mañana está la Misa Crismal. Pero toda la atención se debe centrarse en los misterios que se recuerdan en la misa: es decir, la Institución de la Eucaristía, la Institución del Orden Sagrado, y el mandamiento del amor sobre la caridad fraterna. Son estos los puntos que conviene recordar en esta celebración.
En esta misa debe participar toda la comunidad, no se permite la celebración sin pueblo, el sagrario debe estar vacío al iniciarse la celebración; se prepara con anticipación una capilla convenientemente adornada, que invite a la oración y a la meditación; las campanas se tocan durante el Himno del Gloria y no volverán a sonar hasta la Vigilia pascual; el lavatorio de los pies.
Terminada la oración después de la comunión, comienza la procesión, precedida por la Cruz en medio de cirios e incienso, en la que se lleva el santísimo Sacramento por la Iglesia hasta el lugar de la reserva, mientras tanto se cantan cantos adecuados. El Santísimo Sacramento debe ser reservado en un sagrario o en una urna. No ha de hacerse nunca una exposición con la custodia u ostensorio.
El sagrario o la urna no han de tener la forma de un sepulcro: la capilla no se prepara para representar la sepultura del Señor sino para conservar el pan eucarístico destinado a la comunión del viernes de la Pasión del Señor.
Invítese a los fieles a una adoración prolongada durante la noche del Santísimo Sacramento en la reserva solemne después de la misa. Pasada la media noche, la adoración debe hacerse sin solemnidad, dado que ha comenzado ya el día de la Pasión del Señor.
1. Vienes Santo de la Pasión del Señor
En este día, en que ha sido inmolada nuestra víctima pascual, la Iglesia, meditando sobre la Pasión de su Señor y esposo y adorando la Cruz, conmemora su nacimiento del costado de Cristo dormido en la Cruz e intercede por la salvación de todo el mundo.
No se celebra la Eucaristía, se distribuye la Eucaristía únicamente durante la acción litúrgica de la Pasión del Señor.
La acción litúrgica consta de liturgia de la palabra, oración universal, adoración de la Cruz y sagrada comunión).
El sacerdote y los ministros se dirigen en silencio al altar, sin canto alguno. Hecha la debida reverencia al altar, se postran rostro en tierra; esta postración, que es un rito propio de este día, se ha de conservar diligentemente por cuanto significa . Los fieles, durante el ingreso de los ministros, están de pie, y después se arrodillan y oran en silencio.
Estructura:
1. Pasión proclamada: Liturgia de la Palabra.
2. Pasión invocada: Oración universal
3. Pasión venerada: adoración de la Cruz.
4. Pasión comunicada: comunión eucarística.
2. Sábado Santo
El del sábado es la kénosis mayor del año; ni siquiera el cuerpo encuentra cómo expresarlo, permanece en silencio y ayuno. Es el día más neonatológico de todo el año. En este día los fieles viven de la oración con la Liturgia de las Horas (cf. Lectura patrística del Oficio).
Se recomienda vivamente, la Veneración de la Cruz y de la imagen de la virgen de los dolores, más que las agrandes aglomeraciones, prefiérase la oración silenciosa.
Vigilia Pascual
Esta es una noche de vela en honor de Señor; ha de considerarse como la madre de todas las vigilias. Toda la celebración de la Vigilia pascual debe hacerse durante la noche. Por ello, no debe escogerse ni una hora tan temprana que la vigilia empiece antes del inicio de la noche, ni tan tardía que concluya después del alba del domingo .
Estructura:
1. Lucernario: Pascua cósmica. El Cirio es bendecido y adornado porque es símbolo de Cristo luz. La procesión de las tinieblas a la luz, la peregrinación de la Iglesia, nuevo pueblo de Dios, guiada por la columna de fuego, iluminación bautismal que cada uno recibe de Cristo para ser siempre hijo de la luz.
El pregón. La proclamación del anuncio pascual es momento solemne y antiguo, lírico y cargado de teología que debe realizarse en una atmósfera de fe y de gozosa escucha, con plena participación.
Momentos sobresalientes del Pregón :
1. Invitación al gozo Pascual a la asamblea del cielo, a la tierra, a la Iglesia entera, a la asamblea reunida;
2. la gran oración de bendición y de exaltación de la Pascua del Señor, la noche dichosa, síntesis de las noches salvíficas de Dios en la Historia de la salvación;
3. el canto de la teología de la redención pascual: ¡Oh feliz culpa que mereció tal redentor! Es la noche verdaderamente dichosa que reconcilia la tierra, al cielo y al hombre a su Creador. Se canta la victoria de Cristo, victoria de los cristianos;
4. el ofrecimiento de la alabanza de la Iglesia y del signo luminoso del Cirio pascual
2. Liturgia de la palabra: Pascua de la Historia: 7 del A.T; epístola, Evangelio.
3. Ritos bautismales: Pascua de los neófitos: liturgia bautismal, invocación de los santos, bendición de la pila bautismal y los demás ritos del bautismo y de la confirmación (si hay adultos); si no hay bautismos se bendice el agua y se hace la renovación de las promesas bautismales; termina con la oración de los fieles.
4. Liturgia eucarística: Pascua de los fieles. (Continuación de la litúrgica eucarística).
3. Domingo de Resurrección
Teniendo a la Celebración solemnísima de la Sagrada Eucaristía como su centro, en la celebración litúrgica de este día, merecen un relieve especial las Vísperas bautismales, como celebración vespertina de la presencia del Cristo en la Iglesia y de la gloria del Resucitado, Luz gozosa de la santa gloria del Padre, ojalá precedidas por el lucernario, con la presencia de los neófitos.
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"Nuestro pueblo gime de dolor": Pro-Vicario de Guapi
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Sobre “La Paz Total”
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Mar 22 Oct 2024
Dos Grandes Misioneros
Por Mons. Orlando Antonio Corrales García , Arzobispo Emérito de Santa Fe de Antioquia - El Domingo 20 de Octubre celebramos en toda la Iglesia la Jornada Mundial de las Misiones y por este motivo, todo el mes de Octubre se llama el Mes Misionero. Por esto les presento en esta reflexión a dos grandes misioneros, cuya Memoria litúrgica tenemos en estos próximos días: San Juan Pablo II y San Antonio María Claret.El martes 22 tenemos la Memoria litúrgica del Papa San Juan Pablo II. En el inicio solemne de su pontificado, el 22 de Octubre de 1978 en la Plaza de San Pedro, resonó la voz potente del nuevo Papa, venido de Polonia, que exhortó a toda la Iglesia, más aún, a toda la humanidad, a abrir las puertas a Cristo el Salvador de todos los hombres. Este es el anuncio Misionero que debe llevarse a todos los rincones de la tierra: proclamar que Cristo es el Salvador y que todos los hombres y mujeres, son invitados a abrir las puertas del corazón a Cristo, para que sea El quien dé sentido a la vida de cada persona.No cabe duda que este Papa fue un gran misionero y por ello viajó a tantos países del mundo, con el único objetivo de llevar el mensaje de la Salvación, la buena noticia del amor de Dios a todos: sus numerosos viajes, al igual que sus incontables documentos, tuvieron y tienen todavía hoy el propósito de acercar a hombres y mujeres de todas las culturas y lenguas, a Dios, para descubrir y experimentar su amor de PadreDestaco entre sus documentos, la Encíclica Redemptoris Missio: La Misión del Redentor, publicada el 7 de Diciembre de 1990, cuyo subtítulo es: Sobre la permanente validez del mandato misionero. Trata de la urgencia de la actividad misionera en estos tiempos. Tiene 8 capítulos, que me permito enunciar:1. Jesucristo, único Salvador.2. El Reino de Dios.3. El Espíritu Santo, protagonista de la misión.4. Los inmensos horizontes de la misión Ad gentes.5. Los caminos de la misión.6. Responsables y agentes de la pastoral misionera.7. La cooperación en la actividad misionera.8. Espiritualidad misionera: «El verdadero misionero es el santo».El jueves 24 celebramos la Memoria litúrgica de San Antonio María Claret. Nació en España y como sacerdote, predicó durante varios años en la región de Cataluña. Durante toda su vida desplegó un gran ardor misionero. Fue nombrado Arzobispo de Santiago de Cuba, entregándose con gran generosidad a su tarea misionera en esa Isla del Caribe. Su gran espíritu misionero lo impulsó – por inspiración divina – a fundar la Congregación de Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María, conocidos como los Misioneros Claretianos, que hacen presencia en 68 países, entre ellos Colombia. Están presentes en varias Diócesis de nuestro país, muy especialmente en Quibdó, Chocó. También están presentes en Medellín.San Antonio María Claret dio está definición del misionero: «Un hijo del Inmaculado Corazón de María es un hombre que arde en caridad y que abrasa por donde pasa; que desea eficazmente y procura, por todos los medios, encender a todos el mundo en el fuego del divino amor. Nada me arredra; se goza en las privaciones; aborda los trabajos; abraza los sacrificios; se complace en las calumnias y se alegra en los tormentos. No piensa sino cómo seguirá e imitará a Jesucristo en trabajar, sufrir y en procurar siempre y únicamente la mayor gloria de Dios y la salvación de las almas».Que el ejemplo y el dinamismo de estos dos grandes misioneros, nos impulse para vivir la Misión de manera permanente, como debe ser, no sólo en algunos momentos.
Mié 16 Oct 2024
Todos llamados al seguimiento de Jesús
Por Mons. José Libardo Garcés Monsalve, Obispo de la Diócesis de Cúcuta - Avanzamos en el mes de octubre dedicado en la Iglesia a la oración, reflexión y ayuda a las misiones, con el llamado a tomar conciencia de la tarea evangelizadora de la Iglesia, que en salida misionera, sigue llamando a todos al seguimiento de Jesús.En el pasado, en la familia se transmitían las verdades fundamentales de la fe, que permitían al niño y al joven optar por el Señor; hoy la parroquia en salida misionera, debe convocar mediante el proceso evangelizador, para que el seguimiento de Jesús sea una realidad en muchos hogares y ambientes. La tarea de la Iglesia sigue siendo la de cumplir con el mandato del Señor de ir a todos para anunciarles el mensaje de salvación, la Buena Nueva del Evangelio.San Pablo VI así lo enseña cuando afirma: “No obstante estas adversidades, la Iglesia reaviva su inspiración más profunda, la que le viene directamente del Maestro: ¡A todo el mundo! ¡A toda creatura! ¡Hasta los confines de la tierra! Como una llamada a no encadenar el anuncio evangélico limitándolo a un sector de la humanidad o a una clase de hombres o a un solo tipo de cultura” (Evangelii Nuntiandi, 50). Este llamado que nos hace el Papa nos tiene que mover a todos a desarrollar la creatividad para llegar a los distintos sectores de la parroquia.Hay que salir del ámbito del despacho parroquial. En palabras del Papa Francisco, hay que tener presente llegar con la evangelización a los tres ámbitos de la pastoral: “En primer lugar el ámbito de la pastoral ordinaria, animada por el fuego del Espíritu, para encender los corazones de los fieles que regularmente frecuentan la comunidad. En segundo lugar, el ámbito de las personas bautizadas que no viven las exigencias del bautismo, no tienen una pertenencia cordial a la Iglesia y ya no experimentan el consuelo de la fe. Finalmente, está el ámbito de quienes no conocen a Jesucristo o siempre lo han rechazado” (Evangelii gaudium, 14). Revisando nuestra acción misionera en el proceso evangelizador, hemos cuidado con diligencia el primer ámbito de la pastoral, encendiendo el corazón de los fieles que conservan una fe católica intensa y sincera, buscando que los creyentes respondan cada vez mejor y con toda su vida al amor de Dios.Nos hace falta ir a buscar a los que están en el ámbito de los que no viven las exigencias del bautismo, que es un grupo amplio de fieles. Y mucho más descuidado, se encuentran los del tercer ámbito, aquellos que no conocen a Jesucristo o lo rechazan abiertamente. El mandato de la salida misionera debe abarcar el segundo y tercer ámbito, y para llegar a todos, debemos convocar a los que tenemos en el primer ámbito de la pastoral, para que se comprometan en el anuncio gozoso del mensaje de Jesucristo en todos los ambientes, recordando lo que nos dice el Papa Francisco que: “los cristianos tienen el deber de anunciar el Evangelio sin excluir a nadie, no como quien impone una obligación, sino como quien comparte una alegría, señala un horizonte bello, ofrece un banquete deseable” (EG 14).En el credo proclamamos que la Iglesia es católica, esto quiere decir universal, y la universalidad tiene que estar en la mente del evangelizador, para llegar con la fuerza del Evangelio a todas partes. Recordemos que el Señor es quien conduce la misión; nosotros somos instrumentos que entregamos nuestra vida al servicio del Evangelio. Esta certeza nos ayuda a vencer los miedos de entrar a ciertos sectores de la sociedad y arriesgarnos a ir; aún si nos rechazan en un primer momento, no desistir en la tarea evangelizadora, ya que sabemos, vamos en el nombre del Señor y tenemos la certeza de que Él mismo nos ha dejado en el Evangelio: “sepan que yo estoy con ustedes todos los días hasta el final de los tiempos” (Mt 28, 20).Esto implica tener fervor por la evangelización, que en el misionero se percibe con fuerza cuando está en gracia de Dios. Un sacerdote, un misionero en gracia de Dios, es capaz de salir de su habitual situación de confort y dar la vida por Jesucristo. No es posible ser un misionero fervoroso estando en situación permanente de pecado. Todos somos pecadores, pero lo que se espera de un sacerdote, de un misionero es que no permanezca en situación de pecado por mucho tiempo, que, frente al pecado, busque de inmediato el sacramento de la confesión, reciba el perdón, y sienta la necesidad de ir a anunciar la misericordia de Dios por todas partes.Frente a esta realidad, necesitamos comunicar que todos están llamados al seguimiento de Jesús. Queda de parte del misionero hacer vida el llamado del Papa Francisco cuando dice: “la actividad misionera representa aún hoy día el mayor desafío para la Iglesia y la causa misionera debe ser la primera” (EG 15), de tal manera que lo tenemos que hacer presente con la salida misionera a la que estamos convocados todos, con la conciencia de que: “cada cristiano y cada comunidad discernirá cuál es el camino que el Señor le pide, pero todos somos invitados a aceptar este llamado: salir de la propia comodidad y atreverse a llegar a todas las periferias que necesitan la luz del Evangelio” (EG 20).En nuestra Diócesis de Cúcuta estamos con la disponibilidad de cumplir el mandato del Señor, de convocarlos a todos para que sigan a Jesucristo que es Camino, Verdad y Vida, que nos lleva hasta el Padre Celestial. Que la Santísima Virgen María, estrella de la evangelización y el glorioso patriarca san José, fiel custodio de la fe, alcancen de Nuestro Señor Jesucristo el fervor pastoral, para estar siempre en salida misionera.En unión de oraciones, reciban mi bendición.
Vie 11 Oct 2024
‘La paz les dejo, mi paz les doy’
Por. Mons. Carlos Arturo Quintero Gómez - La sociedad se encuentra hoy sobre arenas movedizas entre el amor y el odio, la tristeza y la alegría, la felicidad y la infelicidad, la violencia y la indulgencia. Una sociedad polarizada que se debilita por las verdades a medias difundidas a través de las redes sociales, por la politiquería e incoherencia de cientos de servidores públicos, por el sensacionalismo de algunos medios de comunicación o el sectarismo de algunos periodistas y, por la indiferencia de numerosos ciudadanos.Una sociedad en la que nos estamos dividiendo entre buenos y malos, entre los que dicen trabajar por la paz y los mal llamados ‘enemigos de la paz’, entre un nutrido grupo de ciudadanos que creen que es posible la convivencia pacífica y aquellos que ven detractores en los que manifiestan desacuerdo, entre los que supuestamente creen en el cambio y los que piensan que ese cambio no se ha dado. Mientras todo esto va acrecentándose los grupos alzados en armas y las bandas criminales continúan su avanzada disputando territorios donde el poder de las armas y las drogas silencia conciencias y mata sueños de niños, adolescentes y jóvenes; donde hombres y mujeres ven cómo se tejen hilos de violencia, venganza, miedo, olor a muerte. Una disputa por territorios en diversas zonas a los que la fuerza pública pareciera, no puede llegar.No ignoramos cómo nuestra fuerza pública honrando su amor a la patria sigue batallando tratando de generar una mayor confianza institucional y credibilidad en los colombianos, intentando mantener los ánimos para defender los derechos humanos, la convivencia y la soberanía nacional, sujetos al irrespeto de los ciudadanos como consecuencia de una inversión de los valores sociales y el cuestionamiento de la autoridad. En este contexto podemos comprobar una dolorosa realidad, la ausencia de liderazgo y una juventud, entre los 19 y 37 años de edad que está diluyéndose en el entramado social.Siento dolor al constatar la cantidad de jóvenes privados de la libertad recluidos en los centros penitenciarios de Colombia; experimento dolor ante la constatación de jóvenes consumidores activos, inyectándose heroína y desertando de sus carreras profesionales para sumergirse en las nuevas tecnologías que haga más fácil la consecución del dinero o los logros de metas e ideales. Asimismo, el índice de suicidios en aumento en el departamento del Quindío (34 en lo que va corrido de este 2024) y el aumento de niños menores de nueve años consumidores cocaína, como denunció este mismo diario, tiene que preocuparnos.Yo creo en la paz y como padre y pastor siento que debemos seguir luchando superando las diferencias, la envidia, la desconfianza, la avaricia, que trae consigo turbulencia y ruido (St 3,16-4,3). Hago un llamado a las fuerzas vivas de la sociedad a que unamos nuestros esfuerzos en beneficio de una nación en paz para lo cual debe brillar la justicia, la equidad, la verdad y el amor.Hago un llamado al señor Presidente a que como líder de los colombianos entienda que su gobierno es para todos, le ruego buscar consensos, buscar un acuerdo nacional y evitar confrontaciones, rivalidades, conflictos y divisiones. Hago un llamado a los violentos para que depongan las armas de la guerra y se abran al diálogo con gestos y hechos concretos de paz y de justicia.Hago un llamado a todos los ciudadanos para que nos comprometamos como artesanos de la paz; es urgente abrir el corazón al Príncipe de la paz, a Jesús, que nos dice: ‘la paz les dejo, mi paz les doy’ (Jn 14, 27); esa paz que trae consigo serenidad y calma y que se construye desde la fuerza del perdón y la reconciliación.No perdamos más tiempo en discusiones vanas, tengamos la disposición interior para que, superando las diferencias, nos sintamos hermanos y juntos seamos signos de amor, unidad y paz.+Carlos Arturo Quintero GómezObispo de la Diócesis de Armenia
Vie 11 Oct 2024
El poder de lo ordinario para salir en misión
Por Mons. Hugo Alberto Torres Marín - En la misa de clausura del XIII Congreso Nacional Misionero 2024, el cardenal Tagle resaltaba el “poder que los encuentros y acontecimientos humanos ordinarios tienen para entregar la Buena Nueva de Jesús”. Este principio lo reforzó con una anécdota simple. Le saluda una chica y él le pregunta si era religiosa, y ante el no, le dijo “todavía no”. Estas palabras desencadenaron la inquietud vocacional de la chica y como consecuencia ingresa a una comunidad de Benedictinas. El gran misionero San Pablo sí que aprovecha los acontecimientos ordinarios de su confrontada vida para entregar a Cristo y mantenerse en salida misionera, pide a los Colosenses que oren por él para que en la cárcel pueda “aprovechar toda ocasión para entregar el anuncio como es debido” y les recomienda que “no desaprovechen las ocasiones y lo hagan con un lenguaje agradable, sazonado con sal” (Col 4,4.6).El Papa Francisco, con su estilo pastoral y en su magisterio, es reiterativo al pedir a los agentes de la evangelización, todos los bautizados y, de modo especial, a los consagrados, que aprovechen todas las oportunidades y maneras de relacionamiento para salir de sí mismos al encuentro solidario con los otros para entregar el Evangelio, superando los miedos, los círculos cerrados, las relaciones impersonales a veces favorecidas por las tecnologías (EG 87).Reconoce el Papa que salir a la entrega del Evangelio en la cotidianidad de la vida diaria es siempre un riesgo; la presencia del otro con sus realidades, vivencias y necesidades, siempre interpela, pero a la vez contagia permitiendo experimentar la fuerza renovadora del encuentro interpersonal, este encuentro cuando es “sazonado con sal”, genera como el mismo lo expresa “la revolución de la ternura” (EG 88).El Octubre Misionero 2024 es un llamado “a ir e invitar a todos al banquete” (Mt 22,9) y para logarlo sí que hace falta recuperar el “Espíritu” que llama, unge y envía a la salida misionera. Esta salida no precisa tanto elaborar grandes parafernalias misioneras, pero sí recuperar la disponibilidad, la alegría, la creatividad y sagacidad para aprovechar los momentos ordinarios para la misión, para el encuentro personal con el Evangelio y para ser puente que facilita a otros, el encuentro transformador.Lo decía esta semana una de las madres participantes en la segunda sesión del Sínodo de la Sinodalidad: “El bautizado como el ministro ordenado, vive y confirma el bautismo para ser enviado a la misión, preocupa que muchos consagrados no viven el envío sino el contrato”. Qué peligro que las estructuras, las posiciones, las órdenes recibidas (obispo, presbítero, diácono, consagrado), los convenios para servicios misioneros, terminen obstaculizando la fuerza del envío recibido.Este mes misionero es una bella ocasión para hacer que las acciones misioneras ordinarias faciliten encuentros extraordinarios.+Hugo A. Torres MarínArzobispo de Santa Fe de Antioquia