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conferencia episcopal de colombia

Mié 10 Jul 2024

¡La espera terminó! Está en marcha el encuentro internacional de evangelizadores digitales ‘Hechos 29’ en Colombia

Desde este martes, 9 de julio, la sede de la Conferencia Episcopal de Colombia en Bogotá, acoge la quinta versión del encuentro internacional de creadores de contenido digital con enfoque católico, conocido como ‘Hechos 29’. El evento, que se extenderá hasta el domingo 14 de julio, reúne a cerca de 100 evangelizadores, provenientes de 20 países. Además de los espacios de fraternidad y espiritualidad, durante estos días, laicos, sacerdotes, religiosos y consagrados de diversas edades estarán compartiendo su experiencia de ser y hacer Iglesia a través de las redes sociales, de tal manera que puedan diseñar juntos nuevas ideas que permitan seguir proyectando su misión digital. También estarán participando en espacios de formación, varios de ellos, con énfasis especial en la dimensión doctrinal.Monseñor Juan Carlos Cárdenas Toro, obispo de la Diócesis de Pasto y presidente de la Comisión Episcopal de Comunicaciones y Tecnologías, acompaña el encuentro. Este jueves, 11 de julio, el prelado desarrollará una charla que dará cuenta de la importancia de la misión digital para la Iglesia. También estará suscitando la generación de ideas por parte de los misioneros frente a lo que se puede hacer para facilitar su integración en la vida pastoral de la Iglesia; así como las acciones que los obispos y ministros ordenados pueden llevar a cabo para integrar su acción evangelizadora en los contextos digitales.El evento, que cuenta con el apoyo de la Arquidiócesis de Bogotá y de la Conferencia Episcopal de Colombia, también está respaldado por el Dicasterio para la Comunicación del Vaticano. Esto, mediante la presencia de su Secretario, monseñor Lucio Adrián Ruiz. A propósito del sentido profundo de este encuentro, monseñor Ruiz comentó:“Sabemos que es una realidad profunda para el mundo contemporáneo, porque no es solamente la utilización de muchos y muy avanzados dispositivos, sino que es esa realidad profunda donde habitamos. Es un lugar donde habita el hombre, la mujer contemporánea y por lo tanto si es un lugar para ellos, es un lugar para Dios, es un lugar teológico donde podemos encontrarlos, ayudarlos, responder a las preguntas existenciales, presentarles la hermosura del mensaje de Jesús”.Al inicio del evento, el padre José Juan Montalvo, conocido como el ‘Padre Borre’, fundador de la pastoral digital de la Arquidiócesis de Monterrey y promotor principal de la iniciativa ‘Hechos 29’, indicó a los misioneros digitales que para vivir profundamente esta experiencia, es fundamental adoptar cinco actitudes centrales: escuchar, compartir, conocer, buscar, encontrar. “Lo más importante no es lo que se vive en el aula, sino en los pasillos, en el comedor, en los refrigerios, porque es allí donde se encuentra, se escucha, se comparte la vida y los ideales de evangelización”, agregó el sacerdote mexicano.Para la Iglesia colombiana es fundamental aprovechar los aprendizajes y articulaciones de este encuentro para avanzar en la consolidación de su pastoral digital. Frente a este propósito, el representante del Vaticano precisó que para no caer en la digitalización de la pastoral, es fundamental no confundir las herramientas con los propósitos y tener siempre presente la dimensión cultural:“Una cosa es usar el dispositivo, otra cosa es darnos cuenta de que esto ha pasado de ser un instrumento para hacer una cultura donde las personas viven, sienten, intercambian afectos, intercambian sentimientos, se sienten unidos, y la pandemia en esto nos ha ayudado mucho, a descubrir el valor que tiene cuando se usa bien para unir y mantener las relaciones. Entonces, eso se llama cultura, eso no es un instrumento. Si nosotros nos quedamos con la mentalidad del instrumento, nadie va a evangelizar un instrumento, nadie evangeliza un tenedor o un cuchillo lo usa simplemente. Pero si nos damos cuenta de su valor para ser y hacer cultura, entonces nos damos cuenta que no podemos estar ausentes como Iglesia. Si hoy la gente dialoga, si la gente expresa sus sentimientos, si la gente busca razones y respuestas existenciales para su esperanza, la Iglesia no puede estar excluida, no puede estar fuera de un flujo tan profundo para tantos. ¿Es cierto que hay cosas, muchas cosas malas, es evidente, no? No vamos a negar. Pero nosotros como Iglesia, en el mandato de Jesús, ser fermento en la masa para ir cambiando, no para ir aportando la luz de Cristo”.Por su parte, el padre Martín Sepúlveda, Director de Comunicaciones de la CEC, recordó que estos instrumentos también facilitan el camino de la comunión, la participación y la misión. Hizo énfasis en la importancia de este encuentro y de la pastoral digital para los obispos y sus jurisdicciones eclesiásticas:“Es muy importante que los obispos, como pastores de su diócesis, atiendan también estas urgencias de utilización de estos medios digitales. Ellos, por supuesto, no lo pueden hacer todo, pero sí pueden evidenciar quiénes, por ejemplo, en su jurisdicción eclesiástica, quieren aportar a la evangelización desde estas redes y hacer un camino de participación de comunión y de esa manera, acompañar a tantos jóvenes, sobre todo, que hoy quieren usar esas redes para evangelizar”.‘Hechos 29’ Colombia finalizará el 13 de julio con un gran festival abierto al público en el Colegio Sans Façon. Durante el evento se llevarán a cabo actividades espirituales, musicales, conferencias, charlas y talleres que buscarán motivar en otros la misión digital.Vea a continuación los mejores momentos del inicio del evento, con el testimonio del Director de Comunicaciones de la Conferencia Episcopal de Colombia:

Mar 9 Jul 2024

“Madre Bendita del Rosario de Chiquinquirá, ayúdanos a ser peregrinos de esperanza y constructores de una nación unida y en paz”: monseñor Francisco Múnera

Este martes, 9 de julio, la Iglesia colombiana celebró la fiesta de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, y con ella, 105 años de su coronación canónica como Reina y Patrona de la Nación. Para unirse a esta celebración y encomendar la misión asignada que les fue asignada por parte de sus hermanos obispos durante la reciente asamblea electiva, los integrantes de la nueva Comunidad de Presidencia de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) visitaron el Santuario Mariano Nacional en Boyacá. Monseñor Francisco Javier Múnera, arzobispo de Cartagena y presidente de la CEC, presidió la Santa Misa a la que asistieron miles de chiquinquireños y peregrinos.En Chiquinquirá, monseñor Francisco, junto a monseñor Gabriel Ángel Villa Vahos (arzobispo de Tunja y vicepresidente de la CEC) y a monseñor Germán Medina Acosta (obispo electo de Engativá y secretario general de la CEC), fueron acogidos por monseñor Luis Felipe Sánchez Aponte (obispo de esa jurisdicción eclesiástica), por los frailes de la Orden de Predicadores (custodios de la imagen y administradores de la Basílica) y por la comunidad diocesana.Durante su homilía, el presidente del Episcopado Colombiano hizo eco del mensaje emitido recientemente por los obispos al cierre de su CXVII Asamblea Plenaria, en el que pidieron al pueblo colombiano no acostumbrarse a la violencia, al narcotráfico, a la corrupción, a la ilegalidad, a la polarización, ni al debilitamiento de la institución familiar y de la obra educativa. De manera especial, puso bajo el manto maternal de María a la Iglesia que peregrina en Colombia para que sea una Iglesia donde todos, desde los diferentes ministerios y servicios, puedan seguir siendo promotores y defensores de la vida en todas sus manifestaciones y etapas.“Venimos, junto a tantos peregrinos, provenientes de tantos lugares de la Patria, a agradecer al Señor y a engrandecerle por sus dones y bendiciones y a suplicar la intercesión de Ella, la Madre, Virgen María, para que nos ayude a ser discípulos misioneros de su hijo, venimos a poner junto a su manto maternal el servicio que el Señor nos ha confiado en bien de la Iglesia que peregrina en Colombia y a pedirle juntos por nuestra amada Colombia (…) “A ti Madre Bendita, Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, te confiamos nuestras familias, comunidades parroquiales, cada una de nuestras diócesis. Ayúdanos a ser peregrinos de esperanza y constructores de una nación unida y en paz”, expresó monseñor Francisco.Casa de la fe, casa del servicio, bajo la advocación marianaDos días antes, en Bogotá, el 7 de julio, se llevó a cabo la ceremonia de elevación a Basílica Menor del templo de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá ubicado en la localidad de Chapinero, entre las calles 51 y 52, dedicado como santuario a la Patrona de Colombia desde 1919 y también administrado por los Frailes Dominicos (OP).“El hecho de que la iglesia donde apareció la Virgen y se dirigió a la plaza de Bolívar en julio de 1919 haya sido erigida en basílica es un reconocimiento especial por parte de la Santa Sede”, precisó fray Carlos Mario Alzate Montes, Prior Conventual y Rector del Santuario Mariano Nacional en Chiquinquirá.La Eucaristía, a la que asistieron también miles de fieles, fue presidida por monseñor Alejandro Díaz, obispo auxiliar de Bogotá, quien expresó que la nueva basílica representa un signo de unión con el Santo Padre, con los obispos y la Iglesia en Roma. Afirmó que la dignidad de Basílica concedida por el papa Francisco al templo hay que contemplarla según los criterios del Evangelio, como un espacio en función del Reino de Dios, en el que su comunidad parroquial, tan grande y diversa por el sector en el que se encuentra ubicado, está llamada a crecer en unión y servicio. Agregó que debe convertirse en un lugar de peregrinación en el que se motive aún más la oración, el estudio de la Palabra de Dios y la reconciliación, especialmente en este Año de la Oración y en el camino hacia el Jubileo del 2025. Monseñor Alejandro también agradeció a los frailes dominicos por su labor pastoral y sacramental en el templo.

Mar 9 Jul 2024

La Iglesia colombiana renovó su compromiso con el anuncio de Jesucristo “aquí, allí, allá y más allá”

Entre el 5 y el 8 de julio, la Iglesia colombiana estuvo de fiesta centenaria. El XIII Congreso Nacional Misionero, desarrollado en la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá, fue el escenario central de dicha celebración que reunió a más de 1.800 personas de diversas edades y de todas las regiones del país, entre obispos, sacerdotes, diáconos, religiosos, religiosas, seminaristas y laicos. En representación del Vaticano, participaron, de manera especial, el cardenal Luis Antonio Tagle, pro-prefecto del Dicasterio para la Evangelización, y el Nuncio Apostólico en Colombia, monseñor Paolo Rudelli.Con esta edición, se conmemoraron cien años de haberse celebrado el primero de estos congresos, no solo en Colombia, sino en el mundo. De allí que el lema central con el que se impulsó fue: “¡En la Iglesia misionera, Colombia de primera”.Durante el evento se llevaron a cabo diversos espacios de espiritualidad, ponencias, conversatorios y testimonios misioneros, que buscaron recoger la cosecha de todos los misioneros colombianos que han plantado y celebrado el Evangelio dentro y fuera del país, para valorarla y convertirla en un nuevo impulso de la misión, en todos los niveles y realidades.“Recojamos la cosecha y comprometámonos a llevar semillas para sembrarlas en el corazón de nuestras familias, de nuestras parroquias, de nuestras diócesis, para que renazca con fuerza el ardor misionero, para anunciar a Jesucristo, el regalo de Dios para la humanidad en todos los espacios. Esa realidad misionera está aquí, allí, al frente y más allá”, expresó durante la instalación del evento monseñor Francisco Javier Múnera Correa, arzobispo de Cartagena y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC).Por su parte, el cardenal Luis José Rueda Aparicio, pidió a los misioneros tener en cuenta tres consideraciones para ser verdaderos “Testigos de la fe y pregoneros de la gracia”, tema bajo el cual se desarrolló la agenda del congreso: 1. “La misión es un camino de hijos que se sienten amados. 2. La misión es un camino de hermanos sencillos, al estilo de Jesús. 3. La misión es un camino de familia; de Iglesia acogedora, guiada por el Espíritu Santo”.Durante su ponencia titulada “La mission ad gentes en la Iglesia local”, el cardenal Luis Antonio Tagle, recordó la necesidad de hacer misión en cinco ambientes concretos, partiendo de la realidad cultural de cada una y peregrinando juntos: entre los pueblos indígenas, entre los jóvenes, en el mundo digital, entre las personas discapacidad o con capacidades diferentes y entre las personas migrantes. Además, enfatizó que “el discipulado misionero implica ir con Jesús, permanecer con Jesús e ir a otras y otros para compartir a Jesús”.La celebración concluyó con una visita histórica del Cardenal Tagle al Vicariato Apostólico de IníridaPara experimentar aún más la misión, tras el cierre del congreso, este lunes 8 de julio, el pro-prefecto del Dicasterio para la Evangelización, se desplazó hacia el Vicariato Apostólico de Inírida, ubicado en el departamento del Guainía, en compañía del Nuncio Apostólico y de varios obispos colombianos: monseñor Mario de Jesús Álvarez, obispo de Istmina-Tadó; monseñor Medardo de Jesús Henao, obispo del Vicariato de Mitú; monseñor Joaquín Pinzón, obispo del Vicariato de Puerto Leguízamo-Solano. Allí fueron recibidos por monseñor Joselito Carreño, obispo de Inírida, por los presbíteros y consagrados del vicariato, así como por miembros de la comunidad.La comitiva, de la que también hacía parte el Padre Samir de Jesús García, Director Nacional de Obras Misionales Pontificias de Colombia y del Centro Nacional Misionero de la CEC; visitó la catedral Nuestra Señora del Carmen, la Pastoral Social de Inírida, el Hogar Infantil Casita de Semillitas y el colegio parroquial Monseñor Antonio Bayter Abud, allí pudieron conocer parte de la labor importante evangelizadora que adelanta esta Iglesia particular en territorio de misión.La jornada culminó con una solemne Eucaristía presidida por el Cardenal Tagle y concelebrada por monseñor Paolo Rudelli, monseñor Joselito Carreño, los prelados visitantes y los presbíteros del Vicariato Apostólico de Inírida.Durante su homilía, el cardenal Luis Antonio Tagle transmitió su saludo fraterno y la bendición del Papa Francisco, expresando la cercanía del Dicasterio para la Evangelización de las Jóvenes Iglesias. "El Vicario Apostólico nos ha informado de los muchos signos de vitalidad y esperanza presentes en su Iglesia. Al mismo tiempo, estoy consciente de los muchos desafíos a los que se enfrentan como pueblo y como Iglesia. Las lecturas de hoy nos dan esperanza", expresó el purpurado.Por su parte, monseñor Joselito Carreño expresó su agradecimiento al cardenal Tagle, resaltando la bendición que representa su visita para esa Iglesia particular. Agradeció a Dios por permitir que el pro-Prefecto de la Evangelización de los Pueblos haya elegido visitar este vicariato entre los diez que existen en Colombia y conocer de primera mano los programas y proyectos que se realizan en la obra de la evangelización integral.Al cierre, el Nuncio Apostólico expresó su alegría por la visita pastoral del Cardenal Tagle, uno de los colaboradores más cercanos del Papa Francisco: "Nos ha honrado con su presencia al final del Congreso Nacional Misionero. Es una ocasión para sentirnos todos unidos al Santo Padre, rezar por él, y también escuchar su llamado para que todos vayamos siendo discípulos misioneros de Jesús, compartiendo la alegría del Evangelio".Esta visita representa un hito en la historia del Vicariato Apostólico de Inírida, una oportunidad para fortalecer la fe y el compromiso de la comunidad con la misión evangelizadora de la Iglesia, así lo informó la delegación de comunicaciones de esa jurisdicción eclesiástica.Así registró el XIII Congreso Nacional Misionero la Oficina de Comunicaciones de la Arquidiócesis de Bogotá, sede del evento:

Jue 4 Jul 2024

Obispos colombianos llaman a la renovación y a la unidad, por la vida y la búsqueda del bien común

Los obispos exhortan a los colombianos a renovar la mente para construir una nación unida, reconciliada y en paz, “superando la lógica del individualismo y la búsqueda egoísta de bienes particulares”. Afirman que Colombia no se puede acostumbrar a la violencia, al debilitamiento de la institución familiar y de la obra educativa; tampoco “a la polarización política e ideológica que hunde en incertidumbre al país”. Además, ratifican su disposición para ayudar a fortalecer vínculos entre distintos actores; así como su compromiso con la búsqueda de caminos que conduzcan al desarrollo integral.El mensaje de los obispos se produce en el contexto de su CXVII Asamblea Plenaria, encuentro que desarrollan en Bogotá desde el pasado 1 de julio. Tras realizar diversos discernimientos sobre la realidad social del país, los obispos ponen de manifiesto su preocupación por la intensificación de la corrupción, el narcotráfico y la violencia que en diversas regiones, entre ellas, el suroccidente, amenaza la vida, la equidad y la justicia. También, por la exposición de niños y jóvenes a los peligros de “crecer sin orientación moral, tristes y sin esperanza”.“Si bien es cierto que estamos en una sociedad pluralista, también se ha de considerar que la defensa a ultranza de posiciones que no aceptan la confrontación, ajenas a un proyecto común de país, en nada ayuda a la consecución de la paz”, expresan los obispos a propósito de la polarización.A partir de estas preocupaciones, como pastores, e inspirados en la Carta de San Pablo a los Romanos, hacen una llamado a los colombianos por la esperanza de la renovación, “de forma que puedan distinguir cuál es la voluntad de Dios: lo bueno, lo agradable, lo perfecto" (12, 1-2).Ante la violencia y la corrupción, ““lo bueno, lo agradable y lo perfecto” consiste en reconocer la infinita dignidad de cada persona y el cuidado que le es debido; en proteger las instituciones legalmente constituidas que son la base de nuestra democracia; en hacer respetar nuestra casa común, tan rica de bienes materiales, ambientales, culturales y saberes ancestrales”.Ante el debilitamiento de la institución familiar y de la obra educativa, ““lo bueno, lo agradable y lo perfecto” es apoyar a las familias en su crecimiento espiritual, emocional y social, así como asegurar un modelo educativo capaz de promover los valores de la responsabilidad, el amor, la verdad, la solidaridad, la justicia y la equidad”.Ante la división, ““lo bueno, lo agradable y lo perfecto” es reconocer con humildad la diversidad de pensamientos y visiones, y la rica posibilidad que ofrece el diálogo sincero y profundo. A pesar de las diferencias es posible estrechar lazos de amistad social, generar una auténtica cultura del encuentro, mirar más allá de intereses particulares o grupales y entrever el mayor bien para todos, confiando, además, en que los liderazgos en favor del bien común son posibles”.Finalmente, los obispos reafirman su disposición a la escucha y al diálogo; así como su compromiso por aportar a la búsqueda del bien común.“Seguiremos, con la fuerza de la fe, ofreciendo misericordia y proponiendo la buena noticia de Jesucristo, seguros de que en Él ninguna esperanza queda defraudada. Convencidos de que toda persona es un potencial de esperanza, invitamos a cada compatriota para que contribuya, con sus dones, en la construcción de un mejor país”.Los prelados concluyen el mensaje recordando que el cierre de su CVXII Asamblea Plenaria coincide con el inicio del XIII Congreso Nacional Misionero, encuentro que se desarrollará del 5 al 7 de julio en la Pontificia Universidad Javeriana. “Evento en el que recordamos a tantos hombres y mujeres que en nuestra tierra han entregado sus vidas por la causa del Evangelio. Renovaremos nuestro compromiso de contribuir al bien de Colombia siendo testigos de la fe y pregoneros de la gracia del buen Dios por todos los rincones de nuestro territorio y más allá de nuestras fronteras”.En 'Así Va la Asamblea' ea a continuación la lectura del mensaje por parte del Secretario General de la Conferencia Episcopal de Colombia, monseñor Germán Medina Acosta. Además, entérese de otros detalles de la última jornada de la CXVII Asamblea Plenaria:

Mié 3 Jul 2024

Obispos colombianos conformaron sus comisiones episcopales para el trienio 2024-2027

Este miércoles, 3 de julio, se desarrolló la tercera jornada de la CXVI Asamblea Plenaria del Episcopado Colombiano. Animados por la nueva Comunidad de Presidencia, los obispos continuaron con la toma de decisiones: definieron cómo quedarán conformadas las comisiones episcopales y quiénes serán los directores del Secretariado Permanente del Episcopado Colombiano.La jornada inició con la celebración de la Eucaristía, presidida por el nuevo vicepresidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, monseñor Gabriel Ángel Villa Vahos, y concelebrada por monseñor Francisco Javier Múnera Correa (presidente) y monseñor Germán Medina Acosta (secretario general). Durante la homilía, el arzobispo de Tunja, recordó a sus hermanos en el episcopado la importancia de fortalecer la comunión eclesial. Expresó que no hay discipulado sin comunión y que la Iglesia atrae cuando vive en comunión. Recordó que, además de lugares eclesiales como las parroquias y movimientos apostólicos, las conferencias episcopales también son instancias en las que se debe vivir esa comunión.Posteriormente se llevó a cabo la conformación de las comisiones episcopales. Es decir, aquellos organismos de carácter permanente o transitorio, integrados por obispos, encargados de la animación, promoción y desarrollopastoraldesde áreas específicas de interés para la Iglesia. Algunos obispos tendrán continuidad, otros aportarán a la Iglesia desde comisiones diferentes.A partir de esta asamblea ya son 15 las comisiones que tendrá la Conferencia Episcopal de Colombia, pues una de las novedades es la reciente conformación de una nueva comisión permanente, se trata de la Comisión para la Cultura del Cuidado. Se trata de paso hacia adelante que dan los obispos en el camino de la atención y prevención de abusos y violencias en la Iglesia, es decir, en la consolidación del Sistema para la Cultura del Cuidado. De manera especial, este organismo quedó integrado por monseñor Nelson Jair Cardona Ramírez (Presidente), monseñor Carlos Arturo Quintero Gómez (obispo de Armenia), monseñor José Mario Bacci Trespalacios, CJM (obispo de Santa Marta) y monseñor Juan Fernando Franco Sánchez (obispo de Caldas).Al respecto, monseñor Nelson Jair Cardona, obispo de San José del Guaviare, expresó: “Desde hace tiempo se viene trabajando en toda la Iglesia por hacer de nuestras comunidades ambientes eclesiales cada vez más seguros. También la Conferencia Episcopal ha venido trabajando en esto y ya se habían conformado un Consejo Nacional de Cultura del Cuidado. Después se creó una oficina y ahora la Conferencia Episcopal ha querido establecer también una Comisión Episcopal para la Cultura del cuidado. ¿De qué se trata? Se trata de trabajar desde muchos ángulos, trabajar con muchas personas, justamente para que cada parroquia, para que cada colegio católico, para que cada diócesis, para que cada instancia de la Iglesia sea considerado como seguro para todos aquellos que se acerca. Que sea un ambiente de acogida, que sea un ambiente de protección para los menores, para los discapacitados, para tantas personas que requieren todo nuestro cuidado y afecto”.Frente a las demás comisiones, los obispos decidieron quiénes serán los encargados de presidirlas. En la nueva emisión de ‘Así va la Asamblea’, el informativo del Episcopado Colombiano, los designados presidentes para las comisiones episcopales de Matrimonio y Familia, Estado Laical y Comunicaciones, dan a conocer detalles de los desafíos y prioridades de trabajo que tendrán.En el marco de esta asamblea también se dio a conocer la ratificación del padre Raúl Ortiz Toro como secretario adjunto de la Conferencia Episcopal de Colombia. El presbítero de la Arquidiócesis de Ibagué venía dirigiendo los departamentos de Doctrina, y Promoción de la Unidad y del Diálogo; ahora apoyará directamente a la nueva Comunidad de Presidencia en su tarea de liderar el episcopado.A propósito de los pastores para los que esta es su primera asamblea episcopal, hablamos con monseñor Juan Manuel Toro Vallejo, recién ordenado obispo de Girardota. Este encuentro le ha permitido experimentar la fraternidad episcopal y conocer más de la realidad y el trabajo que adelantan sus hermanos en las diversas jurisdicciones eclesiásticas.“Ha sido un encuentro donde he podido respirar una fraternidad, una acogida por parte de todos para hacerlo sentir a uno hermano, para hacerlo sentir a uno que ellos caminan con con nosotros, en nuestras dificultades y en nuestras situaciones personales. Es maravilloso también poder hacer una lectura de la realidad de Colombia a través de lo que ellos hablan, de lo que piensan y en las reflexiones que hemos tenido a lo largo de estos días; y también cómo construir juntos una mirada en común sobre la manera como la Iglesia colombiana tiene que dar respuesta a estas necesidades”, expresó el prelado.Este jueves 4 de julio, los obispos clausurarán la agenda de trabajo de esta CXVII Asamblea Plenaria. Al cierre, producto de las reflexiones realizadas estos días, darán a conocer un mensaje final al pueblo colombiano.Vea a continuación le cuarta emisión de 'Así va la Asamblea':Encuentre aquí el listado de las Comisiones Episcopales para el trienio 2021-2024.

Mar 2 Jul 2024

Defensa de la vida, la familia y la educación: prioridades del episcopado colombiano, asumidas por los nuevos directivos

Durante la jornada de este martes, 02 de julio, en la CXVII Asamblea Plenaria, iniciaron las designaciones en cargos de corresponsabilidad por parte del Episcopado Colombiano. Los obispos eligieron a sus nuevos directivos para los próximos tres años (2024-2027). Monseñor Francisco Javier Múnera Correa, arzobispo de Cartagena, monseñor Gabriel Ángel Villa Vahos, arzobispo de Tunja, y monseñor Germán Medina Acosta, recién nombrado obispo de la Diócesis de Engativá, fueron designados para tal misión en calidad de presidente, vicepresidente y secretario general, respectivamente.Previo a la fase de elecciones, en plenaria, los obispos socializaron sus reflexiones del análisis de la realidad nacional realizado el día anterior, por regiones. La síntesis definió que temas como la defensa de la vida, la familia y la educación, serán líneas prioritarias para la acción de los pastores en Colombia, a la luz del Evangelio y con voz profética.En la jornada de la mañana, la anterior Comunidad de Presidencia, liderada por el cardenal Luis José Rueda Aparicio y por monseñor Omar Alberto Sánchez Cubillos, presentó a la asamblea el informe de gestión con los principales retos, hechos y logros alcanzados entre el 2021 y lo corrido del 2024.Dicho informe dio cuenta de tres dimensiones desde la cuales esa presidencia buscó fortalecer el trabajo y la incidencia de la Iglesia colombiana para responder a los desafíos eclesiales y sociales del país, denominadas “Opciones para caminar juntos”: 1. Iglesia que vive la comunión y la participación. 2. Iglesia de discípulos misioneros. 3 Iglesia misericordiosa. Tras conocer su designación, los nuevos directivos expresaron gratitud a sus hermanos obispos la confianza depositada en ellos para acompañar y servir a la Iglesia, a cada una de las jurisdicciones de este país y a todo el pueblo de Dios, desde el servicio de liderazgo que presta la Comunidad de Presidencia a la Conferencia Episcopal. Frente al contexto del país, insistieron en la necesidad de aportar al fortalecimiento de la institucionalidad, así como en buscar caminos de reconciliación, paz y unidad.“Es un servicio, es una misión y la asumimos confiados totalmente en la Providencia del Señor y también contando con el apoyo, la colaboración, la solidaridad de todo el pueblo de Dios, especialmente de nuestros hermanos obispos”, afirmó el presidente electo, monseñor Francisco Múnera.Por su parte, monseñor Gabriel Ángel, ratificó que el análisis de la realidad del país hecho por el episcopado durante esta asamblea da cuenta de la fuerte incertidumbre que vive el país ante signos como los de la polarización y la violencia, pero también, de las potencialidades a partir de las cuales se puede avanzar hacia un país con mayores garantías y posibilidades de desarrollo integral.“Hay muchos signos de esperanza, mucha gente trabajadora. Creemos que en lo que debemos enfocar nuestro trabajo, especialmente de apoyo desde el Evangelio, es el respeto por la vida, la vida que es un don de Dios, la vida que es sagrada; por la familia, si tenemos familias sanas, tendremos una sociedad sana; y la educación. Los padres de familia tienen el derecho de elegir la educación más conveniente para sus hijos”, expresó el arzobispo de Tunja.El secretario general electo, monseñor Germán Medina Acosta, enfatizó en la esperanza que debe sembrar la Iglesia en el país. Además, ratificó el compromiso de la nueva presidencia de ofrendar su vida al servicio de la propuesta del Evangelio, especialmente por quienes más sufren en las regiones.“Queremos vencer la indiferencia y comprometernos desde las regiones, desde las diócesis, desde las distintas jurisdicciones eclesiásticas, a dar esa respuesta desde la perspectiva del Evangelio. Nuestra opción es la vida, como ya se ha dicho, nuestra opción es la no violencia, nuestra opción es tejer la comunión, la fraternidad entre todos nosotros”.Finalmente el nuevo presidente del episcopado colombiano, envió un contundente mensaje a los diferentes actores gubernamentales y líderes del país:“Queremos hacerle al país y en modo especial a todos los que tienen la responsabilidad de guiar los destinos de la patria, un llamado a trabajar mancomunadamente por la unión del país, construir un proyecto de nación que tanto bien nos hace, tanta necesidad tenemos de él; que fortalezcamos la institucionalidad y nuestra democracia, que seamos capaces de resolver nuestros conflictos a través de las vías del diálogo, de los consensos, de la conciliación y que, ante todo, conjuntamente, erradiquemos dos grandes males que afligen la patria: la violencia y la corrupción. Y con esos, en esas dos tareas, podemos empeñarnos todos para construir un país más equitativo, más solidario, más fraterno”, concluyó el arzobispo de Cartagena.Vea a continuación todos los detalles en la tercera emisión del informativo del episcopado colombiano, en el marco de la CVXII Asamblea Plenaria:

Lun 1 Jul 2024

Espiritualidad, comunión y análisis regional: protagonistas en el primer día de la CXVII Asamblea de los Obispos Colombianos

Este lunes, 1 de julio, se desarrolló la primera jornada de la CXVII Asamblea Plenaria del Episcopado Colombiano en Bogotá. Un inicio lleno de espiritualidad, comunión y trabajo por grupos, con énfasis en el análisis del contexto del país, desde la realidad de las regiones que acompañan.La apertura se dio con la celebración de la Eucaristía presidida por el arzobispo de Popayán y vicepresidente de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), monseñor Omar Alberto Sánchez Cubillos. Durante la homilía, el prelado recordó el protagonismo del Espíritu Santo en la vida de la Iglesia y la necesidad de invocar su presencia para discernir, conducir y proyectar, en unidad, las decisiones que se tomarán durante esta asamblea electiva, que deben tener, según indicó, un sentido especial de servicio a la Iglesia y al país.Posteriormente, la instalación del encuentro la protagonizó el mensaje del cardenal Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y presidente de la CEC, a sus hermanos. En él evocó, particularmente, cuatro bienaventuranzas, a manera de motivación para que, como pastores, sepan responder a los desafíos eclesiales y sociales del país: “Bienaventurados los obispos que se esfuerzan por vivir la austeridad”, “Bienaventurados los obispos que animan con su vida la misión”, “Bienaventurados los obispos que llegan hasta las lágrimas en su servicio” y “Bienaventurados los obispos que afrontan sin amargura las tribulaciones”.Serán más de 40 los encargos de liderazgo que realizarán los obispos durante esta Asamblea 117. Entendiendo la importancia del momento y la necesidad de hacerlo a la luz del Evangelio, el cardenal Rubén Salazar Gómez, arzobispo emérito de Bogotá, dirigió una iluminación sobre los fundamentos espirituales de lo que significa discernir y elegir a sus hermanos obispos en cargos de responsabilidad. El purpurado lo hizo evocando algunos capítulos del Evangelio según San Marcos (Mc 3, 13-19) y del Libro de los Hechos de Los Apóstoles (Hch 1, 12-17, 21-26; Hch 6, 1-6).El cardenal Salazar también conectó este episodio electivo con las tres dimensiones que conforman la sinodalidad propuesta por el papa Francisco a la Iglesia: comunión, participación y misión. Recordó que, como pastores, deben ponerse al servicio del infinito amor de Dios por el pueblo; discernir los signos de los tiempos y tener presente que la Iglesia es testigo e instrumento de la salvación. Esto introdujo a los obispos en un momento especial de meditación personal y adoración en presencia del Santísimo Sacramento.El trabajo adelantado por el episcopado colombiano en la tarde de esta primera jornada se centró en el análisis de la realidad social del país por regiones; los aspectos allí abordaros también servirán de base para las decisiones que tomarán esta semana. Para ello, se dividieron en siete regiones, cada una conformada por dos provincias eclesiásticas: Bogotá-Tunja, Ibagué-Manizales, Florencia-Villavicencio, Bucaramanga-Nueva Pamplona, Medellín-Santa Fe de Antioquia, Cali-Popayán y Cartagena-Barranquilla.Tres preguntas guiaron dicho espacio: ¿Cuál es el problema social más arraigado en la región? ¿Cuáles son las características del país que desean ayudar a construir? ¿Cuáles son las principales líneas de acción para enfrentar el problema social identificado? Los encargados de moderar las reflexiones fueron los arzobispos. En el informativo ‘Así Va La Asamblea’, tres de ellos, comparten algunas de estas ideas: monseñor José Miguel Gómez Rodríguez, arzobispo de Manizales, monseñor Francisco Múnera Correa, arzobispo de Cartagena y monseñor Gabriel Ángel Villa Vahos, arzobispo de Tunja.También en esta emisión tres de los obispos nombrados en los últimos meses por el papa Francisco, entregaron su testimonio de lo que ha significado para ellos ser parte de esta primera asamblea: monseñor Alejandro Díaz García, obispo auxiliar de Bogotá, monseñor Dimas Antonio Acuña Jiménez, obispo electo de El Banco y monseñor Edgar Jesús Mejía Orozco, obispo auxiliar electo de Barranquilla. Conozca los testimonios a continuación:

Lun 1 Jul 2024

Austeridad, entrega en la misión, servicio y valentía: motivaciones del Cardenal Rueda a los obispos, a la luz de las bienaventuranzas

Este lunes, 1 de julio, inició la CXIII Asamblea Plenaria de los obispos colombianos. Durante la instalación del encuentro, que tendrá carácter electivo, el cardenal Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y presidente del episcopado, animó a los prelados a vivir la austeridad, entregarse en la misión, donarse en el servicio a sus comunidades, y afrontar las dificultades y fragilidades desde la verdad, con valentía y el anuncio del perdón.El Primado de Colombia inició su discurso inaugural haciendo alusión a Lucas 6, 20-23, donde Jesús pronuncia las bienaventuranzas a sus discípulos tras haberlos elegido en el ministerio apostólico. Les recordó a los obispos que esta primera enseñanza también se traslada a su misión como sucesores de los doce apóstoles, por lo que es fundamental hacer una relectura de ella, especialmente en este año de la oración, que prepara a la Iglesia Universal para el Jubileo de la Esperanza 2025.El Cardenal Luis José Rueda afirmó que, frente a los retos a los que está expuesta la esperanza, es normal que surja la tentación de la desconfianza, pero que el cristiano, y aún más, el obispo, puede afrontar las situaciones más adversas, con su confianza puesta en el misterio de la cruz y de la resurección del Señor. Animando y reconfortando a sus hermanos, compartió así su reflexión sobre las bienaventuranzas:“Bienaventurados los obispos que se esfuerzan por vivir la austeridad”. Enfatizó en la importancia de la vida austera, se refirió a ello como “un mensaje poderoso y un gran aporte para la paz en Colombia”; un ejemplo de lucha contra la corrupción y la codicia que tanto daño causa.“Felices los obispos que aprendiendo de Jesús viven el espíritu de la pobreza y el desapego, son servidores humildes que no viven de la imagen, sino que, en la propia conciencia saben con sinceridad quienes son, y ponen su corazón en el verdadero tesoro que es Cristo crucificado y resucitado, vivo y cercano cada día”.“Bienaventurados los obispos que animan con su vida la misión”. Recordó a los obispos el llamado que se les ha hecho a entregarlo todo por la misión evangelizadora. De esta forma, los convocó a estar dispuestos a trabajar en conjunto con las diversas vocaciones dentro de la Iglesia colombiana, y así, caminar hacia la verdadera sinodalidad.“Felices los obispos que son agradecidos con el pequeño paso que se pudo dar, que saben mantener la serenidad, aunque el lobo esté al acecho, que no pierden la esperanza, aunque al revisar las duras labores por la evangelización, pareciera que la cizaña estuviera ahogando el trigo, son obispos que confían en la acción del Espíritu Santo, y son capaces de ponerse en silencio y de rodillas para agradecer ante el sagrario, después de una jornada de aparentes fracasos”.“Bienaventurados los obispos que llegan hasta las lágrimas en su servicio”. Los invitó a reconocerse vulnerables y frágiles, y que, a su vez, se descubran reconfortados y consolados por el amor de Dios Padre. Además, a ser servidores de la esperanza en sus comunidades, sabiendo leer e interpretar los signos de los tiempos.“Son obispos con capacidad para consolar al que está afligido, son hermanos que prefieren llorar que sucumbir, son aquellos que no se dejan deslumbrar por las estadísticas, son capaces de conmoverse ante el sufrimiento de las personas y de la ciudad, y lloran por amor, uniéndose a las lágrimas de Jesús por Jerusalén”.“Bienaventurados los obispos que afrontan sin amargura las tribulaciones”. Con esta bienaventuranza finalizó el Cardenal Rueda Aparicio animando a sus hermanos en el ministerio apostólico, a tomar la cruz de la misión y a avanzar con valentía dejándose acompañar. Mencionó que, de esta forma, pueden escuchar la voz del Espíritu Santo, por ejemplo, en medio del sonido ensordecedor de las noticias falsas.“Son Obispos que tienen en su conciencia el signo de María, serena y fiel junto a la cruz de su Hijo, que mantienen la paz ante la injuria y la difamación. Son obispos convencidos de que nada los podrá separar del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús (…) Son hombres que han recibido en su vida personal el perdón y logran anunciarlo con sus actitudes y palabras en medio del Pueblo Fiel de Dios, llevan el bálsamo de la misericordia como una gracia desbordante, saben que a pesar de las presiones externas y las fragilidades internas, nadie los podrá separar del amor de Cristo, ni la angustia, ni la persecución, ni la desnudez, ni los peligros, ni la guerra (Cfr Rm 8, 31 - 39).En su discruso, el Arzobispo de Bogotá manifestó gratitud por el apoyo y la confianza depositada durante los tres años que ejerció como presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia; también lo hizo en nombre de sus hermanos en la dirección, monseñor Omar Alberto Sánchez Cubillos (arzobispo de Popayán y vicepresidente) y monseñor Luis Manuel Alí Herrera (obispo auxiliar de Bogotá y secretario general). Además, extendió su agradecimiento al padre Jorge Bustamante Mora (actual secretario general encargado) y a cada uno de los "hermanos y hermanas del Secretariado Permanente del Episcopado de Colombia (SPEC)", por su servicio. Al tiempo, manifestó su disposición para seguir apoyando a quienes en esta CXVII Asamblea Plenaria resulten elegidos en estos roles."Es hermoso ver que somos discípulos misioneros itinerantes, es bello dar un signo de libertad a la Iglesia de Colombia y a la sociedad de nuestro país, un signo de libertad ante la tentación de sentirse indispensables, porque estamos convencidos de que el Espíritu Santo elige, capacita y acompaña siempre nuevas expresiones de liderazgo sinodal, al servicio de su Pueblo Santo", concluyó el Cardenal Luis José.