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conferencia episcopal de colombia

Vie 8 Ago 2025

Estad atentos y vigilantes

DÉCIMO NOVENO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIOAGOSTO 10 DE 2025Primera lectura: Sb 18,6-9Salmo: 33(32),1 y 12.18-19. 20 y 22 (R. cf. 12b)Segunda lectura: Hb 11,1-2.8-19 (forma larga)Evangelio: Lc 12,32-48 (forma larga) o Lc 12,35-40 (forma breve).I.Orientaciones para la PredicaciónIntroducciónHablar del Reino de Dios nos invita a adentrarnos en una reflexión profunda sobre nuestra fe, ya que este concepto es, a la vez, vasto y esencial en la vida cristiana. La riqueza de los textos bíblicos que abordan el Reino nos ofrece diversas perspectivas y matices, lo que puede hacer que su comprensión parezca inabarcable. Sin embargo, hay un elemento constante y central que lo define: la actitud de esperanza y preparación con la que lo esperamos.El Reino de Dios no es simplemente una realidad futura; es una promesa que nos interpela aquí y ahora. Nos llama a vivir de manera coherente con nuestra identidad como bautizados, como miembros del pueblo elegido por Dios. Esta preparación no es pasiva, sino activa, implicando una transformación diaria de nuestra vida, guiada por los valores del Evangelio. Somos llamados a caminar en fe, sabiendo que hemos sido elegidos para formar parte de la salvación que Dios ofrece a la humanidad.El Evangelio de hoy nos recuerda que todos estamos invitados a ser parte de ese rebaño único bajo un solo Pastor, Jesús. Pero esta invitación no basta con recibirla; es necesario responder con una fe firme y una confianza plena en la providencia divina. La fe sólida no solo nos ancla en la certeza de la promesa de Dios, sino que también nos motiva a vivir con una actitud vigilante y constante. En esta vigilancia no hay espacio para el descuido espiritual; más bien, se trata de mantener nuestros corazones abiertos y nuestras manos dispuestas al servicio, siempre atentos a los signos del Reino que ya comienza a manifestarse en el presente.Prepararnos para la venida gloriosa del Señor implica cultivar en nuestro interior una disposición constante hacia el amor, la justicia y la paz. Cada acción, por pequeña que sea, puede ser una expresión de nuestra fe y un testimonio de que el Reino está cerca. Así, aguardamos con alegría y esperanza, no como quienes temen lo desconocido, sino como quienes se saben profundamente amados y llamados por Dios a participar en su gloria.1.Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura?El Evangelio de Lucas nos presenta una invitación clara y desafiante: buscar el Reino de Dios con una actitud que trascienda las aspiraciones y deseos de los poderosos de este mundo. Este llamado no solo es una exhortación a renunciar a las ambiciones terrenales, sino que plantea un cambio radical en la forma de vivir, pensar y actuar. El Reino de Dios no se construye con los mismos valores que guían a las estructuras de poder humanas; exige otros comportamientos, otros principios y, sobre todo, una orientación hacia lo trascendente.Las parábolas que Lucas utiliza para ilustrar la vigilancia y la fidelidad son, en este sentido, una guía para entender la actitud que el cristiano debe asumir. No se trata solo de esperar pasivamente, sino de vivir en un estado de responsabilidad activa, conscientes de que nuestra existencia tiene una dimensión espiritual y trascendente. Esta responsabilidad se funda en la certeza de que nuestra vida está en las manos de Dios, lo que no implica evadir las tareas y los desafíos de este mundo, sino afrontarlos con una perspectiva diferente, sabiendo que nuestra meta última no está aquí.En esta dinámica, el Reino de Dios no se reduce a un ideal lejano o a una recompensa futura; es también una realidad que nos impulsa a vivir el presente con una entrega generosa y comprometida. Servir a los demás, especialmente a los más pobres y necesitados, no es una opción adicional, sino una parte esencial de nuestra vocación cristiana. Somos administradores de los bienes y dones que Dios nos ha confiado, y como tales, tenemos el deber de ponerlos al servicio de los demás con fidelidad y dedicación.La parábola nos habla de un Dios que un día se ceñirá para servirnos, un gesto profundamente simbólico que revela la grandeza de su amor y su voluntad de compartir su gloria con aquellos que han sido fieles. Pero mientras llega ese día, se nos invita a vivir en constante vigilancia, no como un estado de ansiedad, sino como una actitud de preparación activa. Trabajamos, construimos, servimos y ayudamos, porque sabemos que nuestras acciones tienen un valor eterno.Este mensaje es, en última instancia, una llamada a confiar plenamente en Dios y a vivir de acuerdo con los valores del Reino: justicia, solidaridad, humildad y servicio. Al hacerlo, no solo esperamos el encuentro definitivo con Dios, sino que también hacemos presente su Reino en el aquí y el ahora, convirtiendo nuestras vidas en un testimonio vivo de su amor y su promesa.2.Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad?El Evangelio nos invita a una esperanza que no depende de nuestros méritos, sino del amor incondicional de Dios. Jesús nos dice: “No temas, pequeño rebaño; porque vuestro Padre ha tenido a bien daros su Reino”. Este mensaje nos asegura que la meta está garantizada, no por lo que hacemos, sino por la bondad infinita de Dios, quien nos llama a participar en su Reino, que es Él mismo, plenitud y felicidad para todos.Esta certeza transforma nuestra forma de ver la vida, llevándonos a reconocer a nuestros hermanos, especialmente a quienes sufren, como un tesoro. “Dad limosna, haceos talegas que no se echan a perder”, nos invita Jesús, llamándonos a compartir lo que somos y tenemos, y a colocar nuestro corazón en Dios y en los demás. “Porque donde está vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón”.La esperanza cristiana no es pasiva ni evasiva; es una fuerza que dinamiza nuestra vida. Como afirma Nietzsche: “Si tenemos un para qué, encontraremos un cómo”. En la fe, nuestra meta no es un lugar distante, sino una experiencia viva del Padre y la comunión con los hermanos, que ya comenzamos a disfrutar aquí y ahora. Jesús nos llama a estar vigilantes y activos: “Vosotros estad como los que aguardan a que su señor vuelva”. Dichosos los que el Señor encuentra en vela, pues Él mismo se ceñirá y los servirá. Este encuentro con el Señor no es solo un evento futuro, sino una realidad que vivimos en cada acto de amor y servicio.Vivir con esperanza es caminar con el corazón puesto en Dios, sabiendo que nuestra meta es Alguien que ya camina con nosotros. La vigilancia, la comunión y el servicio son los pilares para vivir en el Reino de Dios, tanto ahora como en la eternidad.3.Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo?Es importante recordar que la esperanza cristiana no es solo una espera pasiva, sino un impulso activo hacia una vida de servicio y vigilancia. Al hablarnos de la promesa del Reino de Dios, nos llama a vivir de manera coherente con esa esperanza, sabiendo que no dependemos de nuestros méritos, sino del amor incondicional de Dios. Este amor nos invita a reconocer a los demás, especialmente a los más necesitados, como un tesoro digno de nuestro esfuerzo y atención. Jesús nos desafía a no guardar nuestro corazón solo para nosotros, sino a compartir lo que somos y tenemos, a poner nuestras prioridades en el servicio a Dios y a nuestros hermanos.Como cristianos, esta invitación no es solo un mensaje de consuelo, sino un compromiso concreto a vivir con esperanza en lo cotidiano. Jesús nos llama a estar vigilantes y activos, participando en la construcción del Reino de Dios aquí y ahora. Vivir con esperanza significa que cada acción, por pequeña que sea, puede reflejar el amor de Dios y acercarnos a esa plenitud que nos promete. No se trata solo de esperar el futuro, sino de transformar el presente a través de la comunión con Dios y el servicio a los demás. Así, el cristiano está llamado a ser un testigo vivo de la fe, llevando a cabo en su vida diaria los principios del Reino, con un corazón que busca siempre el bien de los otros.II.Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la MisaMovidos por un corazón entregado al Señor disponemos nuestra vida para esperar en el Señor, por ello, con la convicción de nuestra fe, iniciemos nuestra celebración eucarística disponiendo nuestro ser en actitud expectante y activa para ser testigos del Reino de Dios.Monición a la Liturgia de la Palabra La primera lectura, del libro de la Sabiduría, y el pasaje del Evangelio de Lucas nos revelan con certeza que Dios viene, invitando al creyente a una espera vigilante. La carta a los Hebreos refuerza esta actitud, fundamentándola en la fe y poniendo a los patriarcas como ejemplo de confianza. En comunión con los creyentes de todos los tiempos, proclamamos con el salmo responsorial: "Nosotros esperamos en el Señor".Oración Universal o de los Fieles Presidente: Confiando en la promesa de Dios y en su amor incondicional, presentemos nuestras peticiones ante Él, pidiendo por la gracia de vivir conforme a su Reino.R/. Te rogamos, oye nuestra oración.1.Por la Iglesia, para que sea siempre un testimonio de esperanza activa, que impulse a sus miembros a vivir el amor y el servicio con generosidad. Roguemos al Señor.2.Por los gobernantes y responsables de la justicia, para que trabajen con sabiduría y compasión, promoviendo el bienestar de los más necesitados. Roguemos al Señor3.Por todos los hermanos que sufren, especialmente los más pobres y marginados, para que encuentren en nosotros un tesoro de solidaridad y amor. Roguemos al Señor.4.Por cada uno de nosotros, para que nuestra esperanza en el Reino de Dios nos inspire a vivir con vigilancia, servicio y comunión con nuestros hermanos. Roguemos al Señor.Oración conclusivaAyúdanos, Señor, a vivir con esperanza activa, vigilantes en el servicio y siempre dispuestos a compartir lo que somos con nuestros hermanos. Que tu Espíritu nos guíe en cada paso, para que seamos verdaderos testigos de tu Reino. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.R. Amén.

Vie 8 Ago 2025

La Voz del Pastor | 10 de agosto de 2025

Reflexión del cardenal Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y primado de Colombia: Lectura del Santo Evangelio según San Lucas 12, 35-40

Vie 8 Ago 2025

Diócesis de Ocaña inicia su fiesta en honor a Nuestra Señora de Torcoroma, una advocación que trasciende fronteras nortesantandereanas

Como preludio a la gran solemnidad del16 de agosto, este jueves 7 de agosto, la Diócesis de Ocaña dio inicio a lanovena en honor a Nuestra Señora de Torcoroma, una tradición que congrega a cientos de fieles en preparación para su fiesta patronal.Esta devocióntrasciende las fronteras de Ocaña para convertirse en un símbolo de fe, identidad y unidad para los colombianos. Su historia se remonta al siglo XVIII, cuando, según la tradición, la imagen de la Virgen María fue encontrada por un labriego en el cerro de Torcoroma, un hecho que marcó profundamente la espiritualidad de la región.Para losfieles ocañeros, la advocación de "La Morenita", como es popularmente conocida, no solo representa un legado religioso, sino también cultural. La Virgen de Torcoroma es considerada su protectora y madre espiritual. La festividad, celebrada cada16 de agosto, reúne a miles de fieles en peregrinación, reflejando la fe y la tradición transmitida por generaciones. Sin embargo, su influencia va más allá de Norte de Santander. En ciudades comoCúcuta, Barranquilla y Bogotá, existen templos dedicados a esta advocación.Más allá de su profundo sentido religioso, Nuestra Señora de Torcoroma puede ser consideradasímbolo de identidad y resistencia, especialmente en momentos históricos difíciles. Su imagen ha acompañado a los ocañeros en tiempos de adversidad, fortaleciendo la fe y la unión en torno a su advocación.La celebración central se llevará a cabo el 16 de agosto. Incluirá unaprocesióny una Eucaristía enla Catedral de Santa Ana, que este año será presidida por elCardenal Luis José Rueda Aparicio y concelebrada por monseñor Orlando Olave Villanoba, obispo de Ocaña.Vea a continuación el informe audiovisual:

Jue 7 Ago 2025

08 de Agosto | Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 16, 24-28

08 Agosto, Viernes. 18ª Sem. del TOMt 16, 24-28¿Qué podrá dar un hombre para recobrar su alma?Lectura del santo Evangelio según san Mateo.EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz y me siga. Porque quien quiera salvar su vida, la perderá; pero el que la pierda por mí, la encontrará. ¿Pues de qué le servirá a un hombre ganar el mundo entero, si pierde su alma? ¿O qué podrá dar para recobrarla? Porque el Hijo del hombre vendrá, con la gloria de su Padre, entre sus ángeles, y entonces pagará a cada uno según su conducta. En verdad les digo que algunos de los aquí presentes no gustarán la muerte hasta que vean al Hijo del hombre en su reino». Palabra del Señor.

Mié 6 Ago 2025

07 de Agosto | Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 16, 13-23

07 Agosto, Jueves. 18ª Sem. del TOMt 16, 13-23Tú eres Pedro, y te daré las llaves del reino de los cielosLectura del santo Evangelio según san Mateo.EN aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: «¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?». Ellos contestaron: «Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas».Él les preguntó: «Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?». Simón Pedro tomó la palabra y dijo: «Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios vivo». Jesús le respondió: «¡Bienaventurado tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Ahora yo te digo: tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos». Y les mandó a los discípulos que no dijesen a nadie que él era el Mesías. Desde entonces comenzó Jesús a manifestar a sus discípulos que tenía que ir a Jerusalén y padecer allí mucho por parte de los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, y que tenía que ser ejecutado y resucitar al tercer día. Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo: «¡Lejos de ti tal cosa, Señor! Eso no puede pasarte». Jesús se volvió y dijo a Pedro: «¡Ponte detrás de mí, Satanás! Eres para mí piedra de tropiezo, porque tú piensas como los hombres, no como Dios». Palabra del Señor.

Mié 6 Ago 2025

Monseñor Alfonso García López es ordenado como nuevo Vicario Apostólico de Guapi en medio de una emotiva ceremonia en Istmina

Este miércoles, 6 de agosto, en la Parroquia Espíritu Santo del municipio de Istmina (Chocó), se llevó a cabo la ordenación episcopal de monseñor Alfonso García López, nombrado en el mes de junio por el Papa León XIV como nuevo Vicario Apostólico de Guapi. Esta ordenación marca un hito para la Iglesia Católica del Pacífico Colombiano, pues se trata del segundo obispo afrodescendiente del país.La ceremonia, presidida por monseñor Mario de Jesús Álvarez Gomez, obispo de Istmina-Tadó, que contó con la asistencia del Nuncio Apostólico en Colombia, Paolo Rudelli, reunió a 12 obispos, sacerdotes y religiosos del Chocó y del Cauca, autoridades civiles y cientos de fieles que acudieron a la celebración llenos de alegría y gratitud a Dios por el nuevo obispo, nacido en ese territorio.Un momento de gratitud y compromisoEn su emotivo discurso, el nuevo obispo agradeció a Dios, al Papa y a su tierra chocoana: "Me presento ante ustedes, pobre y frágil tal como soy, pero con un profundo agradecimiento al Señor, que se sirve de lo frágil del mundo para realizar sus obras". Destacó el apoyo de su familia, en especial de su madre, María Engracia López, y de sus mentores espirituales, como el padre Gabriel Álvarez Taborda, quien inspiró su vocación en la parroquia de Juradó, su pueblo natal.Dirigiéndose a los habitantes de Guapi, les dijo: "Los siento ya como mi familia y como un enorme regalo que Dios me hace. Tengo un gran deseo de irlos conociendo y de poner toda mi persona al servicio de ustedes". También hizo un llamado a la unidad, siguiendo el lema del Papa León XIV: "En Hilo Uno somos uno: una Iglesia en estado de cercanía, fraternidad y solidaridad, especialmente con los más pobres".Una misión marcada por la esperanzaMonseñor Mario de Jesús Álvarez, en su homilía, resaltó el desafío pastoral que asume García López: "Es tu turno, amado Alfonso. Como representante elegido de estos pueblos, evita que la historia de tu sangre siga siendo un baldón de exclusión, violencia y corrupción". Además, lo exhortó a vivir su ministerio con humildad y entrega: "Tu vida en Cristo es amor, tu vida con Cristo es cruz. Vívela con humildad, porque en la cruz brilla la luz de la resurrección".Un líder para el Pacífico ColombianoMonseñor García López se ha destacado por su labor en zonas de difícil acceso. Antes de su nombramiento, se desempeñaba como vicario general y exorcista de la Diócesis de Istmina-Tadó, roles que reflejan su formación integral y su compromiso con las comunidades vulnerables. Su llegada a Guapi, un territorio con profundas necesidades sociales, se vislumbra como un signo de esperanza para la región.Posesión canónica en GuapiLa ceremonia de posesión canónica en el Vicariato Apostólico de Guapi será el 12 de agosto, donde monseñor García López asumirá formalmente su labor pastoral. Su nombramiento ha sido celebrado como un reconocimiento a la riqueza cultural y espiritual del Pacífico, así como un impulso para la evangelización en una de las zonas más olvidadas del país.Vea a continuación la transmisión de la ordenación:

Mar 5 Ago 2025

06 de Agosto | Lectura del Santo Evangelio según San Lucas 9, 28b-36

06 de agosto. TransfiguraciónLc 9, 28b-36Mientras oraba, el aspecto de su rostro cambióLectura del santo Evangelio según san Lucas.EN aquel tiempo, tomó Jesús a Pedro, a Juan y a Santiago y subió a lo alto del monte para orar. Y, mientras oraba, el aspecto de su rostro cambió y sus vestidos brillaban de resplandor. De repente, dos hombres conversaban con él: eran Moisés y Elías, que, apareciendo con gloria, hablaban de su éxodo, que él iba a consumar en Jerusalén. Pedro y sus compañeros se caían de sueño, pero se espabilaron y vieron su gloria y a los dos hombres que estaban con él. Mientras estos se alejaban de él, dijo Pedro a Jesús: «Maestro, ¡qué bueno es que estemos aquí! Haremos tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías». No sabía lo que decía. Todavía estaba diciendo esto, cuando llegó una nube que los cubrió con su sombra. Se llenaron de temor al entrar en la nube. Y una voz desde la nube decía: «Este es mi Hijo, el Elegido, escúchenlo». Después de oírse la voz, se encontró Jesús solo. Ellos guardaron silencio y, por aquellos días, no contaron a nadie nada de lo que habían visto. Palabra del Señor.

Lun 4 Ago 2025

05 de Agosto | Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 14, 22-36

05 Agosto, Martes. 18ª Sem. del TOMt 14, 22-36Mándame ir a ti sobre el aguaLectura del santo Evangelio según san Mateo.DESPUÉS que la gente se hubo saciado, Jesús apremió a sus discípulos a que subieran a la barca y se le adelantaran a la otra orilla, mientras él despedía a la gente. Y después de despedir a la gente subió al monte a solas para orar. Llegada la noche estaba allí solo. Mientras tanto la barca iba ya muy lejos de tierra, sacudida por las olas, porque el viento era contrario. A la cuarta vela de la noche se les acercó Jesús andando sobre el mar. Los discípulos, viéndole andar sobre el agua, se asustaron y gritaron de miedo, diciendo que era un fantasma. Jesús les dijo enseguida: «¡Ánimo, soy yo, no tengan miedo!». Pedro le contestó: «Señor, si eres tú, mándame ir a ti sobre el agua». Él le dijo: «Ven». Pedro bajó de la barca y echó a andar sobre el agua acercándose a Jesús; pero, al sentir la fuerza del viento, le entró miedo, empezó a hundirse y gritó: «Señor, sálvame». Enseguida Jesús extendió la mano, lo agarró y le dijo: «¡Hombre de poca fe! ¿Por qué has dudado?». En cuanto subieron a la barca amainó el viento. Los de la barca se postraron ante él diciendo: «Realmente eres Hijo de Dios». Terminada la travesía, llegaron a tierra en Genesaret. Y los hombres de aquel lugar apenas lo reconocieron, pregonaron la noticia por toda aquella comarca y le trajeron a todos los enfermos. Le pedían tocar siquiera la orla de su manto. Y cuantos la tocaban quedaban curados. Palabra del Señor.