Pasar al contenido principal

Iglesia

Vie 28 Jun 2019

Arzobispo de Villavicencio ve con preocupación situación de su región

Consciente del sombrío panorama que deja el cierre del corredor vial Villavicencio – Bogotá, con millonarias pérdidas para la región y el país entero, monseñor Óscar Urbina Ortega, Arzobispo de Villavicencio y Presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, hizo un llamado al Gobierno Nacional para que se revisen los contratos de estructuración y ejecución de estas obras y se corrijan los errores que se pudieron cometer en el pasado, a la vez que pidió a la comunidad ser veedora de estos procesos. “El Gobierno tiene en sus manos la autoridad para corregir lo que hay que corregir; también quiero invitar a la población a que nos convirtamos en veedores, porque la Constitución nos permite eso: velar por las obras que se están haciendo para que se hagan con transparencia y, en la medida de lo posible, con rapidez, para poder abrir de nuevo la comunicación con el centro del país”, expresó el prelado. Monseñor Urbina Ortega, al resaltar la riqueza que desde la colonia ha tenido los Llanos Orientales con sus grandes paisajes y recursos, manifestó su preocupación por la crisis económica que ha sufrido esta región en el sector de la ganadería, la agricultura, el comercio, el transporte, la industria y el turismo. Al referirse a este último, dijo: “Las personas que trabajan en el turismo, que es una industria fuerte en nuestra región y que había tomado impulso luego de la firma de los acuerdos de paz, se han venido al suelo”. Igualmente, se refirió a la fiesta folclórica del joropo que se celebra por estos días en Villavicencio. “Hay algo muy bonito que se hizo en la región: no suspender las fiestas del joropo, porque de todos modos los que estamos viviendo allí, aunque no hagamos grandes aportes, el participar en las cosas que se ofrecen y que podemos consumir, ya es una ayuda para los habitantes del mismo territorio”. Finalmente, el arzobispo hizo ver la necesidad de la ampliación del aeropuerto, indicando que “Villavicencio merece un aeropuerto más grande, porque el que tiene no es suficiente, solo atiende naves de 50 pasajeros y es la capital de medio millón de kilómetros".

Vie 28 Jun 2019

[Convocatoria] CEC requiere auxiliar de librería

La Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), a través del Departamento de Administración y Talento Humano, convoca a todos los interesados en optar por una vacante para el puesto de auxiliar de librería. Asistir a la Dirección Financiera y Contable en el manejo comercial y operativo de la Librería, elaboración de informes y el archivo de la documentación correspondiente a estas actividades. Perfil: Técnico o Tecnólogo en carreras administrativas, sistemas, economía, contabilidad o estudiante de 4 semestre en adelante en carreras administrativas, economía, con experiencia mínima de un (1) año relacionadas con el cargo, habilidad en el manejo de computador, sistemas, office en general, archivo, con conocimiento del trabajo en equipo, formación en contabilidad y software contable (preferiblemente Siigo) con documentación al día (certificados). Condiciones contractuales: *Ubicación del puesto: en Bogotá * El titular del cargo será empleado por la Conferencia Episcopal de Colombia bajo un contrato regido por la legislación laboral Colombiana Laboral a término fijo inferior un año y de acuerdo con su desempeño y evaluación se prorrogará. * Reportará al Director de la Dirección Financiera y Contable. * Salario básico mensual SMLV de $1.059.000 y afiliaciones al Sistema de Seguridad Social (Salud, Pensión, ARL, Caja de Compensación). [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar convocatoria[/icon]

Vie 28 Jun 2019

Encuentro con el Resucitado | Junio 30 de 2019

"Para la libertad nos ha liberado Cristo" (Gal 5,1) TAREAS: 1. Reflexiona y piensa ¿Qué entiendes por libertad? 2. ¿Qué signos de libertinaje o esclavitud hay en tu vida? 3. ¿Qué hechos concretos existen sobre libertad al servicio de Jesús? [icon class='fa fa-download fa-2x'] Ir a lista de reproducción[/icon]

Vie 28 Jun 2019

La voz del Pastor | Junio 30 de 2019

Reflexión del Cardenal Rubén Salazar Gómez, arzobispo de Bogotá y Primado de Colombia Lectura del Santo Evangelio según San Lucas 9, 51-62

Mié 26 Jun 2019

Preparemos el sínodo estudiando ‘Laudato si’ (I)

Por: Mons. Juan Carlos Cárdenas Toro - Los grandes problemas que golpean nuestra casa común.De camino hacia el próximo sínodo panamazónico que tendrá lugar en octubre, entremos al primer capítulo de la Encíclica Laudato Si (Alabado seas). Con el título “Lo que le está pasando a nuestra casa”, el Santo Padre aborda los factores principales que están complicando el frágil equilibrio de nuestro planeta. 1. Contaminación y cambio climático (nn. 17-26) En primer lugar, el Papa Francisco recuerda aquellas múltiples formas de contaminación que afectan todos los días al planeta, y consecuentemente a todos los seres vivos, afectando su salud y supervivencia, particularmente de los más vulnerables (entre los cuales debemos contar millones de seres humanos). El humo generado por los combustibles fósiles usados para la cocina, la calefacción, el transporte, la industria; las sustancias que hacen más ácido los suelos y las aguas; los fertilizantes y fungicidas; los residuos que diariamente producimos, son parte del inmenso impacto que está contribuyendo al deterioro progresivo de nuestro planeta. Para el Papa Francisco, «estos problemas están íntimamente ligados a la cultura del descarte, que afecta tanto a los seres humanos excluidos como a las cosas que rápidamente se convierten en basura» (LS, n. 22). Ante esto, invita a tener como ejemplo el funcionamiento de los ecosistemas, cuya cadena no deja nada al desperdicio, sino que todo es aprovechado por todos. En este punto se debería trabajar más para reducir el impacto de la contaminación en el rápido deterioro del clima. Y como el efecto de su cambio es global, el Papa afirma que este es un bien común que debe comprometer a todos. 2. La cuestión del agua (nn. 27-31) El segundo factor crítico que preocupa sobre la casa común es el del agua. Sobre el particular, el Papa afirma que «ahora en muchos lugares la demanda supera a la oferta sostenible, con graves consecuencias a corto y largo tiempo»; en efecto, menciona las grandes ciudades que se ven sometidas a racionamientos como consecuencia de esto, al igual que la contradicción de países con abundante agua pero que padecen grave escasez. También llama el Papa la atención sobre problemas ligados al agua: «el de la calidad del agua disponible para los pobres, que provoca muchas muertes todos los días»; las enfermedades relacionadas con el agua; la contaminación de fuentes hídricas por las actividades extractivas, agrícolas e industriales, así como los detergentes y productos químicos que usa la población. Resalta el hecho de que en algunos lugares se da la tendencia a privatizar el uso del agua. Ante esto, recuerda el Papa que «el acceso al agua potable y segura es un derecho humano básico, fundamental y universal». 3. Pérdida de biodiversidad (nn. 32-42) Para el Santo Padre, la depredación de que están siendo objeto los recursos de la tierra, y la consecuente pérdida de selvas y bosques, así como de innumerables especies, es algo de urgente atención, pues además de la ya trágica realidad de la extinción que muchas de estas enfrentan, está comprometer seriamente hacia el futuro «recursos sumamente importantes, no sólo para la alimentación, sino también para la curación de enfermedades y para múltiples servicios». El Papa llama la atención sobre la causa de la desaparición de tantas especies: la acción humana. Frente a este drama, el Papa Francisco es contundente: «No tenemos derecho». Y dice: «Cada año desaparecen miles de especies vegetales y animales que ya no podremos conocer, que nuestros hijos ya no podrán ver, perdidas para siempre». Ante esta tragedia, el Papa invita a ir «más allá de lo inmediato», por un afán meramente de lucro financiero y hace caer en la cuenta de que «el costo de los daños que se ocasionan por el descuido egoísta es muchísimo más alto que el beneficio económico que se pueda obtener». Del mismo modo, convoca a prestar especial atención a algunos lugares del planeta, dada su enorme importancia para el ecosistema mundial, entre ellos la Amazonia, la cuenca fluvial del Congo, los grandes acuíferos y los glaciares, entre otros. 4. Deterioro de la calidad de la vida humana y degradación social (nn. 43-47) Para el Papa Francisco, la degradación ambiental, el actual modelo de desarrollo y la cultura del descarte, están teniendo un impacto catastrófico para los seres humanos. Y menciona el crecimiento desmedido y ordenado de las ciudades; la privatización de espacios que restringe el acceso a zonas de particular belleza para disfrute de unos pocos, mientras se descuidan los espacios para la mayoría. Incluso las dinámicas del mundo digital se vuelven una amenaza, cuando desconectan a la gente, dificultando la construcción de relaciones interpersonales más profundas y duraderas. 5. Inequidad planetaria (nn. 48-52) En este punto, el Santo Padre deja clara la mutua dependencia entre el ambiente humano y el ambiente natural. Al respecto, afirma que «no podremos afrontar adecuadamente la degradación ambiental si no prestamos atención a causas que tienen que ver con la degradación humana y social». Y de esto, la inequidad, el olvido de las personas más vulnerables es un punto crítico, pues los más graves efectos de los problemas ambientales los sufre la gente más pobre. Llama el Papa a considerar que “los excluidos” son la mayor parte, miles de millones de personas. Por ello plantea la necesidad de «reconocer que un verdadero planteo ecológico se convierte siempre en un planteo social, que debe integrar la justicia en las discusiones sobre el ambiente, para escuchar tanto el clamor de la tierra como el clamor de los pobres». 6. La debilidad de las reacciones (nn. 53-59) Y si los problemas que afectan nuestra casa común son grandes y su impacto crece con rapidez, el Santo Padre pone de presente que otro factor crítico es justamente las reacciones débiles y que no van al mismo ritmo del progresivo deterioro ambiental. Ante esta debilidad de la reacción política internacional, el Papa, desde la convicción de que «estamos llamados a ser los instrumentos del Padre Dios para que nuestro planeta sea lo que el soñó al crearlo», propone impulsar una cultura que sea capaz de enfrentar la crisis; construir liderazgos que marquen caminos y crear un sistema normativo que incluya límites infranqueables y asegure la protección de los ecosistemas. Además, reconoce que «hay demasiados intereses particulares y muy fácilmente el interés económico llega a prevalecer sobre el bien común y a manipular la información para que no se vean afectados sus proyectos». 7. Diversidad de opiniones (nn. 60-61) El Papa Francisco evidencia, como último factor crítico en la problemática ambiental, las posiciones tan diversas, contrarias y contradictorias entre sí, que enrarecen cualquier diálogo o acuerdo para enfrentar las crisis. Mientras por un lado algunos se minimiza la situación ambiental, los cuales se podrán resolver con soluciones simples y no de fondo, además sin ningún referente ético, por otra parte, están quienes ven al hombre como una amenaza indefectible para el ecosistema, por lo cual la única solución es reducir la presencia humana en el planeta. Y aunque la solución no es unívoca, el Papa propone identificar posibles escenarios futuros. Además, recomienda tener actitud de apertura y de escucha para generar espacios de diálogo y entendimiento honesto que busque salidas al problema. Esto es urgente, pues «hay regiones que ya están especialmente en riesgo y, más allá de cualquier predicción catastrófica, lo cierto es que el actual sistema mundial es insostenible desde diversos puntos de vista». + Juan Carlos Cárdenas Toro Obispo Auxiliar de Cali

Mar 25 Jun 2019

El Papa nombra enviado por 100 años de coronación de la Virgen de Chiquinquirá

La Oficina de Prensa del Vaticano informó que el Santo Padre designó al Cardenal Raymundo Damasceno Assis, como su enviado a Colombia para la celebración de los 100 años de la coronación de la Virgen de Chiquinquirá, Patrona de Colombia. Los obispos de Colombia, quienes estarán por esos días participando de la CVIII Asamblea Plenaria, se trasladarán a este Santuario Mariano para participar de la eucaristía el próximo sábado 06 de julio a las 11:00 a.m., allí los prelados pedirán a la Virgen de Chiquinquirá por la reconciliación y la paz de la Nación. Historia. Los dominicos que custodian la sagrada imagen de la Virgen de Chiquinquirá recuerdan que en 1908 el provincial, Fray Vicente María Cornejo, y el Prior del Santuario, Fray José Ángel Lambona, con la recomendación de la Conferencia Episcopal de Colombia, pidieron a la Santa Sede la coronación canónica. La petición fue despachada favorablemente el 9 de enero de 1910 por el Capítulo de la Basílica Vaticana. El Papa San Pío X firmó el decreto que fue enviado a Mons. Eduardo Maldonado Calvo, Obispo de Tunja, quien dispuso la coronación para el 9 de julio de 1919, día consagrado por el clero colombiano para honrar a la Madre de Dios. Como preparación para esa fecha, los dominicos realizaron una extensa peregrinación con una copia del cuadro de la sagrada imagen por Boyacá, Santander, Cundinamarca, Caldas, Huila, Tolima y Antioquia. La coronación se realizó en la Plaza de Bolívar de Bogotá el 9 de julio de 1919. En presencia del Nuncio Apostólico y del presidente de Colombia, Mons. Maldonado tomó las coronas y las puso en las cabezas del Niño y de la Virgen, mientras decía: “Así como hoy os coronamos en la tierra, así merezcamos ser coronados en el Cielo”. “Yo pido humilde y respetuosamente a los Arzobispos y Obispos aquí congregados, que, así como la República fue consagrada al Sacratísimo Corazón de Jesús, de la misma manera, se consagra solemne y públicamente, por voto nacional, a la Santísima Virgen, Reina de Colombia”, agregó el Prelado en aquella oportunidad. Descargue las celebraciones programadas por los 100 años de la coronación de la Patrona de Colombia, ingrese AQUÍ.

Lun 24 Jun 2019

Marchas pacíficas en el Meta

Ante la grave crisis que atraviesa la región del Ariari y la Orinoquía, la Iglesia ha hecho un llamado al Gobierno Nacional para que decrete la "emergencia económica y ambiental", así lo dieron a conocer los obispos de esta región, monseñor Óscar Urbina Ortega, arzobispo de Villavicencio y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, y monseñor José Figueroa Gómez, obispo de Granada, quienes apoyan este martes 25 de junio una marcha pacífica que lidera el gobierno local. Tras conocerse que este día el Presidente Iván Duque realizará en la ciudad de Villavicencio un consejo de ministros, el gobierno local, apoyado por la Iglesia y diferentes estamentos de la sociedad, ha programado dos marchas pacíficas simultáneas en las ciudades de Villavicencio y Granada, pidiendo al Gobierno Nacional adoptar medidas que ayuden a mitigar el impacto que esta problemática está generando, no solo en los pobladores de la zona, sino también en la economía de la región y el país. Los prelados recordaron que el Gobierno tendrá la tarea de analizar las implicaciones económicas y sociales que deja cada día el cierre de una de las carreteras clave para la conectividad en Colombia: la vía que comunica a Bogotá con Villavicencio y une al centro del país con los antiguos territorios nacionales. Itinerario de las marchas del martes 25 de junio En Villavicencio se saldrá a partir de las 9:00 am, desde algunos puntos ya programados para llegar al Parque de Los Libertadores, en el centro de la ciudad. Por su parte, en la ciudad de Granada, se partirá a las 8:00 a.m. saliendo desde el Parque del Estero, por toda la carrera trece, hasta llegar al peaje de Iraca. Foto: Tomada de Internet

Lun 24 Jun 2019

Marisela*: La esperanza que se aferra a la fe

En el marco del Día Internacional del Refugiado, que se celebró el pasado 20 de junio, deseamos ofrecer el testimonio de una refugiada venezolana, que nos ayudará a entender y sensibilizarnos frente a esta problemática que padecen miles de personas en el mundo entero. Las colombianas y colombianos hemos sido migrantes, hemos sido refugiados. Hemos migrado para trabajar, para estudiar, por amor, por soñar un mejor futuro, pero también hemos huido de la violencia, del miedo, de la guerra y atravesado fronteras buscando protección, salvar nuestras familias, tener un futuro donde la vida tenga sentido. Quienes han sido migrantes saben que no es fácil. Nunca se sentirá la identidad plena de la propia tierra, siempre habrá temores asociados a no tener en la práctica los mismos derechos de las ciudadanas y ciudadanos del país donde vamos. Siempre habrá desarraigo, nostalgia, tristeza y dolor por lo que se ha dejado, pero también una mirada nueva sobre la vida, nuevos aprendizajes, otras relaciones, sabores, sonidos, olores nuevos, esperanzas y sueños por construir. Antes fuimos un país expulsor y ahora somos un país receptor. Miles de personas venezolanas están atravesando la frontera y aunque saben que no será fácil, dejan su familia, trabajo, relaciones y bienes, porque la falta de alimentos, muerte de un ser querido por falta de medicinas o el agobio de vivir a oscuras, sin agua, sin dinero, sin transporte público, los lleva a sobrevivir sin ninguna calidad de vida, o como dice Marisela* , la protagonista de esta historia “solo quienes han vivido en carne propia lo puede entender”. Saben que se enfrentan a un fenómeno inédito, la pérdida de las condiciones normales de vida, literalmente no se vive, se sobrevive, es una especie de canibalismo donde todos luchan contra todos. A muchos en el mundo todavía les cuesta creer. "El miedo es el sentimiento que nos hace medir nuestra valentía", dice Marisela y continúa: “la decisión no fue sencilla. Noches eternas de insomnio. Dejar atrás todo para lanzarse a la incertidumbre. Eran inevitables mis lágrimas a medida que se acercaba el día pautado para mi partida hacia un futuro incierto, un comenzar de cero", recuerda. Una muralla de dudas, así describe su drama. De ser funcionaria pública de un ministerio del gobierno chavista se convertiría en una solicitante de refugio más, no tenía más opciones que tragar entero y resistir las vejaciones en su trabajo por pensar distinto o dejar todo atrás. Y llegó el día: "Cerré mis ojos y junto a mi hija emprendí el camino hacia un país que había elegido como destino en busca de una vida más digna y sin extorsiones ideológicas. Al cruzar la frontera miró una bandera junto a un cartel que decía "Bienvenidos a Colombia”. No contuvo las lágrimas y mirando a su hija, se dijo en silencio "Ya estás aquí, debes ser fuerte por ella y por los que se quedaron, ya no hay marcha atrás". 24 horas más tarde, llegó con su hija a Bogotá, "lo primero que hice fue dirigirme a Cancillería para formalizar mi solicitud de asilo, luego busqué alojamiento y sin perder tiempo al día siguiente salí a buscar trabajo. En todas partes me pedían un permiso para trabajar (..) el mundo se me puso un poco pequeño, pero yo no me daría por vencida. En la habitación donde me hospedaba había una pequeña cocina, al día siguiente me levanté a las 5 de la mañana, preparé unas empanadas venezolanas y las mandé a vender con mi hija, ese primer día fue de suerte, se vendieron todas y nos encargaron más para el siguiente día, pero no era suficiente para reunir y cubrir nuestros gastos". Pasados 16 días llegó un email. Era de la Cancillería le informaban que debía pasar a retirar un salvoconducto que le permitiría la estadía en Colombia, mientras se estudiaban su caso. "Me sentí feliz y al día siguiente muy temprano me fui a recibir el salvoconducto, pero mi alegría se esfumó cuando me lo entregaron y en el mismo había una prohibición de ejercer actividades lucrativas. Por primera vez en mi vida me sentí como una indigente y llorando junto a mi hija me dirigí a Cancillería". Allí buscó a la abogada que llevaba su caso, pero un “ángel” para ella se le apareció. "Esa persona conmovida conmigo me envió a Pastoral Social –Caritas Colombiana"."Al llegar a Pastoral Social – Cáritas Colombiana fuimos recibidas con mucha amabilidad, allí sentí que no estaba sola, encontré una mano amiga que me hablaba con sinceridad y en todo momento puso a mi alcance lo que podían como institución ayudarme". Desde entonces Marisela comenzó a comprender muchas cosas de la legislación Colombiana en materia de refugio y asilo. Pastoral Social-Cáritas Colombiana le brindó protección legal y humanitaria, con la cual pudo ser acogida y protegida. Dos años después de dejar su vida en Venezuela, Marisela ha trabajado en varios oficios: camarera en hoteles, ayudante de cocinera, mesera, entre otros. Está en pocas palabras, integrada, "he llorado, me he sentido sin ánimos para continuar, pero hay una palabra incrustada en mi ser que no me ha dejado claudicar". Lleva 9 meses trabajando en un taller de costura y hace 5 meses le otorgaron el tan ansiado refugio. "Fue una alegría muy grande, porque al fin sentí que tenía un lugar donde era reconocida formalmente como ciudadana, estoy realizando un curso de emprendimiento en el SENA, estoy muy entusiasmada porque pronto emprenderé mi empresa de diseño y confección de ropa para niñas y a la vez muy agradecida a Pastoral Social –Cáritas Colombiana y su equipo de trabajo". Marisela es una de las muchas personas migrantes y refugiadas en el mundo y en nuestro país. La solidaridad construye puentes y la fe consiste precisamente en eso, mover montañas y hacer posible lo imposible. Marisela lo sabe. Sus ojos marrones se iluminan y asegura: "Mi fe es muy grande y de ahí se aferran mis esperanzas". (*) Nombre ficticio para proteger la identidad de la persona.