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Iglesia

Mar 27 Dic 2016

“Den gracias a Dios por todo”

Por: Mons. Ricardo Tobón Restrepo - Cercanos a concluir este año, tenemos la ocasión de vivir la recomendación del apóstol Pablo: “Den gracias a Dios por todo” (1 Tes 5,18). Dar gracias es una forma de leer la historia en clave de verdad y de bondad, es asumir la vida que tiene raíces en el pasado y que extiende sus ramas hacia el futuro, es percibir el paso sigiloso o clamoroso de Aquel que siendo eterno nos acompaña con paternal solicitud en el tiempo. Dar gracias es algo fundamental en el arte de vivir. En este año que culminamos, Dios nos ha mantenido en el milagro de la vida, nos ha permitido avanzar en el cumplimiento de una misión, ha hecho posible el fortalecimiento de relaciones entrañables con tantas personas y el nacimiento de nuevos encuentros por la amistad o el servicio, nos ha dado fortaleza para sobrellevar las pruebas y nos ha llenado los ojos de esperanza para proseguir el camino. Un año atesora tantas experiencias originales e irrepetibles que marcan la más honda identidad de cada persona. A nivel mundial, en este año, hemos vivido acontecimientos que han desconcertado a los sabios, que han mostrado el magnífico e impredecible juego de la libertad humana, que nos han dejado desconcertados al ver que la maldad llega tan lejos o al percibir que la ciencia y la técnica escalan metas tan altas. Nos sentimos protagonistas y a la vez prisioneros en un proceso que en ocasiones nos desespera con su lentitud y en ocasiones nos asusta con su velocidad. Entonces, como Jesús, alabamos al Padre porque a él le ha parecido bien así (Lc 10,21). Este año, en Colombia, todos hemos sentido la necesidad de la paz. Hemos aportado ideas y esfuerzos para diseñarla, conquistarla, protegerla. Como, fundamentalmente, la paz no está por fuera sino por dentro, cada uno le pone su rostro y su medida. Esto mismo nos enfrenta y nos divide. Es dramático y apasionante ser personas humanas, construir juntos una sociedad, establecer un proyecto seguro hacia el mañana. Cuando, al final de todo, no sabemos o no podemos ponemos en las manos de Dios nuestros sueños y nuestras luchas. Entonces, nos da paz saber que él nos lleva y nos hace capaces de crear el futuro. En la Iglesia, entre luces y sombras, hemos continuado la misión de anunciar la fuerza salvadora del Evangelio, de trabajar por la dignidad y los derechos de todo ser humano, de sembrar fraternidad y solidaridad en todos los surcos que se abren, de invitar a levantar el corazón a Dios, fuente de la verdadera alegría. En este sentido, damos gracias por la vida litúrgica en las parroquias, por las iniciativas de evangelización en tantos campos, por el acompañamiento, muchas veces desconocido pero siempre valioso, a los que sufren. Debemos dar gracias por este año que nos condujo de modo particular a contemplar, vivir e irradiar la misericordia de Dios, por la oración silenciosa pero fecunda de tantas personas que ha puesto cimiento a todo lo bueno que hemos hecho, por la vocación de servicio que hemos mantenido en medio de múltiples dificultades, por todos los apóstoles del bien que han surgido y se van formado entre los laicos, por la multiforme labor de las congregaciones religiosas y demás asociaciones católicas, por las pequeñas comunidades eclesiales que se van configurando y están trabajando para que Dios viva y reine en todo. Dar gracias a Dios por lo que hemos vivido en este año nos reconcilia con los demás y con nosotros mismos, nos hace valorar lo que hemos realizado aunque muchas veces no tenga la perfección que queríamos, nos da seguridad y pasión para afrontar con valores ciertos e ideales grandes el año que viene, nos llena de luz y de fuerza al sentir una Providencia que nos supera y que amorosamente nos cuida y nos guía. Como enseña San Pablo, demos gracias a Dios por todo. + Ricardo Tobón Restrepo Arzobispo de Medellín

Mar 27 Dic 2016

Iglesia en Cúcuta pidió mantener ayuda humanitaria a Venezuela

Ante la grave situación económica que afronta el hermano país de Venezuela, el obispo de Cúcuta, monseñor Víctor Ochoa Cadavid pidió a las autoridades civiles mantener la atención y ayuda humanitaria hacia esta población que está supliendo sus necesidades básicas en Colombia. “Estamos en el año de la misericordia y Dios llama a sus hijos a ayudar al otro, a brindarle su mano y nuestra región no puede desfallecer en colaborar a los hermanos venezolanos”, dijo el obispo encargado de esta zona del país. En declaraciones a Caracol Radio, el prelado dijo que en la actualidad y con apoyo de la pastoral social de todas las iglesias, se han adelantado una serie de acciones para contribuir en esa problemática social que afecta a la ciudad y al área metropolitana. Monseñor Ochoa Cadavid afirmó que “vemos como diariamente aumenta el flujo de personas en unas condiciones lamentables y esto nos preocupa a todos. Se requiere una solución democrática en el vecino país, pero por ahora lo que podemos hacer es brindarle toda la ayuda humanitaria a estas personas que lo necesitan”. Los obispos de Cúcuta y San Cristóbal en varias oportunidades han abogado por unir esfuerzos para superar la crisis que afecta a los venezolanos. Foto: Tomada de internet

Dom 25 Dic 2016

El hombre es un ser sagrado

Escrito por: Mons. Froilán Casas Ortiz - La palabra ‘sagrado’ proviene del latín y del griego y significa que está separado, ¿separado de qué? De lo profano, del uso común y corriente. En las culturas primigenias se considera ‘sagrado’ al gobernante, incluso se llegó a adorar este “personaje”. Estos, aprovechando su inaccesibilidad cometieron toda clase de atropellos contra los indefensos. Las culturas animistas, consideraban sagradas las montañas, los bosques, los lagos, los arroyos, etc. Para la antropología cristiana, es sagrado el hombre. A diferencia de los templos paganos erigidos a las divinidades, los templos cristianos eran “fraternidades” = iglesias; o sea: comunidades. Para los cristianos no eran sagrados los lugares, eran sagradas las personas. Los primeros cristianos fueron perseguidos, entre otras cosas, porque no le daban culto al emperador; para ellos Dios es UNO SÓLO. Lo santo y lo sagrado en el hombre, no existían “per se”, sino en cuanto se están relacionados con el SANTO y ‘santo’ es solamente Dios. Lo sagrado en el hombre se traduce en su conducta, por ello, una conducta contra el hombre va en contra del SANTO, va en contra de Dios creador del hombre. Dios “protesta” cuando se mata al hombre. El relato bíblico de Caín y Abel, muestra que Dios es celoso cuando del hombre se trata. “La sangre de tu hermano clama a mí desde la tierra”. Atentar contra el hombre es atentar contra Dios. La única criatura que es “imagen y semejanza de Dios” es el hombre. La naturaleza no es sagrada; la naturaleza es objeto de cercanía y respeto en función del único ser sagrado de la misma: EL HOMBRE. Las religiosidades animistas, es decir: que le dan vida a objetos inanimados, a saber: amuletos, sortijas, etc., no traducen “su culto” en una conducta social. Darle culto a la naturaleza que debe estar al servicio del hombre, es volver al paganismo, de alguna manera ya superado. Estamos volviendo a una era neopagana. Se le quiere dar culto a las aguas, los bosques, las montañas. Con frecuencia esta “nueva religiosidad” es un escape a los compromisos sociales con el mismo hombre en términos de justicia, de amor, respeto, honestidad, etc. A veces el hombre se queda en una religiosidad animista y con ello quiere mostrar su relación con el trascendente, cuando en el fondo está desviando la verdadera relación con un Dios persona que sí compromete con la historia. Es cuando la religión se puede volver un narcótico que adormece la conciencia y no permite que el hombre traduzca su “religiosidad” en una conducta intachable. Se quiere respetar a la naturaleza -lo cual en principio es bueno-, pero a la par se irrespeta al hombre. Ya las mascotas valen más que el hombre. Se ha llegado a la osadía de ponerle a las mascotas nombres cristianos: Lucas, Mateo, Salomé. ¡Qué irrespeto al hombre y al santoral cristiano! Se admira más a la mascota que al niño que lleva la señora. Vamos hacia una cultura en la que los animales primarán sobre el hombre. En algunos lugares de la India las vacas son sagradas, mientras en las mismas calles muere de hambre el hombre. + Froilán Casas Ortíz Obispo de Neiva

Sáb 17 Dic 2016

Alegría de creer

Por: Mons. Libardo Ramírez Gómez - Hace 3 años (21-11-13), el Papa Francisco, ofrecía a la Iglesia y al mundo Uno de los primeros documentos de su pontificado, su Exhortación “La Alegría del Evangelio” fue eco al Sínodo de Obispos celebrando el año anterior, sobre una “Transmisión de la fe realizada en Nueva Evangelización”. En este mes de diciembre, anhelado por todos como “mes de alegría”, estimó oportuno destacar cual es la raíz más profunda de la alegría, y cuales los medios efectivos para cultivarla. Recientemente he cumplido, con grande gozo y satisfacción míos y de mis benévolos y selectos lectores, ir de la mano del Papa Francisco en confortante recorrido por los 9 capítulos de su Exhortación, que tituló “La Alegría del Amor”. Con íntima fruición hemos sido llevados a su cumbre cuando encontramos que una sencilla y vivificante espiritualidad del amor lleva a maravilloso sentir humano, en muy real contacto con la misma divinidad. He sentido, a la vez, nostalgia al echar mirada a mí alrededor, desde mis familiares y amigos, hasta los más lejanos seres humanos, al percibir que está ausente de ellos ese gozo íntimo e inefable esa exultante alegría que suscita la fe y el cultivo de los valores del espíritu, cuando sus vidas y actividades no están impregnadas de la fe y el amor. En ese ir y venir de sentimientos, me conforta, sí, palpar, en general, aprecio por las grandes verdades, “semillas del Verbo”, que ha colocado Dios en todo corazón humano. Pero de allí a vivir y disfrutar la fe, y las grandes satisfacciones que da la “Alegría del Evangelio” y del “Amor”, qué distancia tan grande. Es que sin ellas se va ubicando la vida en un desértico estar como si no tuvieran fe, así se perciban en ellos esas raíces íntimas de ella. Viene la misma celebración de la Navidad y del “mes de la alegría”, pero están lejos de un acercamiento al Niño del pesebre y a su vitalizante mensaje. Esto se refleja en que se ponen como medios de festejo tantas frivolidades, y hasta situaciones del todo opuestas a cuanto ese divino infante ha pregonado. No pide Jesús, Dios hecho hombre, salirse del vivir y quehaceres cotidianos, ni condena los regocijos y gozos honestos, pide sí que adquiramos la costumbre de que cada paso, cada actividad, cada proyecto esté dentro de las líneas de rectitud que El y su Evangelio, y su Iglesia, nos trazan como saludables. Cómo duele ver personas, por lo demás buenos católicos, en uniones conyugales fuera de la bendición sagrada del matrimonio y de la familia. Duele, también, esa manera de muchos que aspiraran ser auténticos creyentes pero con tan poco aprecio por el bello ideal de matrimonio y familia como el Señor lo quiere. Duele ver fácil aceptación de esos creyentes de tesis tan contrarias a la fe en cuanto a respeto a la vida, o a indicaciones morales, que, para bien general, se pregonan desde la doctrina cristiana. Otra expresión de poca fe, que no es en sí la fe pero sí manifestaciones de ella, es la no frecuente invocación a Dios en los momentos principales del día, como al principio y al final de el. Hay también, lamentable indiferencia para la participación, al menos los días festivos, a la Santa Misa. Con qué tranquilidad pasan semanas y semanas sin este tan saludable y necesario cultivo de la fe. Cuando ni en las costumbres ni en las práctica piadosas se manifiesta la fe, ¿cómo se va a sentir la alegría de ella?, ¿cómo se va a sentir la “Alegría del Evangelio”?, ¿cómo se va a sentir y vivir una alegre Navidad?. En la “Alegría de leer” adquirimos esa tan útil práctica para nuestra vida. En la Alegría de creer” estamos llamados a disfrutar, debidamente, la vida en la tierra, hasta llegar a la alegría sin fin cerca de Dios. Quienes, por bondad de Dios, disfrutamos de la “Alegría del Evangelio”, invitamos en Navidad, y, luego, permanentemente, a acompañarnos en ese inmenso gozo. + Libardo Ramírez Gómez Obispo Emérito de Garzón Email: monlibardoramirez@hotmail.com

Mar 13 Dic 2016

Una Iglesia perseguida

Escrito por: Mons. Froilán Casas Ortiz - La persecución, lamentablemente, ha sido lugar común en la vida de la Iglesia, si mataron a su Maestro, su fundador, ¿qué no harán con su obra? La católica Colombia ha venido sacando a la Iglesia, a sus ministros, de todas las instituciones de la vida pública. Después que le aportamos tanto al país, ahora nos desconocen y lentamente nos van excluyendo de toda expresión pública de fe. Es verdad, la Constitución del 91 estableció un Estado laico, aconfesional, lo cual es bueno, a mi juicio. Un Estado laico no es el que masacra las creencias, sino el que las respeta. Las creencias son parte medular de una cultura. Querer reducirlas al ámbito meramente privado, es como decirle al hombre que puede amar pero que no puede expresar públicamente el amor. ¡Qué sesgo en la lectura de la Carta! Quitarle al hombre la posibilidad de expresar públicamente su fe, es castrarlo, es mutilarlo. De modo que el cristiano, quien es un ciudadano y paga impuestos, según la lectura que hace la Corte Constitucional a la Carta, no puede exteriorizar sus creencias. Así que tener un crucifijo en la oficina, es un irrespeto a quienes no creen. Usted puede libremente expresar su indiferencia o agnosticismo y yo tengo que esconder mis sentimientos religiosos. ¡Qué sofisma de distracción! Se combate supuestamente un dogmatismo con uno peor. Nos están mandando a los cristianos católicos a las catacumbas. Exteriorizar nuestras creencias es un irrespeto a los otros. ¿Por qué no aplicamos el mismo esquema en los países de cultura musulmana a ver qué nos pasaría? La gran mayoría del pueblo colombiano es muy expresivo en su aspecto religioso. ¿Cómo se puede desconocer el papel de la Iglesia en obras sociales: orfanatos, hospicios, casas para atender niños de la calle, obras para rehabilitar drogadictos y tantas obras sociales a lo largo y ancho del país? ¿Cómo desconocer el papel de la Iglesia en educación para los pobres y para los menos pobres? Y la Iglesia no recibe impuestos como el Estado que sí los recibe y tiene la obligación de todas estas obras asistenciales. ¿Cómo desconocer el papel de la Iglesia en la construcción de este país? Quienes exigen la igualdad, ¿qué han dado para exigir? Nos sacan del SENA, entidad que cofundamos junto con la UTC y la Junta Militar de Gobierno en 1957, bajo el pretexto que este es un Estado laico. ¡Qué ingratitud! -para decir los menos-. Como van las cosas falta aún sacar el nombre de Dios del preámbulo de la Constitución; hay que sacar el nombre de Dios del escudo a la Policía Nacional, suprimir la navidad porque en Colombia hay algunos que no son cristianos. Por favor, acaben con el domingo y trasladémoslo a otro día de la semana pues el domingo etimológicamente significa: día del Señor. Por favor, supriman todos los nombres religiosos de los pueblos, sitios y veredas, pues tales nombres son un irrespeto a los no creyentes. Es verdad, la Corte Constitucional es la máxima instancia judicial, pero sobre ella está el constituyente primario. Encima de la Corte está Dios, que un día los juzgará, así no crean en Él. + Froilán Casas Ortíz Obispo de Neiva

Lun 12 Dic 2016

Iglesia en Tumaco pide medidas para frenar la ola de violencia

Ante la ola de violencia que sacude al principal puerto sobre el Pacífico nariñense, la diócesis de Tumaco a través de la pastoral social emitió un comunicado en el que hace un llamado de alerta a las autoridades por el incremento de asesinatos. Según el Observatorio del Delito del Municipio de Tumaco, entre enero y noviembre de 2016, se han registrado 132 asesinatos. Al presentar el mensaje estas cifras desoladoras, pide a las “instituciones y autoridades municipales, departamentales y nacionales garantizar los derechos humanos e implementar las medidas necesarias para mejorar las condiciones de vida en el Pacífico nariñense”. Así mismo el mensaje presenta cifras del incremento de los cultivos ilícitos, registradas por la oficina de las Naciones Unidas. “El narcotráfico pone en grave peligro la vida y la libertad de hombres y mujeres que han terminado involucrados en estas actividades”. En la misiva la pastoral social invita a todos los grupos armados para que cesen todo hecho violento que atente contra la población civil. Al gobierno nacional le extienden la invitación para que se avance en la implementación del Acuerdo de paz logrado con la guerrilla de las FARC –EP. Igualmente piden buscar caminos que permita dar inicio a los diálogos con el ELN. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar documento[/icon] Foto: Tomada de internet

Lun 12 Dic 2016

De la esperanza vive el cautivo (2)

Por: Juan Carlos Ramírez Rojas - El proyecto de Reforma Tributaria Estructural (RTE) abre ventanas de aires nuevos bajo el calificativo de estructural. El ciudadano del común entiende que cuando se tocan las estructuras de una edificación es porque se va a dar un cambio sustancial que mejore los espacios, agilice los tiempos y garantice la integridad física en la nueva edificación. La RTE, es estructural, porque busca implementar un mejor sistema tributario que logre simplicidad, equidad, competitividad, recursos para la inversión pública y lucha contra la evasión. No cabe duda, hay brisas de villancicos que traen esperanza. Es evidente que el sistema tributario actual es complejo y complicado, desmotiva la inversión, es burocrático en sus procesos y muchas empresas han emigrado a otras latitudes porque las cargas tributarias los ahogan y pareciera que solo trabajan para el Estado y en la experiencia del éxodo han inferido que les sale más barato producir en el exterior. El país vive cautivo de la burocracia, de acciones corruptas, de procedimientos paquidérmicos, de abusos del espíritu laborioso y creativo de los colombianos, que traen como consecuencia, la desconfianza y el escepticismo frente a las bondades de proyectos tributarios. Surgen propuestas para construir un sistema tributario integral, pero muy poco, casi nada, se dice de dos aspectos que son sustanciales si se quiere conquistar la confianza y garantizar la transparencia de las personas naturales y jurídicas: 1.- Elevar el grado de institucionalización de la administración tributaria En algunos países existen desde hace varias décadas administraciones tributarias altamente profesionalizadas. En otros se ha registrado un gran avance en el proceso de modernización de algunas de sus instituciones públicas. No obstante, en varios casos falta mucho para lograr una mayor estabilidad y profesionalismo de la administración tributaria. Esto implica un fortalecimiento de la DIAN, establecer una carrera administrativa de control y tributación, mecanismos de transparencia, mayor control de eficiencia, sala de decisión de recursos jurídicos, el ente recaudador no debe ser juez y parte. 2.- Se debe crear la comisión de control del gasto público La calidad del gasto público abarca aquellos elementos que garantizan un uso eficaz y eficiente de los recursos públicos, con los objetivos de elevar el potencial de crecimiento de la economía y en el caso particular de Colombia, de asegurar grados crecientes de equidad distributiva. La medición de la calidad del gasto público debe incorporar la multidimensionalidad de los factores que inciden en el logro de los objetivos macroeconómicos y de política fiscal. La austeridad debe ser eje transversal de las políticas de control del ingreso y del gasto público; si no hay vigilancia en este aspecto no existirá un sistema tributario, ni una RTE que pueda soportar un desenfrenado gasto. Es indecente construir políticas tributarias para el crecimiento y desarrollo de un país, solamente pensando en el recaudo, es fundamental integrar todos los elementos para que no se cumpla lo pronosticado por William Henry Chamberlain: "La proliferación de burócratas y lo que inevitablemente traen consigo: mucho mayores recaudaciones de impuestos sobre la parte productiva de la población, son los signos reconocibles de una sociedad, no grande, sino decadente. Los historiadores saben que ambos fenómenos fueron especialmente notorios en las eras de declive del Imperio Romano, tanto de Occidente como del Imperio Bizantino". Que los proyectos materialicen la esperanza y no dejen a un pueblo cautivo en el escepticismo. Juan Carlos Ramírez Rojas Ecónomo-Director Financiero CEC “Está espelucá, está espelucá…” (1)

Vie 2 Dic 2016

Iglesia se pronuncia sobre exclusión de los organismos directivos del SENA

Ante la decisión de la Corte Constitucional de declarar inexequible un aparte de la ley 119 de 1994, que permitía la designación de un representante de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), como miembro del Consejo Directivo Nacional del SENA, el presidente de la CEC, monseñor Luis Augusto Castro Quiroga, a través de un comunicado de prensa ha manifestado que con dicha sentencia se está desconociendo la historia de esa Institución. En este comunicado se recuerda como la Iglesia ha estado desde los inicios del SENA impulsando y creando modelos educativos a partir de la experiencia de comunidades religiosas como lo han sido los Jesuitas y Salesianos. “Por casi 60 años la Iglesia católica ha contribuido a la consecución de los objetivos del SENA, con el único deseo de aportar al crecimiento integral de sus estudiantes, a partir del propósito fundacional de formar profesionales para el desarrollo social, económico y tecnológico del país”. Así mismo continúa el mensaje “la Corte Constitucional olvida que la laicidad del Estado no impide permitir la contribución de las confesiones religiosas al diseño de políticas sociales y al desarrollo de iniciativas para el bien de todos”. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar comunicado[/icon]