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Lectio Dominical

Jue 17 Ene 2019

El Espíritu nos lleva a la unidad

Se pueden establecer tres ideas a partir de los textos bíblicos que hoy nos propone la liturgia: El profeta Isaías anuncia la llegada de un tiempo nuevo manifestado en la Justicia de Dios que brillará más que la luz de las antorchas. En el tiempo nuevo de la Iglesia, el Espíritu, que es uno, enriquece a cada bautizado con la multiplicidad de dones y carismas que nos llevan a la unidad. Ha llegado el tiempo de la nueva alianza manifestada en el signo de la conversión del agua en vino. Primera lectura: Isaías 62,1-5 Salmo: 96(95),1-2a.2b-3.7-8a.9-10ac (R. cf. 97[96],6) Segunda lectura: 1Corintios 12,4-11 Evangelio: Juan 2,1-11

Jue 22 Nov 2018

Jesús es el Rey y Señor de la verdad

Jesús es el Rey Señor de la verdad, él vino al mundo para mostrarnos el camino verdadero y el amor auténtico del Padre. Es una invitación a que el cristiano acepte el señorío de Jesús, acepte que Jesús es rey y acepte que Jesús es vivir en la verdad, por ello no hay cabida para la mentira. Tareas: Haga un momento de oración aceptando que Jesús es señor de la verdad en tu corazón. Erradique de usted la mentira. Nos hemos acostumbrado a decir muchas mentiras. No vuelva a decir mentiras. Pídale excusas o perdón a una persona a quien Usted le haya mentido

Mié 21 Nov 2018

Jesús, Rey del Universo

El majestuoso reinado de Jesús, Rey del Universo, comprendido a la luz de la revelación y el momento culmen de la historia; otro mirada es ver las características de este reinado y compararlas con la dimensión de la vida espiritual; o presentar a Jesús, rey, a quien hay que recibir y aceptar conscientemente en el corazón como fruto de la vivencia del Año Litúrgico. Todos los misterios celebrados, vividos y actualizados a lo largo del Año Litúrgico apuntan a madurar la fe en cada creyente para que cada año haga una aceptación más clara y definitiva por Jesús rey absoluto de todo. Primera lectura:Dn 7,13-14 SalmoSal 93(92),1ab.1c-2.5 (R. cf. Dn 7,14) Segunda lectura:Ap 1,5-8 Evangelio: Jn 18,33b-37 ¿Qué dice la Sagrada Escritura? Daniel, el capítulo 7 de este libro contiene el “Sueño de Daniel: las cuatro bestias”, estructurado en tres partes: la visión de las bestias (vv. 1-8), la visión del anciano y del ser humano (vv. 9-14) y la interpretación de la visión (vv. 15-28). Los versículos 9-14 presentan una sesión del juicio de Dios. el texto centra la mirada en los vv. 13-14 donde aparece un personaje muy importante con unas características especiales: es un ser humano, “hijo de hombre” y al mismo tiempo trascendente, “viene entre las nubes”, y al entrar en relación con El Anciano recibe de éste: poder, gloria y un reino eterno. Que se manifiestan en su dominio universal, “todos los pueblos, naciones y lenguas le servirán”. Toda esta simbología fuerte de la apocalíptica busca mostrar con esta visión e imágenes que para devolverle el carácter humano a la historia es necesaria una intervención divina, sin ella la historia es pierde toda su comprensión. El salmo, himno que canta la realeza de Dios evidenciando sobre todo su poder. Salmo corto, solo 5 versículos, que presenta tres partes: Dios rey eterno del mundo (vv. 1-2), Dios rey supremo por encima del caos (vv. 3-4) y las leyes de este rey, sus mandamientos (v. 5). El esplendor del reinado de Dios se manifiesta en su majestuosidad, firmeza eterna, sus leyes o valores que eternamente regulan el orden y las relaciones entre Dios y los hombres. En síntesis el salmo deja claro que Dios es rey eterno, rey sobre la creación, y sobre la historia, en una palabra, Dios es el rey supremo. La segunda lectura, Ap 1, 5-8. Esta sección forma parte del llamado saludo del libro, en el cual intervienen el lector que da a conocer el saludo del escritor del mensaje, del Libro del Apocalipsis y la Asamblea que escucha y reacciona con sus respuestas frente al saludo o confesión de fe que se le va proponiendo, los creyentes responden desde su convicción de saberse amados por Dios. Tenemos un pasaje lleno de recuerdos bíblicos que reproducen la escena de la gloriosa venida y entronización del Rey Mesías que a la par describe el misterio de Dios como reminiscencias o recuerdos de algunos salmos, especialmente el salmo 89. Desde el primer versículo (5) se identifica el Rey, es Jesucristo, recordado mediante tres atributos o rasgos que son una confesión de fe, mediante la cual se precisa el misterio de la vida, muerte, resurrección y ascensión del Señor; no ya una narración de los acontecimientos sino la confesión de fe en estos misterios. Primer rasgo o atributo: Testigo fidedigno, Jesús con su vida del inicio al final dio testimonio del mensaje amoroso y salvador de Dios; con este rasgo se acepta que su vida es la irrupción del poder de Dios. El segundo rasgo: Primogénito de los muertos, al confesarlo con esta expresión lo manifiesta victorioso, primicia inigualable que inaugura una nueva forma de existir, de ser. Se trata de un reino que sobrepasa las fronteras de la muerte. Tercer rasgo: príncipe de los reyes de la tierra, con esta expresión se confiesa la recepción del dominio universal. En su misión se subraya el amor con que ama, la purificación del pecado mediante su sangre y la conformación de un reino del todo especial, reino de sacerdotes. Su entronización es descrita como una venida majestuosa e imperiosa, llega en nubes, visible universalmente, nadie puede sustraerse o ausentarse de este momento, la majestuosa ceremonia de coronación o entronización del rey. Jesús, rey, hace su auto-presentación: “Yo soy el alfa y la omega; Aquel que es, q1ue era y que va a venir” en esta presentación queda claro que Él ha recibido todo poder, en Él se dan las cualidades divinas, es Dios, que ejerce su señorío. Evangelio, Jn 18, 33b-37. El evangelio de Juan presenta la historia de Jesús como las vicisitudes del rey para llegar a su coronación y entronización. Como se nota en esta escena de Jesús ante Pilato, donde se detiene en un largo diálogo sobre la realeza de Jesús. Pilato plantea un interrogante a Jesús: ¿Eres el rey…? Jesús responde, situado en otro nivel, se ubica en la confesión de fe y no en una pregunta circunstancial, por ello le pide que responda si tiene claro lo que está preguntando, es decir si está confesando el señorío o realeza de Jesús “por sí mismo o por el decir de otros”. Pilato permanece en el nivel del interrogatorio judicial, y plantea ¿Acaso soy yo judío? (v.35), y plantea una nueva pregunta ¿Qué has hecho? La cual se queda sin una respuesta directa. Jesús responde con una autorevelación de su reino (v.36), de su identidad y misión (v. 37). “su reino no es de aquí” es de otra dimensión. Pilato insiste en la identidad de Jesús, ¿luego tú eres rey? La respuesta no da lugar a dudas: “Sí, soy rey. Rey que da testimonio de la verdad. Desde la más fina ironía se afirma sin vacilación la identidad profunda de Jesús, Él es rey. Pilato ve un judío cualquiera, pero se trata verdaderamente de un rey misterioso. La verdad no es lo que ven los ojos humanos, cortos en su mirar, la verdad es la realidad divina revelada en Jesús. Él es la verdad. ¿Qué me dice la Sagrada Escritura? La Escritura nos hace un llamado acuciante a tener clara la fe, es decir a dar respuesta de nuestra identidad, hacer confesión de fe, la cual exige tener clara la identidad de Jesús y aceptarla de forma que esa identidad identifique también al creyente. Pilato ve solo lo inmediato, la condición de judío, y por eso dice, ¿Acaso soy judío? Quien quiera confesar a Jesús como rey debe reconocerlo como personaje misterioso, humano y divino, Hijo de Dios; al reconocerlo y aceptarlo como Hijo de Dios todo creyente se autodefine también como hijo de Dios, como si dijera: Jesús es Hijo de Dios, también yo soy hijo de Dios. El reinado de Jesús se comprende solo a la luz de su verdadera identidad de los contrario se malcomprenderá. ¿Qué me sugiere la Palabra que debo decirle a la comunidad? Jesús es este personaje misterioso, divino y humano, que todo lo ha recibido de su Padre, por ello ostenta: poder, gloria y reinado; su reinado lo ejerce sobre toda realidad: la creación, la historia, el ser humano… nada escapa a su dominio, pero su dominio lo ejerce mediante el amor, que se manifiesta en el perdón de los pecados. El mal no está en ser gobernados por el Rey Jesús sino en vernos privados de su dominio. Cada vez que una persona hace aceptación consciente, libre y amorosa por vivir las leyes de este reinado, es decir, acepta a Jesús en su corazón, se produce una y otra vez la majestuosa entronización del Rey, que ejerce su poder sobre todo ámbito del ser humano: lo social, religioso, económico, los sentimientos…etc. en todo manda el Señor. Este es el reinado que hay que vivir, pues de nada serviría vivir todos los misterios de Jesús en el Año litúrgico y no llegar a una aceptación de su reinado de manera efectiva, pues todo se quedaría en una repetición de ritos sin importancia. ¿Cómo el encuentro con Jesucristo me anima y me fortalece para la misión? La aceptación de Jesús como rey universal me anima a realizar mi misión evangelizadora con el deseo que otros vivan la experiencia de conocer este rey del todo excepcional y acepten su reinado porque allí reside la verdad y la felicidad del ser humano. No puedo quedarme tranquilo, de brazos cruzados, sabiendo que hay miles y miles que aún no experimentan el amor y el poder purificador de Jesús rey. La proclamación de Jesús rey me invita, como sacerdote, a celebrar bien el Año Litúrgico para ir presentando la figura majestuosa y salvadora de Jesús; cada domingo del nuevo año me pide preparar adecuadamente la homilía y la belleza de la celebración pues el Señor habla a través de cada acción, palabra o elemento, no puedo descuidar nada porque a través de ello voy haciendo mi servicio evangelizador que cautive y enamore a los fieles que participan en mi comunidad. Es un llamado a no dormir sobre los laureles, a no acostumbrarnos a la rutina, hay que presentar, con toda su fuerza, en cada instante, la novedad del evangelio.

Vie 16 Nov 2018

Recibamos las ayudas celestiales que Dios nos envía

Cuando pensamos en los últimos tiempos reconocemos que son tiempos difíciles, marcados por la necesidad del testimonio, de la fe y de la auténtica vivencia cristiana. Dios nos brinda ayudas celestiales, divinas para vivir este tiempo. La lectura nos marca que una gran ayuda es el Arcángel San Miguel a quien tenemos que aprender a integrarlo a nuestra espiritualidad sin exagerar con todo lo que hoy el mundo va diciendo sobre la angelología, sino con una correcta relación con el Arcángel. Tareas: ✓ Revise cómo Usted está viviendo el testimonio de vida cristiana. ✓ Aprendamos de memoria la oración a San Miguel Arcángel.

Mié 14 Nov 2018

Con Cristo tenemos la esperanza de reinar

Cercanos al final del año litúrgico las lecturas nos invitan a reflexionar sobre las realidades del fin del mundo, podemos fijar la mirada, a manera de sugerencia, en tres temas: La visión apocalíptica de la teología de la historia. La esperanza cristiana y su compromiso frente a la realidad histórica. La victoria definitiva de Dios, Rey absoluto, incluso de la historia. Primera lectura: Dn 12,1-3 Salmo Sal 16(15),5+8.9-10.11 (R.1) Segunda lectura: Hb 10,11-14.18 Evangelio: Mc 13,24-32 ¿Qué dice la Sagrada Escritura? Las lecturas de este domingo tienen un sabor común, el pensamiento o la llamada literatura apocalíptica, que mediante el recurso de visiones, cifras, imágenes artificiosas (impactantes, llamativas y extrañas), mensajes recibidos o comunicados…etc. intenta llamar la atención del oyente o del lector para mostrarle el sentido último de los acontecimientos históricos, revelar algo sobre Dios y la historia, mostrando la victoria definitiva de Dios sobre todo el acontecer histórico. Ofrece una particular teología de la historia. Género literario, que provoca en unos desorientación y en otros curiosidad, perdiéndose así su intencionalidad, ver las claves de lectura de la historia para comprenderla. El texto de la primera lectura, de Daniel, forma parte de la visión del “Tiempo del fin” (11,40 – 12,13); específicamente de los “tiempos de angustia y la promesa de la resurrección” (12, 1-4). La victoria definitiva se da gracias a la intervención del arcángel “Miguel, quien defiende al pueblo”, se trata del “ángel” tutelar de la nación, quien será ayuda en estos tiempos difíciles como no los ha habido nuca. La victoria está descrita en términos de salvación, aquellos inscritos en el Libro. Daniel no precisa cuál libro, pero a la luz de otros pasajes bíblicos se comprende que se trata de un libro de Dios, “al que haya pecado contra mí, lo borraré Yo de mi libro” (Éx 32, 32-33), Daniel ha hecho ya referencia a “los libros” (Dn 7, 10), llamado también, el Libro de los Predestinados o Libro de la Vida (Cf. Sal 69,29; 139,16; Ap 20,12); el tema de un libro en el cual se inscriben los nombres de los salvados no es extraño, Jesús al regreso de los misioneros y su alegría de ver caer los demonios, Él les advierte: “no se alegren de que los espíritus se les sometan; alégrense de que sus nombres estén inscritos en el cielos”. Aparecer inscrito en este libro misterioso garantiza la participación en el reino de Dios. El versículo 2 de este pasaje de Daniel es un texto muy importante del Antiguo Testamento para hablar de la resurrección de la carne. No se trata todavía con toda precisión de la resurrección, misterio que será anunciado con profundidad por Jesús; pero si plantea desde ya una respuesta clara sobre la suerte de aquellos que se mantienen fieles. Aquí se nos presenta la muerte como un sueño y la resurrección como un despertar para participar del fulgor de la luz por haber vivido en la justicia, o sufrir la vergüenza y horror eterno por no haber sido fieles. El salmo expresa un clima de serena confianza y gozo en el Señor, estos son los sentimientos dominantes. Se subraya la relación con Dios, de su mano depende la suerte del orante, por eso el salmista canta esa presencia permanente de Dios, que ni siquiera la muerte puede detener o cambiar. Dios es el Dios de la vida, de la alegría perpetua. Los cristianos y el Nuevo Testamento han aplicado estas palabras del salmo a la resurrección de Jesús, por lo que se ha llamado “salmo mesiánico”. Hebreos contrapone los sacrificios de la antigua economía salvífica (v.11) con la eficacia del sacrificio de Cristo (vv. 12-14), una eficacia que es real y es suficiente, “un solo sacrificio”, que alcanza a todos los que van siendo consagrados; su eficacia es inmediata y permanente, es deci,r llega en el tiempo y espacio; sin embargo, no significa un gobernar inmediato, pues debe esperar en cierta manera al cumplimiento de los tiempos. Jesús asume el reinado sentado a la derecha de Dios para siempre. La victoria definitiva está asegurada, es de Dios. ¡Este es el destino de la historia! El Evangelio. En la Biblia encontramos libros enteramente apocalípticos como Daniel, el Apocalipsis y otros, pero igualmente algunos libros, sin ser totalmente apocalípticos, en determinado momento una sección asume esta manera de comunicar; este es el caso de Marcos 13. En este capítulo se entre mezclan dos anuncios: la destrucción de Jerusalén y el fin de los tiempos. Atención que el lenguaje apocalíptico es necesario descifrarlo y ver el mensaje que trasmite, no es la información de lo que pasará tal cual se describe. Marcos, describe una trasformación de los elementos cósmicos, para decirnos que la creación entra en una nueva historia; el tiempo final. Dios reina definitivamente y se hace presente, es Él quien cambia la historia. Viene el Hijo del hombre, Jesús regresa. La parábola de aprendizaje sobre la higuera (vv. 28-31) hace referencia a la caída de Jerusalén. Efectivamente no había pasado esa generación cuando, en el año 70 d. C., Jerusalén fue destruida y con ella el Templo, no quedando “piedra sobre piedra”. Luego el v. 32 advierte sobre el fin de los tiempos, fecha sobre la que ninguno sabe nada. ¿Qué me dice la Sagrada Escritura? La Escritura me invita a mantener la esperanza gozosa en la victoria definitiva de Dios, a veces las cosas parecen ir de mal en peor, pero la verdad es que la historia la maneja Dios, en ella está presente la fuerza del sacrificio de Cristo que llega a todos. Las lecturas son un grito de confianza absoluta en Dios, a no fijarme en aquello que puede confundir o producir curiosidad, a elevar mi mirada al poder único de Dios manifestado en el sacrificio único de Jesús. ¿Qué me sugiere la Palabra que debo decirle a la comunidad? La salvación ganada en Cristo Jesús Meditar sobre los misterios de la salvación ofrecidos en la persona de Jesucristo. Ver a Jesús como rey que asume el mando de la historia, misterio que recordaremos el próximo domingo. Jesús reina al lado de Dios Padre, no hay nada que temer, pues Él tiene asegurada la victoria. El destino del creyente no es esta vida, hay algo más. No podemos perder de vista que estamos llamados a la vida eterna, a la resurrección, y que nuestra alegría está en sabernos inscritos en el libro de la vida. La comprensión real de ésta esperanza nos compromete a la vivencia de los valores del Reino desde esta vida para poder gozar de la otra, la espera del futuro glorioso no nos desatiende de la realidad presente del mundo, al contrario nos compromete en su transformación desde Cristo el Señor. Un lenguaje enigmático con un mensaje esperanzador… El lenguaje apocalíptico, como ya se dijo, es necesario descifrarlo, quien anuncia que habrá días de oscuridad, terremotos, guerras, y el sol dejará de brillar, sencillamente no respeta la naturaleza de la Palabra de Dios y la hace decir cosas que ella no dice. El lenguaje apocalíptico trae un mensaje, en éste caso manifiesta que Dios se hace presente y hay un cambio de época, inicia una etapa nueva y totalmente distinta, y eso será la venida de Jesús, el inicio de una nueva etapa. El cristiano católico no debe dar crédito a ciertos mensajes que infunden los hermanos separados atemorizando la gente y llenándolos de miedo para que “se cambien de religión”, recuerde que quien se mantiene firme a pesar de las angustias su nombre será inscrito en el libro de la vida. Cristo reina y espera pacientemente, con la serenidad del salmista confiemos en Dios. Una fecha totalmente desconocida. ¿Cuándo será el fin del mundo? Hay grupos de corriente “apocalíptica” que cada vez que hay un año o fecha con una cifra un poco “misteriosa”, a sus ojos, van anunciando fechas y tiempos fijos para el fin del mundo. Creer en eso es grave error. Hay que creerle a Jesús de Nazaret, en el evangelio de este domingo nos dice, “de aquel día y hora, nadie sabe nada, ni los ángeles en el cielo, ni el Hijo, sólo el Padre”. No hay que creer a supuestos anuncios que van diciendo que ya está cercano el fin del mundo; ¿cuándo será? Nadie lo sabe, solo el Padre, y cuando alguien se atreve a colocar una fecha o aproximación se está colocando por encima de Jesús, algo así como si el Padre le tuviera más confianza a esa persona que a Jesús. Aunque con artimañas esos anunciadores intenten anunciar el fin de los tiempos, no hay que creerles. Hay que ser firmes en decirles: Yo le creo a Jesús no necesito creer en sus engaños. Es más con esos ni mucho que hablar. ¿Cómo el encuentro con Jesucristo me anima y me fortalece para la misión? La misión es exigente, nos movemos en tiempos difíciles, de gran angustia, pero en medio de esas realidades vivimos el encuentro con Jesús que nos garantiza la victoria, sale a nuestro encuentro para elevar nuestra mirada un poco más allá de esta realidad, nuestro destino apunta a la vida eterna y este premio nos urge a la tarea evangelizadora. No hay que temer, sí mucho que ganar.

Jue 8 Nov 2018

Brindemos el diezmo con el corazón

La propaganda negativa nos ha vendido la idea de que la Iglesia y Dios no necesitan ofrendas, pero en cambio el texto bíblico dice que Jesús se sentó a mirar la ofrenda que daban. Jesús ve la intención con la que se hace una ofrenda, por ello lo importante es lo que hay en el corazón cuando la brindamos. Tenemos que diferenciar ofrenda, diezmo, primicias y obras de caridad, cada una tiene una característica propia y atrae sobre la persona que lo hace una bendición especial. Tareas: De su sueldo mensualmente aparte lo que el corazón le indique para que Usted ofrende como diezmo. Cuando Usted haga un negocio o un trabajo por primera, de su ganancia, disponga algo que se llama primicia. Acostúmbrese siempre mensualmente a realizar una obra de caridad.

Mié 7 Nov 2018

Jesús es el “pobre” por excelencia

La historia de salvación nos muestra la acción de Dios a favor de los más pobres; ésta es una línea teológica muy clara en la Sagrada Escritura. Del mismo modo, la Palabra nos deja ver cómo los humildes y los pobres nos enseñan el camino para reconocer, aceptar y vivir la misericordia y el amor del Señor. Jesús es el “pobre” por excelencia, en quien descubrimos de manera maravillosa el poder de Dios. Los pobres son el lugar indicado para tocar la carne de Cristo mismo. Primera lectura: 1R 17,10-16 Salmo Sal 146(145),7.8-9a.9bc-10 (R. 1) Segunda lectura: Hb 9,24-28 Evangelio: Mc 12,38-44 (forma larga) o Mc 12, 41-44 (forma breve) ¿Qué dice la Sagrada Escritura? La primera lectura corresponde a los textos del llamado “ciclo de Elías” (1R 17- 2R 1), a la sección de la gran sequía (cap. 17-18) y concretamente al milagro de la harina y el aceite. El profeta Elías por mandato divino, en la época de la gran sequía, va a instalarse en Sarepta (VV.8-10), ciudad de la costa Fenicia, situada entre Sidón y Tiro. Al entrar en la ciudad se encontró con una viuda en cuya casa se hospedó. Los vv. 10-11 relatan el encuentro del Profeta con la viuda y su pedido: agua y pan; el v.12 recuerda la respuesta de la viuda, lo que hay, es solo un poco de alimento que dará fuerzas a ella y su hijo para morir; vv. 13-14 traen el mandato y el anuncio profético; la viuda sigue la orden del Profeta y así se verifica el milagro (v.16), “la harina no se terminó, ni el aceite se agotó”. Todo el ciclo coloca en evidencia la poderosa palabra de Elías, en otros términos; La Palabra de YHWH, anunciada por Elías, se cumplió. El salmo, himno a Dios creador, presenta en los vv. 1-2 una introducción con sabor de alabanza; los vv. 3-4 evidencian el error de confiar o colocar la fe en el hombre; los vv. 5-10 exalta la excelencia de confiar en Dios; trae una serie de 12 bellos títulos divinos que reflejan una acción de Dios a favor de los pobres. La carta a los Hebreos, nos trae un texto que pertenece a la sección que plantea la superioridad del culto, del santuario y del sacerdocio de Cristo en la Nueva economía salvífica (Cap. 8-9). El capítulo 9 se centra especialmente en el nuevo Templo; los versículos 24 al 28 expresan la “entrada de Cristo en el templo celestial”. Él entra en el santuario autentico, en el original, en el cielo mismo y allí ejerce su sacerdocio “intercediendo por nosotros ante Dios”, y lo hace en la calidad de Sumo Sacerdote que con su sacrificio ha destruido el pecado de todos; finalmente la sección se cierra planteando la segunda venida de Cristo, venida “para salvar a los que esperan en Él”. En el Evangelio hay dos secciones fuertemente unidas por temas claves como la viudez, el templo, la enseñanza, las actitudes de los creyentes. La primera parte, vv. 38-40, es la enseñanza de Jesús, que se centra en guardarse de la manera e intenciones de los escribas, quienes gustan de actuar por interés propio y de reconocimiento social; incluso, sus oraciones muchas veces son pretexto para apropiarse del dinero de los indefensos. La segunda parte, vv. 41-44, trae la anécdota de Jesús frente al arca del Templo. Presenta, en contraposición con la de los “ricos”, la actitud sencilla y generosa de una viuda, cuya actuación es alabada por Jesús como la que más ha dado, porque ella dio “todo cuanto tenia para vivir”. ¿Qué me dice la Sagrada Escritura? Las lecturas exhortan a vivir la vida con entrega generosa, total, como la de la viuda del Evangelio, a no perder el horizonte del bautismo, el cual pide la vivencia concreta de la caridad, pues las manos y los pies de Dios para manifestar su poder y acción en favor de los pobres hoy son las manos y pies de cada bautizado. Todo esto será posible si se tiene presente las enseñanzas de Jesús, evitar posturas de apariencia y ser capaces de donación total, recordando que, al final de la historia, Jesús vendrá para salvar a quienes hayan confiado en Él. De manera particular hay un llamado atento a los sacerdotes y consagrados para guardarse de actitudes como las de los escribas, que actúan por interés mezquino y personal, hay una exhortación a la entrega total de la vida. ¿Qué me sugiera la Palabra que debo decirle a la comunidad? Una invitación a reconocer el actuar de Dios en la historia: El pueblo santo de Dios debe aprender a reconocer la mano de Dios que actúa, ordinariamente, no de forma espectacular, sino que se hace presente en la sencillez de los más humildes: la atención de una viuda con su poco de harina y aceite, en la ofrenda de dos moneditas de quien no tiene más, en la misma palabra sencilla del profeta. Dios Padre se hace presente en la realidad humana y de manera especial en Jesús, su Hijo, enviado para salvar a la humanidad. No hay que esperar intervenciones “cinematográficas” de Dios, Él hoy sigue actuando en la sencillez y debilidad del ser humano, está ayudando en el joven o anciano sacerdote de cada parroquia, en la vida de los pobres: niños, ancianos, viudas, huérfanos, en ellos se vislumbra el misterio de Dios. Una invitación a la coherencia, a actuar movidos por la rectitud del corazón: Cada obra que realizamos está movida por una intención y esa intención le da color o sabor a la acción del creyente; si lo mueven intenciones sórdidas de ganancia, o puro interés personal, fácilmente encontrará como respuesta la advertencia de Jesús: “una sentencia rigurosa”, ya lo advertía el Papa, “el diablo entra por el bolsillo”, ciertamente no se trata de un rechazo absoluto al dinero como dinero sino a las intenciones y formas como buscamos o nos apropiamos del dinero. La rectitud de corazón y el esfuerzo de coherencia salvan. Ellos son en verdad obras de caridad, donde no falta ni la harina ni el aceite para responder a una solicitud motivada por la Palabra de Dios, por las verdaderas fuerzas espirituales. El cristiano católico no puede proceder de cualquier manera, es necesario un profundo discernimiento para mantenerse alejado de actitudes contrarias a la condición cristiana que se van adentrando casi de manera casi inconsciente. Todos estamos invitados a la caridad con los más pobres, ellos son un “lugar teológico”: No hay pretextos para no ir a su encuentro, porque lo importante es dar desde nuestra propia pobreza; finalmente se trata de darnos a nosotros mismos movidos por el amor a los hermanos. El Papa Francisco nos ha insistido que la opción por los pobres no debe ser un mero discurso, ya que generalmente los excluidos aparecen en los debates y en los discursos políticos, colocándolos simplemente como un apéndice, como un daño puramente colateral (Laudato Si, No. 49). Esta opción por los pobres es ante todo una categoría teológica antes que cultural, sociológica o política; porque Dios se ha fijado en ellos de manera especial. ¿Cómo el encuentro con Jesucristo me anima y me fortalece para la misión? Vivir la experiencia del actuar de Dios en los pobres y celebrar la Eucaristía, sacrificio de total entrega del Señor, nos debe impulsar a vivir el amor con los más necesitados. Hoy somos enviados a acoger y ayudar a los más pobres, pero también a aprender de ellos la confianza en Dios, la coherencia y la generosidad.

Jue 1 Nov 2018

Nuestros difuntos están en las manos de Dios

El cristiano debe tener clara su relación con los muertos, eso garantiza paz. Una alteración en ello produce mucha tristeza. Todos tenemos familia, amigos y conocidos que han muerto, lo claro es que ellos resucitan y están en las manos de Dios. El muerto no bebe, no hay que ponerle un vaso de agua, ya no está aquí recogiendo cosas o dando órdenes, él fue al encuentro con el Señor. Qué bueno tener una buena relación con ellos en la fe, por ello vamos al encuentro con Dios, vamos a su casa a vivir eternamente. Tareas: Tome conciencia de sus seres queridos difuntos y haga una oración dando gracias a Dios por ellos. Están en las manos de Dios. Ore por todos los difuntos, pero especialmente por aquellos que no tienen quien ore por ellos. Reafirme su fe en la resurrección. No crea otras cosas como la reencarnación, por eso rece el credo.