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El mensaje del Papa Francisco a las discípulas de la santa colombiana
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El papa Francisco envió su saludo y bendición a las Misioneras de la Madre Laura Montoya –continuadoras de la obra de la primera santa colombiana–, el día en el que se conmemoran los 70 años de su muerte.
Y les entregó un recado especial: “Les pido, nunca abandonen esa misión tan linda que tienen en el Amazonas”.
Así lo expresó el Sumo Pontífice a través de un breve video-mensaje, en el marco de la Asamblea Especial del Sínodo de los Obispos para la Región Panamazónica. Entre las participantes se encuentran la hermana Inés Zambrano, superiora general de las ‘Lauritas’, y la hermana Alba Teresa Cediel, quien ha hablado con coraje en El Vaticano sobre el papel de la mujer en la Amazonía.
“La Amazonía tiene que recuperar gente, atraer gente, porque es un tesoro que Dios nos ha dado y que nosotros por descuido estamos destruyendo”, ha dicho Francisco a las hijas espirituales de santa Laura, subrayando que “los cristianos, por descuido o por comodidad, no estamos evangelizando” y, por tanto, “hay que redoblar el trabajo allí”.
Setenta años sin Laura Montoya
Laura Montoya Upegui nació en Jericó, en 1874, y murió en Medellín el 21 de octubre de 1949, es decir, hace 70 años. “Fue un instrumento de evangelización, primero como maestra, y luego como madre espiritual de los indígenas, a los que infundió esperanza acogiéndolos con ese amor aprendido de Dios”, dijo el papa Francisco en ceremonia de canonización, en Roma, el 12 de mayo del 2013.
Su aventura “de la mano de Dios” inició el 14 de mayo de 1914, cuando lideró a un grupo de mujeres valientes que se lanzaron selva adentro, dispuestas a jugarse la vida por los indígenas Katíos en Dabeiba (Antioquia). “Esa iniciativa dio origen a nuestra congregación misionera, dedicada a la obra evangelizadora entre los pueblos indígenas, que actualmente está presente en 21 países de América Latina, África y Europa”, comenta la hermana Inés Zambrano, sucesora de la santa fundadora de las Lauritas.
A la fecha, las religiosas continúan la misión de santa Laura, pionera en “abrir caminos a la mujer en la tarea misionera en la Iglesia e hizo historia por su metodología adaptada a la realidad y cultura de los indígenas”, como argumenta la misma superiora general.
Con motivo de la fiesta de santa Laura Montoya, este 21 de octubre, en la Iglesia de Santa María in Transportina de Roma –a pocos metros de la Plaza de San Pedro–, se celebró una Eucaristía a las 3 p.m. (9 a.m. hora de Colombia), promovida por el Embajador de Colombia ante la Santa Sede, Jorge Mario Eastman y presidida por el presidente de la Confederación Episcopal de Colombia, monseñor Óscar Urbina Ortega, junto con 15 obispos y más de una treintena de sacerdotes, además de un significativo número de religiosas, seminaristas y colombianos que viven en Roma.
“La madre Laura no solamente es nuestra única santa, sino que se destacó porque fue a la periferia, a los sitios más lejanos del país, y evangelizó protegiendo a los más débiles y a una comunidad discriminada social y económicamente, como lo es los indígenas”, ha dicho el embajador.
De cara al Sínodo Panamazónico, el diplomático también ha destacado la “preocupación de la madre Laura por ver a Dios en todas las cosas, especialmente en la naturaleza, y ello cobra una particular importancia en nuestro país, pues podemos decir que tenemos una santa en Colombia que defendía el medio ambiente”.
Acto académico en Medellín
Con motivo de los 70 años de la muerte de la primera santa colombiana, el Centro Pastoral Santa Laura Montoya, en Medellín, realizaró un acto académico en el que se abordó el legado de la santa antioqueña en la construcción de la paz, así como su presencia en el mundo digital, su faceta como escritora e intelectual, y los avances de la película que contará su obra, vida y milagros.
Óscar Elizalde Prada*
Especial para EL TIEMPO
Desde el Vaticano.
*Periodista colombiano acreditado ante la Santa Sede.
Información tomada de El Tiempo
Mié 12 Nov 2025
El Belenismo: un arte que siembra fe y renueva el sentido de la Navidad en la Diócesis de Pasto
A pocas semanas del inicio del Adviento, la Diócesis de Pasto se prepara para vivir la Navidad con una profundidad especial, gracias a la culminación de su primerCurso de Pesebrismo que ha formado a 14 personas en el arte del Belenismo. Esta iniciativa, que une arte, fe y tradición, forma parte de una estrategia pastoral que, desde hace tres años, lidera monseñor Juan Carlos Cárdenas Toro para rescatar el sentido auténtico del nacimiento del Señor.San Juan de Pasto es terreno fértil para promover una cultura enfocada en el pesebre, pues se trata de una ciudad reconocida por su fervor religioso y su riqueza cultural. Como lo explica elpadre James Adrián Bravo Díaz, rector de la Catedral Sagrado Corazón de Jesús de Pasto, “es una ciudad llena de fe, pero también es una ciudad en la que el Espíritu se ha expresado en forma de arte”.Una estrategia pastoral con historiaEste proceso de evangelización a través del arte no es espontáneo, sino el resultado de una planificación pastoral concreta.“Por iniciativa de nuestro Obispo (…) hemos querido iniciar un proceso para promover una cultura de artistas que se enfoquen también específicamente en el tema del pesebre”, detalla el padre Bravo. La estrategia se desarrolló en varias etapas:- La realización de un primer pesebre con características belenistasen la Catedral hace dos años, marcando el punto de partida.- Un concurso diocesano de pesebresabierto a toda la comunidad, celebrando los 800 años del primer pesebre de San Francisco de Asís.- Una Exposición de Dioramas Navideños en 2024, que con 30 escenas de la infancia de Jesús, fruto de la alianza con la Asociación“Amigos del Pesebre”de Medellín, capturó el corazón de la comunidad.Fue el impacto de esta última exposición lo que cristalizó el siguiente paso.“A partir de esa exposición… surgió la idea de iniciar aquí en nuestra catedral, aquí en nuestra diócesis, un primer curso taller”, afirma el Padre Bravo.El curso: donde las manos crean, la fe se profundiza y la comunidad se fortaleceDurante cuatro meses, los participantes guiados por expertos de “Amigos del Pesebre” se sumergieron en el arte del Belenismo.Claudia Arboleda, instructora de la asociación, califica la experiencia como“maravillosa”y destaca la dedicación de los alumnos:“Estas personas llevan aproximadamente 200 horas, que es un éxito de verdad”.Sin embargo, el fruto más significativo trasciende lo artístico. Claudia describe un“ambiente muy especial porque nos acerca a Dios, al Niño Jesús”, caracterizado por la generosidad:“no hay nada de egoísmo”y los participantes“se ayudan”y“comparten el conocimiento y materiales”. Con esperanza, ve en este curso“una semillita”sembrada en Pasto para que“produzca frutos y se multiplique”.Los participantes corroboran esta vivencia. ParaLuis Armando Santanderfue“una experiencia de vida, una experiencia de arte, una experiencia de fe y también espiritual. Hacer los pesebres es realmente transportarse uno en la vida de Jesús”.Nuria Paredes Gordilloencontró en el belenismo un camino para acercarse al Misterio:“Adentrarme en todo el contexto social (…) en la que vivió Cristo Jesús, pues me hace acercarme mucho más a toda esa vivencia”.Mientras queDarío Fernando de Córdobasubraya cómo la iniciativa fortalece la fe desde la investigación y el arte:“La fe se enriquece ya que uno con esos trabajos va investigando mucho más”.Un camino de evangelización a través del arteEl padre James Bravo explica el profundo sustrato evangelizador de esta disciplina:“El belenismo (…) nos acerca precisamente a esa realidad. Para conocer los detalles de la cultura, la geografía (…) que nos ayudan también a acercarnos espiritualmente a ese misterio tan bello como es el misterio de la Encarnación”.Esta visión es compartida por los formados.Jorge Alberto Cárdenas, participante, lo identifica como una poderosa forma de predicación:“Para aquellos que a veces nos cuesta evangelizar con palabras, de pronto yo pienso que es otra forma muy fuerte y muy bonita de hacer el Evangelio. Arte visible a través de las manos”.Proyección: un semillero para el futuroLa clausura del de este primer curso, prevista para el30 de noviembrecon la apertura del Adviento y la bendición de los dioramas en la Catedral, no es el final, sino el inicio de una iniciativa permanente. La Diócesis de Pasto ha garantizado su continuidad; este mismo año abrirá inscripciones para el siguiente espacio formativo.“Es ya un primer semillero de lo que será un trabajo permanente”, confirma el padre Bravo, haciendo una extensiva invitación a la comunidad:“Invitarlos a todos así a continuar (…) a través del arte. Porque el arte también es una expresión del Espíritu y a partir del arte también se puede comunicar la profundidad de la fe”.Vea a continuación el informe audiovisual:
Jue 30 Oct 2025
Las diócesis de Ocaña y Tibú llevan un mensaje de esperanza al Catatumbo con la Virgen de Torcoroma
Entre el 15 y el 19 de octubre, las diócesis de Tibú y Ocaña unieron esfuerzos para realizar la peregrinación de Nuestra Señora de las Gracias de Torcoroma por el Catatumbo. Esta iniciativa, que da continuidad a una tradición de más de 40 años de la Diócesis de Ocaña, tuvo como propósito acompañar espiritual y pastoralmente a las comunidades de esta región marcada por la violencia, llevando un mensaje de fe, consuelo y esperanza.La peregrinación atravesó el corazón del Catatumbo, visitando comunidades profundamente devotas a la Virgen María. Pasó por los municipios de Convención, Teorama y El Tarra; y por los corregimientos de Filo El Gringo, Orú, Versalles y Pacelli, hasta llegar al municipio de Tibú. En cada lugar, la presencia de la imagen fue acogida con fervor, convirtiéndose en signo de la cercanía maternal de María con su pueblo.“Desde el corazón episcopal de monseñor Orlando y monseñor Israel, nace el deseo de que la Virgen venga a peregrinar por estas tierras del Catatumbo”, expresó Luis David Ramírez, secretario de la Oficina de Pastoral de la Diócesis de Ocaña.Este año, la peregrinación tuvo como objetivo renovar la esperanza, fortalecer los lazos de paz y reavivar la fe de una población que ha vivido meses de intensos enfrentamientos entre grupos armados. “Se ha bañado de sangre el territorio por todo lo que ha correspondido a estos diez meses de guerra, pero pudimos ver esa bandera de la paz que se ondeaba y que no era solamente una ayuda, sino que fue poder ver la fe y la esperanza protegidas por la Virgen Santa”, afirmó el padre Miguel Durán Sánchez, vicario general de la Diócesis de Ocaña.La devoción a la Virgen de Torcoroma, conocida también como “la Morenita”, tiene su origen hace 314 años, cuando en la montaña Torcoroma —al sur de Ocaña— unos jóvenes campesinos encontraron en la astilla de un árbol la imagen de la Virgen María. Desde entonces, millones de fieles han acudido a su intercesión, y por cuatro décadas su imagen ha recorrido los territorios de la región como signo de fe y unidad.“El paso de la Virgen fue totalmente trascendental. Las comunidades, por un instante, salieron de su casa, pudieron compartir de nuevo la fe y vivir la experiencia del Señor alrededor de este milagro de la aparición de la Santísima Virgen María”, destacó el padre Durán.Durante la peregrinación también se reconoció la realidad social del Catatumbo, una región que continúa enfrentando situaciones de violencia, riesgos humanitarios y limitaciones económicas. El padre Miguel Durán, vicario general de la Diócesis de Ocaña, señaló que, a pesar de estas dificultades, las comunidades mantienen una profunda fe y un fuerte deseo de paz. Destacó que la Iglesia permanece cercana a las familias del territorio, acompañándolas espiritual y humanamente y animando los esfuerzos comunitarios por la reconciliación y la convivencia.Vea a continuación el informe audiovisual:
Vie 24 Oct 2025
25 años de ‘Familias Misioneras’: sembrando fe y esperanza en los hogares de la Diócesis de Sonsón-Rionegro
Con el eco del llamado universal a ser “Misioneros de esperanza entre los pueblos”, hecho durante el pasado 19 de octubre, Domingo Mundial de las Misiones (DOMUND), la Diócesis de Sonsón-Rionegro conmemora por estos días los 25 años de la iniciativa pastoral 'Familias Misioneras'. Este programa, que nació en la Parroquia El Señor de las Misericordias, en el municipio de El Santuario (Antioquia), es hoy un signo vivo de una Iglesia en salida que responde a ese llamado desde lo más profundo de su territorio.Una celebración en sintonía con la Iglesia UniversalEn el contexto del Mes Misionero, la celebración de aniversario no pudo ser más significativa: unió la historia local de fe con el corazón mismo de la misión universal de la Iglesia. “Estuvimos de fiesta porque perseveraron muchas familias a lo largo de 25 años y han expandido el Evangelio”, explicó el padre Renzo Martínez, Delegado Episcopal para la Animación Misionera.La Eucaristía fue presidida por monseñor Fidel León Cadavid Marín, obispo diocesano. Durante la homilía, resaltó que las 'Familias Misioneras' son “semilla de comunión, testimonio de amor y signo visible de una Iglesia en salida que evangeliza desde el hogar”.Más que un grupo, una obra de animación misionera'Familias Misioneras' no es una asociación o movimiento más, es una obra de propagación de la fe que presta un servicio de animación misionera a toda la Iglesia. Su objetivo es formar familias que sean misioneras en su interior, en su comunidad local y hacia todas las personas.“Este programa consiste en ver a la familia como una célula vital para la evangelización de otras familias”, explica el padre Martínez. “Para los cristianos y bautizados, ser cristiano exige ser misionero. Está en el ADN propio, es decir, compartir la experiencia del encuentro con Cristo”. Y agrega: “Si queremos un ciudadano de bien, hay que mirar cómo se educa al niño. Estaremos edificando al hombre del mañana”.Un método que transforma: del hogar al mundoEl programa ofrece un camino concreto de formación y acción. Martha Oliva Salazar, una de las fundadoras, describe la metodología: “Se evangeliza primero dentro del hogar. Tenemos un día semanal donde compartimos una comida especial, colocamos la Palabra de Dios, el Rosario, una luz y conversamos con los hijos sobre el amor de Dios”.Luego, la misión se expande a todo el territorio diocesano. “Nos pide que salgamos a la comunidad, que es nuestro vecino. Vamos, le hablamos de Dios, le leemos la Palabra, rezamos un rosario y compartimos un alimento”, añade Martha. Este sencillo pero profundo gesto ha sido semilla de numerosas conversiones y reconciliaciones.Testimonios de transformaciónEl poder transformador de 'Familias Misioneras' se ve en historias como la de Ángela Janeth Orozco. “Inicié Familias Misioneras a los seis años de haber construido mi relación. Mi esposo era un hombre de mucho mundo...Licor, peleas”, recuerda. A través del acompañamiento constante de integrantes de esta obra misionera, y “con mucha oración y paciencia”, Ángela logró que su esposo se acercara a la fe y transformara su relación. “Ahora sí, Eucaristía como debe ser, confesión, comunión y a formar a mis niños”, enfatiza.Marta Jaramillo, otra pilar del programa junto a su esposo, destaca el trabajo de consejería y acompañamiento que realizan: “Encontramos conflictos familiares, dificultad para la convivencia...Hemos hecho varios procesos para que parejas que llevan muchos años en unión libre regularicen su situación sacramental”.Frutos que se multiplican en el territorioDe las diez familias fundadoras, el programa ha dado frutos abundantes. Hoy existen grupos de oración, escuelas de evangelización, el Rosario de casa en casa y un Centro de Escucha en unión con la Pastoral Familiar. “Son ramitas que se han desprendido de Familias Misioneras”, comenta Marta Jaramillo.La celebración de estos 25 años, que incluyó una Asamblea Familiar y una Eucaristía de acción de gracias, contó con la presencia de la Secretaria Nacional de la Obra de la Propagación de la Fe, la hermana Patricia Llano, y del presidente nacional de Familias Misioneras, José Benjumea, quienes destacaron la trayectoria de este movimiento que ha formado generaciones de familias evangelizadoras al servicio de la Iglesia. Un acontecimiento que permite seguir estrechando el vínculo entre la misión local y el servicio misionero universal.'Familias Misioneras' se ha convertido un faro de esperanza que, desde el corazón de la Diócesis de Sonsón-Rionegro, demuestra que la familia, evangelizada, se convierte en la mejor evangelizadora, respondiendo con creces al llamado del DOMUND y construyendo, día a día, el Año Jubilar de la Esperanza.“Amar a la familia. Primero amemos a nuestra familia…Segundo, la riqueza que tenemos como familia, el tejido humano cristiano, compartámoslo con los demás. Qué bonito es que la familia esté en salida”, son las invitaciones que hace el padre Renzo Martínez a las demás familias del país.Vea a continuación el informe audiovisual:
Mar 7 Oct 2025
Maristas lideraron construcción de pozo de agua potable en el asentamiento más grande de Latinoamérica ubicado en La Guajira
En el corazón de "La Pista", el asentamiento informal más grande de América Latina ubicado en Maicado (La Guajira), donde más de 10.000 personas, en su mayoría migrantes venezolanos, retornados colombianos e indígenas Wayuu, enfrentan profundas necesidades económicas y sociales, la comunidad de Hermanos Maristas inauguró el pasado mes de septiembre un pozo de agua potable que ayudará a saciar la sed de cerca de 1.000 personas, muchas de ellas, menores de edad.Esta iniciativa se enmarca dentro del proyecto "Corazón Sin Fronteras", una obra social de la Provincia Marista Norandina que, desde 2019, busca garantizar los derechos a la alimentación, salud y educación de la infancia más vulnerable. La obra es un faro de solidaridad en una región donde la escasez de agua, agravada por las altas temperaturas y la falta de infraestructura, obliga a las familias a destinar sus escasos recursos para comprar este recurso vital.Una obra de ingeniería y de solidaridadEl pozo es una obra de ingeniería de alta tecnología, pero también, de profundo significado humano. Con 140 metros de profundidad, tiene una capacidad de extracción de hasta 40 metros cúbicos de agua diarios (equivalente a 40.000 litros). Su sistema de tratamiento, que incluye una planta de ósmosis inversa, garantiza que el agua sea 100% potable, segura para el consumo de los niños y niñas.Fabricio Gómez, líder de la obra social ‘Corazón Sin Fronteras’ en Maicao, destacó el impacto inmediato del proyecto:“Con la puesta en marcha del pozo y de la planta de ósmosis inversa para tener agua potable beneficiamos a 220 niños que hacen parte del proyecto Corazón Sin Fronteras. También esta ayuda se extiende hasta 830 personas que nos visitan y hacen parte de las actividades comunitarias. Damos gracias a todos y cada una de las personas que hicieron parte hicieron realidad para hacer este proyecto”.Un sueño que da vidaLa construcción, que tomó cerca de nueve meses de trabajo continuo, fue el parto de un sueño mucho más antiguo. El hermano José María Ondarreta, Consejero Provincial de los Hermanos Maristas, compartió la emotiva analogía:“Se está haciendo realidad un sueño, un sueño que comenzó hace seis años. Y la construcción del pozo ha durado 9 meses.. Como un parto de un bebé. Sí. Qué curioso”.El religioso añadió una poderosa reflexión sobre el simbolismo del agua: “Y ojalá que nos convirtamos como este sueño en agua que calma la sed, que nos ayuda a refrescarnos, que de vez en cuando también nos ayuda a limpiarnos, a asearnos, a regar las plantas para que crezcan y den fruto y podamos disfrutarlas”.La contribución de la cooperación internacionalEste proyecto fue posible gracias al respaldo de la Fundación Marista para la Solidaridad Internacional (FMSI) y al apoyo económico de la Conferencia Episcopal Italiana, demostrando cómo la colaboración internacional y la comunión eclesial puede materializar la caridad.Andrea Rossi, director de FMSI, enfatizó en el derecho que se está garantizando: “Este pozo de agua va a responder a al derecho al agua, que es un derecho fundamental para, para, para todos, pero sobre todo para niños y niñas que viven aquí en el asentamiento”.Rossi también evocó el legado del fundador: “Siguiendo el sueño de [Champagnat], concretizando el sueño... Estuviera aquí, estaba, probablemente, picando con nosotroscel terreno con su pica y e intentando de encontrar el agua para dar a todos los niños de las niñas de este asentamiento”.Un agradecimiento que brota de la comunidadLa gratitud de la comunidad beneficiada es palpable. Yuleima Borja, madre beneficiaria y lideresa social, expresó con emoción: “Al primero que tenemos que darle gracias es a Dios, porque es el primer motor que hizo que todo esto fuera posible...”En representación de los habitantes de "La Pista", Yuleima concluyó: “El asentamiento ‘La Pista’ en mi representación está muy pero muy agradecido con la labor que acá se ha hecho siempre. Hemos sido hermanos... Nosotros hemos tenido precariedades en el asentamiento y siempre hemos contado con ‘Corazón Sin Fronteras’ y los Hermanos Maristas. De verdad, desde lo más profundo de mi corazón y en representación de las 9101 personas que viven en el asentamiento: Gracias, gracias por esta obra”.Más que una solución de infraestructura, este pozo es un símbolo de la misión evangelizadora y social de la Iglesia Católica, un testimonio concreto de la fe que se hace acción para transformar realidades complejas y recordar que, para Dios, nadie es invisible.Vea el informe audiovisual a continuación: