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Manifiesto: Caravana Humanitaria por la Vida y por la Paz sobre el río San Juan
Tags: caravana humanitaria por la vida y por la paz caravana humanitaria río san juan diócesis de istmina actores armados Iglesia desplazamiento
Tras haber finalizado la Caravana Humanitaria por la Vida y por la Paz en los territorios del río San Juan, en el departamento de Chocó, sus participantes presentaron este 20 de septiembre, un comunicado como conclusión del recorrido, en el que a partir del diálogo con las comunidades ribereñas constatan el agravamiento de la crisis humanitaria en la región debido a la presencia de actores armados, militarización, violaciones de derechos humanos y el abandono por parte del Estado colombiano.
"A lo largo de la Caravana pudimos escuchar la voz de decenas de personas que, a pesar y por encima del miedo, expresaron el pensar y sentir de las comunidades, poniendo rostro y palabras a la crisis humanitaria que padecen los pueblos étnicos y la población mestiza del río San Juan. En medio de la descripción desgarradora de los impactos de la guerra, pudimos observar también la fuerza, la resistencia, la dignidad, el arte y la cultura de pueblos que no están dispuestos a rendirse, que no quieren abandonar ni entregar su territorio".
"Queremos manifestar nuestra profunda tristeza y decepción por la casi total ausencia del Estado y la presencia, esporádica y con poco compromiso y abultada en promesas, del Gobierno en las distintas dependencias de los entes municipales, departamentales y nacionales que deben velar por la vida, la salud, la educación, la recreación, el deporte, la agricultura, etc", señala la misiva.
Hallazgos más importantes de la Caravana
A partir de cinco puntos, los asistentes a la Caravana describen en el comunicado los hallazgos encontrados durante su recorrido por la rivera. Entre ellos están: El desplazamiento forzado y el confinamiento; el subregistro del desplazamiento forzado y el confinamiento, hecho que deriva en una precaria atención al derecho fundamental que tienen las personas en esta condición; a pesar de las promesas hechas en la prevención de riesgo hacia la población. Solo se ha incrementado el pie de fuerza militar, no siendo esta la solución; pues continua, por parte de los actores armados, la violación de los derechos humanos y de infracción al derecho internacional humanitario; y la violación masiva y sistemática a los derechos humanos e intereses económicos que conducen cada vez más y de una forma acelerada a la extinción física y cultural de las comunidades, en lo que ellos han denominado "etnocidio en curso".
Llamado urgente a proteger y restablecer los derechos de las comunidades
Así también, en 10 ítems, hacen un llamado urgente para que cuanto antes se implementen acciones que permitan proteger y restablecer plenamente los derechos de las comunidades negras e indígenas, así como de la población mestiza que habita en el río San Juan, al noroeste de Colombia.
Entre las peticiones se encuentran: Un llamado al Gobierno Nacional, para que a través de la Unidad para la Atención y la Reparación Integral a las Víctimas UARIV, se garantice el derecho fundamental al mínimo vital de todas las personas desplazadas forzadamente y confinadas; articulación entre las entidades competentes para que se tomen acciones para la toma de las declaraciones de desplazamiento, individual y masivo, y de confinamiento; cumplimiento en la implementación plena y adecuada de las medidas cautelares otorgadas por el Juez de Restitución de Tierras de Quibdó; presencia y acompañamiento directo en el territorio por parte de organismos internacionales de carácter humanitario; visibilización e incidencia por parte de entes internacionales y de derechos humanos, para la garantía efectiva de los derechos de las comunidades; y cese de acciones militares por parte de todos los actores del conflicto armado.
Compromisos asumidos para el acompañamiento a las comunidades
Por su parte la Diócesis de Istmina - Tadó, a través de su Plan de Acción Pastoral LA CHAMPA MISIONERA, reitera su compromiso de seguir apoyando y acompañando todas las iniciativas encaminadas al fortalecimiento organizativo de sus entidades, diseñando e implementando Planes de Vida y de Etnodesarrollo.
Así también, desde la Provincia Eclesiástica de Santafé de Antioquia y de la Región del Pacífico Colombiano, seguirán atentos para "ir acompañando e iluminando las organizaciones sociales, visibilizando e incidiendo en aras de un mayor cuidado y respeto por la vida, el desarrollo humano integral y el acatamiento de lo establecido para los Derechos Humanos y el Derecho Internacional Humanitario".
La Caravana humanitaria por la Vida y por la Paz, que se cumplió del 11 al 15 de octubre, concluyó con la socialización del Pacto por la Vida y la Paz, desde el Pacífico y el Suroccidente para toda Colombia, que se firmó el pasado 10 de septiembre de 2020 a nivel nacional y que ahora es suscrito para estos territorios.
Instituciones presentes durante la Caravana:
1. Diócesis de Istmina-Tadó, Quibdó y Apartadó.
2. Hermana Lauritas
3. ACADESAN: Consejo Comunitario Mayor del Río San Juan
4. COCOMIMSA: Consejo Comunitario Mayor de Istmina
5. CIVP: Comisión Interétnica de la Verdad del Pacífico
6. CRPC: Coordinación Regional del Pacífico Colombiano
7. OCHA: De la ONU
8. MAPP-OEA: Misión de Apoyo al Proceso de Paz de la OEA
9. PODIUM
10. CODHES
11. Fundación Universitaria Católica de Cali Lumen Gentium
12. FLM: Federación Luterana Mundial
13. Iglesia Menonita
14. CIEDERPAZ: Corporación Interétnica y Ecuménica por la Reconciliación y la paz.
15. FISC: Foro Interétnico de Solidaridad del Chocó
16. Mesa Indígena Departamental.
17. WOUNDEKO
19. Entre otros…
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La Arquidiócesis de Cali: su rol como anfitriona de la COP16 y su apuesta por la Pastoral de la Tierra
Bajo el pastoreo de monseñor Luis Fernando Rodríguez Velásquez, la Arquidiócesis de Cali, Iglesia particular anfitriona de la COP16 que se adelanta en la capital del Valle del Cauca, le apuesta a la consolidación de la Pastoral de la Tierra. A través de ella, buscarán, cada vez más, articular, animar y visibilizar las iniciativas que se vienen desarrollando a nivel eclesial y de la mano de las comunidades, para contribuir en la mitigación del impacto negativo que el ser humano está causando al medio ambiente y, especialmente, a la biodiversidad.Es la Vicaría para el Servicio al Desarrollo Humano Integral, a través de su Diaconía de la Tierra y Prevención, la encargada directa de liderar esta apuesta arquidiocesana por la Pastoral de la Tierra. Su propósito es "fortalecer las capacidades de liderazgo, autogestión, emprendimiento, prevención y mitigación de riesgos socio-ambientales de las comunidades y colaboradores de la Arquidiócesis de Cali, a través de espacios formativos y acompañamiento en los procesos orientados a la transformación de sus realidades", integrando los tres dimensiones fundamentales del ser humano: la espiritual, la personal y su relación con el medio ambiente.Según lo ha indicado la Arquidiócesis de Cali, esta Diaconía enfoca su misión en la promoción de una “Cultura de la Prevención”, "que busca motivar la globalización del amor, entendido como el valor fundamental que mueve a las personas a cuidarse a sí mismas, a relacionarse fraternalmente con su entorno y a velar por el bienestar de las personas que por diversas situaciones son los menos favorecidos y la Casa Común".En el campo del emprendimiento, se destaca también el apoyo brindado por la Iglesia a aquellas iniciativas comunitarias que parten del aprovechamiento respetuoso y sostenible de la naturaleza. Entre ellas, proyectos de emprendimiento agroecológico, de huertas verdes y manejo de plásticos.El padre Diego Fernando Guzmán Ruiz, director de la Vicaría para el Servicio al Desarrollo Humano Integral, ha resaltado la importancia de que quienes participan por estos días en la Conferencia de las Partes, visiten las diferentes actividades y exposiciones que ha programado la Iglesia de Cali, para que se apropien, aún más, del cuidado de la casa común en el que tanto ha insistido el papa Francisco. La mayoría de ellas están ubicadas en el corazón de la zona verde de la COP16, específicamente en la sede de la Unicatólica.Vea a continuación el informe audiovisual:Sobre el rol de la Arquidiócesis de Cali, también le puede interesar otra nota elaborada por el Centro para las Comunicaciones del CELAM presente en la COP16. Para verla, haga clic AQUÍ.
Vie 18 Oct 2024
Asesinato de Sofía Delgado Zúñiga: repudio, dolor y llamado a la acción en la Diócesis de Palmira
A través de un comunicado, el obispo de la Diócesis de Palmira, monseñor Rodrigo Gallego Trujillo, rechazó el atroz asesinato de la niña Sofía Delgado Zúñiga de 12 años de edad, en el corregimiento de Villagorgona, Candelaria, Valle del Cauca. El prelado afirmó que “estos crímenes son una herida profunda en el corazón de nuestra sociedad” y, además, representan un llamado urgente a la acción.“No podemos permitir que los niños sigan siendo víctimas del asesinato, de la utilización, el reclutamiento y el abuso”, enfatiza.En el mensaje, monseñor Gallego se une al dolor y a las plegarias de su familia ante esta pérdida irreparable. “Nos duele como sociedad, como Iglesia, como comunidad. Acompañamos su dolor y exigimos que estos actos no queden impunes”, agrega el prelado.Además, el Obispo de Palmira también pide a todos los actores eclesiales, sociales y estatales, asumir compromisos para proteger y defender la dignidad de los niños y niñas:“Es nuestro deber sagrado garantizarles un presente y un futuro de paz, donde puedan crecer seguros, amados y respetados. Como Iglesia, reafirmamos nuestro compromiso de seguir trabajando por la construcción de una sociedad más justa y humana, en la que la vida de cada infante sea protegida con todo el amor y la dignidad que merecen”, expresa monseñor Rodrigo Gallego.
Mié 16 Oct 2024
Manifiesto de la Pastoral Afrocolombiana: hacia el fortalecimiento del “rostro negro” de la Iglesia Católica
A través de un manifiesto, quienes lideran, animan y acompañan la Pastoral Afro en Colombia reafirman su compromiso con el fortalecimiento de los procesos de evangelización en sus territorios “desde el ser, el pensar y el soñar” del pueblo negro. Además, con su contribución a las diversas organizaciones sociales, de género y étnicas presentes en los territorios; de tal manera que se logre avanzar hacia la búsqueda de dignidad, igualdad, equidad, justicia, desarrollo y paz en las comunidades. En el mensaje, los sacerdotes, religiosas, religiosos y laicos que se desempeñan como agentes de la Pastoral Afrocolombiana también asumen un compromiso directo con la promoción y formación de diversos liderazgos en medio de sus comunidades, ayudando a “que la diversidad y la juventud sean dinamizadores de nuestro ser como Iglesia”, enfatizan.Allí también confirman su participación en el Jubileo del 2025 convocado por el papa Francisco, especialmente, propiciando espacios de comunión eclesial en medio de la amplia diversidad étnica y geográfica de Colombia; todo esto, - expresan- “para continuar nuestra caminada como Iglesia con rostro propio, desde las directrices de nuestra Iglesia Católica”.La declaración es fruto del XXI Encuentro de Pastorales Afrocolombianas -EPA-, desarrollado el pasado mes de septiembre en la ciudad de Cartagena, en el que participaron cerca de 200 personas de diferentes territorios del país. En él, se desarrollaron diferentes actividades de formación, espiritualidad, trabajo colectivo e intercambio cultural.Este EPA que se desarrolló bajo el lema “UBUNTU: Espiritualidad afro para una Iglesia profética”, permitió reconocer la riqueza cultural y espiritual del pueblo afrocolombiano, así como las diversas realidades sociales, muchas veces complejas, que enfrentan actualmente sus comunidades.El encuentro fue acogido por monseñor Francisco Javier Múnera Correa, arzobispo de Cartagena y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, y acompañado por monseñor Omar Alberto Sánchez Cubillos, arzobispo de Popayán y por monseñor Juan Carlos Barreto Barreto, obispo de Soacha y presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social. También estuvo presente el padre Carlos Alberto Zuluaga Benjumea, IMC, Director del Área de Etnias del Secretariado Permanente del Episcopado Colombiano. Vea a continuación el informe del encuentro, elaborado por la Oficina de Comunicaciones de la Arquidiócesis de Cartagena:
Jue 10 Oct 2024
Salud mental en las comunidades rurales: 'EscuchArte' es la apuesta de la Iglesia y la Alcaldía de Cali
Desde 1992, cada 10 de octubre, el mundo conmemora el Día de la Salud Mental, una fecha establecida por la Federación Mundial de la Salud Mental y promovida por la Organización Mundial de la Salud, para crear conciencia acerca de los problemas de salud mental que afectan a tantas personas de distintas edades y condiciones. En Colombia, una encuesta aplicada por el Ministerio de Salud en 2023, permitió identificar que más del 66% de los colombianos ha enfrentado algún problema de salud mental y que, en la mayoría de los casos, son los hogares los entornos donde más se generan. Sin duda, esta es una realidad que preocupa a muchos actores e instituciones en el país, entre ellos, a la Iglesia.En este contexto, el pasado mes de septiembre, la Arquidiócesis de Cali y la Alcaldía de Cali iniciaron la implementación de “EscuchArte”, un programa a través del cual realizan jornadas de apoyo psicosocial en los comedores comunitarios a través de los cuales la Pastoral Social, la Secretaría de Bienestar Social de Cali y miembros de la comunidad, alimentan diariamente a cientos de personas de escasos recursos económicos que habitan las zonas rurales.“En Cali estamos acompañando estos procesos porque como Iglesia es muy importante caminar de la mano de cada una de estas personas, porque es importante la salud integral de toda la persona. Jesús nos enseña eso, a recuperar a la persona como tal en todas sus dimensiones”, explica el padre José Luis Jaimes Ortiz, director del programa Comedores Comunitarios.La apuesta de la Iglesia y la Alcaldía de Cali en los comedores comunitarios va mucho más allá de brindar alimento físico a quienes más lo necesitan. Se trata de acercar la oferta de atención en salud mental a quienes tienen menos posibilidades de acceso a este servicio. Allí, tanto niños como adultos, participan en actividades pedagógicas asociadas a temas como gestión de las emociones, amor propio, importancia de la escucha, prevención de violencias y del suicidio y herramientas de autocuidado.“La idea de ir a corregimientos y veredas es llevar la oferta de salud mental de comedores comunitarios a esos territorios que son apartados, donde ellos no tienen mucha posibilidad de acceder a un psicólogo. Hay gente que no baja de allá, entonces estamos acercando esa oferta porque nos parece supremamente importante la salud mental y, además, también estamos bajando un poco el estigma de esta profesión que la gente no asiste porque dicen que es para un enfermo de salud mental y no es eso. Estamos haciendo mucha prevención”, comenta Claudia Vargas Hincapié, la líder del componente de Psicología de los Comedores Comunitarios.De los 759 comedores comunitarios que tiene la Arquidiócesis de Cali, en los que entregan 74.455 raciones diarias de comida, 42 están ubicados en estas zonas rurales, hasta la fecha, han realizado estas jornadas en los corregimientos de Pance, Saladito, Navarro, Felidia y Los Andes. Además, con estudiantes de algunos colegios aledaños y con sus padres han adelantado actividades formativas sobre como comunicación asertiva y el uso correcto de dispositivos móviles. Esperan hacerlo próximamente también con docentes.Justamente Nubia Lucumí, beneficiaria del programa en el comedor comunitario de Navarro, cataloga esta iniciativa como una bendición y reconoce su importancia en ese contexto:“Es tan importante que vengan acá, porque la verdad hay muchas personas que tienen muchas necesidades donde han perdido un ser querido, donde pasan situaciones duras de violencia, de maltratos en las casas, por las parejas”.Al tratarse de una iniciativa de la Iglesia, también con un alto componente espiritual, los psicólogos que hacen parte de este programa tienen claro que su labor va mucho más allá de aplicar los conocimientos y herramientas psicosociales propias de su formación; se convierte en una misión muy especial: prestar sus oídos y su corazón para llevar consuelo y esperanza a quienes más lo necesitan, inspirados en la misión del mismo Jesucristo.“Escuchar a la gente nos recuerda la época donde Jesús asistía al pueblo, donde lo escuchaba, donde se sentaba en medio de mucha gente para atenderlos, para saber qué les pasaba, cuáles eran sus dolencias. Básicamente este ejercicio que hacemos como psicólogos nos permite dibujar un poco de lo que Jesús fue en ese entonces” narra Marco González, psicólogo que hace parte del programa.Vea el informe audiovisual a continuación: