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iglesia colombiana

Vie 27 Jun 2025

¡Sagrado Corazón de Jesús, en Vos Confío!

Por Mons. José Libardo Garcés Monsalve - El mes de junio está consagrado en la Iglesia para contemplar el Crucificado y mirar en Él su costado traspasado y orar con corazón limpio diciendo: ¡Sagrado Corazón de Jesús, en Vos Confío! Esta oración nos pone en una actitud de pobreza evangélica, es decir, en una confianza total en el Señor; poniendo nuestra vida en sus manos, presentándole nuestras fatigas diarias y pidiendo que perdone nuestros pecados. Esta certeza la tenemos en su misma Palabra: “Vengan a mí, los que están cansados y agobiados, y yo los aliviaré. Carguen con mi yugo y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontrarán descanso para su vida. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera” (Mt 11, 28-30).No hay nada más agobiante que el pecado en la propia vida, que causa amargura y destruye la propia existencia, deteriorando la relación con Dios y con los demás. Por eso, hay que contemplar el Crucificado, para recibir la gracia del perdón por nuestros pecados y el alivio que brota del Corazón amoroso de Jesús, que es rico en misericordia. Que sigue teniendo compasión de nosotros y del mundo entero, para que ninguno se pierda, porque “Dios no quiere la muerte del pecador, sino que se convierta y viva” (Ez 33, 11), ya que Él no vino al mundo para juzgar y condenar, sino para salvar (Cf. Jn 12, 47) y ofrecer a todos, una vida nueva que brota de su amor y misericordia.Muchos seres humanos en el mundo viven llenos de odio, resentimiento, rencor, venganza que causan violencia y muerte; todos estos males se producen en el corazón humano que está dividido y enfermo. Ya desde el antiguo testamento el profeta Jeremías experimentó esta realidad cuando afirmó: “Nada más falso y enfermo que el corazón del hombre” (Jer 17, 9) y Jesús en el Evangelio nos lo afirma cuando dice: “Sin embargo lo que sale de la boca viene del corazón, y eso es lo que mancha al hombre. Porque del corazón vienen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los robos, los falsos testimonios y las injurias. Eso es lo que mancha al hombre” (Mt 15, 18-20). Quedando claro que al revisar nuestra vida podemos encontrar nuestro corazón lleno de odio y resentimiento que causa maldad, división y violencia en cada familia y en la sociedad.Frente a esta realidad que está en el interior de cada uno de nosotros, Jesucristo es nuestra esperanza, “una esperanza que no defrauda” (Rm 5, 5a). Él viene a ofrecernos su perdón y su misericordia, que brotan de su corazón que está lleno de amor para con cada uno de nosotros. Él viene a sanar las dolencias internas y darnos paz y sosiego en medio de tanta división, porque “el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que se nos ha dado” (Rm 5, 5b). Él quiere quedarse para habitar en cada corazón y en cada familia y darnos su perdón misericordioso. Hoy se hace más necesaria la súplica al Señor ¡Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío!, reconociéndolo en el sacramento de la Reconciliación cuando somos perdonados; en la Eucaristía, donde somos alimentados con su cuerpo y con su sangre; para darnos vida en abundancia y la salvación eterna. Lo vivimos con un corazón grande para amar, para llegar hasta Él y descansar en Él en los momentos más difíciles de nuestra vida.Todos necesitamos la humildad y mansedumbre del corazón traspasado de Jesucristo, para volver a tomar el rumbo personal y familiar, marcado por tanta dificultad y confusión por la que pasamos a causa de la pérdida del sentido de Dios, “Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú vas conmigo, tu vara y tu cayado me sosiegan” (Sal 22, 4). Todos necesitamos del perdón y la reconciliación que vienen del Corazón amoroso de Jesús para vivir reconciliados y en paz en nuestras familias y en la sociedad, “Tu bondad y tu misericordia me acompañan” (Sal 22, 6). Cuánto bien nos hace dejar que Jesús vuelva a habitar en nuestro corazón y nos lance a amarnos los unos a los otros con su Corazón lleno de amor. Por esto, tenemos que orar y pedirle al Señor que venga en nuestro auxilio, por eso le decimos con fe y esperanza, ¡Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío!La gracia que nos da la misericordia de Dios con el perdón que gratuitamente nos ofrece Jesucristo, la recibimos como Palabra de Dios que nos libera de la esclavitud del pecado que nos divide y llena el corazón de odio y resentimiento, para darnos capacidad de amar y transmitir a los demás la misericordia con el amor del Corazón de Jesús, “Dios nos demostró su amor en que, siendo nosotros todavía pecadores, Cristo murió por nosotros. “Con cuánta más razón, pues, justificados por su sangre, seremos por Él salvados del castigo” (Rm 5, 8).Todo viene de Dios, que nos ha reconciliado consigo por el Corazón de Cristo. Dios Padre, en efecto, es quien, en el Corazón de Cristo nos perdona, no tomando en cuenta nuestros pecados. Es por esto que la Iglesia nos suplica, por las entrañas de Cristo: Dejémonos reconciliar con Dios y nos invita a confiar en el Señor, repitiendo siempre: ¡Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío! Alimentados con la Eucaristía y fortalecidos con la oración, recibamos del Señor las palabras: “Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios” (Mt 5, 8). Que la Santísima Virgen María y el Glorioso Patriarca San José, alcancen del Señor la misericordia y el perdón y un corazón grande para amar.En unión de oraciones, reciban mi bendición.+José Libardo Garcés MonsalveObispo de la Diócesis de Cúcuta

Jue 26 Jun 2025

Papa León XIV avanza en línea sinodal con el Consejo del Sínodo: El cardenal Luis José Rueda Aparicio participó en encuentro representando a América Latina

Este jueves 26 de junio, el Papa León XIV se reunió en Roma con los miembros del XVI Consejo Ordinario de la Secretaría General del Sínodo de los Obispos, encuentro en el que participó el cardenal Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y primado de Colombia.En esta fase, el Consejo, elegido durante la XVI Asamblea General del Sínodo (octubre de 2024), tiene como tarea principal la preparación y realización de la próxima Asamblea General Ordinaria. En este órgano, el cardenal Rueda Aparicio representa a América Latina junto al arzobispo de Maracaibo (Venezuela), monseñor José Luis Azuaje Ayala, también vicepresidente del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (CELAM).El mensaje del Papa: sinodalidad como “estilo de Iglesia"Durante el encuentro, el Papa León XIV destacó legado del Papa Francisco en el proceso sinodal, subrayando que "la sinodalidad es un estilo, una actitud que nos ayuda a ser Iglesia, promoviendo auténticas experiencias de participación y comunión".En su discurso, el Pontífice recordó que el Sínodo de los Obispos "conserva naturalmente su identidad institucional, al tiempo que se enriquece con los frutos madurados en esta temporada", y destacó el papel clave del Consejo: "Ustedes son el cuerpo encargado de recoger estos frutos y de participar en una reflexión orientada hacia el futuro".El rol de América Latina y el cardenal Rueda AparicioLa presencia del cardenal Rueda Aparicio en este organismo refuerza la voz de la Iglesia latinoamericana en el proceso sinodal. El purpurado colombiano, elegido el 23 de octubre de 2024 durante la XV Congregación General del Sínodo, ha sido un gran promotor de la sinodalidad en la región.Con este encuentro, el Papa León XIV animó a continuar el camino marcado por Francisco, enfatizando la importancia de la participación y la comunión eclesial. El mensaje concluyó con un agradecimiento a los miembros del Consejo por su labor y una invitación a seguir trabajando en perspectiva futura.La reunión refuerza el compromiso de la Iglesia con un Sínodo que, como señaló el Papa, "no solo mantiene su esencia, sino que crece con los frutos de esta nueva etapa".

Mar 24 Jun 2025

Este viernes, Colombia renovará su consagración al Sagrado Corazón de Jesús pidiendo por la paz y la reconciliación

El próximo viernes, 27 de junio, la Iglesia colombiana renovará la consagración del país al Sagrado Corazón de Jesús. La Eucaristía central se celebrará en Bogotá, a las 11:00 a.m., en la Catedral Primada, y será presidida por monseñor Francisco Javier Múnera Correa, arzobispo de Cartagena y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC).En el contexto de la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús y ante la compleja situación socio-política del país, el presidente del Episcopado elevará oraciones especiales por el perdón, la reconciliación, la paz y el futuro de la nación.Para facilitar la participación de los fieles, la ceremonia será transmitida en vivo por los canales RCN, Caracol, Cristovisión y Teleamiga. Además, la CEC invita a todas las parroquias, seminarios, comunidades religiosas e instituciones eclesiales a unirse a esta jornada de entrega y devoción, reconociendo en el Sagrado Corazón de Jesús el centro de la vida y de la nación.La devoción histórica del paísLa consagración de Colombia al Sagrado Corazón de Jesús tiene sus raíces en 1902, cuando el país, tras el devastador conflicto de la Guerra de los Mil Días, fue oficialmente encomendado a su protección mediante un decreto. Como parte de este acto, se ordenó la construcción del templo del Voto Nacional, ubicado en la localidad bogotana de Los Mártires.Este emblemático lugar, elevado a Basílica Menor por el Papa Pablo VI en 1964, fue declarado monumento nacional en 1975, consolidándose como un símbolo de fe y unidad para los colombianos.

Vie 20 Jun 2025

El oído del discípulo: Cuando escuchar se convierte en misión

Por Pbro. Mauricio Rey - En algunos momentos muy particulares de la vida no todos sabemos escuchar. No todos queremos escuchar. No todos podemos escuchar.En una época donde se premia al que más habla, al que más publica, al que más grita... escuchar parece cosa de ingenuos, de débiles, de los que se quedan en segundo plano. Pero no. Escuchar no es rendirse. Escuchar no es callar por miedo. Escuchar, cuando se hace desde lo profundo del corazón, es un acto de valentía espiritual. Escuchar puede ser una de las formas más poderosas de amar. Y cuando se escucha con el corazón dispuesto, se entra en el terreno sagrado, donde el otro, puede ser realmente quien es, sin ser juzgado. El oído del discípulo no se forma en la teoría, se forma en la vida. Se forma cuando alguien se atreve a quedarse junto al que llora sin entender por qué. Se forma cuando el otro habla desordenado, repite cosas, se contradice... y uno sigue ahí. Sin corregir, sin huir, sin poner reloj. Se forma cuando un joven dice que ya no cree, y quien lo escucha no lo juzga ni sermonea, sino que lo abraza con el alma. Se forma cuando una madre, un líder, un amigo, deja de pensar en lo que va a decir después, y simplemente escucha con el cuerpo entero.¿Cuántas veces nos han escuchado de verdad? ¿Cuántas veces hemos sentido que alguien nos prestaba su alma, no solo su tiempo? ¿Cuántas veces nos hemos sentido acompañados sin palabras? Ese tipo de escucha que no interrumpe, que no da consejos forzados, que no minimiza lo que uno siente. Esa escucha que se vuelve casa, pozo, refugio, y sobre todo, silencio habitado de sentido en plenitud. Jesús escuchaba así. A los suyos, a los marginados, a los excluidos, a los niños, a los que no tenían voz. No solo les respondía; los dejaba ser. No corregía de inmediato, ni se apresuraba a enseñar. Escuchaba hasta el fondo. Y cuando hablaba, sus palabras caían como semillas bien sembradas. Jesús no interrumpía el dolor, lo acogía. Por eso transformaba desde lo más profundo del corazón. Y entonces el oído del discípulo no es solo un sentido; es una actitud, una decisión, una forma de ser y estar en el mundo. Porque cuando un discípulo aprende a escuchar, deja de buscar solamente tener razón. Y empieza a buscar la verdad del otro. Deja de mirar para responder, y empieza a mirar para comprender. Y eso, desde la potencia del Evangelio, es capaz de sanar y transformar.Muchas heridas no se curan con palabras. Muchas búsquedas no necesitan una doctrina, sino una presencia que diga: “Te escucho, estoy aquí, no tienes que explicarlo todo”. Y eso vale más que mil palabras. Hay personas que nunca olvidan a quien les escuchó, cuando nadie más lo hizo. Hay niños que florecen cuando alguien les escucha de verdad. Hay comunidades que sanan cuando la Iglesia deja de solo dar respuestas, y empieza a escuchar sus procesos. Escuchar, entonces, no es pasividad, es misión, es comunión, es discernimiento. No todo se trata de ir lejos, de predicar en multitudes, de dar conceptos. A veces la misión más concreta es detenerse, mirar, hacer silencio, contemplar y prestar el oído con el alma limpia. Ahí se siembra el Reino de Dios, desde el silencio, sin escándalo, sin micrófono, sin espectáculo ni rumor.La escucha del discípulo también es incómoda. Porque no todo lo que se oye es bonito, ni fácil de procesar. A veces se escucha el dolor crudo, el odio no resuelto, la tristeza acumulada, el grito ahogado... y no se sabe qué hacer. Pero está. Y en ese estar, Dios actúa. Porque no se trata de solucionar todo, sino de mantenerse en pie y no huir. De no callar lo ajeno. De no reducir al otro a una frase corta o a una conclusión final. Hay que quedarse. Aunque duela. Aunque no sepamos qué decir. El oído del discípulo no es indiferente. Tampoco impaciente. No busca aprovecharse de lo que escucha, y mucho menos, usarlo para controlar. El verdadero discípulo guarda lo que escucha como quien cuida un tesoro. No repite, no expone, no traiciona la confianza. Escucha y ora. Escucha y ama. Escucha y se deja tocar.Y aquí viene lo más fuerte, no se puede escuchar de verdad si uno no se ha dejado escuchar primero. Por Dios, por alguien, por uno mismo. El que nunca fue acogido, el que nunca fue escuchado con amor, difícilmente sabrá cómo hacerlo con otros. Por eso, a veces, el primer paso es reconocer cuánto necesitamos ser escuchados nosotros también. Reconocer que hay un clamor en nuestro interior que pide lo mismo que los demás: espacio, compasión, acogida. Solo cuando nos dejamos escuchar por Dios en la oración desnuda, en el silencio verdadero, podemos empezar a escuchar a los demás, como Él lo haría.Por eso, la escucha del discípulo no es estrategia, es espiritualidad, es encarnación, es entrega, es dejar que la vida del otro entre en la nuestra sin condiciones. Es hacer de nuestro corazón una tierra buena, donde el otro pueda reposar, aunque sea solo por un rato, nada más. La Iglesia necesita más oídos abiertos y menos respuestas automáticas. Necesita menos prisas y más presencia. Necesita discípulos que no teman sentarse en el suelo con los que lloran, ni escuchar en silencio a los que dudan. Porque el Reino de Dios no se impone. Se escucha. Y si aún dudamos de cuánto bien puede hacer una escucha verdadera, pensemos en aquella vez que alguien nos escuchó en verdad. Sin señalar, sin juzgar, sin apurar. Solo estuvo. ¿No fue eso una forma cercana de salvación? Tal vez la pregunta hoy no sea: ¿qué vamos a decir al mundo?, sino ¿qué estamos dispuestos a escuchar de él?Pbro. Mauricio Rey SepúlvedaDirector del Secretariado Nacional de Pastoral Social - Cáritas Colombiana

Vie 20 Jun 2025

El Papa León XIV designa nuevo Obispo Auxiliar para la Arquidiócesis de Bogotá: Pbro. Germán Humberto Barbosa Mora

El Papa León XIV designó al padre Germán Humberto Barbosa Mora, de la Diócesis de Engativá, como nuevo obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Bogotá. El presbítero cuenta con más de dos décadas de ministerio, sólida preparación teológica y una importante experiencia en la formación de nuevos sacerdotes y en la educación universitaria. Ahora, junto a monseñor Alejandro Díaz García y a monseñor Edwin Raúl Vanegas Cuervo, apoyará al cardenal Luis José Rueda Aparicio en la misión de pastorear la Sede Primada de Colombia.El padre Barbosa Mora nació en la capital colombiana el 24 de diciembre de 1974; ingresó al Seminario Mayor de Bogotá, donde completó su formación y fue ordenado sacerdote el 2 de diciembre del año 2000. Desde entonces, su vida ha estado marcada por el servicio en distintas parroquias y roles de liderazgo eclesial. En 2003, con la creación de la Diócesis de Engativá, quedó incardinado en esta nueva jurisdicción, donde ha desarrollado gran parte de su labor pastoral.El presbítero cursó estudios de licenciatura y doctorado en teología moral en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, donde realizó su tesis sobre la dimensión ética de las redes sociales en las relaciones interpersonales.Ha asumido un rol activo en la formación de sacerdotes y de diáconos permanentes; ejerció como formador y Delegado de Animación Vocacional en el Seminario Mayor de Bogotá (2017-2019) y como Director de la Casa Seminario San Lorenzo en Cota (2020-2023). Además, ha sido docente en la Universidad San Buenaventura, la Unimonserrate, la Unicervantes y la Universidad de Santo Tomás.Desde 2019, el padre Germán Humberto Barbosa se desempeña como Vicario Episcopal de la Vicaría Nuestra Señora del Rosario y miembro del Consejo Episcopal de la Diócesis de Engativá, desde donde ha contribuido en la toma de decisiones pastorales. Actualmente, es párroco de La Divina Gracia, templo ubicado en Suba (2023-2025).Biografía:El Padre Germán Humberto Barbosa Mora, nació en la ciudad de Bogotá, el 24de diciembre de 1974. Tras terminar sus estudios de secundaria ingresó al Seminario Mayor de Bogotá, donde culminó su formación y fue ordenado sacerdote para la Arquidiócesis de Bogotá el 2 de diciembre de 2000.En el 2003, con la erección de la Diócesis de Engativá, el Padre Germán Humberto quedó incardinado en dicha jurisdicción eclesiástica.Ha tenido los siguientes encargos pastorales:-Vicario Parroquial de la Parroquia “S. Juan Bautista de la Estrada” (2001).-Párroco de la Parroquia “Nuestra Señora de Copacabana” (2002 - 2005).-Estudios en la Pontificia Universidad Gregoriana, Roma (2005 - 2007).-Párroco de la Parroquia “Nuestra Señora del Rosario”, Cota (2007 - 2011).-Párroco de la Catedral de Engativá “San Juan Bautista de la Estrada” (2011 -2013). -Doctorado en Teología Moral en la Pontificia Universidad Gregoriana, Roma (2013 - 2016).-Formador y Delegado de Animación Vocacional en el Seminario Mayor de Bogotá (2017 - 2019). -Vicario Episcopal de la Vicaría “Nuestra Señora del Rosario” y Miembro del Consejo Episcopal de la Diócesis de Engativá (2019 - 2025).-Director de la Casa Seminario San Lorenzo en Cota (2020 - 2023).-Párroco de la Parroquia “La Divina Gracia” en Suba (2023 - 2025).El 20 de junio de 2025, el Papa León XIV lo nombra Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Bogotá, asignándole la sede titular de Uzalensis.

Jue 19 Jun 2025

¿Cómo abordar dilemas sobre IA, crisis medioambiental, conflicto y género desde la teología moral? Expertos lo analizarán en el XVII Congreso Internacional de la FUSA

Los dilemas morales que plantean la inteligencia artificial, los debates sobre género, la crisis ambiental y los conflictos armados serán los ejes centrales del XVII Congreso Internacional de Teología Moral, organizado por la Fundación Universitaria San Alfonso (FUSA) los días 20 y 21 de agosto de 2025. Desde 1984, la FUSA ha promovido estos congresos como espacios de diálogo entre la fe y los problemas sociales. En esta oportunidad, el evento, que se realizará de forma presencial en el auditorio principal de la Cámara de Comercio de Bogotá y contará con transmisión virtual, reunirá a teólogos, filósofos y especialistas en bioética, moral social, género y política de Argentina, España e Italia. Analizarán, desde una perspectiva católica, cómo responder a los grandes desafíos éticos de la sociedad contemporánea. Los invitados son:Antonio Fidalgo C.Ss. R. (Argentina), Pontificia Academia Alfonsiana de Roma.María Martha Cúneo (Argentina) Pontificia Universidad Católica Argentina
Virginia Azouy (Argentina) Pontificia Universidad Católica Argentina.Javier Bernabé Fraguas (España) Universidad Complutense de Madrid.P. Martín Carbajo Núñez, ofm (España) Pontificia Academia Alfonsiana de Roma.Giovanni del Missier (Italia) Pontificia Academia Alfonsiana de Roma.Andrea Pizzichini (Italia) Pontificia Academia Alfonsiana de Roma.Marco Schrage Comencini (Italia) Pontificia Academia Alfonsiana de Roma.Acceso gratuito con inscripción previaEl congreso está dirigido especialmente a sacerdotes, religiosos, laicos y líderes sociales, y aunque no tiene costo, los interesados deben registrarse previamente para garantizar su participación. Dicha inscripción se puede realizar aquí.*Para quienes quieran adquirir la certificación y el libro de memorias, la universidad cobrará un valor simbólico.

Mié 18 Jun 2025

La religiosa colombiana Inés Arango, defensora de la Amazonía y de los indígenas, avanza hacia los altares

El pasado 22 de mayo, el papa León XIV firmó el decreto que autoriza iniciar el proceso que conducirá a la beatificación de la religiosa colombiana Inés Arango Velásquez, Terciaria Capuchina de la Sagrada Familia. Se trata de un hecho histórico para la Iglesia en Colombia; su muerte representa la fe audaz de una generación de misioneros que entregaron su vida por los más pobres y olvidados. El Departamento de Comunicaciones de la Conferencia Episcopal de Colombia comparte un minidocumental que narra algunos de los hechos más representativos de este testimonio, que se anticipó al llamado del papa Francisco en Laudato Si'.La hermana Inés, conocida como‘María Nieves de Medellín’, fue asesinada el21 de julio de 1987en la selva amazónica del Ecuador, junto al obispo españolAlejandro Labaka, por miembros de la tributagaeri, un pueblo indígena amenazado por la explotación petrolera.En la casa de la congregación en Bogotá (Provincia Madre del Buen Pastor), la hermana Lilia Barrera, superiora, explica lo que ha significado esta noticia para ellas y recuerda algunas de las virtudes de la hermana Inés:“Para nosotros ha sido una alegría, una sorpresa. Siempre fue una mujer sencilla, humilde, que quiso estar con los más olvidados, con los últimos, con los más vulnerables. Eso es parte de nuestro carisma: estar con ellos. ¿Qué nos está diciendo Dios con estas experiencias? Es un compromiso que debe ser permanente”.Una familia de fe y vocación misioneraInés nació enMedellín el 6 de abril de 1937, en el seno de una familia profundamente católica. Fue la penúltima de12 hermanos, dos de los cuales también se consagraron como terciarias capuchinas:Fabiola (97 años)yCecilia (90 años), esta última vive en Bogotá y aún aporta mucho a su comunidad llevando labores de contabilidad.También en su familia ha habido varios sacerdotes, principalmente franciscanos. Uno de ellos, fue monseñor José de Jesús Arango Velásquez, quien ejerció como primer Prefecto Apostólico de Guapi (1954 – 1970). Según lo narra el Vicariato, allí, monseñor Arango llevó con alegría, entrega y optimismo “el mensaje de paz y bien a negros, mestizos e indígenas, desde los límites del Naya y Yurumangui en el rio Micay, hasta el sur occidente del municipio de guapi, límites con Nariño”.Pocos días después de recibir esta noticia, también visitamos en el Colegio María Inmaculada de Bogotá a la hermana Cecilia. Así recordó la vocación de su hermana Inés, ahora venerable:“La vocación misionera de Inés surgió desde niña. Como mi hermana mayor era capuchina, seguimos su ejemplo. Inés, desde chiquita, decía que quería ser misionera...En octubre, que es el mes de las misiones, con sus alumnas, salía a la calle y hacía retenes para recoger dinero, para mandar para las misiones. Todo el tiempo fue trabajando por las misiones hasta que logró llegar allá”.La misión en la Amazonía: Entrega de amor, entrega de vidaInés tomó los hábitos a los 17 años de edad. Durante mucho tiempo dictó clases en diversas escuelas de los departamentos del Tolima, Córdoba y Antioquia.En 1977, finalmente, su sueño se hizo realidad: la religiosa llegó a la selva ecuatoriana para evangelizar a loshuaorani, un pueblo indígena aislado. Junto a monseñor Labaka, trabajó durante10 añosen labores de alfabetización, defensa de derechos y promoción cultural.Observando un álbum de fotos con algunos recuerdos de su misión recolectados durante todos estos años por la congregación, la hermana Lilia Barrera destaca su alegría y libertad al estar allí:“Siempre la verás muy sonriente. Lo que le hacía brillar los ojos era estar con ellos. Fue una mujer libre, pero también obediente. Soñaba con ser misionera, pero estuvo 21 años en la educación. Cuando Dios le abrió el camino, lo abrazó con pasión”.La religiosa colombiana y el obispo capuchino decidieron ir al encuentro de los tagaeri, otro grupo indígena de la zona, hasta el momento no contactado. Sabían del riesgo que podían correr, pero decidieron tomarlo; querían acercarse para acompañar, evangelizar y mediar para evitar un posible conflicto mayor entre los nativos y los petroleros que invadían su territorio.El6 de julio de 1987, los misioneros partieron desdela ciudad de Cocahacia la zona del ríoTiguino, donde se sabía que los tagaeri estaban desplazándose. Llevaban pocas provisiones y algunos regalos, como señal de paz. El20 de julio llegaron cerca de un campamento tagaeri. Pasaron la noche en hamacas, rezando y preparándose para el encuentro.Al amanecer del 21 de julio, los tagaeri rodearon a la hermana Inés y monseñor Labaka, salieron con las manos en alto, mostrando que no llevaban armas, pero el uso de un helicóptero vinculado a una empresa petrolera para tal desplazamiento habría provocado la confusión y posterior agresión por parte de la tribu. Atacaron primero a monseñor Labaka. Cuentan que, al intentar socorrerlo, la religiosa terminó también perdiendo la vida.Su cuerpo fue traspasado por cuatro lanzas que miden 3 metros y medio. Una de ellas, reposa en la capilla de la casa provincial de su congregación en Bogotá y otra en el convento de Medellín, donde han construido un museo en su memoria.Tres días después sus cuerpos fueron hallados por un grupo de misioneros y militares. Los enterraron enCoca, donde hoy son recordados como mártires de la selva. Ceciliarelata el dolor de la pérdida de su hermana:“Fue un doble martirio: ver cómo mataron a monseñor y luego a ella. Para nosotros fue muy duro. Yo estuve en el entierro… los cadáveres estaban muy lastimados”.Un testimonio que inspira vocaciones y defensa de la AmazoníaSu legado sigue vivo. En Ecuador, cada mes de julio se realizan marchas en memoria de ambos misioneros, exigiendo protección para la Amazonía y sus pueblos.La hermana Liliaseñala:“El movimiento alrededor de ellos ha logrado reducir la tala y cuidar más la reserva. Socialmente, su lucha sigue vigente”.En vida, Inés inspiró vocaciones, como la dehermana Emperatriz Morocho, quien conoció a la religiosa en su colegio:“Ella nos decía: ‘¿Por qué no hay misioneras ecuatorianas en su propio país?’. Su ejemplo fue una luz para mí. Me escribía cada mes, animándome. Era una mujer feliz, que amaba la misión y encontraba a Jesús en los más pobres”.Tras ofrecer su vida, la congregación también espera que este este reconocimiento sobre la hermana Inés, se convierta en semilla de vocaciones para el mundo; para que muchos otros puedan decir sí a Cristo, anunciando el Evangelio y permaneciendo cerca de los más necesitados.“Yo creo que en este momento en la Iglesia necesita de personas que se entreguen a los demás en la misión, donde estén religiosos, laicos o incluso que no estén muy con la Iglesia. Se den cuenta de la necesidad de personas que se entreguen a los demás”, expresa la hermana Cecilia.Hacia la beatificación: Un llamado a la entrega radicalCon este decreto, la Iglesia reconoce las virtudes heroicas de la hermana Inés. Mientras avanza el proceso de beatificación, su historia sigue interpelando a la Iglesia y al mundo sobre laecología integral, lajusticia socialy elamor radical por los más vulnerables. La hermana Liliareflexiona: “Como María al pie de la cruz, Inés vivió un dolor profundo, pero con la paz de quien entrega todo por amor. Hoy nos invita a seguir su camino”.Un testimonio que se anticipó a Laudato Si'La vida y muerte de la hermana Inés cobran especial relevancia a la luz de laencíclica Laudato Si'del Papa Francisco. Tres décadas antes de que el Pontífice alertara sobre el "grito de la tierra y el grito de los pobres" (LS 49), esta misionera ya encarnaba esaecología integralque une la defensa de los pueblos originarios con el cuidado de la Casa Común. Su opción por vivir entre los huaorani - renunciando a seguridades y aprendiendo su lengua - refleja ese "diálogo de saberes" que hoy propone la Iglesia (LS 138), mientras su muerte se convierte en profecía contra un modelo de desarrollo que sacrifica culturas y ecosistemas. Como señala el numeral 16 de la encíclica: "los más frágiles son doblemente perjudicados", realidad que la hermana Inés denunció con su vida y selló con su sangre.Más de un siglo en Colombia: la huella capuchina que transforma fronteras de exclusiónLas Terciarias Capuchinas de la Sagrada Familia, fundadas en España durante el pontificado del Papa León XIII hacen presencia en Colombia desde 1905. Desarrollan su misión apostólica desde la pastoral educativa, de salud, programas de acogida; y diferentes obras eclesiales y sociales en favor de la promoción de la mujer, de los migrantes, la justicia, la paz y, por supuesto, la salvaguarda de la creación.Unos años después de la llegada de las primeras misioneras a Puerto Colombia, se establecieron en la Alta Guajira; en los internados de Aremasain (1910) y de Nazaret (1914). Este último es un hogar ancestral de los niños wayuu, ubicado en el corregimiento que lleva su mismo nombre, aún es regentado por las capuchinas. Con el apoyo de la Diócesis de Riohacha, su misión se convierte en signo de esperanza para cientos de niños que habitan Uribia, la capital indígena de Colombia, que aún hoy, en medio de la pobreza y las limitaciones, pareciera ser “la tierra del olvido”.Vea la pieza audiovisual a continuación:

Mar 17 Jun 2025

Política y ética

Por Mons. Ricardo Tobón Restrepo - Estamos viviendo un momento preocupante en nuestro país. Hay incertidumbre política, se difunde un inaceptable lenguaje de odio, se está incrementando peligrosamente la violencia en varias regiones, se percibe un debilitamiento de la Fuerza Pública, se presentan dificultades en la estabilidad fiscal, se abren puertas a la impunidad en nombre de la paz, no cesan las acciones del narcotráfico, se quiere desconocer o degradar el Estado de Derecho, se resquebraja la unidad nacional, el sistema democrático puede estar en peligro, se van acumulando el resentimiento y el miedo.Esta situación obliga a pensar en el sentido y la forma de hacer política. Toda persona humana tiene conciencia política porque necesita vivir con otros el razonamiento, el encuentro, el intercambio, la proyección al futuro y la reconciliación. Esto implica acordar un plan común y dirimir las diferencias con el diálogo y no con la violencia. Se requiere renunciar a los deseos, intereses y proyectos propios para optar por el bien común, respetando los derechos de los demás. No puede entenderse la política como un negocio o una plataforma de poder, sino como un servicio que conlleva la cooperación de todos.Cuando esto no se da, vienen la inequidad social, la corrupción, la desorientación de la juventud, el incremento de corrientes migratorias, la desintegración de las instituciones, la violencia en múltiples formas, la pobreza. A la raíz, se puede constatar siempre la arrogancia de los que se sienten superiores, los intereses mezquinos que venden la conciencia y la verdad por cualquier ventaja económica, el egoísmo que genera las desigualdades sociales, la falta de formación socio-política para ver lo mejor y lo que es posible realizar y, finalmente, la falta de compromiso de todos.Es lamentable que, frente a la realidad política, con frecuencia los ciudadanos nos marginemos o nos resignemos. Pericles decía que quien no participa en la vida de la ciudad no es una persona pacífica sino inútil. El peor analfabeto, para Bertolt Brech, es el analfabeto político: no sabe siquiera que el costo de la vida depende de decisiones políticas. Maquiavelo, por su parte, advirtió que si no hay ciudadanos capaces de vigilar, resistir e implicarse en la búsqueda del bien común, la república muere y se convierte en el lugar donde unos pocos dominan y todos los demás sirven.En efecto, se llega a un país que no sabe a dónde va ni cómo debe dirigir su camino, que depende de la veleidad del gobierno de turno siempre queriendo inventar en su período todo de nuevo. Así se puede caer en propuestas improvisadas para cambiar arbitrariamente el paradigma de la política y de la economía, para destruir la institucionalidad y aun para afectar el sistema democrático. Este inadecuado proceso puede traer también el cansancio y el agotamiento del pueblo que conduce, aunque sea un suicidio, a aceptar alternativas improvisadas sin medir realmente sus alcances y consecuencias.Es preciso cuidar una verdadera forma de hacer política sobre la base de la justicia social, los valores fundamentales y la convivencia pacífica. La comunidad, a través de partidos sólidos y de movimientos sociales bien orientados, tiene que asumir la vigilancia y la participación ciudadana a fin de defender la dignidad de las personas, la libertad, la verdad, la justicia, el bien común y conducir un comportamiento político marcado por la moral. El desprecio de la ética lleva a una relación promiscua entre los intereses públicos y privados, que siempre genera escándalos de corrupción, mentira y diversas formas de violencia.El momento que estamos viviendo en Colombia exige reflexionar a fondo y tomar decisiones con lucidez y coraje. No puede ser hora de un lenguaje incendiario y de odio o de seguir la actitud mecánica de quien se margina o de quien se irrita y mata. Es necesario buscar dónde están las equivocaciones y qué debemos hacer de un modo concreto. Hay que reforzar la construcción moral que afiance el orden social en valores fundamentales, respaldar las personas íntegras y los proyectos válidos para el país, no dejarnos llevar del miedo o la apatía. Urge cuidar la democracia, la institucionalidad y la unidad nacional. Este es un momento en que es necesario orar mucho, fomentar un serio compromiso político y mantener la cordura y la esperanza.+ Ricardo Tobón RestrepoArzobispo de Medellín